Reducir el metano es la vía más eficaz que tenemos para frenar el cambio climático. Además, evitaría 260.000 muertes prematuras, 775.000 visitas a los hospitales relacionadas con el asma, 73.000 millones de horas de mano de obra perdidas por calor extremo y 25 millones de toneladas de pérdidas de cultivos al año.