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El Diluvio (historia de Polonia)

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Guerra Sueco-Polaca de 1655-1660
Guerras del Norte
Parte de Segunda Guerra Nórdica

Defensa del Monasterio de Jasna Góra
Fecha 1655-1660
Lugar Polonia-Lituania, Suecia
Casus belli El dominio del mar Báltico
Resultado Paz de Oliva
Cambios territoriales Conquista de la Prusia Ducal
Beligerantes
Suecia
Prusia (1656- noviembre de 1657)
Cosacos
Gran Ducado de Lituania (Rebelión Radziwiłł)
Zarato de Rusia
Transilvania
Principado de Moldavia
República de las Dos Naciones
Kanato de Crimea
Archiducado de Austria (desde agosto de 1657)
Reino de Hungría (desde agosto de 1657)
Comandantes
Carlos X Gustavo
Carl Gustaf Wrangel
Federico Guillermo I, Elector de Brandeburgo
Alejo I de Rusia
Juan II Casimiro Vasa
Esteban Czarniecki
Prior Agustín Kordecki
Fuerzas en combate
Total de 191 000 Polonia-Lituania: 50 000 hombres
Monarquía Habsburgo: 17 000 hombres
Tártaros de Crimea: 2000 hombres

El Diluvio (en polaco: Potop Szwedzki, «El diluvio sueco») fue un periodo conflictivo de la historia de Polonia que comenzó en 1655 y al cual se puso fin formalmente con la paz de Oliva en 1660. Coincidió con la Segunda Guerra del Norte (1655-1660).

En 1655 el ejército sueco invadió Polonia, que se encontraba debilitada por la guerra con los cosacos y Rusia, y ocupó casi todo el país. Mientras, rusos y cosacos invadieron los territorios orientales.

El punto de inflexión en la guerra se dio en la defensa del monasterio de Jasna Góra. Que forzo a los suecos a negociar, pero la guerra y la ocupación de casi todo el país por una inundación de tropas suecas causó grandes daños a la Mancomunidad, incluida la muerte de una parte significativa de la población debida a las hostilidades, al hambre y a las enfermedades; el saqueo de tesoros culturales polacos por el ejército sueco; y, finalmente, la pérdida de la soberanía polaca sobre Prusia.

El Tratado de Bromberg-Wehlau, firmado entre el rey polaco Juan II Casimiro Vasa y el elector Federico Guillermo I, en 1657 permitió el fortalecimiento del estado de Brandeburgo en la política europea. El final del Diluvio marcó asimismo el fin de la época dorada de la República de las Dos Naciones. Un cuarto de la población del país pereció a consecuencia de él y de las plagas que azotaron al país durante el conflicto; la economía del país también quedó muy maltrecha.[1]

Invasión

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El Diluvio: invasión sueca, rebelión cosaca y guerra con Rusia.

La conquista rusa de Bielorrusia alarmó al nuevo soberano sueco, Carlos X Gustavo, quien había obtenido el trono tras la abdicación de Cristina de Suecia en 1654 y temía que los rusos amenazasen sus posesiones en Livonia.[2]​ Al principio, propuso una alianza al rey polaco Juan II Casimiro Vasa, pero las negociaciones resultaron infructuosas: Carlos Gustavo deseaba extender sus posesiones en el mar Báltico y Juan Casimiro seguía ambicionando la corona sueca.[3]

El fracaso de las conversaciones sueco-polacas precipitó la invasión de la República de las Dos Naciones, mal preparada para afrontarla.[3]​ La larga guerra con los cosacos y la nueva participación de Rusia en el conflicto habían puesto en un aprieto a Polonia-Lituania, y el país se hallaba en mala situación para combatir a un nuevo enemigo.[3]​ Los nobles, hartos de los altos impuestos necesarios para sufragar la guerra con los cosacos, no estaban dispuestos a aumentarlos para pagar a las tropas reales necesarias para hacer frente al ejército sueco, veterano de la guerra de los Treinta Años.[3]​ Los aristócratas creían que era la ambición de Juan Casimiro y sus deseos de hacerse con la corona sueca los que habían desbaratado las negociaciones con el país vecino y desencadenado la nueva contienda.[3]

Con los escasos fondos que aprobó el Sejm en junio de 1655, el ejército polaco, mal mandado, dependía fundamentalmente de las levas de los nobles.[3]​ A los siete mil soldados de caballería y seis mil quinientos de infantería reunidos con los fondos concedidos por el Parlamento se unieron treinta y tres mil jinetes aportados por los nobles.[3]

Victorias suecas

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Gracias a la connivencia de Brandeburgo que permitió a las veteranas tropas suecas desplegadas en Alemania cruzar su territorio, los suecos acometieron a los polaco-lituanos desde una dirección inesperada: el oeste.[3]​ Los catorce mil veteranos del general Arvid Wittenberg desbarataron a los mil quinientos peones profesionales y trece mil jinetes de las levas de los nobles polaco-lituanos y obtuvieron su rendición en Ujście el 24 de julio de 1655.[3]

A continuación, Carlos Gustavo desembarcó con refuerzos y condujo al ejército al interior de Polonia.[3]​ Tras vencer de nuevo al enemigo en Piątek, entró en Varsovia, que Juan Casimiro había abandonado.[3]​ Tras batir a este nuevamente en el territorio de la Pequeña Polonia, Carlos Gustavo derrotó a los restos de los ejércitos polaco-lituanos y Esteban Czarniecki rindió Cracovia; Juan Casimiro se refugió en Silesia.[3]

Conquista sueca de la Gran Polonia

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El 05 de julio, el primer ejército sueco, dirigido por el mariscal Arvid Wittenberg, partió de Szczecin, y, el 21 de julio, cruzó la frontera polaca cerca de Czaplinek. Junto al mariscal estaba Jerónimo Radzievsky, el ex canciller de la corona.

En ese momento, el gobierno polaco reunió apresuradamente una milicia de la Gran Polonia (Pospolite Ruszenie), cerca de Újscie (al norte de Poznan). Al frente del ejército polaco estaban: Boguslaw Leszczynski, el gran tesorero de la corona; Krzysztof Opaliński, el voivoda de Poznan; y Andrzej Karol Grudzinski, el voivoda de Kalisz.

El 24 de julio, el ejército dirigido por Arvid Wittenberg capturó los cruces a través del Río Notec, bloqueando completamente a los polacos cerca de Újscie.

El 25 de julio, la milicia de Gran Polonia, rodeada y sometida a fuego de artillería, capituló. El mando sueco, junto con el ex canciller, se acercó a la Asamblea de la República de las Dos Naciones de la Gran Polonia, reunida por el gobierno polaco, con una propuesta para iniciar negociaciones, que fue recibida con júbilo y saludos de artillería y armas de fuego.

Según el acuerdo firmado, los magnates y nobles de la Gran Polonia reconocieron al Rey sueco como su protector y transfirieron todas las posesiones e ingresos reales a su disposición. Krzysztof Opaliński, el voivoda de Poznan; y Andrzej Karol Grudzinski, el voivoda de Kalisz; entablaron negociaciones secretas y concluyeron un acuerdo separado con el mando sueco. Así, los voivodados de Poznan y Kalisz quedaron bajo el dominio del Rey sueco.[4]

Después de la capitulación de la milicia, el ejército sueco se abrió camino hacia Polonia sin luchar.[5]​ El 31 de julio, el Mariscal Arvid Wittenberg ocupó la ciudad de Poznan sin resistencia. Los magnates y nobles polacos, descontentos con el gobierno del Rey Juan Casimiro, comenzaron a desertar al lado del rey sueco. Desde Poznan, Arvid Wittenberg con el primer ejército sueco se trasladó a Sroda, donde acampó esperando la llegada de su Rey.

A principios de julio, las tropas rusas se concentraron en Minsk y avanzaron hacia Vilna. Entonces, Janusz Radziwiłł, el gran Hetman de Lituania; y Jerzy Tyszkiewicz, el obispo de Vilna; enviaron urgentemente sus mensajeros a los suecos. El 26 de julio, los enviados del Hetman y del obispo llegaron al noble sueco Magnus Gabriel De la Gardie, con la solicitud para enviar enviar tropas rápidamente a Biržai y Vilna.

Secesión lituana

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Mientras, en el este, las tropas lituanas continuaban sufriendo derrotas a manos de rusos y cosacos.[3]Janusz Radziwiłł, gran hetman de Lituania que mantenía tensas relaciones con el rey ,y gran duque, de Lituania Juan Casimiro, decidió romper la Unión de Lublin y admitir la soberanía sueca.[3]​ El Unión de Kėdainiai del 18 de agosto de 1655 reconocía a Carlos Gustavo rey de Lituania.[3]​ Este se negó a aceptar una unión sueco-lituana en pie de igualdad, pero prometió respetar los privilegios de la nobleza y nombrar un virrey lituano para el territorio.[3]​ Un primo de Janusz, Bogusław Radziwiłł, también firmó un acuerdo con los suecos.[3]​ Otra parte de la nobleza lituana prefirió pactar con el zar ruso Alejo I, mientras que un tercero permaneció fiel al gran duque de Lituania Juan Casimiro.[6]

Campaña sueca en el Gran Ducado de Lituania

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Del 29 al 30 de julio, las tropas suecas, bajo el mando del Mariscal Gustavo Adolfo Lewenhaupt, comenzaron a cruzar el Río Daugava. El 1 de agosto, Lewenhaupt recibió la orden de ocupar todas las tierras del Gran Ducado de Lituania que aún no estaban controladas por las tropas rusas. El cuartel general principal de los suecos se ubicaría en la Fortaleza de Radziwiłł, en la frontera con Curlandia, desde donde las tropas suecas debían marchar hacia Biržai y Kaunas.

Las tropas lituanas se rindieron al ejército sueco sin luchar, pero surgieron problemas con la implementación de la otra parte del plan: las tropas rusas capturaron Vilna (entre 29 y 31 de julio) y, el 6 de agosto, emprendieron una marcha forzada hacia Kaunas.[5]

Los suecos se centraron en fortalecer sus posiciones en la ruta del Río Daugava. El destacamento del capitán Uhlenbrock ocupó Braslaw, Ikazn y Druya.[5]

Campaña de Carlos X Gustavo de Suecia

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El 19 de julio, el Rey Carlos X Gustavo de Suecia y su ejército desembarcaron en el puerto de Wolgast en Pomerania, el 10 de agosto se trasladaron a la frontera polaca al frente del segundo ejército y cruzaron la frontera polaca cerca de Tuchnia. En Rogozno, el rey sueco fue recibido por los gobernadores de Poznan y Kalisz, a cuya petición debía aprobar el tratado polaco-sueco cerca de Újscie.[4]

En Polonia, Carlos X dividió su ejército: el propio rey con una parte del ejército avanzó hacia Konin y Koło, mientras que el General Gustav Otto Stenbock con otra parte avanzó hacia Uiste y Gniezno. En Koło se unirían las tropas dirigidas por Carlos X y por Stenbock.

El 17 de agosto, Jan Koniecpolski, el gobernador del Voivodato de Sieradz, se puso del lado del Imperio Sueco.[4]

El 18 de agosto de 1655, el Rey Juan II Casimiro, partió, con su guardia, de Varsovia hacia Łęczyca, donde estaba estacionado el ejército polaco bajo el mando de Stanislav Lyantskoronsky, entonces el Atamán de la corona, ademas: las milicias nobles de Cuyavia y de la tierra de Łęczyca comenzaron a reunirse en Łowicz.

El 24 de agosto, cerca de Konin, Carlos X se unió al ejército sueco dirigido por Mariscal Arvid Wittenberg. El 25 de agosto, el ejército sueco unido marchó de Konin a Koło. Aquí, el ejército dirigido por Stenbock se unió al ejército dirigido el Rey Carlos X. El 27 de agosto, cerca de Koło, el ejército sueco cruzó el Río Varta y, el 31 de agosto, se trasladó a Varsovia. El 1 de septiembre, el Rey Carlos X llegó a Kutno, donde se enteró de que el Rey Juan II Casimiro había reunido grandes fuerzas cerca de Pyatok.

El 2 de septiembre, el ejército sueco derrotó al ejército de la nobleza polaca, en la Batalla de Sobota. Entonces, el Rey Juan II Casimiro se vio obligado a retirarse hacia el interior del país.

El 4 de septiembre, los suecos ocuparon Łowicz, entonces, el Rey Carlos X se trasladó con sus fuerzas principales a Varsovia, enviando el cuerpo sueco de del Mariscal Arvid Wittenberg en persecución del ejército polaco en retirada. Juan II Casimiro abandonó Varsovia y se trasladó a Wolbórz.

El 8 de septiembre, el Rey Carlos X entró en Varsovia, capital de facto de la República de las Dos Naciones, sin resistencia, y, el 11 de septiembre abandonó la ciudad y continuó su avance hacia el interior de Polonia. Ademas, dejó una gran guarnición en Varsovia, dirigida por Benedict Oxesherna, y el cuerpo dirigido por el General Stenbock permaneció cerca de la capital. Mientras tanto, el Rey Juan II Casimiro, perseguido por la vanguardia sueca, se retiró a Cracovia.

El 9 de septiembre, Esteban Czarniecki derrotó a un destacamento sueco, que formaba parte de la vanguardia del Mariscal Arvid Wittenberg, en una batalla cerca de Inowlodzem. En respuesta, Wittenberg capturó y asoló las ciudades polacas de Inowlodz, Dzevica, Odzhiwul y, el 12 de septiembre, tras un breve asedio, tomó Opoczno. El rey sueco, habiendo recibido un informe sobre la concentración de fuerzas militares enemigas cerca de Wolbórz, se trasladó con las fuerzas principales tras de Arvid Wittenberg.

El 15 de septiembre, Juan II Casimiro y su ejército llegaron a Zarnów y, el 16 de septiembre, fueron derrotados en la Batalla de Żarnów, por el ejército sueco bajo el mando del General Stenbock y Magnus Delagardie. Con los restos del ejército derrotado, Juan II Casimiro se retiró a Cracovia a través de Włoszczowa y Żarnowiec. La retirada del Rey fue cubierta por las tropas dirigidas por Stanislav Lyantskoronsky, el atamán de la corona.

El 19 de septiembre, el Rey Juan II Casimiro llegó a Cracovia y, el 25 de septiembre, junto con su esposa y un pequeño séquito de dignatarios, salió de Cracovia hacia la Silesia, que formaba parte de los dominios de los Habsburgo. Antes de su partida, el Rey Juan II Casimiro nombró Esteban Czarniecki, comandante de la guarnición polaca en Cracovia.

El mismo día (25 de septiembre), Cracovia fue asediada por el ejército sueco bajo el liderazgo personal del Rey Carlos X. A pesar de la importante superioridad numérica del enemigo, Esteban Czarniecki, al frente de una pequeña guarnición, se defendió valientemente durante casi un mes.

Asedio de Leópolis

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El 29 de septiembre, Stanisław Rewera Potocki, el gran Hetman de la corona, fue derrotado en la Batalla de Horodok por un ejército ruso-cosaco unido bajo el mando del boyardo Vasily Borisovich Sheremetev y Bogdán Jmelnitski, el Hetman del Ejército de Zaporiyia. Casi al mismo tiempo, el ejército cosaco, apoyado por el líder militar ruso Vasily Vasilyevich Buturlin, inició el Asedio de Leópolis.

El 6 de octubre se iniciaron las negociaciones, que mostraron la diferencia entre los dos conjuntos de tropas que atacaban a la República de las Dos Naciones. Jmelnitski se inclinaba a hacer concesiones (acordó un rescate), sin emgargo, Buturlin insistió en la rendición inmediata de Leópolis, que, en su opinión, también debería formar parte del Zarato Ruso. Por otra parte, el rey sueco, Carlos X exigió el fin del asedio de Leópolis por parte de las tropas cosacas y su regreso a la Ucrania del Dniéper.

La facilidad de las victorias del ejército sueco sobre los polacos llevó al rey sueco a la opinión de que no era apropiado extender el poder de los cossacos a las tierras de Ucrania Occidental.

El asedio de Leópolis continuó hasta principios de noviembre. En ese momento, los tártaros aparecieron en la retaguardia del ejército cosaco y Jmelnitski, después de recibir una indemnización de 60 mil zlotys de los residentes de Leópolis, fue a luchar contra los tártaros.[7]​. Una semana después, los ejércitos cosacos y de Moscú fueron atacados por el Khan de Crimea cerca de Ozyornaya y Ternópil. El 22 de noviembre se concluyó una tregua que forzó Jmelnitski y Buturlin a regresar sin gloria a la Ucrania del Dniéper.

Otras batallas entre suecos y polacos

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Por otro lado, Stanislav Lanckoronsky, el Hetman de la corona polaca que cubría la huida del Rey Juan Casimiro, se trasladó con un pequeño ejército polaco de Cracovia a Tarnów, donde se unió a los tropas dirigidas por de Stanislav Potocki. En este contexto, Carlos X ordenó al Mariscal Arvid Wittenberg que continuara el Asedio de Cracovia y, dejándole ocho mil soldados, avanzó con las fuerzas principales contra Stanislav Lanckoroński.

A finales de septiembre de 1655, la flota sueca bajo el mando del Almirante y Mariscal Carl Gustaf Wrangel entró en el Golfo de Gdansk. Los suecos capturaron la ciudad polaca de Hel y avanzaron hacia Puck. Sin embargo, los destacamentos de Jakub Wejher, el Gobernador de Malbork y la milicia noble de los distritos de Pomerania rechazaron a los suecos.

Al mismo tiempo, un otro ejército sueco bajo el mando del General Henrik Horn af Marienborg invadió la Prusia Real desde Pomerania y capturó las ciudades de Bydgoszcz, Czluchow y Tuchola y luego se trasladó a Puck, pero la fuerza de desembarco sueca ya había sido rechazada en ese momento. Entomves, el General Henry Horn y su ejército se trasladaron al sur para unirse a las fuerzas principales bajo el liderazgo del Rey Carlos X.

Del 20 al 30 de septiembre, el cuerpo sueco del General Stenbock, dejado por Carlos X en la región de Varsovia, derrotó a la milicia de la nobleza de Mazovia bajo el mando de Jan Krasiński, el gobernador de Plock, en batallas cerca de Zakroczym. Después de esto, Mazovia se vio obligada a someterse a la autoridad del Rey de Suecia.

El 3 de octubre, en la Batalla de Voynich, el ejército sueco de Carlos X derrotó al ejército de la nobleza polaca dirigido por Stanislav Lanckoroński y los restos del ejército polaco se retiraron a Tarnów, donde se rindieron al rey sueco. Los magnates polacos Alexander Koniecpolski, Dmitry Jerzy Wiśniowiecki y Juan Sobieski, junto con sus equipos de la corte, se pusieron voluntariamente al servicio del Rey Carlos X Gustavo de Suecia.

El 6 de octubre, el Rey Carlos X regresó a Cracovia con su ejército, y, el 19 de octubre, Stefan Czarnecki abandonó Cracovia, con un pequeño destacamento polaco, en la que entraron las tropas suecas. El mismo día, Stanislav Lanckoroński y los restos de su división juraron lealtad a Suecia.

El 21 de octubre, los voivodas de Cracovia, Sandomierz, Kiev, Rutenia, Volinia, Lublin y Belz reconocieron la autoridad suprema del rey sueco.

El 28 de octubre, cerca de Grodek, Stanislav “Revera” Potocki, el gran atamán de la corona y gobernador de Kiev, prestó juramento de lealtad al Rey Carlos X, con los restos del ejército polaco.

Así, en cuatro meses, el ejército sueco bajo el mando del Rey Carlos X, ocupó todo el territorio de la Polonia étnica (Gran Polonia, Mazovia y Pequeña Polonia). Las guarniciones militares suecas estaban estacionadas en todas las grandes e importantes ciudades y castillos polacos (Poznan, Kalisz, Gniezno, Varsovia, Cracovia, Brest-Kujawski, Łęczyca, Sieradz, Inowrocław, Rawa, Płock, Lublin, Sandomierz y otras). La mayoría de los magnates y nobles polacos reconocieron la autoridad del Rey Carlos X. Los nobles Alexander Koniecpolski, Juan Sobieski y Dmitry Jerzy Wiszniewiecki, junto con sus destacamentos en casa, se pusieron al servicio del rey sueco y participaron en la conquista de su patria. Los éxitos del ejército sueco en Polonia estuvieron determinados por la posición capitulatoria de los magnates polacos y parte de la nobleza, que reconocieron el poder del Rey Carlos X.

El 30 de octubre de 1655, el Rey Carlos X con las principales fuerzas del ejército sueco abandonó Cracovia y emprendió una campaña contra la Prusia Real. Junto con el rey sueco, marchó el ejército polaco dirigido por Alexander Konetspolsky. En Cracovia, Carlos X instaló una guarnición sueca bajo el mando del general Pablo Wirtz. El Mariscal Arvid Wittenberg fue nombrado gobernador sueco de la Pequeña Polonia.

En el otoño de 1655, las tropas del Rey Carlos X marcharon contra la Prusia Real, que se negaba a someterse voluntariamente a la autoridad sueca. Jakub Wejher, el voivoda de Pomerania, permanecia leal al Rey Juan II Casimiro. Por orden del Rey Carlos X, un ejército sueco bajo el mando de Magnus Delagardie se trasladó de Lituania a Prusia.

El 29 de septiembre, Magnus Delagardie cruzó el Río Neman cerca de Veluona e invadió Prusia la Oriental. Por otro lado, Federico Guillermo I de Brandeburgo, el Príncipe Elector de Brandeburgo, duque de Prusia y vasallo de la República de las Dos Naciones, concluyó, el 12 de noviembre de 1655, una alianza de defensa con Polonia y se comprometió a enviar un ejército para ayudar a los gobernadores polacos en Prusia.

El 18 de noviembre, tropas suecas e polacas dirigidas por el teniente general Burchard Müller von der Lühne sitiaron el monasterio católico de Jasna Góra en Częstochowa, pero los polacos se negaron a continuar en el asedio. El monasterio consiguió repeler todos los ataques suecos.

El 19 de noviembre, el cuerpo sueco del General Stenbock, adelantándose a las fuerzas principales del Rey Carlos X, tomó Czervinsk y luego Brodnica. El 26 de noviembre, el General Stenbock asedió la gran ciudad polaca de Torún, que, el 2 de diciembre, capituló, donde las tropas de Carlos X se unieron a las de Stenbock. Mientras tanto, los regimientos de Federico Guillermo I de Brandeburgo se concentraron cerca de Kwidzyn, Iława y Pasłęk, defendiendo las líneas de Prusia Oriental. Entonces, el corpo del General Stenbock se trasladó a Varmia y sitió las fortalezas de Grudziądz y Elbląg. El 22 de diciembre Elbląg se rindió a los suecos.

Liga sueco-brandeburguesa

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Cuando los suecos se apoderaron de Malbork, Federico Guillermo I de Brandeburgo, preocupado por conservar Königsberg, se coligó con ellos.[6]​ Para entonces, la conquista del territorio parecía completa, pues apenas quedaban algunos puntos aislados que todavía resistían a los suecos, entre ellos Gdansk y el monasterio de Jasna Góra, cercano a Częstochowa.[6]

Reacción polaco-lituana

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La administración sueca, que impuso confiscaciones y requisas y permitió en ocasiones la profanación y el saqueo de iglesias católicas, atizó la resistencia de polacos y lituanos.[6]​ Ya en el otoño de 1655, las bandas formadas por nobles, burgueses y campesinos expulsaron a los suecos de algunas zonas remotas del país.[6]​ El siguiente revés para los suecos fue la sublevación del hetman Stanisław Potocki que, disgustado porque estos no pagaron a sus soldados, se rebeló el 29 de diciembre y formó una liga de nobles contraria a la ocupación, la llamada Confederación de Tyszowce.[6]

En Jasna Góra, los suecos tuvieron que retirarse, mientras Juan Casimiro atizaba el descontento con los ocupantes y se concertaba con los tártaros de Crimea contra sus enemigos.[6]​ La explotación sueca y rusa de Lituania suscitó levantamientos campesinos, que facilitaron que el hetman de campo lituano Wincenty Gosiewski expulsase a los suecos del territorio entre 1659 y 1660.[6]

Juan Casimiro volvió a tomar el mando de los nuevos ejércitos, nutridos por una nueva gran leva.[6]​ Los restos de las tropas regulares al mando de Esteban Czarniecki se dedicaban a desbaratar las líneas de comunicación suecas, evitando en todo momento las batallas campales con las principales fuerzas enemigas.[6]​ Los polaco-lituanos hostigaban a estas con tácticas de guerrilla que las obligaron a encerrarse en las plazas fortificadas.[6]​ Las victorias polacas hicieron crecer el ejército, que alcanzó los sesenta mil hombres, la mitad de ellos soldados regulares.[6]

El 30 de junio de 1656, Juan Casimiro recuperó Varsovia tras un corto asedio, aunque un mes más tarde perdió una batalla librada en los alrededores de la ciudad.[6]​ La victoria sueca no detuvo, empero, su retirada.[6]​ Las alianzas de Carlos Gustavo con los transilvanos, cosacos y brandeburgueses no bastaron para desbaratar por completo la recuperación polaco-lituana.[8]​ En enero de 1657, sin embargo, el príncipe transilvano Jorge Rákóczi II, a quien Carlos Gustavo le había prometido el trono polaco-lituano, invadió el sur de Polonia con cuarenta mil soldados y levantó el cerco de Cracovia, donde los suecos estaban asediados por las fuerzas de Juan Casimiro.[8]​ No obstante, abandonado por los suecos y derrotado en Medzhybizh el 24 de julio, Jorge Rákóczi renunció al trono polaco-lituano y se retiró a su territorio.[8]​ Mientras se retiraba su ejército fue aniquilado por los tártaros de Crimea, lo que permitió a los polacos talar Transilvania.[8]

Por su parte, también los polaco-lituanos forjaron alianzas con los enemigos de Suecia.[8]​ Los austriacos enviaron tropas para combatir junto a Juan Casimiro, si bien este tuvo que pagarlas.[8]​ Los daneses invadieron el sur de Suecia para tratar de recuperar Escania, lo que obligó a Carlos Gustavo a trasladar tropas a Suecia para repeler la acometida.[8]​ Para remate, el elector de Brandeburgo cambió de bando y se coligó con Juan Casimiro, a cambio de obtener para sí el Ducado de Prusia (Tratado de Wehlau del 19 de septiembre de 1657).[8]

Los rusos habían firmado la paz en Vilna el 3 de noviembre de 1656.[8]

Con nuevos fondos aprobados por el Sejm, el ejército pudo reconquistar las ciudades pomeranas aún en poder de los suecos en 1658 y 1659.[8]​ En noviembre de 1658, cayó Toruń tras un largo asedio.[8]

Negociaciones y paz

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Los suecos entablaron negociaciones con los polaco-lituanos con mediación de Francia.[8]​ La paz que puso fin al conflicto se firmó el 3 de mayo de 1660 (Tratado de Oliva) y devolvió las fronteras al trazado anterior al conflicto.[8]​ Las concesiones polaco-lituanas incluyeron la renuncia a reclamar Livonia y la corona sueca y la confirmación de la independencia del Ducado de Prusia.[8]

Véase también

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Referencias

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  1. «A Commonwealth of Diverse Cultures - Poland's Heritage». Archivado desde el original el 24 de junio de 2011. Consultado el 30 de agosto de 2011. 
  2. Stone, 2001, pp. 166-167.
  3. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p Stone, 2001, p. 167.
  4. a b c Pavlishchev N.I. La anarquía polaca bajo Jan Casimir y la guerra por Ucrania. San Petersburgo., 1887.
  5. a b c El estado ruso y sus vecinos occidentales (1655-1661), en ruso, consultado el 31/07/2024.
  6. a b c d e f g h i j k l m n Stone, 2001, p. 168.
  7. Ígor Mélnik. Obloga de Lviv 1655 roca // Zbruč, 08.11.2015
  8. a b c d e f g h i j k l m n Stone, 2001, p. 169.

Bibliografía

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