Shunga
El shunga (春画? lit. «imágenes de primavera») es un género de estampas japonés que tiene como tema principal la representación del sexo. Está vinculado, principalmente, con la producción gráfica conocida como «estampas del mundo flotante», o xilografía ukiyo-e, del período Edo (1603-1867), a partir de imágenes de álbumes o de ilustraciones de textos de la literatura popular de entonces, así como con la producción pictórica de la época. A pesar de que su producción estuvo marcada por regulaciones y prohibiciones por parte del gobierno, la realización de este tipo de obras continuó prácticamente hasta finales de la era Meiji, con la prohibición de material «obsceno» en el Código penal japonés del año 1907.
La traducción literal del vocablo japonés (de origen chino) shunga significa «traseros de primavera», ya que «primavera» es una metáfora común para el acto sexual. Las escenas describían relaciones sexuales de todo tipo, incorporando en ellas a los más variados actores de la sociedad japonesa de entonces, como a los miembros de la clase comerciante, samuráis, monjes budistas e inclusive seres fantásticos y mitológicos.
La gran mayoría de los ilustradores de ukiyo-e realizaron este tipo de imágenes debido, entre otras razones, a que tanto artistas como editores obtenían buenas sumas de dinero de la venta del material, incluso a pesar de estar vigente alguna prohibición, por lo que existe una gran cantidad de imágenes que fueron realizadas por ilustradores de renombre. Por otro lado las mismas prohibiciones llevaban a sus creadores a no firmar sus trabajos, pero para que la gente supiera el autor, desarrollaron una serie de artimañas, como poner en las imágenes sobrenombres o señales apenas perceptibles, que eran fácilmente identificables para el público de la época.
Tras la apertura de Japón a Occidente, a mediados del siglo XIX, el arte japonés contribuyó al desarrollo del movimiento conocido como japonismo. Coleccionaron shunga diversos artistas europeos, entre los que destacan Aubrey Beardsley, Edgar Degas, Henri de Toulouse-Lautrec, Gustav Klimt, Auguste Rodin, Vincent Van Gogh y Pablo Picasso, que poseía con una colección de 61 estampas de artistas japoneses reconocidos, que le sirvieron de inspiración durante los últimos años de su vida.
Se dice que el shunga ha servido, además, de inspiración para las imágenes del hentai, el cual también es sexualmente explícito.
Terminología
[editar]Esta manifestación visual es más conocida actualmente por el término shunga (春画? lit. «imágenes de primavera»),[1] donde «primavera» es un eufemismo para referirse a las relaciones sexuales.[2] Dicho término proviene del chino chungonghua 春宫画, que significa «pinturas del palacio primaveral».[3]
Durante su historia se han aplicado gran cantidad de términos para definir a este tipo de producciones, como makura-e (枕絵? lit. «estampas de cabecera»[1]), warai-e (笑い絵? lit. «estampas de risa»[1]), osokuzu-no-e (偃息図の絵? lit. «estampas de imágenes de [personas] recostadas y descansando»[4]), enga (艶画? «imágenes galantes»[5]), wajirushi (わ印? «estampa japonesa»[5]) e higa (秘画? lit. «imágenes secretas»[6]).
Tipologías
[editar]Las tipologías más comunes de shunga que se produjeron son tres:
- Los shunga emaki (春画絵巻?) eran rollos con formato horizontal,[7] muy populares entre los sacerdotes, la aristocracia y la clase samurái.[8] A lo largo del período Edo tuvo que competir con la popularidad y rentabilidad de otras tipologías como los álbumes y los libros ilustrados.[9] Es importante remarcar que estas pinturas circulaban en círculos más restringidos debido a su coste y disponibilidad, a causa del enorme trabajo y tiempo empleado en su producción.
- Los soroimono (揃物?) y kumimono (組物?) eran álbumes ilustrados que se imprimían a partir de la misma técnica xilográfica que el resto de las impresiones ukiyo-e, por lo que su producción comenzó a partir del período Edo. Dado que la superficie dedicada a la imagen era mayor que en los libros, y que éstas no se plegaban, permitían un nivel de cualificación técnica mucho mayor, que, por ende, incrementaba también su coste. Casi siempre contenían doce imágenes,[10] y mientras que los kumimono tenían una escena introductoria para el resto de las estampas, los soroimono tenían un título común que era impreso en todos los grabados.[11]
- Los enpon (艶本?) o shunpon (春本?) eran libros eróticos y, dentro de estos tres tipos, los más populares. Se produjeron a lo largo del período Edo y hasta comienzos de la era Taishō. Muchos de ellos se imprimían en blanco y negro, y otros se llevaban a versiones en color, utilizando el mismo desarrollo técnico que experimentó la historia del ukiyo-e. Casi siempre combinaban una sección de imágenes al principio con una sección de texto después que, por regla general, era alguna historia erótica de alguno de los escritores populares del momento, o en ocasiones del mismo ilustrador.
A diferencia del común de la xilografía ukiyo-e, el shunga no acostumbraba a producirse en láminas sueltas.[12] Sólo algún surimono puede encontrarse así, pero en contadas ocasiones. Las láminas sueltas que conocemos hoy como shunga, y que se encuentran en muchas colecciones, se subastan o se venden en tiendas o galerías especializadas de arte, originalmente pertenecían a algún álbum que fue desmontado y sus imágenes separadas.[13]
Historia
[editar]Antecedentes
[editar]Primeras obras eróticas
[editar]Durante la prehistoria de Japón, la religión nativa, hoy conocida como sintoísmo, estaba marcada por la libertad sexual, ya que sus creencias se basaban en la fertilidad, tanto del ser humano como de la Tierra.[14] Por ejemplo, según el mito de la creación de Japón relatado en el Kojiki y el Nihonshoki, los dioses Izanagi e Izanami crearon ocho grandes islas al practicar el coito.[15] Por tanto, el sexo no tenía una connotación vergonzosa, pecaminosa ni era un tabú,[14] a diferencia de la concepción occidental.[16] De este modo eran comunes en las expresiones artísticas las representaciones fálicas e imágenes sobre fertilidad.[13] Al día de hoy, aún se conservan en Japón algunas festividades relacionadas con este antiguo culto.[17]
Durante el siglo VI llegó el budismo a Japón a través de China, acontecimiento que marcó el fin del período Kofun.[18] Esta nueva religión se asentó en el país, y sus seguidores fundaron diversos templos en el territorio. Algunas fuentes señalan que las primeras formas de shunga surgieron precisamente en estos templos, en la forma de grafitis que hacían los monjes en las bases de las estatuas del siglo VII.[13][8] Uno de estos grafitis se encontró en una estatua en el templo Hōryū-ji, en el cual se observa la figura de una mujer en la parte superior y un falo debajo de ella.[13]
Durante los períodos Nara (712-793) y Heian (794-1186) surgió un tipo de dibujo conocido como osukuzu-no-e, que se centraba en explicaciones médicas,[19] aunque con tendencia a exagerar las proporciones de los genitales con la intención de mantener el interés visual (midokoro).[20] Durante finales del período Heian, uno de los principales exponentes del arte japonés fue Toba Sōjō, un monje budista de la rama shingon. Se le atribuye generalmente uno de los rollos más antiguos que se conservan, llamado Yōbutsu kurabe, donde se observa una competencia entre cortesanos por el tamaño de sus penes, deformes y exagerados de forma cómica.[19] Por otro lado, a partir del siglo XII comenzaron a producirse los shunga emaki, probablemente estableciéndose como una forma de arte entre los sacerdotes, la aristocracia y la clase samurái.[8]
Durante el período Muromachi (1392-1573), siguiendo la tradición de los doce karmas y los doce animales del calendario chino, los libros se hacían a partir de doce estampas o un número múltiplo: veinticuatro, treinta y seis, cuarenta y ocho, tradición que posteriormente retomarían artistas dedicados al shunga.[19]
Surgimiento de los chōnin y el ukiyo-e
[editar]Japón pasó por un período de constantes guerras entre los años 1467 y 1568, período de la historia de Japón que es conocido como período Sengoku (戦国時代 «período de los estados en guerra»?). Las guerras de poder entre los distintos daimyō, o señores feudales, terminó después de que el país fuera unificado por tres personalidades importantes, conocidos como los «tres grandes unificadores de Japón»: Oda Nobunaga, Hideyoshi Toyotomi y Tokugawa Ieyasu.[21] Ieyasu, quien resultó victorioso durante la decisiva batalla de Sekigahara del año 1600, estableció entonces el shogunato Tokugawa, gobierno feudal que duraría por más de 250 años.[22] Una de las primeras medidas que tomó fue la de trasladar la capital de Kioto a Edo (hoy Tokio), ordenando a sus vasallos que se trasladaran a la ciudad, por lo que diversos templos, palacios, santuarios y mansiones se construyeron allí.[23] En el año 1635 un descendiente de Ieyasu, Iemitsu, instauró un sistema llamado sankin kōtai o «presencia alterna», con el que buscaba prevenir posibles traiciones al shogunato.[24] Según este sistema, los daimyō estaban obligados a permanecer un año en una mansión (yashiki) en Edo y otro año en sus respectivos feudos, permaneciendo la familia en la capital.[25] Este ir y venir de gente dio nacimiento a una nueva clase social, llamada chōnin, formada principalmente por comerciantes y artesanos. Los chōnin, quienes en teoría constituían la clase social más baja, crecieron rápidamente e incluso superaron en número a los samuráis y granjeros, asentándose en la periferia de la ciudad-castillo de Edo.[23] Algunos chōnin se volvieron sumamente prósperos, y su riqueza les permitió crear su propia cultura, llamada chōnin bunka.[26] Fue entonces cuando en Edo, así como otras ciudades (como Kioto, Osaka y Sakai), surgió un estilo de vida que se conocería posteriormente como ukiyo, «el mundo flotante», el cual contaba con su propia literatura y formas artísticas distintivas.[27] Fue el novelista Asai Ryōi quien en el año 1661 definió al movimiento en su libro Ukiyo-monogatari: «viviendo sólo para el momento, saboreando la luna, la nieve, los cerezos en flor y las hojas de arce, cantando canciones, bebiendo sake y divirtiéndose simplemente flotando, indiferente por la perspectiva de pobreza inminente, optimista y despreocupado, como una calabaza arrastrada por la corriente del río».[28]
Durante este período surgió el ukiyo-e (浮世絵? lit. «pinturas del mundo flotante»), una técnica de estampa japonesa a partir de planchas de madera. Esta técnica se introdujo en Japón en el siglo VIII procedente de China, siendo su fin principal la ilustración de textos budistas y, a partir del siglo XVII, la ilustración de poemas y romanceros.[29] Con la nueva cultura chōnin, movimientos como la literatura ukiyo y los grabados comenzaron a reflejar lo ocurrido en los distritos de placer (siendo el más importante Yoshiwara,[30] en Edo), el kabuki, festivales y viajes. Estos últimos dieron nacimiento a guías turísticas que describían lo más destacado tanto de ciudades como del campo.[27]
Shunga en el período Edo
[editar]El primer shunga fechado data del año 1660 y se trata de un enpon (libro impreso)[8] titulado Yoshiwara makura. El libro, creado por un artista anónimo, es una combinación de un manual del sexo junto con una crítica de las cortesanas de Yoshiwara. Como manual ilustraba las cuarenta y ocho «posiciones estándar», mientras que la crítica ofrecía un resumen de las cortesanas, sus características, donde podían ser localizadas y los precios.[31]
Alrededor de 1670 surgió el primero de los grandes maestros del ukiyo-e: Hishikawa Moronobu,[27] quien además de reproducir grabados de una sola hoja en donde representaba flores, pájaros y figuras femeninas (bijin-ga (美人画?)), realizó grabados de tipo shunga.[32] Durante las décadas de 1670 y 1680 tuvo lugar el primero de los grandes auges del shunga, liderado por las obras de Moronobu y Sugimura Jihei en Edo, y Yoshida Hanbei en Kamigata (la región de Kioto y Osaka).[20] Las obras de Moronobu son representativas de esta etapa, con álbumes compuestos de doce estampas y donde generalmente se representaban cortesanas, doncellas y funcionarias, personalidades a las cuales generalmente no podía acceder el grueso de la población debido a que sus ingresos no eran suficientes.[33]
Una nueva ola creativa tuvo lugar entre 1711 y 1722 de la mano de Nishikawa Sukenobu, artista de Kioto cuyo apellido se convirtió en sinónimo de estampa erótica con el término Nishikawa-e (西川絵? «estampas de Nishikawa»). Nishikawa se vio afectado por los primeros intentos por regular la publicación y venta de shunga: fue precisamente en ese año de 1722 cuando un machibure (regulaciones del magistrado de Edo)[33] y parte de las Reformas Kyōhō, prohibió los libros eróticos (kōshokubon (好色本?)), aunque no fue así con las estampas.[20]
La producción de shunga cesó casi completamente por casi diez años, aunque durante los años 1740 Okumura Masanobu estuvo activo en Edo. La mayoría de sus trabajos no estaban fechados, quizá con la intención de burlar las regulaciones.[20] La obra de Masanobu se caracteriza por retomar la tradición de poner grandes cantidades de texto junto con las imágenes.[33] Durante los años 1750 y 1760 pocos nuevos trabajos fueron realizados, aunque la producción de este tipo de obras resurgió después de la introducción en 1765 de nuevas técnicas de xilografía, las cuales permitían producir estampas en color (conocidas como nishiki-e (錦絵 «estampa brocada»?)). Se estima que entre 1766 y 1790 se crearon un total de 120 títulos.[20]
En el año 1790 se establecieron nuevas regulaciones para la producción de material erótico como parte de las Reformas Kansei.[20] Dichas reformas incluyeron la regulación de la prostitución, así como la separación de hombres y mujeres en contextos que pudieran levantar la libido. Por ejemplo, toda persona mayor de seis años estaba obligada a entrar en los baños públicos con los de su mismo sexo, siendo anterior a esta fecha común que hombres y mujeres estuvieran juntos. Esta regulación ocasionó que escenas eróticas en baños públicos se hicieran frecuentes en el shunga.[34] Las nuevas reformas prohibían además la publicación de temas «no ortodoxos», aquellos firmados bajo seudónimos, aquellos escritos en kana, además de que un representante del gremio debía revisar y registrar las publicaciones estando aún en estado de borrador.[35] Prácticamente de 1790 a 1820 cesó la producción de este tipo de material, con la excepción de los trabajos de Kitagawa Utamaro, activo en la escena del shunga entre 1798 y 1803, y Katsushika Hokusai, activo durante los años 1810.[20]
Alrededor de 1820 tuvo lugar el tercer y último auge del shunga, liderado por artistas como Utagawa Toyokuni y Keisai Eisen, aunque este movimiento terminó con la supresión del año 1841 como parte de las Reformas Tenpō,[20] donde se especificó que cada publicación debía ser aprobada por el nanushi, o jefe de la aldea,[36] prohibiendo además imágenes de geishas, cortesanas y actores de kabuki.[37]