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ESPACIO, TIEMPO Y FORMA 29 AÑO 2016 ISSN 0214-9745 E-ISSN 2340-1362 SERIE III HISTORIA MEDIEVAL REVISTA DE LA FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA ESPACIO, TIEMPO Y FORMA 29 AÑO 2016 ISSN 0214-9745 E-ISSN 2340-1362 SERIE III HISTORIA MEDIEVAL REVISTA DE LA FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA http://dx.doi.org/10.5944/etiii.29.2016 UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA La revista Espacio, Tiempo y Forma (siglas recomendadas: ETF), de la Facultad de Geografía e Historia de la UNED, que inició su publicación el año 1988, está organizada de la siguiente forma: SERIE I SERIE II SERIE III SERIE IV SERIE V SERIE VI SERIE VII — Prehistoria y Arqueología — Historia Antigua — Historia Medieval — Historia Moderna — Historia Contemporánea — Geografía — Historia del Arte Excepcionalmente, algunos volúmenes del año 1988 atienden a la siguiente numeración: N.º 1 N.º 2 N.º 3 N.º 4 — Historia Contemporánea — Historia del Arte — Geografía — Historia Moderna ETF no se solidariza necesariamente con las opiniones expresadas por los autores. UNIVERSIDaD NacIoNal DE EDUcacIóN a DISTaNcIa Madrid, 2016 SERIE III - HISToRIa mEDIEVal N.º 29, 2016 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 DEpóSITo lEgal M-21037-1988 URl: ETF III · HISToRIa mEDIEVal · http://revistas.uned.es/index.php/ETFIII DISEño y compoSIcIóN Carmen Chincoa Gallardo · http://www.laurisilva.net/cch Impreso en España · Printed in Spain Esta obra está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional. ARTÍCULOS ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 15 LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIIIXVI). ANÁLISIS DE SU SECUENCIA HISTÓRICA Y CONSTRUCTIVA THE MEDIEVAL FORTIFICATION IN THE CAMPO DE MONTIEL (EIGHTH TO SIXTEENTH CENTURIES). AN ANALYSIS OF ITS HISTORICAL AND CONSTRUCTIVE SEQUENCE David Gallego Valle1 Recepción: 2015/12/10 · Comunicación de observaciones de evaluadores: 2016/1/20 · Aceptación: 2016/3/2 dOI: http://dx.doi.org/10.5944/etiii.29.2016.15732 Resumen2 El Campo de Montiel (Ciudad Real) es un espacio histórico situado en una zona limítrofe entre tierras manchegas y la Alta Andalucía. En este territorio existe una considerable densidad de fortiicaciones de época medieval, en las que hasta la fecha no se había realizado un estudio de conjunto que permitiera identiicar su secuencia evolutiva. Nuestra investigación se basa en el estudio estratigráico de los paramentos de estos ediicios, combinándolo con otros métodos arqueológicos como la prospección a diversa escala y el apoyo de las fuentes documentales para los periodos en que es posible. En este trabajo presentamos los primeros resultados de nuestra investigación que nos han permitido documentar las distintas fases de los recintos militares, lo que nos ayuda a identiicar sus funciones en cada momento, permitiéndonos reconstruir la dinámica histórica de este espacio 1. Fundación Castillo de La Estrella de Montiel y Universidad de Castilla-La Mancha (LAPTE). C.e.: [email protected] 2. Este artículo recoge las principales aportaciones del Trabajo Fin de Máster realizado en la UNED en el curso 2013-2014, dirigido por el profesor José Manuel Rodríguez García, con la denominación Las Fortificaciones del Campo de Montiel en la Edad Media; secuencia histórica y constructiva (ss. VIII-XVI). Para la realización de esta investigación fue aprobado por la Dirección General de Cultura de Castilla-La Mancha el denominado «Proyecto para el estudio de las técnicas constructivas en el Campo de Montiel», que incluía la investigación de todos los recintos castrales de la comarca y sus ámbitos de inluencia. ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 337 DAVID GALLEGO VALLE y su relación con los territorios adyacentes, encajándolo dentro de los grandes procesos históricos de la Edad Media. Palabras clave Campo de Montiel; Edad Media; Arqueología de la Arquitectura; fortiicación islámica; recintos militares de la Orden de Santiago; estudio estratigráico de paramentos; técnicas constructivas. Abstract The Campo de Montiel (Ciudad Real) is a historical territory located in a border region between La Mancha and the northern part of Andalusia. In this area there is a considerable number of medieval fortiications which to date have not been studied as a whole in order to identify their evolutionary sequence. Our research is based on a stratigraphic study of the walls of these buildings, combined with other archaeological methods such as prospection at diferent scales and the support of documentary sources for certain periods when possible. In this article, we present the irst results of our research that have allowed us to document the diferent phases of construction of the military buildings. This has helped us identify the purpose of these buildings at each moment, allowing us to reconstruct the historical dynamics of this area and its relationship to adjacent territories, linking them with the main historical currents of the Middle Ages. Keywords Campo de Montiel; Middle Ages; Archaeology of Architecture; Islamic Fortiication; Military Structures of the Order of Santiago; Stratigraphic Study of Walls; Building techniques. 338 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) 1. INTRODUCCIÓN La comarca del Campo de Montiel se localiza al sudeste de la provincia de Ciudad Real, en una zona limítrofe entre la provincia de Albacete y la de Jaén (Fig. 1), lo que ha marcado tradicionalmente su devenir histórico. Se trata de un espacio que desde el punto de vista físico posee unas características peculiares al situarse en la vertiente norte de Sierra Morena y la Sierra de Alcaraz, a una altura media de 850 m.s.n.m. Estamos ante un altiplano salpicado por pequeñas sierras que se extienden de este a oeste, destacando la Sierra de Alhambra o la de Cabeza del Buey, entre las que se encuentran numerosos cerros testigos que fueron aprovechados para la construcción de fortiicaciones en la Edad Media. Por el contrario, en su extremo occidental y septentrional, hacia el Campo de Calatrava y el de San Juan respectivamente, el paisaje se abre ya hacia la llanura manchega. Desde el punto de vista hidrográico esta zona presenta recursos más abundantes que otras comarcas del entorno, como es el caso de las Lagunas de Ruidera y numerosas fuentes donde rebosan los acuíferos, contando con varios ríos que basculan hacia la cuenca del Guadiana como el Jabalón o el Azuer, así como a la del Guadalquivir con los cauces del Guadalmena, Guadalén y Villanueva. El espacio histórico del Campo de Montiel contó en la Edad Media3 con un conjunto de recintos militares de mayor densidad que otras áreas cercanas como La Mancha, tanto durante el periodo islámico como en el cristiano, documentándose más de una treintena de recintos militares de distinta tipología en un espacio histórico de unos 4000 km² a lo largo de la Edad Media. Durante el periodo de ocupación islámica, el silencio de las fuentes escritas no nos ha permitido deinir claramente la iliación de nuestro territorio en las demarcaciones administrativas conocidas. A nivel general, tras la creación de las coras con el estado Omeya, este espacio debió estar situado en un zona de difícil encuadre en el borde meridional de la Marca Media, entre los difusos límites de los distritos de Toledo, Calatrava y Jaén. No obstante, en el marco de nuestra investigación4 con los datos arqueológicos que poseemos y el estudio de la caminería, debemos asociarlo más a la cora de Jaén, como ya apuntaron también estudios 3. Los primeros estudios generales sobre la fortiicación medieval en el Campo de Montiel los realizamos en MOlERO GARCíA, Jesús y GAllEgO VAllE, David, «El primer encastillamiento cristiano en el Campo de Montiel (1213 c.-1250)», en PRETEl MARíN, Aurelio (coord.), Alcaraz del Islam al concejo cristiano. Alcaraz. Instituto de Estudios Albacetenses, 2013, pp. 111-142; y en GAllEgO VAllE, David, «Un espacio fortiicado: el Campo de Montiel en tiempo de Las Navas», en ESTEPA DIEz, Carlos, y CARMONA RUIz, Antonia (coords.), La Península Ibérica en tiempos de Las Navas de Tolosa. Madrid. Monografías de la Sociedad Española de Estudios Medievales, 5, 2014, pp. 155-168. 4. No podemos aportar en este texto todos los datos que estamos obteniendo para el estudio del Campo de Montiel en época islámica por las limitaciones obvias de espacio, por lo que remitimos a un reciente estudio de nuestro equipo: GAllEgO VAllE, David, «Del emirato a la conquista cristiana: propuesta de reconstrucción del paisaje histórico del Campo de Montiel (ss. IX-XIII)», en MOYA-MAlENO, Pedro y GAllEgO VAllE, David (coords.), Campo de Montiel 1213. Entre el Islam y el Cristianismo. Almedina. Centro de Estudios del Campo de Montiel, 2015, pp. 9-53. ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 339 DAVID GALLEGO VALLE FIg.1. lOCAlIzACIóN dEl CAMPO dE MONTIEl clásicos como los de Vallve5 y Aguirre6 y los recogidos por publicaciones recientes para el estudio de dicha circunscripción7. A partir de la caída del Califato y el surgimiento de las primeras taifas nos encontramos ante un problema similar, ya que esta área estuvo a caballo entre los reinos de Granada, Jaén y Toledo. Será a partir de las invasiones norteafricanas cuando encontremos una deinición más clara, ya que el Campo de Montiel se estructuró como un balad8 con el castillo de Montiel (Munt Gil) como referente hasta su conquista entre 1213 y 1227, entrando en la órbita del rey de Baeza tras el debilitamiento del Imperio Almohade. 5. VAllvé BERMEjO, Joaquín, La división territorial de la España musulmana. Madrid. CSIC, 1986, p. 274. 6. AgUIRRE SábAdA, Francisco Javier, «El Jaén islámico», en V.V.A.A., Historia de Jaén. Jaén. Diputación Provincial, 1982, pp. 176-177. 7. CASTIllO ARMENTEROS, Juan Carlos y PéREz AlvARAdO, Sonia, «Las ciudades islámicas de la Cora de Yayyan (Jaén)», en Al-Ándalus país de ciudades. Actas del Congreso celebrado en Oropesa (Toledo), del 12 al 14 de mayo de 2005. Toledo. Diputación Provincial, 2008, pp. 197-244. 8. YAqUT Al-HAMAwI, Mu´jan al-Buldan. Traducción española parcial de Gamal Abd Al-Karim, «La España musulmana en la obra de Yaqut (siglos XII-XIII)», en Cuadernos de Historia del Islam, 6 (1974), pp. 14-354 340 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) La orden de Santiago será la encargada de llevar a cabo la reorganización de todo este territorio de una forma lenta a lo largo del siglo XIII, acomodando los antiguos centros de poder islámico como cabezas de las nuevas encomiendas (Montiel, Eznavexor-Santiago y Alhambra). Muy pronto se pondrán las bases de la delimitación de este espacio9 mediante varios acuerdos entre la orden de Santiago y la de San Juan en 123710, Calatrava en 123911 y el concejo de Alcaraz en 124312, aunque en este último caso la fricción por la jurisdicción de lugares y derechos será constante en los siglos medievales. La milicia de Santiago controlará un vasto territorio que ocupó tanto el actual Campo de Montiel, en la provincia de Ciudad Real, como otras zonas de Albacete y varios lugares como Beas y Chiclana ya en Jaén, creando un corredor de norte a sur que les permitió unir sus posesiones desde la Ribera del Tajo y Uclés hasta la Sierra de Segura y el reino de Murcia. Pocos son los estudios que utilizando fuentes arqueológicas, han intentado reconstruir el periodo medieval del Campo de Montiel. A partir de las fuentes escritas tenemos trabajos centrados en este área como los de Corchado13, Madrid y Medina14, Matellanes15 y Molina16 así como otros en que se incluye este espacio en obras más generales como los de Lomax17, Rivera18, Ayala19, Porras20, Ruiz21 o 9. Para la delimitación del Campo de Montiel histórico contamos con la deinición ya clásica que realiza CORChAdO SORIANO, Manuel, Avance de un estudio geográfico-histórico del Campo de Montiel. Ciudad Real. Instituto de Estudios Manchegos, 1971. No obstante, existen estudios más recientes para la delimitación del Campo de Montiel desde el punto de vista de la geografía, como los de SERRANO de la CRUz SANTOS-OlMO, Manuel, «La delimitación del Campo de Montiel: principales enfoques y problemáticas», en Revista de Estudios del Campo de Montiel, 3 (2013), pp. 51-84. No obstante, creemos más acertada la delimitación del espacio histórico del Campo de Montiel que realiza Matellanes, basado tanto en las fuentes islámicas como en los deslindes de la orden de Santiago del segundo cuarto del siglo XIII. Estas aportaciones en MATEllANES MERCháN, José Vicente, «La colonización santiaguista del Campo de Montiel», en IzqUIERdO BENITO, Ricardo y RUIz GóMEz, Francisco (coords.), Alarcos 1195. Actas del congreso internacional conmemorativo del VIII centenario de la batalla de Alarcos. Cuenca. Universidad de Castilla-La Mancha, Servicio de Publicaciones, 1996, pp. 389-414. 10. Doc. de 1237, edit. LOMAx, Derek, «El Arzobispo Don Rodrigo Jiménez de Rada y la Orden de Santiago», en Hispania, LXXIV (1959), doc. 24, pp. 257-262. Aunque el deslinde está bien documentado y estudiado, ver MATEllANES MERCháN, José Vicente, «La colonización...», pp. 389-414. 11. Doc. de 1239, edit. RIvERA GARRETAS, Milagros, La Encomienda, el Priorato y la villa de Uclés en la Edad Media. Formación de un señorío de la Orden de Santiago (1174-1310). Madrid-Barcelona. CSIC, 1985, doc. 172, pp. 375-377. 12. Doc. de 1243, edit. GONzálEz GONzálEz, Julio, Reinado y diplomas de Fernando III. Córdoba. Monte de Piedad, 1986, 3 vols., vol. III, doc. 705, pp. 254-257. 13. CORChAdO SORIANO, Manuel, Avance de... 14. MAdRId y MEdINA, Ángela, «Un señorío de la Orden de Santiago en la Edad Media: El Campo de Montiel», en Cuadernos de Estudios Manchegos, 28 (2004), pp. 145-176 15. MATEllANES MERCháN, José Vicente, «La colonización...», pp. 389-414. 16. MOlINA ChAMIzO, Pilar, De la fortaleza al templo. Arquitectura religiosa de la orden de Santiago en la provincia de Ciudad Real, siglos XV-XVIII. Ciudad Real. Diputación Provincial, 2006. 17. LOMAx, Derek, La Orden de Santiago (1170-1275). Madrid. CSIC, 1965. 18. RIvERA GARRETAS, Milagros, La Encomienda... 19. AYAlA MARTíNEz, Carlos, «Las Órdenes Militares y la ocupación del territorio manchego (siglos XII-XIII)», en IzqUIERdO BENITO, Ricardo y RUIz GóMEz, Francisco (coords.), Alarcos 1195. Actas del congreso internacional conmemorativo del VIII centenario de la batalla de Alarcos. Cuenca. Universidad de Castilla-La Mancha, Servicio de Publicaciones, 1996, pp. 49-104. 20. PORRAS ARbOlEdAS, Pedro Andrés, La Orden de Santiago en el siglo XV. Madrid. S.L.- Dykinson, 1997. 21. RUIz GóMEz, Francisco, Los orígenes de las Órdenes Militares y la repoblación de los territorios de La Mancha (1150-1250). Madrid. CSIC, 2003. ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 341 DAVID GALLEGO VALLE el más reciente de Palacios22. Desde el punto de vista de la arqueología debemos destacar las monografías que realizó el profesor Ruibal Rodríguez23 en la mayor parte de recintos militares de la comarca en la década de los ochenta y noventa, llevando a cabo descripciones de los mismos y aportando las primeras plantas. Con el cambio de siglo nos encontramos ante las incipientes investigaciones basadas en excavación arqueológica que dieron como fruto los estudios sobre el castillo de Terrinches, la torre de los Baños del Cristo y la Alcazaba de Villanueva de la Fuente24. Más recientes son las intervenciones en otros recintos defensivos como Peñalor y su entorno o Fuenllana25, que comienzan a aportar datos sobre el in del periodo islámico y la primera repoblación cristiana. Los primeros estudios integrales sobre las fortiicaciones del territorio se comenzaron a realizar con el inicio de las actuaciones en el castillo de La Estrella de Montiel en 2012. Estas investigaciones26 están permitiendo sacar a la luz un importante asentamiento islámico fechable entre los siglos IX al XIII, así como los vestigios de la villa santiaguista de Montiel y del castillo que fue cabeza de esta comarca entre los siglos XIII al XVI. Los estudios basados en la Arqueología de la Arquitectura son prácticamente inéditos para esta comarca, aunque han comenzado a aplicarse en la región manchega por parte de investigadores como Hervás y Retuerce27, Simón28, Muñoz29, Molero30, Bru31, o Daza32. A nivel nacional, para el ámbito cristiano, son de 22. PAlACIOS ONTAlvA, Santiago, Fortalezas y poder político. Castillos del Reino de Toledo. Guadalajara. Aache, 2008. 23. La nómina de trabajos es muy extensa por los que sólo citaremos los más importantes: RUIbAl ROdRígUEz, Amador, «El Castillo de Alhambra», en Cuadernos de Estudios Manchegos, nº 16, (1985), pp. 153-160; RUIbAl ROdRígUEz, Amador, «Eznavexore o ¿Torres de Xoray?: vestigios islámicos en el primer enclave santiaguista de Ciudad Real», Al-Qantara, Vol. V, facs. 1 y 2, (1984), pp. 429-450; RUIbAl ROdRígUEz, Amador, El enclave de Montiel: Vestigios de los antiguos castillos de La Estrella, San Polo y del Lugar de Torres», en Anuario de Estudios Medievales, 14 (1984), pp. 153-186. 24. BENíTEz de LUgO ENRICh, Luis et alii., «La frontera occidental del concejo de Alcaraz en la Edad Media estudios arqueológicos del castillo de Terrinches, el castillo de los Baños del Cristo y la alcazaba de Villanueva de la Fuente (Ciudad Real)», en PRETEl MARíN, Aurelio (coord.), Alcaraz del Islam al concejo cristiano. Alcaraz. Instituto de Estudios Albacetenses, 2013, pp. 243-274. 25. MOYA MAlENO, Pedro Reyes, «Procesos de reconquista, repoblación y abandonos medievales en el Campo de Montiel: la aldea fortiicada de Peñalor», en MOYA-MAlENO, Pedro, y GAllEgO VAllE, David (coords.), Campo de Montiel 1213. Entre el Islam y el Cristianismo. Almedina. Centro de Estudios del Campo de Montiel, 2015, pp. 111-169. 26. Los trabajos realizados en la excavación de Sector I del Conjunto Arqueológico del castillo de La Estrella de Montiel correspondiente a la villa medieval, están enmarcados dentro de los Proyectos de investigación del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha, llevados a cabo por la UCLM bajo la dirección de Jesús Molero García y en colaboración de la Fundación Castillo de La Estrella. 27. HERváS HERRERA, Miguel Ángel y RETUERCE VElASCO, Manuel, «Calatrava la Vieja. De medina a encomienda», en FERREIRA FERNáNdEz, Isabel Cristina (coord.), Mil anos de fortificaçoes na Península Ibérica e no Magreb. (500-1500). Actas do Simposio Internacional sobre Castelos. Lisboa. Ediçoes Colibri, 2002, pp. 311-317. 28. SIMóN GARCíA, José Luis, Castillos y torres de Albacete. Albacete. Instituto de Estudios Albacetenses, 2011. 29. SIMóN GARCíA, Michel, y DOMíNgEz-SOlERA, Santiago David., Tras las murallas de Cuenca. Cuenca. Autor-Editor, 2011. 30. MOlERO GARCíA, Jesús, ARCOS DOMíNgUEz Mª del Carmen, y MOlINA CAñAdAS, Manuel, «Vigilar caminos, defender la frontera: la fortaleza almohade de Miralores (Piedrabuena, Ciudad Real)», en CRESSIER, Patrice y SAlvATIERRA CUENCA, Vicente. (coords), Las Navas de Tolosa. 1212-2012. Miradas Cruzadas. Jaén. Universidad de Jaén, 2014, pp. 577-592. 31. BRU CASTRO, Miguel Ángel e IzqUIERdO BENITO, Ricardo, «Procesos de estudio de la edilicia defensiva que conigura la fortiicación de la Madina de Vascos», en FERREIRA FERNANdES, Isabel Cristina (coord.), Fortificaçoes e Território na Península Ibérica e no Magreb (séculos VI a XVI)». Lisboa. Ediçoes Colibri, 2013, vol. II, pp. 809-812. 32. DAzA PARdO, Enrique, LóPEz-MUñIz MORAgAS, Gerardo, y VElA COSSIO, Fernando, «Nuevas aportaciones al 342 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) referencia las obras de Caballero33, Azcárate34, Cobos35, Vela36 o Blanco37. En el caso de construcciones islámicas el desarrollo se produjo desde de los años noventa, posiblemente por la falta de fuentes en comparación con el contexto cristiano, destacando los trabajos de Zozaya38 de corte muy amplio, Souto39 para tierras aragonesas, Malpica40 o Martín41 para el área granadina y almeriense, el equipo de Tabales42 y Valor43 en la zona sevillana, los estudios de Azuar44 en particular para el área Levantina y en general para el periodo almohade, los de Navarro y Jiménez45 en la murciana, el caso de Márquez y Gurriarán46 dedicados al área extremeña y estudio del castillo de Cogolludo», en FERREIRA FERNANdES, Isabel Cristina (coord.), Fortificaçoes e Território na Península Ibérica e no Magreb (séculos VI a XVI)». Lisboa. Ediçoes Colibri, 2013, vol. II, pp. 773-779. 33. CAbAllERO ZOREdA, Luis, «Sobre límites y posibilidades de la investigación arqueológica de la arquitectura. De la estratigrafía al modelo histórico», en Arqueología de la Arquitectura, 1 (2002), pp. 83-100; CAbAllERO ZOREdA, Luis, «Relexiones a partir del estudio de aparejos constructivos altomedievales», en SUAREz MáRqUEz, Ángela (coord.), Construir en al-Ándalus, Monografías del Conjunto Monumental de la Alcazaba. Almería. Junta de Andalucía, Consejería de Cultura, 2009, pp. 143-174. 34. AzCáRATE GARAY-OlAUN, Agustín, «La Arqueología de la Arquitectura en el siglo XXI», en Arqueología de la Arquitectura, 5 (2008), pp. 11-13. 35. CObOS GUERRA, Fernando, «Los procesos constructivos del castillo de la Mota entre los siglos XII y XV», en ARízAgA BOlUMbURU, Beatriz, y SOlORzANO TElEChEA, Jesús Ángel (Coords.), Encuentros Internacionales del Medievo (6.2009. Nájera). Construir la ciudad en la Edad Media. Nájera. Instituto de Estudios Riojanos, 2010, pp. 211-254. 36. VIllAFRUElA ARRáNz, Esther, GARCíA VAlERO, Miguel Ángel y VElA COSSíO, Fernando, Las murallas de Miranda del Castañar (Salamanca). Valladolid. Junta de Castilla y León, Consejería de Cultura y Turismo, 2005. 37. BlANCO ROTEA, Rebeca, «Arquitectura como construcción estratiicada», en Arqueología de la Arquitectura 2, (2003), pp. 55-62. 38. ZOzAYA STAbEl-HANSEN, Juan, «Fortiicaciones tempranas en Al-Ándalus. ss. VIII-X», en FERREIRA FERNáNdEz, Isabel Cristina (coord.), Mil anos de fortificaçoes na Península Ibérica e no Magreb. (500-1500). Actas do Simposio Internacional sobre Castelos. Lisboa. Ediçoes Colibri, 2002, pp. 45-58. 39. SOUTO LASAlA, José Antonio, El conjunto fortificado islámico de Calatayud. Zaragoza. Instituto de Estudios Islámicos y del Próximo Oriente, 2005. 40. MAlPICA CUEllO, Antonio, «Las técnicas constructivas en al-Ándalus. Un debate entre la Arqueología y Arquitectura», en VAqUERO DIAz, María Beatriz, PÉREZ, Francisco y DURANY CASTRIllO, Mercedes (coords.), Técnicas agrícolas, industriais e constructivas na Idade Media: curso de verán, Celanova 8-12 xullo de 1996. Vigo. Universidade de Vigo, Servicio de Publicaciones, 1998, pp. 277-336. 41. MARTíN CIvANTOS, José María, «Ensayo de análisis comparativo de técnicas, materiales y tipos constructivos en las fortiicaciones medievales del Zenete (Granada)», en Miscelanea Medieval Murciana, Vol. XXV-XXVI, (2002-2003), pp. 183-220. 42. TAbAlES ROdRígUEz, Miguel Ángel, «La investigación arqueológica en ediicios antiguos. Metodologías y experiencias. El Alcázar de Sevilla», en MARTíN MORAlES, Concepción, y VEgA GARCíA, Esther (coords.), Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos. Últimas tendencias metodológicas. Madrid. Ministerio de Cultura, 2010, pp. 159-178. 43. VAlOR PIEChOTTA, Magdalena, Sevilla almohade. Málaga. Sarria, 2008. 44. AzUAR RUIz, Rafael, «La construcción en Al-Ándalus», en SUÁrez Márquez, Ángela (coord.), Construir en al-Ándalus, Monografías del Conjunto Monumental de la Alcazaba. Almería. Junta de Andalucía, Consejería de Cultura, 2009, pp. 13-41; AzUAR RUIz, Rafael, y FERREIRA FERNANdES, Isabel Cristina, «La fortiicación del califato almohade», en CRESSIER, Patrice, y SAlvATIERRA CUENCA, Vicente. (coords.), Las Navas de Tolosa. 1212-2012. Miradas Cruzadas. Jaén, Universidad de Jaén, 2014, pp. 395-421. 45. NAvARRO PAlAzóN, Julio, y JIMENEz CASTIllO, Pedro, «Materiales y técnicas constructivas en la Murcia Andalusí (siglos X-XIII)», en Arqueología de la Arquitectura, 8, (2011), pp. 85-120. 46. GURRIARáN DAzA, Pedro, y SáEz ROdRígUEz, Ángel, «Tapial o fábricas encofradas en recintos urbanos andalusíes», en II Congreso Internacional La Ciudad en al-Ándalus y el Magreb. Algeciras. Fundación el Legado Andalusí, 2002, pp. 561-627; GURRIARáN DAzA, Pedro, y MáRqUEz BUENO, Samuel, «La muralla almohade de Cáceres: aspectos constructivos, formales y funcionales», en Arqueología y Territorio Medieval, 10, 1 (2003), pp. 57-118; ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 343 DAVID GALLEGO VALLE actualmente a la zona gaditana, y inalmente León47 para la ciudad de Córdoba o Ferreira48 para el ámbito portugués. El objetivo principal de este trabajo está ligado a la realización de estudios de paramentos49 en las fortiicaciones medievales de nuestra de comarca, como base para la reconstrucción histórica de los ediicios. Nuestra hipótesis de partida está basada en que para espacios geográicos concretos y con una coherencia histórica bien deinida, se pueden encuadrar cronotipológicamente los distintos esfuerzos constructivos en cada recinto militar, de cara a alcanzar secuencias ediicatorias comunes ligadas en gran medida a las grandes fases políticas del medievo. No obstante, somos muy conscientes de las limitaciones de este método, por lo que estos trabajos se deben completar con el estudio del registro cerámico, excavaciones arqueológicas extensivas, que hasta la fecha sólo hemos podido realizar en Montiel, y con las fuentes documentales y cronísticas para aquellos periodos en que sea posible. Debemos precisar que el trabajo que aquí presentamos no es un catálogo sistemático de todas las fortiicaciones de la comarca, sino que se centra fundamentalmente en dos de ellas, La Estrella en Montiel y Eznavexor en Villamanrique50, aunque haremos también mención a otros recintos castrales donde la investigación se encuentra también muy avanzada. La elección de estos dos castillos no es baladí, ya que en el caso de Eznavexor es uno de los referentes durante el periodo islámico en este espacio, conservando un importante ediicio de origen andalusí sin prácticamente alteraciones cristianas y que conserva en su topónimo el preijo hisn-. En el caso de Montiel, las investigaciones llevadas a cabo apuntan a que posiblemente se trate del principal núcleo de poder de la comarca desde el siglo X, relevancia que se muestra claramente tras la conquista cristiana al convertirse en cabecera de todo este campo hasta el siglo XVI. En el mismo aún se mantiene un perímetro fortiicado de gran relevancia tanto para las fases islámicas como para las cristianas, sin alteraciones desde el abandono del ediicio a mediados del siglo XVI. Finalmente debemos mencionar que aunque nuestra investigación aún se encuentra en curso y, por tanto, nuestras hipótesis no son deinitivas, los resultados que estamos obteniendo y que mostramos de forma sintética en este trabajo, nos están permitiendo aportar las primeras secuencias constructivas para el periodo 47. LEóN MUñOz, Alberto, «Las fortiicaciones de la Córdoba almohade», en FERREIRA FERNANdES, Isabel Cristina (coord.), Fortificaçoes e Território na Península Ibérica e no Magreb (séculos VI a XVI)». Lisboa, Ediçoes Colibrí, 2013, vol. I, pp. 337-354. 48. FERREIRA FERNANdES, Isabel Cristina, O Castelo de Palmela, do islámico ao cristao. Lisboa. Ediçoes Colibri, 2004. 49. Estos trabajos incluyen el estudio estratigráico de paramentos en toda su amplitud, con una identiicación en detalle de las técnicas constructivas, así como los análisis de materiales pétreos y morteros de cara aparejo. 50. Para el estudio del periodo islámico nos centraremos principalmente en el análisis de los restos emergentes de ambas fortalezas, ya que en las mismas es donde se conserva una mayor estratigrafía muraria para estas cronologías. En otros casos, como los recintos de Almedina, Alhambra, Albaladejo..., los restos constructivos son mucho más reducidos y de más difícil interpretación, siendo lo más relevante de este periodo la presencia de materiales cerámicos. 344 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) medieval en este espacio histórico, lo que nos está ayudando a identiicar la funcionalidad y uso de las distintas fortiicaciones a lo largo del medievo. 2. LA FORTIFICACIÓN DE LA FASE OMEYA (SS. VIII-XI) El espacio al que dedicamos el presente estudio es heredero, para los primeros siglos de la Alta Edad Media, de la coniguración que aún mantenía cuando llegaron los primeros contingentes islámicos a estas tierras. Las antiguas ciudades de origen ibero-romano, caso de Alhambra (Laminium) y Villanueva de la Fuente (Mentesa Oretana), así como el núcleo de Almedina, debían mantener una cierta importancia como centros de articulación del territorio, en torno a los que todavía se distribuían diversos puntos agropecuarios de explotación del territorio que daban continuidad a las antigua villae romanas51. Para este momento los datos provenientes de las fuentes escritas son prácticamente nulos, por lo que nos debemos basar principalmente en la información recuperada en las distintas intervenciones arqueológicas que se han llevado a cabo en estos puntos de tradición tardorromana para estudiar esta fase. No obstante, debemos plantear el debate de si la Mentesa que se nos cita como cabeza de un obispado es la Oretana como apuntan los arqueólogos que dirigen los trabajos de investigación en la misma52, así como otros autores53, o por el contrario esta Mentesa se corresponde con la Bastetana y hay que situarla, como airma la historiografía giennense54, en la localidad de La Guardia. El tema sigue siendo aún controvertido, pero no carece de importancia ante la relevancia de esta urbe que se convirtió en cabeza de la cora de Jaén en los primeros momentos hasta su traslado a la actual Jaén ya en el siglo IX. El principal centro poblacional para este momento será Villanueva de la Fuente, donde se ha podido atestiguar la presencia de un núcleo fortiicado con niveles habitacionales, así como una extensa necrópolis con una ocupación desde contextos visigodos hasta prácticamente el siglo XI55. La muralla documentada se sitúa en el paraje de Los Toriles. Una gran construcción formada por mampostería ciclópea trabada con barro, sin remodelaciones, que sus investigadores 51. De especial relevancia para este espacio son los entornos de los asentamientos de La Olmilla (Albaladejo), La Ontavia (Terrinches), Huerta de Don Reyes a caballo de Torre de Juan Abad y Villamanrique así como los Torrejones entre Montiel y Santa Cruz de los Cáñamos. 52. BENíTEz de LUgO ENRICh, Luis et alii, «Investigaciones arqueológicas en Mentesa Oretana (Villanueva de la Fuente, Ciudad Real), 2003-2009: muralla ibérica, área urbana y necrópolis tardoantigua e islámica», en Espacio, Tiempo y Forma. Serie I, Nueva época. Prehistoria y Arqueología 4, (2011), p 311. 53. PRETEl MARíN, Aurelio, «La herencia de Mentesa: ¿rebeldes y mozárabes en tierras de Alcaraz de 711 a 1213?, en PRETEl MARíN, Aurelio (coord.), Alcaraz del Islam al concejo cristiano. Alcaraz. Instituto de Estudios Albacetenses, 2013, pp. 11-56. 54. CASTIllO ARMENTEROS, Juan Carlos y PéREz AlvARAdO, Sonia, Op. cit., p. 202 55. BENíTEz de LUgO ENRICh, Luis, et alii, «Intervenciones arqueológicas…», pp. 309-336. ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 345 DAVID GALLEGO VALLE adscriben a cronología ibero-romana, por lo que podemos plantear el uso de estas construcciones antiguas para su defensa en los primeros momentos. Queda pendiente certiicar si la preeminencia de este núcleo viene dada por la presencia de un obispado o no, o si más claramente hay que ligarla a un desarrollo asociado a linajes muladíes que controlaban un espacio cada vez más ruralizado, como ocurre en diversas áreas cercanas56. La otra ciudad de origen romano es Alhambra, donde sí que se ha podido identiicar la presencia de una continuidad de poblamiento, en especial con el importante registro funerario de época visigoda57, pero no contamos con un elenco de elementos defensivos de este momento cronológico. Más clara parece su funcionalidad como nudo caminero que se mantiene como eje articulador de las antiguas vías, que con ligeras variaciones, seguirán atravesando este espacio durante el medievo58. Finalmente, el caso de Almedina responde a un asentamiento de cierta entidad de tradición ibero-romana, aunque la información es poco precisa para determinar el marco de ocupación en esta fase primitiva islámica. Creemos que su topónimo hace referencia más a la posible estructura poblacional con que se encontraron los musulmanes a su llegada que al desarrollo posterior de una medina. No hemos podido localizar estructuras defensivas encuadrables en este periodo debido al desarrollo del núcleo urbano actual, así como a la total inexistencia de actuaciones arqueológicas en el asentamiento, pero el referente cerámico sí atestigua la ocupación del durante esta cronología. El proceso de falta de desarrollo de nuevas defensas o de readaptación de las antiguas construcciones es común en todo al-Ándalus en los primeros momentos de asentamiento, ya que los nuevos conquistadores dieron más importancia a la puesta en funcionamiento de los ediicios civiles con el in de reactivar, en la manera de lo posible, el decadente mundo urbano en este periodo59. Por otro lado, para el ámbito rural, el conocimiento es mucho más difícil de interpretar, aunque hemos podido observar cómo en algunos yacimientos existe una continuidad de poblamiento desde época romana, asociada a antiguas villae, hasta bien entrado el siglo XIV, como en el caso de Los Torrejones, entre Santa Cruz de los Cáñamos y Almedina que dará lugar a una alquería en el entorno del camino de Granada o Cuenca, o los Villares de Montiel, ligados ambos a la explotación 56. ACIEN AlMANSA, Manuel «El inal de los elementos feudales en Al-Ándalus, fracaso del «incastellamento» e imposición de la sociedad islámica», en BARCEló, Miquel y TOUbERT, Pierre (coords.), L´incastillamento. Actas de las reuniones de Girona (26-27 de noviembre 1992) y de Roma (5-7 mayo 1994). Roma. CSIC, 1998, pp. 291-305. 57. CARRASCO SERRRANO, Gregorio, «Avance para el estudio del poblamiento del territorio meridional de Castilla-La Mancha en época romana», en Hispania Antigua, 28 (1990), pp. 15-43. 58. Para el estudio de la caminería de este territorio nos remitimos a GAllEgO VAllE, David, Un espacio...», pp.160161, así como la representación gráica en la Figura 1 de este trabajo. 59. MAlPICA CUEllO, Antonio, Los castillos en al-Ándalus y la organización del territorio. Cáceres. Universidad de Extremadura, 2003. 346 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) FIg. 2.- El CAMPO dE MONTIEl EN éPOCA ISláMICA (SS. vIII-xIII) agropecuaria del territorio. No obstante no parece que contaran con defensas asociadas a los mismos. Con la consolidación y desarrollo del emirato, se va a producir una fase primitiva en la construcción militar islámica que hemos podido constatar en varios recintos fortiicados de nuestro ámbito de estudio y que creemos que está relacionado con las reformas políticas iniciadas por Abderramán II y que se extendieron hasta parte del mandato de Muhammad I. Este proceso se llevó a cabo en la mayor parte del territorio andalusí y más concretamente en la cora de Jaén60, con el in de potenciar la islamización de la población y atraer a los grupos campesinos hacia los principales focos administrativos, articulando de una forma más efectiva el territorio y las vías de comunicación. Este desarrollo debió verse afectado a ines del siglo IX con el estallido de la primera fitna61, lo que dio lugar a un contexto de 60. CASTIllO ARMENTEROS, Juan Carlos y PéREz AlvARAdO, Sonia, Op. cit., p. 201 61. Este proceso ha sido estudiado por Acién en un contexto amplio, explicándolo como una reacción de importantes grupos sociales muy heterogéneos frente a la islamización y el reforzamiento del estado. Ver ACIéN AlMANSA, Manuel, «El inal...», p. 299-303. ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 347 DAVID GALLEGO VALLE inseguridad a nivel general por las continuas rebeliones que se produjeron contra el poder cordobés62 en este momento. En nuestro ámbito de estudio podemos encuadrar dos proyectos constructivos en este periodo: los inicios de las obras de la primitiva fortiicación de Villanueva de la Fuente y las primeras construcciones en el castillo de La Estrella de Montiel. En el caso de la primera, se ha constatado la presencia de una construcción defensiva en la parte alta del cerro que ocupaba el asentamiento, aunque de la misma sólo se ha podido exhumar una parte muy reducida en la excavación del denominado Callejón del Aire Nº 763. Dentro de este área se documenta una secuencia constructiva interesante, con estructuras defensivas tanto islámicas como remodelaciones posteriores cristianas. Entre las mismas apreciamos una construcción cuadrangular a base de sillares dispuestos a tizón que se embute bajo las viviendas actuales, por lo que no se ha podido estudiar de una forma completa su trazado. Estimamos que los sillares están reaprovechados de un gran ediicio de cronología romana sobre el que se asienta. Este proceso de spoliae no es algo inusual, ya que existen muchos casos similares para la construcción de obras militares en el periodo emiral a lo largo del territorio peninsular64. En el castillo de Montiel65, situado en una posición estratégica en la cabecera del valle del Jabalón, se va a llevar a cabo la construcción de una torre cuadrangular y una muralla en el frente sur de la fortaleza66. La ocupación de este nuevo asentamiento, con todas las reservas que tenemos que tener en el estado actual de la investigación, puede estar ligada como en otros casos del Alto Guadalquivir67 a la creación de refugios para las poblaciones del entorno ante la inestabilidad política. Las obras realizadas en este sitio son estratigráicamente las más antiguas 62. IzqUIERdO BENITO, Ricardo (coord.), Castilla-La Mancha Medieval. Toledo. Almud, 2002, p. 78. En este contexto aún está por determinar si las rebeliones producidas en la zona de Alto Guadalquivir afectaron a nuestro ámbito de estudio como así pudo ser por las cercanías de estos territorios y el importante contacto viario con que estaban unidas. En este sentido, ver SAlvATIERRA CUENCA, Vicente, El Alto Guadalquivir en época islámica. Jaén. Universidad de Jaén, 2006, pp. 107-109. 63. Un estudio sobre la fortiicación documentada en el Callejón del Aire y su posterior destrucción, en BENíTEz de LUgO ENRICh, Luis et alii, «La frontera occidental del concejo de Alcaraz en la Edad Media estudios arqueológicos del castillo de Terrinches, el castillo de los Baños del Cristo y la alcazaba de Villanueva de la Fuente (Ciudad Real)», en PRETEl MARíN, Aurelio (coord.), Alcaraz del Islam al concejo cristiano. Alcaraz. Instituto de Estudios Albacetenses, 2013, pp. 243-274. 64. Los procesos de reutilización de materiales antiguos para las nuevas construcciones en el periodo emiral está bien documentado en las construcciones andalusíes de este momento, ver AzUAR RUIz, Rafael, «La construcción...», pp. 18-19. En este sentido ver también la reciente obra de ZOzAYA STAbEl-HANSEN, Juan, «Los spoliae en las murallas: signiicación, utilidad y problemas que plantean», en FERREIRA FERNANdES, Isabel Cristina (coord.), Fortificaçoes e Território na Península Ibérica e no Magreb (séculos VI a XVI)». Lisboa. Ediçoes Colibrí, 2013, vol. II, pp. 555-565. 65. El castillo de La Estrella se localiza en la población de Montiel, en un cerro testigo que ocupa la cabecera del valle del Jabalón donde coinciden los trazados del camino Real de Cuenca a Granda y la vía de Mérida a Levante. 66. La ocupación de este nuevo punto parece estar ligada a los primeros husun refugio de la población, ya que el mismo topónimo Munt- parece estar asociado a esta realidad en otros ámbitos andalusíes, ver ACIéN AlMANSA, Manuel, «De nuevo sobre la fortiicación del emirato», en FERREIRA FERNáNdEz, Isabel Cristina (coord.), Mil anos de fortificaçoes na Península Ibérica e no Magreb. (500-1500). Actas do Simposio Internacional sobre Castelos. Lisboa. Ediçoes Colibri, 2002, pp. 59-76. 67. CASTIllOS ARMENTEROS, Juan Carlos y PéREz AlvARAdO, Sonia, Op. cit., p. 206 348 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) del periodo medieval y su cronología está refrendada por el material cerámico de este periodo. Se localizan en el área de más fácil acceso a la plataforma superior de la elevación, donde los farallones de roca no son tan verticales y donde posiblemente se ubicó el acceso principal al recinto. El aparejo con que se levantan es muy similar al detectado en el caso de Villanueva de la Fuente, aunque en esta obra se trata de una fábrica de sillarejo de arenisca que se dispone totalmente a tizón, aunque sólo se ha conservado parcialmente el paramento embutido en reformas posteriores tras la ocupación cristiana. La tipología constructiva de las obras que hemos detectado en este periodo, a base de torres macizas, y el aparejo utilizado, es similar a la arquitectura bereber que se documenta en toda la Marca Media entre los siglos IX y X, abarcando parte del emirato e inicios del Califato Cordobés, con piezas dispuestas a tizón y una modulación en altura que no supera los 0,5 m.68. Modelos similares para esta cronología se localizan en muchas zonas de La Meseta69 o en fortiicaciones aragonesas70, aunque en estos últimos casos las piezas de cantería son de mejor calidad y no está tan claro su reaprovechamiento de ediicios anteriores. El in de la primera fitna y el establecimiento del califato cordobés por parte de Abderramán III, supuso un cambio en la organización del territorio, propiciando un desarrollo urbano en todo al-Ándalus71. Desde el punto de vista militar se produce una profunda transformación de la red castral, ya que el nuevo califa va a coniar la cabeza de los nuevos distritos a husun administrativos que en muchos casos, son de nueva fundación y ligados con poblaciones o poderes locales que se habían mantenido ieles al estado durante las revueltas. Este proceso ediicatorio, continuado por Al-Hakam II, estará marcado por una importante arquitectura oicialista72, que tendrá su máxima expresión en la creación de grandes recintos militares urbanos, pero también con un relejo en la erección de husun que presentarán como marca propia los aparejos de sillería a soga y tizón73. Dentro del Campo de Montiel podemos constatar arqueológicamente una reorganización del territorio asociada a las nuevas fortalezas que emergen en este periodo, caso de Montiel y Eznavexor, dentro de un área eminentemente rural y 68. ZOzAYA STAbEl-HANSEN, Juan, «Fortiicaciones tempranas...», pp. 45-58. 69. ZOzAYA STAbEl-HANSEN, Juan, «Las fortiicaciones andalusíes», en Artigrama. Revista del Departamento de Historia de Arte la Universidad de Zaragoza, nº 22 (2007), pp. 233-258. 70. CAbAñERO SUbIzA, Bernabé, «Sillería Andalusí en Aragón. Características, origen y difusión», en SUáREz MáRqUEz, Ángela (coord.), Construir en al-Ándalus. Monografías del Conjunto Monumental de la Alcazaba. Almería. Junta de Andalucía, Consejería de Cultura, 2009, p. 78-80. 71. MAzzOlI-GUINTARd, Christine, Ciudades de al-Ándalus: España y Portugal en la época musulmana (S. VIII-XV). Granada. Almed, 2000, pp. 250-267. 72. VAldéS FERNáNdEz, Fernando, «La arquitectura militar en al-Ándalus. Ensayo de sistematización», en HUERTA HUERTA, Pedro Luis (coord.), Actas del IV Curso de Cultura Medieval. La fortificación medieval en la Península Ibérica. Aguilar de Campoo. Centro de Estudios del Románico, 2003, pp. 125-136. 73. AzUAR RUIz, Rafael, «Las técnicas constructivas en Al-Ándalus. El origen de la sillería y del hormigón de tapial», en IglESIA DUARTE, José Ignacio de la (coord.), V Semana de Estudios Medievales (Nájera, 1-5 agosto de 1994). Logroño. Instituto de Estudios Riojanos, 1995, pp. 130-131. ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 349 DAVID GALLEGO VALLE fuera de la órbita de las mudum más cercanas como Alcaraz, Calatrava o las urbes del Alto Guadalquivir. No obstante, para nuestro caso, creemos que no se trata de obras que emanen directamente del poder cordobés74 sino ediicaciones promovidas por los poderes locales leales al estado, lo que permite un importante control administrativo, económico y militar de estos territorios interiores. En el marco de este proceso observamos la sustitución de los antiguos centros de poder de tradición romana, como Villanueva de la Fuente o Almedina, a favor de Montiel y Eznavexor respectivamente, con una reorganización de todo el territorio, tanto en el poblamiento como en la caminería75, que únicamente parece fosilizada en el contexto de la fortiicación de Alhambra que mantendrá su posición preeminente en el área del Alto Guadiana. El castillo de Eznavexor se sitúa en un cerro amesetado en las estribaciones meridionales del Campo de Montiel, muy próximo a los pasos tradicionales de Sierra Morena por este punto. El destino de este hisn parece estar ligado al control político-territorial de esta área, dependiendo del mismo varios recintos militares de menor entidad, así como numerosas alquerías que se extienden por su entorno, adquiriendo una importancia creciente los términos controlados por este enclave hasta su conquista cristiana en el año 121376. Desde el punto de vista constructivo, en este momento se va a levantar un recinto en la línea de las características típicas de la arquitectura militar omeya77, con una planta rectangular simple de 3.000 m² que se adapta a la topografía del terreno. Presenta torres de lanqueo rectangulares y macizas, para permitir la defensa vertical adelantada y que parecen tener también una función de replanteo de la obra en la que posteriormente se van incorporando los lienzos. Las documentamos principalmente en el frente norte, donde se conservan la mayor parte de las estructuras, aunque no descartamos su presencia en el frente sur. No obstante, el nivel de arrasamiento de toda esta zona hace que solamente se pueda conirmar esta hipótesis mediante una excavación arqueológica. Todas las estructuras de esta fase poseen aparejos de mampostería de cuarcita, claramente extraída de las vetas rocosas del mismo asentamiento, que se disponen en el paramento intentando conseguir cierta regularidad, trabados todos ellos con un mortero de cal de gran calidad, algo que será constante en las fases islámicas de nuestro ámbito de estudio. 74. MAlPICA CUEllO, Antonio, Los Castillos..., p. 77. 75. En este sentido es relevante el trazado del Camino Real de Cuenca a Granada, que atraviesa el Campo de Montiel de sur a noreste y que por los datos arqueológicos que poseemos fue un referente en la época islámica y cristiana. Sobre este tema ver GAllEgO VAllE, David, Op. cit., «Del Emirato...», pp. 42-45. 76. Doc. de 1239, edit. RIvERA GARRETAS, Milagros, Op. cit., doc. 172, pp. 375-377. En el año 1239, en la concordia para la partición de términos entre las órdenes de Santiago y Calatrava, aún usan los mojones que había entre las tierras de Eznavexor y el castillo de Salvatierra. 77. VAldéS FERNáNdEz, Fernando, Op. cit., p. 130. 350 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) FIg. 3.- vISTA gENERAl dEl CASTIllO dE EzNAvExOR, dONdE SE APRECIA SU PlANTA RECTANgUlAR. El segundo de los casos es el del castillo de Montiel, donde en este momento se va a erigir un vasto recinto de casi 6.000 m² que intenta seguir una planta rectangular adaptándose a los farallones del cerro donde se asienta. Como en el caso de Eznavexor, se levantan torres de lanqueo sobre los distintos crestones rocosos, que únicamente podemos observar en el frente norte, ya que todas las defensas del costado sur están muy transformadas por las fases cristianas. La fábrica de esta construcción es muy peculiar, ya que está realizada en mampostería que se dispone a espiga, tanto en cortinas como en torres, uniéndose mediante morteros con un porcentaje muy importante de cal78. Este tipo de aparejos tiene similitudes con obras cronológicamente coetáneas en el Sharq al-Ándalus, por ejemplo en la Mezquita-III de la Rábita de Guardamar o algunas fábricas de la ciudad de Valencia79 o Murcia80. En La Meseta encontramos construcciones análogas encuadradas en este periodo en la alcazaba de Cuenca o en el núcleo de los paramentos del castillo de Gormaz81. A la presencia de esta relevante obra militar en Montiel, que claramente recuerda la isonomía de los husun omeyas, se suma la documentación del poblamiento 78. La presencia de morteros de cal de gran calidad está bien documentada a partir mediados del siglo X en los recintos urbanos del Levante en detrimento de los morteros de barro usados hasta ese momento, ver AzUAR RUIz, Rafael, «La construcción...», pp. 28-29. 79. Idem, p. 36 80. NAvARRO PAlAzóN, Julio y JIMéNEz CASTIllO, Pedro, Op. cit., pp. 87-88. 81. ZOzAYA STAbEl-HANSEN, Juan: «Fortificaciones tempranas»..., pp. 45-50. ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 351 DAVID GALLEGO VALLE FIg. 4.- PlANTA dEl CASTIllO dE MONTIEl CON SUS FASES CONSTRUCTIvAS. en la ladera sur del cerro, descubierta recientemente a partir de las excavaciones sistemáticas que nuestro equipo viene realizando en el lugar. En las mismas hemos podido localizar tanto un área de viviendas, como una posible zona de transformación del cereal con la presencia de un horno de adobe, ambas con materiales cerámicos fechables entre los siglos X y XI, y estructuras murarias que siguen los modelos de aparejos a espiga de las murallas del castillo. La envergadura de la fortiicación en este momento, así como el poblamiento asociado, muestra el ascenso de Montiel como centro de referencia en este territorio, dinámica que se consolidará en la última fase islámica y en especial tras la conquista cristiana del siglo XIII. El último centro de población de relevancia de este periodo es Alhambra. Su localización geoestratégica desde la Antigüedad parece que se mantuvo en este momento, controlando un amplio territorio en la zona septentrional del Campo de Montiel, con una especial inluencia en el área de las Lagunas de Ruidera, donde existió otra fortiicación a modo de campamento82, y que por los trabajos 82. No obstante, no podemos precisar que este asentamiento se corresponda con la Mahallat al-Gadr que cita VAllvé BERMEjO, Joaquín, Op. cit., p.274. Por otro lado sí hemos podido constatar la presencia de otros recintos defensivos 352 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) que hemos realizado debió situarse en el entorno de la ermita de San Pedro de Verona (Ossa de Montiel)83. No obstante, la ocupación de Alhambra en este momento, tanto en el casco urbano como para el cerro del castillo, solamente puede documentarse mediante el referente cerámico84, ya que las defensas conservadas son claramente de la ocupación cristiana posterior. Tras la crisis del califato y la aparición de las primeras Taifas, el Campo de Montiel queda en una zona limítrofe entre las taifas de Denia, Jaén, Granada y Toledo. Aunque está perfectamente estudiado el desarrollo de diversos programas constructivos por estos poderes85, en especial en las zonas urbanas, nos es mucho más difícil determinar si los nuevos reinos de taifas desarrollaron una actividad edilicia en los ámbitos rurales y en particular en el Campo de Montiel86. Podemos precisar, gracias al registro cerámico y la estratigrafía de paramentos, que los centros de poder de nuestro territorio desde el periodo Omeya se mantuvieron pujantes en este momento hasta la conquista cristiana, caso de Eznavexor, Montiel y Alhambra. En los tres asentamientos es muy abundante la cerámica de esta cronología, por lo que parece que no sufrieron el abandono que se constata en otros husun califales tras la fitna cordobesa en distintas regiones87. Es más, localizamos en el caso de Eznavexor y Montiel una mejora en las defensas de las fortalezas, que el estado de nuestra investigación no podemos precisar si pertenece a esta fase o debemos relacionarla con el contexto de las invasiones de los imperios norteafricanos. 3. LA ÉPOCA DE LA FRONTERA (MEDIADOS S. XI-PRINCIPIOS S. XIII) A partir de ines del siglo XI, con la conquista de Toledo, y hasta mediados del siglo XII, las posesiones castellanas van a avanzar signiicativamente hasta situarse menores que pudieron estar en uso en este momento como San Felices, Cuesta Almagra, Los Almorchones o La Algecira del Guadiana donde existe una pequeña muestra de materiales pero con una cronología islámica muy amplia. 83. Esta ermita se sitúa sobre una más antigua bajo la advocación de San Felices, que se cita en la documentación cristiana del siglo XIII. 84. El material de época omeya lo documentamos tanto en las laderas del cerro del castillo como en las del casco urbano y, en el interior de este último, han aparecido piezas de este momento en las excavaciones realizadas por el equipo de José Luis Fuentes, aún sin publicar, al que agradecemos el acceso a las piezas. 85. AzUAR RUIz, Rafael, «Fortiicaciones de Taifas en el Sarq al-Ándalus», en MAlPICA CUEllO, Antonio (coord.), Castillos y territorio en Al-Ándalus. Jornadas de Arqueología Medieval (1. 1996. Berja). Granada. Athos-Pergamos, 1998, pp. 116-140; MAlPICA CUEllO, Antonio, Los castillos..., pp. 83-99; GUIChARd, Pierre, y BRUNA, Soravia, Los reinos de taifas, fragmentación política y esplendor cultural. Málaga. Sarriá, 2005, pp. 211-239. 86. Sería necesario un completo programa de excavaciones arqueológicas para conirmar la presencia de obras taifas en este espacio, ya que para otras zonas sí que existió un programa constructivo durante este periodo, especialmente vinculado a zonas urbanas. 87. AzUAR RUIz, Rafael, «Del hisn a la madina en el Sharq al-Ándalus, en época de los reinos de taifas (siglo XI)», en LAlIENA CORbERA, Carlos y UTRIllA UTRIllA, Juan (eds.), De Toledo a Huesca. Sociedades medievales en transición a fines del siglo XI (1080-1100). Zaragoza. Institución Fernando el Católico, 1998, pp. 29-43. ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 353 DAVID GALLEGO VALLE en las riberas del Guadiana con la toma por parte de Alfonso VII de Calatrava en 1147, entrando nuestra área de estudio en una realidad fronteriza que será una de sus señas de identidad a partir de este momento. La irrupción en al-Ándalus del imperio Almorávide a ines del siglo XII supuso un freno para los castellanos e inició una nueva fase en los territorios bajo dominio islámico. Se tiene constancia de un programa de construcciones militares y civiles que se extendió hasta mediados del siglo XII del que aún se discute su alcance88, pero que nuevas investigaciones apuntan a que tuvo un mayor desarrollo del que hasta ahora se había planteado, siendo especialmente intenso en las obras defensivas de Almería, Granada, Sevilla y Córdoba89, donde se introducen importantes avances militares. El principal será la generalización del uso de tapial como fábrica edilicia90, especialmente con una composición de hormigón de cal, con torres cuadrangulares poco salientes que son macizas hasta la altura del adarve, y que normalmente se adosan a la muralla principal. En los recintos militares de nuestra comarca asistimos a una fase de fortalecimiento de los principales centros de población, especialmente en Montiel y Eznavexor, bien relejado en un programa constructivo que, como comentamos anteriormente, no podemos precisar por completo si se realiza en época taifa o si al contrario hay que asociarlo ya a contextos almorávides, dada la tipología de paramentos y materiales que encontramos asociados a los mismos. En el castillo de Eznavexor se va a producir una intervención que conllevará una ligera ampliación del recinto defensivo hacia todos los lancos, con la construcción de nuevas torres rectangulares de lanqueo macizas con terraza defensiva, que se localizan en los lancos norte y sudeste, así como el forro de las antiguas murallas de mampostería de época Omeya, lo que hace que en algunas zonas del muro norte se alcancen los 3 m. de anchura. Además, en el frente oeste, se levanta una posible torre albarrana para la defensa del albácar localizado en este lanco. La fábrica de todas estas obras es similar, con basamentos que se apoyan en la roca cuarcítica previamente trabajada o se levantan zócalos de mampostería para asentar las tapias. Sobre los mismos se disponen los cajones de tapial, en este caso con un componente importante de piedra y hormigón de cal, que presenta aún 88. En la actualidad existe un importante desconocimiento sobre las construcciones almorávides aunque puede que muchas de las construcciones datadas en época almohade pertenezcan a este momento. ACIéN AlMANSA, Manuel, «La fortiicación en al-Ándalus», en LóPEz GUzMáN, Rafael Jesús (ed.), La arquitectura del Islam occidental. Madrid. Lunwerg, 1995, pp. 29-41. 89. Este programa constructivo puede tener su refrendo documental en el impuesto (tatib) que se instaura en al-Ándalus entre 1125 y 1126, para el reforzamiento de los conjuntos amurallados urbanos, tras las incursiones de Alfonso I el Batallador. Sobre este tema, y la fortiicación de esta fase, ver la reciente obra de MARCOS CObAlEdA, María, Los Almorávides. Arquitectura de un Imperio. Granada. Universidad de Granada, 2015. No obstante aún creemos que deben realizarse investigaciones más profundas para el estudio del alcance de las obras almorávides en territorios rurales dependientes de los antiguos husun. 90. Ibidem, pp.242-43, aunque la autora reconoce y estudia también las obras realizadas en mampostería en la Península, como en el caso de Almería, con torres de peril semicircular. 354 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) FIg.5. PlANTA dEl CASTIllO dE EzNAvExOR, CON SUS FASES CONSTRUCTIvAS. una modulación baja, basada en el codo rasasi91, en la altura de la tapia que no supera los 0,7 m. Los agujales se disponen en el interior del cajón propiamente dicho, por lo que se vierte una lechada de cal de hasta 0,2 m. para evitar que puedan ser dañados por la acción del pisón o por el lanzamiento de los mampuestos al interior del encofrado. Por otro lado, en el interior del recinto murado, se aprecian estructuras de las que sólo se distingue la cabeza de los muros, por lo que no podemos precisar ni su funcionalidad ni el momento cronológico de las mismas. Un caso similar es Montiel, con un programa constructivo coetáneo al que se produce en Eznavexor. En este caso volvemos a encontrar la construcción de una serie de torres y lienzos murales que forran sistemáticamente las antiguas estructuras del periodo Omeya realizadas en mampostería, documentadas especialmente en el frente norte y que han llegado hasta nosotros en un estado de conservación muy deiciente. Nuevamente, para el asentamiento de las tapias, se procede a desbastar la roca hasta que se crea una supericie horizontal en que 91. GRACIANI GARCíA, Amparo: «La técnica del tapial en Andalucía Occidental», en SUáREz MáRqUEz, Ángela (coord.), Construir en al-Ándalus. Monografías del Conjunto Monumental de la Alcazaba. Almería. Junta de Andalucía, Consejería de Cultura, 2009, p. 126. ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 355 DAVID GALLEGO VALLE FIg. 6.- lIENzO 2 dEl CASTIllO dE EzNAvExOR, dONdE SE APRECIA lA MURAllA TAIFA-AlMORAvIdE Y A lA dEREChA dE lA IMAgEN lA TORRE (T.3.) AlMOhAdE AdOSAdA. asentar la base de los cajones, salvo en el caso del Lienzo 1 del castillo, donde al adelantar el paramento al de la fase anterior, se debe construir un nuevo zócalo de mampostería de caliza que posteriormente se enfosca con mortero de cal. Las métricas de los tapiales son equivalentes a las de Eznavexor, con las agujas dispuestas en la mayor parte de los casos entre la tapia inferior y la siguiente hilada92. En cuanto a los materiales son también muy parecidos, basados en tapias hormigonadas que en la zona exterior presentan una terminación del mismo material, con un núcleo ligeramente más terroso. A partir de la invasión almohade y durante la segunda mitad del siglo XII, se va a producir un desarollo general de las fortiicaciones en la mayor parte de al-Ándalus93, que afectará tanto al ámbito urbano como a los husun y alquerías94, introduciéndose importantes avances poliorcéticos asociados principalmente 92. Esta tipología parece estar asociada a momentos constructivos ligeramente anteriores o primitivos a las innovaciones constructivas del periodo almohade. Ibidem, p. 135. 93. TORRó, Josep, «Fortiicaciones en Yibäl Balansiya. Una propuesta de secuencia», en MAlPICA CUEllO, Antonio (coord.), Castillos y territorio en Al-Ándalus. Jornadas de Arqueología Medieval (1. 1996. Berja). Granada. Athos-Pergamos, 1998, p. 411. 94. BAzzANA, Andree, CRESSIER, Patrice y SEgURA MARTI, Josep María, «Du hisn musulman au castrum chrétien: le château de Perpuchent (Lorcha, province d’Alicante)», Mélanges de la Casa de Velázquez, 18, 1 (1982) pp. 449-465. 356 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) el perfeccionamiento del tapial como material de construcción, la presencia de torres poligonales y elaborados sistemas defensivos en las puertas95. Este proceso adquirirá su mayor homogeneidad y desarrollo dentro del conjunto de obras realizadas por los califas Abu Yaqub Yusuf y su hijo Abu Yusuf Yaqub al-Mansur96, con una marcada arquitectura oicialista97 como relejo del poder del imperio. Así, se amplían las defensas en ciudades, especialmente con la construcción de barbacanas y la transformación de numerosas alcazabas, caso de Sevilla o Badajoz98, así como en muchos castillos de la frontera, donde en este momento se realizan profundos incrementos de sus estructuras militares. Las obras de este periodo presentan una sistematización muy clara, con aparejos levantados en su mayor parte mediante tapiales hormigonados99, a veces con refuerzos de sillería en los puntos más débiles, que suelen presentar terminaciones donde se hace común la decoración exterior de las tapias a base del falso despiece de sillares100. Tanto en el Campo de Montiel como en territorios cercanos como el Campo de Calatrava, la Sierra de Segura y las estribaciones de Sierra Morena, vamos a documentar también este proceso. Bien es verdad que todas las fábricas no presentan el típico despiece de sillería, pero la tipología de los aparejos, los materiales usados, las métricas de los tapiales, así como las características de agujales, las vinculan claramente con los ediicios de «los unitarios» en Al-Ándalus. Este momento está bien plasmado en nuestra área de estudio, con una clara acotación estratigráica101 y tipológica en los recintos defensivos de Eznavexor y La Estrella (Montiel). En ambos casos se construyeron dos torres huecas de tapial hormigonado que solamente permiten el acceso por su zona superior, quizás en origen desde los adarves, en la que no hemos registrado la presencia de vanos, aunque su mal estado de conservación nos obliga a ser cautos en este aspecto. Su función está claramente ligada al control de los accesos principales a las fortalezas102, permitiendo una mejor defensa de la vertical en estos puntos. Poseen una métrica que ya alcanza los 0,81 m de altura, con agujales rectangulares empotrados en el 95. VAldéS FERNáNdEz, Fernando, Op. cit., p. 130. 96. AzUAR RUIz, Rafael, y FERREIRA FERNANdES, Isabel Cristina, Op. cit., pp. 395-421. 97. MáRqUEz BUENO, Samuel, y GURRIARáN DAzA, Pedro, «Recursos formales y constructivos en la arquitectura militar almohade de al-Ándalus», en Arqueología de la Arquitectura, nº 5 (1998), pp. 115-134. 98. GURRIARáN DAzA, Pedro y MáRqUEz BUENO, Samuel, Op. cit., pp. 57-118 99. En estos momentos las métricas de las obras en gran parte de los recintos de cronología almohade, que se mueven entre los 0,8 y los 0,9 m. de altura del cajón, siguiendo la adopción del codo mamuní de 0,47 m. de altura aunque puede variar ligeramente según los usos locales. Un estudio sobre este proceso en GURRIARáN DAzA, Pedro y SáEz ROdRígUEz, Ángel, Op. cit., 569-570; TAbAlES ROdRígUEz, Miguel Ángel, «Algunas notas sobre fábricas murarias almohades en Sevilla», en VAlOR PIEChOTTA, Magdalena et alii (coord.), Los Almohades. Su patrimonio arquitectónico y arqueológico al sur de al-Ándalus. Sevilla. Junta de Andalucía, 2004, pp. 75-90. AzUAR RUIz, R, y FERREIRA FERNANdES, Isabel Cristina, Op. cit., p. 403. 100. Ibidem, pp. 403-405. 101. En los dos casos estas nuevas estructuras se están adosando o cortando a las fábricas de tapial de la fase anterior. 102. Existen casos similares estudiados en la huerta levantina, véase la tesis de ROdRígUEz NAvARRO, Pablo, La torre árabe observatorio en tierras valencianas. Tipología arquitectónica. (Tesis Doctoral inédita). Universidad Politécnica de Valencia, 2011; así como el caso del castillo de Miralores en Piedrabuena (Ciudad Real), por poner sólo algunos ejemplos. ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 357 DAVID GALLEGO VALLE FIg. 7.- FRENTE NORESTE dEl CASTIllO dE MONTIEl, CON lA SECUENCIA CONSTRUCTIvA dEl MISMO. cajón inferior103 y una composición mucho más depurada en los hormigones que la forman. Arquitecturas muy similares documentamos en la Sierra de Segura104, en el Campo de Calatrava en obras como en Miralores105 o Salvatierra, o en Jaén en las fortiicaciones de Giribaile, el castillo de Las Navas de Tolosa o en el conocido castillo del Ferral, todos ellos en zonas cercanas a la frontera de este momento. En varios de los recintos militares de la comarca del Campo de Montiel documentamos restos de ocupación de este periodo, aunque hay que hacerlo principalmente por el referente cerámico. Es el caso de Alcubillas, el castillo de Alhambra, Almedina o Villanueva de la Fuente por poner algunos ejemplos. Por otro lado, encontramos también algunas posibles alquerías en las que no se conservan restos 103. La introducción de los agujales en el cajón inferior para su protección durante el proceso de obra es una de las innovaciones que se producen dentro de las construcciones almohades de este momento. GRACIANI GARCIA, Amparo, Op. cit., p. 119. 104. Son relevantes las torres de alquería de Santa Catalina en el municipio de Orcera o las obras documentadas en el propio castillo. 105. En este sentido hay que citar el castillo de Miralores, obra que claramente se levanta en el periodo almohade como hemos podido comprobar en un estudio de paramentos y excavación de apoyo a la restauración de la fortaleza. 358 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) claros de fortiicación, como en Los Castillejos106 (Montiel), pero sí un registro material con una continuidad en el poblamiento en esta fase y que se prolongará hasta la ocupación cristiana. 4. LA PRIMITIVA OCUPACIÓN CRISTIANA Y LA CONSOLIDACIÓN DEL SEÑORÍO SANTIAGUISTA (1213-C.1300) La conquista del Campo de Montiel va a ser una de las consecuencias directas de la batalla de Las Navas de Tolosa. Entre 1213 y 1227107 se van a ir ganando cada una de las fortiicaciones, completándose con la toma del castillo de La Estrella, quedando este espacio rápidamente en manos de la orden de Santiago. En un primer momento los freires no van a acometer importantes obras108, sino que se lleva a cabo un aprovechamiento de las fortalezas islámicas en las que se readaptan estructuras y espacios a la nueva realidad cristiana109. No obstante, desde el punto de vista militar, los recintos castrales adquieren una nueva dimensión totalmente ofensiva110, ya que van a servir de punta de lanza a los santiaguistas para la conquista de la Sierra de Segura y el salto hacia tierras murcianas. Estratigráicamente hemos podido aislar esta fase tanto en Eznavexor111 como en La Estrella, en ambos casos ligada a fábricas pobres de mampostería y argamasas muy terreras. En el primero se producen arreglos tanto en torres como en las murallas del lanco norte, realizándose sólo la construcción de un ediicio que hemos identiicado como la primitiva iglesia. En el segundo están asociadas al forro de las antiguas estructuras de mampostería de época Omeya así como obras puntuales de refuerzo en la base de las torres de tapial, en especial en el frente norte de la fortaleza. Evidencias de este proceso las hemos documentado en otras fortiicaciones de nuestra zona112. La obra principal es la construcción ex novo del castillo de 106. En este punto se conservan los restos de una posible estructura militar, controlando el vado del río Lorigón, pero sin una excavación arqueológica no se puede precisar su cronología en detalle. 107. Un estudio más amplio de este proceso en MOlERO GARCíA, Jesús y GAllEgO VAllE, David, Op. cit., pp. 111-142 108. La debilidad administrativa de la Orden en estos primeros momentos conllevó que la monarquía cediera varios lugares del territorio a magnates nobiliarios para su repoblación, como Álvaro Núñez de Lara en Alhambra, Suero Téllez en Ossa o García Pérez en Peñalor. Este tema fue abordado por RUIz GóMEz, Francisco, Op. cit, pp. 275-278. 109. Son de cierta importancia la posible construcción de oratorios e iglesias en el interior de las fortalezas así como la readaptación de las torres huecas de la fase anterior como primitivas torres del homenaje. 110. La funcionalidad ofensiva de los castillos ha sido bien estudiada por GARCíA FITz, Francisco, «Pora acreçentamiento de nuestros regnos: las funciones ofensivas de los castillos de frontera», en BARRIO BARRIO, Juan Antonio, y CAbEzUElO PlIEgO, José Vicente (coords.), La fortaleza medieval: realidad y símbolo. Actas. Alicante. Universidad de Alicante, 1998, pp. 75-89. 111. Estas obras serán las últimas realizadas en el castillo, ya que no alcanzará la siguiente fase por su sustitución paulatina por el castillo de Montizón. 112. No obstante queda pendiente el estudio en detalle de este momento histórico en gran parte de los asentamientos, ya que tras la conquista se citan más de medio centenar de lugares poblados en el Campo de Montiel en los ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 359 DAVID GALLEGO VALLE FIg.8.- MAPA dEl CAMPO dE MONTIEl A FINES dEl SIglO xIII. San Polo a modo de padrastro de La Estrella, mediante una fábrica muy pobre de tapial de cal y canto y carente de torres, con estructuras retalladas en la roca a modo de aljibes y fresqueras. En El Salido se documenta la construcción de una pequeña torre que secciona la antigua muralla islámica, mediante una fábrica de mampostería rellena de hormigón de cal. Algo muy similar ocurre en la Algecira del Guadiana, donde hemos localizado evidencias de una posible construcción defensiva que puede corresponder con los restos de una torre. Una vez que se completó la conquista de la zona de Segura en 1242 y con el avance castellano por todo el Guadalquivir y la zona murciana, el Campo de Montiel va a quedar en una zona ligeramente de retaguardia, pero en un territorio con una realidad fronteriza muy clara, ya que no debemos olvidar la repercusión que para este área debió tener la revuelta mudéjar de 1264113, así como las invasiones distintos deslindes de la orden de Santiago, muchos de ellos asociados a antiguos lugares de ocupación islámica que tienen un intento de repoblación infructuoso, o por el contrario dieron lugar a las actuales poblaciones de la comarca como Albaladejo, Cozar o Fuenllana. 113. No tenemos constancia de que la revuelta mudéjar afectara directamente al Campo de Montiel, pero pudo suponer un foco de alerta por parte de la Orden de Santiago ante la cercanía de estas tierras al reino de Murcia. Sobre este tema ver GONzálEz JIMéNEz, Manuel, Alfonso X El Sabio. Historia de un reinado. Burgos. Diputación Provincial de Palencia, 1999, pp. 91-121. 360 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) por parte de los benimerines en 1282 y 1283114. A partir de este momento la Orden de Santiago comienza a «construir este espacio» mediante la consolidación de la nueva red comendataria que conllevó la recuperación mediante permutas de los antiguos lugares que habían quedado en manos nobiliarias115. Este nuevo proceso llevó aparejado un importante programa constructivo de fortiicaciones que permitió la explotación económica del territorio, con un claro encuadre jurídico y social del mismo. La tipología de estos ediicios es muy variada, pero en general responden a pequeñas construcciones feudales que en la mayor parte de los casos se levantan por completo en este momento116, asentadas la mayor parte de ellas en las zonas más elevadas de las pueblas y ligadas en ocasiones a pequeños templos117. Se van a erigir castillos como los de Alhambra, gran parte de los recintos del de San Felices-Rochafrida (Ossa de Montiel), Alcubillas o el desaparecido castillo del Tocón (Membrilla). Elementos próximos a la igura del cortijo118 los documentamos en el caso de Albaladejo o los desparecidos de Torrenueva o Torre de Juan Abad, y inalmente cercas, como la de Villanueva de la Fuente o la de la villa de Montiel. Constructivamente se trata de obras levantadas mediante encofrados perdidos de mampostería o sillarejo rellenos con hormigón de cal119, con una modulación en la hilada de 0,25 m. de altura y ligada en la mayor parte de los casos a obras muy características de mampuestos enripiados individualmente. Estas fábricas permiten levantar rápidamente nuevos ediicios pero también exige trabajos signiicativos de cantería, tanto en el mismo cerro donde se asienta la fortaleza como en nuevas canteras de arenisca, como en Alhambra, Terrinches o Montiel. Finalmente, aunque aún está por completar la investigación, observamos la presencia de un revestimiento común en varias obras120 a base de un llagueado de mortero de cal decorado con escorias, con paralelos en fases anteriores como en obras almohades como Miralores (Piedrabuena) o en la cerca urbana de Alarcos, pero que en nuestro ámbito es más tardío como vemos tanto en Montiel como en la barrera de Villanueva de la Fuente. 114. MANzANO ROdRígUEz, Miguel Ángel, La intervención de los benimerines en la Península Ibérica. Madrid. CSIC, 1992, pp. 69-80. 115. Dentro de este proceso es importante la obra del maestre Pelay Pérez Correa territorial, foral y de dotación de privilegios que llevó a cabo en los principales centros poblacionales de este espacio como Montiel y Alhambra, ver LóPEz FERNáNdEz, Manuel, La Orden de Santiago y el Maestre Pelay Pérez Correa. Ciudad Real. Instituto de Estudios Manchegos, 2001, pp. 297-302 y 356-358. 116. Muchos de ellos están asentados sobre antiguos recintos islámicos de los que sólo hemos podido documentar el referente cerámico y toponímico, pero no localizar ninguna construcción de este momento como en los castillos de Alhambra o Rochafrida. 117. MOlERO GARCIA, Jesús y GAllEgO VAllE, David, Op. cit., 118-119 118. VIllEgAS DIAz, Luis Rafael, «Sobre el cortijo medieval: para una propuesta de deinición», en Aragón en la Edad Media XIV-XV. Homenaje a la Profesora Carmen Orcástegui Gros, 14, 1 ( Zaragoza, 1999), pp. 1609-1626. 119. El estudio de los morteros en estos ediicios nos está apuntando a que existen muchas similitudes en las argamasas de estos momentos, con presencia de mezcla con gran cantidad de árido frente a la proporción de cal. 120. Como en el caso de las construcciones de esta fase en el castillo de Montiel, en unas primitivas obras en Montizón, aún en proceso de estudio cronológico, o en la cerca de Villanueva de la Fuente. ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 361 DAVID GALLEGO VALLE FIg. 9.- vISTA dEl FRENTE OESTE dEl CASTIllO dE AlhAMbRA, CON dETAllE dE SU TéCNICA CONSTRUCTIvA. Este impulso constructivo está bien documentado en el castillo de La Estrella, donde se va a construir la primera torre del homenaje de la fortaleza, identiicada en nuestro estudio como T.9. Se trata de una gran obra cuadrangular, localizada en el interior de la antigua fortaleza islámica, con hasta tres pisos interiores y que debió suponer un importante esfuerzo de cantería por la buena labra tanto de los sillarejos como de los encadenados de sillares. En Alhambra se alza por completo un recinto poligonal, con una obra de mampostería enripiada extraída del propio cerro y posiblemente de los farallones donde se asienta la población actual121. En Alcubillas se construye un ediicio rectangular que se rodea de una muralla perimetral, usándose en este caso mampostería enripiada de cuarcita y una cerca de menor calidad, quizás ligada al asentamiento de una puebla primigenia. En Rochafrida se va a erigir un recinto poligonal, carente de torres salvo un pequeño borje-contrafuerte en la zona sur, con murallas 121. A pesar de las reducidas dimensiones de la fortaleza sabemos que en el interior del mismo existía una pequeña cámara a modo de capilla que aún se mantenía en uso en 1494. - A.H.N., OO.MM., Santiago, 1067-C: Visita a los partidos de la Mancha, Ribera del Tajo, Campo de Montiel y Sierra de Segura. Uclés 1494, fol. 160. 362 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) en cremallera que se adaptan a la roca y que permite el control del acceso a las lagunas de Ruidera desde Ossa de Montiel. En Albaladejo, encontramos una construcción rectangular con dos torres, una maciza y otra de habitación, unidas por una cámara interior, todo ello con el uso de encofrados de mampostería de toba caliza y encadenados de sillarejos en los ángulos. Finalmente, un caso a caballo entre este periodo y el siguiente, es el gran torreón de Terrinches de más de 300 m² y que responde a una importante obra señorial construida entre los siglos XIII y XIV, en la línea de otras cercanas, pero ya en territorios de Segura de la Sierra, como las de Génave, Villarrodrigo o Torres de Albanchez122, con un amplio trabajo de cantería para los encadenados de sillares esquineros así como en vanos y bóvedas, donde se documenta el mayor conjunto de marcas de cantero de nuestro estudio. 5. DE LAS GRANDES ENCOMIENDAS AL EPÍLOGO DE LAS FORTIFICACIONES (C.1300- C. 1550) Entre ines del siglo XIII y comienzos del siglo XIV se va a consolidar plenamente la red comendataria del Campo de Montiel, muy vinculada a un importante auge económico derivado en gran medida del tránsito de ganados que desde la Sierra de Segura discurrían hacia las posesiones manchegas de la Orden de Santiago123. Asimismo, el desarrollo de la agricultura va a conllevar que se pongan en funcionamiento grandes extensiones de tierra, generando suculentas rentas que debían ser gestionadas por las distintas encomiendas de la zona124. No obstante la función militar sigue estando aún muy presente, ya que nuestra comarca se convierte en retaguardia de la frontera con el reino de Granada, por lo que las fortalezas se preparan defensivamente para el apoyo a los cercanos castillos santiaguistas de Segura de la Sierra. El avance del sistema comendatario conllevó la necesidad de ampliar los grandes centros económicos y administrativos, así como el control de las principales cabañas ganaderas, por lo que se inician varios proyectos constructivos que debieron suponer un esfuerzo económico muy exigente para los santiaguistas: 122. Un importante estudio de estas fortiicaciones en GóMEz de TERREROS GUARdIOlA, María del Valle y GóMEz de TERREROS, María Gracia, «La arquitectura de la orden de Santiago en la provincia de Jaén», enGóMEz de TERREROS GUARdIOlA, María del Valle (ed.), La Arquitectura de las Órdenes Militares en Andalucía. Conservación y restauración. Huelva. Universidad de Huelva, 2011, pp.123-238. Ver también SAlvATIERRA CUENCA, Vicente et alii, «Evolución de un territorio en época medieval. El valle Hornos-Trujala (Segura de la Sierra, Jaén)», en GálvEz POSTIgO, Antonio (coord.), Proyectos de Investigación 2004-2005. Jaén. Universidad de Jaén, (2006), pp. 11-82. 123. AYAlA MARTíNEz, C., Op. cit., pp. 94-95. 124. MATEllANES MERCháN, José Vicente, La Orden de Santiago y la organización social de la Transierra castellano-leonesa (ss. XII-XIV). Cuadernos de Historia Medieval, Sección Monografías, 1, Madrid, 1999. Publicación en línea en el recurso: [http://www.uam.es/departamentos/iloyletras/hmedieval/Cuader_ini.htm] ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 363 DAVID GALLEGO VALLE el recinto interior del castillo de La Estrella, el castillo de Montizón125, el recinto norte de Rochafrida así como los torreones de La Higuera (Villamanrique) y Puebla del Príncipe. Desde el punto de vista tipológico, las nuevas fortiicaciones estarán a la vanguardia de los sistemas defensivos de la época, incorporando interesantes soluciones poliorcéticas que están en la línea de las grandes construcciones señoriales de esta fase. En primer lugar vamos a tener una importante evolución hacia la complejidad de los recintos126 y reducción de los espacios de tránsito, coronados interiormente con imponentes torres del homenaje como en el caso de Montiel y Montizón, muy similar a la de Segura de la Sierra, que se convierten es fortiicaciones en sí mismas, capaces de resistir asedios y que cuentan con hasta tres pisos. Los accesos se realizan en codo (Montizón), con entradas abovedadas, con las denominadas torres-puerta que permiten batir a los atacantes desde los lancos y desde los periles superiores. Se multiplica la variedad de plantas en las tipologías de las torres127, pero tendiendo hacia construcciones cuadrangulares con los ángulos redondeados128 salvo por ejemplo de Rochafrida con una característica planta trapezoidal. Interiormente están huecas en la mayor parte de los casos, y con varias plantas destinadas tanto al almacenaje como a la defensa vertical con terrazas. Los pisos se cubren normalmente con bóvedas de ladrillo, pero también encontramos grandes espacios rectangulares abovedados que aprovechan las amplias salas longitudinales, como en el muro norte del castillo de La Estrella. Desde el punto de vista constructivo, como vemos en Montiel, se continúa con las obras de encofrados perdidos de sillarejo o mampostería con relleno interior de hormigón de cal, pero encontramos una mayor anchura de los muros que en algunos casos alcanzan los 3 m. de espesor, ligados claramente a aguantar de forma efectiva ante una artillería cada vez más potente. El volumen de las construcciones de esta fase conllevó un signiicativo desarrollo de los procesos de cantería, lo que debió suponer un importante trabajo de extracción y de acarreo de materiales. Asimismo, dentro de este momento ediicatorio, intuimos un desarrollo de los programas constructivos por parte de los alarifes, que claramente contaron con un conjunto de ingenios para desarrollar estos ediicios monumentales. Finalmente 125. En esta fortiicación aún tenemos en curso el estudio de la secuencia estratigráica, por lo que posiblemente podamos determinar alguna fase anterior a este gran momento edilicio. 126. Aún nos quedan por identiicar y estudiar los espacios de corte simbólico que sabemos que debieron tener estas fortalezas de órdenes militares, bien documentados en otros ediicios de órdenes. Ver el caso de la encomienda de Ambel: GERRAd, Christopher, «Paisaje y Señorío: La casa conventual de Ambel (Zaragoza)», en Arqueología, arquitectura e historia de las Órdenes Militares del Temple y el Hospital. Zaragoza. Institución Fernando el Católico, 2003. 127. No obstante no hemos podido documentar ningún tipo de construcción poligonal, principalmente del tipo pentagonales en proa tan comunes en el Campo de Calatrava o en recintos fortiicados de toda Castilla durante este periodo, ver PRAdIllO ESTEbAN, Pedro, «Torres pentagonales en proa. La implantación del modelo en la Castilla del trescientos», en RUIbAl ROdRígUEz, A. (coord.), Actas del III Congreso de Castellología Ibérica. Guadalajara. Diputación Provincial, 2005, pp. 553-572. 128. Esta avance poliorcético permite una mejor defensa contra la artillería de torsión, ya que aguanta de una forma más efectiva los impactos de los proyectiles que impiden que dañen los ángulos de las construcciones. 364 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) FIg. 10.- vISTA gENERAl dEl CASTIllO dE MONTIzóN. existió una clara preocupación por dotar de monumentalidad a las puertas principales, que se realizan en sillería de arenisca, donde encontramos similitudes en los casos conservados de Montizón y Alhambra129. Desde mediados del siglo XV vamos a asistir a un abandono paulatino de las fortalezas del Campo de Montiel o la pérdida de la función administrativa, económica o militar para las que fueron concebidas130. Por otro lado varios de los ediicios, caso de Fuenllana o La Solana, serán arrasados en el contexto, o en años siguientes, de los enfrentamientos de bando nobiliarios en los reinados de Juan II y Enrique IV, siendo especialmente virulentos entre los partidarios de los Manrique y los de Álvaro de Luna131. Este proceso se completará con la consolidación de la monarquía de los Reyes Católicos, la conquista de Granada y el in de las guerras civiles, por lo que estas fortiicaciones medievales pierden sentido e incluso alguna de ellas son derrocadas como Rochafrida. Muchos castillos en altura son abandonados y otros sustituyen elementos militares a favor de otros de corte 129. En ambos casos los despieces de los arcos apuntados son similares, con unas dimensiones prácticamente idénticas y con marcas de cantero muy parecidas. 130. PORRAS ARbOlEdAS, Pedro Andrés, Op. cit, pp. 248-261. 131. Un estudio minucioso sobre este proceso en el Campo de Montiel ha sido el realizado por ESCUdERO BUENdíA, Francisco Javier, La iglesia de Santa Catalina de La Solana (s. XII-XV), orígenes de la villa. Tomelloso. Soubriet, 2003, pp. 89-95. ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 365 DAVID GALLEGO VALLE económico132 y residencial, apareciendo lentamente en las poblaciones las casas de encomienda133 que sustituyen la función administrativa de las antiguas fortalezas. En esta fase, salvo en algún caso aún por investigar en profundidad134, no encontramos nuevos programas constructivos, ni siquiera las necesarias adaptaciones mínimas del desarrollo artillero que se produce a partir del reinado de Enrique IV135. Únicamente vamos a registrar la realización de reparaciones de urgencia en las fortalezas o en muchos casos el propósito de realizarlas136, que en la mayor parte de las obras tienen un desarrollo muy limitado. Aunque la documentación nos habla de un importante número de obras de mantenimiento en las distintas fortiicaciones en este momento137, sólo hemos podido identiicar estratigráica y documentalmente las realizadas en el castillo de Montiel138. Desde mediados del siglo XV la fortaleza estaba en un estado de conservación muy deiciente, incluso con partes ya cerradas y tapiadas debido a los constantes derrumbes y colapsos139. Para solucionarlo se realizaron varias obras puntuales, que conllevaron el cosido y la reconstrucción del frente noreste en la zona de unión con la primitiva torre señorial del siglo XIII. Asimismo se calzan algunas torres de tapial y se intenta una importante reconstrucción de la torre del 132. Por ejemplo, tras el abandono de la fortaleza de Terrinches ya documentado en la visita a la fortaleza en 1549, «...No se hallo alcaide ni quien diese la entrega...» (A.H.N., OO.MM., Santiago, 1085-C: Visita de los Partidos del Campo de Montiel y Murcia hecha por García Sánchez de Carvajal Gobernador del Campo de Montiel y Juan Muñoz, cura de Cehegín. Uclés, 1549, fol. 866), el castillo pasó a utilizarse como bodega y casa de labor (HERváS y BUENdíA, Inocente, Catálogo Monumental Artístico-Histórico de España. Provincia de Ciudad Real. Madrid. Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, 1917, p. 534) hasta prácticamente el último tercio del siglo XX. 133. Tenemos documentada la presencia de casas de la encomienda en Villanueva de la Fuente, Montiel, Ossa de Montiel, etc., todas ellas creadas ya en la Edad Moderna. Sobre un proceso similar, en este caso para la orden de Calatrava ver MOlERO GARCíA, Jesús, «Castillos-Casas de la Encomienda en el Campo de Calatrava», en RUIbAl ROdRígUEz, A. (coord.), Actas del III Congreso de Castellología Ibérica. Guadalajara. Diputación Provincial, 2005, pp. 657-680. 134. No podemos estar seguros de la aplicación de reformas artilleras en las fortiicaciones que estamos estudiando, pero hay que avanzar en la identiicación cronológica de la cerca con cuatro cubos circulares que rodea al torreón de Terrinches o algunas modiicaciones que apreciamos en algunas saeteras de la torre del homenaje del castillo de Montiel que estamos excavando actualmente. 135. COOPER, Edward, «El dominio de la pólvora en la arquitectura militar a ines de la Edad Media», en RUIbAl ROdRígUEz, A. (coord.), Actas del IV Congreso de Castellología Ibérica. Madrid. Asociación Española de Amigos de los Castillos, 2012, pp. 40-41. 136. Para esta fase la documentación con la que contamos es muy abundante, gracias a la descripción de las obras a realizar en las fortalezas que encontramos en los Libros de Visita. 137. Los Libros de Visita nos hablan de constantes mandatos de obra, pero todos ellos muy puntuales ligados principalmente a recalzos en torres, recrecidos o reparos en murallas o principalmente pretilados y realmenados de los remantes de los muros. 138. Las obras debieron ser constantes para el mantenimiento de la fortaleza, como podemos ver en un documento de 1476 en el que Gonzalo Chacón es eximido de pagar ciertas rentas obtenidas de las encomiendas del Campo de Montiel, ya que las había destinado al mantenimiento del castillo de Montiel. Archivo General de Simancas, Real Cancillería de los Reyes de Castilla, Registro del Sello de la Corte: Carta dando por libre y quito a Gonzalo Chacón, mayordomo y contador mayor, de los maravedís de las rentas de la villa de Montiel y de las otras villas y lugares del Campo de Montiel que hubiere tomado de los años pasados hasta fin del año 1473, porque los gastó en la guarda del castillo de dicha villa. Tordesillas, 1476. 139. Entre ellos el más importante es el colapso de parte de la torre del homenaje en un momento previo a la visita realizada en1478, ya que se cita en la misma que parte de la torre fue reparada por el Maestre Suarez de Figueroa. A.H.N., Órdenes Militares Santiago, 1063-C, Visita a los partidos de la Mancha, Ribera del Tajo, Campo de Montiel y Sierra de Segura. Uclés, 1478, fol. 225. 366 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) homenaje en 1478 para la que se proyectó colocar una grúa y se presupuestó un importante gasto, aunque desconocemos el alcance inal de esta intervención140. Desde el punto de vista constructivo las obras de este momento están ligadas al uso de encofrados de sillarejo de cierta calidad141, prácticamente sillares, pero apreciamos un cambio de la cantera de arenisca hacia una con una veta de tonalidad grisácea. Finalmente, un hecho capital de las fábricas de este periodo, es una derivación hacia hormigones y morteros con gran cantidad de yeso en la mezcla, algo que permite una construcción más rápida y económica, evolución que observaremos en fases posteriores en muchos templos y en las pocas fortalezas que siguieron habitadas en la Edad Moderna, aunque ya con una inalidad agropecuaria, como es el caso de Alhambra142. 6. CONCLUSIONES Con este artículo hemos querido presentar la importancia de la aplicación del método de la estratigrafía arqueológica muraria al estudio de las fortiicaciones medievales, en este caso centradas en el Campo de Montiel. El uso de estas herramientas nos ha permitido «deconstruir» cada ediicio, mostrándonos su secuencia histórico-constructiva y permitiéndonos encuadrar cada fase dentro de unos marcos cronológicos absolutos. Creemos que este instrumento es fundamental, especialmente para los periodos en que las fuentes escritas son poco relevantes o prácticamente inexistentes, ligadas en nuestro caso a los momentos islámicos y la primera ocupación cristiana del siglo XIII. Obviamente estos trabajos se deben completar con otras herramientas arqueológicas como la prospección a diversas escalas y el estudio del territorio en sus diversas facetas (toponimia, caminería, espacio físico, etc.), y siempre que sea posible combinándolo con la investigación de las fuentes documentales conservadas para cada periodo. Los resultados obtenidos en la presente investigación, fruto de la aplicación de la metodología arqueológica de estudio de paramentos como mayor novedad metodológica, han sido muy relevantes para la compresión de las fortiicaciones de esta comarca, de la que no teníamos hasta el momento datos precisos, en 140. Parece que la intervención se llegó a realizar en gran parte de los cubos y torres presupuestados como hemos podido documentar en el estudio, pero desconocemos el alcance inal de las obras en la torre del homenaje debido a que actualmente está totalmente colmatada. 141. Aunque en el contrato de obras de la visita de obras se habla de tapias en todo momento, tenemos que entender las mismas como una unidad de obra y no en su extensión como técnica constructiva. En este sentido ver GRACIANI GARCíA, Amparo, «Consideraciones iniciales y relexiones sobre la tapia como unidad de medida para una interpretación constructiva del término», en HUERTA, Santiago y LóPEz UllOA, Fabián (eds.), Actas del Octavo Congreso Internacional de Historia de la Construcción, 9-12 de octubre de 2013. Madrid. Instituto Juan de Herrera, 2013, pp. 439-446. 142. La utilización del yeso se ve claramente en el contrato de las obras de arreglo del castillo de Alhambra en 1555. A.H.N., OO.MM., Archivo Histórico de Toledo, Exp. 17936: Descripción de las obras a realizar en la Encomienda de La Solana y Alhambra. Villanueva de los Infantes, 1555. ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 367 DAVID GALLEGO VALLE especial para el periodo islámico y los primeros momentos de la ocupación cristiana de este territorio. En primer lugar estamos comenzando a interpretar, tanto en este trabajo como en otros anteriores centrados en la época islámica, la posible vinculación de todo este territorio a la Cora de Jaén, especialmente, en el periodo Omeya (VIII-XI), lo que nos está ayudando a entender de una forma más clara la distribución del poblamiento y la caminería de este espacio. La primera fase constructiva en esta comarca no se debió producir hasta el periodo Omeya -ya que en momentos anteriores pudieron seguir en uso las defensas de origen romano- donde encontramos una doble secuencia constructiva que en ambos casos se asocia a primitivos usos de la piedra como material de ejecución en las obras. El primero creemos que está ligado a un momento inicial centrado en la fase emiral y a construcciones tradicionalmente consideradas como ediicaciones beréberes, asociadas a obras de sillarejo o sillería dispuestas a tizón en los muros. El segundo parece corresponder ya a la consolidación del Califato Cordobés, vinculado a la construcción de husun como elementos articuladores del territorio, con obras de planta rectangular y torres de lanqueo construidas en mampostería, ligadas con un mortero de cal de gran calidad, como hemos visto en Eznavexor y en Montiel. Entre el inal de las taifas y las primeras invasiones norteafricanas de ines del siglo XI, esta área se convierte en una zona de frontera, en un espacio que hasta la ocupación almorávide debió estar en la órbita de los reinos de Denia, Jaén y Toledo. En este momento hemos podido documentar una nueva fase de construcción, especialmente relejada en Montiel y Eznavexor, con la incorporación de fábricas de tapial hormigonado, la construcción de nuevas torres de lanqueo macizas y de defensa vertical, así como la posible introducción de algunas torres albarranas. El inal de este periodo está ligado a un programa de fortiicaciones por parte de los almohades en las grandes urbes y los castillos de la frontera, especialmente con los califas Abu Yaqub Yusuf y su hijo Abu Yusuf Yaqub al-Mansur, donde en nuestra zona de estudio hemos documentado un impulso constructivo vinculado nuevamente a obras en tapial, pero que en este caso se asocia a la presencia de torres huecas vinculadas a la defensa de los accesos a los castillos de Montiel y Eznavexor. Tras la conquista del Campo de Montiel, inalizada en 1227, y hasta la ocupación por parte de la Orden de Santiago de toda la Sierra de Segura que se completa a mediados del siglo XIII, no se produjo un importante esfuerzo constructivo de los santiaguistas, que se limitó a readaptar funcionalmente los antiguos castillos islámicos y a reforzar las zonas más vulnerables con fábricas muy pobres ligadas a mampostería y mortero de baja calidad. No obstante asistimos a la erección de las primeras parroquias que se localizan en el interior de las fortalezas, como hemos podido documentar arqueológicamente en Eznavexor. En este periodo aún queda de maniiesto la debilidad organizativa de los santiaguistas, por lo que se ceden 368 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) temporalmente varias fortiicaciones de la frontera a magnates nobiliarios, como los Lara en Alhambra o los Téllez en Ossa para que procedieran a su repoblación. Conforme se consolide la red comendataria durante la segunda mitad del siglo XIII, asistiremos a un importante momento constructivo que llevó a levantar más de una decena de fortiicaciones de distinta tipología -castillos, cortijos, torres, aldeas con estructuras defensiva- pero con una función clara como elemento militar y de residencia del poder señorial, en nuestro caso ligado a comendadores y alcaides de la orden de Santiago. La técnica edilicia se decanta a partir de este momento hacia el uso generalizado de la piedra en los aparejos, con un relleno de hormigón de cal interno, dejándose a un lado las obras en tierra, lo que conllevó una explotación mucho mayor de los trabajos de cantería, como vemos en la erección de la primera torre del homenaje del castillo de Montiel o la ediicación de fortalezas como las de Alhambra, Alcubillas y principalmente Terrinches. En los primeros años del siglo XIV, fruto de una expansión económica y administrativa de las encomiendas de la zona, se va a documentar la construcción de los grandes castillos señoriales, que se convierten en auténticos centros de poder económico y de acumulación de rentas de todo tipo, generando una compleja disposición de espacios para estas funciones: bodegas, torres-almacén, trojes, etc. No obstante no se deja de lado la función militar ante la cercanía de Segura de la Sierra y la frontera con el reino de Granada, ya que las nuevas obras de Montiel o Montizón incorporan elementos defensivos contra la artillería de torsión, como el engrosamiento de los muros hasta alcanzar los 3 m., se redondean los ángulos de las torres, los accesos se realizan en codo, etc. La técnica constructiva usa en todos los casos la piedra mediante encofrados perdidos de sillarejo o mampostería, pero se aprecia un mayor desarrollo en los procesos de obra y un especial cuidado en la ejecución de ciertos elementos arquitectónicos como las entradas del castillo de Montizón o Alhambra. A partir de mediados del siglo XV los castillos pierden cada vez más funciones a favor de las nuevas casas de las encomiendas localizadas en los pueblos, abandonándose las antiguas fortiicaciones en altura y reutilizándose los torreones urbanos con nuevas funciones más económicas que militares. No obstante se intentan realizar arreglos en todos los castillos como vemos claramente en los Libros de Visita, aunque asociados a obras muy puntuales de refuerzo en los muros, como en el caso por ejemplo de Montiel donde se reconstruye parte del frente norte del «Tercer Recinto». Bien es verdad, que en la mayor parte de los casos no se llegaban a realizar aunque eran mandatos expresos de los visitadores. A pesar de los buenos resultados obtenidos para nuestra zona de investigación, este trabajo quedaría en un marco local y por tanto muy limitado cientíicamente, si no hubiéramos intentado extrapolar nuestros resultados y compararlos con otras investigaciones ligadas al estudio de las técnicas constructivas en distintos espacios históricos. Por ello estamos identiicando procesos de ediicación similares para nuestra zona en el Levante o La Meseta para el periodo Omeya, con ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd 369 DAVID GALLEGO VALLE fábricas principalmente en piedra y ligados administrativamente a los husun como centro de poder. O el desarrollo del tapial para los imperios norteafricanos, muy similar a otras grandes obras que se extienden por todo Al-Ándalus. Finalmente estamos encuadrando nuestras fortiicaciones cristianas dentro de los programas constructivos de la orden de Santiago, con similitudes muy importantes con de la Sierra de Segura para el gran periodo edilicio que se produce entre la segunda mitad del siglo XIII e inicios del XIV. Finalmente hay que precisar, como hemos comentado a lo largo del texto, que este trabajo presentaba los resultados de una primera fase de investigación que debemos ir completando con el estudio completo de todo el catálogo de fortiicaciones que conforman el Campo de Montiel y sus territorios de inluencia, prosiguiendo con el vaciado sistemático de las fuentes documentales que se conservan, con lo que obviamente podremos ampliar o matizar las conclusiones que hemos aportado en el presente artículo. 370 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III hISTORIA MEdIEvAl 29 · 2016 · PP. 337–376 ISSN 0214-9745 · E-ISSN 2340-1362 UNEd LA FORTIFICACIÓN MEDIEVAL EN EL CAMPO DE MONTIEL (SS. VIII-XVI) 7. 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Jurados conversos en Córdoba a ines del Medievo FRANCISCO dE PAUlA CAñAS GálvEz La correspondencia de Leonor de Alburquerque con su hijo Alfonso V de Aragón: acción política y conidencia familiar del partido aragonés en la corte de Castilla (1417-1419) 249 OCTAvIO COlOMbO Los dueños del dinero. Prestamistas abulenses a mediados del siglo XV 279 AlFONSO DOMíNgUEz dE lA CONChA Apropiaciones de comunales en la Puebla de Guadalupe (Cáceres) durante la Baja Edad Media 313 ANTONIO VICENTE FREY SáNChEz Sobre la articulación administrativa de la cuenca del río Segura entre los siglos VII y VIII: algunos recientes elementos para identiicar una frontera «blanda» LUIS MARTíNEz GARCíA Los campesinos al servicio del señor, según los fueros locales burgaleses de los siglos XI-XIII JUAN JOSé MORAlES GóMEz Las minas de alumbre del bajo Jiloca (Zaragoza) y su explotación a ines de la Edad Media DAvId D. NAvARRO Precisiones literarias sobre el antijudaísmo de Gonzalo de Berceo en el Milagro de Teófilo (XXIV) 593 JAIME PIqUERAS JUAN Matrimonios en régimen de germania y relaciones intrafamiliares en Alicante durante el siglo XV 621 AídA PORTIllA GONzálEz El arte del buen morir en los testamentos medievales de la catedral de Sigüenza (siglos XIII-XV) 675 MARíA DEl PIlAR RábAdE ObRAdó Justas, iestas y protagonismos: Alegrías y placeres en El Victorial de Gutierre Díaz de Games 699 TERESA SáNChEz COllAdA La dote matrimonial en el Derecho castellano de la Baja Edad Media. Los protocolos notariales del Archivo Histórico Provincial de Cuenca (1504-1507) 337 DAvId GAllEgO VAllE La fortiicación medieval en el Campo de Montiel (ss. VIII-XVI). Análisis de su secuencia histórica y constructiva 735 377 777 MAURICIO HERRERO JIMéNEz El cuidado del alma y otros cuidados en las cartas de aniversario del cabildo de los clérigos de Cuéllar en el siglo XIV CARMEN LóPEz MARTíNEz Sancho IV de Castilla y la imposición del diezmo mudéjar CASTO MANUEl SOlERA CAMPOS Pureza y continencia durante la Edad Media: la castidad conyugal en la Orden de Santiago (siglos XII-XVI) ÓSCAR VIllARROEl GONzálEz Autoridad, legitimidad y honor en la diplomacia: los conlictos anglo-castellanos en los concilios del siglo XV 29 ESPACIO, TIEMPO Y FORMA SERIE III HISTORIA MEDIEVAL REVISTA DE LA FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA Libros 817 ÁlvAREz FERNáNdEz, María y BElTRáN SUáREz, Soledad, Vivienda, gestión y mercado inmobiliarios en Oviedo en el tránsito de la Edad Media a la modernidad. El patrimonio urbano del cabildo catedralicio (RObERTO J. GONzálEz ZAlACAíN) 821 BECEIRO PITA, Isabel (dir.), Poder, piedad y devoción. Castilla y su entorno, siglos XII-XV (ANA EChEvARRíA ARSUAgA) 825 GARCíA FERNáNdEz, Ernesto (Coord.), Laguardia y sus fueros. Estudios Históricos realizados en conmemoración del 850 aniversario de la concesión de la carta fundacional (ANA MARíA RIvERA MEdINA) 829 GARCíA FERNáNdEz, Ernesto y BONAChíA HERNANdO, Juan Antonio (eds.), Hacienda, mercado y poder al Norte de la Corona de Castilla en el tránsito del Medievo a la Modernidad (ANA MARíA RIvERA MEdINA) 843 MARTíN PRIETO, Pablo, Las matemáticas en la Edad Media: una historia de las matemáticas en la Edad Media occidental (ANTONIO HERNANdO ESTEbAN) 847 MIRANdA GARCíA, Fermín, Breve Historia de los Godos (ANA MARíA JIMéNEz GARNICA) 851 MORENO OllERO, Antonio, Los dominios señoriales de la Casa de Velasco en la Baja Edad Media (DIEgO ARSUAgA LAbORdE) 855 ORTEgO RICO, Pablo, Poder financiero y gestión tributaria en Castilla: Los agentes fiscales en Toledo y su reino (1429-1504) (ANA MARíA RIvERA MEdINA) 861 SOlóRzANO TElEChEA, Jesús A. & ARízAgA bOlUMbURU, Beatriz & AgUIAR ANdRAdE, Amélia (editores), Ser mujer en la ciudad medieval europea (MARIANA ZAPATERO) 869 SOlóRzANO TElEChEA, Jesús A. & ARízAgA bOlUMbURU, Beatriz & SICkINg, Louis (eds.), Diplomacia y comercio en la Europa Atlántica Medieval (RObERTO J. GONzálEz ZAlACAíN) 875 VíTORES CASAdO, Imanol & GOICOlEA JUlIáN, Francisco Javier & ANgUlO MORAlES, Alberto & ARAgóN RUANO, Álvaro (edición y estudios), Hacienda, iscalidad y agentes económicos en la Cornisa Cantábrica y su entorno (1450-1550). Nuevos textos para su estudio (ENRIqUE CANTERA MONTENEgRO)