Periodizaciones de la Historia en las
crónicas italianas y españolas de la Edad
Media (siglos XIII-XV)
History periodizations in the Italian and Spanish Chronicles
during the Medieval Ages (XIII-XVth Centuries)
Josué Villa Prieto
(Università degli Studi di Roma “Tor Vergata”)
R: --
E : --
T, S P, º 10, [. -]
d
Resumen: En la voluntad humanista de estudiar el pasado
por medio de métodos críticos se lleva a cabo, junto a una
crítica ilológica, una ordenación de los procesos históricos
con objeto de facilitar su comprensión. Las etapas resultantes
están determinadas por sucesos políticos que, según el
pensamiento bajomedieval, constituyen hitos por sus
repercusiones posteriores. Este artículo analiza la herencia
clásica y escolástica, y las innovaciones humanistas, en la
elaboración de cronologías seculares tanto de la historia
universal (vinculada a la idea de Imperio) como regional de
distintas formaciones políticas italianas (Florencia, Bolonia,
Milán y Venecia) y españolas (Castilla, Aragón, Navarra
y Portugal). El análisis comparativo de las periodizaciones
realizadas en ambas penínsulas permite comprobar tanto
originalidades como inluencias recíprocas.
Palabras clave: Historiografía, humanismo, cronística
bajomedieval italiana, cronística bajomedieval española,
pensamiento político, cultura y mentalidades.
Abstract: When humanists study the past through a critic
methodology they accomplish a documentary critic and a
historic process in order to ease its understanding. he periods
they establish are given by political events seen as milestone
within late medieval thought because of their later efect.
his study analyses the inluence of the Classics, Patristics
and Scholasticism, besides the original thought in the
composition of History lay chronicles. Periodizations are
made for both universal and Italian or Spanish regional
History.
Universal periodizations are tightly related to the empire
idea (potestas universale). he dignitas is considered to
persist in Constantinopla after the Western Roman Empire
disappearance, restored by Charlemagne in the year 800
(restauratio imperii) and consolidated by Otto I in the Holy
Roman Empire (traslatio imperii).
In order to study the regional periodizations the Italian
chronicles have been divided into four geographic groups:
Republic of Florence, Bologna, Duchy of Milan and
Republic of Venice. Its main authors and their studies will
be pointed out. he irst part of these chronicles, although
regional, present several common historic milestones related
to the Creation, the Flood, the Tower of Babel, the Trojan
War, the founding of Rome, the Ostrogothic domain, the
Longobardic conquest of Italy and the character of the
respective contemporary governments; to these events must
be added the the diferent foundations of Episcopal sees
and other particular events. he chroniclers studied are
Giovanni Villani, Baldasarre Bonaiuti, Leonardo Bruni,
Matteo Palmieri, Niccolò Machiavelli… for Florence;
Boncompagno da Signa, Tolosano, Niccolò da Ferrara,
Giovanni Cocchi, Matteo Grifoni, Girolamo Borselli,
Cherubino Ghirardacci… for Bologna; Ogerio Alieri,
Galvano Fiamma, Pietro Azario, Bonamente Aliprandi,
Bernardino Corio… for Milan; and Andrea Dandolo,
Flavio Biondo, Bernardo Giustinian, Marco Antonio
Sabellico… for Venice.
he Spanish chronicles are also arranged for four groups
related to geography (Crown of Castile, Crown of Aragon,
Kingdom of Navarre and Kingdom of Portugal). All of them
relate the Spanish History until the Christian reaction to the
Islam (711), explaining the national origins through Tubal
and Hercules, and the Roman and Visigoth domination,
as suggested by Rodrigo Ximénez de Rada and Alfonso X
in Estoria de Espanna. he studied chroniclers are Pablo
de Burgos, Alonso de Cartagena, Rodrigo Sánchez de
Arévalo, Alvar García de Santa María, Diego Enríquez del
Castillo… for Castile; Tomás de Canellas, Jaume Domenech,
Pere Tomic, Gabriel Turell, Pere Miquel Carbonell, Joan
Margarit… for Aragon; Carlos de Viana for Navarra; and
Fernão Lopes for Portugal.
Italian and Spanish chronicles are studied from a
comparative perspective and each author speciically
examined, paying attention to the peculiarities and inluence
between both peninsulas.
Keywords: Historiography, humanism, late medieval
Italian chronicles, late medieval Spanish chronicles, political
thought, culture and mentality.
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
E
. Garin airma1 que no es hasta el siglo XV cuando “el hombre tomó conciencia de su propia
acción y de sí mismo, se enfrentó a la barbarie
medieval, deinió la Antigüedad y se deinió a sí mismo
buscando un punto de referencia”2, realizando al efecto
cómputos de los tiempos en etapas deinidas. No obstante, como demuestra O. Capitani, con anterioridad
también se realizan algunos bosquejos periodológicos,
en su mayoría de carácter escatológico, aplicando la
ilosofía aristotélica y la teología patrística3. En este sentido, la profecía del libro de Daniel (2:29-44) en la que
se representa en una estatua las seis edades del mundo
previas a la Segunda Venida (Babilonia, Asiria, Grecia,
Roma y los débiles reinos europeos que suceden a esta
última), inspira a los eruditos medievales la idea de restauratio y traslatio imperii.
La concepción del tiempo durante la Edad Media
está supeditada a categorías espirituales4. Los Padres
de la Iglesia y exegetas altomedievales lo comprenden
en base al planteamiento lineal (ad aeternam) de la
escatología cristiana5. Sin embargo, a lo largo de las
centurias, su medición adquiere un carácter cada vez
más preciso debido a la fuerte impronta religiosa en la
cultura popular: horas canónicas de rezos (maitines,
laudes, prima, tercia, sexta, nona, vísperas, completas),
festividades eclesiásticas (Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua), calendario agrícola (temporadas de
cultivos) y ritos litúrgicos en la vida de los individuos
(bautismo, matrimonio, defunción). Ello deriva en la
asimilación de los ritmos vitales diarios, estacionales y
anuales como valores matemáticos en una espiral cíclica de perpetuidad, especialmente desde que en la
Baja Edad Media se marcan las horas desde los campanarios locales y se experimenta con nuevos artilugios
para medir el tiempo.
Los tratadistas dejan constancia de estas nociones
en sus obras y muchos de ellos, fruto de sus inquietudes intelectuales, proponen procedimientos y planteamientos para interpretar la cronología histórica6. Por
1
Este estudio cuenta con el apoyo de una ayuda postdoctoral Clarín-COFUND Marie Curie del Principado de Asturias y de la Comisión Europea.
Siglas
utilizadas: B.A.E. (Biblioteca de Autores Españoles), B.I.S.I. (Bullettino dell’Istituto Storico Italiano), C.C.C.M. (Corpus Christianorum. Continuatio Mediaevalis) y R.I.S. (Rerum Italicarum Scriptores).
2
E. Garin: Medioevo y Renacimiento, Madrid, 1981, p. 148. Una relexión
análoga, desde un punto de vista modernista, en R. Bizzocchi: “L’idea di Età
Moderna”, en VV.AA.: Storia Moderna, Roma, 2001, 3-22, concretamente
p. 7 y s.
3
Vid. O. Capitani: “Storiograia e periodizzazione nel medievo”, en G.
Savoca (Coord.): Sentimento del tempo e periodizzazione della storia nel Medioevo, Spoleto, 2000, 1-17.
4
Vid. J.E. Ruiz Doménec: “El tiempo como problema cultural en la Edad
Media”, en G. Savoca, o. cit., 303-313.
Vid. A.J. Gourevitch: Les catègories de la culture mèdièvale, Moscú, 1972;
J. Le Gof: Storia e memoria, Turín, 1982; y B. Ribémont (Coord.): Le temps,
sa mesure et sa perception au Moyen Âge (Actes du colloque. Orléans, 12-13 avril
1991), Caen, 1992.
6
Sirva como referentes introductorios a la teoría de la historia en la Edad
Media los trabajos de J.A. Maravall: Antiguos y modernos: visión de la Historia e idea de progreso hasta el Renacimiento, Madrid, 1966; C. Orcástegui
y E. Sarasa: La Historia en la Edad Media. Historiografía e historiadores en
Europa Occidental (siglos V-XIII), Madrid, 1991; G.M. Spiegel: he past as
a text: the theory and practice of Medieval historiography, Baltimore, 1997;
5
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Las siete edades del mundo
Primera Edad
De la creación del mundo al Diluvio Universal
5119-2952
Segunda Edad
Del Diluvio Universal a la construcción de la Torre de Babel
2952-1912
Tercera Edad
De Abraham a David
1912-1032
Cuarta Edad
De David a la transmigración de Babilonia
1032-528
Quinta Edad
De Babilonia al nacimiento de Jesucristo
528-0
Sexta Edad
Del nacimiento de Jesucristo a su segunda venida
0-presente
Séptima Edad
Resurrección de los justos y gobierno eterno de Dios
Futuro celeste
Tabla 1
Edad del
mundo
Edad del
hombre
Planeta
regente
Día de la
semana
Virtudes
teologales
Pecados
capitales
Primera
Infancia
Luna
Lunes
Diligencia
Pereza
Segunda
Mocedad
Marte
Martes
Caridad
Envidia
Tercera
Mancebía
Mercurio
Miércoles
Templanza
Gula
Cuarta
Juventud
Júpiter
Jueves
Paciencia
Ira
Quinta
Varonía
Venus
Viernes
Castidad
Lujuria
Sexta
Vejez
Saturno
Sábado
Generosidad
Avaricia
Séptima
Ancianidad
Sol
Domingo
Humildad
Soberbia
Tabla 2
ejemplo, Ramón Llull (1232-1315) deine el tiempo como
un instrumento imaginativo que permite distinguir
entre el día y la noche (tiempo cósmico), pero también
el momento en el que la fruta está verde o madura
o pocha (tiempo histórico); con este símil diferencia
entre pasado, presente y futuro. Además, como ilósofo
cristiano, sostiene la existencia de dos realidades temporales: la terrena y la espiritual. La primera alude al
presente, y la segunda al porvenir de los justos en presencia de Dios y de los pecadores en la del Maligno7.
Las periodizaciones humanistas de la historia,
tanto itálicas (Villani, Bruni, Valla, Biondo…) como
hispanas (Cartagena, Arévalo, Valera, Tomic, Turell,
Carbonell…), pretenden superar la clasiicación septenaria realizada por San Agustín en De civitate Dei
y transmitida tanto por los Padres de la Iglesia como
por los escolásticos, siendo algunas de las exposiciones
H.W. Goetz: “he concept of time in the historiography of the Eleventh and
Twelfth Centuries” y B. Schneidmüller: “Constructing the past by means of
the present: historiographical foundations of medieval institutions, dynasties,
peoples and communities”, en G. Althof, J. Fried y P. J. Geary (Coord.):
Medieval concept of the past: ritual, memory and historiography, Cambridge,
2002, 139-166 y 167-192 respectivamente.
Vid. Arbre de la ciencia (ed. M. Batllori, Barcelona, 1981, 495-571), pp. 527529; y Libre de meravelles (ed. ib., 23-451), pp. 428 y ss. Sobre el pensamiento
histórico del auto, vid. H. Wieruszowski: “Ramón Llull et l’idée de la Cité
de Dieu. Quelques nouveaux écrits sur la croissade”, en Politcs and culture in
medieval Spain and Italy, Roma, 1971, 147-172.
7
66
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
bajomedievales las que ofrecen Egidio Romano (De
regimine principum, conocido en Castilla gracias a la
glosa de Juan García de Castrojeriz), Sancho IV (Castigos y documentos) o Pablo de Burgos (Las siete edades
del mundo). Esta distinción está condicionada por la
doctrina bíblica y estrechamente relacionada con signiicados cabalísticos que encuentran conexiones con
los periodos de la vida humana, los movimientos astrales, las virtudes, los pecados y el propio destino.
(Ver Tablas 1 y 2)
Los teólogos respetan esta estructuración de los
tiempos, enfatizando en el nacimiento de Cristo como
hito primordial del presente. Ejemplo ilustrativo resulta
De triplici statu mundi (1398) 8 del gerundense Francesc
Eximenis (1327-1409) que, infundida en el místico franciscano calabrés Gioacchino de Fiore (1135-1202), divide
la historia universal en tres edades de inspiración trinitaria en lugar de siete9:
minente advenimiento del Anticristo. Durante su inicio, el falso profeta transformará
el mundo en un lugar de tribulación; no obstante, el mensaje profético declara el fracaso
de la causa demoniaca y el restablecimiento
inal de la Iglesia. Con la resurrección de
todos los creyentes virtuosos comienza el
Milenio, una nueva vida en Cristo donde
prevalece la paz y el amor.
Es preciso comprender estas clasiicaciones espirituales porque determinan las organizaciones seculares
de la historia realizadas en las crónicas universales.
En relación con dicho concepto de “universalidad”,
debe advertirse, como explica H. Grotz, que responde
a la temporalidad afrontada con independencia de su
marco espacial; es decir, frente a las crónicas concentradas en una cronología próxima o coetánea a la de
su elaboración, las universales se retrotraen a hitos remotos como la Creación (por ejemplo en el caso de las
crónicas ecuménicas, ligadas especialmente a Roma, el
Sacro Imperio y el Papado) o la fundación originaria de
una ciudad (siendo el caso de las crónicas urbanas, centradas en la historia particular de una ciudad o región)
para acabar entroncando con el momento presente del
autor de las mismas10.
Además de las Sagradas Escrituras, nuestros cronistas hacen uso de fuentes historiográicas clásicas y
medievales, y muestran incipientes destrezas humanistas en su tratamiento heurístico (labor de archivo,
crítica textual, valoración didáctica del conocimiento
histórico, rechazo del providencialismo como causa
motora e interpretación antropocéntrica…), como
se explicará más abajo. Entre los textos que emplean
destacan los de Cicerón, César, Salustio, Tito Livio,
Valerio Máximo, Tácito y Suetonio11; en el prólogo de
Fernán Pérez de Guzmán a la Crónica de Juan II po-
Edad del Padre: de la creación de Adán al
nacimiento de Jesucristo. Esta amplia cronología se caracteriza por la interacción directa
de Dios en la vida humana a través de sus
profetas, emisarios del Evangelio y temerosos
del castigo.
Edad del Hijo: el presente histórico. Se extiende hasta el futuro regreso del unigénito
hijo de Dios a la Tierra para, en cumplimiento con su promesa, salvar a los justos
y condenar a los impíos. Así, el miedo deja
paso a la fe en un mensaje de esperanza predicado por los evangelistas, que a diferencia
de los profetas enseñan las Sagradas Escrituras sin intervenir en su contenido.
Edad del Espíritu Santo: el futuro inmediato.
Se prolongará hasta la eternidad desde el in8
La autoría del tratado es discutida; vid. J. Perarnau i Espelt: “El De
tripici statu no és de Francesc Eiximenis”, Arxiu de textos catalans antics, 27,
2008, 45-86.
9
Vid. A. Rucquoi: “No hay mal que por bien no venga: Joaquín de Fiore
y las esperanzas milenaristas a ines de la Edad Media”, Clío & Crimen,
1, 2004, 217-240; y J. Ignasi Saranyana: “Sobre Joaquín de Fiore y los
milenarismos medievales”, en P. Castañeda Delgado y M.J. Cociña y Abella
(Coords.): Los milenarismos en la historia, Sevilla, 1996, 27-33.
10
Vid. H. Grotz: La storiograia medioevale. Introduzione e sguardo panoramico, Roma, 1993, p. 17.
11
P. Chiesa: “Storia romana e libri di storia romana fra IX e XI secolo”,
en VV.AA.: Roma antica nel Medioevo. Mito, rappresentazione, sopravvivenze
nella “Respublica Christiana dei secoli IX-XIII”, Milán, 2001, 231-258; y B.
Guenée: Storia e cultura storica nell’occidente medievale, Bolonia, 1991, 248-255.
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demos leer quiénes conforman el conjunto de autores
para el estudio de la Antigüedad12:
desde diferentes puntos de vista (ciudades, regiones o
poderes universales). Estos autores son, en su mayoría,
juristas formados en Derecho que escriben sus crónicas
en virtud de su oicio como notarios públicos, lo que
signiica que sus informaciones reposan en una labor
previa de lectura de textos antiguos y sistematización
documental; ello explica, también, que sus composiciones deiendan los intereses de la oligarquía que les
promocionan14.
El grueso de estas composiciones está recogido en la
colección documental Rerum Italicarum Scriptores del
erudito jesuita Ludovico Antonio Muratori (1672-1750),
de cuya lectura detenida parte este apartado. Con un
in organizativo, agrupamos la cronística estudiada en
torno a los principales centros urbanos que la impulsan:
Florencia, Bolonia, Milán y Venecia.
“Plutarco elegantemente escribió de la vida
y obras de algunos claros varones así griegos
como romanos; Suetonio de los doce Césares
escribió; Laercio de los filósofos é poetas;
Lucano del Gran César é Pompeyo; Tito Livio
de Roma; Homero de Troya; Trogo Pompeo
del Orbe Universo; Virgilio de Eneas; Quinto
Furcio de Alexandre”.
A la lista anterior debe añadirse, además, entre otras,
las obras de Flavio Josefo, Eusebio de Cesarea, Orosio,
San Isidoro, Fulgencio y, más tardías, las de Pedro
Coméstor (Historia scholastica), Vincent de Beauvais
(Speculum historiale) o Martinus Polonus (Chronicon
pontiicum et imperatorum).
CRONÍSTICA FLORENTINA
La primera historia universal de la ciudad es la anónima Chronica de origine Florentiae o Libro Fiesolano (ca.
1230)15, muy dependiente de las fuentes de época romana y paleocristiana. No solo se centra en Florencia sino
en todo el territorio toscano (Siena, Pisa, Lucca, Pistoya
y Prato), siendo los pontiicados de sus prelados el eje
que vertebra el discurso. La crónica comienza con una
descripción geográica de Europa relacionada con el devenir de la humanidad tras la construcción de la Torre
de Babel, la guerra de Troya y la fundación de Roma.
En este contexto nace la antigua Fisole, que conoce
dos momentos de esplendor, el primero en tiempos de
César (gozando el enclave de murallas, acueductos, termas, aniteatro y otros ediicios públicos) y el segundo
tras la cristianización del Imperio (convirtiéndose las
basílicas y templos paganos en iglesias). La obra se interrumpe a inales del siglo XII con la denuncia de los
deseos papales de extender sus dominios en Toscana,
HISTORIOGRAFÍA UNIVERSAL DE
LA PENÍNSULA ITÁLICA
Cuando se analiza las aportaciones del humanismo
en la elaboración de cronologías críticas del pasado
histórico se subrayan nombres como los de Villani,
Bruni, Valla, Biondo o Palmieri, con quienes muchos
de los autores hispánicos mantienen vínculos personales, constatándose una inluencia recíproca13. Si bien
estos son los cronistas más importantes en lo que a
la concepción humanística de la historia se reiere, al
prospectar el conjunto de la historiografía bajomedieval
italiana contabilizamos un centenar más de los cuales dos decenas, además de varios anónimos, también
ofrecen sus ideas sobre la catalogación de los tiempos
12
Crónica de Juan II (ed. C. Rosell: Crónicas de los Reyes de Castilla, II,
B.A.E., LXVIII, Madrid, 1953, 273-695), p. 277.
13
Puede leerse amplios análisis sobre las relaciones que mantienen los
intelectuales de ambas penínsulas, que omito para dejar paso a la exposición de sus cronogramas temporales, en V. Bomartí Sánchez: Humanistas
europeos (siglos XIV-XVI), Madrid, 2006, pp. 41-47; A. Coroleu: “Humanismo
en España”, en J. Kraye: Introducción al humanismo renacentista, Madrid,
1998, 295-330; o A. Gómez Moreno: España y la Italia de los humanistas. Primeros ecos, Madrid, 1994, pp. 69 y ss.
Vid. M. Zabbia: I notai e la cronachistica cittadina italiana nel Trecento,
Roma, 1999; e “I notai italiani e la memoria della città (secc. XII-XIV)”, en A.
Bartoli Langeli y G. Chaix (Coords.): La mémoire de la cité. Modèles antiques
et rèalisations renaissantes, Nápoles, 1997, 35-47.
15
Ed. R. Chellini, Roma, 2009.
14
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Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
crónica adquiere originalidad y aumenta considerablemente sus descripciones sobre el ritmo social, político y
económico de la comarca lorentina hasta 1386. Son dos
las principales diferencias entre la Cronaca Fiorentina
y la Nuova cronica:
proporcionando el esquema elemental de las composiciones ulteriores16.
Un siglo después de su elaboración, el comerciante
Giovanni Villani (1275-1348) comienza en Roma la redacción de su Cronica universale (1300-1348), también
denominada Nuova cronica por la voluntad de constituir la prosecución de la Chronica de origine civitatis
Florentiae17; fallecido el autor, su hermano Matteo la
prosigue hasta 1263 y, tras la suya, el hijo de este, Filippo, continúa escribiendo hasta 1364, ampliando de
seis a doce el número de libros que integran la obra18.
La primera parte de la crónica es similar a la
anónima, desarrollando las informaciones sobre las
relaciones diplomáticas lorentinas con otras ciudades
italianas y la rivalidad habida entre el Imperio y el
Papado durante el siglo XII. Villani conoce detalladamente estos sucesos gracias a su activa participación en
la política gubernamental como miembro del partido
güelfo. Por ejemplo, preside la acuñación de moneda
hasta que en 1331 es acusado de deshonestidad pública,
y sufre en primera persona episodios como la guerra
contra Ferrara por la conquista de Lucca (resultando
rehén en los acuerdos para su compra), la hambruna,
o el brote de peste que asola la comarca y consuma su
vida.
Adepto también a la causa güelfa es Baldasarre Bonaiuti (1336-1386), más conocido como Marchionne
di Coppo Stefani, pseudónimo con el que irma su
Cronaca Fiorentina (1386)19. Trabaja como embajador
en Nápoles, Roma y Bolonia hasta que en 1378, concluida la guerra de los Ocho Santos contra los Estados
Pontiicios y la revuelta de los Ciompi, se retira de la
escena política para redactar su historia. Bonaiuti se
apoya mucho en Villani, a veces incluso literalmente,
hasta el brote de peste de 1348. A partir de este hito, la
a) Bonaiuti introduce un discurso apologético
sobre el conocimiento histórico y la necesidad
de encontrar un método que permita discernir lo verdadero de lo fabuloso. Este tipo
de alegatos, característicos de la renovación
humanística, alcanzan su madurez con Bruni
y Valla 20.
b) Si Villani inicia su crónica con la Torre de
Babel, Bonaiuti se retrotrae hasta la Creación
según el Génesis para exponer el Diluvio Universal y la consiguiente tripartición del mundo
previamente al episodio de la confusión de lenguajes.
Las rúbricas hasta el siglo XI son parcas y representan solo una trentena de las casi mil que conforman
la obra. En ellas podemos observar ciertos episodioshitos de la historia local: los tres acontecimientos
bíblicos predichos, la huída de Eneas desde Troya a
Roma, la fundación de Florencia, la consagración de
San Juan Bautista como su patrón y el nombramiento
de Felice como primer obispo a principios del siglo
IV21; tampoco se olvida el autor de otros importantes
sucesos como los asedios ostrogodo y huno, el gobierno
longobardo y el posterior carolingio. En este último
sentido, Carlomagno es considerado el responsable de
la libertad que conoce Florencia al no estar sujeta ni a
la autoridad del Imperio ni a la de la Iglesia (“…fece
libera la città di Firenze et non avesse rettori da Imperio
e in tutto fusse libera”)22.
16
Una visión general sobre la cronística lorentina bajomedieval en G.
Aquilecchia: “Dante and the Fiorentine Chroniclers”, en Bulletin of the John
Rylands Library, 48, 1965, 30-55.
17
Ed. G. Porta, 3 vols., Parma, 1991.
18
Vid. F. Ragone: Giovanni Villani e i suoi continuatori. La scrittura delle
cronache a Firenze nel Trecento, Roma, 1998. Para profundizar sobre el autor
vid. A. Frugoni: “Giovanni Villani”, B.I.S.I., 77, 1965, 229-255; y F. P. Luiso:
“Indagini biograiche su Giovanni Villani”, B.I.S.I., 51, 1936, 1-66.
19
Ed. N. Rodolico, R.I.S., XXX, Città di Castello, 1913.
20
“…mi puosi in cuore di durar fática e mettere tempo e sollecitudine
in ritrovare libri e scritture, acciò che io potessi chi di ciò avesse vaghezza
riducere loro a memoria la ediicazione della città di Firenze e la esaltazione
di quella e i modi dela vita de’cittadini e i reggimenti della città […] e perchè
così il laico come il litterato di ciò possa prendere frutto in volgare latino
scriveremo”. Cronaca Fiorentina, p. 1.
21
Vid. ib., p. 10.
22
Ib., p. 19. Vid. A. Esch: “L’uso dell’antico nell’ideologia papale, impe-
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La crítica procedimental de Bonaiuti se perfecciona
en el aretino de nacimiento pero lorentino de sentimiento Leonardo Bruni (1369-1444), discípulo del canciller Coluccio Salutati, a quien sucede en el cargo en
1427. De los doce libros de su Historiarum Florentini
populi (1404)23, el más interesante para estudiar la elaboración de cronologías es el primeo, que comprende
desde los orígenes urbanos (vinculados a las campañas
del cónsul Lucio Cornelio Sila y el consiguiente asentamiento romano) hasta el siglo XIII.
A diferencia de sus coetáneos, Bruni no transcribe
textualmente los annales antiguos ni centra su atención
en los emperadores, sino que se circunscribe exclusivamente a Toscana, demostrando así saber discernir en
las fuentes la información relevante para la historia regional. Así, distingue una etapa romana, otra ostrogoda
y longobarda, y inalmente la constitución de la república en el contexto de enfrentamientos entre el Imperio
y el Papado (Federico II e Inocencio IV) por extender
su área de inluencia 24; ya el segundo libro comienza
con las hostilidades y alianzas entre familias güelfas y
gibelinas, y las diferentes guerras en las que participa
Florencia durante el Trescientos.
Puede destacarse dos aspectos esenciales en la elaboración histórica del autor:
ricos, encontrando las causas en las propias
acciones humanas y en la fortuna. Sin embargo, en ocasiones, pese a su voluntad, las
ideas políticas que deiende son las de la oligarquía que le promociona. Por ejemplo, frente
al resto de cronistas medievales, no considera
al Sacro Imperio la continuación del Romano,
sino que estima que este desaparece en el siglo
V y aquel nace ex novo en el IX; con este argumento deiende la libertad que signiica la
autonomía de las ciudades italianas no sometidas al Imperio26.
Análogo a Bruni en importancia e inluencia que
ejerce es Matteo Palmieri (1406-1475), embajador lorentino en la corte napolitana de Alfonso V de Aragón
y referente en el humanismo por su tratado formativo
para gobernantes urbanos Della vita civile (1439). Su
relexión sobre las edades del mundo aparece en el Liber
de temporibus (1448)27, dedicado a Piero di Cosimo
Medici, futuro señor de Florencia (1464-1469); se trata
de una amplísima recopilación de titulares sobre acontecimientos de la historia universal construida partiendo
de autores clásicos, medievales y contemporáneos (Villani, Bruni o su maestro Sozomeno da Pistoia, autor
de un Chronicon universale). El relato comienza en el
nacimiento de Cristo, si bien previamente se enuncian
los mismos ítems que determina la historiografía tradicional: la Creación, el Diluvio, Babel y Troya.
Las noticias recopiladas son de todo tipo: sucesos
políticos y eclesiásticos, guerras, nacimientos, defunciones, terremotos, incendios, pandemias… En su
datación, Palmieri emplea un triple criterio: la era
a) El estilo literario se inspira en Tito Livio; escribe en latín clásico, emplea numerosas iguras retóricas y, como novedad en su tiempo,
introduce el diálogo entre personajes como
estrategia didáctica para explicar los acontecimientos25.
b) Deiende la confección de una historia objetiva al servicio de la veracidad, ausente de
elementos fabulosos y discursos parciales. Así,
rechaza las argumentaciones providenciales
para comprender los grandes cambios histó-
26
Los horizontes ideológicos de Bruni en R. Fubini: “La rivendicazione di
Firenze della sovranità statale e il contributo delle Historiae di Leonardo Bruni”, en P. Viti (Coord.): Leonardo Bruni, cancellere della Repubblica di Firenze,
Florencia, 1990, 29-60. Vid. asimismo G. Ianziti: “Challenging chronicles:
Leonardo Bruni’s History of the Florentine people”, en S. Dale, A. Williams
Lewin y D.J. Osheim (Coords.): Chroniclers and historians in medieval and
renaissance Italy, Pensilvania, 2007, 249-272. Del mismo autor, destaca la
reciente monografía Writing history in Renaissance Italy: Leonardo Bruni and
the uses of the past, Cambridge, 2012, donde se particulariza la intención del
humanista en la escritura de la historia (pp. 7-24) y se analiza el pensamiento
político en sus crónicas (pp. 186-236).
27
Ed. G. Scaramella, R.I.S., XXVI (1), Città di Castello, 1915, pp. 1-127.
riale e comunale”, en Roma antica nel Medioevo…, 3-26.
23
Ed. E. Santini y C. di Pierro, R.I.S., XIX (3), Città di Castello, 1926.
24
Vid. G. Fornasari: “L’eredità di Roma antica nelle controversia tra Papato e Imperio dei secoli XI-XII: aspetti e problemi”, en Roma antica nel
Medioevo…, 71-92.
25
Vid. A. Gómez Moreno: “La recuperación del diálogo”, o. cit., 197-124.
70
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
tinuador del centro imperial y la recensión sobre Otón
II en la primera individual.
Mención aparte, en cuanto a las correspondencias
cronológicas con el Papado, durante el cisma de la
iglesia de 1054 y de occidente (1378-1417), el autor no
señala la dualidad de poderes al reconocer solamente
la romana.
Otras crónicas de Palmieri son De captivitate Pisarum e Historia Florentina, en las que expone, respectivamente, la conquista de Pisa por Florencia en 1406
y los acontecimientos que tienen lugar en la república
entre 1429 y 1474. En la primera, previamente a la exposición de los preparativos de la contienda, el humanista elabora un discurso similar al de Bruni sobre la
ciencia histórica y distingue las tres mismas etapas en
la historia de Toscana.
Ya en el cenit de la Edad Media, Niccolò Machiavelli (1469-1527), célebre por la doctrina política de Il
principe (1513), dedica a Giulio di Giuliano Medici,
futuro Papa Clemente VII, su Istorie Fiorentine (1520)33.
El primero de sus ocho libros ofrece una visión sintética
de los acontecimientos que tienen lugar tras la desaparición del Imperio Romano a consecuencia de las irrupciones germánicas en el limes danubiano, centrando
rápidamente su atención en la Península Itálica para
describir sus regiones y los establecimientos lombardos
y bizantinos hasta Carlomagno. El detallismo aumenta
exponencialmente a partir de 1215 con el desencadenamiento del conlicto entre los Amidei y Buondelmonti,
prolegómeno del enfrentamiento güelfo-gibelino que
se prolonga a lo largo de la centuria. Los libros II-IV
exponen la historia lorentina anterior al Cuatrocientos,
comenzando el quinto con la llegada de los Medici y
concluyendo el octavo con la muerte de Lorenzo de
Medici en 1492. Como puede observarse, la periodización propuesta por Machiavelli, que se inicia con la
caída de Roma, está fuertemente relacionada con la
propaganda del poder político de los Medici.
Por último, podemos tener en cuenta también otras
dos composiciones que, aunque no abordan la historia
de Florencia, están determinadas por ella. La primera
cristiana, y los años de reinado del pontíice y emperador correspondientes; ello resulta de gran interés al
reconocerse la existencia de dos poderes supremos, el
eclesiástico (Papado) y el terrenal (Imperio), y poderse
observar en el segundo las transformaciones de la dignidad imperial y su transmisión de unas potestades a
otras a lo largo de la historia.
De este modo, a partir del año 320, las referencias a
los gobiernos de los emperadores romanos se convierten
en dúplices con motivo de la fundación de Constantinopla (330), futura sede imperial, coincidiendo así el
primer año de la autoridad bizantina de Constantino
con el undécimo de su mandato romano28. Los emperadores siguientes, desde Constantino II a Joviano (364)
aparecen intitulados expresamente tanto de Roma
como Bizancio29; a continuación, Palmieri reconoce a
Valentiniano y a Valente como emperadores respectivos
de Occidente y Oriente, un hecho curioso teniendo
en cuenta que la fractura del Imperio tiene lugar tras
la muerte de Teodosio (considerado emperador de
Oriente por el autor), con Honorio y Arcadio. Así, los
tres primeros emperadores occidentales privativos son
Valentinano I, Valentiniano II y Honorio; y orientales
Valente, Teodosio y Arcadio30.
Cuando Occidente sucumbe deinitivamente a los
pueblos germánicos en el 476, el lorentino precisa un
periodo de 330 años tras Rómulo Augústulo en el que el
“Imperius Occidentalis defecit”31, continuando las reseñas sobre los emperadores bizantinos de modo similar
a las realizadas con anterioridad. Las referencias dobles
se reanudan a partir del 800 cuando, siendo Nicéforo
soberano en Bizancio, Carlomagno es coronado nuevo
emperador de los romanos32. Las informaciones orientales desaparecen en el 976, explicando Palmieri que
tras la muerte de Juan I reinan en Constantinopla otros
muchos emperadores de los que no dispone tiempo
para pormenorizar, convirtiéndose, de este modo, el
Sacro Imperio Romano Germánico en el legítimo con28
29
30
31
32
Vid. ib., p. 33.
Vid. ib., pp. 33-38.
Vid. ib., p. 39.
Vid. ib., p. 51.
Vid. ib., p. 74.
33
71
Ed. G.B. Niccolini, Florencia, 1917.
T, S P. R E M / º , [. -]
es Gli annales Pisani (ca. 1190)34 del provisor Bernardo
Maragone (ca. 1108-1190), posteriormente ampliado por
un anónimo en el Breviarium historiae Pisanae (siglo
XIV). En su introducción encontramos breves cronologías desde Adán a 1136, siendo los hitos indicados el
Diluvio, el patriarcado de Abraham, la transmigración
de Babilonia, la fundación de Roma, el nacimiento de
Cristo, la coronación de Carlomagno, la entronización
de Pipino como rey de Italia y la fundación del arzobispado de Pisa en 1122 por Calixto II, hecho que le
permite consolidarse como potencia marítima y rivalizar con Génova, logrando imponerse en Córcega y
Cerdeña. El debilitamiento de Pisa de prolonga durante
el Doscientos, tras la muerte del cronista. Algunos de
estos hitos periodológicos se repiten en otras croniquitas breves, todas ellas anónimas, como el Chronicon
pisanum (1136)35, que comienza en el 688 con la coronación italiana de Pipino; o el Chronicon aliud breve
pisanum (1268)36, que también fecha en 1122 el inicio
de la edad contemporánea de la ciudad37.
La segunda crónica está dedicada a Volterra y es
elaborada por Antonio Ivani da Sarzana (1430-1482),
canciller de dicha ciudad además de Narni y Pistoya. La
Volterrana calamitate38, que informa de su conquista y
anexión a Florencia (1472), ofrece en el prólogo algunas
ideas humanistas sobre la comprensión histórica que
denotan la inluencia de Bruni, como el propio ligur
reconoce. Así, Sarzana presenta una serie de poderes
sucesivos a medida que sucumben comenzando con los
etruscos dominados por los romanos, el vencimiento de
los godos sobre estos, la posterior autoridad longobarda,
o la coetánea supremacía imperial en el ámbito septentrional39. Por otro lado, en otros escritos subraya la conquista turca de Constantinopla en 1453 como el suceso
más importante de la historia reciente, advirtiendo con
ello del peligro que supone para la soberanía italiana
en el Adriático y el cristianismo occidental en general.
34
35
36
37
38
39
CRONÍSTICA BOLOÑESA
A escasa distancia de Florencia, Bolonia representa el
centro cultural más potente de los Estados Pontiicios.
En la ciudad del Studium conluyen numerosos humanistas interesados en la aplicación de métodos críticos
en sus lecturas de las crónicas antiguas y medievales
de la Romaña.
La primera y tímida organización periodológica
sobre la región es realizada por el profesor de Retórica
Boncompagno da Signa (ca.1170-1250) en su Liber de
obsidione Ancone (1215)40. Dedicada a Ugolini Gosia,
jurisconsulto y potestà anconitano, en ella se explica el
asedio al que el Imperio y Venecia someten a Ancona en
1173, y que concluye con el triunfo de la ciudad gracias
al apoyo de sus aliados. En el prólogo, Signa relexiona
sucintamente sobre el esplendor y derrumbe de los
pueblos a lo largo de la historia, haciendo mención expresa a la fortaleza de los griegos, la autoridad de Roma
y la pujanza de Rávena durante el dominio ostrogodo
de la Península41.
Igualmente lacónica resulta el Chronicon Faveninum del canónigo Tolosano (1236)42, que pretende
abordar la historia universal de Faenza desde el 20
a.C. hasta su presente, incluyendo el conjunto de urbes
que la circunscriben geográicamente (Forli, Cesena,
Rimini, Ravena, Imola y Bolonia). Los tres episodios
que la estructuran son la fundación de Constantinopla
por signiicar la división del imperio; los reinados de
Grimualdo y Liutpandro, símbolo del esplendor longobardo tras la caída de Roma, y la coronación de Carlomagno por representar la restauratio imperii43.
Mucho más dependiente de las fuentes clásicas resulta
la Polyhistoria que Niccolò da Ferrara (1387)44 escribe para
el podestà Niccolò II (1361-1388). La crónica del benedictino,
abad de San Bartolo, consta de cuatro libros. El primero
40
Ed. G.C. Zimolo, R.I.S., VI (3), Bolonia, 1937. Sobre las reseñas de los
autores indicados en este apartado, vid. L. Frato: Di alcuni cronisti bolognesi.
Appunti biograici, Città di Castello, 1915; y A. Sorbelli: Le croniche bolognesi
del secolo XIV, Bolonia, 1900.
41
Liber de obsidione Ancone, pp. 6-10.
42
Ed. G. Rossini, R.I.S., XXVIII (1), Bolonia, 1939.
43
Vid. ib., pp. 4 y 12-14.
44
Ed. L.A. Muratori, R.I.S., XXIV, Milán, 1738.
Ed. M. Lupo Gentile, R.I.S., VI (2), Bolonia, 1936, 1-74.
Ed. ib., pp. 97-103.
Ed. ib., pp. 105-116.
Vid. ib., p. 107.
Ed. F.L. Mannucci, R.I.S., XXIII (4), Città di Castello, 1913, 1-26.
Vid. ib., p. 4.
72
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
testimonios coinciden en sus detalladas semblanzas sobre
los emperadores romanos de Occidente, el nacimiento de
la Iglesia (con biografías de todos los papas), las incursiones
godas y longobardas en Italia, y la constitución del Imperio Carolingio-otoniano. Las informaciones aumentan
en prolijidad a partir del reinado de Enrique IV con las
Investiduras, los litigios güelfos-gibelinos y las guerras
entre ciudades.
A inales de la centuria, Girolamo Borselli (14321497) compone una Cronica gestorum civitatis Bononie
(1497)48 cuyo relato hasta 1584 es posteriormente proseguido por Vincenzo Spargiati. El inquisidor encuentra
los orígenes de Bolonia tras el Diluvio Universal, cuando
el legendario Fero señorea la tierra comprendida entre
los ríos Aposa y Ravone49. A continuación recurre a la
historiografía clásica para explicar el avance galo sobre
Romaña y su derrota por el consul Publio Cornelio
Escipión (siglo II a.C.), siendo el siguiende acontecimiento de referencia la fundación de la diócesis boloñesa por San Zama (270). El hilo conductor de la
crónica son los pontiicados de los prelados hasta el
siglo XIII, momento a partir del cual se intensiican
los elementos interpretativos fruto de la labor erudita
del autor en archivos y de sus propias impresiones como
testigo ocular de lo que escribe.
Por último, debemos considerar también al dominico Cherubino Ghirardacci (1519-1598), autor de
una Historia di Bolonia efectuada en el convento de
San Giacomo Maggiore que comprende hasta 1508.
Presenta las mismas periodizaciones y características
que la de Borselli, si bien es mucho más crítico que él
en el tratamiento de las fuentes archivísticas.
describe el Génesis y la historia de Roma hasta el inal de la
Monarquía, el segundo explica la primera guerra púnica,
el tercero la República y el cuarto pormenoriza los sucesos
comprendidos desde el nacimiento de Cristo hasta 1383,
presentando a Bizancio como el continuador de Roma
hasta la restauratio carolingia.
También desarrolla en Ferrara su ejercicio profesional
el profesor franciscano Giovanni Cocchi (ca. 1409-1462),
autor de Ex annalium libris marchionum Estensium excerpta o simplemente Excerpta (1454)45 por encargo del
duque Borso de Este (1450-1471) con motivo de la concesión de los ducados de Módena y Reggio por Federico
III (1452). Su proemio es similar al de Signa y Tolosono,
escribiendo seguidamente la historia ferraresa desde el
siglo V, cuando se funda su obispado46.
En la vecina Forlì, múltiples manos elaboran unos
Annales Forolivienses cuya redacción se prolonga desde
1275 a 1616. La primera de las tres partes que conforman
la crónica que abarca hasta 1474 (a continuación hay
un vacío informativo hasta 1532) se inaugura presentando al cónsul Caio Livio Salinatore, el fundador de la
ciudad donde vence al ejército cartaginés de Asdrúbal.
Tras un elogio dedicado a Julio César y varios emperadores romanos y carolingios se describe la Querella de
las Investiduras entre el Papado y el Imperio.
Ya en el siglo XV, la historiografía boloñesa alcanza un
desarrollo similar a la lorentina gracias a Matteo Grifoni,
Borselli o Ghirardacci. El primero (1351-1426), poeta, notario y consejero gubernamental, inicia el relato de su
Memoriale historicum o De rebus Bononiensum (1472) en
tiempos de Federico II (1220-1250) y abarca hasta el presente. Los tres hitos fundamentales previos a dicho emperador vuelven a ser la fundación de Roma y la coronación
de Carlomagno, pero añade como novedad, entre ambos
hitos, la reediicación de Bolonia por Teodosio II en el 423.
Entre las fuentes que emplea se constata la famosa Cronaca
Rampona, que frente a la Varignana divide la historia en las
siete edades patrísticas en lugar de partir del nacimiento de
Cristo (sexta edad; la Rampona ubica la guerra de Troya y
la fundación de Roma, por tanto, en la quinta)47. Ambos
45
46
47
CRONÍSTICA MILANESA
La protección del Imperio y la primacía arzobispal consolidan un señorío mediolanense que conoce su cenit
a partir de 1395, cuando Wenceslao de Luxemburgo
concede a Gian Galeazzo I el título de duque de Milán,
Ed. L. Simeoni, R.I.S., XX (2), Bolonia, 1936.
Vid. ib., pp. 3-5.
Vid. ed. A. Sorbelli, R.I.S., XVIII (1), 3 vols., Città di Catello, 1939. La
exposición sobre las edades en pp. 1-85.
48
Vid. ed. A. Sorbelli, R.I.S., XXIII (2), Città di Castello, 1929.
49
Vid. ib., pp. 4 y ss.
73
T, S P. R E M / º , [. -]
heredándolo posteriormente los restantes gobernadores Viconti y, desde 1450, Sforza. Al amparo de dichas
familias se elaboran varias historias generales de Lombardía, siendo las que ofrecen periodizaciones las de
Fiamma, Azario, Aliprandi y Corio.
Anteriormente a ellos, el archivero de Asti Ogerio
Alieri (1230-1294), ciudad sometida a la autoridad milanesa, ofrenda al podestá Guglielmo de Lambertini
una Chronica Astesi (1294)50 en la que concreta cuatro
fases históricas desde la fundación legendaria de
Breno (380 a.C.): gala, romana, longobarda e imperial
(contemporánea a la redacción y caracterizada por la
libertad). Esta periodización se repite en la Chronica
Mediolani o Chronica Galvagnana (1337) del dominico
Galvano Fiamma (1283-1344)51, subrayándose en esta
la fundación moderna de Milán con San Ambrosio e
incorporando una alabanza propagandística hacia los
Visconti52. La predilección del autor por el mundo antiguo también puede constatarse en su Cronica de extravagans antiquitatibus Mediolani (1339), donde describe
los monumentos romanos y paleocristianos que perduran en Milán (muros, puertos, templos, esculturas,
inscripciones epigráicas, ediicios civiles...), y dibuja un
mapa de la civitas antiqua ubicando el patrimonio señalado53. Por otro lado, en la Novella politia (mediados
del siglo XIV) resume brevemente la historia antigua de
Milán, por años, desde la fundación de la urbs romana
al nacimiento de Cristo. Su producción se completa con
las gestas de Azzone, Luchino y Giovanni Visconti, una
historia sobre la Orden de Predicatores y otra episcopal
desde San Bernabé (50) a San Ambrosio (397).
La crónica de Pietro Azario (1312-1367) abarca de
1250 a 1360, no siendo, pues, de aspiración universal;
no obstante, su introito resulta muy sugestivo. Se trata
de una descripción cosmográfica de la región lombarda que incluye una breve reseña histórica a partir
de la anónima Descriptio situs Lombardie et omnium
regionum eiusdem (siglo XII)54. Esbozados los orígenes
de Roma a través de los hechos de Eneas y Rómulo,
se omite todas las referencias a los longobardos y carolingios para proseguir con la lucha güelfa-gibelina
hasta su presente. Dicho discurso concluye elogiando
a los Visconti desde Galeazzo I (1322-1328) a Galeazzo
II (1349-1378), y al arzobispado de Milán por preservar
la independencia de la ciudad.
A principios del siglo XV, Bonamente Aliprandi
elabora una Cronica de Mantua (1414)55, ciudad que
supone el punto de encuentro entre las aspiraciones
territoriales de Milán, Venecia y el Papado. Pese a su
título, se trata de un recordatorio en verso de los principales episodios que tienen lugar desde la construcción
de la ciudad romana hasta el presente. La biografía de
Virgilio (70-19 a.C.) inicia el poema, considerado el
más ilustre de los personajes históricos mantuanos56.
Esta está estrechamente relacionada con la del emperador Octavio57, amigo suyo, inaugurándose así un
recorrido por la historia del Imperio que inaliza con
la división de Arcadio y Honorio; las informaciones sucesivas se centran en los basileis bizantinos desde Marciano (450-457) a Miguel III (842-867), lamentando la
crisis occidental tras el saqueo de Roma y la destrucción
de numerosas ciudades italianas por los godos58. Con
motivo de la coronación de Carlomagno, Aliprandi
olvida a Constantinopla para enaltecer el poderío político de los carolingios y sus logros en defensa de la
cristiandad (“Possa a Roma lui si andasìa / corona li
Ed. Q. Sella, Roma, 1887.
Vid. A. Monteverdi: “Due cronisti milanesi dei tempi viscontei:
Bonvesin de la Riva e Galvano de la Flamma”, Cultura neolatina, 4-5,
1944-1945, 5-20.
52
Vid. J.W. Busch: “Sulle tracce della memoria comunale di Milano. Le
opere dei laici del XII e XIII secolo nel Manipulus lorum di Galvano Fiamma”, en P. Chiesa (Coord.): Le cronache medievali di Milano, Milán, 2001,
79-88.
53
Datos en Massimiliano David: “La Cronica extravagans de antiquitatibus
civitatis Mediolani di Galvano Fiamma. Linee metodologiche per una nuova
edizione critica”, en P. Chiesa (Coord.): Le cronache medievali di Milano,
Milán, 2001, 89-100.
54
Vid. Liber gestorum in Lombardia (ed. F. Cognasso, R.I.S., XVI [4],
Bolonia, 1939), p. 8; y Descriptio situs Lombardie et omnium regionum eiusdem
(ed. R. Maiocchi y F. Quintavalle, R.I.S., XI [1], Città di Castello, 1903,
53-64), p. 64.
55
Ed. O. Begani, R.I.S., XXIV (13), Città di Castello, 1910, pp. 19-183.
Sobre el autor, vid. Vid. L. Ruggeri: Biograia di mantovani illustri, Mantua,
1873, p. 10 y s.; y L.C. Volta: Compendio cronologico-critico della storia di
Mantova, XI, Mantua 1827, pp. 55-80.
56
Vid. Cronica de Mantua, p. 27 y s.
57
Vid. ib., p. 33 y s
58
Vid. ib., p. 52 y s
50
51
74
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
fu data d’imperare / questo lo papa a luis si facìa”)59;
posteriormente, con Otón I, considera refundado el
Imperio en el Romano Germánico (“Chostui si fu lo
primo imperatore / che da Lamagna fu fato fare / de
Taliani non fu po’imperatore. / Alemani si l’à saputa
conservare / corona de l’imperio per lor tenire / nul
altra zente à potut acquistare”)60.
Las fases de la historia que determina Aliprandi y
su concepción continuista del Imperio son expuestas
con similitud por el último de los cronistas milaneses
del Medioevo al que nos referiremos, Bernardino Corio
(1459-1519) 61. El hecho de ser hijo del camarero de Filippo María Visconti y Francesco Sforza le permite
conocer de primera mano el desarrollo político del
ducado, codearse con las personas más influyentes
del momento, participar en embajadas y heredar el
oicio paterno como asistente de Gian Galeazzo. En su
Caesarum vitae escribe biografías de emperadores desde
Julio César a Enrique IV, sopesando así el continuismo
del imperio. Desde el punto de vista literario, se inspira
en De viris illustribus de Petrarca o De casibus virorum
illustrium de Boccaccio, basados a su vez en Suetonio;
Corio retoma el tema con posterioridad en De gestis veterum illustrium. Su obra más importante, no obstante,
es Historia patria (1503)62, que se basa en las crónicas de
Aliero y Fiamma, y amplía hasta el gobierno de Ludovico Sforza (1499). Además, como Azario, aprovecha
la ocasión para ensalzar la labor ducal, en este caso
no de los Visconti sino de los Sforza, constituyendo la
segunda parte de la obra una crónica sobre los movimientos de la familia en lugar de una historia urbana.
tros de poder político existentes en el Véneto desde la
constitución del patriarcado de Aquilea. Sus principales
artíices son Dandolo, Biondo, Giustinian y Sabellico.
Andrea Dandolo (1306-1354), duque de la república
a partir de 1343, desde joven combina su vocación política con el interés historiográico, esbozando algunos
relatos históricos que posteriormente adquieren forma
deinitiva en su Chronica per extensum descripta 63. La
obra se inicia en el año 46 y prosigue hasta 1280, siendo
continuada posteriormente en su Crónica breve y en la
Chronica de Raphaele Caresino (de 1343 a 1388). Consta
de siete libros en total, comenzando en el cuarto y concluyendo en el décimo, estando dedicado cada uno de
ellos una etapa distinta de Venecia.
El primero (IV) comienza con San Marcos, patrón
de la ciudad, y los hechos de los apóstoles, los emperadores, los papas y los patriarcas de Aquilea hasta el
410, presentando como escenario el asentamiento de
los godos en Occidente. En este tiempo se produce el
pontiicado urbano de Agustín (407), que simboliza la
formación de la provincia veneciana (Patriarcado de
Aquilea) que se extiende sobre Friuli-Venezia Giulia,
el Véneto y las regiones eslovenas de Gorizia, Carniola
e Istria, según describe el segundo libro (V). El tercer
periodo (libro VI) se inicia en el 531 con el traslado de
la sede primada de Aquilea a Grado bajo la protección
de Bizancio fruto de la inestabilidad que conoce la
comarca a consecuencia de los asentamientos hunos y
longobardos. El poder político del enclave se consolida
con la creación del ducado durante la siguiente centuria (libro VII), siendo el primer titular Paolo Lucio
Anafesto (697), natural de Eraclea, ciudad que acrecienta prestigio frente a Grado. En el 809, el patriarcado
traslada de nuevo su capital a Malamocco, puerto
de Rialto, antiguo barrio de la actual Venecia (libro
VIII); esta movilidad se debe, esencialmente, al deseo
de paliar las tensiones habidas entre la aristocracia de
Aquilea (prolongobarda) y Eraclea (probizantina). La
estratégica nueva ubicación posibilita su esplendor
político y económico (libro IX), comenzando la ex-
CRONÍSTICA VENECIANA
Las periodizaciones de los cronistas de la Serenísima resultan las más deinidas y precisas de toda la cronística
bajomedieval italiana. Están determinadas por los cenVid. ib., p. 63.
Vid. ib., p. 70.
61
Una exposición biográica en M. Meschini: Uno storico umanista alla
corte sforzesca. Biograia di Bernardino Corio, Milán, 1995.
62
Ed. A. Guerra Morisi, Milán, 1978.
59
60
63
Ed. E. Pastorello, R.I.S., XII (1), Bolonia, 1941, pp. 1-327. Una introducción sobre la cronística anterior en G. Arnaldi: Studi sui cronisti della Marca
Trevigiana nell’età di Ezzelino da Romano, Roma, 1963.
75
T, S P. R E M / º , [. -]
Periodizaciones de la historia de Venecia en la crónica de Andrea Dandolo
Periodos, acontecimientos e hitos
Ciudad protagonista
cronología
1º
Previamente a la creación del Patriarcado de Aquilea
Hasta el 407
2º
De la constitución del Patriarcado de Aquilea al
traslado de la sede episcopal a Grado
Aquilea
407-531
3º
Del traslado de la capital a Grado a la fundación del
Ducado de Venecia
Grado
531-697
4º
Desde la creación del ducado al desplazamiento de
la capital a Malamocco
Eraclea
697-809
5º
Expansión adriática
Malamocco (Rialto)
809-991
6º
De la incorporación de los territorios dálmatas al
nombramiento del primer duque electo (Sebastiano
Zaino)
7º
Tiempo presente
991-1172
Venecia
Desde 1172
Tabla 3
pansión dalmática en el 991. Finalmente, la última fase
determinada por Dandolo comienza tras el asesinato
de Vitale Michiel II (1172) con el nombramiento, por
primera vez, del duque por medio de una asamblea nobiliaria, resultando electo Sebastiano Ziano (1172-1178);
este acontecimiento representa el hito que inicia la edad
contemporánea del autor (libro X), en la que Venecia es
ya una auténtica potencia regional, poseedora de una de
las lota más poderosas del Mediterráneo.
La periodización de Dandolo resulta muy original al
estar determinada exclusivamente por acontecimientos
locales, y precisar un acontecimiento inaugurador y
conclusivo en cada etapa, que a su vez se deine por
el protagonismo político de una ciudad diferente. Los
cronistas sucesivos aceptan como válido este esquema
y no introducen variaciones, sino simplemente completan la redacción hasta nuevas fechas. (ver Tabla 3)
Casi un siglo después de Dandolo vive el secretario papal (desde Eugenio IV a Pío II) Flavio Biondo
(1392-1463), uno de los humanistas cuatrocentistas que
más desarrollan la crítica heurística junto a Poggio
Bracciolini y Leonardo Bruni, con quienes comparte
amistad. Su trascendencia historiográfica se debe
a haber sido el introductor del término “medium
aevum” para referirse al periodo que se extiende desde
el saqueo de Roma en el 10 al renacimiento de los
valores culturales clásicos durante su generación (Historiarum ab inclinatione romanorum imperii decades,
1458). Otro título destacado es Roma triumphans, dedicado a Pío II, que expone la historia antigua de
Roma presentando al Papado como la institución que
asegura la continuidad de la autoridad universal que
suponía el Imperio.
Si bien la trascendencia de Biondo es universal, le
hemos incluido en el apartado de autores venecianos
por De origine et gestis venetorum (1454)64. Dedicada al
doge Francesco Foscari, sigue la historia de Dandolo
incorporando, como novedad, un preámbulo sobre los
orígenes fundacionales de Roma y en el que subraya la
protección bizantina de Aquilea que permite su consolidación frente a los hunos65.
64
65
76
Ed. Basilea, 1531
Vid. ib., pp. 273-292.
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
Inluenciado por Bruni, Valla y Biondo además de
Guarino da Verona y Giorgio di Trebisonda, profesores suyos, Bernardo Giustinian (1408-1489) estudia
la historia más remota de Venecia en De origine urbis
Venetiarum (1481)66. El autor, también miembro del
Consiglio dei dieci, esboza en quince libros la historia
universal de Roma: fundación de la ciudad, división
del Imperio, asentamiento longobardo y reinado de
Pipino en Italia. La obra concluye, así, con el ducado
de Agnello Partecipazio (810-827), coetáneo a Pipino.
Resulta de gran interés la lectura de dos ideas esenciales
que deben comprenderse en el contexto político de su
tiempo: la lealtad de Venecia al Sacro Imperio en sus
disputas con otras ciudades y el Papado, así como la
amenaza que supone el imparable avance turco sobre
los Balcanes; de hecho, Giustinian, que posía negocios
en algunas ciudades bizantinas, considera la conquista
de Constantinopla (1453) como el acontecimiento más
trascendente de la historia reciente.
Misma opinión al respecto posee Marco Antonio
Sabellico (ca. 1436-1506), discípulo de Pomponio Leto,
profesor de Gramática en Verona y posteriormente
cronista oficial de Venecia. Sus principales escritos
son De vetustate Aquileiae et Foriiuii (1482)67, patrocinado por el prelado Girolamo Donato, e Historiae
rerum Venetarum68, que reelabora en 33 libros la crónica
de Dandolo hasta 1487; en ella presenta la peste y el
ascenso turcomano como las dos calamidades de su
tiempo.
a los viajes de estudios que emprenden los españoles o
a los servicios que los italianos prestan a la monarquía
aragonesa69.
Una de las exposiciones sobre las edades históricas
que, a nuestro juicio, más interés ofrece la recoge el
soriano Alfonso de Palencia (1423-1491) en su Tratado
de la perfección del triunfo militar (1459). Ofrendada al
comendador calatraveño Fernando de Guzmán y el
Arzobispo de Toledo Alfonso Carrillo, en su prólogo
medita sobre los reinos más brillantes tras el Diluvio
para concluir que “en todas las edades fasta agora hay
enxemplos innumerables de crecimiento e alta subida,
e de la muy vil decendida”70. Al mencionar “todas las
edades” se reiere, concretamente, a los tres imperios
que se suceden en el tiempo por su hegemonía militar:
los asirios, los griegos y los romanos. Tanto Palencia
como el moralista Clemente Sánchez Vercial (13701434) advierten que las tres supremacías conocieron
un paulatino ascenso hasta que su esplendor declina a
causa del abandono de sus valores virtuosos71.
“¿Ónde es agora el Imperio de los Persia que
tan grand sennorío hobo, é onde es el reino de
los griegos que en tan poco tiempo subyugó
á todo el mundo, ónde es el Imperio de ierro
de los romanos, que así domó todas las partes
de la tierra é quebrantó todos los regnos del
mundo, é agora es ya venido cuasi á nada?”
Igualmente, el también cronista de Enrique IV,
Diego Enríquez del Castillo (1443-1503), concreta tres
sociedades hegemónicas que se suceden en Occidente72:
HISTORIOGRAFÍA UNIVERSAL DE
LA PENÍNSULA IBÉRICA
“La dulzura de su estilo hicieron loables á
los Griegos é notables a los Romanos, cuya
No hay diferencias notables entre las cronologías universales de los humanistas de ambas penínsulas. Emplean las mismas fuentes clásicas y patrísticas, y se inluyen recíprocamente por medio de la lectura de sus
obras e incluso, en algunos casos, a través de interacciones más intimas al conocerse personalmente gracias
66
67
68
69
Como introducción al contexto cultural vid. F. Rico: El sueño del humanismo (de Petrarca a Erasmo), Madrid, 1993; y O. di Camillo: El humanismo
castellano del siglo XV, Valencia, 1976.
70
Tratado de la perfección del triunfo militar (ed. M. Penna: Prosistas castellanos del siglo XV, I, B.A.E., CXLVI, Madrid, 1959, 345-392), p. 351 y s.
71
Libro de los enxemplos (ed. P. de Gayangos: Escritores en prosa anteriores
al siglo XV, B.A.E., LI, Madrid, 1860, 447-542), enx. 304, p. 519.
72
Crónica de Enrique IV (ed. C. Rosell: Crónicas de los reyes de Castilla, III,
B.A.E., LXX, Madrid, 1953, 99-222), p. 99.
Ed. Venecia, 1492.
Ed. A. da Lessona, Venecia, 1502.
Ed. Basilea, 1556.
77
T, S P. R E M / º , [. -]
perdurable fama, ni el pincel de las pinturas,
ni el martillo de los plateros, ni el hierro de
los sculpidores pudieran hacer inmortal, si la
heroica pluma de aquellos olvidada la dexara”.
“No menos el resplandor de nuestros invictísimos
Godos, la pujanza de su grandeza é la excelencia de
sus obras merecen alcanzar memoria”.
los godos, en tiempo de Inoçençio Papa. Dizen
los estoriadores gafos que aquel decaimiento de
Roma non fue de fuerça de los enemigos, mas por
juicio de Dios, que en penitençia de sus pecados
el Señor Dios les quiso dar”.
Además de la incapacidad y los yerros cometidos, en
el debilitamiento de Roma destacan dos circunstancias
determinantes: el traslado de la capitalidad a Constantinopla y la bipartición de Teodosio. El centro imperial
se traslada así a Bizancio mientras que Occidente se
desfragmenta en varios reinos germánicos75.
Dichos autores relacionan la perversión de las fuerzas
políticas con su caída y la honorabilidad esforzada con
su encumbramiento. En este sentido, los discursos más
famosos de la cronística peninsular son los relativos a
la “pérdida de España” a consecuencia de los pecados
visigodos; pero también es posible encontrar otros reveladores textos sobre el in del poderío griego y romano,
como los siguientes de Vercial o del obispo Rodrigo
Sánchez de Arévalo (1404-1470)73 (Ver recuadros).
Completando las concepciones motrices en los
cambios históricos, cronistas como Lope García de Salazar (1399-1476) no se olvidan del factor providencial74:
(Ver recuadros)
“[Los godos] tornáronse con grand saña
e robaron a toda Lonbardía, que avían ya
dexado en paz; otrosí robaron a Emelia e a
toda Toscana. E entraron por fuerça de armas
la çibdad de Roma e fezieron grande matança
en los dichos romanos. E Roma, que solía ser
vençedora de todo el mundo, fue vençida e
robada de los godos”.
“E así quedó destroída Roma, que fue vençedora
e señora de muchas gentes, por Alarico, rey de
“Dicho Emperador Constantín dio el
Imperio á la Iglesia de Roma. Et despues dejó
RODRIGO SÁNCHEZ DE ARÉVALO
Suma de la política
CLEMENTE SÁNCHEZ VERCIAL
Libro de los enxemplos por ABC
“Los griegos e los romanos, teniendo la monarchia del mundo y viviendo en paz y gran
quiete, diéronse a deleites y delicias carnales y a
avaricia para sostener los deleites, y no se exercitaron en estudios ni en actos de virtud. E por
ende fueron fechos mal intelectivos y mal exercitados en actos políticos e bélicos, y no supieron
politizar ni principar, de que vino que los súbditos
se les reventaron, ca no supieron obviar a los contrarios debellantes”.
“¿Quién podría suicientemente mostrar que
Alexandre non fue malo, al cual asi vencieron
el vino, la lujuria é la sobernia que non pareció
homme, mas bestia? ¿Quién podría contar cuáles
fueron Nero, Gayo, Domiciano, Claudio, Diocleçiano é Maximiano, que por la mayor parte
suelen haber aquellos que son matadores de
hommes como Nero é Diocleciano, é los que conocieron carnalmente á sus hermanas asi commo
Gayo?”
73
Suma de la política (ed. M. Penna, o. cit., 249-309), p. 260; y Libro de los
enxemplos, enx. 304, p. 519 y s.
74
Bienandanzas e fortunas (ed. J.S. Alarcón, sine loco, 2008), p. 281.
75
Ib., p. (sobre la caída de Roma); y Castigos y documentos (ed. P. de
Gayangos, o. cit., -), p. 107 (esplendor de Bizancio).
78
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
Prediluvio
Los primeros
hombres
Edades en el gobierno del mundo
Postdiluvio
Patriarcado de
Imperio de los
Imperio de los
Abraham
asirios
griegos
Imperio de los
romanos
Tabla 4
Edades de la dignidad imperial
Imperio Griego
Imperio Romano
Imperio
Bizantino
Imperio
Carolingio
Imperio
Romano
Germánico
Tabla 5
A la renovatio imperii se sucede de manera inmediata
la traslatio al ámbito germánico con Otón I (962-973),
constituyéndose así el poder político más importante
de la Baja Edad Media: el Sacro Imperio Romano
Germánico. Según el cronista vizcaíno, un punto de
inlexión a inales del siglo XIII marca un nuevo hito
histórico; el Emperador Luis IV (1282-1347), también
Duque de Baviera, rompe la unidad política existente
hasta la fecha diferenciándose desde su reinado dos ámbitos imperiales: el romano y el bizantino77:
á Roma é paso á Grescia, é falló una cibdat la
cual solia haber por nombre Bisancio […] é
el Emperador Constantin ordenó é reparó la
dicha cibdat, fízola muy rica é muy apuesta, et
púsole nombre Costantinopla, é izo de todo
ello el Imperio de los griegos, que fuese cabeza
esta cibdat, la cual es hoy día muy grande é
muy rica é muy poderosa. É así como se fue
abajando é menoscabando mucho en sí el
Imperio de los romanos, fue cresciendo el de
los griegos”.
“D’este enperador Vábaro en adelante incó
la esleçión del Inperio de Roma en los reinos y
probinçias de Alemaña, que es la mayor partida
del mundo que christianos sean. Toda la Greçia
quedáronse con el Inperio de Costantinopla,
esleyendo sus enperadores, non quisiendo
ser con los alemanes. En este dividimiento
d’estos dos Inperios quedaron Françia e
Italia, Inguelaterra e Escoçia e España toda e
Lombardía sobre sí so la ovedençia de la Iglesia
de Roma e del Santo Padre”.
Explica Salazar en sus Bienandanzas e fortunas que,
centurias después, la autoridad bizantina es eclipsada
por el resplandor del rey de Francia, Carlomagno (800814), garante de la fe cristiana y reconocido por el Papa
León III (795-816) como el legítimo heredero de los
emperadores romanos76:
“Los françeses suçedieron en el Inperio de
Roma e de Constantinopla en el tiempo del
noble rey Carlos […] Tomaron los romanos
por Emperador de Constantinpla al rey
Carlos de Françia, porque era en aquel tienpo
el más noble e poderoso prínçipe de todos los
christianos ni que tantos nobles fechos iziese”.
76
Finalmente, los episodios contemporáneos considerados más determinantes son la guerra de los Cien Años
77
Ib., pp. 403-405. Pablo de Burgos trova estos episodios en Las siete edades
del mundo, estr. 242 y s.
Bienandanzas… p. 401.
79
T, S P. R E M / º , [. -]
por su magnitud78, las disputas político-religiosas entre
el Imperio y el Papado79, y la anexión de Constantinopla por los turcos80. (Ver Tablas 4 y 5)
reescribiéndose el pasado hasta que la Najerense (1160)82
distingue el periodo de la monarquía visigoda (libro
I), los reyes desde Pelayo a Alfonso V (libro II) y de
Sancho III al emperador Alfonso VII (libro III).
A inales del siglo XII, la crónica romance más antigua de la Península Ibérica (Liber regum o Libro de
las generaciones y linajes de los reyes, 1194-1209), sintetiza
explicaciones diversas sobre la historia bíblica, romana,
goda, aragonesa, castellana y francesa; la versión castellana se conoce como Cronicón Villarense y sirvió como
fuente para las obras de Rada y Tuy. Dicha obra se ha
relacionado con un Linaje de los reyes de España (1155,
ampliado en 1274)83 que pese a su brevedad, permite interesantes relexiones observando las cuatro partes que
lo conforman: un recopilatorio de los reyes aragoneses
desde Sancho III a Alfonso II, una amplia semblanza
de Rodrigo Díaz de Vivar, una historia goda hasta la
muerte de Rodrigo y, inalmente, una enumeración de
efemérides diversas desde la última batalla del legendario rey Arturo en el año 580 hasta la muerte de Enrique I de Navarra en 1274.
La historiografía del Doscientos experimenta un
importante desarrollo cualitativo. Primeramente, la
Chronica latina regum Castellae (ca. 1223-1237) 84 de
Juan de Soria abarca los doscientos años que suceden
desde Fernando I a Fernando III, es decir, desde la
unión del condado de Castilla al reino de León hasta
la deinitiva integración de ambas coronas, comprendiéndose estos acontecimientos como auténticos hitos
históricos. Coetáneamente a la obra de Soria, la reina
Berenguela encarga a Lucas de Tuy un Chronicon
mundi (1230) 85 confeccionado a partir de la Historia
de regibus gothotum de Isidoro de Sevilla (560-636), la
Historia Scholastica de Pedro Comestor (1110-1278) y las
diferentes crónicas de la monarquía astur-leonesa. No
obstante, el principal revitalizador de la obra isidoriana
es Ximénez de Rada en su De rebus Hispaniae (1243),
impulsando el pensamiento goticista que deiende la
legítima continuidad de la monarquía visigoda en As-
CRONÍSTICA CASTELLANA
Podemos diferenciar dos conjuntos de crónicas en función del detalle ofrecido en sus periodizaciones sobre
la historia castellana. La cronística anterior a Rodrigo
Ximénez de Rada (ca. 1170-1247) brinda escasas referencias a hitos cronológicos, mientras que la inspirada
en su obra los incrementa sustancialmente.
Realizando un breve repaso sobre la historiografía
previa al arzobispo, la Crónica de Alfonso III en sus dos
versiones (Ovetense y Rotense) comienza con Recesvinto
y concluye en Ordoño I sin diferenciar etapa alguna
en el relato; la Albeldense (881), por su parte, ordena
en epígrafes diferentes a los emperadores romanos, los
monarcas godos y los reyes asturianos desde Pelayo81.
Tanto la crónica de Sampiro (999) como la Silense (1115)
completan la Albeldense con los reinados sucesivos, no
78
El conlicto anglo-francés posee un protagonismo absoluto en la cronística bajomedieval por su proyección europea. Los autores emplean la crónica
de Froissart para informar de los acontecimientos.
79
Salazar considera el contencioso entre Enrique IV (1084-1125) y Gregorio
VII (1073-1085) como el más signiicativo de los muchísimos habidos entre
ambas instituciones, mostrándose favorable al pontíice: “Este Enperador
ovo mucha contienda e guerra con el Santo Padre Gregorio; la desabenençia
era por las tocas e por las sortijas qu’el Enperador daba de los obispos que
morían en el Imperio […] E sobre esta razón, el Apostólico avía requerido
asaz de vezes al dicho enperador Enrique, rogándole por mesura lo dexase.
E porqu’el Enperador no lo quizo fazer, óvolo de descomulgar. E como el
Enperador lo sopo, óvolo por mucho mal e començó a guerrear a la Iglesia e
al Papa”. Bienandanzas…, p. 402.
80
Si los testimonios plenomedievales describen a Constantinopla como
una ciudad hermosa e inexpugnable, los bajomedievales lloran su destrucción.
Salazar explica cómo caballeros castellanos, aragoneses, franceses, alemanes,
húngaros, ingleses, italianos y de todos los conines de Europa se trasladan
a ella para combatir contra los turcos, resultando en vano sus esfuerzos; vid.
Bienandanzas…, p. 446.
Sánchez
de Arévalo, igualmente conmocionado por el suceso, se muestra más
optimista al considerar que Bizancio se regenerará de sus cenizas: “No pudieron los Césares que a Roma por artes y armas ganaron, no los famosos todos
–Alarico, Atila ni heodorico– que la conquirieron, quitar la famosa gloria
a Rómulo, primero fundador. Ni pudo el gran Cipión, que a Minancia por
armas ganó, obscurecer el nombre de Ércules fundador; ni el Turco Grande,
que a Constantinopla por armas ganó, pudo menguar la fama e gloria del
constituidor Constantino”. Suma de la política, p. 254.
81
Ed. G. Fernández, J.L. Moralejo y J.I. Ruiz de la Peña, Oviedo, 1985.
82
83
84
85
80
Ed. J.A. Estévez Sola, C.C.C.M., 71a, Turnhout, 1995.
Ed. L. Cooper, Zaragoza, 1960; vid. estudio preliminar p. 38.
Ed. L. Charlo Brea, C.C.C.M., 73, Turnhout, 1997.
Ed. E. Falque Rey, C.C.C.M., 74, Turnhout, 2003.
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
turias tras la expansión sarracena86; la relevancia de
esta crónica se debe a que recoge toda la tradición historiográica anterior y, además, es la principal fuente
empleada por los cronistas bajomedievales.
La distribución de la historia en nueve libros permite
contemplar una periodización supeditada al goticismo.
Comienza con los orígenes del pueblo godo antes de su
establecimiento en Hispana (libro I), continuando con
los reyes desde Atanarico al Liber iudiciorum de Recesvinto (libro II), y desde Wamba a Rodrigo (libro III).
El libro IV expone la monarquía asturiana hasta Alfonso III según la Rotense, explicándose a continuación
la tripartición del territorio y los soberanos navarros
(libro V) y aragoneses (libro VI), para posteriormente
centrarse en Castilla (libros VII-IX).
Tres décadas después de elaborada, Alfonso X promueve su traducción al romance (Estoria de Espanna
o Primera crónica general, ca. 1270-1274)87 y la completa con varios capítulos sobre los pobladores de la Península previos a los godos para los cuales emplea otras
obras de Rada que se indican a continuación, a la par
que se comparan las periodizaciones de ambos autores:
Nacimiento del mundo: a través del pasaje
bíblico, los tres hitos primigenios son la
Creación, el Diluvio y la Torre de Babel.
Hispania griega: los héroes troyanos llegan
a la Península, bautizándola y fundando en
ella ciudades.
Hispania almujuza: esta etapa presenta problemas interpretativos por ser exclusiva de
la Primera crónica general, no apareciendo
en ningún otro texto anterior; a juzgar por
algunas referencias, haría referencia a las incursiones vikingas (“…fuxieron algunos pora
las yslas frias assi como Nuruega e Dacia e
Prucia e poblaron allí…” / “…ganaron primeramente Inglaterra con todas esas yslas:
Escocia e Yrlanda e Gales, e después fueron
viniendo por la mar fasta que llegaron a Es-
panna…” / “…los de Flandes e d’Inglaterra
destruyeron a Espanna…”)88.
Hispania africana: el monarca denomina así
a la presencia púnica hasta las guerras entre
Roma y Cartago; Rada no explica estos acontecimientos en De rebus Hispaniae sino en
Historia romanorum.
Hispania romana: igualmente, el Sabio se
apoya en la Historia romanorum para explicar
los orígenes de Roma hasta la fundación del
Imperio, dedicando breves semblanzas a los
emperadores desde César a Honorio y elogiando a aquellos de origen hispano.
Hispania bárbara: sin referencias en De rebus
Hispaniae, la Estoria de Espanna recurre a la
Historia hunnorum, vandalorum, suevorum,
alanorum et silinguorum para explicar la
fragmentación del Imperio Occidental y el
señorío hispánico de los vándalos asdingos
y silingos, los alanos y los suevos hasta que
los visigodos son contratados por Roma para
su expulsión.
Hispania goda: tanto Rada como Alfonso
X relexionan sobre la génesis de los godos
y sus movimientos migratorios antes de su
arribada peninsular. A continuación, es posible percibir tres diferencias en sus discursos:
1. Mientras que la Estoria de Espanna considera la monarquía visigoda un periodo
único, De rebus Hispaniae distingue dos
etapas diferentes, como se ha explicado
más arriba.
2. La obra alfonsí incluye, tras los títulos
dedicados a Galaleico y Amalarico, uno
consagrado a Teodorico que no aparece
en De rebus Hispaniae de Rada sino en su
Historia ostrogothorum.
88
Estoria de Espanna p. 14 y s. Sobre la problemática indicada, vid. los
artículos de F.J. González García: “Las fuentes del relato de la invasión de
los almujuces en la Estoria de Espanna de Alfonso X el Sabio”, Melanges de la
Casa de Velázquez, 42 (1), 2012, 185-203; y “La invasión de los almujuces: un
posible tema mítico de origen celta en la Primera crónica general de Alfonso
X, el Sabio”, Gallaecia, 20, 2001, 333-372.
Ed. J. Fernández Valverde, C.C.C.M., 72, Turnhout, 1987.
Ed. R. Menéndez Pidal y D. Catalán, 2 vols., Madrid, 1977. Vid. F. Rico:
Alfonso el Sabio y la “General Estoria”, Barcelona, 1984; e I. Fernández Ochoa:
Las “Estorias” de Alfonso el Sabio, Madrid, 1992.
86
87
81
T, S P. R E M / º , [. -]
Comparativa sobre las periodizaciones y las ordenaciones internas entre
DE REBUS HISPANIAE y la ESTORIA DE ESPAÑA
Ximénez de Rada
OPERA
Periodos, acontecimientos e hitos
Creación del mundo
1º
Diluvio Universal y reparto del mundo:
Jafet en Europa y Tubal en la Península Ibérica
DRH Liber I
[I-VII]
Alfonso X
ESTORIA DE ESPAÑA
Comieça ell Estoria
[I-III]
2º
Hércules contra Geryón:
“fundación de España” y colonias griegas
3º
Pueblos prerromanos: celtas e íberos
Sin referencias.
Señorio de los almuiuces
[XIV-XV]
4º
Colonias cartaginesas hasta la II Guerra Púnica
HR [VII-X]
Señorio de los africanos
[XVI-XXII]
Conquista de la Península Ibérica por Roma.
HR [I-X]
Señorio de los romanos
[XXIII-CXII]
* Historia de Roma: de Julio César a Honorio
Sin referencias
[CXIII-CCCLXIV]
Llegada de los “pueblos escitas” a Hispania
HHVSAS [II-XV]
Señorio de los vándalos,
silingos, alanos et suevos
[CCCDCVCCCDCCCVI]
Orígenes del pueblo godo: historia y relaciones con Roma
hasta la muerte de Fritigerno
DRH Liber I
[VIII-XIX]
Señorio de los godos
[CCCDCCCVI-CDVI]
La monarquía visigoda: de Atanarico a Pelayo
DRH Libri II y III
5º
6º
7º
8º
De Atanarico a Recesvinto
DRH Liber II [I-XXII]
De Wamba a Pelayo
DRH Liber III [I-XXIV]
[CDVII-DLXV]
* Intermedio sobre los ostrogodos
HO [I-VI]
[CDXL-CDXLII]
La monarquía hispánica:
De Pelayo a Fernando III
DRH Libri IV-IX
Coronica de Espanna
[DCLVI-MCXXXV]
Reino de Asturias:
De Pelayo a Ordoño II
DRH Liber IV
[I-XXII]
Reino de León:
De Fruela II a Bermudo III
DRH Liber V
[I-XXVI]
Reino de Castilla
(hasta el nacimiento del reino de Portugal):
De Fernando I a Alfonso VI:
DRH Liber VI
[I-XXXIV]
Separación de Castilla y León
Coronica de Espanna
[DCLVI-MXXVIII]
DRH Liber VII
[I-XXXVI]
Evolución del reino de León:
De Urraca I a Alfonso IX
DRH Liber VIII
[I-XV]
Evolución del reino de Castilla:
De Alfonso VIII a Enrique I
9º
Señorio de los griegos
[IV-XIII]
Tiempo contemporáneo
Fernando III: unión deinitiva de Castilla y León
DRH Liber IX
[I-XVIII]
Tabla 6
82
Coronica de Espanna
[MXXIX-MCXXXV]
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
3. De rebus Hispaniae concluye su libro III
con la traición de don Julián y la muerte
de Rodrigo, mientras que la Estoria de
Espanna lo hace con una amplia disertación sobre Pelayo, considerado un rey
godo más refugiado en Asturias.
Corónica de Castiella: el soberano denomina
así a la segunda parte de su obra, conformada por 569 de los 1.135 capítulos que
la integran (50%). De estos, 106 están dedicados exclusivamente a Fernando III (20%),
exponiéndose, por tanto, los treinta y tres
reinados precedentes en 463 epígrafes. La
importancia ofrecida al Rey Santo se debe a
las abundantes anotaciones de los miembros
del scriptorium áulico sobre su propio tiempo
así como al uso como fuente, también, de la
crónica de Juan de Soria. De hecho, como la
Chronica latina regum Castellae, Rada concluye su libro V con semblanzas sobre los
reyes navarros por poseer Fernando I orígenes pamploneses; asimismo, incluye sendas
referencias a los reinos de Aragón con motivo
del matrimonio entre Urraca I y Alfonso I
(libro VI), y de Portugal explicando los orígenes del condado originario en tiempos de
Alfonso VI (libro VII). Fallecido Alfonso
VII, los reinos de León y Castilla se separan,
distinguiéndose el desarrollo político leonés
(Fernando II y Alfonso IX, libro VII) del
castellano (Alfonso VIII y Enrique I, libro
VIII). Finalmente, el libro IX se centra en
Fernando III con la unión, de nuevo, de
ambas coronas.
gallego y catalán89. Otras derivaciones de la obra alfonsí
son la Crónica de Castilla de Jofré de Loaísa (ca. 1300)90,
que expone los últimos años del reinado de Fernando
III y se centra mayormente en los de Alfonso X, Sancho
IV y Fernando IV; la Crónica de veinte reyes, que funde
la Versión crítica y la Crónica de Castilla91; o Sumario de
los reyes de España de Juan Rodríguez de Cuenca (principios del siglo XV), que recensiona muy sucintamente
los reinados habidos entre Pelayo y Juan II, empleando,
además, la crónica de Pedro I y los reyes Trastámara de
Pero López de Ayala (1332-1407). (Ver Tabla 6)
Los cronistas bajomedievales no alteran las periodizaciones propuestas en el siglo XIII aunque sí que las
precisan en función de sus propósitos ideológicos. Sus
principales artíices son Pablo de Burgos, Lope García
de Salazar, Alonso de Cartagena y Rodrigo Sánchez de
Arévalo al subrayar la continuidad de la monarquía visigoda en Asturias tras la batalla de Guadalete, e insistir
en los orígenes demográicos de España en tiempos bíblicos y del mito troyano92. Con ello pretenden argumentar la precedencia hispana frente al resto de naciones
europeas en foros tan trascendentes como el concilio de
Basilea, donde Cartagena pronuncia su famoso discurso
(1434). Tras este episodio, donde constata la ignorancia
sobre la historia peninsular por parte de los intelectuales
asistentes, el obispo de Burgos elabora Anacephaleosis o
89
Sobre la transmisión, traducción y elaboración de diversas historias a
partir de De rebus Hispaniae durante la Baja Edad Media vid. D. Catalán:
“Rodericus” romanzado en los reinos de Aragón, Castilla y Navarra, Madrid,
2005, especialmente pp. 697-708; del mismo autor La “Estoria de España”
de Alfonso X: creación y evolución, Madrid, 1992; y G. Cirot: Études sur la
historiographie espagnole. Les histoires générales d’Espagne entre Alphonse
X et Philippe II (1284-1556), Burdeos, 1904.
90
Ed. A. Ubieto Arteta, Valencia, 1971.
91
T. Babbitt: La “Crónica de veinte reyes”: a comparation with the text of
the “Primera crónica general” and a Study of the principal latin sources, New
Haven, 1936.
92
Aunque las noticias sobre la guerra de Troya aparecen en la literatura
peninsular en el siglo XI, estas no se generalizan hasta su inclusión en el Libro
de Alexandre y en la cronística de Alfonso X. Ya en el Cuatrocientos, Diego de
Valera dedica a Juan Hurtado de Mendoza, mayordomo de Juan II y señor de
Cañete, un breve Origen de Troya y Roma (1455-1460). No obstante, la composición más importante al respecto es la Suma de historia troyana de Leomarte
(ca. 1490); su fuente principal es el Roman de Troie de Benoît de Sainte-Maure
(ca. 1170), que conoce gracias a la traducción de Guido delle Colonne (1287).
La obra comienza con una breve exposición sobre el Diluvio Universal para
detallar ampliamente, a continuación, las historias de Jasón, Hércules, Ulises,
Eneas y Bruto. Sobre las historias de Troya en la cronística peninsular vid. el
estudio preliminar a la edición de A. Rey, Madrid, 1932. pp. 15-34.
Durante varias décadas, la Estoria de Espanna es
transcrita y adaptada a nuevas necesidades, lo que signiica la existencia de varias ediciones diferentes. Por
ejemplo, la Versión crítica desarrolla los hechos hasta la
muerte de Alfonso X, la Versión ampliada prosigue narrando el reinado de Sancho IV o la Versión abreviada
de don Juan Manuel sintetiza el contenido original.
Además, también es traducida y glosada en portugués,
83
T, S P. R E M / º , [. -]
Rerum in Hispania gestarum chronicon (1454-1456)93 desde
Atanarico a Enrique IV, que posteriormente su discípulo
Arévalo amplía en su Compendiosa historia Hispanica
(1470)94 con el propósito de ilustrar sobre el tema; para
ello emplean el latín, lengua universal de la cultura, y
hacen uso de numerosas estrategias didácticas, entre ellas
la periodización histórica.
Por su parte, Alvar García de Santa María (13701460), sobrino de Cartagena, es el único cronista real
(Crónica de Juan II, 1434) que incluye una relexión
sobre la ordenación de los tiempos desde la perspectiva
de la corona castellana95; este tipo de discursos no son
característicos de los historiadores cortesanos, por lo
que se trata de un testimonio excepcional. De hecho,
los dos únicos que ofrecen explicaciones análogas son
Fernán Pérez de Guzmán (ca. 1370-1460), que tan solo
enuncia que los “tiempos modernos” comienzan con
Fernando III96; y Diego Enríquez del Castillo, en cuya
Crónica de Enrique IV transcribe las palabras de Santa
María97.
A modo de conclusión, de la lectura de estas crónicas y otros tratados coetáneos podemos observar las
siguientes etapas y justiicaciones ideológicas:
De los primeros pobladores a la conquista de
Hércules. Este es un periodo legendario en el
que se explica, por medio de la alusión bíblica
y la fábula, los vínculos entre los habitantes
ibéricos con los héroes de la mitología clásica,
insertándola así en el relato de la Historia
Universal. Tras el Diluvio, Tubal, quinto de
los siete hijos de Jafet, se asienta como primer
habitante “del qual vinieron despues todos
los españoles” 98, antiguamente llamados
“cetubals” (celtíberos) por su nombre. Generaciones más tarde, la llegada de Hércules
para combatir contra Geryón y Trato libera
a los hispanos de su opresión (“En aquella
parte de España que se llama Castilla ovo
reyes antes de la primera destrucción de
Troya”99). A Hércules le acompaña en su
empresa Hispan, que permanece señoreando
en la Península tras el regreso del semidiós a
Grecia y de quien España este nombre tomó100.
De este modo, explica Cartagena en Basilea,
la corona castellana “no solamente desciende
de los reyes de los godos, sino descienden asi
mesmo de linage de enperadores romanos
e griegos, según paresce en las corónicas
antiguas”101, unas declaraciones no exentas
de polémica al agraviar a la delegación de
los soberanos ingleses y escandinavos pues,
a diferencia de ellos, no tan antiguos, “los
reyes de España nunca fueron subjetos al
enperador, los reyes de Inglaterra tienen el
regno en feudo de la Iglesia”102.
Del gobierno griego al romano. Durante un
largo periodo continuaron los asentamientos
helénicos y púnicos, destacando el desembarco cartaginés de Amílcar.
De la conquista romana a las invasiones de
los suevos, alanos y silingos.
Del asentamiento visigodo a su posterior
caída. Los godos penetran en la Península con
objeto de expulsar a los bárbaros, siendo Atanarico el “primero que tuvo título y nombre
de rey en España. Los Godos que cruzaron
los Pirineos se llamaron españoles”103; esta
sentencia de Cartagena permite comprobar
Tratado de las sesiones (ed. M. Penna, o. cit., 05-233), pp. 205 y ss.; vid.
Compendiosa…, p. 55 y s. (fuerunt reges in Castellae ante primam destructionem
Troiae); nótese la inluencia que ejerce Cartagena sobre su discípulo, quien
le acompaña a Basilea.
100
Vid. De rebus Hispaniae, p. 8 y s.; Estoria de Espanna, p. 9 y s.; Las siete
edades del mundo, estr. 261; Crónica de Juan II de Alvar García de Santa María,
p. 2; o Anacephaleosis, p. 1106.
101
Tratado de las sesiones, p. 208; vid. Anacephaleosis, p. 1114 y s.; Compendiosa…, p. 55 y s.; y Bienandanzas…, p. 576.
102
Tratado de las sesiones, p. 208; el mismo alegato es expuesto por Diego
de Valera en Cirimonial de príncipes (ed. M. Penna, o. cit., 161-168), p. 162.
103
Vid. mi estudio sobre el neogoticismo del Cuatrocientos “La ideología
goticista en los prehumanistas castellanos, Alonso de Cartagena y Rodrigo Sánchez de Arévalo: sus consideraciones sobre la unidad hispano-visigoda y el reino astur-leonés”, Territorio, sociedad y poder, 5, 2010, 123-145.
99
Ed. Y. Espinosa Fernández, 3 vols., Madrid, 1989.
Ed. Roma, 1470.
95
Vid. Crónica de Juan II (ed. J. de Mata Carriazo y Arroquia, Madrid,
1982), pp. 1-5.
96
Vid. Generaciones y semblanzas (ed. C. Rosell, o. cit., 697-719), p. 698.
97
Vid. Crónica de Enrique IV, p. 99 y s.
98
Las siete edades del mundo, estr. 255; vid. Bienandanzas…, p. 547.
93
94
84
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
Edades en el gobierno de España
Prediluvio
Información
incierta
Postdiluvio
Tiranía de
Geryón y Trato
Reino de los
héroes griegos
Imperio de los
romanos
Reino de los
españoles
Tabla 7
Periodos definidos en la historia de España
Pobladores
íberos y colonos
púnicos
Hispania
como provincia
romana
Reino
visigodo
Del Reino de
Asturias al de
León
Reino unido
de León y
Castilla
Tabla 8
Esquema de la ANACEPHALEOSIS y la COMPENDIOSA HISTORIA HISPANICA
Laus
Hispaniae
Monarquía visigoda
(desde Atanarico a
Rodrigo)
Monarquía asturleonesa y castellana
(desde Pelayo a
Fernando III)
Monarquía uniicada
de Castilla y León (desde
Fernando III a Enrique
IV)
Tabla 9
su intención de legitimar la autoridad castellana vinculándola con la monarquía destronada por los musulmanes104:
los cuales ovieron nombre huvándalos, é destos
llevó nombre la tierra de Vandalocia, la cual es
agora llamada Andalucía. Todas estas gentes
fueron señores de España fasta el tiempo que
el grand poder de los godos venieron á ella, é la
entraron por fuerza é la ganaron guerreando é
matando é venciendo las otras gentes, é fueron
señores della, é tiraron á España del señorío de
Roma. Et de allí en adelante non obedesció a
los romanos”.
“En la quinta edat entraron en España á
conquerir la tierra é el señorío primeramente
una gente que llamaron silingos, é fecieron
entre si rey. Et despues veno otra gente contra
aquellos que llamaban los alanos, é podieron
mas que los otros, é echáronlos fuera de la
tierra, é fecieron reyes entre sí. Et después
venieron otras gentes contra aquellos, á los
cuales llamaron suevos, é hobieron muy
grandes guerras con los alanos, que se dice ser
naturales de tierra de Alemanna; é á la cima
venciéronlos. Et fincó la tierra con ellos. E
después levantóse otra gente contra aquellos,
104
De Pelayo a Fernando III. Pelayo, legítimo
heredero de la corona, hace frente a los sarracenos en Asturias, refundando el título de la
monarquía (“los Reyes de España olvidaron
el Titulo de Godos y se preciaron de otras
insignias”). En este periodo reinan veintitrés
soberanos así como otros condes en el área
oriental del reino como Fernán González,
Castigos y documentos, p. 109.
85
T, S P. R E M / º , [. -]
distinguiéndose, pues, dos geografías: la
leonesa y la castellana.
De Fernando III en adelante. El Rey Santo
consigue uniicar deinitivamente los reinos
de León y Castilla en 1230, iniciándose un
periodo de esplendor prolongado hasta la
época en la que escriben los cronistas. (“…
volvieron a unirse las coronas en una monarquía cuio engarze felicissimo hasta oy
permanece y durará largos siglos sin temor
de que se disuelva con el tiempo”). En este
tiempo se distingue, también, una nueva
etapa tras la Guerra Civil Trastámara que
va más allá de un simple cambio de dinastía
al presentar un designio providencial de
la unión de todos los reinos de España en
una sola corona, especialmente durante el
reinado de Isabel I.
abajo se expondrá. Por su parte, las crónicas de Bernat
Desclot, Ramón Muntaner y Gonzalo García de Santa
María no ofrecen este tipo de discursos al centrarse
en reinados concretos, si bien el Libre del rei en Pere
d’Aragó e dels seus antecessors passats del primero (ca.
1282-1292) se remonta a Ramón Berenguer IV en su
capítulo introductorio106, reinado que la historiografía
catalana sopesa como un hito fundamental al constituir el nacimiento de la corona aragonesa107.
A Tomás de Canellas, secretario de Pedro IV de
Aragón se le atribuye la Crónica de San Juan de la Peña
(1369-1372), denominada así por el título de su quinto
capítulo (De hediicatione Sancti Iohannis de la Penya)108
que, a su vez, sirve para diferenciar una etapa antigua
(de los orígenes legendarios de Hispania a la invasión sarracena) de historia reciente (del nacimiento de los reinos
de Navarra y Aragón hasta el tiempo presente). La otra
crónica universal del Trescientos es la Genealogia regum
francorum, Navarre et Aragoniae et comitum Barchinonae
de Jaume Domenech (1380); con motivo de las nupcias
entre Juan I de Aragón y Violante de Bar, nieta de Juan
II de Francia, el dominico perpiñanés sintetiza la historia genealógica de las casas reales navarra, aragonesa y
francesa con objeto de ilustrar a los monarcas la ascendencia de sus nuevas familias políticas. Así, en la primera
parte explica la historia francesa desde la llegada de los
héroes troyanos hasta la coronación de Luis X, y en la
segunda enumera los reyes navarros, aragoneses y condes
barceloneses desde el 713 hasta su tiempo. Al comienzo
del segundo libro hay una brevísima mención al pasado
godo de la Península, destruido a causa de la irrupción
del Islam, concebido como fase histórica109.
Mucho más totalizador es Pere Tomic en sus Histories e conquestes dels reys de Aragó e comtes de Barcelona
El establecimiento de nuevas periodizaciones desde
Athanarico (primer rey visigodo), Pelayo (restauración
de la monarquía en Asturias) y Fernando III (unión
deinitiva de León y Castilla) puede observarse muy
bien en cada una de las presentaciones de los reyes
existentes tanto en la Anacephaleosis como en la Compendiosa, donde se alude explícitamente dichos hitos.
Como ejemplo, la presentación de Alfonso XI es la
siguiente: “Don Alonso Onzeno entró en el reino el
año de Christo de 1310, y el de 886 de la monarquía de
España, y el de 478 de su restauración, y el de 70 del
último engaze de las dos coronas. Governo 40 años”105
(Ver Tablas 7, 8 y 9).
CRONÍSTICA CATALANA
106
Vid. Libre del rei en Pere (ed. M. Coll i Alentorn, 5 vols., Barcelona,
1949), II, pp. 6-10.
107
J. Aurell reinterpreta la historiografía política medieval catalana, con
especial detenimiento en las Gesta Comitum Barcinonensium (silencios, reiteraciones, motivaciones, difusión ultrapirenaica, características literarias en
el marco cultural europeo…), en su sugerente monografía Authoring the past.
History, autobiography and politics in Medieval Catalonia, Chicago, 2012.
108
Vid. Crónica de San Juan de la Peña (ed. A. Ubieto Arteta, Valencia,
1961), p. 27.
109
Vid. Genealogia regum francorum, Navarre et Aragoniae et comitum
Barchinonae (ed. P. López Elum, Valencia, 1975), p. 54 y s.
Los cronistas de la Corona de Aragón que realizan
ordenaciones temporales son Canellas, Domenech,
Tomic, Turell y Carbonell; también Margarit, aunque
en un sentido distinto y muy particular, como más
105
Anacephaleosis, p. 1240 y s.; una presentación similar en la Compendiosa…, p. 255.
86
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
indicadores temporales); tras ello, se salta hasta la regencia castellana de Fernando de Antequera durante
la minoría de edad de su sobrino Juan II. El segundo
libro está dedicado al interregno aragonés (1410-1412),
desde la muerte de Martín I hasta los Compromisos
de Caspe; y por último, el tercero expone el reinado
propiamente dicho: la oposición del Conde de Urgell
al entronizado, los bandos nobiliarios y actuaciones políticas. Este esquema es similar al que también desarrollará el Panormitano, Antonio Beccadelli, en su Liber
rerum gestarum Ferdinandi regis Aragoniae (1469), que
también escribe sobre el soberano en vida (De dictis y
factis Alphonsi regis Aragonum, 1455).
Confrontando todos los testimonios mencionados
hasta ahora podemos comprobar cómo ciertos hechos
trascendentales son empleados como piezas ordenadoras de la historia. No se perciben diferencias notables respecto a los patrones castellanos hasta el ocaso
del reino visigodo. En lo referido al relato mítico, una
distinción entre estas y aquellas es la acentuación de
los vínculos entre Hércules y los territorios catalanes.
Según Tomic y Turell, los héroes griegos, tras vencer
a Geryón y Trato, fundan los enclaves de Barcelona,
Zaragoza, Gerona, Lérida o Vich, información cuya
veracidad descarta Carbonell117. Ambos, también, explican que Hércules conoce la noticia del estallido de la
guerra de Troya estando en Osona, dirigiéndose rápidamente a Barcelona para zarpar rumbo a Grecia, abasteciéndose previamente en Mallorca y Sicilia118. Tras la
dominación griega, Tomic y Turell dedican una breve
reseña a las luchas entre cartagineses y romanos por su
hegemonía en la Península, recalcando la importancia
de Tarraco como capital desde la que César organiza
su sometimiento efectivo al Imperio119; resulta muy llamativo el silencio que profesa Carbonell sobre esta fase,
exponiendo directamente el reino visigodo.
No obstante, la omisión de Carbonell la subsana
Joan Margarit al consagrar exclusivamente su Para-
(1438), dedicada al Arzobispo de Zaragoza Dalmau de
Mur, al iniciar su discurso en la Antigüedad y desarrollar la evolución histórica de Aragón hasta Alfonso
V110. Sobre su base, cuatro décadas más tarde, el noble
barcelonés Gabriel Turell compone su Recort historial
de algunas antiquitats de Catalunya, Espanya y Franza
(1478) sin introducir nuevas aportaciones111.
Por su parte, Pere Miquel Carbonell afronta la
historia peninsular hasta Fernando el Católico en su
Chròniques d’Espanya (1513) con el objetivo expreso de
“la sepultura de les erres y fàbulas que’s troven escrites
en chròniques”112. Su deseo de racionalidad responde
a una doble causalidad; la primera, el afán de corregir
ciertos errores de Tomic y Turell que considera “somnis
manifests”113, habiéndose esforzado en encontrar un
método crítico probado (“…hage yo molt investigat e
treballat de trobar-ne la veritat […] yo ésser-me posat
en tal treball e haver començat de escriure ab veritat
e auctors aprovats aquesta chrònica ho història de
Espanya…”114); y la segunda, a la inluencia del pensamiento humanista de Lorenzo Valla, en cuya Historiarum Ferdinandi regis Aragoniae (1455-1457) aplica su
discurso en pro de una cronística objetiva basada en
el análisis ilológico y la comparativa de testimonios
escritos115.
Si bien la crónica del italiano no se engloba dentro
del conjunto de las denominadas “universales” por
estar dedicada a Fernando I, podemos, brevemente,
ijarnos en su ordenación interna para observar cómo
la correlación histórica se adecúa a los tres libros que la
componen. Así, en el primero, tras una apología de la
Historia116, se ofrece una brevísima referencia a la Hispania romana y a las relaciones entre Carlomagno y los
condados catalanes hasta el nacimiento de la Corona
de Aragón (nótese la importancia de estos hechos como
Ed. J. Sáez Rico, Valencia, 1970.
Ed. E. Bagué, Barcelona, 1950.
112
Cròniques d’Espanya (ed. A. Alcoberro, 2 vols., Barcelona, 1997), I,
p. 174.
113
Ib., I, p. 178.
114
Ib., I, p. 171 y s.
115
Vid. Historiarum Ferdinandi regis Aragoniae (ed. P. López Elum, Valencia, 1970), pp. 11-16.
116
Vid. ib., pp. 17-22.
110
111
117
Vid. Histories e conquestes, p. 22 y s.; Recort historial, p. 42 y s.; y Cròniques d’Espanya, pp. 173-180.
118
Vid. Histories e conquestes, p. 21; y Recort historial, p. 42.
119
Vid. Histories e conquestes, pp. 23-25; y Recort historial, pp. 45-50.
87
T, S P. R E M / º , [. -]
lipomenon Hispaniae (1484)120 a la historia romana.
Reacciona, así, a los discursos goticistas que estiman la
época visigoda como el referente de la unidad política
peninsular al considerar que dicha circunstancia existe,
ya, durante la administración de Roma. El Obispo de
Elna y Gerona, gracias a sus viajes formativos a Italia,
conoce y emplea las fuentes clásicas (Estrabón, Ptolomeo, Diodoro Sículo, Tito Livio, Tácito, Plutarco…),
siendo el único autor catalán de la centuria que escribe
su crónica en lengua latina. Este hecho, demostrativo
de la revalorización del ars grammatica sumado al renovado interés por las cosmografías etnográicas y geográicas, anima a R. Tate a considerar a Margarit como
el punto de arranque del humanismo renacentista en
España121. Así, tras una completa descripción sobre la
administración territorial y los recursos naturales de
España (libro I), el autor explica la aventura hercúlea
(II), las colonias fenicias y cartaginesas (III), el impacto
peninsular de las guerras púnicas (IV-VII), la guerra
civil entre Mario y Sila (VIII), la guerra civil entre
César y Pompeyo (IX), y el principado de Augusto
(X). Esta división está estrechamente relacionada con
la dependencia hacia las fuentes empleadas.
Como los castellanos, los cronistas aragoneses exponen detalladamente la etapa goda debido a la gran
inluencia de De rebus Hispaniae de Rada, siendo las
principales versiones locales la Crónica de los estados
peninsulares (1305, ampliada en 1329), la traducción
catalana de Pere Ribera de Perpejà (1276) y la Grant
Cronica de Espanya de Juan Fernández de Heredia (ca.
1310-1396)122. Si Carbonell repasa detenidamente todos
los reinados visigodos, Tomic y Turell ofrecen una
visión general sobre su señorío hispano para lamentar
a continuación su pérdida a manos de los musulmanes;
ambos establecen en Rodrigo el inal del gobierno visigodo y consideran a Pelayo el inaugurador del nuevo
reino de Asturias al haber sido elegido como caudillo
entre los “rectores”123 refugiados en la región. Por su
parte, Carbonell incluye a Pelayo en la lista de soberanos visigodos, advirtiendo las opiniones existentes
entre diferentes historiadores sobre el título que ostenta124:
“Ès veritat que alguns històrichs han volgut
dir que aquest rey don Pelayo se intitulà rey
de les Astúries, aprés rey de Leó; mas altres
dien lo contrari, dient que, des que fonch pres
per rey, sempre se intitulà rey de Hespanya.
E fan-hi aquestes rahons per fundament de la
veritat. Ço és, la una perquè fonch elegit rey
per de diverses gents de totes les ciudats e viles
que los moros guanyaren en les Hespanyes,
PERE TOMIC
Histories e conquestes
GABRIEL TURELL
Recort historial
“[Carlemany] votà de passar los monts Perineus
e tornar la dita terra a la fe christiana […] E per
tant com lo primer inventor de la conquesta era
stat Oger Cataló, fos intitulada aquesta terra
“Principat”, prenent nom de “Cathalunya” a
honor de Cataló, e que tots los poblats en ella
fossen nomenats “catalans”.
“Lo emperador [Carlesmaynes] vota passar los
monts Pireneus e conquista la provincia dels gots
e tornala a la fe chrestiana e intitula lo principat
meteli nom Cathalunya per amor del princep
Cathalo e de los companyons”.
Ed. Granada, 1545.
Vid. R. Tate: “López de Ayala, ¿historiador humanista?”, en Ensayos
sobre la historiografía peninsular del siglo XV, Madrid, 1970, 33-54. Vid., asimismo, R. Tate: “El Paralipomenon de Joan Margarit, Cardenal Obispo de
Gerona” y “El manuscrito y las fuentes del Paralipomenon Hispaniae”, o. cit.,
123-150 y 151-182 respectivamente.
122
Vid. D. Catalán: “Rodericus” romanzado…, pp. 111 y ss., 279 y ss., y
379 y ss.
123
El término “rectores” es empleado por Domenech (Genealogia regum,
p. 54), omitiéndolo el resto de cronistas; vid. Histories e conquestes, p. 26 y
s.; y Recort historial, p. 58 y s.
124
Cròniques d’Espanya, I, p. 234 y s.
120
121
88
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
e comsevulla posseís poca part de aquelles,
pertany a la propietat per la dita electió de ell
feta en rey”.
electionen et non per succesionem provenerunt. Quia
re vera de Gothis qui primitus in Hispania dominabantur aut pauci aut nulli devastaciones dictarum terrarum remanserunt”128). Lo mismo airman Tomic y
Turell pero subrayan un importante maíz: los condes
de la región pirenaica-occidental gobiernan sus tierras
mucho antes de la muerte de Rodrigo y continúan haciéndolo después, de modo que su linaje es tan antiguo
como el de los godos129; Carbonell también considera
a García Jiménez el iniciador de un nuevo periodo en
la historia navarra, no pudiendo escribir mucho sobre
él porque “d’aquest no’s troven scrites les gestes per ell
fetes”130. Lo mismo coniesa respecto a los condes Galindo y Aznar en Aragón131. En cuanto a la casa condal
de Barcelona, establecida bajo los parámetros más arriba
expuestos, Domenech, Tomic y Turell consideran su nacimiento con Guifredo el Velloso (878)132, mientras que
Carbonell la estima aún más añeja al titular a Bernardo
como primer conde (865)133. Sí que coinciden, en cambio,
en establecer un hito histórico en Ramón Berenguer
IV (1137) al ser el primer titular conjunto del reino de
Aragón y del Condado de Barcelona, simbolizando, por
tanto, “la unió de Catalunya i Aragó”134. Esta nueva
etapa de la historia aragonesa que se prolonga hasta la
contemporaneidad, caracterizada por la fortaleza de las
instituciones del reino, y la expansión territorial hacia
el sur y el Mediterráneo. En este sentido, tanto Tomic
y Turell como Carbonell resaltan el reinado de Jaime I
por la conquista e integración a la corona de los reinos
de Mallorca (1231) y Valencia (1239), además de por sus
aspiraciones sobre Murcia y Occitania135.
El último capítulo de las Histories y del Recort está
dedicado a Fernando I de Aragón, signiicando para
Si bien la cronística catalana informa de lo sucedido
en Asturias, no ofrece particularizaciones al respecto al
centrar su atención en la respuesta pirenaica al avance
musulmán y la posterior formación de reinos y condados. En este discurso se presenta a la autoridad imperial carolingia y las hazañas de diversos héroes contra
los ismaelitas: Carlos Martel en Poitiers, Roland en
Roncesvalles y Otger Cataló en la Cataluña Vieja125.
Este último es, según Tomic y Turell, a quien Cataluña
debe su nombre, bautizada en el 791126. (Ver recuadros)
Así pues, ambos cronistas vinculan a Cataluña con
el Imperio y consideran que es Carlomagno quien
reprime al impulso musulmán y cristianiza los condados. Por el contrario, Carbonell considera inciertas
estas informaciones, manteniendo una opinión muy
aseverativa127:
“Quanta extenció e divisió d’éls té en lo que
stesament és recitat per lo dit mossèn homich
en lo XXII capítol (de la devisió dels comtats
o vescontats, vervassors e baronies magnades),
tals somnis no’s ligen en alguns auctors
approvats”.
“Tots los historials que aprés de Carles
Maynes, no nomenen a Catalunys sinó
Hispània gòttica”.
“Ne historial algú scriu que Carles Maynes
entràs en Catalunya e prengués ins a Lobregat,
etc., sinó que en les parts de Hespanya gòtthica
se levà per ell la ciutat de Barcelona”.
Genealogia regum, p. 55.
Histories e conquestes, p. 28; y Recort historial, p. 60 y s.
130
Cròniques d’Espanya, I, p. 238.
131
Vid. Histories e conquestes, pp. 29 y ss.; Recort historial, pp. 66 y ss.; y
Cròniques d’Espanya, I, p. 237.
132
Vid. Genealogia regum, p. 56 y s.; Histories e conquestes, p. 50 y s.; y
Recort historial, p. 100 y s.
133
Vid. Cròniques d’Espanya, II, p. 13.
134
Histories e conquestes, pp. 69-74; Recort historial, p. 122; y Cròniques
d’Espanya, II, pp., 30-35.
135
Histories e conquestes, pp. 83-85; Recort historial, pp. 145-148; y Cròniques
d’Espanya, II, pp. 49-72.
128
129
En Pamplona, explica Domenech, García Jiménez
(ca. 850) se erige como rey electo por los allí refugiados
(“…nec est dibium quod predicta domina comitum per
125
Vid. Histories e conquestes, pp. 36 y s.; Recort historial, pp. 79 y ss.;
Cròniques d’Espanya, I, p. 181 y s.
126
Histories e conquestes, p. 45; y Recort historial, p. 90.
127
Cròniques d’Espanya, I, p. 182 y s.
89
T, S P. R E M / º , [. -]
Figura 1
Comparativa sobre las periodizaciones y las ordenaciones internas entre
las crónicas de Pere Tomic, Gabriel Turell y Miquel Carbonell
TOMIC
HISTORIES
TURELL
R ECORT
CARBONELL
CHRÒNIQUES
Historia legendaria
HC
RH I-VI
CE I
Creación del mundo
HC I
RH I
CE I [I]
Diluvio Universal y reparto del mundo:
Jafet en Europa y Tubal en la Península Ibérica
HC II-V
RH II
CE I [II-IV]
Hércules contra Geryón:
“fundación de España” y colonias griegas
HC VI
RH III-VI
CE I [V-XVI]
2º
Romanos vs. cartagineses en Hispania.
Hispania como provincia romana
HC VII
RH VII-X
Sin referencias
3º
Orígenes de los godos y monarquía visigoda:
De Atanarico a Pelayo
HC VIII-XI
RH XI-XVIII
CE II
HC
XIV-XXXVI
RH
XIX-XLXI
CE III-IV
Inluencia del Imperio Carolingio
Leyendas de Roland y Otger Cataló
HC
XIV-XXIV
RH
XXVIII-XLVI
CE I
[XVII-XXII]
Los reyes de Navarra y Aragón
De Aznar a Ramón Berenguer IV
HC
XII-XIII
RH XIX-XXVII
Los condes de Barcelona
De Bernardo/Guifredo a Ramón Berenguer IV
HC
XXV-XXXVI
RH
XXVIII-LXI
CE IV
HC
XXXVII-L
RH
LXII-CXXV
CE V-VI-VII
Periodos, acontecimientos e hitos
1º
Formaciones políticas pirenaicas
4º
5º
Unión de la Corona de Aragón
De Ramón Berenguer IV a Fernando II
6º
Futuro inmediato: Unión de Castilla y Aragón
(Monarquía Católica de España)
Tabla 10
90
CE III
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
ellos “la entrada de la dinastía castellana a Catalunya”136.
Por su parte, Carbonell prolonga la exposición de sus
Cròniques hasta Juan II e interviene, además, en los
añadidos a la crónica de Tomic ampliando los reinados
sucesivos hasta Fernando II, quien encarna la unión
de Castilla y Aragón, inaugurándose, así, un nuevo
periodo histórico en toda la Península (“rey de Aragó
e comte de Barçelona e rey de Castella e de tota la
Hespanya exceptat Portugal137). La signiicancia de este
acontecimiento viene avalado, en la edición impresa
de 1534 de la crónica de Tomic, en la que abundan las
ilustraciones sobre las gestas narradas, con la primera
representación gráica del nuevo escudo de armas de los
reinos de Castilla y Aragón unidos bajo la Monarquía
Católica en el último capítulo de la crónica, cuya simbología es notoria al reproducirse, al inicio de la obra,
solo el de la senyera138. (Figura 1) (Ver Tabla 10)
Buena parte de lo expuesto en el apartado anterior
puede aplicarse al caso navarro. Canellas, Domenech,
Tomic y Turell, como se ha explicado, informan del
nacimiento del reino de Pamplona con la proclamación
de García Jiménez y resumen brevemente su evolución
hasta la fugaz unión con Aragón durante los reinados
de Pedro I y Alfonso I, tras el cual vuelven a separase. También dedican breves apartados a la historia
de este reino Heredia y Arévalo, y escriben más detalladamente sobre él un anónimo (Corónicas navarras,
1155-1274), García de Euguí (Genealogía de los reyes de
Navarra, anexo a su Canónicas de los fechos que fueron
fechos antiguamente en Espanya, ca. 1387), García López
de Roncesvalles (Crónica de Navarra, ca. 1400) y Carlos
de Viana (Crónica de los reyes de Navarra, 1454).
La crónica del príncipe de Viana es mucho más
culta, elaborada y original que las restantes, que bien
se inspiran en Rada o se limitan a ofrecer someras enumeraciones cronológicas a partir de los Annales regni
francorum. Las Corónicas navarras, por ejemplo, comienzan con Sancho III (integra los condados de Ribagorza y Sobrarbe a Pamplona) y Ramiro I (unión con
Aragón), y concluyen en Alfonso I (fusión frustrada
con Castilla), airmando el autor que, “daquí en avant,
será lo que Dios querrá”139. A continuación aparecen
seis brevísimos capítulos, de apenas unas cuantas frases,
que simplemente concretan noticias históricas, algunas
de las cuales resultan de gran interés desde el punto de
vista de la ordenación temporal. Así, el segundo presenta la biografía de Rodrigo Díaz de Vivar; el tercero
la historia de los godos desde su origen allende el Danubio a la muerte de Rodrigo; el cuarto y séptimo la
monarquía navarra hasta Sancho III; el quinto la asturiana; y en el sexto se enumera una serie de acontecimientos generales universales.
Carlos de Viana conoce tanto la historiografía
castellana como la aragonesa y es consciente de la ausencia de una crónica general sobre su reino; así pretende encontrar las antiguas “poblaciones de España
para descubrir los viejos fundamentos deste regno de
Navarra”140. Apoyándose en annales franceses e ibéricos, comienza recordando en su prólogo, sin explicaciones elaboradas, la creación del mundo por Dios, el
asentamiento peninsular de Tubal tras el Diluvio, las
hazañas de Hércules y la presencia de los “albaneses”;
este último dato debe interrelacionarse con el “señorío
de los almuiuces” que expone la Estoria de España de
Alfonso X (caps. XIC-XV), explicado más arriba, que
prueba el empleo de este texto como fuente.
A continuación, el heredero del trono navarro
divide su crónica en tres libros. El primero, compuesto
de quince capítulos, sintetiza la presencia de los romanos y godos en España (I y II), la lista de los emperadores y papas (III), la historia francesa hasta los
herederos de Carlomagno (IV), y las reacciones cristianas a la invasión musulmana en Asturias, Aragón
y Cataluña (V), detallando el caso navarro (VI-XV).
Así, establece una primera etapa que abarca desde Iñigo
Arista, antecesor del García Jiménez explicado por los
Histories e conquestes, pp. 126-137; Recort historial, pp. 199-206.
Histories e conquestes, pp. 139-144.
Imágenes en Histories e conquestes, pp. 7 y 139.
Corónicas navarras (ed. A. Ubieto Arteta, Valencia, 1964), p. 29.
Crónica de los reyes de Navarra (ed. J. Yanguas y Miranda, Valencia,
1971), p. 2.
CRONÍSTICA NAVARRA
136
137
138
139
140
91
T, S P. R E M / º , [. -]
Periodos, acontecimientos e hitos
1º
Historia legendaria
Creación del mundo
Diluvio Universal y reparto del mundo:
Jafet en Europa y Tubal en la Península Ibérica
Griegos (Hércules contra Geryón).
CARLOS DE VIANA
CRÓNICA DE LOS REYES DE
NAVARRA
CRN Prólogo
Sin explicaciones; solo
enunciados
Albaneses (pueblos prerromanos: celtas e íberos)
2º
Romanos (Hispania como provincia imperial)
CRN I [I]
3º
Godos (Hispania como reino visigodo)
De Rodulfo a Rodrigo
CRN I [II]
4º
CRN I [III]
Lista de emperadores y papas durante este periodo
Reyes francos hasta los herederos de Carlomagno
CRN I [IV]
Reacciones cristianas al Islam en Asturias y los Pirineos
CRN I [V]
Reino de Navarra
Del origen del reino de Pamplona a su esplendor con la
integración de Castilla, Sobrarbe y Ribagorza:
De Iñigo Arista a Sancho III
CRN I [VI-XV]
5º
Consolidación de Navarra como reino independiente:
De García III a Sancho VII
CRN II
6º
De la dinastía de Champaña a la Trastámara:
De Teobaldo I al presente
CRN III
Tabla 11
cronistas catalanes, hasta Sancho III el Mayor, monarca
que representa el esplendor del reino con la existencia
de un solo cetro real sobre Castilla, Navarra, Sobrarbe
y Ribagorza (1035). El segundo libro relata la historia
hasta la muerte de Sancho VII (1234), un periodo en
el que Navarra se separa de Castilla, se une a Aragón y
vuelve a recobrar su autonomía. La muerte de Sancho
VII signiicaba la herencia de Jaime I de Aragón, pero
los navarros optan por reconocer a Teobaldo I como
soberano, sobrino del fallecido, lo que conlleva la creciente influencia francesa en el reino141. El tercer libro
abarca hasta el tiempo presente (Carlos III), siendo
mucho más rico en detalles e informaciones, e incluyendo el autor el futuro de Navarra: “…heredero soy
141
92
Vid. ib., pp. 123-125.
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
yo e espero a regnar”142. Sin embargo, su muerte en
1461 a causa de tuberculosis frustrará sus aspiraciones.
Por último, señalar que la conquista de Navarra por
parte de Fernando II de Aragón y su integración en
Castilla en 1512 es considerado un auténtico hito en
la historiografía navarra posterior, siendo los cronistas
que al respecto informan Antonio de Nebrija (De bello
navarrico)143 y Luis Correa (Conquista del reino de
Navarra)144, ambas de 1513. (Ver Tabla 11)
Cronística portuguesa
Para concluir, una brevísima relexión sobre la historiografía lusa. La versión portuguesa de la Estoria de
Espanna alfonsí es la Crónica geral de Espanha (1344,
refundida en 1400)145 del conde Pedro Alfonso de
Barcelos (1287-1354). Apoyándose en ella, el canciller
Fernão Lopes (1380-1460) elabora su Crónica general do
reino o Crónica dos sete primeros reis de Portugal (1419)146;
este, cronista oicial de Pedro I, Fernando I y Juan I, es
sustituido en 1451 al frente de sus funciones en la Torre
do Tombo por Gomes Eanes de Zurara (1410-1474).
Durante la segunda mitad de la centuria destacan Rui
de Pina (1440-1522) y Duarte Galvão (1446-1517), siendo
el primero el cronista de Eduardo I, Alfonso V y Juan
II, y el segundo, además, de Manuel I. Este elabora
asimismo una sugestiva Crónica de don Alfonso Enriques
a partir de la Crónica geral de 1344 (1505)147.
Tanto Lopes como Galvão presentan las raíces
identiicadoras del reino desde su independencia de
Castilla, explicando el desarrollo político de Portugal
sin periodicidades. Sin embargo, una lectura pausada
permite observar cómo se asimila los discursos de la
historiografía castellana hasta la constitución del comitatus portucalensis, cómo la ideología de cruzada justiica el expansionismo marítimo en África y cómo el
acontecimiento más relevante de la historia reciente es
la batalla de Aljubarrota (1385) al consolidar la identidad
lusitana148. Ya en el Quinientos sobresalen las contri142
143
144
145
146
147
148
buciones de André de Resende (De antiquitatibus Lusitaniae), João de Barros, Damião de Góis o Jerónimo
Osório149.
CONCLUSIONES
Las periodizaciones históricas elaboradas por los humanistas responden al deseo de ofrecer un discurso comprensivo del pasado y de contribuir a su tratamiento
crítico. En ellas intervienen cuatro elementos:
La inluencia patrística: la concepción cristiana de la historia implica, por un lado, que
las primeras etapas de la humanidad estén determinadas por los pasajes bíblicos y, por otro,
que se integre también los mensajes proféticos.
La herencia clásica: en lo referido a las explicaciones sobre el nacimiento de los pueblos,
las exposiciones del Pentateuco se interrelacionan con los episodios legendarios de la
cultura grecolatina.
La originalidad humanista: los procesos históricos diferenciados están determinados por
sucesos políticos o eclesiásticos que, según el
pensamiento bajomedieval, constituyen un
hito por sus repercusiones posteriores.
La intencionalidad política: los cronistas
integran exaltaciones propagandísticas del
poder político en sus periodizaciones, especialmente para determinar el inicio de la
historia reciente (unión del reino de Aragón
y el condado de Barcelona en 1137, comienzo
del sistema electivo de dogi en Venecia desde
1172, integración deinitiva de los reinos de
León y Castilla en 1230, triunfo portugués en
Aljubarrota en 1385, conversión del señorío de
Milán en ducado en 1395…).
Ib. p. 4.
Ed. J. López Toro, Madrid, 1953.
Ed. J. Yanguas y Miranda, Pamplona, 1843.
Ed. L.F. Lindley Cintra, 4 vols., Lisboa, 1951.
Ed. C. da Silva Tarouca, 3 vols., Lisboa, 1962.
Ed. J. Mattoso, Lisboa, 1995.
Vid. T. Amado Blanco: “Os pensamentos do cronista Fernão Lopes”,
eHumanista. Journal of Iberian Studies, 8, 2007, 133-142; y L. Fontes Parzewski: “A expansão marítima na cronística portuguesa (sécs. XV-XVI): Gomes
Eanes de Zurara, Fernão Lopes de Castanheda e João de Barros”, Mirabilia, 8, 2008, 347-358.
149
Vid. S. López Moreda: “Un siglo de historiografía hispano lusa renacentista (1450-1550)”, Revista de estudios latinos, 11, 2011, 91-116.
93
T, S P. R E M / º , [. -]
Las periodizaciones establecidas aparecen en las
denominadas crónicas universales y en ocasiones,
aunque muy sucintamente, también en los proemios
de las crónicas urbanas y algunos tratados. La historia
ecuménica está ligada a la transmisión de la dignidad
imperial de Roma a Bizancio tras sucumbir el Imperio
de Occidente, restableciéndose con Carlomagno y
consolidándose en el ámbito germánico con Otón I.
Esta continuidad es cuestionada por Leonardo Bruni
que, a diferencia de su conciudadano Matteo Palmieri,
considera al Sacro Imperio una entidad no relacionada
con el Romano. Algunos cronistas anteriores a la Baja
Edad Media que abordan la historia universal de la
Península Itálica son Landolfo Sagace (Historia Miscella, siglo X), Romualdo Guarna (Chronicon, 1178) y
Marco Battagli (Marcha, 1354). Estos, así como los que
durante los siglos XIV y XV escriben historias promocionados por las autoridades gubernamentales de distintas ciudades (Florencia, Bolonia, Milán y Venecia),
distinguen, tras el periodo romano, el ostrogodo y el
longobardo antes de la conformación de sus respetivos
gobiernos locales, a su vez ligados, en su origen, a la
fundación de sus sedes episcopales. Cabe destacar la
precisión cronológica de la historiografía veneciana con
Andrea Dandolo y Flavio Biondo como sus principales
representantes.
La influencia del humanismo italiano en la Península Ibérica es patente en la cronística de todos los
reinos cristianos, que a su vez está fuertemente supeditada al esquema cronológico que ofrece Rodrigo Ximénez de Rada y transmite Alfonso X en la Primera
crónica general. Los esquemas derivados relacionan la
monarquía hispánica con la visigoda en el deseo de
legitimar su autoridad, encontrando sus orígenes remotos en los héroes griegos afincados en España a
continuación de su expedición contra Geryón. Tras
la conquista musulmana, los cristianos refugiados en
la franja septentrional reaccionan con la fundación de
nuevas e incipientes formaciones políticas. Este neogoticismo es expuesto, en Castilla, por Pablo de Burgos,
Alonso de Cartagena y Rodrigo Sánchez de Arévalo,
mientras que en la historiografía catalana destacan Pere
Tomic, Gabriel Turell y Pere Miquel Carbonell, siendo
éste el autor peninsular que ofrece un tratamiento más
crítico de las fuentes; mención aparte merece Joan
Margarit por centrarse, tan solo, en la historia antigua
de la península, encontrando en ella las justiicaciones
ideológicas que los demás autores buscan en tiempos
de los godos.
ANEXO
Relación alfabética de autores y obras para un estudio
de las periodizaciones históricas en las crónicas bajomedievales italianas y españolas (selección):
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
94
Alfonso X: Estoria de Espanna o
Primera crónica general (ca. 12701274). Y sus derivaciones, revisiones
y ampliaciones posteriores.
Alonso de Cartagena:
Anacephaleosis o Rerum in Hispania
gestarum chronicon (1454-1456).
Alvar García de Santa María:
Crónica de Juan II (1434).
Andrea Dandolo: Chronica per
extensum descripta (1354).
Anónimo: Annales Forolivienses
(1474).
Anónimo: Chronica de origine
civitatis Florentiae o Libro Fiesolano
(ca.1230).
Anónimo: Corónicas navarras (11551274).
Anónimo: Cronaca Rampona (1471).
Anónimo: Cronaca Varignana
(1500).
Anónimo: Crónica de los estados
peninsulares (1305, ampliada en
1329).
Anónimo: Libro de las generaciones
y linajes de los reyes (1194-1209).
Antonio Ivani da Sarzana: Historia
de Volterrana calamitate (1473).
Baldasarre Bonaiuti: Cronaca
Fiorentina (1386).
Castilla
Castilla
Castilla
Venecia
Forlì
Florencia
Navarra
Bolonia
Bolonia
Aragón /
Castilla /
Navarra
Aragón /
Castilla
Florencia /
Volterra
Florencia
Periodizaciones de la Historia en las crónicas italianas y españolas de la Edad Media
14 Bernardino Corio: Caesarum vitae
(inales del siglo XV).
15 Bernardino Corio: Historia patria
(1503).
16 Bernardo Giustinian: De origine
urbis Venetiarum (1481).
17 Bernardo Maragone: Gli annales
Pisani (1191).
18 Bonamente Aliprandi: Cronica de
Mantua (1414).
19 Boncompagno da Signa: Liber de
obsidione Ancone (1215).
20 Carlos de Viana: Crónica de los
reyes de Navarra (1454).
21 Cherubino Ghirardacci: Historia di
Bolonia (inales del siglo XVI).
22 Diego Enríquez del Castillo:
Crónica de Enrique IV (segunda
mitad del siglo XV).
23 Duarte Galvão: Crónica de don
Alfonso Enriques (1505).
24 Fernão Lopes: Crónica general do
reino de Portugal o Crónica dos sete
primeros reis de Portugal (1419).
25 Flavio Biondo: De origine et gestis
venetorum (1454).
26 Flavio Biondo: Historiarum ab
inclinatione romanorum imperii
decades (1442).
27 Flavio Biondo: Roma triumphans
(1458).
28 Gabriel Turell: Recort historial de
algunas antiquitats de Catalunya,
Espanya y Franza (1478).
29 Galvano Fiamma: Chronica
Mediolani o Chronica Galvagnana
(1337).
30 Galvano Fiamma: Cronica
de extravagans antiquitatibus
Mediolani (1339).
31 Galvano Fiamma: Manipolus
lorum seu Historia Mediolanensis
(1335).
32 García de Euguí: Genealogía de los
reyes de Navarra (ca. 1387).
Roma
33 García López de Roncesvalles:
Crónica de Navarra (ca. 1400).
34 Giovanni da Ferrara: Ex annalium
libris marchionum Estensium
excerpta (1454).
35 Giovanni Villani: Cronica
universale o Nuova cronica (1346).
36 Girolamo Borselli: Cronica
gestorum civitatis Bononie (1497).
37 Jaume Domenech: Genealogia
regum francorum, Navarre et
Aragoniae et comitum Barchinonae
(1380).
38 Joan Margarit: Paralipomenon
Hispaniae (1484).
39 Juan de Soria: Chronica latina
regum Castellae (ca. 1223-1237).
40 Juan Fernández de Heredia: Grant
Cronica de Espanya (ca. 1310-1396).
41 Landolfo Sagace: Historia Miscella
(siglo X).
42 Leonardo Bruni: Historiarum
Florentini populi (1404).
43 Lope García de Salazar:
Bienandanzas e fortunas (14711476).
44 Lorenzo Valla: Historiarum
Ferdinandi regis Aragoniae (14551457).
45 Lucas de Tuy: Chronicon mundi
(1230).
46 Marco Antonio Sabellico: De
vetustate Aquileiae et Foriiuii
(1482).
47 Marco Antonio Sabellico: Historiae
rerum Venetarum (1487).
48 Marco Battagli: Marcha (1354).
49 Matteo Grifoni: Memoriale
historicum o De rebus Bononiensum
(1472).
50 Matteo Palmieri: De captivitate
Pisarum (mediados del siglo XV).
51 Matteo Palmieri: Liber de
temporibus (1448).
Milán
Venecia
Pisa
Mantua
Ancona
Navarra
Castilla
Portugal
Portugal
Venecia
Roma
Roma
Aragón
Milán
Milán
Milán
Navarra
95
Navarra
Ferrara
Florencia
Bolonia
Aragón /
Navarra
Aragón
Castilla
Aragón
Roma
Florencia
Castilla
Aragón
Castilla
Venecia
Venecia
Roma
Bolonia
Florencia /
Pisa
Florencia
T, S P. R E M / º , [. -]
52 Niccolo da Ferrara: Polyhistoria
(1387).
53 Niccolò Machiavelli: Istorie
Fiorentine (1387).
54 Ogerio Alieri: Chronica Astesi
(1294).
55 Pablo García de Santa María: Las
siete edades del mundo (1416).
56 Pedro Alfonso de Barcelos: Crónica
geral de Espanha (1344, refundida
en 1400).
57 Pere Miquel Carbonell: Chròniques
d’Espanya (1513).
58 Pere Tomic: Histories e conquestes
dels reys de Aragó e comtes de
Barcelona (1438).
Ferrara
Pietro Azario: Liber gestorum in
Lombardía (1362).
60 Rodrigo Sánchez de Arévalo:
Compendiosa historia Hispanica
(1470).
61 Rodrigo Ximénez de Rada: De
rebus Hispaniae (1243).
62 Romualdo Guarna: Chronicon
(1178).
63 Tolosano: Chronicon Faveninum
(1236).
64 Tomás de Canellas: Crónica de San
Juan de la Peña (1369-1372).
Florencia
Asti
Castilla
Portugal
Aragón
Aragón
96
Milán
Castilla
Castilla
Roma
Faenza
Aragón