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Hoy hace una año que vino a España el cuadro más famoso de Picasso

Un millón de personas ha visto el 'Guernica' en el Casón del Buen Retiro

Hace hoy un año llegaba a España, definitivamente, el Guernica, de Pablo Picasso, el cuadro símbolo de la guerra civil, que terminaba un largo exilio y se instalaba, definitivamente, en la sala Lucas Jordán del Casón del Buen Retiro. En este año justo, una cifra cercana al millón de visitantes se ha impresionado ante el cuadro que, frente a los resultados económicos aireados por el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), en España no es rentable por los costos de seguridad y la pérdida de los derechos de reproducción por parte del Estado.

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"El Guernica ha conseguido casi un milagro: revitalizar el Casón del Buen retiro, hacer que los fondos del siglo XIX, que llevaban años muertos de risa, sean abundantemente visitados", dice Joaquín de la Puente, subdirector del Museo del Prado encargado del Casán que depende de la primera pinacoteca nacional, y donde, está instalado el cuadro. Y efectivamente, las cifras de visitantes son, según él, "crecientes y alentadoras": "No es cierto que la gente se haya enfriado", dice. "En junio, fueron casi 42.000 los visitantes del Guernica; en julio subieron a más de 55.000, y en agosto se han acercado a los 70.000... En cuanto a la actitud, yo creo que la gente sigue tan sobrecogida como siempre por el cuadro, que tienen una actitud muy receptiva, muy reflexiva, que es lo importante".El milagro, con todo, no es completo: el cuadro que resultara tan rentable al MOMA, en España no lo es, y eso por varias razones: la primera, según el director general de Bellas Artes, Alfredo Pérez de Armiñán, "porque no es comparable la entrada de un museo privado en Nueva York con la de uno estatal en Madrid, donde para la gran mayoría de los españoles es gratuito". La segunda, según Joaquín de la Puente, "porque en el MOMA el Guernica era un cuadro desprotegido: aquí la seguridad cuesta mucho dinero". Por fin y sobre todo, porque el MOMA cobraba los derechos de reproducción fotográfica del cuadro y del llamado legado complementario -es decir, los bocetos previos y dibujos posteriores que acompañan -al Guernica- y el Estado español, y concretamente el Museo del Prado, tuvieron que ceder estos derechos como compensación, por una parte al MOMA y por otra a la Sociedad Picasso, a la vuelta del cuadro.

El monto económico de esta cesión es difícilmente calculable. En el caso de España, la Sociedad General de, Autores (SGAE) ha recogido para Spadem, sociedad francesa presidida por Claude Picasso y que lleva los derechos de su abuelo junto con los de Matisse, Dalí y otros importantes pintores, una cifra entre tres y cuatro millones de pesetas, según dijo Alfredo García Segura, directivo de la entidad. Pero los derechos mundiales de reproducción del cuadro más fotografiado del mundo son infinitamente más altos, y la SGAE únicamente actúa como representante en España de Spadem, según fuentes de la misma sociedad. Como mero símbolo de estas cifras, que fue imposible conseguir ayer, ni de Spadem ni del MOMA, en el museo neoyorquino rodar películas sobre el Guernica durante el tiempo limitado y fijado por la dirección del mismo costaba mil dólares (110.000 pesetas al cambio actual).

"Ese ha sido, podríamos decir, el precio de la vuelta del Guernica", dice Pérez de Armiñán. Porque, naturalmente, el Estado español en su negociación cedió los derechos de reproducción del conjunto Guernica al MOMA para los Estados Unidos y a la familia Picasso, representada por Spadem, para el resto del mundo, incluyendo las publicaciones oficiales españolas. La propia, Spadem confirmó a este periódico, que por parte de los Picasso, en el caso del Guernica comenzaron a cobrar estos derechos de autor a partir de la vuelta del cuadro a España, porque antes el propio Picasso, más preocupado por la conservación del cuadro que por su rentabilidad económica, los había cedido al museo custodio. El genial pintor hizo esta cesión muy pocas veces, concretamente en el caso de la Tauromaquia, propiedad total de Gustavo Gili.

Plazos legales

La cesión, por otra parte, aunque es larga no es sine die: los derechos de autor acaban en España a los setenta años de la muerte del creador, en que la obra pasa a dominio público. Y, según Javier Tusell, entonces director general de Bellas Artes, fue una exigencia de la negociación que, en el caso concreto de los dibujos anteriores y posteriores, resultaba especial-

Un millón de personas ha visto el 'Gernica' en el Casón del Buen Retiro

mente conflictiva. Gracias seguramente a esta cesión .y, según Alvaro Martínez Novillo, director del Museo de Arte Contemporáneo que estuvo presente en la negociación, gracias a la intervención de Cyrus Vance, exsecretario de Estado norteamericano y abogado del MOMA en el litigio- "el MOMA fue especialmente correcto, facilitó unos trámites que, en la legalidad de los tribunales norteamericanos, hubieran sido largos y costosos".Tema cultural

"En cualquier caso", dice Alfredo Pérez de Armiñán, "la recuperación del Guernica era un tema cultural, más que económico". Y Tusell es más expresivo: "Si el Guernica no es rentable, tampoco lo es la catedral de Burgos. Ese no es el tema: el tema es que con su vuelta se ha restañado la última herida de guerra cultural y que, por otra parte, la Administración se ha sensibilizado respecto al arte contemporáneo".

De todo esto hace ya un año. Un año que comenzó en medio de fuertes medidas de seguridad tal día como hoy. El cuadro que Picasso terminara por encargo del Gobierno republicano español para el pabellón de la Feria Internacional de París de 1937, enrollado fuera de los bastidores que lo hubieran hecho intransportable desde Nueva York a Barajas, y guardado en unas cajas de madera, aterrizaba en el aeropuerto madrileño custodiado, entre otros, por el entonces ministro de Cultura, Iñigo Cavero, y el citado Javier Tusell. Terminaban unas jornadas que Tusell califica de "fascinantes y divertidas", llenas de momentos tensos y que habían durado tres años. Coincidía la vuelta del cuadro con el centenario del nacimiento del pintor, y naturalmente, el Guernica fue el eje de su celebración.

La gestión de la vuelta, gestión en la que, según Martínez Novillo, "se había volcado todo el Ministerio de Cultura", motivó numerosas críticas, concretamente la del hasta entonces director del Museo del Prado, José Manuel Pita Andrade, que presentó su dimisión y contribuyó a la polémica sobre el emplazamiento del cuadro que aún hoy no se cierra. "Para mí es una historia pasada", dice Pita Andrade, "pero yo sigo pensando que se debía haber respetado más el salón de Lucas Jordán, y con él la integridad del edificio del Casón. Y sigo creyendo, sin rencores ni resquemores, que el Guernica es demasiado serio para ser plataforma publicitaria de nadie". Y es que la instalación y seguridad del Guernica fue proyectada y hecha por Bellas Artes, sin contar con el personal del museo en que se iba a alojar, lo que ahora, según Joaquín de la Puente, sigue trayendo dificultades prácticas. "Por ejemplo", dice, "las vitrinas en que están los dibujos ofrecen serias dificultades para ser abiertas, y ahora hay que cambiar las bombillas que los iluminan, que duran algo más de un año. Es un dato con el que habría que haber contado, sólo un ejemplo". De cualquier manera, el clima general fue de alborozo.

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