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Por @Wicho — 6 de Agosto de 2024

Hoy hace diez años que la misión Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA) entró en órbita alrededor del cometa 67P. Para ser exactos del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. A falta de un Apolo XI yo la he comparado en muchas ocasiones con esa misión porque fue la primera en entrar en órbita alrededor de un cometa y en acompañarlo en su camino hacia el Sol. Y también fue la primera en posarse sobre uno, al dejar sobre él el aterrizador Philae.

El encuentro se produjo en un punto situado más o menos a medio camino entre las órbitas de Júpiter y Marte, a unos 405 millones de kilómetros de la Tierra, mientras 67P se acercaba al Sol a una velocidad de unos 55.000 kilómetros por hora. Y seguían juntos a las 2:03 GMT del 13 de agosto de 2015 cuando el cometa pasó por el perihelio de su órbita actual, el punto de esta más próximo al Sol, a 185.986.924 kilómetros del Sol y 265.138.407 de la Tierra.

Pero Rosetta y Philae llegaron allí tras un viaje de 10 años, 5 meses y 4 días y cerca de 2.000 millones de kilómetros tras su lanzamiento el dos de marzo de 2002. Fueron, además años durante los que la sonda estuvo en reposo 31 meses, lo que añadía un punto de complejidad extra. Así que se puede decir que la fase final de la misión comenzó cuando Rosetta despertó definitivamente el 20 de enero de 2014.

La descripción
Rosetta y sus once instrumentos – ESA

Rosetta depositó al aterrizador Philae sobre la superficie de 67P el 12 de noviembre de 2014. Pero el fallo de los arpones que tenían que haberlo sujetado en su sitio hizo que saliera rebotado y que apenas se recibieran datos de él. Aunque hizo lo que pudo

Esquema de Philae
Philae y sus diez instrumentos – ESA

El colofón de esta magnífica historia, aparte de todo lo que aprendimos, es que para cuando el 30 de septiembre de 2016 Rosetta descendió sobre la superficie de 67P para poner final definitivo a su misión, una vez superados con creces todos los hitos que se esperaban de ella, se puede decir que ni ella ni Philae se enfrentaron a solas con la larga noche que tienen por delante en soledad, pues, casi milagrosamente, Rosetta había encontrado a Philae cuando le quedaban tres semanas activa.

Para conmemorar el fin de la misión la ESA promovió la iniciativa The Rosetta Legacy, que ganó Cristina Romero con este colgante y este texto:

El colgante
Colgante diseñado por Cristina Romero para The Rosetta Legacy

Misiones como la de Rosetta han hecho que descubriese el maravilloso mundo del espacio, ya que a raíz de éstas empecé a buscar más información sobre todos estos temas, y descubrí mi pasión: el espacio.

Desde entonces, cada día necesito aprender algo nuevo, leer noticias sobre los avances en la industria aeroespacial y seguir las misiones actuales.

Me quede tan enamorada de todo esto, que mi gran sueño es poder llegar algún día a estudiar Ingeniería Aeroespacial, para así poder participar en misiones tan maravillosas como esta. Es lo que me anima a seguir trabajando duro todos los días, ahorrar para conseguir mi sueño, y ya cada vez queda menos para alcanzarlo.

El 30 de Septiembre, el día que Rosetta aterrizaba en el cometa, mientras estaba viendo la retransmisión por internet, me dediqué a realizar esta pieza en forma de colgante, para así poder recordar todo lo que ha significado para mí esta misión. Está realizada totalmente a mano con arcilla polimérica, mientras Rosetta aterrizaba para finalmente poder descansar en el cometa 67P, junto a Philae.

Muchisimas gracias a la ESA y a todo el equipo por compartir esta misión con todos nosotros.

Nada más que decir.

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Por @Wicho — 6 de Agosto de 2024

La descripción
Epsilon Indi Ab visto por el instrumento MIRI – ESA/Webb, NASA, CSA, STScI, E. Matthews (Max Planck Institute for Astronomy)

Hace unos días la ESA y la NASA presentaban la primera imagen de un planeta extrasolar conseguida por el Telescopio espacial James Webb. En concreto se trata de una imagen de Epsilon Indi Ab, un planeta que orbita una estrella situada a unos 12 años luz de nosotros.

Como es fácil suponer no es nada sencillo ver un planeta a varios años luz de distancia, ya no sólo por la resolución que es necesario que tengan las ópticas del telescopio con el que intentemos verlo. Es que además el brillo de la estrella alrededor de la que orbita va a cegar al telescopio. Pero para eso se utiliza un coronógrafo, que es un dispositivo que bloquea la luz de la estrella. Salvando todas las distancias es como cuando pones una mano para intentar ver algo que está cerca de una luz muy brillante. En la imagen de arriba está marcado por la estrella y el círculo de rayas.

Había indicios desde 2018 de la existencia de Epsilon Indi Ab, obtenidos mediante el método de la velocidad radial, que básicamente mide las variaciones en la velocidad de desplazamiento de la estrella causadas por la masa del planeta. Pero hasta que el Webb lo ha visto no teníamos ninguna otra confirmación de su existencia.

Lo que pasa es que ha resultado ser bastante distinto de lo que se esperaba: Epsilon Indi Ab es el doble de masivo, está un poco más lejos de su estrella y tiene una órbita diferente de lo que indicaban los datos obtenidos con las observaciones de 2018. Así que hay que investigar esas discrepancias, algo para lo que el equipo que ha obtenido las imágenes espera poder volver a utilizar el Webb.

Por lo que sabemos de él ahora Epsilon Indi Ab es un gigante gaseoso con una masa varias veces la de Júpiter y una temperatura de unos 2 ºC, lo que es toda una novedad, ya que hasta ahora todos los planetas extrasolares de los que habíamos obtenido imágenes directas –unos 25– eran mucho más calientes. Y es que es necesario que brillen con luz propia para que el telescopio los pueda ver. Y ninguno hasta ahora tenía la sensibilidad del Webb en el infrarrojo medio.

De hecho su temperatura nos permite suponer que es un planeta relativamente maduro con una edad de entre 3.500 y 5.700 millones de años, lo que lo convierte en el planeta extrasolar más viejo que hayamos visto. Los demás tienen todos menos 500 millones de años; y de hecho 19 de los 25 tienen menos de 100 millones de años.

Obtener imágenes directas de exoplanetas es algo especialmente valioso de cara a saber de qué están compuestas sus atmósferas al poder estudiarlas en distintas longitudes de onda. Eso nos permitirá hacernos una idea de cuántos planetas hay por la galaxia con atmósferas compatibles con la vida tal y como la conocemos.

Y de hecho esa es una de las funciones para las que ha sido diseñado el Webb, algo que acaba de demostrar que es capaz de hacer, aunque apenas haya empezado con ello. Pero ojo, esto no quiere decir que el Webb vaya a ser capaz de detectar vida. Entre otras cosas porque aún no tenemos clara una definición de lo que es la vida.

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Por @Wicho — 6 de Agosto de 2024

Vista de la cápsula ya atracada en la EEI
La SS Francis R. Scobee ya atracada en la EEI – NASA TV

Esta mañana a las 9:11, hora peninsular Española (UTC +2), el astronauta de la NASA Matthew Dominick capturaba la cápsula de carga Cygnus NG 21 con el brazo robot de la Estación Espacial Internacional (EEI) en la que, por cierto, era la captura número 50 de una cápsula por su parte. Luego, ya bajo el control del personal de tierra, el brazo la acopló al puerto inferior del módulo Unity a las 11:33, completando su viaje a la EEI. Pero con susto mediante.

Y es que tras ser puesta en órbita el pasado domingo la NG 21 no hizo los dos primeros encendidos programados de sus motores que tenían que haber comenzado a acercarla a la Estación. La NASA no ha dado muchos detalles pero parece que el problema estuvo en una indicación de presión baja en el sistema de propulsión, por lo que el sistema de control, tal y como está programado, inhibió el encendido de los motores.

Aunque tras revisar los datos el equipo de Northrop Grumman decidió que la presión era aceptable. Así que reprogramaron la maniobra de aproximación y la cápsula finalmente llegó a la Estación sin ningún tipo de retraso. Menos mal, porque la NASA últimamente no gana para sustos como por ejemplo con la Starliner o con la Europa Clipper.

Foto del brazo robot y de la cápsula desde el itnerior de la EEI
Foto del brazo robot y de la cápsula desde el itnerior de la EEI – NASA

La cápsula lleva a bordo 3.719 kg de carga que se reparten en 1.021 kg de suministros para la tripulación, 1.220 kg de material científico, 43 kg de equipo para paseos espaciales, 1.560 kg de materiales para la Estación como por ejemplo una bomba para el procesador de orina de la Estación, y 13 kg de recursos informáticos.

También van a bordo un kit de reparación para el telescopio de rayos X NICER y las piezas para la instalación de un último panel solar desenrollable iROSA.

La cápsula, que ha sido bautizada SS Francis R. Scobee en honor al astronauta de la NASA que falleció en el desastre del Challenger en el que volaba como comandante, permanecerá atracada en la Estación hasta enero.

Su misión terminará en una reentrada controlada en la atmósfera en la que la cápsula se destruirá junto con materiales de desecho y ya no necesarios a bordo de la Estación.

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Por @Alvy — 6 de Agosto de 2024

Avances en literatura: Books in Progress permite crear libros de forma colaborativa

Books in Progress es una forma de escribir libros publicando poco a poco los borradores de cada capítulo pero abriéndolos en todo momento a comentarios y colaboraciones de los lectores. Es una iniciativa literaria de la gente de Works in Progress, el legendario Stewart Brand (fundador del Whole Earth Catalog y de The WELL) y Stripe Press.

En sus propias palabras:

Book in Progress es lo que llamamos una «herramienta de redacción pública»: El público puede comentar los borradores y así se permite una colaboración directa entre autor y lector.

Los lectores pueden comentar un pasaje del texto o responder a otro comentario. El autor acepta o rechaza esos comentarios. Una vez que se aplican los cambios de los comentarios se crea una nueva versión del borrador y se archiva la actual. A discreción del autor, se dará las gracias por escrito a quienes hayan hecho comentarios útiles.

Se puede ver un ejemplo de cómo funciona esta idea en Maintenance: Of Everything, del propio Stewart Brand, dedicado a la reparación de trastos diversos, la informática viejuna, el fin de los vehículos de combustión y las armas de guerra (muy americano eso).

En cierto modo este formato es algo a medio camino entre un blog, un foro, un wiki y un CMS (sistema de gestión de contenidos), con facilidades para añadir notas a pie de página, enviar, revisar y aceptar comentarios y todas esas funciones de ya conocemos y que suelen diferenciar a unos formatos de otros.

A mi me parece bien resuelto, con un diseño elegante y simple y una idea que podría servir como herramienta colaborativa para libros temáticos en los que hay varios autores interesados y muchas posibles citas o versiones (se me ocurre: «La historia de la informática en España»). Cuestión de probarlo, supongo.

De momento no tiene muchos contenidos porque solo está Maintenance: Of Everything a modo de ejemplo, pero por algo se empieza.

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{Traducción cortesía de DeepL}

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