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Columna
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Pues vámonos de ‘after’

Se Acabó La Fiesta suma 30.000 seguidores nuevos en 72 horas y llega a 529.000. Las búsquedas en YouTube con el nombre de Alvise Pérez crecen un 400% en una semana

Asistentes al acto de campaña de Alvise Pérez en la Plaza Colón de Madrid
Asistentes a un mitin de Se Acabó la Fiesta el día 7 en Madrid.Claudio Álvarez
Manuel Viejo

Ya falta menos para otro partido de izquierdas. Un tuitero acaba de plantear poner en marcha otra formación —en España solo hay 6.294 partidos en activo, según el Ministerio del Interior— como respuesta al Se Acabó La Fiesta de Alvise Pérez que, dicho sea, celebró su resultado en las europeas del domingo en una conocida discoteca de Madrid y con un invitado de excepción: el Pequeño Nicolás. Afortunadamente, todo eso pasó en la noche electoral: el Pequeño Nicolás, obviamente, también quiso fundar un partido para las europeas de 2019. Llamado Influencia Joven, no salió adelante porque no logró las 15.000 firmas necesarias. “Estoy hasta contento”, dijo después en una entrevista. “El partido va a seguir en pie con el objetivo de que sea el que más jóvenes afiliados tenga. Lo vamos a conseguir”. Dicho y hecho. Nada se sabe del partido desde entonces.

El nombre de la formación que sugiere @diostuitero para contrarrestar a Alvise se llama Pues Vámonos de After. Quizá sea la mejor respuesta al panorama que se avecina. Ay, nuestra querida España, esa España nuestra. Menos mal que ya solo faltan cinco años para las próximas europeas. Hay que recordar que de la pandemia se dijo que saldríamos mejores. Hemos salido tan, tan bien, que España ya está casi fuera. Y menos mal, también, que existe X (antes Twitter) para echar un rato y desconectar porque en Telegram… cómo está Telegram. De momento, Alvise ha sumado 30.000 seguidores nuevos en 72 horas y ya está en 529.000. Las búsquedas en YouTube con su nombre han crecido un 400% en una semana. Su nombre se dispara en las búsquedas de Google hechas en Castilla y León, La Rioja, Asturias, Cantabria y Aragón. Y el Gobierno menciona su nombre cada dos por tres. El globo de la fiesta se infla. La patata caliente del Grand Prix empieza. Vámonos de after.

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Y cómo está el patio en X tras la noche del domingo. Quizá el mejor resumen sea el de una usuaria que ha subido un vídeo de Belén Esteban de apenas cinco segundos para explicar la crisis de Sumar: “Sumar, restar, multiplicar y dividir, ¿vale?”. Vale. Para entender la división de los partidos de este lado del hemiciclo basta con mirar un rato el perfil de Pablo Iglesias, que el martes publicó un cartel de una manifestación republicana prevista en Madrid. Conviene recordar que, en la dictadura en la que estamos, hubo otra manifestación contra la amnistía y contra Pedro Sánchez hace tres domingos y, ahora, para el próximo domingo, pues se prevé una a favor de la República. Lógico. Las dos —bendita dictadura— van a pasar por el mismo sitio: la puerta de Alcalá. Lo bueno de tantas manifestaciones es que sigilosamente se peatonaliza el centro de Madrid.

“No por previsto”, tuitea Iglesias, “deja de impresionar ver hoy a muchos periodistas que defendieron a Yolanda Díaz y alentaron la destrucción de Podemos, despellejarla sin pudor. Roma traditoribus non praemiat [Roma no paga traidores], dijo Servilio Cepión a los asesinos de Viriato. Calma y movimiento republicano”. Bien. La imagen que adjunta el exlíder de Podemos es una de Felipe VI, pero en lugar de poner VI, puso IV, y añadió: “El último”. Prometer acabar con los reyes que ya están muertos es más sencillo de lo que parece. Un usuario —quizá demasiado entregado— contestó: “Completamente de acuerdo, Pablo”. Otra, más historiadora, fue directa: “¿Qué pinta el pobre Felipe IV en esto? Bastante tuvo con la Guerra de los 30 años y perder Portugal”. 44 años duró el reinado de Felipe IV. Iglesias cambió después la fotografía de su mensaje y, como si no hubiera pasado nada, dio la vuelta a los palitos y puso “VI”. Cuando se quiere, se puede.

Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.
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