e-Spania
Revue interdisciplinaire d’études hispaniques
médiévales et modernes
25 | 2016
Crónica de 1344 / Les ports de la monarchie espagnole
– Amérique / Semblanzas de los conquistadores
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la
Crónica manuelina
Manuel Hijano Villegas
Edición electrónica
URL: http://e-spania.revues.org/26096
ISBN: 978-2-919448-98-2
ISSN: 1951-6169
Editor
Civilisations et Littératures d’Espagne et
d’Amérique du Moyen Âge aux Lumières
(CLEA) - Paris Sorbonne
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Referencia electrónica
Manuel Hijano Villegas, « El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina », eSpania [En línea], 25 | octobre 2016, Publicado el 01 octubre 2016, consultado el 27 octubre 2016.
URL : http://e-spania.revues.org/26096 ; DOI : 10.4000/e-spania.26096
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
El manuscrito Egerton 289 de la British
Library y la Crónica manuelina
Manuel Hijano Villegas
NOTA DEL AUTOR
El autor tiene una inmensa deuda de gratitud con Francisco Bautista, quien ha encontrado
tiempo para leer el manuscrito del presente trabajo y ofrecer valiosos comentarios. Los
errores y carencias que encuentrará el lector son de mi exclusiva responsabilidad.
1. La Crónica manuelina: preliminares
1
Entre las numerosas aportaciones de David G. Pattison al estudio de la tradición de la
Estoria de España (=EE) de Alfonso X el Sabio destaca el haber observado, en un trabajo de
1992, la existencia de un parentesco entre el manuscrito Egerton 289 de la British Library
de Londres (BETA manid 2642) y una obra hasta entonces considerada parcialmente
perdida, el «Libro tercero» de la Crónica manuelina (=CM), es decir, la «crónica general»
empleada como fuente por don Juan Manuel en su Crónica abreviada (=CA)1. Redactada
hacia 1320-1325 y primera obra de su producción literaria, la CA es, según don Juan
Manuel informa en su «Prólogo», un resumen, capítulo a capítulo, del ejemplar que el
autor poseía de la Crónica d’Espanna mandada componer años antes «muy
complidamente» por su tío, el rey Alfonso X 2. La abbreviatio es tan meticulosa que
permitió a Diego Catalán deducir el contenido del texto fuente (o Crónica manuelina) y
establecer su posición dentro del stemma de la EE3. Catalán observó que la CM no era un
fiel representante del arquetipo la EE. Se trataba, por el contrario, de un texto mixto,
construido a retazos de varias crónicas. Así, la división de la obra en tres libros, cada uno
con su propia capitulación, no era fruto de un intento deliberado por organizar del relato
en periodos históricos, sino que venía dictada por los límites de los tres fragmentos
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1
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
cronísticos que un compilador había ensamblado a fin de completar un relato desde los
orígenes de España hasta la muerte del rey Fernando III. Con todo, Catalán pudo certificar
las credenciales alfonsíes de los libros «Primero» y «Segundo», representantes,
respectivamente, de las denominadas Versión vulgar y Versión primitiva (=VP), dos de las
versiones de la Estoria de España redactadas en el taller historiográfico de Alfonso X 4. En
contraste, el «Libro Tercero», dedicado a la historia de los reyes castellanos de Fernando I
a Fernando III, era una refundición post-alfonsí de la que no existían, hasta la aparición
de Egerton 289, otros testimonios que la obra de don Juan Manuel y el manuscrito U’, cuyo
texto se inicia trunco en el reinado de Sancho III de Castilla5.
2
El testimonio de la CA permitió a Diego Catalán inscribir al «Libro tercero» de la CM
dentro del complejo entramado de relaciones de filiación que mantienen las crónicas
post-alfonsíes derivadas de la Estoria de España en la sección dedicada a los reyes
castellanos. Su base compilatoria fue un texto muy similar al del manuscrito F
(Salamanca, Bibl. Universitaria, 2628; BETA manid 1005), principal representante de la
Versión (o Crónica) mixta (=VM), una variedad cronística muy cercana, a su vez, a la Versión
retóricamente amplificada (=VA), la refundición de la EE efectuada hacia 1289 en el entorno
de Sancho IV testimoniada por las secciones de las manos «tercera» (E2c) y «quinta» (E2e)
del códice E2 (Escorial, X-i-4; BETA manid 1007)6. Queda aún mucho por saber sobre el
origen de la VM, su relación con la VA y el grado de dependencia de ambas obras con
respecto al arquetipo de la EE. En el presente trabajo asumo que las dos versiones,
Amplificada y Mixta, remontan al texto, en estado de borrador, de la sección dedicada a la
historia castellana perteneciente a la primera redacción (de hacia 1271-74) de la EE, y se
agrupan, por tanto, frente a los testimonios de la segunda redacción de la obra, de hacia
1282-1284, o Versión crítica (VC)7: el manuscrito Ss (Salamanca, Caja de Ahorros, 48) y los
manuscritos de la Crónica de veinte reyes8. La Versión mixta constituiría una familia de la
Amplificada, caracterizada por su mayor cercanía al antecedente alfonsí en ciertas
secciones del relato (concretamente, los capítulos dedicados a Fernando I) 9, y por ofrecer
un peculiar relato de los últimos años de la vida del Cid en el lugar donde la obra sanchina
presentaba una extensa laguna, perceptible en el códice E2. Esta «Interpolación cidiana»
será comentada en más detalle en el presente trabajo. Por ahora, me limito a señalar que
el relato cidiano de F figura en tres modalidades de crónica vinculadas a la VM: la Crónica
manuelina, objeto del presente trabajo, la Crónica de Castilla (=CC) (1295-1300), la obra más
difundida y de mayor personalidad dentro de la tradición post-alfonsí 10, y la Crónica
Ocampiana (= CO) modelo facticio de crónica transmitido por la «quarta parte» de la
edición de Florián de Ocampo (1541) y varios manuscritos del siglo XV11.
3
El objetivo del presente trabajo es confirmar la pertenencia del manuscrito londinense
(denominado en adelante con la sigla Br) a la familia de la CM mediante un cotejo con la
CA más amplio que el realizado por Pattison y a la luz del «nuevo panorama» sobre la
tradición de la EE que, en palabras de Inés Fernández-Ordóñez, abrieron los trabajos de
Diego Catalán12. Confirmado el parentesco, me sirvo del testimonio de Br para establecer
con más precisión el lugar de la CM en el stemma de la Estoria de España. Presto especial
atención a la relación que mantiene este modelo cronístico con los textos del manuscrito
F (VM) y la CC. Según se argumentará, Br aporta datos valiosos para resolver algunas de las
cuestiones asociadas al proceso de formación y transmisión del corpus historiográfico
post-alfonsí.
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2
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
2. La sección antigua de Br («mano segunda») es un
ejemplar del «Libro tercero» de la Crónica manuelina
4
Br es un códice facticio formado por cuatro secciones copiadas en épocas distintas y
ensambladas hasta conformar una «crónica general» desde la elección de los jueces de
Castilla hasta la muerte de Fernando III, continuada por las «tres crónicas» de Alfonso X,
Sancho IV y Fernando IV13. El parentesco de Br con la CM se circunscribe al segmento de
su “mano segunda” (fol. 66-208), un fragmento de una crónica copiada en el siglo XV,
cuyo texto trunco fue completado por el principio («mano primera», fol. 3-65) y por el
final («mano tercera» [= «mano primera»], fol. 209-39 y «mano cuarta», fol. 240-393) a
principios del siglo XVI. El texto de la sección antigua de Br empieza «et Fernand [sic]
Sánchez, el yerno del rrey don Garçía de Navarra» (cf. PGC, cap. 849, p. 522b1), en medio
del capítulo correspondiente al cuarto año de Alfonso VI, y finaliza «andando por sus
villas et por sus çibdades por Castilla et por León en [sic] endereçándolas» (cf. PCG,
cap. 1052, p. 737a50, en mitad del reinado de Fernando III14. El carácter incompleto del
manuscrito no disminuye su valor testimonial, ya que en la sección conservada (relato de
Alfonso VI a Fernando III) figuran los rasgos que distinguen a la CM del resto de la
tradición de la EE.
2.1. Coincidencias de Br con la Crónica abreviada
5
El texto de la «mano segunda» de Br presenta las lecturas propias de la CM, tal y como
pueden ser apreciadas en la CA, algunas de las cuales se comentarán con más detalle en
este trabajo. En este apartado señalo algunas de las variantes en las que el manuscrito
londinense y la obra juanmanuelina concuerdan de manera exclusiva frente a las otras
familias de «crónica general» a ellos vinculadas.
2.1.1. Reinado de Alfonso VI hasta la “laguna cidiana”
6
Desde el inicio trunco del manuscrito, en medio del año cuarto de Alfonso VI, hasta la
mitad del capítulo dedicado a los castillos levantinos que pechaban al Cid (PCG,
cap. 849-896), punto en el que la «mano tercera» del códice E2 (E2c) interrumpió su labor,
Br y la CA son testimonios de la VM, esto es, se agrupan siempre en sus variantes con F y la
CC frente a la VA (E2c). En esta sección el texto de Br es prácticamente idéntico al de F al
igual que, presumiblemente, debía serlo el del ejemplar fuente de don Juan Manuel. Pese a
la concisión de la CA, es posible identificar dos variantes que la emparentan con Br frente
a F y los otros testimonios asociados a la VM:
7
[2.1.1.1] Al relatar la batalla de Cabra, en la que el Cid apresó al conde García Ordóñez,
tanto Br como la CA yerran al llamar «rey de Córdoba» (Br, fol. 66r; J. M. BLECUA, III.49,
p. 753) al enemigo del rey de Sevilla, y no «rey de Granada» como, siguiendo a la Historia
Roderici, hacen E2c (PCG, 849, p. 522b18, 28, 35), F (fol. 31v-32r), y la CC (P. ROCHWERT-ZUILI,
p. 116-117).
8
[2.1.1.2] Al igual que F y la CC, Br y la CA dan las noticias de la muerte de los hermanos de
Alfonso VI, García y doña Urraca, antes del relato de la conquista de Toledo, a diferencia
de la VA (E2c), donde son ofrecidas después (PCG, cap. 867 y 876). Sin embargo, tanto Br
(fol. 73v-74r) como la CA (III.67, J. M. BLECUA, p. 756-757) agrupan toda esta materia en un
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
único capítulo, mientras que F (fol. 46v-47r) y la CC (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 134-35) la
dividen en dos, uno dedicado a la muerte de García y Urraca y otro a la conquista de
Toledo.
2.1.2. “Interpolación cidiana”
9
A lo largo de la «Interpolación cidiana», el comportamiento de Br se ajusta al observado
por Catalán en la CA, esto es, coincide con F y la «mano cuarta» de E2 (=E2d) en su
segmentación del relato en capítulos pero coincide con la CC en una serie de variantes que
se comentarán después15. Hay, además, ciertos detalles que confirman que el manuscrito
tiene una relación más cercana con la CA que con los otros testimonios:
10
[2.1.2.1.] Br y la CA van de acuerdo con el Cantar de mio Cid (v. 1419) al narrar que «sesenta
et çinco cavalleros» (Br, fol. 102r; J. M. BLECUA, III.124, p. 767) se unieron a Alvar Fáñez
para acompañar a Jimena y a las hijas del Cid en el viaje de Burgos a Valencia, frente a los
«setenta» de los que informan F, E2d (PCG, cap. 923 [=924], p. 595a10-11) y la CC
(P. ROCHWERT-ZUILI, p. 191)16.
11
[2.1.2.2] Br, la CA y la CC innovan frente a F y E2d al informar del número de reyes moros
muertos de los veintinueve que acompañaron a Bucar en su expedición contra el Cid (PCG,
cap. 931 [=932]), pero mientras que la lección de la CC es «diecisiete» (P. ROCHWERTZUILI, p 206), la de Br y la CA es «quince» (Br, fol. 109v; J. M. BLECUA, III.133, p. 769).
12
[2.1.2.3] Al igual que la CC, Br y la CA adicionan al relato de F y E2d el cuento de Martín
Peláez, el caballero cobarde transformado en valiente por el ejemplo del Cid17. Sin
embargo, tanto el manuscrito londinense como la obra de don Juan Manuel ofrecen el
episodio en un único capítulo (Br, fol. 100r-101r; J. M. BLECUA III.123, p. 766), tras narrar
la batalla del Cid contra el rey de Sevilla procedente del Cantar (entre PCG, cap. 922 y 923
[=923 y 924]). Por su parte, la CC (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 179-181) divide esta materia en
tres capítulos y los intercala al inicio del relato del asedio de Valencia según la fuente
árabe (entre PCG, cap. 915[=916] y 916 [=917]).
13
[2.1.2.4] Br y la CA siempre marchan de acuerdo con F y E2d en la división del texto de la
«Interpolación cidiana» en capítulos con tres excepciones18.
• a) Al inicio de la «Interpolación cidiana» (Br, fol. 86v; J. M. BLECUA, III.96, p. 762) ofrecen en
un capítulo independiente el relato de la rebelión de «Abeniaf» contra el rey de Valencia
mientras el Cid se encontraba en Zaragoza. En E2d y F todo este relato va agrupado sin
solución de continuidad con la materia anterior (PCG, cap. 896, p. 565b 26-566b28; el capítulo
correspondiente en Br y la CA abarca desde «et quando estaua en Çaragoça folgaron» hasta el
final)19.
• b) F y E2d dedican dos capítulos a narrar la batalla del Quarte: uno con la respuesta que el Cid
dio al mensajero de Bucar y la salida subrepticia de los cristianos de Valencia hasta avistar
las tiendas de los almorávides, y otro con el relato del combate (PCG, cap. 930 y 931 [=931 y
932]). En contraste, Br (fol. 108r-110r) y la CA (J. M. BLECUA, III.132-133, p. 768-769) cierran
capítulo tras el episodio de la embajada de Bucar y reúnen en un solo capítulo todo lo
relativo a la batalla, incluida la salida de los del Cid de Valencia (desde PCG, cap. 930 [=931],
p. 605a47 hasta el final del capítulo 931 [=932], p. 607a 14).
• c) Por último, en el punto en el que la materia del Cantar de mio Cid enlaza con el relato de la
*Leyenda de Cardeña, Br y la CA dividen en dos capítulos lo que ocupa sólo uno en F y E 2d (PCG,
cap. 947 [=948]), el primero con la llegada de los campeones del Cid a Valencia tras las lides
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
de Carrión (hasta PCG, p. 628a6) y el segundo con el anuncio de la llegada del embajador del
Sultán de Persia (Br, fol. 123v-124r; J. M. BLECUA, III.149-50, p. 771-772) 20.
2.1.3. Final del reinado de Alfonso VI y reinados posteriores
14
Acabada la «Interpolación cidiana» Br y la CA siguen marchando de acuerdo en los
capítulos finales dedicados a Alfonso VI y a lo largo de la historia de los reyes posteriores
hasta Fernando III. El texto vuelve a ser hermano de F, el cual, a su vez, es prácticamente
idéntico a la VA, representada por el texto de la «mano quinta» de E2 (E2e) 21. Frente a F (y
E2e), Br y la CA presentan las siguientes innovaciones:
15
[2.1.3.1] Coinciden con el fragmento cronístico U’ y con los representantes de la CO en
ofrecer las dos interpolaciones que componen el relato sobre la minoría de Alfonso VIII
conocido como «Historia menos atajante», ausente de F y E2e ( Br, fol. 156r-162v y
166r-168v; J. M. BLECUA, III.198-206 y 213-215, p. 782-784 y 785-786)22. Br, U’ y la CA
incluyen la primera interpolación a continuación del capítulo dedicado al elogio de la fe (
PCG, cap. 991) y no tras el capítulo anterior (PCG, cap. 990) como hace el manuscrito Q’, ni
tras el posterior (cap. 992) donde la ofrece la edición de Ocampo23. Al igual que la CA y la
CO, Br desconoce el relato relativo al linaje del alcalde toledano Esteban Illán que el
manuscrito U’ inserta en la primera de las interpolaciones24.
16
[2.1.3.2] Los tres testimonios (Br, U’ y la CA) completan el final del relato del arzobispo de
Toledo con la Crónica particular de San Fernando (=CPSF) frente a F, único testimonio que
conservaba, antes de perder su último folio, el final original de la traducción alfonsí del De
rebus Hispaniae25. Tanto los dos manuscritos como el texto de don Juan Manuel ofrecen el
capítulo dedicado al sepelio de Enrique I (PCG, cap. 1030), ausente en los dos
representantes principales de la CPSF, los manuscritos D (Madrid, Bibl. Nacional, 10273;
BETA manid 1274) y S (Madrid, Bibl. Nacional, 9233; BETA manid 1273). Ello implicaría que
el formador de la CM (arquetipo al que remontan los tres testimonios) hubo de ensamblar
el texto de la «crónica particular» al de la VM en un punto del relato posterior a dicho
capítulo, de manera similar a como ocurre en el códice facticio E226. En cualquier caso, la
continuidad del relato histórico es perfecta y carece de las rupturas que exhiben algunas
de las familias de la CC que también ofrecen la CPSF27.
2.2 Divergencias entre Br y la Crónica abreviada
17
En ocasiones Br ofrece mejores lecturas de la CM que la CA, al solucionar errores
atribuibles al ejemplar fuente de Juan Manuel, al arquetipo de la CA o a la tradición
manuscrita de esta obra.28 Otras veces se separa del arquetipo de la CM e incorpora
materiales procedentes de otras familias cronísticas. Es posible identificar cinco de estas
interpolaciones, cuatro de las cuales (las procedentes de la CC) se concentran en la sección
dedicada al final del reinado de Fernando II de León y el inicio del de su sucesor,
Alfonso IX.
18
[2.2.1] De un ejemplar de la VC (o de su familia más difundida, la Crónica de veinte reyes) Br
(fol. 140r) toma prestada la leyenda de la muerte de la reina doña Urraca I a las puertas de
la iglesia de San Isidro de León (M. CAMPA, p. 559), que intercala inmediatamente antes
del capítulo dedicado al primer año de Alfonso VII (PCG, cap. 968) 29.
19
[2.2.2] De la CC (fol. 162r-v) toma el episodio de los amores de Alfonso VIII con la judía de
Toledo (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 271-272) y lo interpola al final del relato sobre la minoría
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
de Alfonso VIII de la «Historia menos atajante». El mismo comportamiento lo observan los
representantes de la CO. El capítulo de la judía no está reflejado en la CA (J. M. BLECUA,
p. 783-84) y desconocemos si figuraba en la rama de U’, ya que el manuscrito presenta una
laguna en esta sección30.
20
[2.2.3] Al final del capítulo dedicado a la guerra de Fernán Ruiz de Castro contra el rey
Fernando II de León (PCG, cap. 994, 674a33) añade un párrafo (fol. 164r) describiendo la
resistencia que el de Castro opuso a las tropas leonesas tras haber sido derrotado en
Ciudad Rodrigo, cuya procedencia es también la CC (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 272-273) 31.
21
[2.2.4] Entre las razones del resentimiento de Alfonso I de Portugal hacia el rey leonés (
PCG, cap. 996) cita «aquello que el rrey don Fernando de León fiziera en le dexar su fija» (
Br, fol. 164v), de manera similar a como hace la CC en su capítulo equivalente
(P. ROCHWERT-ZUILI, p. 273)32.
22
[2.2.5] Por último, al inicio del primer capítulo dedicado a Alfonso IX (PCG, cap. 997,
p. 676b40), y antes de ofrecer la segunda interpolación de la «Historia menos atajante»
dedicada a la progenie de Alfonso VIII y Leonor de Plantagenet (Br, fol. 166r), refiere el
enfrentamiento entre el nuevo rey de León y su madrastra Urraca López de Haro y el
diálogo entre ésta y su hermano Diego, un episodio perteneciente a la CC (P. ROCHWERTZUILI, p. 275). La edición de Ocampo (fol. CCXCII-r) interpola el mismo pasaje (no así Q’ y
Th), aunque más adelante, una vez concluida la materia de la «Historia menos atajante» y
tras informar del matrimonio de Alfonso IX y doña Berenguela (después de «otrossí el rey
don Alfonso de León casó con ella» cf. PCG, 677b15)33.
23
Todas las variantes hasta aquí citadas pueden identificarse como interpolaciones
exclusivas de Br y son ajenas al arquetipo de la CM, según indica que no figuren en U’ ni,
en la medida que lo permite discernir el resumen de la CA, en el ejemplar fuente de don
Juan Manuel. Otras dos peculiaridades del manuscrito dignas de mención, esta vez no
atribuibles a contaminación de fuentes externas, son las siguientes:
24
[2.2.6] Acabado el reinado de Alfonso VI, Br presenta una singular división del relato
histórico (entre PCG, cap. 964 [=965] y 965 [=966]). Tras narrar la muerte del monarca, el
manuscrito anuncia, al igual que los otros testimonios, la materia que se va a narrar a
continuación («mas agora dexa la ystoria aquí al rrey don Alfonso folgar en parayso con
Dios et torna a contar de la reyna doña Vrraca, su fija, como le fue con don Alfonso, su
marido rey de Aragón» cf. PCG, p. 645b24-28), pero añade: «Et d’esto cuenta en este otro
libro que viene enpós d’este, que dize segundo, cuenta [sic] el arçobispo don Rodrigo de
Toledo», e inicia el capítulo siguiente, primero de los dedicados a Urraca I, de la siguiente
manera:
Segund cuenta el arçobispo don Rodrigo de Toledo en su ystoria que fizo de los
reyes et de los otros fechos que acaesçieron en las Españas, dize que quando el rrey
don Alfonso el seteno que ganó Toledo fue muerto, segund que la ystoria lo á ya
contado en este libro que es ante d’este, et quando lo sopo el rey don Alfonso de
Aragón […]34
25
Esta división bipartita de la historia de Castilla es ajena tanto a la CA como al resto de la
tradición de la EE. Debe tratarse de una aportación del escriba de Br o, más
probablemente, de alguno de los predecesores de su rama. Con todo, no debe olvidarse
que aproximadamente en el punto del relato histórico donde Br ofrece su división de la
historia se produce un importante cambio en las relaciones entre las familias de la EE,
pues la CC, que en los reinados de Fernando I, Sancho II y Alfonso VI se basaba en un texto
similar a F y Br, pasa a depender del mismo prototipo textual que la VC35. Cabría plantear,
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
por tanto, si la presencia de la división en Br no reflejará una «frontera estructural» en la
elaboración de la Estoria de España, similar a las identificadas por Diego Catalán en otras
secciones de la obra, aunque con la evidencia textual disponible esta deducción no pueda
darse por segura.
26
[2.2.7] Cabe reseñar, por último, que la versión de la «Historia menos atajante» propia de
Br, aunque más próxima en sus variantes a U’ que a la CO (los manuscritos Q’ y Th y la
Crónica de Ocampo), se aparta del resto de los testimonios del texto por su tendencia a la
expansión retórica. Como ejemplo valga la siguiente descripción de las virtudes de la
reina doña Leonor, esposa de Alfonso VIII (lo añadido respecto a los otros testimonios va
en cursiva):
D’esta noble reyna doña Leonor, muger del dicho rey don Alfonso de Castilla nieto del
enperador de España, departe aquí la ystoria de los sus bienes et de las sus noblezas et
dize: Esta dicha reyna doña Leonor, de que ya de suso fablamos, guardando el
fortalesçimiento del alteza de la gran sangre a todo conplimiento, de todos conplidos bienes
óvolos et cunplieron en ella. Esta fue muy palançiana et muy sesuda et muy fermosa et
muy cuerda et loçana et mucho entendida et alegre, muy buena en todas cunplidas
bondades, muy merçedera contra las hórdenes et contra todos omes de religión, muy
alimosnera contra los pobres de Dios, muy amable al su rey, et mucho honrradera a
todas las gentes, a cada vna en su estado36.
27
Este comportamiento del manuscrito se circunscribe al texto de las dos interpolaciones en
el reinado de Alfonso VIII y no afecta al resto de su relato, como si el amplificador hubiese
tenido un interés especial por esta sección de la crónica. Las amplificaciones no me
parecen obra del escriba de Br sino que deben proceder de algún antecesor en su línea de
transmisión. La descripción de doña Leonor arriba citada coincide al pie de la letra con el
pasaje perteneciente a la crónica «vulgar manuscrita» procedente de la biblioteca del
marqués de Tarifa, reproducidos en el Memorial (1627) que el padre Juan de Pineda dedicó
al rey Fernando III37. El ejemplar de Pineda estaba emparentado con el manuscrito
londinense, aunque no quepa identificar a uno con el otro, ya que la crónica empleada por
el jesuita tenía «478 fojas» (op. cit., fol. 6r) y, además de la «Historia menos atajante»,
comprendía amplios trechos del Toledano Romanzado (o de la Estoria del fecho de los godos) 38.
2.3. Conclusión
28
De la comparación entre el texto de Br y la CA se desprende que existe, sin duda, un
parentesco entre el manuscrito londinense y el ejemplar cronístico resumido por don
Juan Manuel. La coincidencia es tan estrecha como para agrupar a Br, U’, el manuscrito
fuente de la CA y la propia obra de don Juan Manuel como representantes de la Crónica
manuelina, título que se debe asignar no al manuscrito propiedad de Juan Manuel, sino al
arquetipo de una familia de «crónica general» que constituye un estado sincrónico
anterior a 1320-1325 dentro del proceso de evolución del relato de de los reyes castellanos
de la EE.
3. La Crónica manuelina y la «Interpolación cidiana»
29
Gracias a su condición de representante de la CM, el testimonio de Br sirve para
esclarecer, con mayor precisión que la CA, las relaciones de su familia con las otras
crónicas herederas del texto de la historia de los reyes de Castilla de la EE 39. Como ya se ha
apuntado, el «Libro tercero» de la CM heredó un texto similar al del manuscrito F, al que
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
el refundidor aportó dos elementos principales: los dos extensos pasajes de la «Historia
menos atajante» y el texto de la Crónica particular de San Fernando. Aparte de estas dos
adiciones, la CM se aparta de F en una serie de variantes que la vinculan a la Crónica de
Castilla, el más difundido de los modelos cronísticos post-alfonsíes. Según se argumentará
aquí, las coincidencias de la CM con la CC no implican una relación de dependencia directa
entre las dos obras, sino que remontan más bien a un prototipo anterior que ambas
heredaron independientemente.
30
Las coincidencias de la CM con la CC frente a F y E2d se concentran en la segunda mitad de
la biografía del Cid, a partir de la mitad del capítulo dedicado, entre otras materias, al
cerco de Aledo (PCG, cap. 896-962, p. 565a29-643b7), una sección a la que Diego Catalán
denominó «Interpolación cidiana» por considerarla un fragmento de una *Estoria del Cid
compuesta en Cardeña que fue interpolado en el relato de las crónicas post-alfonsíes 40. El
origen cardeñense del texto es discutible pero las razones que llevaron a Catalán a
tratarlo de manera separada del resto del relato cronístico y calificarlo de «interpolación»
son sólidas. En primer lugar, el texto se corresponde con una extensa laguna que el
antiguo códice E2, testimonio de la VA, presentaba tras los cuadernos copiados hacia 1289
por su «mano tercera» (E2c). Como observó Catalán, los siguientes cuadernos son obra de
un escriba posterior («mano cuarta» o E2d) y fueron copiados e insertados en el códice a
mediados del siglo XIV. El texto así copiado e intercalado en E2 es idéntico al que en ese
mismo lugar ofrecen F y, con las salvedades que aquí se apuntarán, la CM (Br y la CA), la CC
y la CO41.
31
La singularidad de esta «Interpolación cidiana» se hace patente cuando se compara su
contenido con el que presentan, en su sección correspondiente, los testimonios de la VC
(la segunda redacción, de hacia 1282-1284, de la EE). En la VC no se aprecia solución de
continuidad en el capítulo del sitio de Aledo, ni hay cambio alguno en el carácter de la
compilación tras ese punto, sino que la compilación prosigue combinando, como antes del
capítulo, el relato de la Historia Roderici con el de Ibn ‘Alqama (principales fuentes cidianas
de la EE) para incorporar luego la materia del «Cantar de las bodas» y del «Cantar de la
afrenta de Corpes», según una versión muy cercana al poema de Per Abbat. En contraste,
la «Interpolación cidiana» prescinde de la Historia Roderici y ofrece desnudo el relato de la
fuente árabe42, reescribe novelescamente la materia del Cantar de mio Cid añadiendo
episodios y personajes completamente novedosos y da colofón a la biografía del héroe con
la «Leyenda de Cardeña», una narración, desconocida de la VC, relativa a la muerte del
Cid, su victoria póstuma, el traslado de su cuerpo a San Pedro de Cardeña y los
maravillosos sucesos que allí ocurrieron43. Hay indicios muy sólidos para pensar que a lo
largo de todo el relato de los reyes castellanos hasta, al menos, el final del reinado de
Alfonso VI, la VC no es una compilación hecha ab initio a partir de las fuentes, sino una
mera refundición de un borrador alfonsí de la primera redacción de la EE (c. 1270-1274), la
cual habría alcanzado un grado de elaboración mucho más avanzado de lo que
anteriormente se suponía44. Por su parte, la «Interpolación cidiana» es un relato de
factura post-alfonsí, compuesto bien para reemplazar el texto original de la EE, bien,
según suponía Diego Catalán, para completar una laguna (la célebre «laguna cidiana») que
presentaba el prototipo alfonsí heredado por una rama de la tradición independiente de
la VC y compuesta por la VM, la CM, la CC y la CO.
32
En su estudio de 1977 Catalán observó que el manuscrito fuente de la CA, aunque
emparentado con F y E2d, compartía con la CC ciertas variantes propias de dicha crónica a
lo largo del relato de la «Interpolación cidiana»45. Br se ajusta plenamente a este
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
comportamiento. El texto del manuscrito es verdaderamente singular. Suele agruparse a F
y E2d en sus variantes léxicas y es idéntico a estos testimonios en la segmentación del
texto en capítulos (frente a los capítulos más breves de la CC) pero ofrece prácticamente
todas las novedades que singularizan al relato de la CC. Una posible explicación para este
comportamiento contemplaría la existencia de dos familias en la tradición de la
«Interpolación cidiana», la primera representada por la CC y la segunda compuesta por
dos subfamilias: F y E2d, por un lado, y la CM, por el otro. La CC plasmaría de manera fiel el
arquetipo de la «Interpolación cidiana», mientras que F, E2d y la CM transmitirían una
etapa posterior de la transmisión del texto. Las coincidencias de la CC con la CM remitirían
a lecturas del arquetipo omitidas o modificadas en exclusividad por F y E2d. Tal es el
modelo de transmisión implícito en los excelentes trabajos de Patricia Rochwert-Zuili,
para quien lo que Catalán llama «Interpolación cidiana» no sería más que una sección de
la Crónica de Castilla, y obra, por tanto, del autor de esta crónica, aprovechada por el
formador de la VM (esto es, el arquetipo al que remitirían F, E2d y la CM) para completar la
«laguna cidiana» que presentaba el borrador alfonsí de que le sirvió de fuente46. Esta
hipótesis sobre la tradición del texto podría representarse de acuerdo con el siguiente
gráfico.
3.1. La «Interpolación cidiana» no es un fragmento de la CC
33
Con la anterior hipótesis son coherentes las numerosas ocasiones en que la CC y Br
conservan lecturas de las fuentes omitidas o deturpadas en F y E2d, un comportamiento
especialmente patente a lo largo del relato sobre la conquista de Valencia atribuido a
Ibn ‘Alqama. Así, al inicio de la «Interpolación cidiana» (PCG, cap. 896) la CC y Br ofrecen
un relato de las actividades levantinas del Cid durante el año 1092, desconocido de F y E 2d
a causa de una pequeña laguna, disimulada en estos testimonios mediante un arreglo (o
«laña»)47. Que las noticias omitidas por F y E2d formaban parte de la obra árabe traducida
por los historiadores alfonsíes lo demuestra que se encuentren, combinadas con la
materia de la Historia Roderici, en la VC48. Como botón de muestra ofrezco las versiones de
la VC, Br y la CC correspondientes a un fragmento del extenso pasaje, derivado de la fuente
árabe, ausente en F y E2d. El fragmento seleccionado refiere la reconstrucción del castillo
de Peña Cadir y el primer sitio de Aledo por los almorávides, hechos también narrados
por la Historia Roderici. (Tabla 1)
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
34
La cita ilustra el comportamiento de los tres testimonios. Br y la CC son estructuralmente
idénticos, al desconocer la materia de la Historia Roderici que la VC añade al relato de la
fuente árabe49. Obsérvese, sin embargo, que Br parece agruparse con la VC frente a la CC
en sus variantes léxicas y morfosintácticas. Dado que la VC constituye una rama de la EE
desconectada del resto de la tradición (VA, VM, CM y CC), ello sugeriría que la redacción
del manuscrito londinense no sólo no depende de la CC sino que precede a ésta en la línea
de transmisión del texto alfonsí, una conclusión que en seguida confirmaré con otros
datos.
35
También resulta patente que la CM y la CC conservan mejor que F y E2d el texto de la
fuente árabe en su versión de los acontecimientos posteriores a la entrada del Cid en
Valencia, tras la rendición de la ciudad. Se trata de un relato más detallado en el que, por
ejemplo, se ofrecen datos sobre el arresto, juicio y ejecución de «Abeniaf» parcialmente
concordantes con los pasajes de la obra perdida de Ibn ‘Alqama recogidos por la
historiografía árabe50. Muchos de estos pasajes coinciden en proporcionar una imagen
negativa del Cid y su ausencia en F y E2d puede deberse a que fueron censurados en el
prototipo del que proceden estos manuscritos. Como ejemplo, valga el siguiente. Los
valencianos, al ver cómo tras su entrada en la ciudad el Cid ha roto las promesas que les
había hecho, van a pedir consejo al almojarife árabe nombrado por Rodrigo (PCG, cap. 910
[=920]). La respuesta que les da el personaje en la versión de la CM y la CC es más extensa
que la de F y E2d e implica una complicidad con el punto de vista musulmán insólita en
una obra cristiana:
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10
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
36
Un poco más adelante (PCG, cap. 919 [=920]), la CC y la CM vuelven a demostrar que
conservan la lectura de la fuente árabe al ignorar la referencia que hacen F y E2d a la
futura conversión del alfaquí Alhacuxí, un pasaje que es una evidente adición encaminada
a enlazar el relato árabe con la materia de la *Leyenda de Cardeña, donde se narra el
bautismo del personaje y su adopción del nombre Gil Pérez (PCG, cap. 951 [=952]).
Compárese la lectura de los tres testimonios (el texto añadido por F y E2d va en cursiva):
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11
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
3.2. La CC y la CM innovan respecto al arquetipo de la «Interpolación
cidiana»
37
Frente a los anteriores, es posible citar numerosos ejemplos en los que F y E2d reproducen
de manera fidedigna el arquetipo de la «Interpolación cidiana», frente al que la CC y Br
innovan. El más llamativo es la célebre elegía de Alhuacaxí (Al-Waqqašī) ante la pérdida
de Valencia, conservada íntegra por F y E2d (PCG, cap. 909-912 [=910-913]) y resumida
considerablemente tanto en la CC como en Br. La lectura de la elegía en Br, prácticamente
idéntica a la de la CC, es la siguiente:
Estonçes diz que subió vn moro en la más alta torre del muro de Valençia, et este
moro era muy sabio et mucho entendido, et fizo vnas razones en arábigo, que
quiere dezir así: «Valençia, Valençia, vinieron muchos quebrantos sobre ti et estas
en oras de morir. Pues si en aventura fuere que escapes desto, serán gran maravilla
a quienquier que te viere. Et si Dios fizo merced a algund lugar, a ti lo faga. Et si Él
quiere que de todo en todo te ayas a perder, será por los grandes pecados et los
grandes atrevimientos que oviste. Et a la tu enfermedad non le pueden fallar
melezina; los físicos son ya desesperados de te poder sanar». Et con todos estos
males et estos quebrantos que avién los de Valençia mostraba Abeniaf que le plazié
51
38
De las trece estrofas bilingües (en castellano y árabe aljamiado) de las que consta el
primer capítulo que F y E2d dedican a la elegía (PCG, cap. 909[=910]), Br y la CC se limitan a
ofrecer la versión castellana de tres, para a continuación omitir la totalidad del capítulo
inmediatamente posterior (PCG, cap. 910 [=911]) y sólo volver a concordar con el texto de
de F y E2d en medio del siguiente (PCG, cap. 911 [=912], p. 587b47). Esta versión propia de la
CC y la CM es producto, sin duda, de la intervención de un compilador quien decidió
aligerar el contenido de la elegía al considerarla una digresión innecesaria al relato del
asedio y toma de Valencia por el Cid.52
39
También deben ser identificadas como intervenciones al relato original de la
«Interpolación cidiana» un conjunto de variantes comunes a la CC y la CM frente a F y E2d
sobre las que Diego Catalán ha llamado la atención en varios trabajos53. Cito algunas de
ellas
• a. Llaman siempre «Pedro» al rey aragonés contemporáneo del Cid y no «Ramiro» como,
siguiendo probablemente a la fuente árabe, hacen F y E2d 54.
• b. Incluyen varias referencias a la ciudad Requena, como lugar donde tuvieron lugar las
vistas en las que Alfonso VI perdonó al Cid y se concertaron los matrimonios de las hijas del
héroe con los infantes de Carrión55.
• c. Eliminan las contradicciones en las que incurre el relato de F y E2d en su versión del
«cantar de la afrenta de Corpes»56.
• d. Tras narrar el desenlace de los duelos judiciales (PCG, cap. 946 [=947]), añaden que el rey
don Alfonso dio aquel día por alevosos a los infantes de Carrión y a su tío Suer González 57.
• e. Intervienen en el relato para añadir información sobre la identidad y el parentesco de los
reyes de Marruecos, Junes y Bucar y atribuyen dichos datos a una «Estoria de los reyes de
África»58.
• f. Adicionan la historia de Martín Peláez, caballero que se unió a las huestes del Cid durante
el sitio de Valencia, y hacen participar al personaje en las enrevesadas idas y venidas
narradas en la versión de la afrenta de Corpes propia de la «Interpolación cidiana» 59.
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12
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
• g. Ofrecen varias novedades significativas respecto a F y E2d en el relato de la *Leyenda de
Cardeña, la más conocida de las cuales es la escena de la aparición de San Pedro al Cid, pero
también hay que incluir en este apartado, entre otras variantes, diversos detalles añadidos al
relato de la boda de las hijas del Cid con los infantes de Aragón y Navarra (Br, fol. 126r-v;
P. ROCHWERT-ZUILI, p. 234-235 cf. PCG, cap. 949-950 [=950-951]), así como una descripción
más extensa de las disposiciones testamentarias del Cid (Br, fol. 129r-v; P. ROCHWERT-ZUILI,
p. 240 cf. PCG, cap. 954 [=955]) y varias noticias relativas a la presencia de Garci Ramírez en el
entierro de Jimena y la crianza del futuro rey navarro en Aragón al cuidado de su tía doña
Sol60.
• h. Por último, ponen colofón a la biografía del Cid con un capítulo que narra cómo en el
curso de una expedición militar en Castilla, el rey Sancho VI de Navarra renunció a la presa
conseguida tras dialogar con el abad de Cardeña quien le había salido al encuentro portando
el estandarte del Cid (Br, fol. 134v-135r; P. ROCHWERT-ZUILI, p. 249-250) 61.
40
Debe insistirse que estas variantes compartidas por Br y la CC no remiten a lecturas del
arquetipo de la «Interpolación cidiana» omitidas o modificadas en el texto de F y E 2d. Son,
por el contrario, retoques encaminados a mejorar la coherencia del texto corrigiendo
errores cometidos por el autor del arquetipo y heredados por F y E2d (a, b, c), expansiones
del relato efectuadas inventando datos o desarrollando los aportados por la compilación
original (d, e) o incorporaciones de nuevos materiales importados, tal vez, de fuentes
externas (f, g, h)62. La presencia de estas novedades permite caracterizar, de esta manera,
a la versión transmitida por la CC y la CM como resultado de una meticulosa tarea de
revisión del texto original de la «Interpolación cidiana» atribuible, me atrevería a
suponer, al propio autor del arquetipo, dado el conocimiento detallado de los entresijos
de la compilación y de sus fuentes que delatan las variantes. En este sentido, la mayor
coherencia que frente a F y E2d exhibe el relato de la CC y la CM no se debe a que éste se
halle más cerca de un arquetipo perfecto, sino que es, al contrario, atribuible a que es
heredero de una etapa compilatoria tardía, en la que los errores cometidos al compilarse
originalmente el texto habían sido detectados y enmendados63.
41
Pero independientemente de su origen, la presencia de estas novedades obliga a
descartar, de manera inmediata, la prioridad de la CC frente a los otros testimonios e
invalida, por tanto, el modelo de transmisión propuesto por Patricia Rochwert-Zuili
(Gráfico 1). Dadas sus innovaciones frente a F y E2d, el texto de la CC no puede ser
identificado con el estado textual más antiguo, sino que representaría, en todo caso, una
rama de la tradición que ocasionalmente transmite las lecturas originales del arquetipo,
aunque más a menudo innova frente a ellas. El texto transmitido por F y E2d, por su parte,
se situaría en otra rama de la tradición, en general, más conservadora respecto al
arquetipo pese a que ocasionalmente lo modifique (las omisiones en el texto de la fuente
árabe o las referencias a Cardeña en ese mismo relato) o presente defectos (la «laña» de
continuidad en el capítulo del sitio de Aledo).
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
3.3. La CM no tiene como fuente a la CC
42
A fin de establecer el texto del arquetipo, resultaría necesario establecer la posición de la
CM dentro del modelo, pero dicha ubicación resulta problemática. Dada la hermandad de
Br con la familia F y E2d (por ejemplo, en su división del relato en capítulos) y la
coincidencia del manuscrito con la CC en las novedades de ésta, resultaría razonable
suponer que la CM (esto es el arquetipo al que remontan Br y la CA) fuese una obra
«híbrida» o «mixta», similar en su carácter a la CO y fruto, como ésta, de una tarea de
colación de dos fuentes: un ejemplar perteneciente a la familia de F, empleado como
fuente principal, y un segundo ejemplar, esta vez de la CC, del que el compilador habría
extraído e importado todos aquellos elementos cuya ausencia pudo detectar en su texto
base.
43
Es posible plantear dos argumentos que ponen en entredicho el modelo anterior. En
primer lugar, si el formador de la CM se sirvió de un ejemplar de la CC para enriquecer la
información sobre el Cid ofrecida por su fuente base (un texto similar a F), resulta extraño
que su labor de colación se circunscribiese a la sección de la «Interpolación cidiana» y que
no aprovechase, como por ejemplo sí haría el formador de la CO, los interesantes
contenidos cidianos que figuran en la primera parte de la CC (especialmente, la materia de
las Mocedades de Rodrigo ofrecida en los capítulos dedicados al reinado de Fernando I).
44
Sorprende, asimismo, que la estrecha coincidencia entre la CM y la CC se circunscriba a
aquellos pasajes que son innovación de la segunda obra respecto a F y E2d. Si asumimos
que el texto de la CM es el resultado de la fusión de dos prototipos, habremos de
reconocer que el responsable de la colación efectuó su labor con una enorme habilidad,
pues en todo momento reprodujo con fidelidad el texto propio de F y sólo se apartó de él y
acudió a su ejemplar de la CC para extraer de ésta aquellos elementos que mejoraban o
enriquecían el contenido del texto base. Mientras que un texto mixto típico como el de la
CO suele limitarse a ensamblar segmentos procedentes de dos o más prototipos, de
manera que resulta relativamente fácil localizar dónde se producen los cambios de fuente
64
, parece difícil concebir una labor de colación tan metódica y pormenorizada como la
que implicaría el texto de Br, a cuya fidelidad tanto a la estructura como a la letra de F y E 2
d se aúna la presencia casi exhaustiva de las innovaciones típicas de la CC. Resultaría
plausible atribuir a contaminación la coincidencia entre la CC y la CM en el caso de las
novedades más extensas y llamativas (por ejemplo, los episodios relativos a Martín
Peláez, la aparición de San Pedro al Cid o la incursión del rey Sancho de Navarra en
Castilla) pero dicha explicación es más problemática en el caso de las innumerables
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
variantes compartidas que remontan a retoques mínimos destinados a perfeccionar y
mejorar la coherencia del relato original de la «Interpolación cidiana». Como ilustración
valgan, por ejemplo, las enmiendas a los nombres asignados a los infantes de Carrión
mediante las que ambas crónicas resuelven las contradicciones de F y E2d aludidas en el
apartado anterior. Dichos retoques, tan difíciles de apreciar en una lectura superficial,
afectan a secciones del relato cronístico bastante separadas entre sí (episodio del león,
cortes de Toledo, lides de Carrión). Resulta poco plausible, a mi juicio, que un
colacionador hubiese apreciado con semejante precisión los errores de coherencia en el
relato de uno de sus prototipos (el perteneciente a la familia de F) y la resolución de éstos
en el otro (el ejemplar de CC). Por otro lado, debe desecharse que la CM dependa de la CC a
lo largo de todo el trecho del relato en el que figuran las variantes, ya que en todo
momento demuestra emparentarse con F y E2d en sus otros rasgos, por ejemplo, cuando
mantiene la división del texto en capítulos considerablemente más largos que los de la CC.
45
Por último, lleva a cuestionar que la cuestión de la afinidad de la CM con la CC pueda
resolverse atribuyendo el comportamiento a un simple fenómeno de contaminación, el
hecho de que algunos de los pasajes comunes a las dos obras frente a F y E2d difieran en
una y otra, bien en su contenido exacto, bien en su emplazamiento dentro del relato. El
examen de algunas de estas variantes sugiere, por el contrario, bien que la CC depende del
texto de la CM, bien que ambas crónicas derivan, cada una por su cuenta, de un texto
anterior en el que ya constaban las novedades respecto a F y E2d. A continuación,
presento algunas de estas variantes siguiendo la secuencia en la que aparecen en el relato.
3.3.1 Almorávides/alárabes
46
A lo largo de toda la extensión de su relato la CC tiene la particularidad de ofrecer
«alárabe» por «almorávide» cada vez que el término es mencionado. En contraste, Br
ofrece siempre la lección correcta, incluso en aquellos pasajes compartidos con la CC que
en ambas crónicas son novedad con respecto a F y E2d. Dichos pasajes son los siguientes
(cito indicando primero el capítulo correspondiente en la edición de Menéndez Pidal,
seguido del texto de Br y, a continuación, la lectura de la CC según la edición de
P. ROCHWERT-ZUILI):
i)PCG, cap. 896: avién sabor de ser en el señorío de los almorávides ca non tenién
otro cobro si non con ellos (…) estonçes era adelantado de los almorávides uno que
dizién Abenhaxa (Br, fol. 86v) cf. era ssu voluntad de ser de los alárabes, ca tenían
que non avían cobro ninguno synon en ellos […] en esta sazón, Aly Abén Axa,
adelantado de los alárabes (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 161)
ii) PCG, cap. 899: otrosí al alcayde de los almorávides que estava en el alcaçar no le
preçiava nada (Br, fol. 87v) cf. otrosý non preçiaua nada al alcayde los alárabes que
tenía el elcáçar [sic] (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 163)
iii) PCG, cap. 922 [=929]: diz que lo sopo Abenaxa adelantado de los almorávides et
enbió su yerno, que era entonces rey de Sevilla (Br, fol. 99v) cf. diz que lo sopo Aly
Aben Axa, adelantado de los alárabes, et enbio ý vn su yerno que era rey de Sevilla
(P. ROCHWERT-ZUILI, p. 188).
47
De especial importancia es el tercer ejemplo. Mientras que los dos primeros pasajes
remontan a la fuente árabe y su ausencia en F y E2d podría atribuirse a una omisión en el
prototipo de estos testimonios, el pasaje relativo al rey de Sevilla se encuentra asociado a
las otras noticias atribuidas a la *Estoria de los reyes de África, las cuales, según ya se ha
mencionado, son un añadido claro al relato original, basado en el Cantar de mio Cid,
dedicado a las expediciones almorávides contra Valencia. Es poco plausible que el autor
e-Spania, 25 | 2016
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
de la CM tomase prestado el pasaje relativo al rey de Sevilla de un ejemplar de la CC donde
se llamase a Abenaxa «adelantado de los alárabes» y cambiase luego el término a
«almorávides» de acuerdo con la exactitud histórica. Más probable resulta que estas
variantes y las otras novedades asociadas a la *Estoria de los reyes africanos precedan a la
redacción de la CC y que el autor de ésta enmendase el término, como de manera
consistente hizo a lo largo de la totalidad de su relato.
3.3.2 Discurso de Alfonso VI en las cortes de Toledo65
48
En uno de los capítulos dedicados a las cortes de Toledo (PCG, cap. 942 [=943]) la CC y Br
innovan respecto a F y E2d, al interpolar un discurso de Alfonso VI, donde, entre otras
consideraciones, el monarca recuerda a los infantes de Carrión que Rodrigo desciende de
los jueces de Castilla y está emparentado, por tanto, con la casa real. Las palabras del rey
son, sin embargo, distintas en un testimonio y en el otro:
49
El texto de Br procede del capítulo de la EE (en sus versiones Primitiva, Amplificada y Crítica
) dedicado a los jueces de Castilla, donde se incluye la alusión al abuelo materno del Cid,
«Rodrigo Áluarez de Asturias, que era omne onrrado et poderoso» (PCG, cap. 678, p. 387b
), traducción del De rebus Hispaniae (V.i) del arzobispo don Rodrigo 66. En contraste, el
26-40
linaje del Cid glosado por Alfonso VI en la CC coincide con el que la crónica ofrece en su
capítulo segundo (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 66) y con el que figura en el Poema de las
mocedades de Rodrigo conservado en el manuscrito P67. Tanto en su capítulo segundo como
en el relato de las Cortes de Toledo, la CC va de acuerdo con el Poema palentino en contar
que Rodrigo fue «nieto» de Laín Calvo y en mencionar el nombre de la madre de Rodrigo,
Teresa, hija de «Nuño Álvarez de Amaya» (no «Rodrigo Álvarez de Asturias»). Asimismo,
en ambos lugares la CC informa que Laín Calvo había contraído matrimonio con la hija de
Nuño Rasura, doña Elvira Núñez, dato que no encuentro en otra fuente pero que parece
encaminado a reforzar la idea del parentesco del Cid con los reyes de Castilla, como
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
descendiente de Nuño Rasura68. Puede que el formador de la CM heredase la versión del
linaje del Cid de la CC y la reemplazase por la versión del arzobispo propia de la EE pero
me parece preferible pensar que fue el autor de la CC quien sustituyó la adición original
por el linaje cidiano que ya había empleado en el relato sobre Fernando I.
50
En apoyo de la anterior conjetura (la precedencia de la lección de la CM respecto a la de la
CC en esta variante) se puede citar que la presencia de pasajes sacados directamente del
texto de la EE es bastante habitual en la «Interpolación cidiana». Uno de los capítulos
dedicados a las bodas de las hijas del Cid con los infantes de Navarra y Aragón (PCG,
cap. 950 [=951], p. 632a3-21), por ejemplo, incluye una referencia a la sucesión en el reino
navarro sacada al pie de la letra de la sección de la EE sobre los reyes de Navarra
traducción del De rebus Hispaniae, V.xxiv (PCG, cap. 790, p. 473a39-b7). Obsérvese también
que la oración del Cid antes de morir (PCG, cap. 954 [=955], p. 636a15-21) es prácticamente
idéntica a la que pronuncia Fernando I en las mismas circunstancias (PCG, cap. 813, p. b 5-11
), cuya procedencia es también la obra del arzobispo (VI.xiii). No puede caber duda, por
tanto, de que el monje de Cardeña o más probablemente el cronista post-alfonsí que
compuso la «Interpolación cidiana» tuvo a la vista y empleó como fuente un ejemplar de
la obra alfonsí que comprendía, al menos, la historia astur-leonesa y la castellana. El que
la CM presente un comportamiento análogo en esta variante permitiría inferir, tal vez,
que su versión de la «Interpolación cidiana» (a) precede al texto de la CC y (b) fue obra del
mismo autor que originalmente había compilado el relato.
3.3.3 Regalos del sultán de Persia al Cid
51
Hacia el inicio del capítulo dedicado a la llegada a Valencia de una embajada del Sultán de
Persia (PCG, cap. 947 [=948]), F y E2d refieren que entre los presentes entregados al Cid se
encontraba la mirra con la que el héroe sería embalsamado y un ajedrez «de los más
nobles que fueron en el mundo que avn oy en día es en el mon[asterio] de sant [Pedro] de
Cardeña» (F, fol. 123v). La CC y la CM por su parte, no se ocupan de los regalos en ese lugar
sino que se limitan a anunciar (ofrezco la lección de Br):
Le enbió sus mandaderos et sus presentes muy nobles de muchas noblezas, quales
oyredes adelante contar en la ystoria quando fuere en su lugar (fol. 124r) 69.
52
La descripción es ofrecida, efectivamente, más delante en el relato, al referírsenos que el
embajador, una vez dentro del alcázar, mostró los presentes al Cid y su familia (el punto
del relato correspondiente a PCG, p. 629a6). Las dos crónicas coinciden en ofrecer una lista
de regalos más extensa y detallada que la de F y E2d pero difieren en el contenido exacto
de sus respectivos pasajes (las divergencias van subrayadas en la cita). Así, entre otros
detalles, en Br el ajedrez va vinculado a Cardeña (como en F y E2d), mientras que la CC no
hace alusión alguna al monasterio:
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
53
Dado que la prolepsis propia de la CM y la CC se sitúa en el lugar exacto donde F y E2d
describen los regalos parece lógico pensar que los dos últimos manuscritos son los que
conservan la lección del arquetipo de la tradición. El responsable de la variante conjunta
de la CC y la CM debió identificar la breve descripción de los presentes que figuraba en su
relato fuente y decidió ampliarla y desplazarla a un punto posterior de la secuencia
narrativa, con la presumible intención de intensificar el efecto de asombro que el lector
sentiría ante la enumeración de los maravillosos objetos. Tampoco aquí me parece
atribuible a dependencia directa la coincidencia entre la CM y la CC. Más bien me inclino,
con alguna reserva, por volver a remontar la variante a un antecedente textual heredado
independientemente por las dos obras, ya que me resulta poco plausible que la CM
reestructure su texto base (el de un ejemplar similar a F) de acuerdo con el patrón que le
ofrecía la CC y realice para ello una serie de complejas operaciones refundidoras, a saber,
reemplazar, al principio del capítulo, el pasaje de su texto base por la prolepsis propia de
la CC e interpolar la enumeración que le ofrecía esta crónica, tras reescribirla añadiendo,
entre otras novedades, la referencia que vinculaba el ajedrez a Cardeña. Hago constar, sin
embargo, que la ausencia de la alusión a Cardeña por parte de la CC problematiza la
anterior hipótesis sobre la transmisión del texto. Marta Lacomba aduce la variante a favor
de la precedencia de la CC respecto al resto de la tradición del texto, argumentando que la
referencia al monasterio en F y E2d debe ser un añadido al relato original, conservado por
la CC, a fin de enlazar el episodio del Sultán con los sucesos cardeñenses que con
posterioridad se narrarán, un comportamiento que se ajusta al observado en la escena del
alfaquí del Cid comentada antes en este trabajo70. En esta ocasión, sin embargo, habría
que pensar que la mención a Cardeña figuraba (en la posición que ocupa en el texto de F y
E2d) en el arquetipo de la tradición y que su ausencia en la CC es producto de una omisión,
accidental o voluntaria, del redactor de esa crónica.
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
3.3.4 Regalos del Cid al Sultán de Persia
54
Más adelante, la CC y Br vuelven a separarse de F y E2d cuando al relatar la despedida del
embajador del Soldán añaden una descripción de los presentes que el Cid le dio para que
los llevase a su señor (ofrezco la lección de Br):
[…] una espada muy noble que era guarnida de oro a las señales del gran Soldán, et
una loriga, et unas brafoneras, et un perpunte que era fecho de nudos 71.
55
Es interesante observar, sin embargo, que Br ofrece, al igual que F y E2d, la escena de la
despedida del embajador antes de relatar las bodas de las hijas del Cid con los infantes de
Navarra y Aragón (PCG, cap. 949 [=950]), mientras que en la CC el episodio va emplazado
después de celebrados los esponsales (al comienzo del capítulo correspondiente a PCG,
cap. 951 [=952])72. La descripción de los presentes, ubicada en el lugar del relato donde la
ofrece la CM, debía figurar, por tanto, en el antecedente textual de la CC, y la labor del
autor de dicha obra se limitó a reorganizar el material, trasladando el episodio a un punto
posterior de la secuencia narrativa. Este comportamiento resulta más convincente, a mi
modo de ver, que suponer que el formador de la CM colacionando el texto similar a F y el
de la CC y detectó en la segunda la adición y procedió a «volver atrás» en el relato
ofrecido por el primero a fin de insertar el pasaje novedoso.
3.3.5 Las hijas del Cid asisten al funeral de doña Jimena en Cardeña
56
Un último ejemplo que sugiere la independencia entre las dos crónicas aparece hacia el
final de la «Interpolación cidiana», en el capítulo que nos narra la muerte de doña Jimena
y su sepelio en Cardeña al que asistieron sus hijas doña Elvira y doña Sol, la primera
acompañada de su marido, quien en el relato es llamado «rey de Navarra». Tanto la CC
como Br vuelven a coincidir adicionando datos desconocidos por F y E2d aunque, de
nuevo, cada crónica nos ofrece su propia versión del texto interpolado. Ofrezco en
paralelo las lecturas de Br y la CC indicando con un asterisco el comienzo de la materia
interpolada en uno y otro texto y subrayando los datos que cada uno de ellos innova con
respecto al otro73:
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
57
De entre las diferencias en el contenido de ambos pasajes, el elemento que hace descartar
que el texto de Br haya sido «contaminado» por la CC son los pasajes dedicados a Jerónimo
de Perigord que la CC presenta, de manera exclusiva, al comienzo y al final de su
interpolación, pues no hay razón para pensar que el redactor de la CM extrajese el pasaje
de un ejemplar de CC y suprimiese las referencias al prelado. Es más prudente considerar
que la información relativa al prelado cluniacense es un añadido de la CC a un texto
precedente, representado más fielmente por Br (esto es, por la CM), en el que únicamente
figuraban las noticias relativas a la familia del Cid. Al mismo tiempo, la precisión con la
que la materia sobre don Jerónimo va incorporada al principio y al final del texto
interpolado conjuntamente con Br hace sospechar que el redactor de la CC si bien halló en
su ejemplar fuente el texto relativo a las hijas del Cid y Garci Ramírez, dicho pasaje no se
hallaba integrado en el relato dentro de la caja del texto, sino que figuraba en él como un
párrafo independiente anotado al margen del folio o en una hoja suelta. Las
características materiales de dicho ejemplar fuente podrían entonces corresponder, como
pensaba Diego Catalán (La Estoria…, p. 164 y 220) a las de un «borrador» o manuscrito de
trabajo, en el que algunas de las novedades características de la CM y la CC figuraban como
datos adjuntos al texto principal en forma de notas marginales o pliegos sueltos 74.
3.3.6 Novedades exclusivas de la Crónica de Castilla
58
Resta por reseñar las ocasiones en las que la redacción de la «Interpolación cidiana» de la
CC innova respecto al resto de la tradición, incluyendo la CM. Entre dichas innovaciones
cabe destacar, aparte de la información sobre el obispo don Jerónimo ya señalada, (i) el
considerar a Alvar Fáñez primo del Cid y no su sobrino como de acuerdo con el Cantar lo
identifican Br, F y E2d75, (ii) ciertos datos relativos a la familia del «omne bueno» en cuyo
hogar se acogieron doña Elvira y doña Sol tras la afrenta de Corpes (P. ROCHWERT-ZUILI,
p. 214)76 y, (iii) la más significativa, la noticia del traslado en Cardeña del cuerpo del Cid,
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20
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
desde la ubicación donde había sido originalmente sepultado, ante el altar de San Pedro,
al «monumento» que a la derecha del mismo altar hizo construir el rey Alfonso X77. Al
narrar el sepelio del cuerpo del héroe, tras haber estado expuesto a los fieles durante diez
años F y E2d se limitan a referir:
Ayuntáronse ý tres obispos de la prouinçia aderredor con muchas misas e con
muchas vigilias enterraron el cuerpo del ante’l altar a par de doña Ximena su
muger, allý do agora yaze78.
59
En Br el pasaje va ampliado con nuevos datos:
[…] con muchas misas et muchas vigilias enterraron el cuerpo del Çid. Et el
enterramiento fue en esta guisa: cavaron ante el altar par de doña Ximena su muger
vn muy gran foyo, et fizieron ý so tierra vna bóveda muy bien fecha, et metiéronlo
so ella así como estava asentado en su escaño et su espada en la mano vestido con
sus paños, et así yaze agora79.
60
Los mismos detalles son aportados por la CC, pero su versión prosigue actualizando el
relato con la noticia del traslado del cuerpo en época de Alfonso X:
Juntáronse tres obispos de las prouinçias de en derredor con muy grande honrra e
metieron el cuerpo del Çid en vn monumento grande de bóueda que fazían d’esta
guisa: cauaron delante el altar de Sant Pedro, a par de la fuesa de dona Ximena, e
fezieron vna bóueda bien alta e metiéronlo dentro, asý commo estaua asentado en
su escaño, e vestido sus paños e su espada en la mano. E allý yogo muy grand tienpo
fasta que vino el rey don Alfonso a rreynar, el que fue fijo del muy noble rey don
Fernando que ganó todo más del Andaluzía […] E su fijo el rey don Alfonso,
treslando el Çid de aquella bóveda, e púsolo en vn monumento muy noble que
mandó fazer en Burgos, e a doña Ximena su mugier en otro, e púsolos a par del altar
de Sant Pedro, a la man esquierda, contra onde dizen el Euangelio; e otrosý
treslando estonçes el conde Garçi Fernández, que fue señor de Castilla, e púsolo
cabo d’este mismo altar de la otra parte; e otrosý treslando al rey don Ramiro de
León, e púsolo en medio del coro d’este mismo monesterio, e fízoles muncha onra.
Et asý yazen oy dýa80.
61
Merece la pena observar, aunque suponga salirse parcialmente del tema, que la
actualización de la CC permitiría argumentar que la fuente aprovechada por el relato
original de la «Interpolación cidiana» (¿la *Estoria caradignense del Cid?) hubiese datado de
época alfonsí, concretamente de antes de 1272, año en el que fecha Berganza el traslado
de los restos del Cid, Garci Fernández y el rey Ramiro III que presidió el rey Sabio 81. En
cualquier caso, lo que interesa señalar aquí es que la noticia del traslado en época de
Alfonso X supone una adición exclusiva de la CC a un texto precedente similar al de Br,
con lo que la variante apuntaría, por tanto, a un modelo de evolución diacrónica del texto
de la «Interpolación cidiana» de acuerdo con una secuencia de tres etapas compilatorias,
la más temprana representada por F y E2d, la intermedia por la CM y la más tardía por la
CC.
3.4. La tradición de la «Interpolación cidiana»
62
Tomadas todas estas observaciones en su conjunto, se puede proponer que las familias de
la CC y el «Libro tercero» de la CM, modelo cronístico representado por el manuscrito Br y
la CA heredan un subarquetipo de la «Interpolación cidiana», que constituye una segunda
redacción «corregida y aumentada» del relato original, representado por F y E2d, en tanto
lo amplifica y enmienda algunos de sus defectos, aunque, en ocasiones, conserva mejor
sus lecturas. Se ha propuesto además que dicha segunda redacción pudo ser obra del
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
mismo autor (o autores) de la primera, quien habría procedido a revisar y perfeccionar su
obra.
63
Respecto a dicho subarquetipo, el comportamiento de la CM es conservador, mientras que
la CC innova reescribiendo estilísticamente el relato, reorganizando su secuencia
narrativa, introduciendo nuevas divisiones de capítulos e interpolando pasajes de su
propia cosecha82. Por otro lado, pese a su comportamiento innovador, me resisto a
proponer que la CC sea una simple derivación de la CM, ya que resulta plausible, de
acuerdo con lo supuesto por Catalán, que el texto al que ambas obras remontan fuese no
una compilación acabada, sino un borrador de trabajo, algunas de cuyas novedades con
respecto al arquetipo habían sido incorporadas al texto principal, mientras que otras se
hallaban adjuntas a él en forma de glosas al margen u hojas sueltas 83. Los respectivos
autores de la CC y la CM habrían accedido a su borrador compartido de manera
independiente y cada uno ajustó el texto fuente y completó la labor de compilación a su
manera. Lo que me parece importante resaltar es que la lectura del antecedente común
que aporta Br es más precisa que la que transmite la CC, lo cual otorga al manuscrito un
puesto de relevancia dentro de la tradición cronística post-alfonsí.
64
[3.4.1] En primer lugar, Br aporta un valioso testimonio para el estudio (y edición crítica)
de la Crónica de Castilla, al permitir identificar los elementos textuales que dicha obra
hereda de su prototipo fuente (la mayoría de las novedades incluidas en la sección de la
«Interpolación cidiana» aquí estudiada) y distinguirlas de los rasgos que sí le son
exclusivos (por ejemplo, la materia de las Mocedades de Rodrigo y las otras novedades
cidianas que ofrece la crónica en su primera parte).
65
[3.4.2] A este respecto, Br también clarifica el carácter de la redacción de la Versión mixta
propia de F y su relación con la CC. Al coincidir en sus variantes con la CC en la sección de
la «Interpolación cidiana» pero compartir en todo su trecho las características formales
de F y E2d, el manuscrito londinense confirma la precedencia del texto de F y E2d con
respecto a la CC a lo largo de todo el relato de los reyes castellanos, de Fernando I a
Alfonso VI. De hecho, sería posible, con las salvedades antes apuntadas, caracterizar la
redacción de F como la primera de una secuencia de refundiciones del texto de la Versión
mixta, cuya segunda etapa vendría representada por la CM y la tercera por la CC.
66
[3.4.3] El hecho de que las variantes de Br frente a F y E2d se circunscriban al texto que
hemos llamado «Interpolación cidiana» también corrobora la autonomía del segmento
respecto al resto del texto de la Versión mixta. El relato de la «Interpolación cidiana» (esto
es, la sección de la biografía del Cid que ofrece el grupo cronístico compuesto por F, E2d y
las crónicas Manuelina, Castilla y Ocampiana, frente al texto de la Versión crítica) sirvió para
completar, efectivamente, una laguna que los formadores de la Versión mixta heredaron de
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
su texto fuente, el cual era, probablemente, el mismo borrador inacabado de la historia
alfonsí de los reyes de Castilla del que se deriva la VA. La CM y la CC remontan a un
subarquetipo de la VM que de manera perfecta ensamblaba el texto de la «Interpolación
cidiana» al relato cronístico precedente. En la rama de F y E2d, por su parte, es posible
apreciar el carácter bipartito del arquetipo en el arreglo de continuidad que los dos
manuscritos presentan presenta al inicio de la «Interpolación cidiana», en medio del
capítulo dedicado al sitio de Aledo. Resulta probable, aunque no se pueda afirmar con
certeza, que la elaboración de la «Interpolación cidiana» sea contemporánea de la
formación de la Versión mixta y que ambos textos fuesen producto de la misma iniciativa
historiográfica. En cualquier caso, todo indica que la «Interpolación cidiana» fue un texto
facturado en un taller cronístico con el objetivo específico de «encajar» con precisión
entre los bordes de la «laguna cidiana» de la que da testimonio en códice E2 y suplir sin
soluciones de continuidad perceptibles la materia ausente. Es interesante observar, en
este sentido, que algunas de las novedades tardías aportadas por la CM y la CC frente a la
etapa textual representada por F y E2d acentúan la conexión del relato con Cardeña (los
ejemplos más llamativos son los episodios relativos a la aparición de San Pedro y al
encuentro del rey de Navarra con el abad de Cardeña)84. El que la aparición de algunos de
los pasajes de contenido cardeñense más marcado se corresponda con una etapa en la
evolución del texto posterior a la formación del arquetipo lleva a cuestionar de hipótesis
de Diego Catalán de que la «Interpolación cidiana» es una simple reproducción de un
fragmento de una *Estoria del Cid que habían compuesto los monjes de Cardeña a partir de
la misma versión romance de una obra árabe conocida por los autores de la EE. Sin
desechar que el relato cronístico se pueda habar nutrido de una obra cardeñense
dedicada al Cid, la aportación de ésta debió ser más limitada de lo que supuso el
investigador y no comprendió, en cualquier caso, la materia procedente de la fuente
árabe. Más apropiado me parece caracterizar a la «Interpolación cidiana» como un relato
cronístico «de nueva planta» redactado dentro del marco de alguna de las iniciativas
compilatorias del periodo post-alfonsí y cuyos responsables aprovecharon un archivo de
fuentes cidianas, algunas de época de Alfonso X, concretamente la traducción alfonsí de la
historia de Ibn ‘Alqama, la prosificación, también alfonsí, del Cantar de mio Cid, así como
una obra dedicada al Cid, cardeñense o de otra procedencia, desconocida o desechada por
los autores de la Versión crítica85. Dicha tarea de construcción historiográfica puede
datarse en la segunda mitad del reinado de Sancho IV, en todo caso antes de 1295-1300,
cuando se redactó la CC y después de 1289, fecha en la que se copió el antiguo códice E2 de
la VA, el cual, como sabemos, no llegó a recoger el texto86. Por último, el acceso que los
responsables del relato tuvieron a materiales de trabajo de la Estoria de España (sobre todo,
la obra de Ibn ‘Alqama) serviría acaso para inscribirlos en el contexto de la corte regia
castellana, tal vez como miembros del mismo escritorio sanchino donde se había
compuesto la VA.
4. Fecha
67
y composición de la Crónica manuelina
Concluyo con algunas observaciones acerca de las circunstancias de producción de la CM y
su carácter historiográfico87. Las dificultades que dicha caracterización entraña los
formuló con claridad Diego Catalán en uno de sus trabajos:
[A]l tratar de explicar los principios que presidieron la elaboración o reelaboración
de un nuevo texto tenemos previamente que haber reconocido en él la huella del
co-autor responsable de la nueva forma adquirida por la materia heredada, aislando
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
las novedades (por adición o omisión) que la son atribuibles; pero en esa tarea
corremos el riesgo de atribuir a un solo modelo formal y a una sola «causa
material», esto es ideológica, reformas acumuladas procedentes de la acción de
sucesivos contribuyentes al estado presente del texto88.
68
En efecto, pese a que la versión de la «Interpolación cidiana» transmitida en el «Libro
tercero» de la CM precede, a todas luces, a la elaboración, hacia 1295-1300, de la CC, es
posible que sean posteriores a esa fecha (y tengan, por tanto, otra «causa material») las
otras operaciones compilatorias implícitas en el texto consultado por don Juan Manuel.
Podemos aceptar, con ciertas reservas, que el formador de la CM también heredó el relato
de la Crónica particular de San Fernando, pues la crítica suele considerar a ésta como una
obra independiente redactada durante el reinado de Fernando IV (1295-1312)89. Sí resulta
razonable, aunque no sea seguro, atribuir a una misma etapa final en la evolución del
texto el conjunto de operaciones compilatorias tendentes a constituir la crónica como
obra tripartita (esto es, el ensamblaje de los fragmentos manuscritos correspondientes a
los libros «Primero», «Segundo» y «Tercero» y la consiguiente numeración independiente
de los capítulos de cada segmento), así como asignar también a dicha etapa la adición del
texto de la CPSF y las innovaciones relativas a Alfonso VIII (el texto de la «Historia menos
atajante»). La iniciativa compilatoria que tuvo como resultado el texto de la CM, una
«crónica general» de España en tres partes, desde los primeros pobladores hasta la
muerte de Fernando III, podría situarse, por tanto, en los últimos años de Fernando IV
(1295-1312) o en los primeros de la minoría de Alfonso XI. El título de «tutor del rey don
Alfonso» que don Juan Manuel se auto-asigna en el prólogo de la CA implica una
compilación anterior a 1320-1325, periodo durante el que el escritor ejerció dicho cargo
tras la inesperada muerte de los infantes don Juan y don Pedro en la vega de Granada el
25 de junio de 1319. La memoria de la violenta minoría de Fernando IV o quizás la
perspectiva, tras la muerte del rey, de un nuevo ciclo de intrigas y negociaciones entre los
aspirantes a ejercer la regencia del jovencísimo Alfonso tal vez hallen eco en la CM,
especialmente en las páginas de la «Historia menos atajante», relato de otra minoría real,
la de Alfonso VIII, como si el objetivo del cronista hubiese sido proporcionar al lector un
espejo en el que encontrar las claves desde las que interpretar los hechos del presente 90.
69
En cuanto al entorno ideológico de la obra, poco es lo que podemos afirmar con certeza.
Encuentro razonable, como hipótesis de trabajo, inscribir a la crónica dentro de una
tradición historiográfica de inspiración regia, inaugurada por Alfonso X con su Estoria de
España y mantenida vigente durante el reinado de Sancho IV, pudiendo tratarse, a mi
juicio, de un producto tardío salido del mismo escritorio, probablemente toledano, en el
que vieron la luz la primera redacción de la EE y la VA de Sancho IV. Así se explicaría el
carácter «regio», alfonsí o sanchino, que parecen destilar los materiales amalgamados en
la crónica: los fragmentos de versiones alfonsíes de la EE correspondientes a los libros
«Primero» y «Segundo», así como la VM base del «Libro tercero», cuyo texto mezcla los de
la Versión primitiva y la VA, e incluso, según he argumentado en otro lugar, el relato fuente
de la «Historia menos atajante»91.
70
Cabría apuntar, por último, algunos datos que permitirían caracterizar a la crónica como
expresión de un discurso histórico «monárquico». En primer lugar, hemos de recordar
que el manuscrito de la CM del que da testimonio don Juan Manuel en su CA, es el primer
ejemplar de la EE de Alfonso X de cuya circulación y lectura tengamos noticia. En este
sentido, resultaría injusto negar a la crónica el calificativo de «regia», en tanto su modelo
historiográfico, el de una historia de España desde los orígenes hasta la muerte de
Fernando III, es idéntico al de versión de la EE que dos décadas después sería avalada por
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
la monarquía castellana encarnada en Alfonso XI. Me refiero, claro está, al texto
construido por el canciller Fernán Sánchez de Valladolid hacia 1340-1344 mediante la
reforma de los códices E1 y E2 que se guardaban en la cámara real castellana. La
transformación de los antiguos códices, uno alfonsí y el otro sanchino, se atuvo a las
mismas pautas que rigieron la formación de la CM y, de hecho, su actual estado facticio
nos ofrece una idea muy aproximada de las características materiales que debió tener el
arquetipo cronístico al que remontaba el manuscrito propiedad de don Juan Manuel.
Fernán Sánchez de Valladolid no fue, por tanto, un innovador sino que su visión de la
historia alfonsí se atuvo al modelo de la crónica de la que años antes don Juan Manuel
había dejado constancia en su CA. Hoy, gracias a la aparición de nuevos testimonios,
podemos conocer con mayor exactitud el legado historiográfico que inspiró al primer
prosista de la literatura castellana92.
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NOTAS
1. David G. PATTISON, «MS Egerton 289: A Glimpse of the Crónica Manuelina», La Corónica, 21 (1),
1992, p. 15-30. La primera descripción, algo defectuosa, del códice se encuentra en Pascual
GAYANGOS, Catalogue of the Manuscripts in the Spanish Language in the British Museum, 4 t., London:
British Museum, 1875-1893, 1, p. 193. El manuscrito había pasado desapercibido hasta el trabajo
de Brian POWELL, «British Library MS Egerton 289 and Santa Casilda», in: Homenaje a Pedro Sainz
Rodríguez, Madrid: Fundación Universitaria Española, 1986, 1, p. 3-14.
2. Las menciones al texto de la Estoria de España van acompañadas de una referencia al segundo
volumen de la edición de Ramón MENÉNDEZ PIDAL, Primera crónica general de España que mandó
componer Alfonso el Sabio y se continuaba bajo Sancho IV en 1289, 2 t., 3ª edición (1ª ed., 1906, 2ª ed.,
1955), Madrid: Seminario Menéndez Pidal/Universidad Autónoma de Madrid, 1977. La edición de
Menéndez Pidal va citada con las siglas PCG, seguidas generalmente del capítulo y/o página,
columna y líneas correspondientes. Las referencias se hacen eco de un error del editor, quien
asignó el numeral 908 a dos capítulos consecutivos (PCG, p. 572 y 573). El texto de la Crónica
abreviada consultado es el de la edición de José Manuel BLECUA, Obras Completas de don Juan
Manuel, 1, Madrid: Gredos, 1982. Las citas a la Crónica abreviada suelen remitir al capítulo del
«Libro tercero» de la obra donde se encuentre el pasaje en cuestión, seguido de la página de la
edición.
3. Diego CATALÁN, «Don Juan Manuel ante el modelo alfonsí», in: Ian MACPHERSON (ed.), Juan
Manuel Studies, London: Támesis Books, 1977, p. 17-51. El autor publicó el mismo texto, con
algunas ampliaciones, en su libro La Estoria de España de Alfonso X. Creación y evolución, Madrid:
Fundación Ramón Menéndez Pidal/Universidad Autónoma de Madrid, 1992, p. 197-229. Las
menciones a este trabajo irán referidas al libro, no al artículo.
4. D. CATALÁN, La Estoria…, p. 208-214.
5. U’: Madrid, Biblioteca Nacional, 6441 (BETA manid 1296). Consta de 258 folios escritos a dos
columnas en letra del siglo XV y con iniciales que ocupan tres líneas. Foliación en cifras romanas,
que no tiene en cuenta los folios perdidos al principio. Los capítulos van numerados. Empieza
trunco en medio de su capítulo 101 (reinado de Sancho III): «E la cabeça por lauar. Quando le vio
tal el rey don Sancho […]» (fol. 1r, cf. PCG, cap. 986, p. 665b 33). Una nota de mano posterior en el
margen superior del primer folio dice: «Corónica de Castilla desde el rey don Sancho el Brabo».
Acaba, en el reinado de Sancho IV, «díxole cómmo aquí sodes e diole de aquel cuchillo e matólo.
El libro es acabado Dios sea loado. Amen», el abrupto final de la Historia hasta 1288 dialogada, obra
de la que el manuscrito reproduce los reinados de Alfonso X y Sancho IV. Véase D. CATALÁN, La
Estoria…, p. 220-224, p. 253 y n. 106, p. 304-308.
6. Sobre la composición facticia del códice E2, reproducido en la edición de Ramón Menéndez
Pidal, véase Diego CATALÁN, De Alfonso X al conde de Barcelos: cuatro estudios sobre el nacimiento de la
historiografía romance en Castilla y Portugal, Madrid: Seminario Menéndez Pidal, Madrid: Gredos,
1962, p. 19-93. Sobre la Versión amplificada véase el libro de Francisco BAUTISTA, La «Estoria de
España» en época de Sancho IV: Sobre los reyes de Asturias, London: Queen Mary, 2006.
7. Sobre la Versión crítica véase la introducción de la edición de Inés FERNÁNDEZ-ORDÓÑEZ,
Versión crítica de la Estoria de España: Estudio y edición desde Pelayo hasta Ordoño II, Madrid: Fundación
Menéndez Pidal/Universidad Autónoma de Madrid, 1993. En este trabajo he consultado la edición
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
de Mariano de la CAMPA, quien ofrece el texto de Fruela II en adelante, La «Estoria de España» de
Alfonso X. Estudio y edición de la «Versión crítica» desde Fruela II hasta la muerte de Fernando II, Málaga:
Analecta Malacitana, 2009.
8. Véase la descripción de Ss que proporciona Inés FERNÁNDEZ-ORDÓÑEZ, ed. cit., p. 265-266.
9. Esta caracterización de la VM se basa en las conclusiones de Mariano de la CAMPA, «Los reyes
de Castilla en la Estoria de España alfonsí: el testimonio del manuscrito F», Actas del IX Congreso
Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval 1, A Coruña: Universidade, 2005,
p. 569-606. El investigador demuestra la precedencia del texto de F respecto al de E2c en los
capítulos dedicados a Fernando I y argumenta, de manera muy convincente, que en esa sección el
texto remite de manera directa al texto de la Versión primitiva alfonsí. Del mismo autor véase
también Versión crítica…, p. 202-218. No he podido consultar la tesis doctoral de Joaquín RUBIO
TOVAR, El manuscrito F de la Estoria de España de Alfonso X y su relación con otras crónicas
medievales», 2 t., Madrid: UNED, 1989.
10. El texto de la Crónica de Castilla va citado según la edición de Patricia ROCHWERT-ZUILI,
Crónica de Castilla, Les Livres d’e-Spania «Sources», 1, Paris: SEMH-Sorbonne, 2010 (en ligne), mis
en ligne le 23 juin 2010, consulté le 10 juillet 2011. URL: http://e-spanialivres.revues.org/137. La
editora transcribe el manuscrito P (París, Biblioteque Nationale de France, 12; BETA manid 1232) e
incluye, en notas a pie de página, las variantes de G (Escorial, X-i-11; BETA manid 1027). En mis
referencias cito el apellido de la editora seguido de la página y reemplazo (sin indicarlo) las
lecturas de P que me parecen erróneas por las de G.
11. Florián de OCAMPO (ed.), Las quatro partes enteras de la Crónica de España que mando componer el
Serenissimo rey don Alonso llamado el Sabio[...], Zamora: Agustin de Paz y Juan Picardo, 1541. Dos
manuscritos del siglo XV transmiten un texto muy parecido al de la «quarta parte» de Ocampo: Q’
(Madrid, Bibl. Palacio Real, II-1877; BETA manid 1297) y Th (Madrid, Bibl. Nacional, 1522; BETA
manid 1277). Véase D. CATALÁN, De Alfonso X..., p. 333-335 y n. 29-30.
12. Inés FERNÁNDEZ-ORDÓÑEZ, «La historiografía alfonsí y post-alfonsí en sus textos. Nuevo
panorama», Cahiers de Linguistique Hispanique Médiévale, 18-19, 1993-1994, p. 101-132.
13. Véase la descripción de David HOOK, «Some Codicological Observations on British Library
MS Egerton 289», Bulletin of Hispanic Studies, 75, 1998, p. 437-451. Puede consultarse también mi
trabajo «A Sixteenth-Century Compiler of the Estoria de España: Futher Observations on British
Library MS Egerton 289», in: Jane WHETNALL, Barry TAYLOR y Geoffrey WEST (ed.), Text,
Manuscript, and Print in Medieval and Modern Iberia: Studies in Honour of David Hook, New York:
Hispanic Seminary of Medieval Studies, 2013, p. 245-275. En el artículo añado algunos detalles a
los observados por Hook, describo el contenido de la sección copiada por la «mano primera» y
aporto ciertos indicios del parentesco parcial de dicha sección con la Crónica manuelina.
14. Br presenta varias foliaciones (véase D. HOOK, art. cit., p. 442-447). Las citas del presente
trabajo remiten a la más tardía, anotada en lápiz en cifras arábigas.
15. D. CATALÁN, La Estoria…, p. 163-164 y 216-220.
16. Vid. Alberto MONTANER FRUTOS (ed.), Cantar de mio Cid, Barcelona: Carrogio/Galaxia
Gutenberg, 2007, p. 93.
17. D. CATALÁN, La Estoria…, p. 164 y 219-220.
18. Br (fol. 91v) y la CA (J. M. BLECUA, III.109-110, p. 764) también dividen en dos el capítulo de
E2d correspondiente a PCG, cap. 908 [=909], pero la separación también figura en la CC
(P. ROCHWERT-ZUILI, p. 170) y en F, el cual cierra capítulo con «e la libra de la vaca a IIII dineros
de plata» y abre el siguiente con «estauan con el Çid nin seguros nin temerosos» (fol. 77v.cf. PCG,
p. 575a7). En Br y la CC el capítulo empieza «Los moros que morauan en los arrabales», frase
ausente en E2d y F (y en la edición de Ocampo) pero que debe remontar al arquetipo del texto,
pues la ofrece la VC, la cual también inicia capítulo en este punto del relato (M. CAMPA, p. 527).
Menéndez Pidal añadió la frase al texto de su edición tomándola de la Crónica particular del Cid de
Velorado (1512) e indicó la restitución en nota a pie de página (PCG, p. 575, nota a la línea 7a).
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30
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
19. En el capítulo anterior F y E2d (PCG, 896) ofrecen una «laña» pergeñada por un compilador
para disimular una laguna existente en el prototipo de estos manuscritos al inicio de la
«Interpolación cidiana» (D. CATALÁN, La Estoria…, p. 99-100 y n. 41).
20. La CC comparte con Br y la CA las separaciones entre capítulos descritas, aunque debe tenerse
en cuenta que esta crónica hace cinco capítulos de toda la materia relativa a la batalla del Quarte
(PCG, cap. 930-931 cf. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 203-206) y que en ella la llegada a Valencia de los
vencedores de los infantes de Carrión va emplazada dentro de un mismo capítulo (P. ROCHWERTZUILI, p. 230) tras el relato del resultado del duelo judicial (es decir, toda la materia
correspondiente a PCG, cap. 946 [=947] y 947 [=948], p. 627a 28-b43 va unida en un solo capítulo).
21. Sobre el parentesco de la CC con la VC en su sección final (de Alfonso VII en adelante) véanse
D. CATALÁN, De Alfonso X…, p. 242–253, e I. FERNÁNDEZ- ORDÓÑEZ, ed. cit., p. 115-144.
22. D. CATALÁN, La Estoria..., p. 220-224 y 308-311.
23. Th, un tercer testimonio de la CO no consultado por Diego Catalán, ofrece la primera
interpolación en el mismo lugar que Br, U’ y la CA.
24. El linaje de Esteban Illán interpolado por U’ se puede leer en D. CATALÁN, La Estoria…, p. 223.
25. D. CATALÁN, De Alfonso X…, p. 80-86. Sobre la tradición de la CPSF véase Mariano de la CAMPA,
«Crónica particular de San Fernando», in: Carlos ALVAR y José Manuel LUCÍA MEGÍAS (coord.),
Diccionario filológico de literatura medieval española: textos y transmisión, Madrid: Castalia, 2002,
p. 358-363. Para un estudio de la obra véase Leonardo FUNES, «El lugar de la Crónica Particular de
San Fernando en el sistema de las formas cronísticas castellanas de principios del XIV», in: Aengus
WARD (ed.), Actas del XII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas. I: Medieval y Lingüística
, Birmingham: University, 1998, p. 176-182.
26. La CPSF tiene como base textual el relato sobre Fernando III propio de las versiones
Amplificada (ms. E2e) y Mixta (ms. F), el cual traduce la sección final, dedicada a ese monarca, del
De rebus Hispaniae del arzobispo don Rodrigo Jiménez de Rada. Aparte del actual códice E2 (cuyo
enlace de la VA y la CPSF es claramente facticio) y la CM (ms. Br y U’) sólo conozco otro testimonio
en el que la redacción propia de E2e y F vaya seguida, sin lagunas ni solución de continuidad, por
el texto de la CPSF. Se trata del manuscrito 726 de la Biblioteca General de la Universidad de
Coimbra (BETA manid 3597). Consta de 290 folios con diversas materias. La sección cronística
(fol. 3-283) es una copia del siglo XV, a dos columnas, firmada por un tal Alfonso de Paredes.
Comienza, dejando un espacio de tres líneas para inicial, en medio de una oración
correspondiente al relato de la batalla de las Navas: «[D]e antes atendiendo allí la su hueste nos
las tiendas fincadas…» (fol. 4r cf. PCG, cap. 1017, p. 699b 39). Al igual que Br y U’ el manuscrito
completa el relato del arzobispo propio de F y E2e con la CPSF hasta el final de dicha obra
(fol. 89v). A partir del siguiente folio la misma mano copia las Tres crónicas (fol. 90r-283v). El
manuscrito me parece emparentado con U’. Una descripción, aunque muy inexacta en cuanto a
su contenido, puede leerse en Eugenio FERNÁNDEZ ALMUJARA, «El manuscrito 726 de la
Biblioteca de la Universidade de Coimbra o la Historia de varios reyes de Castilla», Boletim da
Biblioteca da Universidade de Coimbra, 12, 1935, p. 4-24. Estoy muy agradecido a Filipe Alves
Moreira, quien llamó mi atención sobre el códice y me proporcionó una reproducción digital.
27. D. CATALÁN, De Alfonso X…, p. 345-347. Véase el empalme defectuoso propio de la familia de P
y G en P. ROCHWERT-ZUILI, p. 307-308.
28. Br (fol. 112r-113v) ofrece el capítulo correspondiente a PCG, cap. 936 [=937], ausente del
«Libro Tercero» de la CA, que salta de su capítulo III.137 al III.139 (J. M. BLECUA, p. 769); una
descripción del contenido de dicho capítulo en Br y una transcripción del texto se pueden leer en
D. PATTISON, «MS Egerton 289…», p. 20 y 26-30. Cito algunas lecturas erróneas de la CA,
indicando primero el capítulo del «Libro tercero» de la obra y, entre paréntesis, la lectura
correcta conservada por Br: III.95: «castillo de Toledo» (por «Aledo»); III.126: «Tigon» (por
«Tizon»); III.130: «treynta reyes de moros» (por «XXIX»); III.156: «Sancho el deseredado» (por «el
deseado»); III.204: «Coria» (por «Çorita»). También es un error del abreviador (J. M. BLECUA,
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31
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
III.127, p. 767, cf. PCG, cap. 926 [=927], p. 598b 13), o de su ejemplar de la CM, cuando se nos dice que
«Martín Antolínez» acompañó a Alvar Fáñez en la embajada que trajo a la familia del Cid a
Valencia y no «Pedro Bermúdez», como ofrecen Br (fol. 104r) y el resto de la tradición,
incluyendo la CC (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 195-196). Según observa D. CATALÁN ( La Estoria de
España…, p. 219-20) la CA se distingue de la CC al no ofrecer las noticias de la muerte del rey Yunes
(el Yúçef del Cantar de mio Cid) y el juramento que hizo tomar a su hermano Bucar en el capítulo
donde se relata la batalla (J. M. BLECUA, III.126, p. 767 cf. PCG, cap. 925 [=926]), sino en un breve
capítulo posterior intercalado antes del episodio del león (PCG, cap. 929 [=928]). La lectura del
capítulo breve en la CA es la siguiente: «dize qu’el rey Yunnez de Marruecos, con el grant pesar
que ovo de cómo le venció el Çid, adoleció e murió; e fizo jurar a Bucar, su hermano, que avié a
regnar enpós él, que.l’vengasse del Çid. E el rrey Bucar enbió pregón…» (J. M. BLECUA, III.130,
p. 768). Br difiere aquí de la CA, pues el manuscrito concuerda con la CC en la información que da
tanto al final del capítulo dedicado a la batalla («dize la ystoria que adolesçió […] et a pocos días
fue muerto, mas antes que muriese conjuró a vn su hermano que avié nonbre Bucar que por el
debdo que con él avié, que él fuese vengar la deshonrra que le fiziera el Çid» [Br, fol. 104r cf
. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 195]), como en el capítulo breve («Segund cuenta el que fizo la estoria de
los rreyes moros […] menbrándose el rrey Bucar de la jura que fiziera a su hermano el rrey
Yuñez, quando lo conjurara que le vengase de la deshonrra que le fiziera Ruy Díaz el Canpeador
ante Valençia, mandó echar pregón […]» [Br, fol. 107r cf. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 201]). Sin
embargo, esta divergencia no implica que el manuscrito londinense se aparte aquí del arquetipo
de la CM sino que es atribuible al redactor de la CA (esto es, don Juan Manuel), quien al haber
omitido la información en su resumen del capítulo dedicado a la batalla se vio obligado a
ofrecerla en el capítulo corto. En cualquier caso, las citas permiten apreciar que el único dato
desplazado por la CA sería el relativo a la enfermedad y muerte de Yunes, pues tanto Br como la
CC hacen alusión al juramento de Bucar en el capítulo breve.
29. Véase el excelente trabajo de Filipe Alves MOREIRA, «Um novo fragmento da Crónica
Portuguesa de Espanha e Portugal de 1341-1342 e suas relações com a historiografia alfonsina», in.
Maria do Rosário FERREIRA, Ana Sofia LARANJINHA y José Carlos MIRANDA (ed.), Seminário
Medieval 2009-2011, Porto: Seminário Medieval de Literatura, Pensamento e Sociedade, 2009,
p. 289-321
URL:
http://ifilosofia.up.pt/proj/admins/smelps/docs/11%20Filipe%20Novo%
20fragmento%20(pp.%20289-321).pdf. El investigador argumenta que el episodio de la muerte de
Urraca, junto con otros que también son ofrecidos en la VC, pudieran proceder de un *Liber regum
interpolado empleado como fuente por los historiadores alfonsíes y, más adelante, por el autor de
la perdida Crónica portuguesa de España y Portugal de 1341-42 citada por Christovão Rodrigues
Acenheiro en el siglo XVI. Véase también D. CATALÁN, De Alfonso X…, p. 214-288.
30. El capítulo «CXII» de U’, dedicado al sitio de Zorita (cf. CA, III.203), finaliza abruptamente, en
medio del diálogo entre Alfonso VIII y don Lope Díaz de Haro, al final de la primera columna de
su folio 36r («E señor por esta razón vin yo aqui a vós»). En la siguiente columna comienza el
capítulo «CXIII» titulado «commo el rrey don Alfonso sacó su hueste para yr contra su hermano [
sic] don Ferrand su tío». Se omite así la totalidad del capítulo dedicado a la boda de Alfonso VIII y
Leonor de Inglaterra, correspondiente a CA, III.204 (J. M. BLECUA, p. 785). La laguna pudiera
remontar a la pérdida de un folio en el antígrafo del manuscrito.
31. «Pero que don Fernand Ruyz paróse en un otero con toda su gente, et non se quiso vençer. Et
el rrey como era mesurado et avía gran sabor de querer para sí los omes buenos, troxo pleytesía
con él que se viniese para él et fuese su vasallo, et que le daría muy buena tierra que toviese d'él.
Et don Fernand Ruyz fincó estonçes egualado con el rey don Fernando de León que yría a tierra
de moros librar algunas cosas que le cunplían, et que luego se tornaría para su merçed» (Br,
fol. 164r cf. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 272-273).
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32
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
32. De la CA se infiere que el manuscrito fuente de don Juan Manuel no debía contener la
interpolación: «sacó su hueste el rey don Alfonso de Portugal contra el rey don Fernando de León
por que poblara a Cibdat Rodrigo» (J. M. BLECUA, III.121, p. 784-785).
33. Esta coincidencia y la presencia, antes comentada, del capítulo de la judía sugieren la
existencia de algún tipo de relación de Br con la CO, especialmente con el texto de Ocampo, cuyo
carácter exacto no estoy en condiciones de determinar.
34. Br, fol. 136v.
35. La relación entre la CC y la VC en su sección final ha sido observada por L. F. L. CINTRA (
Crónica Geral de Espanha de 1344, 4 t., Lisboa: Academia Portuguesa da História/Impresa NacionalCasa da Moeda, 1951-1990, 1, p. CCXXXV-CCXLIV), D. CATALÁN (De Alfonso X…, p. 242–253), e
I. FERNÁNDEZ-ORDÓÑEZ (Versión crítica…, p. 115-144), pero es difícil establecer el punto exacto
del relato donde comienza el parentesco. A lo largo del último capítulo dedicado a Alfonso VI (
PCG, cap. 964 [=965]) la CC todavía parece afiliarse con F, E2d y la CM, frente a la VC. El relato
dedicado al reinado de Urraca I (PCG, cap. 995-996 [=996-997]) es similar en todos los testimonios,
excepto por las novedades (retoques cronológicos e interpolaciones) introducidas por la VC. La CC
no conoce estas novedades pero ello no es argumento en contra del parentesco con la VC pues
también desconoce muchas de las innovaciones propias del texto alfonsí en los capítulos
dedicados a Alfonso VII (por ejemplo, el relato legendario sobre Alfonso Enríques), donde el
parentesco entre las dos crónicas, a partir de un antecedente común, resulta ya indiscutible.
Habría que investigar con detenimiento si la CC cambia de prototipo tras el capítulo de la muerte
de Alfonso VI, pues la coincidencia con la división de la historia propia de Br sería un dato a favor
de la existencia de una «frontera estructural» en ese punto del relato.
36. Br, fol.167v.
37. Juan de PINEDA, Memorial de la excelente santidad y heroycas virtudes del Señor Rey don Fernando,
tercero de este nombre, primero de Castilla i de Leon, Sevilla: Matías Clavijo, 1627.
38. Véase D. CATALÁN, La Estoria…, p. 287-297. El pasaje de la obra de Pineda coincidente con Br es
reproducido por el investigador en la página 290.
39. En esta sección amplío y reviso observaciones expuestas en dos trabajos anteriores: «La
materia cidiana en las crónicas generales», in: Alberto MONTANER FRUTOS (ed.), «Sonando van sus
nuevas allent parte del mar»: El «Cantar de Mio Cid» y el mundo de la épica, Toulouse: Université de
Toulouse-Le Mirail, 2013, p. 141-167 y «La Crónica de Castilla: Tradición e innovación», in: Natalia
FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Maria FERNÁNDEZ FERREIRO (ed.), Literatura medieval y renacentista en
España líneas y pautas, Salamanca: SEMYR, 2012, p. 643-652.
40. Diego Catalán emplea el término «Interpolación cidiana» a partir de su libro La épica española:
Nueva documentación y nueva evaluación, Madrid: Fundación Ramón Menéndez Pidal, 2000. El
investigador ya había tratado extensamente del texto en De Alfonso X…, p. 64-69 y, sobre todo, en
su artículo «Crónicas generales y cantares de gesta. El Mio Cid de Alfonso X y el del pseudo BenAlfaray», Hispanic Review, 31, 1963, p. 195-215 y 291-306, reproducido en La Estoria…, p. 93-119 (en
este apartado sigo los argumentos presentados por Catalán en su trabajo, consultado según la
versión del libro). Sobre el tratamiento de los materiales cidianos en la tradición de la EE véase
también Fernando GÓMEZ REDONDO, «La materia cidiana en la crónica general alfonsí: tramas y
fórmulas», in: Aengus WARD (ed.), Teoría y práctica de la historiografía hispánica medieval,
Birmingham: University, 2000, p. 99-123. Un clarificador análisis lo proporciona ahora Francisco
BAUTISTA, «El Cantar de Mio Cid en la historiografía romance de los siglos XIII y XIV» (en prensa).
41. Véase D. CATALÁN, De Alfonso X…, p. 50-63 y 64-69, donde el investigador compara los textos
de F y E2d y muestra que uno no es copia del otro.
42. Sin embargo, Marta LACOMBA detecta indicios del contenido de la Historia Roderici en la
«Interpolación cidiana». Véase Au-delà du «Cantar de mio Cid». Les épigones de la geste cidienne à la fin
du XIIIe siècle, Madrid: Casa de Velázquez, 2009, p. 71-73 (los pasajes referidos a la toma de Cebolla
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
citados en la Tabla 4 se corresponden con el texto de PCG, cap. 903 [=904] y 904 [=905], p. 570a 43-b8
y b30-40).
43. Llamo «Leyenda de Cardeña» al segmento de la «Interpolación cidiana» que abarca desde el
episodio de la embajada del Sultán de Persia hasta el final de los hechos del Cid. Peter E. RUSSELL
fue el primero en proponer que la fuente del texto había sido una obra en prosa compuesta en
Cardeña (véase «San Pedro de Cardeña and the History of the Cid», Medium Aevum, 27, 1958,
p. 57-59). Posteriormente D. CATALÁN (La Estoria…, p. 119 y n. 129, p. 146 y n. 27) identificó los
nexos estructurales entre esta sección y el relato precedente y concluyó que la totalidad de la
«Interpolación cidiana» (esto es, el texto a partir del sitio de Aledo, incluyendo la materia
procedente de la fuente árabe y la novelización del Cantar de mio Cid) procedía de una *Estoria del
Cid redactada en el cenobio cardeñense, entre cuyas fuentes habría figurado la misma versión
romance de la obra de Ibn ‘Alqama que emplearon los historiadores alfonsíes. Resulta atractiva la
hipótesis de Colin SMITH, para quien la obra cardeñense sobre el Cid habría llegado a manos de
Alfonso X en 1272 pero no llegó a ser incorporada al texto de la EE; véanse sus trabajos «The Cid
as Charlemagne in the *Leyenda de Cardeña» , Romania, 97, 1976, p. 509-531 y «Sobre la difusión del
Poema de mio Cid», in: Jean Marie D’HEUR y Nicoletta CHERUBINI (ed.), Études de Philologie Romane
et d’Histoire Littéraire offertes á Jules Horrent á l'occasion de son soixantiéme anniversaire, Liege: Gedit,
1980, p. 417-427. José RAMÍREZ DEL RÍO atribuye a la fuente árabe el episodio de la victoria
póstuma del Cid; véase La «Leyenda de Cardeña» y la épica de Al-Andalus: la victoria póstuma del Cid,
Sevilla: Ediciones de Andalucía, 2001.
44. La existencia de un texto casi definitivo de la EE (hacia 1271-1274) heredado por la VC, cuyo
relato abarcaba, al menos, hasta el final del reinado de Alfonso VI implicaría que el grupo
cronístico formado por la VA, el ms. F, la CC y la CM transmite un prototipo de la primera
redacción (correspondiente a la sección de los reyes de Castilla) en el que el segmento de la
historia valenciana del Cid faltaba o había sido suprimido de manera deliberada. Sobre el carácter
de «refundición» que tiene la VC en la sección de los reyes castellanos véanse los datos aportados
por I. FERNÁNDEZ-ORDÓÑEZ, Versión crítica…, p. 245-255 (especialmente p. 251-253 y n. 120) y
M. CAMPA, ed. cit., p. 218-231. Al evaluar la labor de los compiladores de la VC y el carácter del
prototipo alfonsí en el que se basó, Mariano de la Campa concluye: «Si aceptamos […] que la
Versión crítica se comporta de idéntica manera en la 4ª parte a como lo había hecho en la 3ª,
debemos forzosamente concluir que la Versión crítica no actuó por su cuenta rellenando lagunas,
sino que heredó un prototipo frente a los demás textos derivados de la EE, al menos hasta el final
del reinado de Alfonso VI» (p. 230-231).
45. D. CATALÁN, La Estoria…, p. 161-64 y 214-220.
46. “[I]l apparaît que le manuscrit F et la Chronique de Castille ne sont pas apparentés. De fait, leur
comparaison ne permet pas de prouver l’existence d’un archétype commun si ce n’est la Version concise
elle-même. On peut supposer, tout au plus, que les compilateurs du manuscrit F disposaient d’une version
de l’histoire valencienne du Cid correspondant à l’interruption de la Version sancienne qui couvre les folios
198 à 257 du manuscrit E2 édité par Menéndez Pidal — appelée «lacune cidienne» — et destinée à être
intégrée à la Chronique de Castille», P. ROCHWERT-ZUILI, Crónica de Castilla, p. 11-13, p. 13. Véase
también la tesis doctoral de la misma autora «Du poème à l'histoire. La geste cidienne dans
l'historiographie alphonsine et néo-alphonsine (XIIIe-XIVe siècles)», Université Paris-Nord–
Paris XIII, 1998, p. 59-61 y 278-285. Según se puede apreciar, esta hipótesis no tiene en cuenta el
testimonio de la CM. La precedencia de la CC con respecto a F y E2d también es aceptada por
M. LACOMBA, Au-delà… p. 28-38 y 64-89.
47. La «laña» de F y E2d ( PCG, cap. 896, p. 565b1-26) disimula la ausencia en el relato de las
siguientes noticias: tributos que los valencianos pagaban al Cid; cerco de Liria; reconstrucción del
castillo de Benicadell; primer cerco del castillo de Aledo por los almorávides, a cuyo auxilio acude
Alfonso VI; conquista de Murcia y, finalmente, conquista de Aledo por Abenaxa (Ibn ‘A’iša). De
este segmento del relato cronístico trató Ramón
e-Spania, 25 | 2016
MENÉNDEZ PIDAL
en «Tradicionalidad de las
34
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
crónicas generales de España», Boletín de la Real Academia de la Historia, 136 (2), 1955, p. 131-197
p. 154-185. Su interpretación del origen del texto quedó desfasada tras los estudios de
D. CATALÁN, quien se ocupó del pasaje en De Alfonso X…, p. 64-69, La Estoria de España…, p 219 y
n. 85, y, especialmente, en su libro, escrito en colaboración con Enrique JEREZ, «Rodericus»
romanzado en los reinos de Aragón, Castilla y Navarra, Madrid: Fundación Menéndez Pidal, 2005,
p. 136-146, donde figura un detallado estudio de los episodios ausentes en F y E2d. El texto
completo de los tres testimonios del pasaje (VC, CC y CM), así como la «laña» de continuidad de F y
E2d, pueden consultarse en la edición sinóptica que ofrezco como apéndice a mi trabajo «La
materia cidiana…», p. 141-167.
48. El texto de la Historia Roderici interpolado por la VC en el pasaje aquí citado es el siguiente: «
Interim uero audiuit quod Iuzef rex hysmaelitarum et alij quam plures reges sarraceni Yspaniarum, cum
gentibus moabitarum uenerant obsidere castrum de Halahet, quem christiani tunc possidebant. Tunc
itaque isti supra nominati reges sarraceni obsider[u]nt castrum illum de Halahet et adeo debellauerunt
eum omnino deficit aqua eis qui erant et castrum defendebant.» (Emma FALQUE REY (ed.), Chronica
Hispana saeculi XII, pars I, Corpus Christianorum. Continuatio Mediaevalis, 71, Turnhout: Brepols,
1990, p. 993-994).
49. Al final del texto citado la VC cierra capítulo y ofrece tres capítulos de la Historia Roderici
(cap. 33, 34 y 42) que narran el desenlace del incidente de Aledo, el segundo destierro del Cid y el
enfrentamiento del héroe castellano con el conde de Barcelona, tras la alianza de éste con Ben
Alhange (cf. M. CAMPA, cap. CCCXX-CCCXXII, p. 515-517). Br y la CC prosiguen, sin cerrar capítulo,
narrando el desenlace del episodio de Aledo según la versión de la fuente árabe (la cual no
mencionaba al Cid): «Et quando el rey don Alfonso lo sopo, ayuntó su hueste, et fue el Çid con él.
Desí fuese para aquel castillo. Et quando los moros lo sopieron que el rrey don Alfonso era ya
çerca d’ellos, desanpararon el castillo, ca tenién que les fallescerié la vianda et que non podrién
fincar en la tierra. Et así lo [fol. 86v] hizo que quando al castillo llegó non tenía ya fuera si non
poco conducho, et óvose de tornar muy perdidoso por mengua de la vianda, et perdió ý muchos
omes et muchas bestias de fanbre. Et non pudieron salir con él fueras los omes poderosos que
avién qué comer» (Br, fol. 86r-86v cf. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 161).
50. La historia árabe dedicada a la conquista cidiana de Valencia traducida en los talleres
alfonsíes e incorporada a la EE pudo ser la perdida al-Bayān al-wādih fi al-mulimm al-fādih («la
exposición clara sobre la calamidad oprobiosa») atribuida al valenciano contemporáneo del Cid
Ibn ‘Alqama, algunos de cuyos pasajes fueron recogidos por varios historiadores árabes (entre
otros Ibn Bassām y Ibn al-Kardabūs). Évariste LÉVI-PROVENÇAL identificó varios pasajes
procedentes de Ibn ‘Alqama reproducidos en el Kitāb al-Bayān al-Mugrib (c. 1306) del marroquí
Ibn ‘Idārī («La toma de Valencia por el Cid según las fuentes musulmanas y el original árabe de la
Crónica general de España», Al-Andalus: Revista de las Escuelas de Estudios Árabes de Madrid y Granada,
13,
1948,
p. 97-156) . Los pasajes reproducidos por el investigador francés (ibid., p. 140-46)
ciertamente se asemejan al relato de la EE (aunque existen algunas divergencias). Ramón
MENÉNDEZ PIDAL («Tradicionalidad…», p. 476 y n. 1, p. 891-892) apuntó la posibilidad de que el
texto alfonsí combine dos obras árabes sobre el mismo tema, tesis últimamente defendida por
Alberto MONTANER FRUTOS (véase su libro, en colaboración con Alfonso BOIX-JOVANÍ, Guerra en
Šarq Al’andalus: Las batallas cidianas de Morella (1084) y Cuarte (1094), Zaragoza: Instituto de Estudios
Islámicos y del Oriente Próximo, 2005, p. 101-114). Montaner plantea que el autor de una de
dichas obras hubiese sido, efectivamente, el histórico alguacil del Cid Ibn Alfaraŷ (el
«Abenalfarax» a quien el texto atribuye la autoría del relato).
51. Br, fol. 92r cf. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 172.
52. El mismo comportamiento se observa un poco más adelante (PCG, cap. 912 [=913]). F (fol. 84r)
y E2d (PCG, p. 582a28-b8) presentan otras dos estrofas de la elegía, de las que Br y la CC sólo ofrecen
lo siguiente: «los de Valençia estaban muy cuitados et muy desconortados et muy desesperados,
et estaban así como dizen estas rrazones: “Si fuere a diestro, matarme á el aguaducho; et si fuere
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35
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
a siniestro, comer me á el león; et si fuere adelante, moré en la mar; et si quisiere tornar atrás,
quemarme á el fuego”» (Br, fol. 94r cf. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 175). En su trabajo «De don Rodrigo
Díaz al Cid: el surgimiento de un mito literario”, in: Gonzalo SANTOJA (coord.), El Cid: Historia,
literatura y leyenda, Madrid: Sociedad Estatal España Nuevo Milenio, 2001, p. 83-105, Alberto
MONTANER FRUTOS demostró que los versos aljamiados están escritos en árabe andalusí, y no en
un «árabe macarrónico» como sostenía D. CATALÁN (La épica…, p. 257-258). Es casi seguro, por
tanto, que la fuente heredada por F y E2d era un texto alfonsí: la traducción de la obra árabe que
los colaboradores del rey Sabio prepararon con vistas a su incorporación a la EE.
53. Diego CATALÁN aprecia la presencia de algunas de estas variantes en el texto de la CA en La
Estoria…, p. 219-220. El autor también se ocupa de estas variantes en La épica…, p. 279-283 y
«Rodericus» romanzado…, p. 83-94.
54. El nombre «Pedro» (en referencia a Pedro I de Aragón y Pamplona) lo proporciona la Historia
Roderici, y es el nombre del rey aragonés que aparece en los capítulos anteriores a la
«Interpolación cidiana». El «Ramiro» de F y E2d debe proceder de la historia de Ibn ‘Alqama, pues
los historiadores árabes solían dar ese nombre a los reyes de la España cristiana. Más adelante, al
tratar de la materia del Cantar de mio Cid F y E2d se refieren a «Pedro» como padre del infante de
Aragón con quien casó doña Elvira (PCG, cap. 949, p. 630b 41). En la versión de la «Interpolación
cidiana» propia de la CC y la CM esta inconsistencia fue detectada y resuelta.
55. Br y la CC mencionan a Requena como lugar donde se conciertan las vistas en las que
Alfonso VI perdonó al Cid en el capítulo correspondiente a PCG, cap. 927 [=928]: «que me venga a
vistas a Rrequena, que querría con él fablar […] que fuésedes a vistas con él a Rrequena, et que
non fiziésedes ende ál […] et él dixo que le saludasen mucho al Çid, et que en todas las guisas del
mundo non fiziese ál si non que viniese a las vistas, et por eso le mandava venir a Requena,
porque era çerca de Valençia […] mandónos que vos dixésemos que fuésedes a vistas con él a
Rrequena, et que non fiziésedes ende ál; ca por eso vos manda yr atán çerca porque non pongades
ý ninguna escusa» (Br, fol. 105r; J. M. BLECUA, III.128, p. 767 cf. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 197; la CC
no ofrece las dos últimas menciones citadas).
56. Las contradicciones del relato de la «afrenta de Corpes» propias de E2d y F fueron observadas
por Louis CHALON en L’Histoire et l’épopée castillane du Moyen Age, Paris: Éditions Champion, 1976,
p. 229. Diego CATALÁN (La épica española…, p. 273-278) las atribuye a que el redactor de la
«Interpolación cidiana» combinó de forma defectuosa dos versiones parcialmente divergentes
del Cantar de mio Cid. Me limito a ofrecer dos ejemplos de estas inconsistencias. F y E2d (PCG,
cap. 929 [=930], p. 603) siguen al Cantar al referir que Fernán González se refugió bajo el escaño
del Cid y su hermano Diego en un corral cuando se escapó el león, y que el mismo Fernán rehuyó
luego el combate contra un caballero moro en la lid del Quarte (PCG, cap. 931 [=932], p. 606). Sin
embargo, en su versión de las cortes de Toledo, el acusador de los infantes (un caballero llamado
Ordoño, no Pero Bermúdez) atribuye las acciones de Fernán a Diego y la de éste a su hermano (
PCG, cap. 943 [=944], p. 621). De la misma manera, F y E2d (esta vez apartándose del Cantar)
cuentan que los emparejamientos para los duelos judiciales decididos en las cortes de Toledo
fueron: Pero Bermúdez/Diego González, Muño Gustioz/Fernán González y Martín Antolínez/
Suero González (PCG, cap. 943 [=944], p. 622-623), mientras que en el relato de las lides en Carrión
coinciden con la gesta y hacen combatir a Pero contra Fernán, a Martín contra Diego y a Muño
contra Suero (PCG, cap. 946 [=947]). Estas inconsistencias son enmendadas en Br y la CC, aunque la
versión resultante difiere del relato de Per Abbat: tanto en el episodio del león como en el de las
cortes de Toledo es Diego quien se refugia bajo el escaño (y Fernán en el corral) y el mismo Diego
quien muestra su cobardía en la batalla (Br, fol. 107v-109r y 119r-119v cf. P. ROCHWERT-ZUILI,
p. 201-202 y 222-223). De la misma manera, las parejas de combatientes designadas en las cortes
de Toledo y las que luego libran la lid en Carrión son Pero y Diego, Martín y Fernán, y Muño y
Suero (Br, fol. 120v y 122v-123r cf. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 225 y 228-230). Br coincide con la CC a
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36
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
la hora de enmendar las otras contradicciones propias de F y E2d observadas por Diego Catalán
(para una excepción a este comportamiento véase infra el apartado 3.3.5).
57. «Et dio aquel día por alevosos a los ynfantes de Carrión et a su tío Suer Gonçález, et de aquel
día en adelante non alçó cabeça el su linaje» (Br, fol. 123; J. M. BLECUA, III.148, p. 771). La CC va
aún más lejos en su condena al linaje y añade que tras la muerte de Gonzalo Núñez, padre de los
infantes, la heredad de Carrión pasó a la corona (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 230).
58. La CC y la Br concluyen el capítulo dedicado a la batalla entre el Cid y el rey Junes (PCG,
cap. 925 [=926]) con un pasaje, en el que, entre otros datos, se nos refiere que tras haber sido
derrotado y estando ya de vuelta en Marruecos, en su lecho de muerte, Junes hizo jurar a su
hermano Bucar que conquistaría Valencia (Br, fol. 104r; P. ROCHWERT-ZUILI, p. 195). Más
adelante los dos testimonios ofrecen los mismos datos en un capítulo breve, insertado antes del
dedicado al incidente del león (PCG, 929 [=930]), en el que se anuncia la llegada de Bucar a
Valencia acompañado de «XXIX reyes moros» (Br, fol. 107r cf. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 201; el
texto de Br puede leerse en D. PATTISON, «MS Egerton…», p. 25-26). La fuente de estas noticias es
identificada en el capítulo breve como una «Estoria de los reyes moros que reynaron en el
señorío de África» que según la CC fue escrita por el «sabio Gilberto» (o «Sujuberto» o «Sigi
(s)berto» en otros testimonios del texto) (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 201). En el capítulo breve de Br
se cita la obra, no al autor, pero la omisión no remonta al arquetipo de la CM. Se trata, más bien,
de un error por omisión propio del códice londinense (o heredado de su antígrafo), pues más
adelante el manuscrito sí ofrece (fol. 108v) la otra alusión que hace la CC a Gilberto/Sigisberto
como autor de la supuesta *Estoria (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 204). Tampoco creo que remonte al
arquetipo de la CM la divergencia entre la CA y la CC que en esta variante observa D. CATALÁN (La
Estoria..., p. 163-164 y 220), sino que me parece atribuible a la labor de abreviación del relato
cronístico. En cuanto a la *Estoria de los reyes de África de Sigeberto, D. CATALÁN (La Estoria…,
p. 157-183) pensaba que era una obra real, aunque de autoría apócrifa, compilada en época postalfonsí. Más convincente me parece la propuesta de Francisco BAUTISTA, para quien se trata de
una obra ficticia inventada para autorizar el contenido adicionado; véase La materia de Francia en
la literatura medieval española. La «Crónica carolingia». Flores y Blancaflor, Berta y Carlomagno,
Salamanca: Cilengua, 2008, p. 21-24. Otras adiciones comunes de la CC y la CM frente a F y E2d
vinculadas a las anteriores parecen encaminadas a conectar la materia de la fuente árabe con la
de la gesta. Así, se nos dice que el rey de Sevilla del Cantar (PCG, cap. 922 [=923]) era yerno de
Abenaxa (el histórico Ibn ‘A’iša), personaje de quien informaba la fuente árabe (Br, fol. 99r, cf
. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 188). Por último, ambas crónicas coinciden en otorgar a Bucar el
apelativo de «fijo del rey de Marruecos» o «del miramamolín de Marruecos», en vez de los títulos
«rey de Marruecos» o «señor de Túnez» que inconsistentemente emplean F y E2d (PCG, p. 605a 9,
618a32, 633a28-29, 635a27, 636a45).
59. La CC divide el cuento de Martín Peláez en tres capítulos que inserta en el relato de la fuente
árabe (entre PCG, cap. 915 [=916] y 916 [=917]). En la CM el relato figura en un único capítulo
emplazado después del dedicado a la batalla contra el rey de Sevilla propia del Cantar ( PCG,
cap. 922 [=923]). La versión de Br puede leerse en el trabajo de D. PATTISON, «MS. Egerton 289…»
p. 22-25. Un análisis de la ideología caballeresca plasmada en el relato puede encontrase en
Patricia ROCHWERT-ZUILI, «“El buen cauallero”: l'elaboration d'un modele chevaleresque dans la
Chronique de Castille», Cahiers de Linguistique et de Civilisation Hispaniques Médiévales, 25, 2002,
p. 87-97.
60. La escena de la aparición de San Pedro (PCG, cap. 952 [=953], p. 633b20-634a 17) es exclusiva de
la CM y la CC (Br, fol. 128r cf. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 237-238) y no figura en F ni en E2d. Ramón
Menéndez Pidal atribuyó esta ausencia a una laguna y en su edición restituyó el texto tomándolo
prestado de la edición de Ocampo (cuya familia, la CO, depende en esta sección de la CM). Parece
más cierto pensar que el pasaje sobre San Pedro propio de la CC y la CM sea un añadido a un
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37
El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
estado textual precedente (el representado por F y E2d). Sobre el tema véase D. CATALÁN, La
Estoria…, p. 219 y n. 89, y «Rodericus» romanzado…, p. 89 y n. 195.
61. Cf. D. CATALÁN, «Rodericus» romanzado…, p. 83-94. El mismo episodio, atribuido falsamente en
ambas crónicas al arzobispo don Rodrigo y a Lucas de Tuy, viene recogido en la Estoria de los godos,
una traducción castellana de la Historia gothica de Jiménez de Rada fechada por Catalán hacia
1252-1253, cuyo texto puede consultarse en la edición de Aengus WARD, Estoria de los godos,
Oxford, The Society for the Study of Medieval Languages and Literature, 2006, p. 165-166. Cabe
destacar que tanto la Estoria como la CC relatan que el rey navarro llegó en su entrada hasta
Burgos y que una vez allí «por señal dio de la espada en un olmo» (A. WARD, ed. cit., p. 166, cf
. P. ROCHWERT-ZUILI, Crónica de Castilla…, p. 249), un detalle no recogido por Br ni por los
testimonios de la Crónica ocampiana (cuyo prototipo depende aquí de la CM). La referencia es tan
precisa como para poner en duda la propuesta de D. CATALÁN («Rodericus» romanzado…, p. 92-94),
quien negaba que existiese dependencia directa o una fuente escrita en común entre la Estoria y
el relato de las «crónicas generales». Agradezco a Francisco Bautista por llamar mi atención
sobre esta variante, la cual, dicho sea de paso, es coherente con el modelo de transmisión
propuesto en este trabajo.
62. Algunas de las novedades conjuntas de Br y la CC pudieran ser pasajes de las fuentes
desechados en la primera redacción de la «Interpolación cidiana». Resultaría plausible, por
ejemplo, que el episodio del rey de Navarra pusiese colofón a una *Estoria cardeñense del Cid. Con
todo, tengo la impresión de que la introducción las novedades propias de la CC y la CM no
entrañó, en la mayoría de los casos, otra operación compilatoria que no fuese el desarrollo de
datos ofrecidos por el propio relato de la versión de la «Interpolación cidiana» que ofrecen F y
E2d. Así, por ejemplo, las alusiones a Requena probablemente tengan su origen en una mención a
dicha localidad como escenario de la reconciliación entre el Cid y el rey don Alfonso que figura en
el relato de las cortes de Toledo ofrecido por todos los testimonios, incluidos F y E2d : «Rey don
Alfonso, bien vos devedes menbrar quando vós por la vuestra merçed me llamastes a vistas, las
quales vistas fueron en Requena, et vós por me honrrar pidístesme mis fijas para los infantes de
Carrión» (F, fol. 115r; PCG, cap. 941 [=942], p. 618b 16-20). De la misma manera, los datos atribuidos a
la *Estoria de los reyes de África remiten a un pasaje del relato de F y E2d, donde al referirse la
entrevista previa a la batalla del Quarte entre el mensajero de Bucar («Xeme de Algezira») y el
Cid, el primero declara: «Señor Çid Canpeador, el rey Bucar de Marruecos mi señor me enbía a ty,
e dize que le tienes grant tuerto en tener Valençia que fue de sus abuelos, e que desbaratase [sic]
al rey Junes, su hermano. Et agora es benido con XXIX reyes por vengar a su hermano e por
cobrar Valençia» (F, fol. 103v-a cf. PCG, cap. 930 [=931], p. 605a 8-14). Que en el anterior pasaje
tuvieron su origen las interpolaciones asociadas a la supuesta obra de Sigeberto lo confirma el
que al final de ese mismo capítulo Br y la CC añadan por su cuenta: «Segund cuenta Sigisberto,
este rrey Bucar et el otro rrey Yuñez eran fijos de vna nieta del rrey Alimaymón que fue de
Toledo. Este Alimaymón fue señor de Valençia, así como la ystoria lo á contado. Et por esto dizié
este rrey Bucar que fuera Valençia de sus abolengos» (Br, fol. 108v cf. P. ROCHWERT-ZUILI, Crónica
de Castilla…, p. 204). Por último, la escena de la aparición de san Pedro pudiera haber sido
redactada ab initio a partir de una breve alusión al suceso en las palabras que el Cid dirige a sus
«amigos, parientes y vasallo» (PCG, cap. 952 [=953], p. 634a 46-b1). Cuestión distinta es que los
contenidos que caracterizan a la «Interpolación cidiana» frente al Cantar de Per Abbat sean
invención del cronista o procedan, efectivamente, de fuentes externas dedicadas al Cid (la *
Estoria cardeñense del Cid o bien la supuesta *Estoria de los reyes de África).
63. Véase D. CATALÁN, La épica…, p. 279-284.
64. Sobre la manera en que la CO combina textos anteriores véase la descripción de Luís Filipe
Lindley CINTRA, Crónica Geral…, 1, p. CCCIII-CCCVIII.
65. Menciono esta misma variante en «La Crónica de Castilla...», p. 649-650.
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
66. «Didacus Flauini duxit uxorem filiam Roderici Aluari de Asturiis, uiri nobiliset magnatis, et ea genuit
Rodericum Didaci, qui discitus fuit Campiator», Juan FERNÁNDEZ VALVERDE (ed.), Roderici Ximenii de
Rada. Opera omnia. Pars I. Historia de rebus Hispaniae sive Historia gothica, Corpus Christianorum.
Continuatio Medievalis, 72, Turnhout: Brepols, 1987, p. 149. La fuente de don Rodrigo para esta
genealogía es el Liber regum.
67. El texto del linaje del Cid ofrecido en el capítulo segundo de la CC presenta una notable
inestabilidad entre los testimonios de la tradición, especialmente en lo que se refiere a los
nombres asignados a los cuatro hijos de Laín Calvo. La familia de P y G (la redacción más cercana
a las fuentes de la obra) llama al hijo menor, antepasado del Cid, «Nuño» y no menciona a Diego
entre los hijos del juez (excepto el ms. P, donde «Diego» es el hijo mayor, aunque el Cid siga
descendiendo del menor, «Muño»; vid. P. ROCHWERT-ZUILI, Crónica de Castilla…, p. 66). La versión
de esta familia de la CC viene recogida en los manuscritos de la CO (Q’ y Th), aunque no en la
edición de Ocampo (1541), la cual, influida por la Crónica de 1344, llama al menor «Diego» y hace
descender al Cid del hijo mayor, «Ferrand». El nombre del cuarto hijo de Laín Calvo que figuraba
en el arquetipo de la CC debía ser, sin embargo, «Diego», la lectura que aparece en el Poema y es
ofrecida por el manuscrito Ch (fol. 1v), por la versión gallega de la obra ( vid. Ramón
LORENZO (ed.), La traducción gallega de la “Crónica general” y de la “Crónica de Castilla”, 2 t., Orense:
Instituto de estudios orensianos “Padre Feijoó”, 1975: 1, p. 308-309), así como por los
representantes de la redacción más alejada de las fuentes (por ejemplo, el ms. U [=British Library,
Egerton 288]: «Et al menor dixieron Diego Laynes e deste viene Rodrigo de Biuar»; fol. 14r). Sobre
las innnovaciones introducidas en esta genealogía por parte de la Crónica de 1344 (heredera de la
Traducción gallega) y la edición de Juan de Velorado (1512) véase el trabajo de Francisco
BAUTISTA, «Cardeña, Pedro de Barcelos y la Genealogía del Cid», e-Spania [En ligne], 11 juin 2011,
mis en ligne le 10 juillet 2012, consulté le 17 mai 2016. URL: http://e-spania.revues.org/20446;
DOI:10.4000/e-spania.20446 .
68. «De Muño Rasuera veno el enperador, et de Laýn Caluo este Rodrigo de Biuar. Et diremos por
quál razón: casó Laýn Caluo con Eluira, fija de Muño Rasuera, et ouo en ella quatro fijos [...] et de
Diego [Muño GP; véase la nota anterior] Laýnes, el menor, viene este Rodrigo de Biuar [...] Et después
que Diego Laýnes se abraçó con la villana, casó con doña Teresa Nuñes, fija del conde Nuño
Áluares Amaya, et ouo en ella a este Rodrigo» (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 66). Compárese con la
lección del Poema (transcribo el texto del manuscrito P): «Diego Laínez se ovo casado/ con doña
Theresa Núñez/ fija del conde Ramón Áluarez de Amaya/ e nieta del rrey de León/ et fizo en ella
vn fijo/ que.l’ dixieron el buen guerreador» (P, fol. 191r-a). Leonardo Funes considera que el
pasaje del Poema aquí citado fue interpolado por el escriba de P y lo elimina tanto de su edición
crítica de la «refundición» como de la reconstrucción de la *Gesta primitiva (véase su edición, en
colaboración con Felipe TENENBAUM, Mocedades de Rodrigo: estudio y edición de los tres estadios del
texto, Londres: Támesis, 2004, p. XXXI-XXXIII, 30-31 y 124). Un dato en contra de esta hipótesis es
el nombre «Theresa Nuniez» que el poeta da a la madre de Rodrigo. Leonardo Funes argumenta
que la glosa genealógica se genera a partir del nombre del personaje épico, lo cual sería plausible
si no fuera porque el nombre «Teresa Núñez» como madre del Cid procede de una mala lectura
de la versión del linaje del Cid que ofrece la Historia Roderici: «Didacus autem Flaynez genuit
Rodericum Didaci Campidoctor ex filia Roderici Albari, qui fuit frater Nunni Albari, qui tenuit castrum
Amaye [...] Rodericus autem Aluarez tenuit castrum Lune [...] Uxor eius fuit donna Teresia, soror Nunnioni
Flaynez de Relias» (E. FALQUE REY, ed. cit., p. 47-48). Me inclino por pensar que la referencia a
Teresa Núñez, hija de Nuño Álvarez de Amaya que ofrecen la CC y el Poema copiado en el ms. P
figuraba ya en la fuente común de ambas obras, esto es, la *Gesta de Rodrigo, cuyo autor habría
deducido el nombre de la madre de Rodrigo a partir de una lectura defectuosa de la Historia
Roderici. En este sentido, encuentro significativo que Teresa Núñez participe en la trama de las
Mocedades precisamente en el episodio dedicado a la lid de Calahorra, el cual parece inspirado por
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
la información que proporciona la Historia Roderici (véase L. FUNES y F. TENEMBAUM, v. 557,
p. 60-61 y 135).
69. La lección de la CC es similar: «enbiól’ sus mandaderos con muy grand presente e muchas
nobles donas e joyas que vos contará la estoria adelant» (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 231).
70. M. LACOMBA, op. cit., p. 85-87. La investigadora percibe también una relación entre el
episodio de la embajada del Sultán al Cid y la narración de la Crónica de Alfonso X dedicada a la
llegada del embajador del sultán de Egipto a la corte del rey Sabio. Hay ciertamente semejanzas
entre el relato de la «Interpolación cidiana» y el de la obra atribuida a de Fernán Sánchez de
Valladolid: «truxieron presente a este rrey don Alfonso de muchos pannos presçiados et de
muchas naturas e muchas joyas muy nobles e mucho estrannas. E traxiéronle un marfil e una
alimanna que dezían azorafa e una asna que era viada, que tenía una vanda blanca e la otra
prieta. Et truxiéronle otras bestias e animalias de muchas maneras», Manuel GONZÁLEZ
JIMÉNEZ (ed.), Crónica de Alfonso X, Murcia: Real Academia Alfonso X el Sabio, 1998, p. 28.
71. Br, fol. 125v cf. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 235. La CC incluye la misma lista de presentes: «dyole
una espada muy noble toda guarnida con oro, e una loriga, e brafoneras, e perpunte»
(P. ROCHWERT-ZUILI, p. 275), pero omite el resto de la escena de la despedida tal y como aparece
en F, E2d y Br, los cuales prosiguen «[…] et sus cartas de sus anparamientos et de sus amistades. Et
desque esto tovo, despidióse del Çid por se tornar para su señor el Soldán. Et el Çid por honrra del
Soldán fue con él bien un terçio de legua. Desí partiéronse, et el mandadero del Soldán metióse
en las naves, et el Çid tornóse para Valençia» (Br, fol. 125v cf. PCG, p. 630b21-28).
72. El capítulo de la CC empieza: «Cuenta la estoria que después que el Çid ouo enbiado sus
yernos, mandó llamar al mensajero del Soldán e diole muchas estrañas cosas de las d’esta
tierra […]» (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 235).
73. Sobre esta variante véase D. CATALÁN, «Rodericus» romanzado…, p. 89-94.
74. En cuanto al origen de la interpolación original, el interés por el parentesco del Cid con la
casa real navarra lleva a vincularla con el episodio de la incursión de Sancho VII contra Castilla.
Véanse las palabras que el monarca navarro dirige al abad de Cardeña: «Ome bueno, yo non sé
quién vós sodes, mas por quanto vós avedes dicho et razonado quiéro vos yo dexar la presa, ca he
muchas razones por que vos la dexar: la primera porque vengo yo del linaje del Çid et de la su
sangre, como que só su visnieto fijo de su nieto el rey don Garçía que fue fijo de la reyna doña
Elvira, su fija del Çid» (Br, fol. 135v cf. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 250).
75. En el Cantar el parentesco entre el Cid y Alvar Fáñez queda patente en las palabras que el
segundo pronuncia en las Cortes de Toledo: «Yo les di mis primas/ por mandado del rey Alfonso
[…] cuando piden mis primas/ don Elvira e doña Sol» (v. 3438 y 3447). En contraste, la CC califica a
Alvar de «primo cormano» del Cid en la escena anterior a la salida al destierro (P. ROCHWERTZUILI, p. 118) y es luego coherente con este parentesco cuando, en el relato de la afrenta de
Corpes, se refiere en cuatro ocasiones al caballero como «tío» de las hijas del Cid o a éstas como
sus «sobrinas»: «Vós sodes tío de las doncellas [...]» (ibid., p. 199), «Tomad vuestras sobrinas et
vós las dad a los infantes» (ibid., p. 200), «fabló con ella ante don Aluar Fáñez, su primo» (ibid.,
p. 207), «Por Dios mis sobrinas, sabe Dios [...]» (ibid., p. 213). En los dos primeros pasajes Br, F y
E2d ofrecen, respectivamente «primo cormano» y «vuestras cormanas» (Br, fol. 106r y 106v; PCG,
cap. 927 [=928], p. 601b17-18 y cap. 928 [=929], p. 602a 29), pero en los dos siguientes coinciden,
curiosamente, con la lección de la CC: «fabló con ella ante Alvar Háñez su primo» (Br, fol. 110r;
PCG, cap. 932 [=933], p. 607b34), «Por Dios sobrinas, sabe Dios del çielo verdadero [...]» (fol. 113v;
PCG, cap. 937 [=938], p. 613a38). Se trata del único caso que he detectado en el que Br coincida con
F y E2d en dar datos contradictorios frente a la CC. Sobre estas variantes véase D. CATALÁN, La
épica..., p. 274-275 y n. 17).
76. En el relato de la CC Ordoño acompaña a las hijas del Cid a la casa de un «omne bueno e su
conpaña, a quien él castigó que lo non dixiesen a omne del mundo. Et fueron muy bien reçebidas
de la muger e de sus fijas» (P. ROCHWERT-ZUILI, p. 212a). Luego, al narrase el retorno de doña
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
Elvira y doña Sol a Valencia (PCG, cap. 337 [=938]) se añade: «et las dueñas levaron consigo dos
fijas e dos fijos que el omne bueno avía, a quien casaron después muy bien et fizieron d'ellas muy
rricas, ca los tenían en lugar de hermanos por el grant serviçio que les avían fecho en la grant
cuyta que eran. Et mandaron al ombre bueno que sienpre rrecudiese a ellas, e que le farían algo»
(P. ROCHWERT-ZUILI, p. 214).
77. Sobre esta variante véase D. CATALÁN, «Rodericus» romanzado…, p. 91-94.
78. F, fol. 135v-b cf. PCG, cap. 961, p. 643a17-22.
79. Br, fol. 134r. La lección de Br es compartida por los representantes de la CO, esto es, la edición
de Ocampo (fol. 356r-v) y los manuscritos Q’ y Th, ya que esta crónica se agrupa en sus variantes
con el manuscrito londinense frente a F y E2d y la CC desde el capítulo dedicado a la llegada del
embajador del Sultán de Persia. Dicho comportamiento ha de atribuirse, a mi juicio, a que a partir
de la mitad de dicho capítulo la CO, que hasta entonces combinaba un texto similar a F con la CC,
pasa a depender de la CM (no de la de Castilla como se venía pensando), un parentesco que tal vez
se prolongue en el relato posterior hasta el reinado de Alfonso IX (de ahí que la obra ofrezca el
texto de la «Historia menos atajante»). También depende de la CM (no de la CC) el relato de la *
Leyenda de Cardeña propio del manuscrito Ch (Madrid, Bibl. Nacional, 830; BETA manid 1271), cuyo
texto ha sido descrito como una combinación de la CC y la CO (véase D. CATALÁN, De Alfonso X…,
p. 329 y n. 25, p. 334 y n. 28).
80. P. ROCHWERT-ZUILI, p. 248.
81. Francisco de BERGANZA, Antigüedades de España, propugnadas en las noticias de sus reyes y condes
de Castilla la Vieja: en la Historia apologética de Rodrigo Díaz de Bivar, dicho el Cid Campeador y en la
Corónica del Real Monasterio de San Pedro de Cardeña, 2 t., Madrid: Francisco del Hierro, 1719-1721, 1,
p. 545 y 2, p. 176. Berganza no da el año de la ceremonia pero dice que se celebró «en el tiempo
que el abad don Sebastián governó la abadía de Cardeña».
82. Cualquier examen, aun superficial, de la CC deja al lector la impresión de que se encuentra
ante un texto más «trabajado» y, a mi juicio, de mayor calidad literaria, que los de F o la CM. La
crónica exhibe una notable unidad estilística reveladora de una «voluntad de autoría» que no es
tan patente en sus homólogas. Así por ejemplo, la segmentación del relato en capítulos cortos
que, de manera consistente, presenta la obra a lo largo de todo su relato es fruto, sin duda, de una
decisión de autor motivada por el deseo de facilitar la lectura del texto, excesivamente farragoso
e inhóspito, ofrecido por las otras crónicas de su tradición.
83. Véase D. CATALÁN, La Estoria…, p. 164 y 220.
84. Reformulo aquí una hipótesis ya planteada por mí en «La materia cidiana…», p. 152-159.
85. M. LACOMBA, Au-delà…, p. 82-89, llega a la misma conclusión, aunque siguiendo un
razonamiento distinto. Otra cuestión, a mi juicio insoluble con la evidencia existente, es cuáles
serían el carácter y la procedencia de dichas fuentes.
86. Sobre la fecha de composición de la CC véase P. ROCHWERT-ZUILI, Crónica de Castilla…,
p. 18-21. La datación a finales del XIII o principios del XIV hacia 1295-1300 la confirma que el
manuscrito A (Madrid, Biblioteca Nacional, 8817; BETA manid 3610), testimonio de la traducción
al gallego de la obra, remonte a principios del siglo XIV. Véase R. LORENZO (ed.), La traducción
gallega…, p. LXVI.
87. Recojo aquí algunos de los argumentos expuestos en mi artículo «Historia y poder simbólico
en la obra de don Juan Manuel», Voz y letra. Revista de literatura, 25 (1-2), 2014, p. 71-109, p. 72-80.
En dicho trabajo apunto otros datos en torno al carácter de la CM y su origen toledano.
88. D. CATALÁN, «Monarquía aristocrática y manipulación de las fuentes: Rodrigo en la Crónica de
Castilla. El fin del modelo historiográfico alfonsí», in: Georges MARTIN (dir.), La historia alfonsí: el
modelo y sus destinos (siglos XIII-XV), Madrid: Casa de Velázquez, 2000, p. 75-94, p. 76.
89. Véase D. CATALÁN, De Alfonso X…, p. 85-86 y Fernando GÓMEZ REDONDO, Historia de la Prosa
medieval castellana II. El desarrollo de los géneros. La ficción caballeresca y el orden religioso, Madrid:
Cátedra, 1999, p. 1240.
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
90. Sobre el reinado de Fernando IV véase César GONZÁLEZ MÍNGUEZ. Fernando IV de Castilla
(1295-1212): la guerra civil y el predominio de la nobleza, Valladolid: Universidad, 1976. Sobre la
minoría de Alfonso XI pueden consultarse los trabajos de Manuel GARCÍA FERNÁNDEZ, «Jaime II y
la minoría de Alfonso XI: sus relaciones con la sociedad política castellana (1312-1325)», Historia,
instituciones, documentos, 18, 1991, p. 143-182 y «Don Dionís de Portugal y la minoría de Alfonso XI
de Castilla (1312-1325)», Revista da Facultade de Letras. Historia, 9, 1992, p. 25-51.
91. La «Historia menos atajante» es, a mi juicio, una refundición, hecha en Toledo, de un texto
redactado por los historiadores alfonsíes para entrar a formar parte de la EE. Véase mi trabajo
«Fuentes romances de las crónicas generales: el testimonio de la Historia menos atajante», Hispanic
Research Journal, 12 (2), 2011, p. 118-134. Para una perspectiva divergente sobre el texto véase
Leonardo FUNES, «Estorias nobiliarias del período 1272-1312: fundación ficcional de una verdad
histórica», in: Marta HARO CORTÉS (ed.), Literatura y ficción: Estorias, aventuras y poesía en la Edad
Media, Valencia: Universitat, 2015, p. 165-175.
92. Antes de finalizar estas páginas, Francisco Bautista me informa que ha localizado un nuevo
testimonio del «Libro tercero» de la Crónica manuelina en el manuscrito Spanish 1 de la Rylands
Library (Manchester). El investigador ofrecerá en breve una completa descripción del texto en un
magnífico artículo titulado «Juan de Pineda, la Crónica manuelina y la historiografía post-alfonsí»
(en prensa). Se trata, nada menos, que del códice propiedad de Juan de Pineda aludido en 2.2.7. Su
sección inicial, hasta Vermudo III, ofrece el texto de la Estoria amplia del fecho de los godos pero en
la historia castellana es un representante de la CM (excepto en los reinados de Urraca I,
Alfonso VII y Sancho III, así como en el segmento correspondiente al final del reinado de
Alfonso VIII y el de Enrique I, donde vuelve a depender de la Estoria amplia). El manuscrito es
posterior a Br pero su texto es muy cercano al del códice londinense. Coincide con Br en las
variantes identificadas en este trabajo, aunque no es su copia, ya que desconoce los pasajes
procedentes de la CC comentados en 2.2.2, 2.2.3, 2.2.4 y 2.2.5.
RESÚMENES
La Crónica manuelina, fuente de la Crónica abreviada (1320-25) de don Juan Manuel, es una de las
refundiciones cronísticas elaboradas durante el periodo post-alfonsí a partir de materiales
textuales genéticamente vinculados a las versiones de la Estoria de España de Alfonso X. El trabajo
consta de dos apartados. En el primero establezco la pertenencia del manuscrito Egerton 289 de
la British Library a la familia de la crónica, mediante un cotejo con la Crónica abreviada más
pormenorizado que el realizado por David Pattison en 1992. Confirmada la filiación del
manuscrito, me sirvo de su testimonio para ubicar el arquetipo de la obra en el entramado de
“crónicas generales” post-alfonsíes, prestando especial atención a su relación con el manuscrito F
(Salamanca, Bibl. Universitaria, 2628) y con la Crónica de Castilla (c. 1300). Una de las conclusiones
es la precedencia del texto londinense respecto al de la Crónica de Castilla en la sección
correspondiente a la historia valenciana del Cid, el segmento cronístico conocido como
“Interpolación cidiana”.
La Crónica manuelina, source de la Crónica abreviada (1320-25) de don Juan Manuel, est l'une des
refontes historiographiques élaborées durant la période post-alphonsine à partir de matériaux
textuels génétiquement liés aux versions de la Estoria de España d'Alphonse X. Ce travail
comprend deux parties. Dans la première, j'établis l'appartenance du manuscrit Egerton 289 de la
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El manuscrito Egerton 289 de la British Library y la Crónica manuelina
British Library à la famille de cette chronique, grâce à une comparaison avec la Crónica abreviada
plus détaillée que celle réalisée par David Pattison en 1992. Une fois confirmée la filiation de ce
manuscrit, je me sers de son témoignage pour situer l'archétype de l’œuvre dans le tissu des
nombreuses “crónicas generales” post-alphonsines, en prêtant une attention toute particulière à
son lien avec le manuscrit F (Salamanque, Bibl. Universitaria, 2628) et avec la Crónica de Castilla (c.
1300). Une des conclusions de cette étude est l'antériorité du texte londonien par rapport à la
Crónica de Castilla pour ce qui est de la partie concernant l'histoire valencienne du Cid, segment
historiographique connu comme “Interpolation cidienne”.
ÍNDICE
Mots-clés: Alphonse X, Crónica manuelina, Versión mixta, Interpolation cidienne, chroniques
générales d'Espagne, historiographie post-alphonsine, critique textuelle, manuscrits
Palabras claves: Alfonso X, Crónica de Castilla, Estoria de España, Interpolación cidiana,
crónicas generales de España, historiografía post-alfonsí, crítica textual, manuscritos
AUTOR
MANUEL HIJANO VILLEGAS
Durham University
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