PABLO DE LA CRUZ DÍAZ
FERNANDO LUIS CORRAL
IÑAKI MARTÍN VISO
(EDS.)
EL HISTORIADOR
Y LA SOCIEDAD
Homenaje al Profesor José Mª. Mínguez
Ediciones Universidad
Salamanca
PABLO DE LA CRUZ DÍAZ
FERNANDO LUIS CORRAL
IÑAKI MARTÍN VISO
(Eds.)
EL HISTORIADOR Y LA SOCIEDAD
Homenaje al Profesor José Mª. Mínguez
EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
ESTUDIOS HISTÓRICOS & GEOGRÁFICOS
© Ediciones Universidad de Salamanca
y los autores
Motivo de cubierta:
Capitel de la iglesia de San Andrés (S XII), en Gama, Palencia
(fotografía de Pablo C. Díaz)
ª edición: febrero,
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El HISTORIADOR y la sociedad : homenaje al profesor José Ma. Mínguez / Pablo
de la Cruz Díaz, Fernando Luis Corral, Iñaki Martín Viso (eds.).—1a. ed.—
Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2013
312 p.—(Acta salmanticensia. Estudios históricos y geográicos ; 152)
1. Mínguez Fernández, José María-Discursos, ensayos, conferencias.
2. Historia-Discursos, ensayos, conferencias. I. Mínguez Fernández, José María.
II. Díaz Martínez, Pablo de la Cruz. III. Corral, Fernando Luis. IV. Martín Viso, Iñaki.
94 : 082.2 Mínguez Fernández, José María
Índice
Presentación, Pablo C. Díaz, Fernando Luis Corral e Iñaki Martín Viso .........
9
José María Mínguez, entre Alfonso VI y Rossini, Manuel Sánchez Martínez ..
13
Algunas notas más sobre la cultura del vino en la Edad Media, María Dolores Cabañas González .............................................................................
23
Historias regionales de la repoblación: los reyes asturleoneses y las «políticas de la tierra» en el oeste de la meseta del Duero, Álvaro Carvajal e
Iñaki Martín Viso ........................................................................................
39
El mito godo en la construcción de Castilla, Pablo C. Díaz ............................
53
Concejos y monarquía en el reinado de Alfonso VIII: el pacto matrimonial
de -, Carlos Estepa Díez..................................................................
67
Fernando II y la consolidación del señorio feudal de San Salvador de
Oviedo, Francisco Javier Fernández Conde ...............................................
77
Ganadería, poblamiento y dehesas en los concejos de realengo de Extremadura (siglos XIII-XV), Mª Dolores García Oliva ...................................... 101
Un castellano en la corte del rey Fernando: breves notas para el estudio
de las relaciones monarquía/nobleza en el siglo XII, Fernando Luis
Corral .......................................................................................................... 115
Los titulares del señorío de Villafranca de la Sierra (Ávila), desde su creación hasta la unión con el de las Navas, después del llamado pleito de
Villafranca (-), Carmelo Luis López ............................................. 129
Un prelado medieval y su corte: Gonzalo de Vivero (Salamanca, ), José Luis Martín Martín .................................................................... 147
Ideología y anibología antijudías en la obra Fortalitium Fidei, de Alonso
de Espina. Un apunte metodológico, José Mª Monsalvo Antón ............... 163
De la función de los castillos en el tiempo y los espacios de Diego Gelmírez,
Ermelindo Portela y Mª del Carmen Pallares............................................. 189
La inluencia inglesa en la España de ines del siglo XVIII a través de las
bibliotecas, Ofelia Rey Castelao ................................................................. 205
Las villas de Ponferrada, Molinaseca y Bembibre en la Edad Media, Mª
Carmen Rodríguez González y Mercedes Durany Castrillo ...................... 221
Conciencia del riesgo y lucha contra la crisis. Un itinerario por la historia
del hambre en la Europa preindustrial, Josep Mª. Salrach ........................... 239
Fiscalidad real y señorial en el señorío de Valdecorneja a mediados del
siglo XV, Gregorio del Ser Quijano ............................................................. 253
En el nombre de Dios. El etnónimo moro como topónimo signiicante en el
cuadrante N.O. de la península, Luis Serrano-Piedecasas Fernández .... 267
La feria del Teso de Salamanca en la Edad Media, Ángel Vaca Lorenzo ......
283
Molinos y aceñas en los fueros del sur del Duero, Isabel del Val Valdivieso..
297
EL MITO GODO EN LA CONSTRUCCIÓN DE CASTILLA*
PABLO C. DÍAZ
Universidad de Salamanca
C
uando el anónImo autor de la Crónica Mozárabe de describe la caída
visigoda ante los invasores musulmanes no duda en compararla con el
saqueo de Roma por Alarico, o con la destrucción de Troya, entre otras
desgracias históricas o míticas. Destrucción de ciudades, saqueos, matanzas, huida de la población, componen un panorama de consternación, un desastre en el
que se ve inmersa la infelicem Spaniam, al que, sin embargo, el autor no busca
una justiicación, o una explicación. Unos años después, los intelectuales que
van a construir el armazón ideológico del reino de Asturias, una parte de ellos
probablemente refugiados llegados desde el sur, retomarán el tema apocalíptico
que se había desarrollado en los últimos años del reino visigodo. Momento en el
que la conluencia de diversas tradiciones cuasimilenaristas habría generado una
creciente presencia de inquietudes escatológicas en la sociedad visigoda, hasta el
* Este trabajo ha sido desarrollado dentro del Proyecto de Investigación HAR-, inanciado
por la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación. Nos hemos ocupado del tema, con
una perspectiva temporal más amplia, en «Los godos como epopeya y la construcción de identidades
en la historiografía española». Anales de Historia Antigua, Medieval y Moderna, , vol. , pp. -.
Crónica Mozárabe de , -. Edición de lópez pereIra, J. E. Crónica mozárabe de . Edición
crítica y traducción. Zaragoza, , pp. -.
Ver garcía moreno, L. A., «Expectativas milenaristas y escatológicas en la España tardoantigua (ss.
V-VIII)». En Spania. Estudis d’Antiguitat Tardana oferts en homenatge al professor Pere de Palol Salellas. Barcelona, , pp. -; rucQuoI, A. «El in del milenarismo en la España de los siglos X y XI».
En Milenarismos y milenaristas en la España Medieval. IX Semana de Estudios Medievales. Nájera,
, pp. -.
PABLO C. DÍAZ
punto que se ha llegado a airmar que «dans le dernier tiers du vIIe siècle l’idée de
in du monde était ainsi devenue sufisamment proche pour être sentie comme
tangible». Cuando Beato arremeta contra Elipando estará, sobre todo, haciendo
una reivindicación política de vera Christianitas contra aquellos cristianos que en
Toledo o en Sevilla, por su proximidad a los inieles, se veían contaminados por
sus creencias. Estaba volviendo su mirada hacia una idea de Hispania que ya los
mismos intelectuales del reino visigodo habían concebido como «una construcción mística» en torno a la unidad de la fe.
En este ambiente, el surgimiento de un texto como el Comentario al Apocalipsis no hace sino retomar el debate sobre la parusía, la búsqueda de la redención
debe reiniciarse, renovarse desde una tierra forjada en la resistencia ante los herejes y los inieles enemigos de la fe, resistencia que aporte savia nueva a la Cristiandad. Esta literatura es el caldo de cultivo en el que madurará la idea política de
Reconquista y la aparición de un goticismo astur, la invención de una vinculación
justiicativa entre el grupo de resistentes de las montañas cantábricas y el pasado
reino godo. Era necesaria una legitimidad monárquica que la tradición local no
podía aportar; necesaria frente a los ocupantes musulmanes pero, especialmente,
frente a la emergencia carolingia que amenazaba desde el norte. El nuevo reino
encontró en la restauratio Imperii una justiicación, no sólo de su existencia, sino
de las aspiraciones expansionistas.
Es posible que tales construcciones ideológicas aparezcan a inales del siglo
VIII, en el reinado de Mauregato, cuando el himno O Dei verbum proclame ya la
realeza de los sucesores de Pelayo, aunque se plasmarán formalmente un siglo
martIn, C., La géographie du pouvoir dans l’Espagne visigothique. Lille, , p. . Ver messmer,
H. Hispania-Idee und Gotenmythos. Zu den Voraussetzungen des traditionellen vaterländischen Geschichtsbildes im spanischen Mittelalter. Zurich, , pp. -.
martIn, C., La géographie, pp. -.
barreIro rIvas, j. l., La función política de los caminos de peregrinación en la Europa medieval.
Estudio del Camino de Santiago. Madrid, , pp. -.
lInehan, p., History and the Historians of Medieval Spain. Oxford, , pp. -. Traducción al
español: Historia e historiadores de la España medieval. Salamanca, .
Para una aproximación a los hipotéticos nexos históricos, no míticos, entre el reino de Asturias y
el precedente godo ver menéndez bueyes, l. r., Relexiones críticas sobre el origen del reino de Asturias.
Salamanca, ; hIllgarth, j. n., The Visigoths in History and Legend. Toronto, , pp. -; marIezKurrena ponce, S. I., Seniores Gothorum: La aristocracia visigoda y su herencia asturiana. Saarbrücken, .
bonnaz, y., «Divers aspects de la continuité wisigothiquedans la monarchie Asturienne». Melanges de la Casa de Velázquez, , vol. , pp. -; barbero, a. y vIgIl, m., La formación del
feudalismo en la Península Ibérica. Barcelona, , pp. -. Sobre la importancia que reclamarse
godos tuvo para la futura expansión territorial del reino de Asturias se puede ver monsalvo antón, J.
M., «Espacios y fronteras en el discurso territorial del reino de Asturias (Del Cantábrico al Duero en
las Crónicas asturianas)». Studia Historica. Historia Medieval, , vol. , pp. -. La importancia
que la conservación de una ‘conciencia goda’ entre los mozárabes pudo tener en la futura aceptación
del goticismo en el periodo de la Reconquista puede verse en garcía moreno, L. A. «Spanish Gothic consciousness among the mozarabs in Al-Andalus (VIII-Xth centuries)». En FerreIro A. (ed.)., The
Visigoths. Studies in Culture and Society. Leiden, , pp. -.
díaz y díaz, M. C., Asturias en el siglo VIII. La cultura literaria. Oviedo, , pp. -.
EL MITO GODO EN LA CONSTRUCCIÓN DE CASTILLA
después, en el ciclo de las crónicas asturianas. La Crónica de Albelda, cuya primera redacción tendría lugar poco después del , presenta a Alfonso II como
restaurador en Oviedo omnemque Gotorum ordinem, sicuti Toleto fuerat. Ahora
bien, restaurar un orden godo, para cuyo in era necesario un designio providencial, exigía justiicar su previa desaparición. Surge así una explicación que el anónimo mozárabe del año no contemplaba y que tiene como hilo argumental la
maldad de Witiza castigada por Dios.
El esfuerzo de las crónicas asturianas por construir genealogías de godos buenos, aquellos que el destino había emparentado con Pelayo, y godos malos, esencialmente los witizanos, contaminados por la propia inmoralidad del rey y la de
sus colaboradores que, además de haber llamado en su auxilio a los musulmanes
que luego ya no abandonarían la Península, habrían caído de nuevo en el arrianismo, dio como resultado una construcción llena de contradicciones, una «selva de
fábulas», pero que a la larga sirvieron de base para una justiicación eicaz de sus
pretensiones. La desaparición del reino visigodo fue interpretada como «pérdida
de España» y su restauración por parte del reino de Asturias respondería, ya en la
Crónica Profética, al cumplimiento de una profecía bíblica: por medio del reino
asturiano la raza de los godos, personiicación del pueblo hispano como había querido Isidoro, tomaría venganza del dominio ismaelita. A la larga, esto traería otras
consecuencias de gran trascendencia, el reino de Castilla se declararía heredero
de esta tradición asturiana y monopolizaría en su beneicio el mito godo que, sin
embargo, está muy difuminado, o prácticamente ausente, en las tradiciones catalanas; mientras que es incorporado en una interpretación local por las fuentes ara-
Alb., -. Edición de gIl, j., moralejo, j. l. y ruíz de la peña, j. I., Crónicas asturianas. Oviedo,
, p. .
Seb., . Ibidem, pp. - y .
La Crónica de Alfonso III () da a Pelayo una vinculación goda distinta en cada una de sus
versiones; en la Rot. es un espatario de los reyes Witiza y Rodrigo, mientras que Seb. le hace de linaje
real. Ibidem, pp. -.
sánchez alonso, B., Historia de la historiografía española. I Hasta la publicación de la crónica
de Ocampo (...-). Madrid, , p. .
Alb., XIX, . Ver barreIro rIvas, J. L., La función política. P. .
Como anotó Ramón Menéndez Pidal la leyenda de la «pérdida de España» se adaptó a lo largo
de la Edad Media según las exigencias históricas o culturales lo demandaban; acumulativamente se
introducían versiones o personajes según las necesidades del presente, de los intereses sociales de un
grupo o de las exigencias políticas coyunturales. Ver menéndez pIdal, R., Floresta de leyendas heroicas
españolas: Rodrigo, el último godo. I. La edad media. Madrid, , pp. XXV-CC. Más recientemente
hIllgarth, j. n. The Visigoths, pp. -.
zImmerman, m., «Consciente gothique et afirmation nationale dans la genèse de la Catalogne
(IXe-XIe siècles)». En FontaIne, j. y pellIstrIandI, ch. (eds.), L’Europe héritière de l’Espagne wisigothique. Madrid, , pp. -, quien analiza su fuerte impronta en los primeros siglos altomedievales,
tanto en la cultura, las instituciones y la ideología política, antes de su abandono en la conformación de la estructura condal a partir de mediados del siglo XI, aunque su inluencia siguió siendo
importante en el derecho (zImmerman, M., «L’usage du droit wisigothique en Catalogne du IXe au XIIe
siècle». Mélanges de la Casa de Velázquez, , vol. , pp. -) y en la estructuración eclesiástica
PABLO C. DÍAZ
gonesas y navarras de la Reconquista. Estas tradiciones particulares preirieron
considerar que su origen estaba en brotes de resistencia locales, por lo que en sus
desarrollos historiográicos van a prescindir de todos los acontecimientos anteriores al mismo proceso de expansión territorial.
A inales del siglo IX habían quedado ijados ya los tópicos que iban a hacer
de los godos parte esencial de la construcción mítica de la Historia de Castilla,
y en su prolongación de la de España. Por un lado, la forma en que los godos
habían imaginado su propio poder incluía la asociación entre un territorio, una
comunidad y un poder centralizado, encarnado en la igura de un rey que se reivindicaba ungido de dios y defensor de la unanimidad católica. No importa que en
términos prácticos la administración visigoda fuese consciente de que el reino era
una amalgama más heterogénea, que incluía a cuantos vivían infra ines Spanie,
Gallie, Gallecie vel in cunctiis provinciis. Por otra parte, los reyes asturianos se
habían apropiado de ese pasado godo, se habían declarado sus herederos y por
lo tanto con el derecho, sino la obligación a manera de cruzada, de recuperar
Hispania. La inclusión de la historia goda, a pesar de que las alusiones proféticas
respecto a bárbaros destructores pudiesen alguna vez llevar a confusión, no era
un mero recurso literario, respondía a la necesidad de incluir a quienes mejor
que nadie habían justiicado la misma existencia de esa realidad física adecuadamente uniicada de forma política. Asturianos, leoneses y castellanos, empeñados
en esa recuperación fueron reescribiendo su propia historia según el proceso de
recuperación, de «reconquista», avanzaba; fueron concibiendo Hispania, Spania
(Freedman, P., «L’inluence wisigothique sur l’Église catalane». En FontaIne, j. y pellIstrIandI, ch. (eds.),
L’Europe héritière, pp. -).
La Crónica de San Juan de la Peña, puesta por escrito entre y , hace una temprana
distinción entre la tradición asturiana y la propia: Et los que incaron en Asturias izieron rey a Pelayo,
según en el livro de las corónicas de Castiella yes contenido. Porque aquí solament de los reyes de
Aragón y de Navarra entendemos tractar, porque muytos tiempos fueron unos, segunt veredes (c. );
constituyendo su propia tradición resistente originada en el monte Oroel y San Juan de la Peña, en
las proximidades de Jaca. El texto en orcásteguI gros, C., Crónica de San Juan de la Peña (versión
aragonesa). Edición crítica. Zaragoza, . Esta versión de los orígenes de Aragón adquirirá carácter
de «canónica» al incorporarla Gerónimo Zurita a sus Anales de la Corona de Aragón (Edición de ubIeto
arteta, a. y pérez soler, m. d., Valencia, , pp. -).
La Crónica del Príncipe de Viana, compuesta en , siguiendo a Ximenez de Rada y la Crónica de San Juan de la Peña, enlaza la Historia de Navarra con la de España haciendo de los visigodos
un precedente común, de los quoales sallió el horigen de los reyes de Espanna (I, ); pero enseguida
los navarros, vascongados y aragoneses retraydos en sus montannas, continuaron sus guerras con
los moros (I, ). De esa lucha independiente, que implicó igualmente una resistencia contra los reyes
carolingios surge un caudillaje propio que justiica para el cronista la conformación de un reino independiente. Cf. orcásteguI gros, C., La crónica de los Reyes de Navarra del Principe de Viana (Estudio,
Fuentes y Edición crítica). Pamplona, , pp. , y -. Más recientemente garcía moreno, L. A.,
«Estirpe goda y legitimidad del poder en tiempos de Sancho el Mayor». En Ante el milenario del reinado de Sancho el Mayor: un rey navarro para España y Europa. Pamplona, , pp. -.
sánchez alonso, b., Historia de la historiografía, pp. y .
LV IX, , . Formas similares se utilizaron en otros contextos.
EL MITO GODO EN LA CONSTRUCCIÓN DE CASTILLA
o España en términos a veces meramente geográicos, otras veces ideológicos
y ocasionalmente con intencionalidad claramente política, como tras la unión de
Aragón y Castilla con los Reyes Católicos, pero en todos ellos el periodo del reino
visigodo de Toledo era visto como el momento glorioso de la uniicación política y
religiosa de todo el espacio peninsular entre los Pirineos y el mar. Isidoro, tanto en
sus Etimologiae (XIV, , ) como en el texto De laude Spaniae, había remarcado
esa idea de una tierra clausa por los Pirineos y conclusa por el océano, con un
sentido simbólico que hacía de Hispania una tierra con identidad propia.
De alguna manera, podríamos decir que los historiadores que trabajaron en
la Edad Media, fuese al servicio de los intereses de la corte de León o de Castilla,
cuando miraban al mundo visigodo estaban más interesados en el presente y en
el futuro que en el pasado. Si nos ijamos en las anónimas Historia Silense y
Chronica Naierensis, en el Chronicon mundi de Lucas de Tuy, en el De rebus
Hispaniae de Rodrigo Jiménez de Rada, o en la Primera Crónica General de
Alfonso X, todas tienen en común un proceso de elaboración acumulativa en el
cual, a los datos recogidos de las fuentes visigodas y asturianas, van añadiendo
impresiones, comentarios, cuando no auténticas invenciones que, en lo relativo
a la historia visigoda, se centran especialmente en la ya mencionada idea de «la
pérdida de España» y la ineludible recuperación legítima de la misma. Además,
tienen también en común el objetivo, no siempre cumplido, de hacer una historia
de los hechos de España. Así lo proclama el silense, aunque luego se limite a construir una narración que legitime las aspiraciones de los reyes leoneses como verdaderos gobernantes del regnum Yspanorum (HS y ) y a marcar la continuidad
Sigue siendo insustituible maravall, j. A., El concepto de España en la Edad Media. Madrid,
(ª ), pp. -.
Fredegario, al narrar la victoria de Sisebuto sobre los imperiales, anota: conirmatum est regnum Gothorum in Spaniam per mare litore usque Paereneos montes (Chron. I, ).
WreglesWorth, j., «Sallust, Solomon and the Historia Silense». En hooK D. (ed.)., From Orosius
to the Historia Silense. Four Essays on the Late Antique and Early Medieval Historiography of the Iberian Peninsula. Bristol, , pp. -. Con planteamientos bastante distintos barton s. y Fletcher r.
(eds.), The World of El Cid. Chronicles of the Spanish Reconquest. Manchester, New York, , pp.
-.
estévez sola, J. A., Crónica Najerense. Madrid, , pp. - (traducción castellana). Una edición
crítica del mismo autor en Corpvs Christianorvm, Continuatio Mediaeualis LXXIA, Turnhout, .
FalQue, e., Lucae Tvdensis Chronicon Mundi, Corpvs Christianorvm, Continuatio Mediaeualis
LXXIV.Turnhout, , pp. XLIX-C, la edición latina del texto en pp. -.
Fernández valverde, j., «Introducción» a jIménez de rada, R., Historia de los hechos de España.
Introducción, traducción, notas e índices de Juan Fernández Valverde. Madrid, , pp. -, la
traducción en pp. -. La edición latina y correspondientes comentarios a cargo del mismo autor en
Corpvs Christianorvm, Continuatio Mediaeualis LXXII. Turnhout, .
Fernández-ordoñez, I., Versión crítica de la Estoria de España. Estudio y Edición desde Pelayo
hasta Ordoño II. Madrid, ; catalán, d., La Estoria de España de Alfonso X. Creación y evolución.
Madrid, .
martIn, G., «Dans l’atelier des faussaires. Luc de Tuy, Rodrigue de Tolede, Alphonse X, Sanche
IV : trois exemples de manipulation historiques (Léon-Castille, XIII siecle)». Cahiers de linguistique et
de civilisation hispaniques médiévales, , vol. , pp. -.
PABLO C. DÍAZ
entre Pelayo y el rey leonés Alfonso VI (HS ). El autor de la Najerense es un
mero recopilador que sigue esencialmente el esquema isidoriano. Presenta como
innovación la división de la Historia de España en tres periodos, el primero desde
la Creación del mundo hasta la destrucción de Toledo por los árabes, el segundo
desde Pelayo a Bermudo, que para él no supone una ruptura de la monarquía
goda, y el tercero desde Sancho III de Navarra hasta Alfonso VI, donde se narra ya
el ascenso de Castilla.
Lucas de Tuy escribió, poco antes de , por encargo de la reina Berenguela de León, una crónica universal que pretende ser continuación de la escrita por
Isidoro. Ese supuesto carácter universal es enseguida desmentido por el desarrollo de sus descripciones: una acumulación de datos a partir de Isidoro, con un
añadido de fuentes apócrifas, en especial una crónica a nombre de San Ildefonso, invención suya, que le sirven para adornar aleatoriamente los datos ciertos
transmitidos por las fuentes visigodas y asturianas. Algunos han interpretado el
texto como una especie de celebración de la unión de León y Castilla en ,
pero el Chronicon Mundi no se muestra entusiasmado con esa perspectiva de
futuro. Lucas de Tuy participa todavía de una tradición leonesa, en clara rivalidad
con Castilla, y quiere asociar la fortuna de su ciudad –el apelativo de tudense se
reiere a su postrera ocupación de la sede gallega– con la de Isidoro, cuyos restos
habían sido desplazados desde Sevilla hasta León. Muy pronto sus puntos de
vista iban a ser contestados por los propagandistas del nuevo reino castellano y,
de manera inmediata, por Rodrigo Jiménez de Rada.
Frente a la perspectiva claramente leonesa de la Historia Silense o del Chronicon de Lucas de Tuy, con Jiménez de Rada, activo instigador de la unión de León
y Castilla, se introduce deinitivamente la asimilación entre Castilla y España. De
hecho, el autor anota en el prólogo que redacta la obra por encargo de Fernando III, artíice de la unión política de ambas coronas. La progresiva adaptación
de legitimidad que la ascendencia goda había dado primero al reino asturiano y
luego al leonés, se traslada ahora a Castilla, pero no como una mera continuidad
del reino godo. El arzobispo de Toledo es más ambicioso. Para identiicar Castilla
con España, Jiménez de Rada incorpora un discurso preliminar donde, retomando
las genealogías bíblicas de Isidoro, conecta los orígenes de España con el Génesis: El quinto hijo de Jafet fue Tubal, de quien descienden los íberos, que también
estévez sola, J. A., Crónica, p. .
lInehan, P., «Relexiones sobre historiografía e historia en el siglo alfonsino». Cahiers de linguistique et de civilisation hispaniques médiévales, , vol. , p..
lInehan, P., «Relexiones». P. .
lInehan, P., History. P. -.
La elaboración de un concepto de monarquía, desde un Pelayo asimilado a un Moisés salvador,
hasta las concepciones imperiales de la Castilla de Fernando III, con el fondo de la experiencia carolingia como referencia, ha sido estudiada por sacchI, S., «Il Carolas iratus e la regalità iberica: Jiménez
de Rada». En Isabella G. (ed.). «C’era una volta un re…». Aspetti e momento della regalità. Bolonia,
, pp. -.
EL MITO GODO EN LA CONSTRUCCIÓN DE CASTILLA
se llaman hispanos (Historia, I, ). No olvidemos que los godos descendían de
Magog, hijo igualmente de Jafet, una innovación isidoriana de gran trascendencia
porque hacía de ellos el nuevo pueblo elegido, en este caso enviados por la providencia para gobernar Hispania. De hecho, en el prólogo advierte que se siente
obligado a escribir su Historia porque casi se desconoce ya la gente y el origen de
los habitantes de España. Por tanto [...] me he esforzado con honestidad, en la
medida de mis posibilidades, para poner en pie la historia de España (Prol. -
y -). A diferencia del silense, Jiménez de Rada no hace a su rey descendiente
de los godos sino descendiente de los primeros habitantes de las Españas (Prol.
).
Aunque en su desarrollo formal Jiménez de Rada es un recopilador que escribe
a remolque de Lucas de Tuy, de hecho su De rebus aparece apenas siete años después que el Chronicon del tudense, el toledano inauguraba un concepto nuevo, la
Historia de España, destinado a tener un enorme éxito. España no era una creación visigoda, preexistía desde tiempos remotos, sus pobladores originarios, los
cetúbales, descendían de Noé, pero sufrió constantes acosos, permaneció sometida
a la servidumbre de los griegos hasta los tiempos de los romanos (I, ), sumisión
que él asocia con las andanzas de Hércules, luego sufrió los castigos morales que los
romanos les inligieron (Prol. -). Pero, la que había sido herida por la espada
de los romanos fue curada por la medicina de los godos. A diferencia de los otros
pueblos bárbaros que han entrado en la Península a comienzos del siglo V, los visigodos no son presentados como invasores, sino como amigos que vienen a ayudar
a los hispanos a librarse de yugos opresores. Con la monarquía visigoda de Toledo
el reino de los godos y de los hispanos, enorme de amplitud, extendía su poderío de
mar a mar, y desde Tánger, ciudad de África, hasta el Ródano [...] [siendo] ilustre
por su nobleza, rico por su fertilidad, piadoso por su religiosidad, apaciguado por
su unidad (III, , -).
Jiménez de Rada situaba en el reino visigodo el momento culminante de un
proceso de conformación política unitaria que era un evidente contrapunto con
el que la península Ibérica vivía a mediados del siglo XIII. El reino visigodo se
iba a idealizar no tanto como un pasado legitimador sino como una abstracción
utópica, un modelo en el que el reino de Castilla se debía inspirar. En su ejemplo también encuentra el arzobispo de Toledo solución a algunas inquietudes
que le son mucho más inmediatas, especialmente la preocupación por asegurar
La referencia procede de Isidoro (Etym. IX, , ). La suerte que la historia pre-visigoda ha corrido en la construcción mítica de España y su historia no es objeto de este trabajo, ha sido analizada
por WulFF alonso, F., Las esencias patrias. Historiografía e historia antigua en la construcción de la
identidad española (siglos XVI-XX). Barcelona, .
de carlos vIllamarín, H., Las antigüedades de Hispania. Spoleto, , pp. - (Isidoro de
Sevilla y los orígenes de los pueblos); hIllgarth, j. n., The Visigoths, pp. -.
No parece haber duda de que Jiménez de Rada incluye bajo el epígrafe España todo el ámbito
peninsular al sur de los Pirineos. Ver Fernández valverde, j., «Introducción», p. .
maravall, j. A., El concepto, pp. y -.
PABLO C. DÍAZ
para Toledo la primacía que había detentado en época goda, la búsqueda de un
modelo de monarca y, por qué no, el establecimiento de una relación preferente
entre el monarca y la sede toledana de acuerdo a los patrones del reino visigodo; aunque para hacer encajar todos los datos de acuerdo a sus deseos se viese
obligado a «reescribir» la historia. El modelo visigodo se convierte, por lo tanto,
en paradigma de unidad territorial, política y religiosa, con lo cual el futuro de su
interés histórico se ve asegurado.
Nuestro autor quiere contar sobre los godos lo que los antiguos transmitieron de generación en generación, y sus grandezas […] hasta el tiempo que me
precedió, añadiendo algunas leyendas que se cuentan de ellos, y también los
desastres que con antelación sufrió España, lugar en el que se asentaron como
posesión deinitiva [...] y donde también padecieron el juicio de Dios por medio
de los árabes en el reinado de Rodrigo (Prol. -). Como vemos, «la pérdida de
España» no desaparece de su relato: como el Señor quiso doblegar la gloria de
los godos, se introdujo Satanás en la icticia paz de Witiza (III, , ). Es en este
apartado donde Jiménez de Rada se muestra menos escrupuloso a la hora de
aceptar hechos legendarios. Es verdad que incluye algunas explicaciones de tipo
circunstancial, sobre la debilidad del ejército a causa de las continuas pestes, sobre
enfrentamientos internos personalizados en la traición del conde don Julián o la
nefasta iniciativa de Witiza de demoler las murallas de las ciudades y desarmar a
sus habitantes (III, , -), pero, en general, el ciclo de leyendas de Witiza y Don
Rodrigo es incorporado (III, -) sin aplicar sobre ellas ninguna crítica, lo que
sí hace en otros momentos de su texto. Estas leyendas explicativas del castigo
divino sobre los pecados visigodos son, con todo, el preámbulo de dos capítulos
(III, -) donde el lamento por la pérdida de Hispania es asociado a un elogio
de su tierra. La combinación del De laude Spanie isidoriano con la deploratio de
la Crónica Mozárabe de permite a Jiménez de Rada cerrar su narración sobre
la suerte del reino visigodo de Toledo, constituyendo el modelo directo para cronistas, narradores y poetas hasta inales de la Edad Media.
La Historia de los hechos de España fue llamada, casi de forma preferente,
Historia gótica, y de hecho la parte relativa a los godos circuló de forma independiente hasta bien avanzado el siglo XV, momento en el cual, con añadidos
alfonsíes y deformaciones introducidas por cada nuevo copista, gozaba de cierta
popularidad con el título de Estoria del fecho de los godos. Sin embargo, en el reinado de Alfonso X (-), algunos de los presupuestos que habían organizado
lInehan, P., History, pp. -.
Fernández valverde, j., «Introducción», pp. -.
Fernández valverde, j., «De laude et deploratione Spanie (estructura y fuentes literarias)». En Los
visigodos. Historia y Civilización [Antigüedad y Cristianismo III]. Murcia, , pp. -. Ver menéndez pIdal, r., «Los godos y la epopeya española». En Los godos y la epopeya española. ‘Chansons de
geste’ y baladas nórdicas. Madrid, , pp. -.
catalán, d., «La Estoria del fecho de los godos hasta y sus continuaciones y refundiciones».
En La Estoria de España, pp. -. El texto que circulaba en el siglo XV había incorporado materiales
EL MITO GODO EN LA CONSTRUCCIÓN DE CASTILLA
la actividad histórica se vieron alterados. Entre ellos no es el menos importante
que la actividad historiográica pasase a estar directamente bajo el control real,
transformándose muy pronto en historia dinástica, con una clara intencionalidad
propagandística; la elección de la lengua vernácula pretendía extender la información histórica más allá del restringido ámbito clerical. La búsqueda de respuestas en el pasado fue sustituida por la preocupación por el presente. Lo que
no impediría que Alfonso X se viese como heredero legítimo del trono de don
Pelayo, y que asumiese, sin ningún género de duda, que la (re-)conquista era el
acto supremo de expiación que extirpaba la corrupción del antiguo reino godo
y preparaba, como un renacer, un futuro glorioso. Pero, poco a poco, las gesta
gentis Gothorum dieron paso a una Estoria de España, una Crónica General que
se ocupase de todos los habitantes del territorio y donde moros, judíos y cristianos
tenían cabida preferente en lugar de la narración gótica de sus inmediatos precursores. La tímida recuperación de una historia pre-visigoda que vimos en Jiménez
de Rada se refuerza ahora, haciendo notar por primera vez la importancia de la
historia romana.
Este proceso, asociado al pragmatismo de los reyes, se iba a acentuar a lo largo
del siglo XIV, cuando la historiografía, y es evidente por ejemplo en la inacabada
Crónica de Alfonso XI de Fernán Sánchez de Valladolid, se mostró indiferente al
antaño poderoso mito del destino godo de España. En el entorno alfonsí, la historia se convirtió en objeto de preocupación política. Quizás se tomó conciencia
de que el pasado es manipulable, que la historia se construye cuando se escribe,
que es, en deinitiva, fuente de autoridad y se la coloca, sin disimulo alguno, al servicio del presente. La toma de Sevilla y la elección imperial de Alfonso X abrían
nuevos horizontes explicativos. Incluso el empleo del lenguaje y el enfoque de
los hechos, más míticos que históricos, sirve a las ideas políticas e imperialistas de
heterogéneos de los apéndices de las Crónicas generales, un resumen de la Crónica de Alfonso XI,
fragmentos de los Anales sevillanos y poemas, dando como resultado inal un texto poco armónico.
lInehan, P., History, pp. -.
deyermond, A., «The Death and Rebirth of Visigothic Spain in the Estoria de España». Revista
Canadiense de Estudios Hispánicos, , vol. /, pp. -.
catalán, D., «Alfonso X historiador». En La Estoria de España, p. y «El taller historiográico
alfonsí (métodos y problemas en el trabajo compilatorio)». En ibidem, pp. -.
sánchez alonso, b., Historia de la historiografía, p. ; maravall, J. A., El concepto, pp. -.
Habrá que esperar a Ginés de Sepúlveda, ya en tiempos de Carlos V y en el contexto del forzado elogio de la ascendencia que el emperador reclamaba para su condición, para que de nuevo se haga un
elogio del papel civilizador de Roma, pero aun entonces será algo excepcional y sin trascendencia,
puesto que su obra permaneció inédita hasta los siglos contemporáneos. Ver cuart moner, b., «La larga
marcha hacia las historia de España en el siglo XVI». En garcía cárcel, R. (coord.)., La construcción de
las historias de España. Madrid, , p. .
lInehan, P., History, pp. y . cIrot, g., Les histoires génerales d’Espagne entre Alphonse X
et Philippe II (-). Paris, , p. , consideró, con todo, que la idea originaria (goda) de unidad
primaba sobre los planteamientos fraccionados del momento en que se escriben.
martín, j. l., «Introducción» a lópez de ayala, p., Crónicas. Barcelona, , pp. LXXXIV-LXXXVI.
PABLO C. DÍAZ
Alfonso X. La disputa toledana que tanto había preocupado a Jiménez de Rada se
iba a decantar temporalmente en beneicio de la capital hispalense, aceptando así
la versión que su rival Lucas de Tuy había defendido años antes. Evidentemente
se recurría a argumentos godos, como se hacía a la hora de justiicar coronaciones
y unciones, pero se adornaba de una renovada furia patriótica en la que Castilla se
convierte en eje y centro articulador de los acontecimientos, situación que alcanzaría hasta el deinitivo sometimiento de los musulmanes tras la toma de Granada
en .
El mito godo siguió articulando buena parte de la vida y de la historia castellana de la restante Edad Media, incluso algunos componentes se reforzaron. En
la medida que las casas nobiliarias se hacían más fuertes también ellas buscaron
sus raíces en el pasado y consideraron, especialmente los nobles castellanos, que
una ascendencia goda era sinónimo de prestigio. En o , el judío converso
y obispo de Burgos, Pablo de Santa María, mostró especial interés en remarcar la
ascendencia goda de los reyes de Castilla. Mientras, unos años después, Pérez de
Guzmán haría a Enrique III descendiente directo de la noble e muy antigua e clara generaçión de los reyes godos e señaladamente del glorioso e católico prinçipe
Recaredo, rey de los godos en España. E segunt por las estorias de Castilla paresçe,
la sangre de los reyes de Castilla e su suçesión de un rey en otro se ha constinuado
fasta oy, que son más de ochoçientos años sin averen ella mudamiento de otra
liña nin generaçión. En la crónica de Rodríguez de Almela, anotaba cómo,
en el funeral de Juan II de Castilla, padre de la reina Isabel, celebrado en en
la cartuja de Burgos, el entonces obispo de la ciudad, Alfonso de Santa María (o
de Cartagena), hijo y sucesor de Pablo, no tuvo reparo en hacer al difunto des-
vIla rubIo, N., «Léxico y conciencia histórica en Alfonso X». Cahiers de linguistique et de civilisation hispaniques médiévales, , vol. , pp. -. pattIsson, d. g., From Legend to Chronicle. The
Treatment of Epic Material in Alphonsine Historiography. Oxford, , p. considera, sin embargo,
que Alfonso X tiende a restringir el uso de material legendario.
lInehan, p., «Relexiones», p. .
WulFF, F., Las esencias, p. .
conde, J. C., La creación de un discurso historiográico en el cuatrocientos castellano: Las siete
edades del mundo de Pablo de Santa María (estudio y edición crítica). Salamanca, , pp -.
Ver tate, R. B., Ensayos sobre la historiografía peninsular del siglo XV. Madrid, , pp. -. hIllgarth, j. n., The Visigoths, p. , le considera promotor de este renovado interés por vinculara a los godos
con la monarquía castellana.
pérez de guzmán, F., Generaciones y semblanzas (barrIo sánchez, j. a., ed.), Madrid, , pp. -.
La idea está repetida en su Loores de los claros varones de España, donde, tras marcar la inmediata
continuidad de los godos con el reino de Asturias haciendo a Alfonso I descendiente de Recaredo,
airma que del rey Alarico godo fasta el rey don Joan que oy reyna en Castilla son cinquenta e ocho
reyes (En Foluché-delbosc, r. (ed.), Cancionero castellano del siglo XV. Madrid, , vol. , p. ). Ver
rucQuoI, A., «Les Wisigoths fondement de la ‘nation Espagne’». En FontaIne, j. y pellIstrIandI ch. (eds.),
L’Europe héritière, pp. -, que recoge abundantes referencias de los siglos XIII a XV.
Alfonso de Cartagena había defendido enérgicamente el origen godo de los reyes de Castilla en
un breve tratado, el Regum Hispaniae Anacephaleosis, escrito en y pronto traducido al castellano
(Genealogía de los reyes de España) por Fernán Pérez de Guzmán. Ver tate, R. B., Ensayos, pp. -.
EL MITO GODO EN LA CONSTRUCCIÓN DE CASTILLA
cendiente del primer rey godo Alarico, el que tomó por la fuerza de las armas a
Roma.
Sin embargo, como acabamos de anotar, la historia en el periodo posterior
a Alfonso X se interesó sobre todo en la historia contemporánea. Tras la Crónica General de Espanha de , escrita por el portugués conde de Barcelós,
la moda de las ‘crónicas generales’ se desvaneció y el desinterés por el pasado parece haberse generalizado. El pasado se sumariza de forma evidente. Las
Crónicas de López de Ayala, por ejemplo, remiten en el proemio del autor a
crónicas e estorias pasadas sin aludir a ninguna, pero sí airma que en ellas se
recogen los fechos de los reyes de España, los quales fueron muy antiguos, del
tiempo que los reyes e princesas godos comenzaron, para a continuación establecer que la monarquía española comenzó con Atanarico y continúa, sin solución
de continuidad, en la igura de Enrique II, reinante cuando él escribe. Cuando
en , por encargo de la Reina Isabel, Diego de Valera dé a la imprenta su Crónica abreviada de España reconocerá no haber contado con historias y crónicas
recientes que por guerras e otras varias dissensiones, parescen ser sepultadas e
enmudecidas sin fruto, a causa de la penuria de originales e trasuntos.
El año marcaba, por varias razones, una nueva referencia. A la culminación del proceso de Reconquista con la toma de Granada, se sumaba el inicio de
la aventura americana. Todo ello en el contexto de uniicación de los dos grandes
reinos peninsulares, Castilla y Aragón, a la que pronto se sumaría la incorporación
de Navarra. La uniicación de la mayoría de los territorios peninsulares (quedaba
el escollo de Portugal) permitiría ahora que el término Reges Hispaniae o Reges
Hispanici se asumiese no ya como una licencia literaria atribuida a los reyes de
Castilla por ser los más directamente descendientes de los godos, sino como una
titulación que respondía a una realidad prácticamente constituida, aunque los
monarcas no la utilizarían en su propia titulación hasta el siglo XVII. Indudablemente se exigía una nueva Historia de España que legitimase y reforzase esa
menéndez pIdal, r., España y su historia. Madrid, , vol. , p. .
catalán, d. y andrés, m. s., Crónica General de España de . Madrid, .
Crónicas, . Los argumentos de este prólogo son casi idénticos a los presentados por Alvar García
de Santamaría en el suyo a la crónica de Juan II de Castilla compilada por pérez de guzmán, F., Crónica
del señor rey don Juan, segundo de este nombre en Castilla y en León. Valencia, , pp. XIX-XX.
Lo que no impide que en la Crónica de Pedro I recurra a argumentos del pasado godo y tome
partido entre distintas interpretaciones (Crónicas, ).
Tomado de catalán, D., «La Estoria», p. . Valera no dudará en hacer a Fernando de Aragón,
igualmente, descendiente de sangre visigoda y destinado a restaurar el trono imperial de los godos.
Ver redondo, A., «Les divers visages du thème (wisi)gothique dans l’Espagne des XVIe et XVIIe siècles». En
FontaIne, j. y pellIstrIandI ch. (eds.), L’Europe héritière, p. . Por su parte mIlhou, a., «De Rodrigue le
pécheur à Ferdinand le restaurateur». En ibidem, pp. -, analiza esta llamada a la restauración por
parte de Fernando el Católico como la culminación de la leyenda de la «pérdida de España» en un nuevo
contexto milenarista de restauración/restauración que se vivía a inales del siglo XV, donde la reuniicación del viejo reino suponía la redención inal de los pecados de Witiza y Rodrigo.
PABLO C. DÍAZ
unión territorial, y esto implicaba, en la medida de lo posible, repensar el pasado,
redeinir los viejos mitos en función de las nuevas necesidades.
A pesar del negativo punto de vista de Valera, los siglos XV y XVI iban a conocer
nuevas recreaciones históricas, aunque, insistimos, más interesadas en el pasado inmediato que en el pasado remoto, pero ninguna aportó novedades dignas
de mención al objeto de nuestro trabajo. El objetivo de la restauratio Hispaniae
seguiría siendo en las crónicas del periodo de los Reyes Católicos la Hispania
Gothica perdida a comienzos del siglo VIII. «La herencia goda como hilo ininterrumpido de la continuidad hispánica» estaba absolutamente asimilada y no iba
a ser discutida ni por la elegante prosa latina de los humanistas, ni por los escritores en lengua vernácula como Fernando del Pulgar, el arcipreste de Talavera o
Sánchez de Arévalo. Es verdad que ni unos ni otros se preocuparon en exceso
por cómo sucedieron los acontecimientos. El ciclo de las leyendas de don Rodrigo
seguiría siendo en el siglo XV una fuente de inspiración novelesca a la que adecuar
intereses de los más variados, y la Crónica del rey don Rodrigo o Crónica sarracina, de Pedro de Corral, viene, tan tarde como en , a perpetuar el mito goticista en la historia castellana, donde, una vez más, la veracidad de los hechos era
indiferente. El objetivo del texto es claramente ideológico, la integridad histórica
de España bajo el señorío de un solo soberano desde el tiempo de Espan hasta el
de don Rodrigo sirve como fondo contra el cual el posterior fraccionamiento del
reino se proyecta como una aberración y la Reconquista como una restauración;
la igura de Rodrigo adquiere un carácter moral que sirve de comparación con la
sociedad fragmentada, corrupta y en crisis desde la que el texto se escribe. Estos
hechos se habían transformado pues en «un sistema de creencias», en los lugares comunes que Jiménez de Rada había dejado establecidos pero, al hilo de la
Sobre cuál fue la primera Historia de España impresa no parece haber un criterio unánime. tate,
R. B., Ensayos, p. , considera que fue la Compendiosa historia hispánica, de Rodrigo Sánchez de
Arévalo, en torno a , mientras catalán, D., «La Estoria», p. , airma que fue la Crónica abreviada
de España, de Diego de Valera en .
Ver menéndez pIdal, r., España y su historia. Vol. II, pp. -; rucQuoI, a., «Les Wisigoths», p. ,
airma «La ‘mode gothique’ s’étendit, au tours de la seconde moitiè du XV siècle, à tous les domaines de
la vie culturelle et religieuse du royaume». Mientras cuart moner, b., «La larga», pp. y , hace notar
que los Reyes Católicos, especialmente Isabel, seguían muy de cerca la actividad de los cronistas, por
lo que este planteamiento era del gusto del poder.
maravall, j. a., El concepto, p. .
Ver moralejo, j. L., «Literatura hispano-latina (siglos V-XVI)». En díez borQue, j. M. (ed.), Historia
de las literaturas hispánicas no castellanas. Madrid, , pp. -. tate, r. b., «Margarit i el tema
dels Gots». En bruguera, j. y massot I muntaner, J. (eds.), Actes del Cinquè Col·loqui internacional de
llengua i literatura catalanes. Montserrat, , pp. -.
tate, r. b., Ensayos, pp. - y -.
de corral, p., Crónica del rey don Rodrigo (Crónica sarracina) (FogelQuIst, J. D., ed.) vols.
Madrid, . sánchez del barrIo, a., «Un nuevo ejemplar de la Crónica sarracina de Pedro del Corral».
Revista de Folclore, , vol. , pp. -.
FogelQuIst, j. d., «Introducción» a de corral, P., Crónica. Vol. , pp. y -.
maravall, J. A., El concepto, p. .
EL MITO GODO EN LA CONSTRUCCIÓN DE CASTILLA
inminente derrota de los árabes y, especialmente, cumplida ésta y expulsados los
judíos, se fue abriendo paso el nuevo sujeto histórico que tímidamente se había
presentado en el siglo XIII: la comunidad ancestral enfrentada a invasores extranjeros y poseedora de una libertad originaria e indomable.
garcía cárcel, r., «Introducción» a garcía cárcel, r. (coord.). La construcción, p. .