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Revista de poética medieval, 22 (2009), pp. EL EXORDIO DE LOS POEMAS ROMANCES EN CUADERNA VÍA. NUEVAS CLAVES PARA CONTEXTUALIZAR LA SEGUNDA ESTROFA DEL ALEXANDRE Elena González-Blanco García Universidad de Alcalá de Henares If I may offer you a three-dimensional analogy, we are faced in the Middle Ages with a phenomenon akin to an archipelago, an island-chain. The historians of Spanish literature pay attention only to those islands in the sun, the works written in the vernacular. But under the surface of the water, a barrier to all non-amphibious hispanists, lies the immense, connected mountain-range of medieval Latin literature. 1 1. Introducción En la literatura española, uno de los aspectos que parece haberse aianzado con mayor irmeza consolidándose a lo largo de los años, ha sido la dicotomía existente entre los mesteres de juglaría y de clerecía. Las características retóricas y poéticas que deinen la estrofa de la cuaderna vía o tetrástico monorrimo de alejandrinos han sido ampliamente debatidas, puntualizadas y periladas por los investigadores castellanos y extranjeros. Así, la consideración de la cuaderna vía en términos hispánicos ha dado ricos frutos, como puede verse en la larga nómina de in1 Keith Whinnom, Spanish literary historiography: three forms of distortion: an inaugural lecture delivered in the University of Exeter on 8 December, 1967, Exeter, University of Exeter, 1967, p. 6. 23 vestigadores que arranca con Marcelino Menéndez Pelayo2 y continúa en los trabajos de Ramón Menéndez Pidal, Joan Corominas, Manuel Alvar, Francisco López Estrada, Alan Deyermond, Brian Dutton o Ian Michael, entre otros. Ahora bien, constantemente echamos en falta una vía de investigación paralela que aclare los linajes de algunos de los testimonios castellanos y los sitúe, a su vez, en un contexto panrománico en el que puedan establecerse conexiones entre los textos castellanos y los poemas romances compuestos en las mismas fechas, con idéntica estrofa y de similar temática. El problema que este trabajo plantea es la ausencia de estudios referidos a la poesía narrativa romance. Así como hemos mirado a Francia para ilustrar nuestras lagunas en materia épica, son escasas las referencias que se han hecho allende los Pirineos para el estudio de la cuaderna vía3, considerada un producto netamente español, a través del cual hemos deinido sus propias características poéticas. Conviene, sin embargo, recordar, que el tetrástico monorrimo de alejandrinos se gesta en la poesía mediolatina4,y que autores como Gautier de Châtillon componen gran parte de su obra en versos con hemistiquio de 12 y 13 2 En Historia de la poesía castellana en la Edad Media, Madrid, V. Suárez, 1911-1916. 3 Apenas contamos con estudios sobre este tema, y los que nos han servido de base son ya antiguos y proceden, en su mayor parte, de la mano de investigadores extranjeros. Ejemplo de ello son los trabajos de Georges Cirot en «Sur le mester de clerecía», en Bulletin Hispanique, 44 (1942), pp. 5-16; y en «Inventaire Estimatif Du ‘Mester De Clerecía’», en Bulletin hispanique, 48 (1946), pp. 193-209; o el de Silvio Avalle d’Arco, «Le Origini Della Quartina Monorima Di Alessandrini», en Bollettino del Centro di Studi Filologici e Linguistici Siciliani, 1 (1962) [número monográfico: Saggi e Ricerche in Memoria di Ettore Li Gotti], pp. 119-60; trabajos que se han visto cimentados después por Ángel Gómez Moreno, que relaciona el exordio del Libro de Alexandre con otros idénticos que encuentra en la literatura francesa e italiana de esa misma época en su artículo «Notas al prólogo del Libro de Alexandre», en Revista de Literatura, 46 (1984), pp. 117-127; que hace una relación sucinta pero reveladora de los grandes poemas en tetrásticos en latín, francés e italiano en «Clerecía», en Carlos Alvar y Ángel Gómez Moreno, Historia crítica de la literatura hispánica, 2: La poesía épica y de clerecía medievales, Madrid, Taurus, l988; y que aclara el linaje latino y francés de algunos testimonios españoles en «Nuevas reliquias de la cuaderna vía», en Revista de Literatura Medieval, 2 (1990), pp. 9-34. Tampoco hemos de olvidar varios de los trabajos de Francisco Rico que ofrecen un magnífico aglutinante de esta poesía de carácter panrománico en «La clerecía del mester», en Hispanic Review, 53 (1985), pp. 1-23 y 127-150. 4 De este fenómeno hablo en mi artículo «Las raíces del mester de clerecía», en Revista de Filología Española, 88.1 (2008), pp. 195-207. 24 sílabas agrupados en tetrásticos5. La estrofa pasará del latín a la poesía francesa, donde encontraremos los primeros poemas ya a inales del siglo XII, que perdurarán hasta las postrimerías del siglo XIV con más de 170 testimonios. Lo mismo sucederá en la poesía italiana, aunque en menor proporción, pues los textos en tetrásticos superarán con poco los 50, número que no es despreciable si lo comparamos con la treintenta de poemas en cuaderna vía conocidos en nuestra literatura castellana. ¿Por qué, pues, esta discriminación hacia los poemas romances? Hemos de notar, además, que la temática de dichos poemas se mueve toda ella dentro de un mismo universo en el que predominan los textos de tipo didáctico-moralizante de inspiración religiosa, aunque también queda hueco para aquellos compuestos en un tono satírico, o incluso con tintes históricos. Todo ello resulta de especial interés para poder comprender y estudiar la cuaderna vía española. En este trabajo, enfocado desde una perspectiva eminentemente panrománica, nos ocuparemos de analizar los exordios de los poemas compuestos en tetrásticos monorrimos de alejandrinos tanto en latín como en francés e italiano, para compararlos luego con los ya conocidos testimonios castellanos en cuaderna vía. Situaremos, pues, la famosa segunda estrofa del Libro de Alexandre en un contexto poético y retórico que permita entender sus formulaciones y presupuestos a la luz de otros textos similares compuestos en circunstancias análogas al otro lado de los Pirineos6. 5 Sus poemas están recogidos en las ediciones de Karl Strecker, Die gedichte Walters von Chatillon, Berlín, Weidmann, 1925; y Moralisch-satirische gedichte Walters von Chatillon: Aus deutschen, englischen, französischen und italienischen handschriften, Heidelberg, C. Winter, 1929. 6 Los trabajos de este tipo son, generalmente, escasos. Una interesantísima aproximación al tema tenemos en el ya mencionado artículo de Ángel Gómez Moreno (1984, art. cit.), que remite a su vez a los trabajos sobre los prólogos y exordios de varios investigadores extranjeros, entre los que destaca el de Ulrich Mölk, Französische Literar̈sthetik des 12. und 13. Jahrhunderts; Prologe, Exkurse, Epiloge, Max Niemeyer Verlag, Tübingen, 1969; así como la tesis doctoral de Margot Y. Corona de Ley, The Prologue in Castilian Literature Between 1200 and 1400, Ph. D. Diss. University of Illinois-Urbana, 1976. 25 2. El «modus dicendi». La retórica del exordio en los poemas en tetrásticos El problema del carácter oral o escrito de los textos, que conlleva a plantearse problemas como su modo de recitación y transmisión, es uno de los aspectos más controvertidos de la poesía narrativa. Podemos airmar casi con total certeza que estos textos se recitaban oralmente sin cantarse en las lenguas romances. Los orígenes latinos de los mismos diieren, sin embargo, al respecto, pues encontramos numerosos testimonios de poemas compuestos en versos de 12, 13 y 14 sílabas con abundantes y explícitas referencias al canto, acompañado este, incluso, de instrumentos musicales. Muestra de ello es este signiicativo texto, de Paulo Albaro de Córdoba, compuesto en el siglo IX en tetrásticos dodecasilábicos, aún sin rima, dedicado a San Eulogio7. En él, el poeta se enorgullece de poder acompañar sus alabanzas con el canto y la música y adorar a Dios acompañando sus versos con las cuerdas de los instrumentos musicales. 4 Almi nunc revehit Nostri Eulogii Solvamus Domino Concentu idei 8 Laudamus varia musico carmine, Quae non sunt Domini praedita lumine, Hic nunc sat melius res pia panditur, Cum Christum resonant chordulae metricae. 16 Ut dulcis reboet festa polifera martyris incliti, carmina principi caelico munere. musica lamine. 7 Recogido en la obra de Clemens Blume y Guido Maria Dreves (eds.), Analecta Hymnica Medii Aevi, (AH) Leipzig, 1886-1922 [Reimpreso en Nueva York y Londres, Johnson Reprint Corporation 1961, índices 1978], vol. 27, p. 118 y Monumenta Germaniae historica. Poetarum Latinorum Medii Aevi tomus I (MGH), Munich, 1978-, Brepols, Turnhout, 2005. Versión electrónica [http://clt.brepolis.net.ezp1.harvard.edu/mgh/start.asp?sOwner=menu (Último acceso: 28 de enero de 2008)], Antiquitates Poetae Latini Medii Aevi, vol.3, pp. 126-142. 26 Expresiones análogas encontramos en el poema sobre la contemplación del misterio divino de Wandalbertus Prumiensis8, hagiógrafo, escritor y poeta del siglo IX9. 12 Concors ecclesia et vox modulantium Festivo sociat carmina coetui. Haec nunc curriculis Per quos emineant Exponam breviter vota sub annuis, et redeant dies, credita carminae, En el siglo X, Eugenio Vulgar volverá a hacer uso de estos términos en su Sylloga10: un poema de versos dodecasílabos, a los que el propio autor se referirá como asclepiadeos, dedicado a la adulación del papa León VI. Nuevamente aparece la referencia al acompañamiento musical de las cuerdas. 16 Laudes unde tibi Cordarumque sonis Te rerum dominum Aeterno rutilo canto, piissime, asclepiadeis caelitus intonans vivere concino. Del mismo modo, entre los siglos X y XII, muchos de los himnos recogidos en los Analecta Hymnica se expresarán de forma similar. Ejemplo de ello tenemos en In Sancti Barbati11, poema anónimo escrito en tetrásticos de versos dodecasílabos conservado en un manuscrito de Benevento de los siglos XI-XII. El texto consta de 9 estrofas que narran la vida del santo y lo ensalzan por sus buenas obras. Se trata de una evocación cósmica de Dios, que es para sus santos el centro. En este caso, el canto de las alabanzas se verá acompañado mediante la música del órgano: 8 Poetae Aevi Carlini, Poetae 2, pp. 569-622, en MGH, ob. cit. El texto, compuesto en versos de 12 sílabas agrupadas en pequeñas estrofas que oscilan entre 3 y 8 versos aún sin rima, tiene como tema central la contemplación del misterio divino como preámbulo a la súplica de la plebe cristiana en la fiesta de Pascua Florida. 10 Poetae Aevi Carolini, 4, 1, pp. 412-440, en MGH, ob. cit. 11 AH, vol. 22, 79. 9 27 4 Pangamus pariter Fratres, nunc Domino, Coetus aetherici Voces harmoniae carmina cantibus, omnium arbitro, organa concinant, sidera verberent. Lo mismo sucederá en el himno De Sancto Gaugerico12, poema hagiográico compuesto en 7 tetrásticos de versos dodecasilábicos, en el que se especiica que las laudes son cantadas: 24 Confessor Domini, Laudes, quas canimus, Et nostris veniam Et tecum superam vir venerabilis, suscipe, quaesumus, lapsibus impetra scandere patriam. En los siglos XII y XIII seguirán repitiéndose los mismos tópicos en lo que al canto se reiere, como puede comprobarse en la Historia de Daniel representada, poema en versos de 14 sílabas compuesto por Hilario, obispo de Orléans y discípulo de Abelardo13. Los versos se encuentran perfectamente divididos en dos hemistiquios iguales, en tiradas monorrimas. El comienzo de la obra constituye una presentación solemne que ya anticipa todos los requisitos y características que nos va a ofrecer el verso español de 14 sílabas. No hay duda alguna de que nos encontramos ya ante un uso consciente de este verso, que se utiliza de forma grandilocuente, pues la primera palabra es «resonent», y a lo largo del texto se hacen varias referencias al canto y a la forma de articular la voz. Es especialmente signiicativo el cuarto verso de la segunda tirada, en el que se dice que la cítara acompaña a la voz. 12 Resonent unanimes . Et decantent principis - Cum plausu Populari - Potenciam preclari […] Collaudandus citaris Qui, sequens in omnibus Rebellia subjugat (2) - Et vocibus sonoris. - Exenpla genitoris, - Domiuo (3) vigoris. AH, vol.11, 244, 139. Champollion-Figeac, Jacques Joseph, Hilarii versus et ludi, Lutetiae Parisiorum, apud Techener Biblipolam, 1838, pp. 43ss. 13 28 De la misma época, en versos de 12 sílabas, el poema hagiográico dedicado a San Martín14 hablará del canto acompañado del órgano15. 8 Cantemus pariter Martini meritis Clerus cum populo Grandi nam volupe est His nos subsidiis Pangamus proprio Laudemus parili voce, 24 Damnemus vigili mente, carmen amabile oppido nobile, consonet organo, psallere gaudio. undique praediti cantica praesuli, quod approbat, quod improbat. Durante este período serán los himnos, generalmente de tipo hagiográico, los poemas que con mayor frecuencia adopten la forma del tetrástico monorrimo de versos de 12 o 13 sílabas. Ejemplo de ello son los numerosos poemas de este tipo recogidos en los Analecta Hymnica, como el De Sancto Aegidi16 que ya no se reiere al poema como un carmen sino como un hymnum: 24 Trinitati summae Decantemus hymnum Ut in examine Occurramus illi Deoque simplici affectu supplici, cum stola duplici supremo judici. 14 AH, vol. 12, 343. Poema anónimo compuesto en tetrásticos de dodecasílabos con rimas en pareados. Se ocupa de la fiesta de San Martín, cuya vida ensalza y glorifica. El texto se ha conservado en un manuscrito del siglo XIII, otro del XIV y varios breviarios del XVI. Desconocemos exactamente su fecha de composición, aunque tal vez el origen del himno haya que situarlo en una data anterior al siglo XIII15. Resulta significativo el hecho de que está emparentado con otro de Rabano Mauro también titulado De Sancto Martino, recogido en AH, vol. 12, 154. 16 AH, vol.16, 82. 15 29 Todos estos ejemplos salpican la poesía mediolatina de la época hasta hacer llegar al tetrástico a sus más altas cotas de la mano de la igura de Gautier de Châtillon17. En su poema Stulti cum prudentibus currunt ad coronam, el famoso poeta critica los males de la sociedad en estrofas goliárdicas que alternan 13 y 14 sílabas18. En este caso, señala que la voz va acompañada en su poesía de una lauta compuesta por siete cañas, mención que hace eco de las Bucólicas virgilianas19. 8 Quando cibus deicit mugiendo postulant set est michi resonans istula disparibus septem animabus brutis, cibum spe salutis; vocibus argutis compacta cicutis. Nuevamente glosa a Virgilio y la cuestión de la lauta repitiendo prácticamente igual uno de sus versos en Eliconis rivulo modice respersus20, cuando airma: Eliconis rivulo vereor, ne pondere modice respersus sim verborum mersus; 17 Es uno de los poetas más significativos del siglo XII entre los que escribieron en latín. Nació hacia los años treinta del siglo XII, en Ronchin, cerca de Lieja. Estudió en París y Reims. Dirigió la escuela de Laón y obtuvo una canonjía en Reims. Por su servicio relacionado con Enrique II, viajó a Inglaterra en 1166 y aconsejó en el conflicto que había entre su natural señor y Thomas Becket, ya que Juan de Salisbury había pedido su apoyo para apoyar a Becket. Gautier de Châtillon es conocido por su Alexandreis, poema épico en hexámetros que influyó notablemente en el Libro de Alexandre. No son tan conocidos, sin embargo, sus poemas en tetrásticos monorrimos de versos de 12 y 13 sílabas, que constituyen un antecedente inmediato de la cuaderna vía española y romance. 18 Seguimos la edición de Karl Strecker, Moralisch-satirische gedichte Walters von Chatillon: Aus Deutschen, Englischen, Französischen und Italienischen Handschriften, Heidelberg, C. Winter, 1929, poema núm. 4. 19 Me refiero concretamente a la Égloga II, en la que el pastor Corydon canta sus amores al más joven Alexis y le dice cómo va a cantarle acompañándose de esta flauta de 7 cañas que Dametas le regaló: Nec te paeniteat calamo trivisse labellum:/ haec eadem ut sciret, quid non faciebat Amyntas? / est mihi disparibus septem compacta cicutis /fistula, Damoetas dono mihi quam dedit olim. 20 Seguimos la edición de Karl Strecker, ed. cit., num.7. 30 4 set quoniam scriptitat incipe Menalios mecum, mundus universus, mea tibia, versus21. Aunque en menor proporción, otro de los términos que en algunos casos se utilizan para referirse a las composiciones que nos ocupan es el de «ludus» o juego. Así aparece, por ejemplo en un poema de los Carmina Burana22, de tema amoroso en el que se dice: 8 Stant prata plena loribus, virgines cum clericis per amorem Veneris ceteris virginibus in quibus nos ludamus! simul procedamus, ludum faciamus, ut hoc referamus! Cuando comienzan a aparecer los textos romances, la terminología se multiplica y diverge notablemente, desaparecen prácticamente los términos relativos a la canción y en su lugar encontramos palabras como «raison» o «dit». Así, la Pasión de Clermont Ferrand23, texto bilingüe del siglo X que entremezcla en sus versos palabras vernáculas y latinas, comienza: 4 Hora vos dic De Jesú Christi Los sos affaz Per quę cest mund vera raizun passïun: vol remembrar tot a salvad. Aunque el canto queda reservado para otro tipo de poemas cuando aparecen los primeros tetrásticos en romance, en los poemas bilingües podemos encontrar todavía algunas expresiones relacionadas con la canción y la música. Esto sucede, por ejemplo, en el poema conocido como Des femes, des dez et de la taverne24: 21 Este mismo verso aparece en la Égloga VIII: Incipe Maenalios mecum, mea tibia, versus / Maenalus argutumque nemus pinosque loquentis / semper habet; semper pastorum ille audit amores, / Panaque, qui primus calaunos non passus inertis / Incipe Maenalios mecum, mea tibia, versus. 22 Seguimos la edición de Alfons Hilka, Otto Schumann y Wilhelm Meyer, Carmina burana, (CB) Heidelberg, C. Winter, 1930, vol. 2, 142. 23 Seguimos la edición de Avalle D'Arco, Silvio, Cultura e lingua francese delle origini nella «passion» di Clermont-Ferrand, Milano, R. Ricciardi, 1962. 24 Veikko Väänänen, «Des fames, des déz et de la taverne. Poème Satirique du XIIIe siècle mêlant français et latin», en Neophilologische Mitteilungen, 47 (1946), pp. 104-113. 31 70 A chascun veil prier Qui a riens, si le gart, Ne li praigne pas fain Car qui riens n’a, Alterius penis in ine carminis: soit viex, soit juvenis; istius ordinis, il est par tout tenus vilis. it castigatio lenis. Sin embargo, a partir del siglo XII los poemas comienzan a escribirse íntegramente en romance y se irá abandonando progresivamente este matiz del canto para pasar a utilizar otros términos como «decir» o «contar». En el temprano texto francés de la Vie de Saint Thomas Becket compuesto por Guernes de Pont Sainte-Maxence25 en las postrimerías del siglo XII encontramos un fragmento de 19 estrofas compuesto en tetrásticos de alejandrinos monorrimos en cuya primera estrofa el autor solicita el permiso de su audiencia para proceder a «contar» el relato. 4 Entre imantes merueilles pur sun dru saint Thomas, en Pieregort auint or i dunez entente: cum deus deigna ourer ki tant fait à loer, un estrange ultre mer. si la m’orrez cunter. Los textos franceses del siglo XIII se referirán a estos poemas como «dits», término que aparecerá con frecuencia y además, especialmente asociado a la oralidad, pues se llama al público a que escuche el «dit». Esto sucede, por ejemplo, en la Vie de Sainte Cristine26, poema atribuido a Gautier de Coincy: 12 Mieux aiment a oïr Si com Renart traï Ou une grant oiseuse, Que de saint ne de sainte ce que l’ame compere, Ysengrin son compere s’un menestrier leur dit, essample ne bon dit. Análogas formulaciones encontraremos en la Vie Saint Grégoire27: Guernes de Pont Sainte-Maxence, Leben des Heiligen Thomas von Canterbury, ed. Immanuel Bekker, Berlín, in der Nicolaischen Buchhandlung, 1838. 26 Gautier de Coinci, La vie de Sainte Cristine, ed. Olivier Collet, Genève, Droz, 1999. 27 Hendrick B. Sol La vie du Pape Saint Grégoire. Huit versions françaises médiévales de la légende du bon pécheur, Amsterdam, Rodopi, 1977. 25 32 4 Or entendez, seigneours, Le glorieux du ciel, Si orez de Gregoire Pour paradis avoir que Jesus vous veneye, ilz de sainte Marie ! l’ystoire et la vie : souffry grande hachie. 8 En l’onneur du hault Dieu, le pere droiturier Et de sa doulce Mere, qui tant fait a priser, Vous diray ung beau dit maintenant, sans targer. - Dieu lui ottroit sa grace qui l’orra sans noisier !- La conciencia de autor viene inamente expresada en la primera mitad del siglo XIII en un poema titulado Le dit d’Amours, cuyo autor se hace llamar Clerc de Vaudoy28. A pesar de que apenas sabemos nada de dicho personaje29 y que del poema tan sólo nos han llegado cinco estrofas en alejandrinos monorrimos, su contenido revela una completa declaración de principios en la que se resaltan la mayor parte de las ideas que hemos venido recogiendo hasta este punto. En primer lugar, insiste en que va a contar un relato (al que se reiere como «fablel») bueno y novedoso. Después se autodenomina como clérigo de Vaudoy, y señala su aición al vino. A continuación indica que ha leído la historia que va a contar (aquí se reiere al recitado con el verbo «dire»30) y pide a sus oyentes que le escuchen, que será una maravilla. 28 Pierre Ruelle, Les dits du Clerc de Vaudoy, Bruselas, Univ. Libre de Bruxelles, 1969. 29 El autor de este poema es un clérigo de identidad desconocida que se autonombra en la segunda estrofa del poema «clers de Vodoi» y según parece, debió de ser uno de los clérigos vagantes que cursaron los primeros años de la clerecía, aunque no puede comprobarse que llegara a saber algo de latín. Las tres obras que de él conservamos (el Dit d’Amour, el Dit des Droits, y el Dit de Nicerole) aparecen sin ninguna indicación que pueda servirnos para desvelar su identidad. Vaudoy pudo ser su apellido por herencia, o bien referirse a un lugar geográfico, como Vaudoy-en-Brie, ya que el Dit d’Amour hace referencia a zonas próximas. Aunque sus datos de nacimiento y muerte son desconocidos, parece que tenía 37 años cuando escribió su obra más importante: el Dit des droits, poema moral en octosílabos. 30 Utilizado en un sentido muy similar al del «fablar» de la segunda estrofa del Libro de Alexandre, según la interpretación que propone Fernando Gómez Redondo en «El fermoso fablar de la 'clerecía': retórica y recitación en el siglo XIII», en Propuestas teórico-metodológicas para el estudio de la literatura hispánica medieval, ed. Lillian von der Walde Moheno, Méjico, Universidad Autónoma Nacional de Méjico-Universidad Autónoma Metropolitana, 2003, pp. 229-282. 33 (A)ssés avez oy (Et) de cités abatre et contes et fabliaus et de penre chatiaus; 4 Je vous en d(i)rai un, Bien vous puis aichier qui est et bons et biausº: que est trestoz noviaus. 8 (C)is(t) fablel que je di it li Clers de Vodoi, Et si it Nicerole, Corbegni et Tranbloiº; Je vous en dirai un qui vaut mieus que li troi·: C(e) est do Dieu(s) d'Amors et d'esté et de mai. 12 (E)nz ou fons d'un hanap, Vit li Clers mai escrit, I but tretot le vin, Puis a leu(e)s les letres 16 (S)eignor, or escotez De dire un tel fablel Ben(e)oiz soit li cuers Onques de tel fablel a Provins, a la foire, si com il voloit boire°; c(e) est parole voire, qui li monstrent l'estoire. que mes cuers me consoille ou nus ne s'aparelle : qui a conter c'esvelle ; n'oïtes tel mervelle. El mismo autor, en otro de sus poemas (Le dit de Niceroles31) deiende su educación y señala que posee una formación letrada (viene de una «bone escole») que ha de ser tomada en serio. 8 12 Biau seignor, j'ai oï Li uns là me dit sage, Mes sachiez j 'aie Dedenz une cite mainte dure parole : l'autres là me dit fole; esté à une bone escole qui a non Nicerole, J'entrai en Niceroles, ne sai que vous en mente, Je n'i oi pas esté XXV. jors ne .XXX. Qant dedenz Niceroles m'assist-on bone rente. Moult tres bien m'i connui, quar g'i mismoult m'entente La salutación es otra de las formas bajo las que se agrupan algunos de los poemas compuestsos en tetrásticos de alejandrinos en francés. Achille Jubinal, Oeuvres complètes de Rutebeuf, trouvère du XIIIe siècle, Nouvelle Édition révue et corrigé, París, Paul Daffis éditeur, 1874, vol. 3, pp. 352-354. 31 34 Suelen ir dedicadas a la Virgen, aunque en algunos casos, como esta Complainte d’amors32, se ofrecen a la dama en un tono de lamento y despecho33. 4 20 Or m'estuet saluer El moi esvertuer Sovent me fait muer El le cors tressuer cele que je desire por sa grant bonté dire. le cuer d'angoisse et d'ire quant sa biaute remire. […] Mon salu vous envoi comme à dame et amie, Et, por fere convoi, ma compluinte jolie, Dame, vous i envoi, nel tenez à folie, Quar je ne sai ne voi comment mon cuer vous die. Sin embargo, no todos los términos remiten al universo oral. Las referencias a la escritura aparecen en Le Miracle de Théophile (ca. 1264) de Rutebeuf , obra con algunas partes en tetrásticos de alejandrinos monorrimos. Precisamente en la penúltima estrofa, el poeta se reiere a su obra como una carta que va a cerrar con el sello de lacra de su anillo para que nadie pueda entrometerse en lo que él ha escrito. Paul Meyer, La salut d’amour dans les littératures provençale et française, París, Libraire Éditeur A. Franck, 1867, pp. 42-45. 33 Según señala Paul Meyer (ob. cit.), la salut d’amor es solamente propia de las literaturas provenzal y francesa y desconocida en el ámbito de la literatura inglesa y anglonormanda. Dicho género comienza con una epístola dirigida a una dama por su amante o por otro que la desee en el futuro. El contenido se anuncia de antemano y en el texto aparecen todos los lugares comunes al tema del amor, las perfecciones físicas y morales de la persona amada y sus gustos y costumbres. Lo que distingue a la salut es la forma de comenzar o el saludo del inicio del texto. En algunos casos, también la dama responde y el poema se convierte en un doble epistolario. Los poemas provenzales parecen gozar de prioridad en este campo (más cercano a la lírica que a la poesía narrativa), puesto que se conservan numerosos testimonios, la mayoría en forma de canción. Los poemas franceses son menos abundantes y admiten diferentes tipos de metros, uno de ellos el tetrástico de alejandrinos monorrimos y otro el pareado de alejandrinos. 34 Rutebeuf, Oeuvres Complètes, ed. de Michael Zink, París, Librairie Générale Française, 2005. 32 35 652 De l'anel de son doit Do son sane les escrist, Ains que je me vousisse Ne que je le feïsse seela ceste letre, autre enque n'i ist metre, de lui point entremetre en dignité remettre. Otro de los términos que encontramos para referirnos a algunos poemas en tetrásticos en la literatura francesa de la segunda mitad del siglo XIII es el de «tençon», directamente importado del mundo trovadoresco, como aparece utilizado en Du plait Renart de Dammartin contre Vairon son roncin35, curioso poema cómico en el que se entabla un diálogo entre Renart y su caballo Vairon. El caballo, con tono muy serio, responde a las preguntas de su amo, lo que hace aún más jocoso su efecto, pues recrimina a su dueño el mal trato que le inlige. Éste, a su vez, se justiica por las malas mañas y muchos años del caballo, a lo que el animal responde que prescinda de él, cosa que evidentemente el amo no puede hacer. El poema es abiertamente cómico, hecho que tampoco nos sorprende en exceso al enfrentarnos a un texto compuesto en tetrásticos de alejandrinos monorrimos, puesto que ejemplos de esta comicidad e inversión paródica se encuentran, aquí y allá, en diversos pasajes de los textos en cuadernas y anima la totalidad del Libro de Buen Amor. Además, este poema permite una lectura simbólica, gracias a la cual cabría ver un debate entre dos individuos, al estilo de las altercationes, contrasti o disputas de la literatura europea de esa misma época, que apelaron con frecuencia al alejandrino. 4 Oiez une tencon Mise fu en escrit Renart de Dant Martin Et son roncin à lui, qui fu fete piéçà du tens de lors ençà. à son roncin tença, mès Renars commença. La consideración del texto como ejemplo es también frecuente. En estos casos, el poema tiene como último in el servir de aclaración o de Achille Jubinal, Nouveau Recueil de Contes, Dits, Fabliaux, et autres pièces inédites des XIIIe, XIVe et XVe siècles, pour faire suite aux collections Legrand d'Aussy, Barbazan et Méon. Mis au jour pour la première fois par Achille Jubinal, París, É. Pannier, 1839, vol.2, pp. 23-27. 35 36 explicación de algún pasaje complicado de las Escrituras. Tal es la situación de este poema alegórico sin título, compuesto en la segunda mitad del siglo XIII36, en el que se ponen en escena Misericordia, Justicia, Verdad y Paz en la forma de un rey que tiene cuatro hijas. La primera estrofa del mismo insiste en la utilidad del texto para la comprensión de la diicultosa materia, y en especial para la gente laica, menos habituada a este tipo de imaginería. 4 Par exemple vorai Pour cè qu'a laies gens Diex meïsme souvent Qu'exemple doit on panre parler de l'Escripture. soit a oïr moins dure, preeche par igure, quant la letre est obscue. Pasando ahora al ámbito italiano, observamos que las formulaciones que en él vamos a encontrar son similares a las que hasta ahora venimos analizando. Ya a comienzos del siglo XII conservamos varios poemas en tiradas de versos alejandrinos que relejan estos tópicos. Ejemplo de ello es un texto anónimo sobre la pasión de Jesucristo, escrito en series de versos largos que oscilan entre las 12 y 15 sílabas, y que parece ser una traducción de un poema en tiradas francés37. El texto comienza haciendo una llamada al público para que escuche su «raxon», pues está realizada con la mente y el corazón. Aquí establece una clarísima clasiicación terminológica y genérica equivalente a la dicotomía juglaría/clerecía: no se trata de una mera fábula o canción, sino de un relato que trata de los Evangelios y es de libro y sermón, que servirá para que la gente obtenga su salvación, librándose de los males mundanos. En estos breves versos queda, pues, sintetizada, toda la poética del grupo. Audì, bona çent, Con lo core e cun la mente questa mia raxon e cun la entencion, 36 Paul Meyer, «Poème en quatrains de vers alexandrins», en Bulletin de la Société des anciens textes français, 12 (1886), p. 57. 37 Adolf Mussafia, «Monumemi antichi di dialetti italiani», en Sitzungsberichte der kaiserlichen Akademie der Wissenschaften in Wien, Philologische Historische Klasse, 46 (1864), pp. 113-235. 37 4 Le quale no è parole Ançe de Jesù Cristo Trata de vangeli Veçando la çente Sí veno de celo en terra de labe ne de cançon, la verasia pasion, e de libri e de sermon aver perdicion, per dargne salvacion, Los textos italianos utilizan, a su vez, variedad de términos para referirse a las composiciones en tetrásticos. El poema de Giacomino da Verona Babilonia38, compuesto en la primera mitad del siglo XIII se reiere a sí mismo como «ystoria», «raxon» y «sermon». El autor insiste a su vez en la doble naturaleza oral y escrita de su obra. 4 16 A l’onor[e] de Cristo, Et a tenor de l’om La qual spese iae, Contra falso enemigo E ço ke ve n’ò dir K’ele serà parole De le quaele eo ve voio Ke da leçro e da scrivro segnor e re de gloria, cuitar voyo un’ystoria´ ki ven l’avrà in memoria, ell’à far gran victoria. […] prendine guarda e cura, dite soto igura, ordir una scriptura, ve parà molto dura. Última estrofa: 340 Me asai avì entes Or ne pregemo tuti E vui k’entes l’avì Ke Cristo e la soa mare de le bone raxon, c’a quel ke fes el sermon, cun gran devotion, gen renda guierdon. La disputa también se expresa en esta forma poética, como muestran varios de los poemas de Bonvesin da la Riva en la segunda mitad del siglo XIII. La Disputatio rosae cum viola39 comienza deiniéndose a sí misma como una «tenzon» y «rason»: 38 Esther Ysopet May, The «De Jerusalem Celeste» and the «De Babilonia Infemali» of Fra Giacomino do Verona, Florencia, Le Monnier, 1930. 39 Bonvesin da la Riva, Opere Volgari, ed. de Gianfranco Contini, Roma, Presso la Società Filologica Romana, 1941. 38 4 Quilò se difinissce dra rosa e dra vïora, Zascuna expressamente k'ella sïa plu degna la disputatïon il que fo grand tenzon. sí vol monstrar rason per drig e per rason La oralidad es continuamente la protagonista en estos poemas, tal y como muestra el De quindecimi miraculis que debent apparere ante diem iudicii40, poema también de Bonvesin de temática muy similar al conocido texto berceano en cuaderna vía: 4 Aprov la in del mondo, quindex mirabi signi li quai in quindex di e zo da san Yeronimo s’el è ki’n voia odire, in quel temp den parire, sì devran avenire, sì i trovao a dire. Última estrofa: 52 Lo quindesen di appresso, tuta la terra e l’airo lo mond irá fag novo, col so proprïo corpo segond ke i cuintao, irà tut renovao, e zascun hom k’è nao devrá ess resustao. No obstante, esta oralidad parece relacionarse en dos ocasiones con la música, puesto que en dos textos de Bonvesin encontramos referencias a «canción» y «melodía», expresiones que no habían aparecido desde los textos latinos. La primera tiene lugar al comienzo de su Disputatio Mensium o Carmina de Mensibus41: 4 Modesta d’aventagio Eo Bonvesin dra Riba Com s’alomenta i misi Lo so segnor Zené, ki vor odi cantar, la voi determinar, voiand despoëstar k’en debia plu regnar. Y la segunda en sus Laudes de Virgine Maria42: Contini (ed. cit). Íbidem. 42 Íbidem. 40 41 39 4 Eo Bonvesin dra Riva quiló voi far sermon dra matre ’d฀ Iesù Criste, dra plu nobel madona mo voi fá melodia, dra Vergene Maria, de quella lux compia, k’in ce ni in terra sia. Una expresión parecida encontraremos en el anónimo poema campano de la primera mitad del siglo XIV titulado De regimine sanitatis43, cuya última estrofa reza: 670 Sagnia fare no devesce poi anni ài sixanta né innance li quatordici, cussí l’autore canta; necessetate poctera superviniri tanta che sperlonga lo termene per ine a li sectanta; in giorno che sia troppo frido o caldo no te insagnare, se voi esser saldo. No obstante, se trata de tres menciones aisladas y no hemos encontrado ninguna referencia a la existencia de una posible música de acompañamiento o a algún tipo de notación musical, por lo que suponemos que se trata de expresiones puntuales que no necesariamente implican el canto de los poemas. Pasando ahora al terreno hispánico de la cuaderna vía, encontramos que los textos castellanos van a encajar perfectamente dentro del universo romance de nomenclaturas y expresiones que hemos ido viendo a lo largo de este recorrido cronológico y geográico expresado a través de los poemas en alejandrinos. Tanto el Libro de Alexandre, como Gonzalo de Berceo y el resto de los autores de la cuaderna vía se moverán en el mismo panorama de la poesía narrativa en el que las referencias al modo de composición, al «dictado», al «cursus» poético o a la oralidad y escritura de los textos estarán a la orden del día. Recordemos, como ejemplo, el comienzo de la Vida de San Millán de la Cogolla, de Gonzalo de Berceo44, que recogerá dichas expresiones: 43 Antonio Altamura, Testi napoletani dei secoli XIII e XIV, Nápoles, Perrella, 1949. Gonzalo de Berceo, La vida de San Millán de la Cogolla, ed. de Brian Dutton, London, Tamesis Books Ltd., 1967 (2ª ed. 1984). 44 40 4 Qui la vida quisiere e de la su istoria meta mientes en esto verá adó embían de sant Millan saber, bien certano seer, que yo quiero leer: los pueblos so aver. 8 Secundo mi creencia, en cabo quando fuere aprendrá tales cosas de dar las tres meajas que pese al Pecado, leído el dictado, de que será pagado no li será pesado. 3. El «modus scribendi». Las relexiones del autor acerca de las técnicas compositivas Las relexiones acerca del modo de composición de la obra comienzan muy pronto. Ya en el período carolingio, a comienzos del siglo VIII, encontramos este fragmento en versos de 14 sílabas divididos en dos hemistiquios heptasilábicos con rima en pareado y rima interna entre los hemistiquios45. El poema, precedido de un texto en prosa, canta la alegría del poeta de haber podido expresarse libremente sin las ataduras del ritmo, a las cuales regresa con estos versos. Su contenido resulta altamente signiicativo, pues, a pesar de su temprana fecha de composición, el poeta ya anticipa en ellos las diicultades que entraña el arte de versiicar, tal y como siglos más tarde se relejará en las «sílabas contadas» del Libro de Alexandre. En este caso, con una bellísima metáfora, habla de sí mismo como un ternero que, libre de ataduras y tras vagar libremente por los extensos campos de la prosa, vuelve otra vez al yugo obligado a dar un paso mucho más estrecho gobernado por el metro. Hoc opus hic tridui modo sic inire cupivi Prosa modo init, rhythmus nunc incipit esse: Gaudeo transiisse latos in campos prosae Viam perlustrans plene loquelae spacionae, Ut vitulus solutus vinculis obligatus Metro relicto sanus vagus sum liberatus Introito sed rursum liberum post excessum Metri quidem conclusum quamvis angustum gressum 45 MGH, Poetarum Latinorum Medii Aevi, vol. IV, pars. II, 1, p. 659. 41 En la misma fecha encontramos otro poema, que de un modo similar al anterior, expresa sus sentimientos hacia la composición poética y la forma de hacer poesía46. Para ello, vuelve a recurrir al procedimiento metafórico, comparando el trabajo de los artíices de mosaicos mediante teselas con lo que hacen los poetas en sus versículos. Coniesa no tener dados de oro y dar solo lo que tiene, con la inalidad última de dar gloria al Señor de cielo y tierra. Métricamente, recurre de nuevo a artiicios similares a los que ya hemos visto: hay rima entre los dos primeros versos y sus hemistiquios así como entre los hemistiquios de los otros tres versos. Ceu tesseras in pirgis Sic hae partes in istis Pulcherrimam auream Aleas quas habeo Domino caeli gloria mutantur ludiicis moventur versiculis non habeo aleam tibi donare volo atque terrea perpetua Parte de la maestría del poeta consistirá en expresar los necesarios contenidos con un justo número de palabras. La brevedad y concisión en la expresión del contenido será también un elemento a tener en cuenta a la hora de componer y recitar los poemas. Así lo expresan los versos de Wandalbertus Prumiensis sobre la contemplación del misterio divino47. Exponam breviter credita carminae, Conforme va transcurriendo el tiempo, encontramos textos que realizan referencias al modo de escribir y de versiicar (en el sentido oral de recitar los versos). Un ejemplo notable de ello tenemos en el poema de los Carmina Burana cuyo íncipit reza: Cum sit fama multiplex de te divulgata 48. En la estrofa que recogemos a continuación se resalta, en primer lugar, la brevedad y concisión del contenido, que no ha de expresarse más que por las palabras que sean justas y adecuadas, y éste será el «modus loquendi». 46 MGH, Poetarum Latinorum Medii Aevi, vol. IV, pars. II, 1, p. 660. Poetae Aevi Carlini, Poetae 2, pp. 569-622, en MGH, ob. cit. 48 CB, tomo 3, 191a. 47 42 20 Pater mi, sub brevi quia doctis decens est et ut prorsus resecem non in verbo latius tam multa comprehendi, modus hic loquendi, notam applaudendi, placuit protendi. El tópico de la mesura gana aún más importancia cuando el tetrástico monorrimo de versos alejandrinos comienza a aparecer en el ámbito romance. Así lo relejan los primeros textos franceses compuestos en dicha estrofa, como es el Poème Moral49, que insiste en la justa medida para la expresión de los contenidos. Ki cele joie at chiere, Volentiers ot parler N'at nule volenteit 12 Ne ne fait ne ne dist de vaniteit n'at cure ; de la Sainte Escriture ; de malvaise apresure, nule rien senz mesure. La brevedad quedará igualmente relejada en L’arriereban d’amors50, poema del siglo XIII que se encuadra dentro la tradición de la salutación amorosa. El autor del texto airma que ya le ha enviado a la dama de la que está enamorado numerosas lettres briez, pero sin obtener resultado alguno. Este será su último mensaje, su arrière-ban, por lo que espera que sea muy efectivo. Por ce ai fet cest brief C'est uns arrierebans Lettres briez ai ploïes 16 Mout m'ont petit valut car c'est li daarrains, et s'est li plus souvrains. qu’envoiai premerains.• de ce sui toz certains. Otro de los aspectos compositivos en los que se insiste con bastante frecuencia es en el modo de componer o recitar los poemas, el «fazer una rima» o «fablar curso rimado». Concretamente encontramos esta formulación en el poema francés de la segunda mitad del siglo XIII 49 Alfonse Bayot, Le Poème Moral, Traité De Vie Chrétienne Écrit Dans La Région Wallonne Vers l'an 1200, Lieja, H. Vaillant-Carmanne, 1929. 50 Arthur Långfors, «L'Arriereban d'Amours, poème du XIIIe siècle, inspiré par le Bestiaire d'Amour de Richard de Fournival», en Mélanges Johan Melander, Uppsala, 1943, pp. 284-290. 43 titulado La defiante au conte de Flandres et tout l’estat de l’Ost51, poema histórico que narra los hechos acontecidos entre el rey de Francia y el conde de Flandes en el año 1297. En dicha estrofa se repiten, además, varios de los tópicos que señalaremos como caracterizadores de este tipo de poesía: la novedad de lo narrado, el placer que supone escuchar la narración y el ejemplo provechoso que se puede extraer de la misma. 4 Puis que m’entente ay mise en noviau dit retraire, je doi bien tel ouvrage faire qui puisse plaire d’une nouvele chose vous voudrai rime faire, que la gent orgueilleuse y puist prendre examplaire. La expresión de «rimar» o componer una rima aparece también en la primera mitad del siglo XIV, en la Chanson d’un proscrit Traillebaston52, poema anónimo de contenido histórico cuyo autor se expresa en los siguientes términos, jactándose además, de haber compuesto sus rimas en pleno bosque, pues es un proscrito: 4 Talent me prent de rymer e de geste fere D'une purveaunce qe purveu est en la terre ; Mieux valsit uncore que la chose fust à fere : Si Dieu ne prenge garde, je quy que sourdra guere. Última estrofa : Cest rym fust fet al bois Là chaunte merle, russinole, Escrit estoit en parchemyn E gitté en haut chemyn, 51 desouz un lorer, e cyre l'esperver; pur mout remenbrer, qe um le dust trover, August Scheler, Recueil de Chansons, poèmes et pièces en vers français relatifs aux Pays-Bas, publié par les Soins de la Société des Bibliophiles de Belgique, Bruselas, 1970, 1, pp. 3-28. 52 Thomas Wright, Political Songs of England; the Political Songs of England, from the Reign of John to that of Edward II, London, Printed for the Camden society: by J. B. Nichols and son, 1839, pp. 231-236. 44 La tan citada expresión berceana de «quiero fer una prosa» se repite en un texto francés de la segunda mitad del siglo XIV. Se trata de un poema de Gilles le Muisit, que en su última estrofa airma: Par prose registrer Car trap mieuls et plus Et trèstout les estas Et plus temprement mes pensées ferai ; tost matère trouverai, là souvent penserai les coses pèserai. Los textos italianos también van a relejar ciertas nociones relativas al modo de composición de los poemas similares a las que hemos ido viendo. Ya a inales del siglo XII contamos con el valiosísimo testimonio de los Proverbia quae dicuntur super natura feminarum53, primer poema italiano compuesto íntegramente en tetrásticos monorrimos de alejandrinos, cuya temática es eminentemente misógina. En sus primeras estrofas indica la forma compositiva del verso «en rime», expresión que repite en la estrofa tercera, señalando que se trata de «veraise rime». Parece ser que, además, el autor se reiere a un texto escrito, pues habla de «queste scrite» y del libro que ha elaborado, prescindiendo de expresiones que indiquen oralidad, en este caso. 4 Bona çent, entendetelo, Per le malvasie femene Quele qe ver li omini Cui plui ad elle serve, per que sto libro ai fato: l’aio en rime trovaro, non tien complito pato; plui lo tien fol e mato. 8 SAçai, per ogna femena K’asai creço qe seande Le bone se n’alegra E le rei, quando le aude, ste cause no vien dite; cui no plas queste scrite. de queste rime drete. stane dolente e triste. 12 Unca per bona femena, Queste verasie rime Se le bone le ’scoltano, Laodarà sença falo saça, pura e cortese, ça no serà represe; quando l’avrà entese, qi le trovà e fese. Adolf Tobler, «Proverbia quae dicuntur super natura feminarum», en Zeitschrift für Romanische Philologie, 9 (1886), pp. 287-331. 53 45 Tras haber revisado con detalle estas expresiones, volvamos ahora al tan citado fragmento castellano correspondiente a la segunda estrofa del Libro de Alexandre54: Mester trayo fermoso: mester es sin pecado, fablar curso rimado a sílavas contadas, 8 non es de joglaría; ca es de clerezía por la quaderna vía que es grant maestría. En dicho fragmento encontramos segmentos similares a los que hemos ido viendo, que vienen a conirmar que nos encontramos en un universo común de expresiones y de pensamiento poético. Se trata de una poesía de tipo narrativo y no lírico («non es de joglaria»), compuesta en verso largo derivado del latín («curso rimado») y con una intención poética y métrica determinada por parte de sus autores. También la Vida de Santo Domingo de Silos55 utilizará expresiones como las que ya hemos recogido: 8 Quiero fer una prosa en qual suele el pueblo ca non só tan letrado bien valdrá, como / creo, en romanz paladino fablar con so vezino, por fer otro latino, un vaso de bon vino. Dicha expresión se repetirá en el anónimo Poema de Fernán González56: 4 En el nombre del Padre, del que quiso nasçer e del Spíritu Santo, del conde de Castiella que izo toda cosa, de la Virgen preçiosa que ygual d’ellos posa, quiero fer una prosa. Libro de Alexandre, ed. de Juan Casas Rigall, Madrid, Castalia, 2007. Brian Dutton (ed. cit.). 56 Libro de Fernán Gonçález, transcripción paleográfica y texto crítico con introducción, notas, glosario e índice de rimas por Itzíar López Guil, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Anejos de la Revista de Filología Española (Anejo 53), 2001. 54 55 46 En el siglo XIV, el Libro de miseria de omne insistirá con mayor profundidad en el arte de silabiicar, reiriéndose especialmente a la dimensión oral que la recitación del poema conlleva57. Ond’ tod’ omne que quisiere este libro bien pasar, mester es que las palabras sepa bien sylabi[i]car, ca por sílavas contadas, que es arte de rimar, 16 e por la quaderna vía su curso quier<e> inar. También se recogen otras expresiones relacionadas con la rima y con el arte de versiicar, como la que encontramos en la Vida de San Ildefonso del Beneiciado de Úbeda58: Si m’ ayudare Cristo Querría componer De un confesor Santo 4 Que nació en Toledo, e la Virgen sagrada, una fación rimada que izo vida honrada, esa cibdat nombrada. 4. La inalidad de los poemas: «prodesse et delectare» Los términos horacianos de deleitar enseñando se repiten constantemente en este tipo de poesía cuyo último in es adoctrinar a sus receptores para la salvación de sus almas. Así, ya en una etapa muy temprana de la gestación del tetrástico, de una forma muy elegante, Sedulio Escoto (ca. 848), en un poema en tono político que gloriica a los reyes galos59, expresa su deseo de que sus palabras «huelan a miel». Sedulius Scottus, Pacem qui sequitur, De rectoribus christianis splendidus enitet Coincidimos plenamente con el profesor Gómez Redondo en su explicación del concepto de «versificar» como «recitar versos», concepto recogido en su artículo»El fermoso fablar de la 'clerecía': retórica y recitación en el siglo XIII», en Propuestas teórico-metodológicas para el estudio de la literatura hispánica medieval, ed. de Lillian von der Walde Moheno, Méjico, Universidad Autónoma Nacional de MéjicoUniversidad Autónoma Metropolitana, 2003, pp. 229-282. 58 Beneficiado de Úbeda. Vida de San Ildefonso, ed. de Manuel Alvar Ezquerra, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 1975. 59 PAC, Poetae 3, pp. 154-237. 57 47 12 Et verbis redolet Qui pacem renuit, Et caecus gradiens mel velut Atticum; in tenebris manet in foveam cadit. La poesía se aprecia como un medio por el que se adquiere riqueza espiritual, como airma el desconocido autor del De palpone et assentatore60, poema satírico de 800 versos sobre el arte del adulador y sus modos de proceder. Concretamente, en esta estrofa llama a los pobres y a los que desean adquirir riqueza para explicarles cómo ha hallado la forma de adquirirla mediante sus palabras. 16 Hinc ergo rapido venite, pauperes, quicunque divites nam artem subito gressuque celeri venite, miseri, studetis ieri, ditantem repperi. La constante airmación de que el contenido será útil y provechoso se pone de maniiesto especialmente en los textos romances a partir del siglo XIII. Ejemplo de ello es el poema francés De cortois d’Arras61, parcialmente compuesto en alejandrinos, que pide a Dios que le ayude a «bien dire». 442 Par men fol sens me sui fors de l'ecrit mon père Dieus, se c'est por men bien encor porai bien dire: et vaincus et mathes ; sui a tos jors graters. que vous si me batés, molt vaut sens acatés. El extraer buen ejemplo de la enseñanza de los textos va a ser fundamental, como se airma en la Vie de Sainte Cristine62, de comienzos del siglo XIII, dudosamente atribuida a Gautier de Coincy. 60 Thomas Wright, The Latin poems commonly attributed to Walter Mapes, collected and translated, London, Printed for the Camden society by J. B. Nichols and son, 1841 [Camden society (Great Britain). publications, nº 16]. 61 Courtois d'Arras, Jeu De XIIIe Siècle, ed. de Edmond Faral, París, Honoré Champion, 1911 [reimpr.: 1922, 1961, 1967, 1980]. 62 Gautier de Coinci, La vie de Sainte Cristine, ed. de Olivier Collet, Genève, Droz, 1999. 48 4 Le sage Salemon En divine Escripture Qui set nul bon essample Volentiers ne le doie qui luns fu de savoir a pluseurs fait savoir, ne s’en doit ja retraire enseigner sa retraire. Sachiez que bon essample, droit est chascun le sache, También en el Sermon en vers sur la mort de Louis VIII63, Robert Sainceriaux, en la penúltima estrofa señala que no quiere que su obra desagrade a nadie: 286 Maintenés la roïne, Qu’el ne puisse fere oevre Tel pooir li otroit Quant istra de cest siècle, verais Rois debonnaire. qui a vos puist desplère; Jesu Crist, nostre Père. qui ne peut durer guères°; La importancia del contenido relatado se deja sentir en la anónima Vie de Saint Jehan l’Évangeliste64, que comienza reivindicando la importancia y el papel del saber y el amor a Dios, que conviene a todo el mundo. 4 L’auctorité nos dit Ke el conmenchement Convient il a chascun, Amor de Dieu et doute une raison por voir de sens et de savoir par im droit estouvoir dedenz son cuer avoir. A mediados del siglo XIII encontramos un poema titulado De Larguece et de Debonerté65, irmado por Hue Archevesque66, que pide a sus oyentes que le escuchen para aprender cosas productivas, y que si no dice cosas interesantes, pueden castigarle y reprenderle, pues lo tendrá merecido. M. Natalis de Wailly, Historiens de la France, 23 (1824). Recogido en Léopold Delisle, Charles Marie Gabriel Bréchillet Jourdain, Natalis de Wailly, Rerum Gallicarum et Francicarum Scriptores. Romus vigesimus tertius. Recueil des Historiens des Gaules et de la France, París, H. Welter, 1894, p. 124ss. 64 Erik Westberg, La vie de Saint Jean L’Évangeliste, poème réligieux du XIIIe siècle, publiè d’après tous les manuscrits, Uppsala, Appelbergs Boktryckeriaktiebolag, 1943. 65 Alexandre Héron, Les Dits De Hue Archevesque, Trouvère Normand Du XIIIe Siècle, París, A. Claudin, 1885. 66 Personaje bastante enigmático, al parecer relacionado con Normandía, que vivía de las limosnas que le daban por sus poemas. 63 49 4 Seignor, or fetes pès; daingniez . j . poi En biaus moz escouter puet on molt bien aprendre. Se vilonie di, fetes le moi desfendre; C'on doit bien le mesdit au mesdisant reprendre. La conveniencia de lo narrado aparece reiterada a lo largo de todo el repertorio de poemas. En Li fabliaux de Paradis67, poema sobre el pecado de Adán y Eva que les obliga a salir del Paraíso, el autor insiste constantemente a los oyentes que escuchen con atención, que lo que va a decir es para todos, que aprendan la moraleja si aspiran a salvarse. 4 Se je uos fas entendre, Une uraie raison Quant dex uenra en terre Les bons fors des mauais 8 Oies le iugement Cui dex uora a uoir oies que dex dira Quant il venra en terre 12 Esooutes, car oir Que uos aues ci quis, Cascuns de uos me doit Si en deues de moi si me deues oir por le fol maintenir. por le monde veir, en uora departir. que tot doient oir es grans biens maintenir. as grans et as petis, iries et engramis. le deues et aprendre ie uos ferai entendre: de ses fais raison rendre, le guerredon atendre. El tetrástico constituye un vehículo didáctico cuyos destinatarios comprenden todas las capas de la sociedad, hasta el mismo rey, como demuestra este Poema al rey Philippe68, compuesto en el último tercio del siglo XIII, y basado probablemente en una crónica latina. El autor comienza su obra recordando al mismísimo rey que de su obra va a poder extraer buenas enseñanzas. 57 Edmund Stengel, Li Romans de Durmart le Galois, Tubinga, H. Laupp, 1873, pp. 461-464. 58 Paulin Paris, «Phelippe-Auguste», en Les grandes chroniques de France, París, J. Techener, 1838, pp. 207-208. 50 Alains bons enseignemens puet-on Qui vuet des prendes omes Et leur vie mener, Coment l’on doit au siècle 16 prendre en ce livre° les nobles fais ensuivre savoir puet à delivre plus honestement vivre. Estas enseñanzas son llevadas a su extremo en La complainte de Pierre de la Broce69, poema en el que el personaje central, de larga tradición poética, se lamenta a Dios de sus males y reconoce que él mismo ha causado su propia desgracia y se ha condenado por su avaricia y orgullo, comparándose a Job o Adán. Continúa con temas de relexión sobre el mal en el mundo, la debilidad frente a la tentación, y otros tópicos propios todos de la literatura escatológica. Es el momento previo a la muerte, momento en el que el personaje se arrepiente de todas sus maldades mundanas y compone el poema para que sirva de ejemplo a los vivos en el mundo y para que no caigan en desgracia, como a él le ha sucedido. 12 De ce ne puis je pas fere au pueple lonc (con)te; Neporquant s'ai eü assez d'avoir au monde Dont peüsse avoir fet que fusse de mal monde, Convoitise m'a mort qui maint preudomme afonde. 16 Por ce vueil ma legende ainz que je muire fere. D'acompaignier à Job me deüsse bien tere ; Il souffri quanqu'il ot el non de Dieu le pere, Ne sai gré de la moie à Dieu ne à sa mere. Última estrofa : 136 A ce que j'ai ci dit E gart bien qu'en son cuer Cil qui est en envie est Si-poi nen puet avoir chascuns mete s'entente point d'envie n'i ente en mauvese sente, que it ne s'en repente. Friedrich Eduard Schneegans, «Trois poèmes de la fin du XIIIe siècle sur Pierre de la Broce», Romania, 58 (1932), pp. 518-550. 69 51 La belleza de lo narrado lo resalta Jehan Durpain en L’Évangile as femmes70, poema satírico de datación controvertida71, cuyo autor, monje, concluye al inalizar que las rimas que ha escrito son bellas. 128 Ces vers Jehans Durpain, uns moines de Vauceles, a fet moult soutilment ; les rimes en sont beles. Priez per lui, beguines, vielles et jovenceles que par vous sera s’ame portee en deus iseles. En el siglo XIV, la expresión se vuelve a repetir en un poema temáticamente emparentado con el anterior, aunque en este caso, el poeta toma postura a favor de las mujeres. Se trata de Le dit des dames de Jehan72. 4 Jehan a dit et fet Mainte chose jolie Or vous dire des dames, Quant d'eles mi souvient, mainte rime nouvele, que on dit en viele ; dont la rime est bele; tout le cuer mi sautele. El deleite y la obligación se maniiestan, de una forma mucho más optimista en Le dit de Fortune de Jehan Monio73, cuyo autor comienza el poema invitando a todos los presentes que le escuchen, independientemente de su estatus social, su edad o su sexo. Airma que va a contar un breve relato cortés y deleitable, pero del que se puede, a su vez, sacar provecho. Seignor, or escoutez, li grant e li menor Eli jone e li viel, li serjant, li seignor, Se de m'entencion entendez le tenour, Omer Jodogne «L'Édition De l'Évangile Aux Femmes», en Studi in Onore di Angelo Monteverdi, ed. de Giuseppina Gerardi Marcuzzo, Modena, Società tip. editrice modenese, 1959, pp. 353-375. 71 Parece ser que el núcleo inicial data de finales del siglo XII, mientras que el resto del texto ha de ubicarse en la segunda mitad del XIII. 72 Adolf Mussafia, «Über Eine Altfranzösische Handschrift der K. Universitätsbibliothek Zu Pavia», en Sitzungsberichte der Kaiserlichen Akademie der Wissenschaften in Wien, Philosophisch-Historische Klasse, 87 (1870), pp. 545-618. 73 Schneegans (ob. cit., pp. 539-542). 70 52 4 Ja n'i porrez noter 8 Un ditelet vueil dire Cortois le dirai gié J'entent que je le die Au monde et nel di mie fors bien e grant honor. cortois e delitable, et assez bien notable. por estre pouritable por fablel ne por fable. En la primera mitad del siglo XIV seguimos encontrando las mismas expresiones, como puede verse en Le dit de la Borjoise de Romme de Jehan de Saint-Quentin74: 4 A la douce loenge Veil dirë un biau dit Por prendre bone essemple De confesser touz ceus de la Vierge Marie qui est sanz vilenie, en ceste mortel vie qui n’en on eu envie. Un moult bel essemplaire vous vodrai recorder : La consideración del poema como redención del pecado también se aprecia en Le dit du buef o Dit des cuirs de buef de Jehan de Saint-Quentin, que utiliza la palabra «chastiement» en el sentido de «castigo» medieval: 4 Pour donner par exemple Pechëeurs, pecheresses Veul recorder un dit Ou chascun porra prendre prouesce et hardement, qui pechent mortelment, a touz communement, moult biau chastiement El afán de deleitar enseñando se muestra igualmente con frecuencia en los poemas italianos compuestos en tetrásticos monorrimos de versos alejandrinos. Ejemplo de ello tenemos en el largo poema lombardo-véneto de Giacomino da Verona, compuesto en el siglo XIII, cuyo título es Gerusaleme Celeste75. En él, el autor insiste en el provecho que se extraerá de escucharlo, puesto que no ha de mentir en ningún momento, ya que está basado en santas escrituras. 74 Birger Munk Olsen, Dits En Quatrains d'Alexandrins Monorimes De Jehan De SaintQuentin; Dits De Jehan De Saint-Quentin, París, Société des Anciens Textes Français, 1978. 75 Esther Isopel May, The «De Jerusalem Celeste» and the «De Babilonia Infemali» of Fra Giacomino do Verona, Florencia, Le Monnier, 1930. 53 4 Divina cita santa Como’el’è fata dentro E ço ke gen dirò, Gran pro[e] ge farà, ki voleso oldir un poco ge n’ò dir, se ben vol retenir, sença nexun mentir. Mo cere e veritevole si ne serà alguante, Le altre, sì com disi, serà signiicançe; Donde vui ke leçì en le scripture sante No le voiar avilar per vostre setiiançe 20 En la segunda mitad del siglo XIII encontraremos expresiones similares en las Laude de Jacopone da Todi76, como sucede en la número 34 titulada O frate, guarda ‘l Viso, se vòi ben reguarire, donde se insiste en la utilidad del texto como ayuda para la salvación del alma. Última estrofa: 240 Or vidite lo frutto l'anema e 'l corpo à posto Sìate recordamento, se vòl' l'alma salvare, del mal delettamento, en cotanto tormento. frate, la guarda fare; non ce stare a ddormire. Este mismo tópico se repetirá en los poemas de Bonvesin da la Riva, poeta lombardo de la segunda mitad del siglo XIII, considerado el máximo exponente de la poesía didáctica en tetrásticos en Italia. Vemos su De peccatore cum Virgine77: 4 Ki vol odir cuintar Quiloga si plëeza Col peccaor pentio Ke quer misericordia d'una zentil novella, la gloriosa bella lo qual a le se apella, a quella grand polzella. Última estrofa: Zascú ke oe quest parolle se guard inanz e indré: Jacopone da Todi, Laude, ed. Franco Mancini, Bari, Laterza, 1974. Bonvesin da la Riva. Opere Volgari, ed. Gianfranco Contini, Roma, Presso la Società Filologica Romana, 1941. 76 77 54 248 No stia entri peccai Per mi fra Bonvesin Ke sont plu peccaor ma sia amig de De. el faza preg a De, ka no m'havrav mesté. E igualmente encontramos en De anima cum corpore78: 532 Zascú ke oe quest parolle No stia entri peccai, Per mi fra Bonvesin Ke sont plu peccaor se guard inanz e indré: ma sia amig de De. el fazz preg a De, ka no m’havrav mesté. El deleite unido al adoctrinamiento se muestra en el conocido fragmento castellano del Libro de Alexandre79, que no viene sino a conirmar que nos encontramos ante un mismo tipo de poemas en latín, en castellano y en otras lenguas romances. El poema será «fermoso», pero a su vez «sin pecado», y producirá «placer» en los oyentes, que a su vez «aprenderán». 8 Mester trayo fermoso: mester es sin pecado, fablar curso rimado a sílavas contadas, non es de joglaría; ca es de clerezía por la quaderna vía que es grant maestría. 12 Qui oírlo quisier’, avrá de mí solaz, aprendrá buenas gestas averlo han por ello a todo mio creer en cabo grant plazer; que sepa retraer; muchos a coñoçer. Gonzalo de Berceo se expresará en términos muy similares en su introducción a los Milagros de Nuestra Señora80: 4 Amigos e vassallos si vos me escuchássedes querría vos contar terrédeslo en cabo de Dios omnipotent, por vuestro consiment, un buen aveniment: por bueno verament. Contini, ed. cit. Casas Rigall, ed. cit. 80 Gonzalo de Berceo. Milagros de Nuestra Señora, ed. de Michael Gerli, Madrid, Cátedra (Letras Hispánicas, nº 224), 1985. 78 79 55 Expresión de la utilidad que, unida al placer, se repite, por ejemplo, en el Milagro de Teóilo dentro de la misma colección de milagros, unida a la voluntad expresa de brevedad y concisión por parte del poeta: 2992 Del pleito de Teóilo tan precioso miraclo ca en esso podremos que vale la Gloriosa 2996 Non querré, si podiero, ca vos a vriédes tedio, de la oración breve a nos éssa nos desse vos querría fablar, non es de oblidar, entender e asmar qui la sabe rogar. la razón alongar yo podría pecar; se suele Dios pagar, el Criador usar. En el siglo XIV, el anónimo Libro de Miseria de Omne81, derivado del De contemptu mundi de Inocencio III explotará aún con mayor ahínco esta voluntad de raíces horacianas de deleitar enseñando. Comienza así dicha obra: 4 Todos los que vos preciades venit a se<e>r comigo, más vos preciaredes sienpre si oyerdes lo que digo. El que bien lo retoviere, a Dios abrá por amigo, ca sabra dexar ab[o]lezas, muchas que trae consigo. 5. La veracidad del contenido Además de insistir en el provecho de la lectura o audición de las obras, en sucesivas ocasiones se insiste en la veracidad del contenido de lo narrado como garantía. Ejemplo de ello tenemos en el poema francés del siglo XIII de la Légende de Saint Grégoire82: Le dit que je diray est de vraye matiere, D’un conte moult preudomme qui tenoit grant empiere ; Gregorio Rodríguez Rivas, El «libro de miseria de omne» a la luz del «De contemptu mundi», estudio, edición y concordancias (microforma), Oviedo, Universidad de Oviedo, Servicio de Publicaciones, 1992. 82 Hendrick B. Sol, La vie du Pape Saint Grégoire. Huit versions françaises médiévales de la légende du bon pécheur, Amsterdam, Rodopi, 1977. 81 56 Dieu servoir et sa Mare Une femme espousa 12 de voulenté entiere ; de moult bonne mamiere. En la introducción a su Sermon en vers sur la mort de Louis VIII83, Robert Sainceriaux señala que: Sacheis bien cïl qui cest escrit tendront, que le mois que li bons rois Looys trespassa, Robert Sainceriax en it ce sermon, qui est tous dis de verite, et de bone resons. También el poema Le chastiement des clercs84, que se ocupa de denunciar la corrupción existente entre los clérigos de París, deiende la veracidad de los hechos narrados. L'an solon raconter, Qu'il sordon a Paris Or n'i sourt de mais, 16 Fontaine de dolor : c'est la vertez plane, de toz sens la fontaine quar deable l’amaine j’en vi Garlade plaine. La insistencia en la verdad también se ve en poemas como Le dit de Fortune de Jehan de Moniot85, de la segunda mitad del siglo XIII: 20 Or vous ert de Fortune Prenez garde entor li Formes d'o(m)me a sus li, L'uns monte, l'autre avale, ci la veritez dite. comment ele est escrite : li uns en haut abite, l'autre gete en soubite. En la primera mitad del siglo XIV, el Dit de l’eaue benëoite et du vergier de Jehan de Saint-Quentin también recalca este tipo de expresiones: La premierë example Or metéz tous et toutes vus dirai sans mentir, les cuers el retenir, Natalis de Wailly, «Historiens de la France, 23 (1824)», en Rerum Gallicarum et Francicarum Scriptores. Romus vigesimus tertius. Recueil des Historiens des Gaules et de la France, ed. de Léopold Delisle, Charles Marie Gabriel Bréchillet Jourdain y Natalis de Wailly, París, H. Welter, 1894, pp. 124ss. 84 Daron Burrows, ed. cit. 85 Friedrich Eduard Schneegans, «Trois poèmes de la fin du XIIIe siècle sur Pierre de la Broce», en Romania, 58 (1932), pp. 518-550, texto en pp. 539-542. 83 57 8 Car, ainçois que de vous Vous dirai je tel chose me doie departir, dont grans bien puet venir. Brevedad y veracidad se alían a comienzos del siglo XIII en un poema italiano atribuido a Jacopone da Todi procedente de la región de l’Abruzzo. Se trata de los Proverbia o Proverbii Morali86, cuyas primeras estrofas asocian ambos términos como esenciales para que lo narrado «decta» sea de utilidad a sus destinatarios. Proverbia Per ç’o ke queru l’omini Favello per proverbia Per çò tte volio ponere 4 Ka ’nn onne locu trovase le decta ’n brevetate, dicendo veretate; ne decta securtate, diversa utilitate. Proverbii Morali Perciò che l’uom domanda favello per proverbij perrò non voglo ponere 4 perché in ogni detto detti con brevietate, diciendo veritate; ne’ detti obscuritade, si truova veritate. Tampoco en este aspecto Bonvesin da la Riva se queda atrás. En sus Laudes de Virgine Maria87, en el apartado subtitulado De miraculis Virginis, insiste en que las palabras que narrará son de gran valor y veracidad. Mo’ voio eo dir miraculi com’ ella no abandona com’ ella fa per quilli 100 queste èn paroll฀ mirabile, dra matre del Segnor, quelor ke i fan honor, ke l’aman con savor: paroll฀ de grand valor En los mismos términos insistirá el también lombardo Pietro da Barsegapé, que compone su Sermone88 en tiradas de alejandrinos: 86 Francesco A. Ugolini, Testi volgari abruzzesi del Duecento, Turín, Rosenberg & Sellier, 1959. 87 Gianfranco Contini (1941, ed. cit.). 88 Carlo Salvioni, «II sermone di Pietro da Barsegape», en Zeitschrift für Romanische Philologie, 15 (1891), pp. 429-488. 58 No e cosa in sto mundo tal e-lla mia credença Ki se possa fenir se la no se comença Petro de barsegape si uol acomença E per raxon fenire segondo ke '1 ge pare Ora omiunca homo intença e stia pur in pax Sed kel ne ge plaxe audire d'un bello sermon uerax Cuintare eo se uolio et trare per raxon Vna istoria ueraxe de libri e de sermon Jn la qual se conten guangii et anche pistore E del nouo e del uedre testamento de xpe Estas expresiones continuarán repitiéndose durante el siglo XIV en poemas como la anónima Leggenda del Transito della Madonna 89, compuesto en la zona centro-meridional de la Península Itálica en tetrásticos de alejandrinos seguidos de un pareado de endecasílabos90. 4 Sygnurj, multu pregovj per grande caritate, Che benignia mente tucti me entendate, Che so molto cose subtilixime & de grande virtate De quella, che dellu celu è incoronata, Sopre de tucti li angeli exaltata: Emperciò vi voglio dicere parole de verdate. También en los textos castellanos en cuaderna vía se insistirá en la veracidad del contenido de lo narrado. Ejemplo de ello es la Vida de Santo Domingo de Silos de Gonzalo de Berceo91, cuya tercera estrofa dice: 12 Quiero que lo sepades cúya es la istoria, es de sancto Domingo el que dicen de Silos luego de la primera, metervos en carrera: toda bien verdadera, que salva la frontera. 89 Erasmo Pèrcopo, Petrus de Ebulo, I Bagni di Pozzuoli: poemetto napolitano del sec. XIV, Nápoles, F. Furchheim, 1887. 90 Esta estrofa es frecuentísima en la poesía italiana, especialmente en el siglo XIV y en las zonas Centro y Sur de Italia y en Sicilia. 91 Brian Dutton (1967, ed. cit.). 59 Este llamamiento a la verdad se extenderá a través de todos los poemas en cuaderna vía, llegando hasta peculiares textos como el Poema en Alabanza de Mahoma92: 20 Pero quiero declarar lo que está bien asentado Y se halla por verdad que estaba profetizado, Que juró nueso Señor, el alto, de la gran dia, Que si no por nueso amado, cosa criado no habría. 6. La conciencia del poeta y los tópicos de modestia Dentro de toda la retórica que aparece en los prólogos de los poemas narrativos que estamos estudiando, hay una parte importante dedicada a la igura del autor, que se disculpa a sí mismo utilizando fórmulas constantes de humildad. En los primeros versos de los poemas latinos es frecuente encontrar unas palabras de disculpa por parte de su autor, en las que se humilla ante la nobleza del contenido de lo narrad e invoca a la autoridad divina como guía de sus palabras. Ejemplos de esta postura del poeta encontramos por doquier. Resulta signiicativo, sin embargo, este poema de los Carmina Burana93, que versa íntegramente sobre la paupérrima condición del autor, que en primera persona se queja de la miseria en que vive, pues airma ser el más miserable de los poetas. Señala que no puede dedicarse a cavar ni a la guerra, puesto que es estudioso y su oicio es la poesía. Tampoco quiere ser ladrón ni mendigar pero no sabe cómo salir de su enorme miseria. 4 92 93 60 Sepe de miseria conqueror in carmine laici non capiunt ea, et nil michi tribuunt, mee paupertatis viris litteratis; que sunt vatis, quod est notum satis. Poeta pauperior nichil prorsus habeo omnibus poetis nisi quod videtis, Pascual de Gayangos, ed. cit. CB, 220. 8 unde sepe lugeo, nec me meo vitio 12 Fodere non debeo, ortus ex militibus sed quia me terruit malui Virgilium sequi 16 Mendicare pudor est, fures multa possident, quid ergo iam faciam, nec mendicus ieri quando vos ridetis; pauperem putetis. quia sum scolaris preliandi gnaris; labor militaris, quam te, Paris. mendicare nolo; sed non absque dolo. qui nec agros colo nec fur esse volo? En la misma línea se expresa el autor de Estuans intrinsecus ira vehementi94, poema que deine el ideal goliárdico por excelencia, cuyo autor arrepentido se caliica inalmente de «stultus ego», tonto que se compara con un río cuyas palabras se ven arrastradas por el agua en lugar de sostenerse sobre un sólido fundamento de piedra. 8 Cum sit enim proprium supra petram ponere stultus ego comparor sub eodem aere viro sapienti, sedem fondamenti, luvio labenti, numquam permanenti. La voz del poeta tiembla cuando ha de enfrentarse a asuntos de elevada envergadura, como es el lamento por los destrozos realizados en Tierra Santa por Saladino en 1187. Este poema, recogido en los Carmina Burana95, describe muy detalladamente las batallas que acontecieron en el lugar y se lamenta reiteradamente por lo sucedido, pidiendo a Dios perdón por los males cometidos por los hombres. Está compuesto en estrofa goliárdicas, de cuatro versos de trece sílabas monorrimos. 4 94 95 Heu, voce lebili facinus, quod accidit quando Saladino conterram, quam dignatus est cogor enarrare nuper ultra mare, cessum est vastare Christus sic amare. CB, 191. CB, vol. 1, 50. 61 Tal es la diicultad de expresar los contenidos con palabras humanas, que serían casi propias de lenguas angelicales, como puntualiza este poema de los Carmina Burana96. Si linguis angelicis non valeret exprimi per quam recte preferor tamen invidentibus 4 loquar et humanis palma, nec inanis, cunctis Christianis, emulis profanis. La humildad del poeta también queda relejada en los poemas italianos compuestos en alejandrinos desde una fecha muy temprana, como son las últimas décadas del siglo XII. En ellas se compuso el poema que en tiradas de versos largos (entre 12 y 15 sílabas), que ya hemos mencionado, sobre la pasión de Jesucristo97, cuyo autor inaliza disculpándose y pidiendo perdón a su auditorio. K'el perdono a nui e a quelui Ke de fe’ e de charità E ke vegna a penetencia E sempro a Jesù Christo E abia vita eterna ke de questo fo ator, lumeno lo cor e ensca de eror se renda servior a pres de quest lavor. A comienzos del siglo XIII, el autor de los Proverbia o Proverbii Morali atribuidos a Jacopone da Todi98, realiza una bella comparación de tipo metafórico en la que compara sus rudas y toscas palabras con el polvo del que sale una piedra preciosa o la espina que procede a la rosa, expresando así que el contenido de su narración vale mucho más que el manto externo de sus palabras. 12 96 Sappi del polver tollere dall’uomo sança gratia dal folle sapientia, Prendi exemplo da bestia, la pietra pretiosa, parola gratiosa, della spina la rosa. che à mente [inge]ngnosa. CB, vol. 2, 77. Adolf Mussafia, ob. cit. 98 Francesco A. Ugolini, Testi volgari abruzzesi del Duecento, Turín, Rosenberg & Sellier, 1959. 97 62 16 Vedemo bella imagine vasello bello e utile e di laidi vermini vetro di laida cenere facta con vile dita, tratto di vile creta trar pretiosa seta, e di rame moneta. 20 Non domandar da l’uomo di sanmuco e di ferla né non pregar la scimia né bue né asino quel che vieta la natura; non far mai paratura, di bella portatura, di bella parlatura. En la segunda mitad del siglo XIII surge con fuerza la igura de Bonvesin da la Riva, poeta lombardo que se convertirá en uno de los principales representantes de la poesía didáctica italiana, así como en el autor que más poemas compuso en tetrásticos de alejandrinos monorrimos. Las expresiones utilizadas por este poeta nos recuerdan en múltiples ocasiones a las ya conocidas de Gonzalo de Berceo. Bonvesin indica su nombre y sus intenciones quedan claramente determinadas en los textos, aunque siempre con una humildad notable. Ejemplo de ello tenemos en su Disputatio mensium o Carmina de mensibus99: 4 Modesta d’aventagio Eo Bonvesin dra Riba Com s’alomenta i misi Lo so segnor Zené, ki vor odi cantar, la voi determinar, voiand despoëstar k’en debia plu regnar. 12 De lu pur per invidia Dra söa segnoria Zascum de lu’s lomenta Eo Bonvesin dra Riva i fan lamentason, ked i lo von depon: e mostra soa cason. de zoi voi far sermon. Humildad también patente en su De die iudicii100, que inaliza con las siguientes palabras: Última estrofa: Ki quest vulgar acata, K’el prega la Regina 99 lo preg per grand amor e preg lo Salvator Gianfranco Contini (1941, ed. cit.). Gianfranco Contini (1941, ed. cit.). 100 63 396 Per mi fra Bonvesin ke componí quest’ovra ke sont molt peccaor, a lox del Crëator. En el siglo XIV volveremos a encontrar esta humildad en la larga Cronica Aquilana compuesta por Buccion di Ranallo, que pide perdón al comenzar su libro101: 4 SINGNURI, perdonateme, pregovi ad laude Dio, Sc io fallo nello scrivere de quisto libro mio Del nostro stato d' Aquila per chy male ne sequìo; Se avesse alcuno mottato, che no lli saccia rio! La humildad del poeta también aparecerá constantemente en los poemas en castellano compuestos en cuaderna vía. Valga como breve ejemplo esta estrofa del Poema en Alabanza de Mahoma102, del siglo XIV, en la que el autor coniesa su torpeza y rudeza: 16 No me siento yo complido para esto declarar; Porque soy muy torpe y rudo para haber de hablar En tan alta criatura, luna clara y de beldad, El de la gran hermosura, sol de alteza y claridad. Estas expresiones pervivirán hasta el ocaso del tetrástico, pues las encontramos en poemas muy tardíos, como el Rimado de Palacio de Pedro López de Ayala103: 12 Es alta theologia los señores maestros lo pueden declarar, yo podriá commo simple, sçïençia muy escura; de la Santa Escriptura ca lo tienen en cura; errar por aventura. Vincenzo de Bartholomaeis, Cronaca aquilana rimata di Buccio di Ranallo di Popplito di Aquila, Roma, Forzani e c., tip. del Senato, 1907. 102 Seguimos la edición de Pascual de Gayangos en George Ticknor, Historia de la literatura española, Madrid, vol. IV, 1856, pp. 327-330. 103 Pedro López de Ayala, Rimado de Palacio, ed. de Germán Orduna, Madrid, Clásicos Castalia, 1987. 101 64 7. El «mester» del autor El «mester» de clérigo como autor de poemas narrativos y goliárdicos nace como tal en la poesía mediolatina, y será especialmente en el siglo XIII cuando los poetas, conscientes de su papel y de su posición, comiencen a componer los primeros poemas en los que hablan de su oicio, vocación y autoría. Ejemplo de ello es el texto de los Carmina Burana cuyo comienzo recogemos a continuación104: 4 8 Exul ego clericus tribulor multotiens ad laborem natus pauperati datus. Litterarum studiis nisi quod inopia vellem insudare, cogit me cessare. Ille meus tenuis sepe frigus patior nimis est amictus; calore relictus. Interesse laudibus nec misse nec vespere, non possum divinis, dum cantetur inis. También propio del clérigo goliardo es la pasión por el vino y la taberna105, que se encuentra claramente plasmada en este interesantísimo poema bilingüe del siglo XIII106, que anticipa el nacimiento del alejandrino romance en las estrofas mediolatinas de este período. 104 CB, vol. 2, 129. El elogio al vino continuará siendo un tópico que encontraremos salpicado en diversos poemas latinos y romances. Un bello testimonio de esta pervivencia lo constituye la Ballata anónima de la primer amitad del siglo XIII editada por Giosué Carducci en Cantilene e Ballate, Strambotti e Madrigali nei secoli XIII e XIV, Pisa, Tipografia Nistri, 1871.que comienza de la siguiente forma: Pur bein del vin, comadre, e no lo temperare: / Chè... lo vin è forte la testa fa scaldare. / Giernosen’ le comadre trambe ad una masone / Çercôr de’l vin sottile, se l’era de sasone. 106 Veikko Väänänen, «Des fames, des déz et de la taverne. Poème Satirique du XIIIe siècle mêlant français et latin», en Neophilologische Mitteilungen, 47 (1946), pp. 104-113. 105 65 4 A la feste sui venuz singulorum singulos reprobare reprobos et edos ab ovibus 8 Ex quo mundi prius est cor[us] … reprobus ne miretur reprobus ab eo, cui pectus est et ostendam, quare mores explicare, et probos probare veni segregare. chaos dissolutum, cum scola virtutum: se non esse tutum vitiis exutum. [...] El oicio de clérigo, en el sentido en el que ha sido interpretado por la crítica cuando habla de «mester de clerecía», es el de hombre culto, y así expresado lo encontramos ya de forma lexicalizada en una de las Épîtres farcies dedicadas a San Esteban. Son éstas unos textos romances muy tempranos (inales del siglo XII y comienzos del XIII) que glosan el texto latino con estrofas romances, cuyas versiones más conocidas se encuentran en francés, provenzal y catalán. La que aquí citamos es una de las versiones francesas107, que, en la quinta estrofa de glosa, utiliza la expresión de «clergil mester» en el mismo sentido en el que un siglo más tarde lo utilizará la segunda estrofa del Libro de Alexandre108. V. Audientes (VII, 54) Mes au barun ne por(r)ent contester Ne d’eciencie ne de clergil mester Il fut bons clers, bien se sot deraisner ; Unques vers lui ne porent mot soner, Entr’os porpensen, con le porrunt danser. La poesía francesa en cuaderna vía va a hacer igualmente alusiones a la profesión de los autores. Así, en la pieza dramática Le Jeu de la Feuillée de Adam de la Halle109, encontramos algunos fragmentos en 107 Edmund Stengel, Ausgaben und Abhandlungen aus dem Gebiete der Romanische Philologie. I. La Cancün de Saint Alexis und einige kleinere altfranzösische Gedichte des 11. und 12. Jahrhunderts, Marburg, N. G. Elwert, 1882. 108 Sobre la importancia de este poema y su anticipación a la poética de la cuaderna vía castellana véase mi artículo: Elena González-Blanco, art. cit. 109 Pierre-Yves Badel, Adam de la Halle, Oeuvres Complètes, París, Libraire Générale Française, 1995. 66 tetrásticos de alejandrinos que hablan de la licenciosa vida del autor, perteneciente a la clerecía. 4 Seigneur, saves pour coi i'ai men abit cangiet r J'ai este avoec feme, or revois au clergiet ; Si avertirai chou ke j'ai piech'a songiet. Mais je voeil a vous tous avant prendre congiet. Mucho más curiosa aún es la visión que nos ofrece el poema Le chastiement des clercs110, cuyo tema es la denuncia de la violencia que cometen entre ellos los clérigos de la Universidad de París. El texto está escrito a modo de una diatriba en primera persona en la que el narrador condena la violencia de los clérigos, para lo cual utiliza la imagen de una fuente contaminada. Los comentarios aduladores del narrador hacia los laicos, así como el recordatorio de que hay que rezar para que haya paz entre los clérigos, hacen pensar que el poema iba dirigido a un auditorio no universitario, aunque tampoco esto queda claro porque líneas más adelante indica a los oyentes o lectores que no han de beber del agua de la fuente. La denuncia realizada por el poeta va más allá del ámbito satírico, puesto que el tono del texto es serio y moralizante. 4 Mon cuer triste, penssis Du clergié que je voi Plus que la laie gent Et mal desordené me semont que je die que laidement folie, sont plain de derverie, et usent d'orde vie. 8 Le lai sont gent a pais, Et li communs des clers Estre solon en els Mes ore l’a orguex, com gent bien ordenee, quiert contens et meslée, humilitez trouvee, felonie avive. Aunque menos frecuentemente, en algún caso el autor se nos presenta como un peregrino. Así sucede en Li jus du Pélérin111, juego dramático parcialmente compuesto en alejandrinos que data de inales del siglo XIII. Daron Burrows, «Le chastiement des clers: a dit concerning the Nations of the University of París, Edited from París, Bibliothèque Nationale, MS f. fr. 837», en Medium Aevum, 69.2 (2000), pp. 211-226. 111 Ernest Langlois, Le Jeu De Robin Et Marion, Suivi Du Jeu Du Pèlerin, Paris, H. Champion, 1924. 110 67 4 Or pais, or pais, segnieur, Nouveles vous dirais, Par cois trestous li pires Or vous taisiés tout coit, 8 Segnieur, pelerins sui, Par viles, par castiaus, S’aroie bien mestier Car n’ai mie par tout et a moi entendés : s’un petit atendés, de vous iert amendés. si ne reprendés. si ai alé maint pas par chités, par trespás, que je fusse a repas, mout bien trouvé mes pas. Entre los poetas italianos será Bonvesin da la Riva, en la segunda mitad del siglo XIII, el autor que con más insistencia reclame su nombre y su autoría, haciendo referencia, en varias ocasiones, a su condición social, origen geográico y papel como escritor. En su De quinquaginta curialitatibus ad mensam112, además de hablar de su ubicación geográica y de su condición de fraile, utiliza una expresiones muy similares a las de Berceo al referirse al vino, que recuredan, a su vez, a las ya mencionadas expresiones goliárdicas: 4 Fra Bonvesin dra Riva, ke sta im borgo Legnian, de le cortesie da desco quilò ve dise perman; de le cortesie cinquanta ke se dén servar al desco fra Bonvesin dra Riva ve’n parla mo’ de fresco. Última estrofa: 816 La cinquantena apresso lavar le man, po’ bever Le man pos lo convivio da grassa e da sozura si è, per la dedrera, del bon vin dra carrera. per poco pòn fì lavae; el èn po’ netezae. A la luz de todos estos testimonios, la interpretación de las primeras estrofas del Libro de Alexandre113 castellano nos resultan nuevamente más familiares, pues en ellas el autor se muestra humildemente, al servicio de su público ofreciendo sus conocimientos como algo moralmente provechoso: 112 Gianfranco Contini, Poeti del Duecento vol. I, Milán-Nápoles, Riccardo Ricciardi, 1960, pp. 35-42. 113 Juan Casas Rigall, z. cit. 68 4 Señores, si quisiéredes querríavos de grado deve, de lo que sabe, si non, podrié en culpa Mester trayo fermoso: mester es sin pecado, mio serviçio prender, servir de mio mester: omne largo seer; e en riepto caer. non es de joglaría; ca es de clerezía La voluntad autorial va a quedar especialmente patente en la poesía castellana especialmente a través de la igura de Gonzalo de Berceo, quien, con expresiones muy similares a las utilizadas por Bonvesin da la Riva, colocará una «irma» al inal de sus textos para dejar en ellos el recuerdo de su memoria. Ejemplo de ello tenemos en la última estrofa de la Vida de San Millán de la Cogolla 114: 1956 Gonzalvo fue so nomne qui izo est tractado, en Sant Millán de Suso fue de ninnez crïado; natural de Verceo ond sant Millán fue nado, Dios guarde la su alma del poder del Pecado. Amen. Y en el Poema de Santa Oria115, entre otros: 820 Gonçalo li dixieron que en su portalejo ponga en él su graçia que vea la su Gloria al versiicador, izo esta labor; Dios el Nuestro Señor, en el Regno Mayor. Amen. 8. La petición de ayuda o limosna Unido al «mester» del autor se encuentra, en algunos casos, el asunto pecuniario. El poeta solicita ayuda o limosna al público para poder salir adelante, motivo que también aparece como tópico desde el período mediolatino. Ejemplo de ello es este poema de los Carmina Burana116, compuesto de 5 estrofas de tetrásticos monorrimos de 13 sílabas, que Gonzalo de Berceo. La vida de San Millán de la Cogolla, ed. de Brian Dutton, Londres, Tamesis Books Ltd., 1967a (2ª ed. 1984). 115 Poema de Santa Oria, ed. de Isabel Uría Maqua, Madrid, Castalia, 1981. 116 CB, tomo 3, 191a. 114 69 constituye una petición de recompensa por parte del escritor a su oyente o lector. El poeta quiere algunas monedas y, si aquel no quiere dárselas, espera que le dé trabajo. 4 Cum sit fama multiplex veritati consonent colorare stultum et non decet aliquem de te divulgata, omnia prolata; est bene colorata, serere iam sata. 8 Raptus ergo specie veni non immodicum sed ut rorem gratie precepit ut Dominus, fame decurrentis, verba dare ventis; de profundo mentis, traham offerentis. 12 Vide, si complaceat in scribendis litteris et si forsan accidat vices in dictamine tibi me tenere: certus sum valere, opus imminere, potero supplere. Esta será la misma petición de limosna que encontraremos, entre otros, en el Duelo de la Virgen de Gonzalo de Berceo117, cuyo inal ofrece un testimonio similar: Última Estrofa: 1188 Sennores e amigos, mercet pido a todos de sendos Pater Nostres a mí faredes algo, quantos aquí seedes, por la ley que tenedes, que me vos ayudedes, vos nada non pedredes. 9. El destinatario de los poemas Uno de los aspectos más controvertidos y, probablemente, más interesantes que aparecen mencionados en estas primeras estrofas de los poemas es el de las referencias al tipo de público/oyente/lector al que éstos van destinados, pues ha sido y es aún objeto de elevadas contro versias. Los datos que nos ofrecen nuestros textos son, sin embargo, 117 70 Brian Dutton (1981, ed. cit.). bastante claros al respecto: los poemas van destinados a un público amplio y diverso, compuesto por todo tipo de personas pertenecientes a diversos grupos y clases sociales. Veamos algunos ejemplos: En el poema recogido en los Analecta Hymnica titulado De Sancto Martino118, del que hemos hablado anteriormente, en el verso 7 se dice explícitamente que las alabanzas y los cantos partirán tanto del clero como del pueblo llano. Clerus cum populo consonet organo, En los siglos XII-XIII la referencia al público del poema vuelve a repetirse en un texto de los Carmina Burana compuesto en estrofas goliárdicas, cuyo íncipit es Sepe de miseria119. En él, airma que a pesar de su pobreza son los hombres más cultos los que han sacado provecho de sus versos, puesto que los laicos no los llegan a comprender del todo. 4 Sepe de miseria conqueror in carmine laici non capiunt ea, et nil michi tribuunt, mee paupertatis viris litteratis; que sunt vatis, quod est notum satis. La amplitud del público al que pueden ir destinados este tipo de poemas se deja ver en el curioso y anónimo texto francés de mediados del siglo XIII De Venus la deese d’amor120. Resulta curioso, puesto que, frente al tipo de temática que solemos encontrar en estas obras, ésta releja una historia de amor con buen in121, que se ha comparado en sus AH, vol. 12, 343. Nos hemos referido a este poema al tratar la cuestión del canto y el acompañamiento musical de los textos. 119 CB, 220. 120 Wendelin Foerster, De Venus la deese d’Amor, Altfranzösisches Minnegedicht aus dem XIII Jahrhundert nach den Handschrift B. L. F. 283 der Arsenalbibliothek in París, Bonn, Max Cohen & Sohn, 1880. 121 El contenido del poema es el mismo que el de otro titulado Fablel dou dieu d’amors, publicado por Jubinal en 1834, aunque difieren su métrica y focalización, pues aquel esta escrito en decasílabos y el autor habla en primera persona. En nuestro texto el autor narra en tercera persona una historia de amor que tiene lugar en una mañana de mayo, cuando un enamorado desdichado se encuentra en una pradera, bajo una higuera, escuchando el canto de los pájaros. Al ver cómo éstos acuden a los nidos de sus hem118 71 planteamientos y estructura a los poemas medievales de debate, aunque dado el contenido más lírico, aquí sí aparecen referencias al canto y al oicio juglaresco del recitador. 4 Dames et uos puceles, Que nus n'i soit noisans, Cil autre iogleor Mais ie sui uns canteres oies et faites pais, clers, pucele ne lais. cantent et dient lais: qui la matere en lais. Conforme va transcurriendo la cronología se hace más y más patente el carácter abierto de este tipo de poemas, destinados a un público amplio, tal y como señala Jehan de Saint-Quentin122, en la primera mitad del siglo XIV en Le dit des chevaliers123: bras, el desconsolado se hace unas reflexiones sobre el amor y su pasión por Flori. En ese momento, llega la bella dama acompañada de tres doncellas, por lo que él se esconde. Tras una serie de aventuras y acontecimientos, ambos se aman, comprometen y casan, acompañados de una larga lista de episodios llenos de símbolos alegóricos y personajes accesorios de influencia significativa. El poema finaliza con el agradecimiento de los amantes a Dios y el deseo de que los otros enamorados sean tan felices como ellos. 122 Se ha discutido si Jehan de Saint-Quentin era clérigo o juglar, existiendo argumentos para defender ambas posiciones. De la primera opción es defensor Edmond Faral, que opina que en este tipo de poesía no existe rasgo alguno de juglaría. De opinión contraria es Morawski, persuadido de que el autor es un juglar, hecho que justifica argumentando que su estilo hace eco de las canciones de gesta en la utilización de alusiones bíblicas y proverbios propios del género épico. Además, añade que jamás menciona fuentes latinas ni demuestra evidencias de haber tenido una cultura clerical, sino que se refiere en algunos momentos a fuentes orales que ha oído contar. Olsen pone fin a este debate señalando que en uno de los poemas, el Dit du petit Juitel, el autor alude a sí mismo como clérigo. Sin embargo, tradicionalmente los milagros medievales se predicaban en las iglesias o en reuniones religiosas. Este no es el caso de nuestros «dits», que son destinados al gran público, como una gran parte de las vidas de santos, y recitados al aire libre después de la misa o en un día festivo. Indicios de estas situaciones dan los propios poemas en pasajes en los que el narrador invita a los paseantes a pararse y escucharle: Tuit cil soient benei de Dieu et de sa Mere / Qui se trairont en sa et orront ma matere. El narrador se refiere a su auditorio como bonnes gens, seigneurs, belle tres douce gent… que según señala Olsen se trata de una terminología utilizada frecuentemente en los fabliaux para designar a un público de villanos o burgueses a modo de adulación para caer en gracia, puesto que el recitador ha de ganarse la vida con su oficio. También en ocasiones el narrador hace una llamada de silencio, y alusiones a lo turbulento que es su público, tratando de contener su impaciencia y crear expectación. 123 Munk Olsen, ob. cit. 72 4 A toutes bones gens Oÿr de Nostre Dame Car on y puet des corps A ceulz a qui desplest ne devroit pas desplaire bon example retraire, les ames sauves faire; doit torner a contraire. O en Le dit de l’enfant rosti124, del mismo autor: 8 A tous en general Un moult tres bel example D’un bourjois qui son cuer Un molt biau il avoit veil dire et raconter vous vouldrai recorder mist tout en Dieu amer ; en point de marier. Expresión que repite en Le dit de la borjoise de Narbonne: 4 Toutes bones gens De Dieu et de sa Mere, Oster s'en puet on bien Or vous dirai bon dit, doivent oÿr le bien retraire qui tant est debonnaire : de pechier, de mal faire. qui ne me fera taire. Y aparece varias veces en Le dit du chien et du mescréant, del mismo poeta : 4 20 A toutes bones gens Qui croient Jhesucrist Doit on par bon example Les vertus que il fait qui ont entendement, et le saint sacrement, mectre, et apertement, a tous generaument […] Bone gent, je vous veil moustrer une examplaire Qui est bon’ a oïr s’il vous plaisoit a taire, Et si en porrïéz l’amor de Dieu atraire, Car il fait bon lessier le mal por le bien faire. En la misma época, encontramos el poema anónimo de elevado contenido simbólico titulado Le chant du roussigneul, cuyo autor advierte que sus destinatarios son tanto los ricos y poderosos, como todos aquellos que quieran dignarse a escucharlo. 124 Este «dit» recoge el milagro de Berceo del judezno. 73 4 Ceux qui puissans et riches Entendent es vroiz biens Quar touz biens temporelx Et ceulx qui plus les prisent a tousiours estre veulent qui ainsi croiste seulent se reboinent et meulent plus en la in sen deulent Las menciones a la variedad de público se extenderán hasta los poemas compuestos a comienzos del siglo XV. Como ejemplo de ello tenemos la Vie de Saint Yves de Jehan Leroy125, poema del cual tan solo se conserva un fragmento, pero cuyo autor airma que va destinado a jóvenes y viejos. 4 A la digne loënge Et de sa douce mere, Vueil recorder a touz Je croi qui pleront bien du pare glorïeux la roÿne des cieux, biaus moz et gracïeux. a jeunes et a viex. Esta amplitud de destinatarios puede igualmente verse en textos italianos en alejandrinos compuestos en una fecha temprana. Al inal del poema sobre la pasión de Jesucristo compuesto a inales del siglo XII126 que antes mencionábamos, el poeta señala que su obra va destinada a lectores y oyentes grandes y menores: E prego ke quigi E quigi che l’oirà, ke prego Santa Maria Li santi con le sante, ke de serà lector li grandi e li menor, mare del criator martiri, confesor, Esta noción de público amplio y variopinto se ve relejada también en los poemas castellanos en cuaderna vía. Testimonio de ello encontramos en el Martirio de San Lorenzo127, cuya primera estrofa indica que el poema está destinado a «toda la gent»: 4 125 En el nomne precioso qe faze sol e luna quiero fer la passión en romanz qe la pueda Wolfram Kleist, ob. cit. Adolf Mussafia, ob. cit. 127 Brian Dutton (1981, ed. cit.). 126 74 del Rey omnipotent nacer en orïent, de sennor Sant Laurent saber toda la gent. En el siglo XIV continuarán apareciendo este tipo de expresiones, como sucede en los Proverbios de Salamón128, cuya última estrofa reza: Lo que yo a uno digo, a todos lo pedrico; Dios sabe la facienda del grande e del chico: El que bien lo serviere, por siempre sera rico, Darle ha mui grand folganza por pequeño zatico. 10. La importancia de las fuentes El último de los tópicos que resultarán de especial importancia a la hora de analizar los prólogos de los poemas narrativos en alejandrinos será el de la referencia a sus fuentes. En muchos casos los autores se inspiran en una fuente, generalmente latina, que les sirve de modelo y citan, asegurando que la han seguido con irmeza, que se han ocupado de traducirla, dada la importancia de que su contenido se transmita entre los ieles. Así aparece formulado en la primera estrofa del Purgatoire de Saint Patrice de Béroul129, cuyo poeta asegura que ha encontrado un libro y que lo vierte al romance sin faltar en ningún momento a la verdadera historia. 4 En l’onor Damidieu Vuel retrayre en romanz Ço que hay trové ou livre No i ha rien ajosté fors et a la soe gloyre por tenir en memoyre escrit d’espurgatoyre; la veraye hystoyre. Lo mismo airma este Ars d’amours de Guiart130 de comienzos del siglo XIV, señalando la importancia de verter a la lengua romance un tipo de tratado que era más propio de la poesía latina, y así lo resalta, insistiendo además en la utilidad de lo que va a narrar. Charles Emil Kany, «Proverbios de Salamón. An unedited Old Spanish Poem», en Homenaje a Menéndez Pidal, Miscelánea de estudios lingüísticos, literarios e históricos, Madrid, 1925, vol. I, pp. 269-285. 129 Le Purgatoire de Saint Patrice par Berol, ed. de Marianne Mörner, Lund, Imprimerie Hakan Ohlsson, 1917. 130 Julius Brakelmann, «L’art d’amors und li remedes d’amors», en Jahrbuch für Romanische und Englische Literatur, 9 (1868), pp. 422-425. 128 75 4 Qui voudroit l'art d'amors Si q'on ne l'en peust Premier doit a cers vers Que il sache raison, 8 Guiart qui l'art d'amors En son prologue vost La premiere coment Por requerre s’amie Et savoir et aprendre, Ne blasmer ne reprendre, Si bonement entendre, Se on li demande, rendre. Vost en Romanz traitier, III. (I. III.) choses touchier : On se doit aftaitier, Et savoir acointier Interesantísimo resulta igualmente el testimonio de la Vie de Saint Basille131, cuyo autor airma que utilizó una fuente latina, seguramente en prosa, que traducía afanosamente todas las noches. Sus palabras parecen recordar un sermón de Fulberto de Chartres para la Natividad de la Virgen María, que trata también del milagro de san Basilio, que pidió a la Virgen que resucitara a san Mercurio132. En el comienzo del poema se repiten muchos de los tópicos que venimos citando: la llamada al público a escuchar, la invocación divina, la veracidad e importancia de la historia que va a narrarse, y el tipo de público, clérigos y laicos, a los que va destinada la recitación, a la que además hace mención explícita con el término «rechitee». 8 12 L'istore, dont je voel or comencier mes dis, Conmenche approbate consuetudinis. Et qui ne m'en voet croire, voit lire les escris, Il trouvera pour voir tout ce que je vous dis. L'istore don bien yestre devant clers rechitee Et devant laie gent ne doit yestre celee, Car elle est de latin en françois translatee Sans mettre et sans oster fors tant qu'elle est rimee. Jou ay au translater Et, pour le mieus rimer, mise grant estudie villiet mainte nuitie Alexander Denomy, «Vie De Saint Basille», en Medieval Studies, 18 (1956), pp. 105-24. 132 El motivo fue muy conocido en toda la época y dejó múltiples testigos literarios. Existen varias versiones latinas, una de ellas atribuida falsamente a san Amphilochio, obispo de Icona y traducida al latín por Urso el Diácono (siglo IX). La versión se recoge en las Vitae Patrum. 131 76 16 Que de toutes gens fuist Je voel or comnenchier. plus volentiers oïe. Dieus m'en soit en aïe! En la primera mitad del siglo XIV este tipo de referencias a la fuente escrita aumentará. Tal es el caso de los «dits» de Jehan de Saint-Quentin, conjunto de 24 poemas en tetrásticos de alejandrinos monorrimos, cuya temática de tipo ejemplarizante se encuentra dentro de una larga tradición recogida en ejemplarios, colecciones de milagros y fuentes latinas, cuyos ecos se perciben en Berceo, Alfonso X, u obras como la Vie des Pères. Por citar un breve ejemplo, transcribiremos aquí la primera estrofa de Le dit des trois chanoines133, cuyo tono y expresión puede extenderse al resto de los poemas de este conjunto: 4 L'escripture tesmoingne Que chascuns et chascune Doit en sa plaine vie faire Par quoi il puist aler et nous fait asavoir qui a sens et savoir si son devoir, en paradis sëoir ; Ya en la segunda mitad del siglo XIV disminuyen los poemas franceses en alejandrinos dedicads a la temática hagiográica. No obstante, sus autores siguen reivindicando las fuentes de las que los textos derivan, como es el caso de la Vie de Saint Eustache134: 12 Trez douce gent, l’en treuve en sa legende escript Que, sans autre meen, le trez dous Jhesucrist La foy que nous tenont a saint Euustace aprit. Quant il out si bon mestre, saige fu quant la tint. Las fuentes son también un elemento esencial de los poemas italianos compuestos en tetrásticos monorrimos de versos alejandrinos. Así, en la primera mitad del siglo XIII, Girardo Patecchio da Cremona, en su Splanamento de li Proverbi de Salamone135 airma que el tema del Birger Munk Olsen, ob. cit. Holger Petersen, «Deux versions de la Vie de Saint Eustache en vers français du Moyen Âge», en Mémoires de la Societé néophilologique de Helsingfors, 7 (1924), pp. 136-168. 135 Francesco A. Ugolini, «Lo ‘Splanamento de li proverbij de Salammone’ de Girardo Patecchio», en Testi Antichi Italiani, Turín, Edizioni Chiantore, 1942, pp. 69-88. 133 134 77 que él habla está escrito pero que él se ha ocupado de verterlo al vulgar para que sea de mayor utilidad. 8 Si con se trova scrito Girard Pateg l’esplana De quil qe parla tropo, Con irosi e soperbii en proverbi per letre, e’n volgar lo vol metre, com se’n debia mendar, se possa omiliar, Bonvesin da la Riva también hará referencia a sus fuentes en obras como la Vita Beati Alexii136, en la que indica que ha compuesto un texto en lengua vulgar derivado de un conocido tema latino. 534 Chi leze in questo vulgá, lo prego per grande amó ch’el prenda bono exemplo da quelo santo confesó. Et anche si faza prego al nostro Salvadó ch’ e’ ne dia paradiso, han siamo peccadó. Lo mismo sucederá, y aún de forma más notable, en su traducción de los Disticha Catonis137, que el poeta lombardo titulará Expositiones Catonis138: 4 Eo Bonvesin dra Riva Li amaistrament de Cato, A utilità de multi, Tut zo ke sia fadhiga, qui voi vulgarezar, ki i vol odir cuintar; k'i’spossa acostumar, voifar questo ditar. Expresiones análogas encontraremos en la traducción campana del mismo texto latino realizada por Catenaccio de Anagni139, en tetrásticos de alejandrinos rematados por pareados endecasilábicos: De fare una operecta perché la ruça gente 136 venuto m’è i(n) talentu n’agia dotrinami(n)tu; Bonvesin da la Riva, La vita di Sant'Alessio: edizione secondo il codice Trivulziano 93, ed. de Raymund Wilhelm Tübingen, Max Niemeyer Verlag, 2006. 137 Expresiones similares encontraremos también en la versión castellana en cuaderna vía del poema latino: los Castigos y exemplos de Catón. 138 Carlo Beretta, Expositiones Catonis: saggio di ricostruzione critica, Pisa, Scuola normale superiore, 2000. 139 Paola Paradisi, I Disticha Catonis di Catenaccio da Anagni: Testo in volgare laziale (secc. XIII ex. - XIV in.), Utrecht, LOT, 2005. 78 3 6 io no(n) faccio premio allu come<n>çami(n)tu cha de dire parole i(n)vanu me no(n) è i(n) placemi(n)tu. Lu Catu che de gra(n)ne drotrina è plinu translataragio i(n) vulgare latinu. Última estrofa : Epilógo I Voy che cheste sentencie legete (et) ascoltate, le quaele eo Catenazco aio i(n) vulgar(e) to(r)nate saczti che eo z’ò iu(n)cte parole, tolte e ca(m)biate, azcò ch’elle ne fossero plu certe declarate. Eo z’aio iu(n)cto e facto de mia tina perché fosse pur clara la dottrina. Las referencias a las fuentes son también una constante en los textos castellanos escritos en cuaderna vía, especialmente en aquellos poemas que derivan de fuente conocida, en la mayor parte de los casos, latina. Este fenómeno resulta especialmente notable en las obras de Gonzalo de Berceo, autor muy consciente de su labor transmisora en lengua vulgar, que cita con frecuencia las fuentes en que se ha basado. Ejemplo de ello tenemos en sus Signos del Juicio Final140, donde cita a su fuente, que no es otro que San Jerónimo: 4 Sennores, si quisiéssedes querríavos contar un sermón que fue preso que izo sant Jerónimo, attender un poquiello, un poco de ratiello de un sancto libriello, un precioso cabdiello. O en el Poema de Santa Oria141: 8 140 141 Quiero en mi vegez, de esta sancta virgen que Dios por el su ruego e non quiera vengança maguer so ya cansado, romançar su dictado; sea de mi pagado tomar del mi pecado. Brian Dutton (1975, ed. cit.). Isabel Uría, ed. cit. 79 En el siglo XIV encontraremos igualmente obras vernáculas en cuaderna traducidas de fuentes latinas, como el Libro de Miseria de Omne142, poema anónimo que no es sino el romanceamiento del De Contemptu Mundi de Inocencio III, como el propio autor reconoce, y lo vierte al romance para que no sucumba en el olvido: 12 Libro fe miseria d’omne sepades que es llamado; compuso esas razones en buen latin esmerado; non lo entiende tod’ omne, sinon el que es letrado, porque yace oy de muchos postpuesto e olvidado. 11. Conclusiones Los ejemplos que acabamos de recoger constituyen breves muestras de toda una poética y una mentalidad común que caracteriza y deine los principales rasgos de la poesía narrativa del medievo. Como hemos podido comprobar, la mayor parte de estas formulaciones arrancan ya de la poesía latina, algunas de época carolingia, y otras del período de pleno lorecimiento del tetrástico monorrimo de versos largos, cuyo epicentro situamos en los siglos XII y XIII. Se trata de un tipo de poesía completamente diferente de la lírica, hecho en el que se insiste con ahínco mediante la utilización de un conjunto de términos que caracterizarán este tipo de poemas largos de doble hemistiquio, caliicados por sus propios autores como «raxon», «ditado», «sermón» o «estoria», frente a las características líricas o épicas «de joglaría», «fabliellas» o «canciones». Es necesario hacer notar, sin embargo, la evolución de este último término a lo largo de la cronología, pues es un hecho importante el observar que los poemas latinos que hemos utilizado como ejemplo (especialmente los más tempranos), se cantaban, porque en ellos encontramos continuas referencias al hecho de cantar, a la música y a la melodía; referencias que desaparecen drásticamente al entrar en la poesía romance, a excepción de dos o tres ejemplos que hemos recogido en el área italiana, que podrían indicar algún tipo de acompañamiento musical, del que sin embargo no contamos con noticia alguna. 142 80 Gregorio Rodríguez Rivas, ob. cit. El «modus dicendi» o «modus scribendi» de la estrofa ha sido otro de los aspectos que han centrado nuestro trabajo, pues hemos leído a fondo las discusiones entre los investigadores acerca de la naturaleza oral o escrita de la cuaderna vía castellana, que comienzan con la publicación de Poesía juglaresca y juglares de Menéndez Pidal143, y parecen quedar zanjadas en el conocido artículo de Gerald GybbonMonipenny144, que deiende el contexto escrito como marco en que se desenvuelve el mester de clerecía, postura que es secundada por varios investigadores posteriores. Sin embargo, si ampliamos las fronteras más allá de los textos castellanos, tal y como hemos hecho; a la luz de los testimonios latinos y romances analizados podemos observar que, aunque muchos de los textos se pongan por escrito o deriven, a su vez, de fuentes eruditas, la naturaleza de los mismos es principalmente oral y van dirigidos a un público llano que escucha la recitación de los poemas en el sentido que deiende Fernando Gómez Redondo145 cuando estudia el signiicado de las expresiones de «fablar curso rimado» y «versiicar» como artes retóricas de tipo recitatorio. Otra de las cuestiones de debate por la que han corrido ríos de tinta en los análisis de los poemas castellanos en cuaderna vía ha sido la naturaleza del público a quien iban destinados los poemas. Muchos autores han tendido a considerar que, dado el carácter culto de los poemas en tetrásticos de alejandrinos (derivado de consabida oposición entre clerecía y juglaría), el público había de ser presumiblemente letrado, reducido, y posiblemente de cierto nivel cultural (conocedor de la lectura). Frente a las posturas más radicales (como las de Georges Cirot146 o Julio Saavedra Molina147), otros optaron por defender posturas mediatizadas desde la estética de la recepción. Ramón Menéndez Pidal, Poesía juglaresca y juglares: aspectos de la historia literaria cultural de España, Madrid, Tip. de la Rev. de archivos, 1924 [9ª edición ampliada, Madrid, Espasa-Calpe, 1991]. 144 Gerald Gybbon-Monipenny, «The Spanish mester de clerecía and its intended public: concerning the validity as evidence of pasajes of direct addres to the audience», en Medieval Miscellany presented to Eugene Vinaver, Manchester, 1965, pp. 230-244. 145 Fernando Gómez Redondo, art. cit. 146 Georges Cirot, «Sur le mester de clerecía», en Bulletin Hispanique, 44 (1942), pp. 5-16. 147 Julio Saavedra Molina, «El verso de clerecía. Sus irregularidades y las doctrinas de D. Federico Hanssen», en Boletín de Filología (Chile), 6 (1950-1951), pp. 253-346. 143 81 Es el caso de Jesús Cañas Murillo148, que apuesta por una solución en la que comulguen las tradiciones cultas y populares en función del contenido individual de cada uno de los poemas. Así, airma: Cada Libro tiene su propia solución. Tal vez ambas hipótesis puedan compatibilizarse. La composición de los textos debió de realizarse pensando primeramente en un lector individual solitario, pero ello no es óbice para que, dadas las diicultades de transmisión propias del medievo, los «poemas» pudieran darse a conocer también a través, no sólo de manuscritos, sino de juglares que oralmente los recitarían, fragmentados o completos, por los pueblos. Así se explicaría la fusión de referencias al propio escrito con clichés y usos propios del estilo oral formulario de los juglares. A la luz de los testimonios analizados creemos, sin embargo, que el carácter abierto del público en todo este conjunto de obras queda totalmente patente. La frecuencia de expresiones en las que se indica que los destinatarios abarcan todo tipo de clase social, rango, sexo, formación o cultura hacen pensar que, efectivamente, nos encontramos ante un grupo de poemas que se recitaban en la calle ante el pueblo llano, con el único objetivo de adoctrinar al oyente, al que los recitadores, a su vez, deleitaban con un conjunto de historias caracterizadas por su veracidad, su respeto a las fuentes (principalmente de contenido religioso), y su brevedad y concisión en lo narrado, para que cada uno de los «oidores» extrajera su propia moraleja y ésta le sirviera para la salvación de su alma. Ante esta situación, el poeta se muestra como un humilde siervo de Dios, al que invoca y pide ayuda, y, a su vez, ofrece su «mester» u oicio de versiicador, oicio que arranca ya de la igura de los «clerici vagantes» latinos, y no tiene mayores pretensiones que el de alabar humildemente a la divinidad y ofrecer algo que pueda resultar útil a la gente. Este es, y no otro, el espíritu del tetrástico monorrimo de versos alejandrinos, de la cuaderna vía castellana y de toda una poesía narrativa que hunde sus raíces en la temprana época carolingia latina, para solidiicarse y llegar a su mayor expresión en la poesía mediolatina de los siglos XII y XIII y extenderse a las lenguas romances durante las Jesús Cañas Murillo, «El mester de clerecía y la literatura didáctica», en Historia de la Literatura Española, Madrid, Cátedra, Vol. I, 1990, pp. 141-162, cita en p. 153. 148 82 dos centurias posteriores. No podemos, por tanto, analizar el conjunto de un modo parcial, o desde la perspectiva que tradicionalmente se ha estudiado la cuaderna vía, sin rebasar los límites de las barreras castellanas. No, se trata de un fenómeno mucho más amplio que releja un universo común en el Medievo romance y en el que no han de colocar barreras para poder entender la verdadera esencia poética del tetrástico monorrimo de versos alejandrinos y de la poesía narrativa medieval latino-romance. González-Blanco García, Elena, “El exordio de los poemas romances de cuaderna vía. Nuevas claves para contextualizar la segunda estrofa del Alexandre”, en Revista de poética medieval, 22 (2009), pp. Resumen: Los principios poéticos que rigen la estrofa de la cuaderna vía o tetrástico monorrimo de versos alejandrinos se han buscado tradicionalmente en los propios textos castellanos (como la segunda estrofa del Libro de Alexandre), a partir de los cuales se ha extraido toda la poética caracterizadora del llamado «mester de clerecía». Pocos han sido, sin embargo, los que se han adentrado a dar un paso más para comparar los poemas castellanos en cuaderna vía con sus homólogos romances o con sus predecesores latinos. En este trabajo nos ocuparemos de realizar un estudio contrastivo entre los exordios en tetrásticos monorrimos de alejandrinos de los poemas castellanos, franceses, italianos y latinos, para enriquecer las perspectivas poéticas que deinen nuestro mester y poder así contextualizar, delimitar y caracterizar los rasgos de una poesía narrativa de carácter panrománico, cuyas bases poéticas quedan sentadas ya en las estrofas mediolatinas, y en la que nuestros poemas castellanos se encuentran ubicados en un marco romance regido por principios poéticos comunes. AbstRAct: The poetic principles which rule the «cuaderna via» stanza or tetrastich of monorhymed alexandrines have been searched in Castilian texts (such as the second stanza of the Libro de Alexandre). The poetics of the so-called «mester de clerecía» has been extracted from those texts. There are few researchers, however, who have tried to step further to compare the Castilian poems written in «cuaderna vía» to their Romance counterparts or to their Latin predecessors. 83 This work will develop a contrastive study among the beginnings of the poems written in tetrastichs of monorhymed alexandrines in Castilian, French, Italian and Latin poems. This comparison will enrich the poetic perspectives which deine our «mester» and will be able to contextualize, delimítate and characterize the characteristics of a narrative panromanic poetry, whose poetic basis are already settled in Middle-Latin stanzas. Our Castilian poems are part of that panromanic panorama, which is ruled by the same poetic principles. PAlAbRAs clAve: Cuaderna vía. Mester de clerecía. Retórica. Panromanismo. Poesía medieval. KeywoRds: Cuaderna vía. Mester de clerecía. Rhetorics. Panromanism. Medieval poetry. 84