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34 JORGE M. AYALA ser merecedor de una menci6n entre los precursores del metodo escolastico: «La obra de Taj6n es mas sistematica que la de Isidoro. Es un manual, met6dicamente mejor concebido, mejor organizado; pero no llega a ser perfecto. Aun hay capftulos un tanto desplazados o forzada su inserci6n dentro del esquema general que trazara. Comparado el esquema de Taj6n con el que seguiran posteriormente los manuales medievales, podemos ver que hay una mayor coincidencia sistematica y metodol6gica. 39 Jorge M. Ayala Departamento de Filosoffa Facultad de Filosoffa y Letras Universidad de Zaragoza E-50.009 ZARAGOZA Revista Espanola de Filosofia Medieval, 3 (1996), pp. 35-49 # # METODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO Mariano Brasa Dlez Universidad Aut6noma de Madrid RESUMEN En este trabajo, despues de una introducci6n sobre la Espana del siglo XII, hago la presentaci6n de la Toledo del renacimiento medieval donde van a trabajar -len la Escuela de Traductores?- los grandes traductores y de donde van a salir la mayorfa de las obras filos6ficas, vertidas allatfn, de los autores arabes. Tambien hablo de otros caminos, de otras regiones y de otros traductores. Termino con las traducciones alfonsfes y con dos apendices donde aparecen las obras traducidas por Ibn Daound-Gundisalvo y por Gerardo de Cremona. Palabras clave: Toledo, Traductores, Gundisalvo, Gerardo de Cremona. ABSTRACT \ Philosophical questions and method in Toledo Translaters School. In this paper, after a preliminary section on twelfth-century Spain, I will present Medieval Renaissance Toledo where -in the School of Translators- the great translators did their work, and out of which most of the philosophical works by Arab Authors, translated to latin, emerged. I will also talk about other roads, other regions, and other translators. Finally, I will the Alfonsian translations and I will conclude with two appendices showing the works translated by Ibn Daound-Gundisalvo and by Gerardo de Cremona. Key words: Toledo, Translaters School, Gundisalvus, Gerard of Cremona. INTRODUCCION 39 Laureano Robles, o.c., p. 20. En la Espana del siglo XII, en el ambiente de la Reconquista delimitada geognificamente de Navarra al Tajo y, cronol6gicamente por la toma de Toledo en 1085 y de Zaragoza, en 1118, tiene lugar un primer contacto entre las culturas arabe y latina tan duradero como para poderse dar una osmosis. Este momenta representa para el pensamiento latino un giro decisivo en su desarrollo. Esta Espana en formaci6n ofrece el aspecto de un medio cultural unico. Suscita el entusiasmo, en particular entre los recien llegados, que encuentran aquf el modo de apagar su sed de saber y llenar una ignorancia de la que la Europa cristiana habfa comenzado a dar senales de sensibilidad. Abelardo, sabiendo de la existencia de la Metajfsica de Arist6teles, ala que recuerda con nostalgia, deplora con toda su alma que ningun autor latino haya sido capaz de darla a conocer. Adelardo de 36 MARIANO BRAS ADIEZ Bath hace observaciones de mal gusto quejandose de la pobreza bibliografica del mundo cultural Iatino de su tiempo. Encontramos tambien en esta Espana reconquistada obispos o senores importantes que hicieron frente a la reorganizacion eclesiastica; repoblaron regiones devastadas; atendieron a las reformas morales; impulsaron los estudios y las relaciones diplomaticas con los jefes de las taifas, los jefes militares cristianos y el papado. Pero para los mozarabes, los judfos o los musulmanes, laconquista constitufa una cierta ruptura con su medio cientffico natural que con anterioridad se extendfa desde los Pirineos basta la India y englobaba todo el norte de Africa, Egipto y el Oriente Medio. 1 Los efectos perniciosos de esta ruptura fueron compensados, mejor o peor, por la gran demanda de sus servicios y de su saber procedentes de los cfrculos cristianos de la penfnsula y, pronto, de Francia y de toda Europa. Por su intensidad y su radiacion, la osmosis cultural en Espana basta el final del siglo XII deja lejos y detras de sf todos los otros episodios, anteriores y posteriores, de transmision del saber arabe a Occidente. Su superioridad es debida, primero, al impacto determinante producido sobre el nuevo pensamiento del siglo XII Iatino por la gran cantidad de obras arabes que, al fin, se convirtieron en algo accesible, y, segundo, por la influencia de ciertas personalidades de primer orden como Juan de Sevilla (Ibn Daoun), Domingo Gundisalvo, Gerardo de Cremona y Hermann de Carinthia. Un detalle nada desdenable: la Andalucfa del siglo XII, a pesar del rigorismo de los almohades, fue el testigo de una actividad cultural muy intensa en filosoffa, en ciencias y en letras. Es la epoca de los Avempace, Ibn Tofayl, Averroes; de los Maimonides, Aboulcassis y Alpetragius. Es tambien una epoca de poetas y de mfsticos. No tenemos practicamente ningun vestigio de intercambio cientffico o filosofico entre latinos y arabes o mozarabes durante todo el siglo XI. Esta epoca es, sobre todo, la epoca de la lenta madurez de las peregrinaciones a Santiago de Compostela y de la construcion del Camino frances. Por el contrario, resulta curioso senalar que muy pocos de los «letrados» venidos de Francia, monjes, obispos y caballeros, para ayudar a los reyezuelos cristianos en la Reconquista despues de la mitad del siglo XI, se mostraron apasionados o atrafdos por el trabajo cientffico. En la Espana del Cid, los clerigos o letrados franceses se sienten mas a gusto en los campos de batalla, frente a los moros, que ocupados en interpretar textos cientfficos o filos6ficos. 1. TOLEDO, GRAN CIUDAD DEL RENACIMIENTO MEDIEVAL _ De todas las ciudades espanolas de la Edad Media fue Toledo, la Tulaytula arabe, la unica ciudad conquistada y reconquistada sin violencia. Un historiador arabe, Al-Himyari, en su obra Kitab AfRaud Al-Mitar, (Jardfn pe1jumado) 2 hace una descripcion de la Toledo medieval en estos terminos: Recordemos los viajes de Benjamin de Tudela, de Ibn Battuta, del poeta y Suff Ibn el' Arabi de Murcia e incluso, en el siglo XIV los viajes de Ibn Jaldun. Los musulmanes y judios de Espana estaban en contacto directo y constante con todas las partes del imperio arabe, o si se prefiere, con el ambiente cultural del mundo islamico. 2 Abu Abdallah Muhamed Al-Himyari muere en 1494 yes un recopilador arabe que recogi6 en un repertorio alfabetico todas las nociones sobre Ia peninsula iberica. Ed. y tract. E. Levi-Proven9al, Leiden, 1938. Tract. esp. M." Pilar Maestro Gonzalez, Valencia, 1963. 37 METODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO セョ@ aャMセョ、。オウ@ [los arabes entienden por Al-Andalus toda Ia peninsula iberica], a setenta y cmco miilas deJa fortaleza Hamada Guadalajara, Toledo es el centro de todo el pafs deAlAndalus y esta a nueve jornadas de Cordoba, de Valencia y de Almeria. Toledo es una ciudad de extension considerable. Esta bien fortificada y provista de un hermosa cinturon de montafias y de una solida ciudadela. Toledo es Ia capital de los cristianos. Esta situada en una posicion dominante y su territorio es excelente [... ] Durante Ia conquista de Al-Andalus los arabes encontraron en Toledo objetos preciosos en tal cantidad, que serfa casi imposible describirlos [... ] Habfa 170 coronas con perlas y toda clase de piedras preciosas. Encontraron tambien Ia mesa de Salomon, hijo de David y estaba tallada en una sola esmeralda. Esta mesa se conserva hoy en Ia ciudad de Roma. Cuando Tariq Ben Ziad paso por Toledo, capital del reino de los godos, Ia encontro deshabitada, pues sus habitantes habfan huido. Establecio allf a los judfos y dejo cierto numero de soldados. Habiendose puesto en camino, en persecucion de los fugitivos toledanos, llego a Guadalajara. Desde allf hizo invadir el pafs de Galicia. Despues volvio a Toledo. Esto sucedio en el afio 93 de Ia Hegira. El soberano procedfa en Toledo a! nombramiento de obispos a Ia cabeza de las diocesis, y allf los reunio en concilio con el fin de consultarlos. Habfa ochenta obispos para ochenta ciudades del territorio de Al-Andalus, asf como Galicia, Tan·agona, Cartagena ... Los cristianos nos tomaron Toledo a mediados de Muharram del afio 478. . La conquista de Toledo (25 de mayo de 1085) fue un acontecimiento tan importante en la histon a アセ・@ se le pued_e comparar con la conquista de Constantinopla por los turcos en 1453. Era la primera cmdad conqmstada a los arabes despues de 374 anos de ocupacion. La Toledo conquistada fue una ciudad en minas, si no monumental, sf polftica y moralmente. En 1075 fue envenenado en S@ cッイセ「。@ 。ャMセGョZオL y, despues del effmero reinado de su hijo, le sucedio su nieto, el apocado alQadir, cuya meptitud propicio la desintegracion de todo lo alcanzado por su abuelo. Acuciado por los suyos, sangrado por Alfonso VI, que pretendfa venderle muy cara su ayuda, y perdidas Valencia YCordoba, el apocado al-Qadir, unas veces en su Alcazar toledano y otras refugiado en Cuenca, pierde los controles de su reino, mientras sus subditos comienzan una lenta pero inexorable diaspora. 4 Alfonso VI entraba en una ciudad desmantelada. La dispersion de los habitantes de Toledo comenzo durante el asedio ala ciudad, antes de su conquista definitiva. La mayor parte de los hombres verdaderamente importantes de Toledo se refugiaron en Cordoba o en Sevilla o en Granada o cruzaron el mar para refqgiarse en el norte de Africa. Los repertorios biograficos han dejado 」ッセウᆳ tancia de la labor realizada, tanto en el Occidente como en el Oriente islamico, por hombres de cultura que conservaron orgullosamente su denominacion de origen: al-Tulaytuli. 5 dセ@ Ia dinastia z.u Nun, que cuando reinaba en Toledo recibi6 a Alfonso durante diez meses como huesped, cuando fu.e Zセョ」Q、ッ@ y ー・イウァセi、ッ@ por su hermano Sancho IL y cuya muerte en el asedio de Zamora hizo volver a Alfonso y lo convirtiO en rey de Castilla y Leon. 4 Cfi: J.A. Garcfa-Junceda, «La filosoffa hispano-arabe y los manuscritos de Toledo. Una meditaci6n sobre el orfgen d.e la escuela de traductores», Anales del Seminario de Historia de Ia Filosojfa, vol. III, Universidad Complutense. Madnd (1982-83), p. 79. · 5 Cf1: Teres, «Le Developpement de Ia civilisation arabe aTolede», Les Cahiers de Tunisie vol. XVIII n 69-70 pp. 83-86. , ' 0 ' 36 MARIANO BRAS ADIEZ Bath hace observaciones de mal gusto quejandose de la pobreza bibliografica del mundo cultural Iatino de su tiempo. Encontramos tambien en esta Espana reconquistada obispos o senores importantes que hicieron frente a la reorganizacion eclesiastica; repoblaron regiones devastadas; atendieron a las reformas morales; impulsaron los estudios y las relaciones diplomaticas con los jefes de las taifas, los jefes militares cristianos y el papado. Pero para los mozarabes, los judfos o los musulmanes, laconquista constitufa una cierta ruptura con su medio cientffico natural que con anterioridad se extendfa desde los Pirineos basta la India y englobaba todo el norte de Africa, Egipto y el Oriente Medio. 1 Los efectos perniciosos de esta ruptura fueron compensados, mejor o peor, por la gran demanda de sus servicios y de su saber procedentes de los cfrculos cristianos de la penfnsula y, pronto, de Francia y de toda Europa. Por su intensidad y su radiacion, la osmosis cultural en Espana basta el final del siglo XII deja lejos y detras de sf todos los otros episodios, anteriores y posteriores, de transmision del saber arabe a Occidente. Su superioridad es debida, primero, al impacto determinante producido sobre el nuevo pensamiento del siglo XII Iatino por la gran cantidad de obras arabes que, al fin, se convirtieron en algo accesible, y, segundo, por la influencia de ciertas personalidades de primer orden como Juan de Sevilla (Ibn Daoun), Domingo Gundisalvo, Gerardo de Cremona y Hermann de Carinthia. Un detalle nada desdenable: la Andalucfa del siglo XII, a pesar del rigorismo de los almohades, fue el testigo de una actividad cultural muy intensa en filosoffa, en ciencias y en letras. Es la epoca de los Avempace, Ibn Tofayl, Averroes; de los Maimonides, Aboulcassis y Alpetragius. Es tambien una epoca de poetas y de mfsticos. No tenemos practicamente ningun vestigio de intercambio cientffico o filosofico entre latinos y arabes o mozarabes durante todo el siglo XI. Esta epoca es, sobre todo, la epoca de la lenta madurez de las peregrinaciones a Santiago de Compostela y de la construcion del Camino frances. Por el contrario, resulta curioso senalar que muy pocos de los «letrados» venidos de Francia, monjes, obispos y caballeros, para ayudar a los reyezuelos cristianos en la Reconquista despues de la mitad del siglo XI, se mostraron apasionados o atrafdos por el trabajo cientffico. En la Espana del Cid, los clerigos o letrados franceses se sienten mas a gusto en los campos de batalla, frente a los moros, que ocupados en interpretar textos cientfficos o filos6ficos. 1. TOLEDO, GRAN CIUDAD DEL RENACIMIENTO MEDIEVAL _ De todas las ciudades espanolas de la Edad Media fue Toledo, la Tulaytula arabe, la unica ciudad conquistada y reconquistada sin violencia. Un historiador arabe, Al-Himyari, en su obra Kitab AfRaud Al-Mitar, (Jardfn pe1jumado) 2 hace una descripcion de la Toledo medieval en estos terminos: Recordemos los viajes de Benjamin de Tudela, de Ibn Battuta, del poeta y Suff Ibn el' Arabi de Murcia e incluso, en el siglo XIV los viajes de Ibn Jaldun. Los musulmanes y judios de Espana estaban en contacto directo y constante con todas las partes del imperio arabe, o si se prefiere, con el ambiente cultural del mundo islamico. 2 Abu Abdallah Muhamed Al-Himyari muere en 1494 yes un recopilador arabe que recogi6 en un repertorio alfabetico todas las nociones sobre Ia peninsula iberica. Ed. y tract. E. Levi-Proven9al, Leiden, 1938. Tract. esp. M." Pilar Maestro Gonzalez, Valencia, 1963. 37 METODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO セョ@ aャMセョ、。オウ@ [los arabes entienden por Al-Andalus toda Ia peninsula iberica], a setenta y cmco miilas deJa fortaleza Hamada Guadalajara, Toledo es el centro de todo el pafs deAlAndalus y esta a nueve jornadas de Cordoba, de Valencia y de Almeria. Toledo es una ciudad de extension considerable. Esta bien fortificada y provista de un hermosa cinturon de montafias y de una solida ciudadela. Toledo es Ia capital de los cristianos. Esta situada en una posicion dominante y su territorio es excelente [... ] Durante Ia conquista de Al-Andalus los arabes encontraron en Toledo objetos preciosos en tal cantidad, que serfa casi imposible describirlos [... ] Habfa 170 coronas con perlas y toda clase de piedras preciosas. Encontraron tambien Ia mesa de Salomon, hijo de David y estaba tallada en una sola esmeralda. Esta mesa se conserva hoy en Ia ciudad de Roma. Cuando Tariq Ben Ziad paso por Toledo, capital del reino de los godos, Ia encontro deshabitada, pues sus habitantes habfan huido. Establecio allf a los judfos y dejo cierto numero de soldados. Habiendose puesto en camino, en persecucion de los fugitivos toledanos, llego a Guadalajara. Desde allf hizo invadir el pafs de Galicia. Despues volvio a Toledo. Esto sucedio en el afio 93 de Ia Hegira. El soberano procedfa en Toledo a! nombramiento de obispos a Ia cabeza de las diocesis, y allf los reunio en concilio con el fin de consultarlos. Habfa ochenta obispos para ochenta ciudades del territorio de Al-Andalus, asf como Galicia, Tan·agona, Cartagena ... Los cristianos nos tomaron Toledo a mediados de Muharram del afio 478. . La conquista de Toledo (25 de mayo de 1085) fue un acontecimiento tan importante en la histon a アセ・@ se le pued_e comparar con la conquista de Constantinopla por los turcos en 1453. Era la primera cmdad conqmstada a los arabes despues de 374 anos de ocupacion. La Toledo conquistada fue una ciudad en minas, si no monumental, sf polftica y moralmente. En 1075 fue envenenado en S@ cッイセ「。@ 。ャMセGョZオL y, despues del effmero reinado de su hijo, le sucedio su nieto, el apocado alQadir, cuya meptitud propicio la desintegracion de todo lo alcanzado por su abuelo. Acuciado por los suyos, sangrado por Alfonso VI, que pretendfa venderle muy cara su ayuda, y perdidas Valencia YCordoba, el apocado al-Qadir, unas veces en su Alcazar toledano y otras refugiado en Cuenca, pierde los controles de su reino, mientras sus subditos comienzan una lenta pero inexorable diaspora. 4 Alfonso VI entraba en una ciudad desmantelada. La dispersion de los habitantes de Toledo comenzo durante el asedio ala ciudad, antes de su conquista definitiva. La mayor parte de los hombres verdaderamente importantes de Toledo se refugiaron en Cordoba o en Sevilla o en Granada o cruzaron el mar para refqgiarse en el norte de Africa. Los repertorios biograficos han dejado 」ッセウᆳ tancia de la labor realizada, tanto en el Occidente como en el Oriente islamico, por hombres de cultura que conservaron orgullosamente su denominacion de origen: al-Tulaytuli. 5 dセ@ Ia dinastia z.u Nun, que cuando reinaba en Toledo recibi6 a Alfonso durante diez meses como huesped, cuando fu.e Zセョ」Q、ッ@ y ー・イウァセi、ッ@ por su hermano Sancho IL y cuya muerte en el asedio de Zamora hizo volver a Alfonso y lo convirtiO en rey de Castilla y Leon. 4 Cfi: J.A. Garcfa-Junceda, «La filosoffa hispano-arabe y los manuscritos de Toledo. Una meditaci6n sobre el orfgen d.e la escuela de traductores», Anales del Seminario de Historia de Ia Filosojfa, vol. III, Universidad Complutense. Madnd (1982-83), p. 79. · 5 Cf1: Teres, «Le Developpement de Ia civilisation arabe aTolede», Les Cahiers de Tunisie vol. XVIII n 69-70 pp. 83-86. , ' 0 ' 38 39 MARIANO BRASA DIEZ METODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO Es verdad que otros intelectuales ilustres permanecieron en la ciudad, como es el caso de Ibn Mutahir, autor de una Historia de los faqfes y qadfes. Otros se convirtieron al cristianismo como consecuencia de la ofensiva ideol6gica lanzada por los cristianos sobre los musulmanes. Sin embargo estas conversiones no deben ser interpretadas, sin mas, como actitudes oportunistas, provocadas por el miedo o el deseo de medrar, porque la ofensiva ideol6gica habfa comenzado antes de la conquista de Toledo, y coincidi6 con las inquietudes religiosas provocadas por la intensa actividad intelectual en el mundo musulman a lo largo del siglo XI, que habfa creado una profunda desorientaci6n.6 A la Toledo islamica sucede una Toledo cristiana, sin olvidar el culto islamico y el uso consuetudinario de la lengua arabe que siguieron mozarabes y mudejares. Allf mismo, conviviendo con el cristianismo y el islamismo, segufa viva la juderfa toledana sin perder una apice de su importancia. jMagnffica encrucijada de culturas! «Toledo resisti6la africanizaci6n y se mantuvo firme a los repetidos ataques almoravides», nos dice Sanchez Albornoz.7 Continua el ilustre polfgrafo: «Una complicada red de idas y venidas uni6, por tanto, a la Espana cristiana, y en especial a la ciudad de las tres religiones, ombligo del saber en el extrema occidental de Occidente, con ese Occidente consciente de su ignorancia y ansioso de cultura [... ] Hicieron camino los hombres que fueron y vinieron de Espana a Francia y a la in versa. Por elllegaron a la Peninsula diversos estudiosos europeos avidos de saber y deseosos de apropiarse el que sabfan acumulado al sur del Pirineo». «Toledo rto es una ciudad cualquiera» dijo en su dfa el profesor Teres. Capital del anti guo reino visigodo, capital de uno de los mas importantes reinos de taifas, donde florecieron las artes y las ciencias, desde el siglo VI era la urbs regia, la civitas regalis. El botfn de guerra que obtuvieron los cristianos al conquistar Toledo era todo un fil6n. Allf estaba parte de la biblioteca del califa cordobes Alakan II; allf los libros que de Oriente trajo el bibli6filo toledano Ibn al-Hanasi; allf la herencia de los antiguos reyes arabes; y allf estaban tambien las obras de los pensadores griegos escritas en caracteres arabes. Si la ciencia de Roma dependi6 de la de Grecia, si la 」セヲ、。@ del Imperio romano de Occidente llev6 consigo la decadencia y el aislamiento intelectual respecto allmperio del Oriente bizantino, el saber de Occidente se reduce a compendios enciclopedicos que van apareciendo con fines distintos. En el siglo V, en el Africa romana y ocupada por los vandalos, escribe Marciano Capella su De nuptiis Mercurii et Philologiae; en el VI y en la ltalia de los ostrogodos, Boecio traducfa y comentaba textos filos6ficos y matematicos de Grecia, escribfa sabre teologfa y se consolaba en la Filosoffa; en el siglo VII y en la Espana de los visigodos, san Isidoro escribfa sus Etimologfas; y en el VIII, en la Britania de los anglosajones, Beda el Venerable escribfa sabre metrica, aratoria, ortograffa y ciencias naturales e historia para la formaci6n de sus discfpulos. Estos fueron los maestros y gufas intelectuales, a los que hay que anadir san Agustfn en los siguientes siglos de la Edad Media. La erudicci6n profana de los escolasticos anteriores e inmediatamente posteriores a la conquista de Toledo se reducfa al Timeo de Plat6n, traducido por Calcidio; a los tratados de L6gica de Arist6teles traducidos e interpretados por Beocio -primera entrada de Arist6teles en Occidente-; a las compilaciones de Casiodoro, Beda, san Isidoro y Alcuino; algunas obras de Seneca -tengase en cuenta el prestigio del que gozaba Seneca en la Edad Media, al ser considerado discfpulo de San Pablo- y a la Isagoge de Porfirio, que suscit6 la disputa entre «nominales» y «reales». Con estos materiales se levant6 la ciencia de Roscelino, san Anselmo, Guillermo de Champeaux, Hugo de San Vfctor, Pedro Abelardo ... Dogmaticos y mfsticos; apologistas y heterodoxos; el pulpito y la catedra; teologfa y dialectica. 6 7 192. Cft: Garcfa-Junceda, o.c., p. 86. Cfi: C. Sanchez Albornoz, El Islam de Espaiia y el Occidente, Madrid, Espasa-Calpe, col. Austral, 1974, pp. 190- 2. lESCUELA DE TRADUCTORES? Todo el que se interese hoy por el saber arabe en Occidente y en el siglo XII va a encontrarse con la presencia de la famosa leyenda de la «Escuela de Traductores de Toledo», que habrfa sido fundada, o al menos protegida o favorecida, por el arzobispo Raimundo, entre los anos 1124 y 1151. La leyenda se remonta ala erudici6n de A. Jourdain hacia el ano 1820, exactamente en 1819 publica sus Recherches critiques sur les plus anciennes traductions latines d'Aristote, por la admiraci6n que sentfa hacia los traductores que trabajaban en torno al arzobispo Raimundo. Es verdad que desde la Edad Media existe una tradici6n literaria tendente a exaltar la funci6n de Toledo, despues de su reconquista en 1085, como el centro europeo de conocimientos y actividades cientfficas en contacto con la cultura arabe. Desde los siglos XIII y XIV algunos autores describen Espana, principalmente Toledo, como la patria de la necromancia, del saber ex6tico e incluso del saber exoterico. Esta tradici6n se remonta, al menos, a la epoca del monje Gerberto, en el siglo X, cuando fue recomendado por el abad de Aurillac al conde Borrell II de Barcelona para que le atendiese durante su estancia en Espana, donde pretendfa ampliar estudios. Corrfan los anos 967970. No vamos a entrar en disquisiciones sabre el termino escuela. Es verdad que toda disertaci6n debe comenzar explicando los terminos. La «explicatio terminorum» era el punta de partida de los fil6sofos medievales. Si nos atenemos a lo que el Diccionario de la Real Academia nos dice sobre el termino escuela, de las once acepciones que da, tal vez alguna podrfa ser aplicable a este grupo de intelectuales que trabajaban en Toledo siguiendo un metoda y un estilo propios. Cuando en 1942 Jose M.a Millas Vallicrosa publica Las traducciones orientales en los manuscritos de la Biblioteca de la Catedral de Toledo, 8 despues de establecer la continuidad entre la ciencia arabe y la alejandrina, y la vinculacion cientffica de la Espana musulmana con Bagdad, enumera las primeras traducciones realizadas en Espana, «anteriores al perfodo aureo de Toledo», y las realizadas en el valle del Ebro en la primera mitad del siglo XII, contemporaneas ya de las llevadas a cabo por el primer grupo de Toledo, donde se encuentra al grupo de traductores mas numeroso, cohesionado y perdurable y beneficiado del mecenazgo del arzobispo Raimundo. 9 J.M." Millas Vallicrosa, Las traducciones orientales en los manuscritos de Ia Biblioteca de Ia Catedral de Toledo, Madrid, CSIC, Instituto Arias Montero, Madrid, 1942. 9 lbfdem, p. 9. \ 38 39 MARIANO BRASA DIEZ METODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO Es verdad que otros intelectuales ilustres permanecieron en la ciudad, como es el caso de Ibn Mutahir, autor de una Historia de los faqfes y qadfes. Otros se convirtieron al cristianismo como consecuencia de la ofensiva ideol6gica lanzada por los cristianos sobre los musulmanes. Sin embargo estas conversiones no deben ser interpretadas, sin mas, como actitudes oportunistas, provocadas por el miedo o el deseo de medrar, porque la ofensiva ideol6gica habfa comenzado antes de la conquista de Toledo, y coincidi6 con las inquietudes religiosas provocadas por la intensa actividad intelectual en el mundo musulman a lo largo del siglo XI, que habfa creado una profunda desorientaci6n.6 A la Toledo islamica sucede una Toledo cristiana, sin olvidar el culto islamico y el uso consuetudinario de la lengua arabe que siguieron mozarabes y mudejares. Allf mismo, conviviendo con el cristianismo y el islamismo, segufa viva la juderfa toledana sin perder una apice de su importancia. jMagnffica encrucijada de culturas! «Toledo resisti6la africanizaci6n y se mantuvo firme a los repetidos ataques almoravides», nos dice Sanchez Albornoz.7 Continua el ilustre polfgrafo: «Una complicada red de idas y venidas uni6, por tanto, a la Espana cristiana, y en especial a la ciudad de las tres religiones, ombligo del saber en el extrema occidental de Occidente, con ese Occidente consciente de su ignorancia y ansioso de cultura [... ] Hicieron camino los hombres que fueron y vinieron de Espana a Francia y a la in versa. Por elllegaron a la Peninsula diversos estudiosos europeos avidos de saber y deseosos de apropiarse el que sabfan acumulado al sur del Pirineo». «Toledo rto es una ciudad cualquiera» dijo en su dfa el profesor Teres. Capital del anti guo reino visigodo, capital de uno de los mas importantes reinos de taifas, donde florecieron las artes y las ciencias, desde el siglo VI era la urbs regia, la civitas regalis. El botfn de guerra que obtuvieron los cristianos al conquistar Toledo era todo un fil6n. Allf estaba parte de la biblioteca del califa cordobes Alakan II; allf los libros que de Oriente trajo el bibli6filo toledano Ibn al-Hanasi; allf la herencia de los antiguos reyes arabes; y allf estaban tambien las obras de los pensadores griegos escritas en caracteres arabes. Si la ciencia de Roma dependi6 de la de Grecia, si la 」セヲ、。@ del Imperio romano de Occidente llev6 consigo la decadencia y el aislamiento intelectual respecto allmperio del Oriente bizantino, el saber de Occidente se reduce a compendios enciclopedicos que van apareciendo con fines distintos. En el siglo V, en el Africa romana y ocupada por los vandalos, escribe Marciano Capella su De nuptiis Mercurii et Philologiae; en el VI y en la ltalia de los ostrogodos, Boecio traducfa y comentaba textos filos6ficos y matematicos de Grecia, escribfa sabre teologfa y se consolaba en la Filosoffa; en el siglo VII y en la Espana de los visigodos, san Isidoro escribfa sus Etimologfas; y en el VIII, en la Britania de los anglosajones, Beda el Venerable escribfa sabre metrica, aratoria, ortograffa y ciencias naturales e historia para la formaci6n de sus discfpulos. Estos fueron los maestros y gufas intelectuales, a los que hay que anadir san Agustfn en los siguientes siglos de la Edad Media. La erudicci6n profana de los escolasticos anteriores e inmediatamente posteriores a la conquista de Toledo se reducfa al Timeo de Plat6n, traducido por Calcidio; a los tratados de L6gica de Arist6teles traducidos e interpretados por Beocio -primera entrada de Arist6teles en Occidente-; a las compilaciones de Casiodoro, Beda, san Isidoro y Alcuino; algunas obras de Seneca -tengase en cuenta el prestigio del que gozaba Seneca en la Edad Media, al ser considerado discfpulo de San Pablo- y a la Isagoge de Porfirio, que suscit6 la disputa entre «nominales» y «reales». Con estos materiales se levant6 la ciencia de Roscelino, san Anselmo, Guillermo de Champeaux, Hugo de San Vfctor, Pedro Abelardo ... Dogmaticos y mfsticos; apologistas y heterodoxos; el pulpito y la catedra; teologfa y dialectica. 6 7 192. Cft: Garcfa-Junceda, o.c., p. 86. Cfi: C. Sanchez Albornoz, El Islam de Espaiia y el Occidente, Madrid, Espasa-Calpe, col. Austral, 1974, pp. 190- 2. lESCUELA DE TRADUCTORES? Todo el que se interese hoy por el saber arabe en Occidente y en el siglo XII va a encontrarse con la presencia de la famosa leyenda de la «Escuela de Traductores de Toledo», que habrfa sido fundada, o al menos protegida o favorecida, por el arzobispo Raimundo, entre los anos 1124 y 1151. La leyenda se remonta ala erudici6n de A. Jourdain hacia el ano 1820, exactamente en 1819 publica sus Recherches critiques sur les plus anciennes traductions latines d'Aristote, por la admiraci6n que sentfa hacia los traductores que trabajaban en torno al arzobispo Raimundo. Es verdad que desde la Edad Media existe una tradici6n literaria tendente a exaltar la funci6n de Toledo, despues de su reconquista en 1085, como el centro europeo de conocimientos y actividades cientfficas en contacto con la cultura arabe. Desde los siglos XIII y XIV algunos autores describen Espana, principalmente Toledo, como la patria de la necromancia, del saber ex6tico e incluso del saber exoterico. Esta tradici6n se remonta, al menos, a la epoca del monje Gerberto, en el siglo X, cuando fue recomendado por el abad de Aurillac al conde Borrell II de Barcelona para que le atendiese durante su estancia en Espana, donde pretendfa ampliar estudios. Corrfan los anos 967970. No vamos a entrar en disquisiciones sabre el termino escuela. Es verdad que toda disertaci6n debe comenzar explicando los terminos. La «explicatio terminorum» era el punta de partida de los fil6sofos medievales. Si nos atenemos a lo que el Diccionario de la Real Academia nos dice sobre el termino escuela, de las once acepciones que da, tal vez alguna podrfa ser aplicable a este grupo de intelectuales que trabajaban en Toledo siguiendo un metoda y un estilo propios. Cuando en 1942 Jose M.a Millas Vallicrosa publica Las traducciones orientales en los manuscritos de la Biblioteca de la Catedral de Toledo, 8 despues de establecer la continuidad entre la ciencia arabe y la alejandrina, y la vinculacion cientffica de la Espana musulmana con Bagdad, enumera las primeras traducciones realizadas en Espana, «anteriores al perfodo aureo de Toledo», y las realizadas en el valle del Ebro en la primera mitad del siglo XII, contemporaneas ya de las llevadas a cabo por el primer grupo de Toledo, donde se encuentra al grupo de traductores mas numeroso, cohesionado y perdurable y beneficiado del mecenazgo del arzobispo Raimundo. 9 J.M." Millas Vallicrosa, Las traducciones orientales en los manuscritos de Ia Biblioteca de Ia Catedral de Toledo, Madrid, CSIC, Instituto Arias Montero, Madrid, 1942. 9 lbfdem, p. 9. \ 40 MErODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO MARIANO BRAS A DIEZ Veinte afios despues, en 1960, en Nuevas estudios sabre historia de la ciencia espaiiola 10 el gran investigador catahin conclufa repitiendo este cefiido bosquejo: «Con estos ultimos traductores de que hemos hablado, nos damos ya la mano con el grupo de Toledo, con la Hamada "Escuela de Traductores de Toledo", denominada asf desde los tiempos de A. Jourdain y de V. Rose, pero que, en rigor, venfa a ser un grupo o nucleo semejante a los ya registrados, si bien los supero notablemente, tanto por la densidad como por la continuidad de su produccion. En rigor, el grupo o escuela de Toledo marca el cenit de movimiento de las traducciones cientfficas orientales ala lengua latina».11 Sanchez Albornoz en El Islam de EspaT1a y el Occidente 12 reconoce que «nunca existio una escuela en el estricto sentido del vocablo, es decir, un cuerpo de traductores organizado y coherente. Toledo fue, sf, el centro principal donde trabajaron hispanos y extranjeros y ese movimiento fue favorecido por D. Raimundo y por alguno de sus sucesores». 13 Termino este apartado con el testimonio de un especialista, el profesor Juan Vernet, que en su obra La cultura hispano arabe en Oriente y Occidente afirma lo siguiente: «En esa epoca [s. XII] trabajaron en Espana numerosos eruditos, buena parte de los cuales se acogieron a la proteccion del arzobispo Dom Raimundo (1125-1252) y este pasa por ser el creador de la Hamada escuela de traductores de Toledo. En rigor no debiera llamarse escuela, desde el momento en que falta la continuidad y organizacion del magisterio y que el unico vfnculo, si lo hay, entre los distintos traductores o grupo de traductores es puramente geografico y de mecenazgo. Muchos de ellos trabajaron en ciudades muy alejadas de Toledo, y las obras orientales no solo se tradujeron allatfn, sino tambien al hebreo, poniendolas al alcance de las escuelas catedralicias y de las sinagogas y pasando, por estas vfas, al resto de Europa [... ] La identificacion de los manuscritos arabesque sirvieron de base a todos estos traductores es, a veces, muy problematica, en especial cuando se trata de las obras de Albumasar o -en el siglo XIII- de Averroes. El estudio comparado de las versiones latinas con sus orientales arabes solo se ha hecho de modo esporadico basta ahora. Por otra parte, la produccion original de estos traductores es escasa y, cuando 'existe,·se centra en la filosoffa o en las ciencias ocultas. Ambas disciplinas no requerfan un grado de especializacion tan grande como el de las ciencias exactas». 14 Es verdad que autores como Menendez Pidal hablan del comienzo en Toledo de una escuela de estudios latino-arabes con mediacion hebrea y apoyada por el arzobispo Raimundo. 14 bis 10 J.M." Millas Vallicrosa, Nuevos estudios sobre historia de Ia ciencia espaiiola, Barcelona, CSIC, Instituto «Luis Vives» de Filosoffa, I960. II lbfdem,p.II4. I2 C. Sanchez Albornoz, o.c. I3 Ibfdem, p. 193; citado por J.A. Garcfa-Junceda, o.c., p. 69. 14 J. Vernet, La cultura hispanoarabe en Oriente y Occidente, Barcelona, ArieL 1978, pp. 114-115. 14bis R. Menendez Pidal, Espaiia, eslab6n entre Ia Cristiandad y el Islam, Madrid, Espasa-Calpe, coL Austral, 1956, p. 36. 3. 41 LAS TRADUCCIONES TOLEDANAS Hablemos de Escuela de Traductores o no, lo cierto es que nos encontramos en Toledo con un grupo de hombres que a lo largo de cincuenta afios traducen mas de cien obras del arabe al latfn. Si queremos apreciar el valor del aspecto cientffico y cultural del perfodo en el que estamos inmersos, no tenemos mas que comparar el estado del conocimiento del saber arabe en Occidente bacia el afio 1100 con el que tendremos a la muerte de Gerardo de Cremona en 1187. Es verdad que antes de Toledo vamos a encontrar entre los Iatinos un interes cientffico en la persona de Pedro Alfonso, judfo convertido y bautizado en Huesca en 1106. 15 Pedro tenfa una gran reputacion entre sus congeneres, que criticaron su conversion achacandola a «viles motivos». Esto le llevo a escribir sus Dialogi contra Judaeos. Debemos hacer constar que la conversion tuvo lugar en Huesca, cerca de Zaragoza, unos diez afios antes de la toma de Zaragoza (1118) y mas de 20 afios despues de la toma de Toledo (1 085). Estos datos geograficos tienen su importancia. En otra region, a unos 90 km al oeste de Zaragoza, en Tarazona, reconquistada mas o menos al mismo tiempo que Zaragoza, un celebre clerigo espafiol, Hugo de Santalla, traducira allatfn mas de diez obras cientfficas arabes, para beneficia del obispo Miguel... Mas al oeste, cerca de Logrofio y en la misma region del Ebro, los traductores Hermann de Carinthia y Roberto de Retines trabajan juntos en traducciones cientfficas arabes cuando en 1141 encuentran a Pedro el Venerable en su segundo viaje a Espana. A estos centros tenemos que afiadir Barcelona, donde Platon de Tfvoli trabajo despues de 1135, y Burgos, donde Gonzalo y Salomon traducen la segunda seccion de la Shifa de Avicena. De la region del Ebro; de Huesca a Navarra y de Logrofio y Burgos a Barcelona, existe un movimiento importante y preponderante cuya mision es transmitir, mediante la traduccion, el saber arabe. Antes que el arzobispo Raimundo se interese por este trabajo habfa comenzado en otras regiones la actividad traductora. Establecer una traducci6n correcta ha sido siempre punto menos que imposible y los traductores y los crfticos literarios, al menos desde que tenemos noticia de sus modos de trabajo, han tenido conciencia de ello: del traduttore, traditore. 16 Al-Jahiz ya hablaba en el siglo X yen Oriente de los traductores: «El traductor, dice, tiene que estar a la altura de lo que traduce, tener la misma ciencia del autorque traduce. Debe conocer perfectamente la lengua de la que traduce y aquella a la cual traduce para ser igual en las dos. Pero cuando lo encontremos veremos que las dos lenguas se atraen, se influyen y se contaminan mutuamente [... ] Cuanto mas diffcil es la ciencia, menos son los que la conocen y tanto mas diffcil sera para el traductor y mas facilmente cometera errores. Jamas encontrareis un traductor digno de estos 15 Se Ilamaba Moises Sefardf. Cft: L. Poliakov, Histoire de l'Antisemitisme. T. II: De Mahomet aux Marranes, Parfs, 1961, pp. 122, 125. 16 J. Vemet, o.c., p. 85. 40 MErODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO MARIANO BRAS A DIEZ Veinte afios despues, en 1960, en Nuevas estudios sabre historia de la ciencia espaiiola 10 el gran investigador catahin conclufa repitiendo este cefiido bosquejo: «Con estos ultimos traductores de que hemos hablado, nos damos ya la mano con el grupo de Toledo, con la Hamada "Escuela de Traductores de Toledo", denominada asf desde los tiempos de A. Jourdain y de V. Rose, pero que, en rigor, venfa a ser un grupo o nucleo semejante a los ya registrados, si bien los supero notablemente, tanto por la densidad como por la continuidad de su produccion. En rigor, el grupo o escuela de Toledo marca el cenit de movimiento de las traducciones cientfficas orientales ala lengua latina».11 Sanchez Albornoz en El Islam de EspaT1a y el Occidente 12 reconoce que «nunca existio una escuela en el estricto sentido del vocablo, es decir, un cuerpo de traductores organizado y coherente. Toledo fue, sf, el centro principal donde trabajaron hispanos y extranjeros y ese movimiento fue favorecido por D. Raimundo y por alguno de sus sucesores». 13 Termino este apartado con el testimonio de un especialista, el profesor Juan Vernet, que en su obra La cultura hispano arabe en Oriente y Occidente afirma lo siguiente: «En esa epoca [s. XII] trabajaron en Espana numerosos eruditos, buena parte de los cuales se acogieron a la proteccion del arzobispo Dom Raimundo (1125-1252) y este pasa por ser el creador de la Hamada escuela de traductores de Toledo. En rigor no debiera llamarse escuela, desde el momento en que falta la continuidad y organizacion del magisterio y que el unico vfnculo, si lo hay, entre los distintos traductores o grupo de traductores es puramente geografico y de mecenazgo. Muchos de ellos trabajaron en ciudades muy alejadas de Toledo, y las obras orientales no solo se tradujeron allatfn, sino tambien al hebreo, poniendolas al alcance de las escuelas catedralicias y de las sinagogas y pasando, por estas vfas, al resto de Europa [... ] La identificacion de los manuscritos arabesque sirvieron de base a todos estos traductores es, a veces, muy problematica, en especial cuando se trata de las obras de Albumasar o -en el siglo XIII- de Averroes. El estudio comparado de las versiones latinas con sus orientales arabes solo se ha hecho de modo esporadico basta ahora. Por otra parte, la produccion original de estos traductores es escasa y, cuando 'existe,·se centra en la filosoffa o en las ciencias ocultas. Ambas disciplinas no requerfan un grado de especializacion tan grande como el de las ciencias exactas». 14 Es verdad que autores como Menendez Pidal hablan del comienzo en Toledo de una escuela de estudios latino-arabes con mediacion hebrea y apoyada por el arzobispo Raimundo. 14 bis 10 J.M." Millas Vallicrosa, Nuevos estudios sobre historia de Ia ciencia espaiiola, Barcelona, CSIC, Instituto «Luis Vives» de Filosoffa, I960. II lbfdem,p.II4. I2 C. Sanchez Albornoz, o.c. I3 Ibfdem, p. 193; citado por J.A. Garcfa-Junceda, o.c., p. 69. 14 J. Vernet, La cultura hispanoarabe en Oriente y Occidente, Barcelona, ArieL 1978, pp. 114-115. 14bis R. Menendez Pidal, Espaiia, eslab6n entre Ia Cristiandad y el Islam, Madrid, Espasa-Calpe, coL Austral, 1956, p. 36. 3. 41 LAS TRADUCCIONES TOLEDANAS Hablemos de Escuela de Traductores o no, lo cierto es que nos encontramos en Toledo con un grupo de hombres que a lo largo de cincuenta afios traducen mas de cien obras del arabe al latfn. Si queremos apreciar el valor del aspecto cientffico y cultural del perfodo en el que estamos inmersos, no tenemos mas que comparar el estado del conocimiento del saber arabe en Occidente bacia el afio 1100 con el que tendremos a la muerte de Gerardo de Cremona en 1187. Es verdad que antes de Toledo vamos a encontrar entre los Iatinos un interes cientffico en la persona de Pedro Alfonso, judfo convertido y bautizado en Huesca en 1106. 15 Pedro tenfa una gran reputacion entre sus congeneres, que criticaron su conversion achacandola a «viles motivos». Esto le llevo a escribir sus Dialogi contra Judaeos. Debemos hacer constar que la conversion tuvo lugar en Huesca, cerca de Zaragoza, unos diez afios antes de la toma de Zaragoza (1118) y mas de 20 afios despues de la toma de Toledo (1 085). Estos datos geograficos tienen su importancia. En otra region, a unos 90 km al oeste de Zaragoza, en Tarazona, reconquistada mas o menos al mismo tiempo que Zaragoza, un celebre clerigo espafiol, Hugo de Santalla, traducira allatfn mas de diez obras cientfficas arabes, para beneficia del obispo Miguel... Mas al oeste, cerca de Logrofio y en la misma region del Ebro, los traductores Hermann de Carinthia y Roberto de Retines trabajan juntos en traducciones cientfficas arabes cuando en 1141 encuentran a Pedro el Venerable en su segundo viaje a Espana. A estos centros tenemos que afiadir Barcelona, donde Platon de Tfvoli trabajo despues de 1135, y Burgos, donde Gonzalo y Salomon traducen la segunda seccion de la Shifa de Avicena. De la region del Ebro; de Huesca a Navarra y de Logrofio y Burgos a Barcelona, existe un movimiento importante y preponderante cuya mision es transmitir, mediante la traduccion, el saber arabe. Antes que el arzobispo Raimundo se interese por este trabajo habfa comenzado en otras regiones la actividad traductora. Establecer una traducci6n correcta ha sido siempre punto menos que imposible y los traductores y los crfticos literarios, al menos desde que tenemos noticia de sus modos de trabajo, han tenido conciencia de ello: del traduttore, traditore. 16 Al-Jahiz ya hablaba en el siglo X yen Oriente de los traductores: «El traductor, dice, tiene que estar a la altura de lo que traduce, tener la misma ciencia del autorque traduce. Debe conocer perfectamente la lengua de la que traduce y aquella a la cual traduce para ser igual en las dos. Pero cuando lo encontremos veremos que las dos lenguas se atraen, se influyen y se contaminan mutuamente [... ] Cuanto mas diffcil es la ciencia, menos son los que la conocen y tanto mas diffcil sera para el traductor y mas facilmente cometera errores. Jamas encontrareis un traductor digno de estos 15 Se Ilamaba Moises Sefardf. Cft: L. Poliakov, Histoire de l'Antisemitisme. T. II: De Mahomet aux Marranes, Parfs, 1961, pp. 122, 125. 16 J. Vemet, o.c., p. 85. 43 MARIANO BRASA DIEZ METODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO sabios. Esto es lo que decimos en cuanto se refiere a los libros de geometrfa, astronomfa, aritmetica y musica»P ᆱセqオ・@ ocurrira cuando se trate de libros de religion ode teologfa?». 18 Mose ben 'Ezra, un judfo granadino de mediados del siglo XII, planteandose este mismo problema, lo resuelve contando una anecdota: «Una vez, en los dfas de mi mocedad yen el pafs de mi nacimiento, preguntome uno de los mas distinguidos sabios musulmanes -era uno de mis amigos y bienhechores-, muy conocedor de su religion, que le recitara en lengua arabe los diez mandamientos. Yo comprendf su intencion, la cual no era otra que rebajar el modo de su expresion. Comprendiendolo asf, le rogue que me recitara la primera azora del Cordn en lengua latina -el podfa hablar esta lengua y la conocfa solidamente. Asf que dicho sabio musulman probo de traducir aquella azora al latfn; su expresion era rimy deficiente y desfiguro su belleza. Entonces comprendio el porque de mi respuesta y no reitero ya su peticion». 19 Despues de lo que acabamos de decir, no resulta facil adentramos en el mundo de la traduccion para obtener un texto en otra lengua. セcッュ@ arreglarselas para verter allatfn ellegado cultural arabe depositado en las bibliotecas toledanas? Hoy la tarea de traducir es y nos la imaginamos muy simple. Cualquiera de nosotros traduce un pasaje del frances, del ingles, del aleman ... y lo incorpora a una tesis, a un artfculo, a una conferencia... , lo citamos y nuestra mision ha terminado. Otra cosa distinta es cuando se trata de una obra entera. De todas las maneras es una maravilla de nuestros dfas que una sola persona pueda leer el texto en su lengua original y pueda transcribirlo, sin mas, en la lengua en que escribe. Puede servimos de prejuicio al imaginar las traducciones de los tiempos a los que nos estamos refiriendo, en los que era diffcil que se diesen juntos y en una misma persona esos elementos. セqオ・@ pasarfa, por ejemplo, si qui en sabfa arabe no sabfa leerlo o no sabfa latfn; si quien sabfa leery escribir latfn no sabfa arabe o no sabfa leerlo? El analisis crftico de las tempranas traducciones medievales, y hasta el testimonio mismo de los autores, nos revelan los personajes y las lenguas que solfan interponerse como intermediarios. Como un antecedente tfpico con que comparar lo que diremos de las traducciones toledanas, es conveniente describir, al menos en unos trazos, el procedimiento con el que se llev6 a cabo la traduccion del Corpus Dionisyacum varios siglos antes, en la epoca dtrolingia, cuando el Occidente tuvo un contacto effmero con el Oriente bizantino. En la abadfa de San Dionisio, donde se efectua la traduccion del Corpus Dionisyacum, eran tres los personajes que trabajaban en el mismo texto: uno lefa el texto griego, otro lo traducfa oralmente allatfn, y un tercero lo transcribfa allatfn. Los manuscritos griegos escritos en letra uncial, sin separaciones de palabras y casi ninguna puntuacion, dificultaban la lectura, de modo que no todos sabfan leerlos. Y, ademas, el lector estaba expuesto a muchos errores de lectura, como consta de hecho por las obras traducidas. Allado del lector del texto griego, estaba el oyente traductor allatfn, que efectuaba la traduccion de viva voz, cuya presencia la constatamos tambien por los errores, de tipo fonetico esta vez y que volvemos a encontrar en las obras traducidas. Pero no terminaba aquf toda la operacion. Habfa que transcribir y no todos estaban capacitados. Un monje, que serfa el oyente-copista, se encargaba de transcribir la traduccion latina que ofa. El copista puede entender mal, bien sea por mala pronunciacion del oyente-traductor, o bien sea por defecto de ofdo del propio oyente-copista. Nuevos errores venfan a sumarse a los anteriores. 20 Nos encontramos con un texto escrito en lengua griega que debe ser traducido y escrito en latfn. Tenemos dos lenguas. En esta labor intervienen tres personajes: lector en alta voz, traductor en alta voz y transcriptor de ofdo. Las posibilidades de errores son muchas. Pueden darse errores de lectura, de tipo fonetico, de traduccion, de ofdo, de transcripcion; sin entrar en los errores que podemos Hamar extemos de los que el traductor es completamente inocente. 21 El oyente de griego y ellocutor en latfn era la misma persona. Era el intermediario entre ellector de griego-locutor en griego y el oyente en latfn-escritor en latfn. Los extremos se unfan mediante una persona que se comunicaba con el conocedor del griego y con el de latfn. Serfa el traductor propiamente dicho porque el tercer personaje se limitaba a poner en latfn lo que el oyente en latfn le decfa. セcッュ@ se traducfa en Toledo? Una frase del prologo del Liber de Anima de Avicena -traducido por Ibn Daound-Gundisalvo- puede ayudamos a describir el mecanismo de las primeras traduciones toledanas: «[ ... ] Me, [habla Ibn Daound], verba vulgariter proferente, et Domino Archidiacono [referencia a Domingo Gundisalvo, arcediano de Segovia], singula in latinum convertente». Ibn Daound 22 y Gundisalvo tenfan que traducir allatfn un texto cuyo original estaba en arabe. Ibn Daound era un judfo converso que habfa vi vi do en territorio musulman yen la actualidad era castellano. Conocfa el arabe y la lengua romance, pero desconocfa ellatfn. Su compafiero Domingo Gundisalvo conocfa la lengua romance y ellatfn, pero desconocfa el arabe. El judfo converso lee el texto en arabe, lo traduce mentalmente al romance, dicta su traduccion al romance y llega hasta los ofdos de Gundisalvo, que lo traduce mentalmente al latfn y lo transcribe al latfn. 23 · El mecanismo de traduccion de Toledo es diferente del utilizado en la Alta Edad Media. En los dos casos hay pluralidad de agentes, pero los motivos son diferentes. En la Alta Edad Media por dificultad de lectura, en Toledo por ignorancia de la lengua. Cada vez que nos encontremos con equipos formados por dos personas en fas traducciones arabigo-latinas, debemos suponer que el traductor latino ignora la lengua original; es el caso de Gonsalvi-Salomon, trabajando en Burgos. En la abadfa de San Dionisio tenfamos tres personajes y dos lenguas: griego y latfn. Allf el intermediario era un personaje; aquf el punto de union es una lengua que esta dando sus primeros pasos. No busquemos manuscritos en los que pensemos encontrar las traducciones del arabe al romance. Ahora no, todavfa no. Es demasiado pronto. El autor del pr6logo del De Anima habla de «verba vulgariter proferente» y no de «verba vulgariter scripta». No encontraremos esas traducciones espafiolas que sirvieron de intermediarias entre el arabe y ellatfn. Se las llevo el viento nada 42 17 Yahiz enumera claramente las materias del quadrivium. 18 A. Badawi, La transmission de Ia philosophie grecque au monde arabe, Parfs, 1968, pp. 21-24, da Ia traducci6n francesa de todo el pasaje. Citado en J. Vemet, o.c., pp. 85-86. 19 A. Dfez Macho, Mose ibn 'Ezra como poeta y perceptista, Barcelona, 1953, pp. 14-15. 20 Cfi: G. Thery, Tolede grande ville de Ia Renaissance Medievale, Oran, 1944, pp. 40-43. 21· Cfi: J. Vernet, o.c., pp. 95-99. 22 Prefiero utilizar este nombre para el compafi.ero de Gundisalvo y noel de Juan de Toledo, Juan de Sevilla, Juan David ... 23 Cfi: M. Alonso, «Notas sabre los traductores toledanos Domingo Gundisalvo y Juan Hispano», Al-Andalus, 7 (1943), pp. 155-158; Ch. H. Haskins, The Renaissance of the Twelfth Century, Cambridge, Harvard U.P., 1971. 43 MARIANO BRASA DIEZ METODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO sabios. Esto es lo que decimos en cuanto se refiere a los libros de geometrfa, astronomfa, aritmetica y musica»P ᆱセqオ・@ ocurrira cuando se trate de libros de religion ode teologfa?». 18 Mose ben 'Ezra, un judfo granadino de mediados del siglo XII, planteandose este mismo problema, lo resuelve contando una anecdota: «Una vez, en los dfas de mi mocedad yen el pafs de mi nacimiento, preguntome uno de los mas distinguidos sabios musulmanes -era uno de mis amigos y bienhechores-, muy conocedor de su religion, que le recitara en lengua arabe los diez mandamientos. Yo comprendf su intencion, la cual no era otra que rebajar el modo de su expresion. Comprendiendolo asf, le rogue que me recitara la primera azora del Cordn en lengua latina -el podfa hablar esta lengua y la conocfa solidamente. Asf que dicho sabio musulman probo de traducir aquella azora al latfn; su expresion era rimy deficiente y desfiguro su belleza. Entonces comprendio el porque de mi respuesta y no reitero ya su peticion». 19 Despues de lo que acabamos de decir, no resulta facil adentramos en el mundo de la traduccion para obtener un texto en otra lengua. セcッュ@ arreglarselas para verter allatfn ellegado cultural arabe depositado en las bibliotecas toledanas? Hoy la tarea de traducir es y nos la imaginamos muy simple. Cualquiera de nosotros traduce un pasaje del frances, del ingles, del aleman ... y lo incorpora a una tesis, a un artfculo, a una conferencia... , lo citamos y nuestra mision ha terminado. Otra cosa distinta es cuando se trata de una obra entera. De todas las maneras es una maravilla de nuestros dfas que una sola persona pueda leer el texto en su lengua original y pueda transcribirlo, sin mas, en la lengua en que escribe. Puede servimos de prejuicio al imaginar las traducciones de los tiempos a los que nos estamos refiriendo, en los que era diffcil que se diesen juntos y en una misma persona esos elementos. セqオ・@ pasarfa, por ejemplo, si qui en sabfa arabe no sabfa leerlo o no sabfa latfn; si quien sabfa leery escribir latfn no sabfa arabe o no sabfa leerlo? El analisis crftico de las tempranas traducciones medievales, y hasta el testimonio mismo de los autores, nos revelan los personajes y las lenguas que solfan interponerse como intermediarios. Como un antecedente tfpico con que comparar lo que diremos de las traducciones toledanas, es conveniente describir, al menos en unos trazos, el procedimiento con el que se llev6 a cabo la traduccion del Corpus Dionisyacum varios siglos antes, en la epoca dtrolingia, cuando el Occidente tuvo un contacto effmero con el Oriente bizantino. En la abadfa de San Dionisio, donde se efectua la traduccion del Corpus Dionisyacum, eran tres los personajes que trabajaban en el mismo texto: uno lefa el texto griego, otro lo traducfa oralmente allatfn, y un tercero lo transcribfa allatfn. Los manuscritos griegos escritos en letra uncial, sin separaciones de palabras y casi ninguna puntuacion, dificultaban la lectura, de modo que no todos sabfan leerlos. Y, ademas, el lector estaba expuesto a muchos errores de lectura, como consta de hecho por las obras traducidas. Allado del lector del texto griego, estaba el oyente traductor allatfn, que efectuaba la traduccion de viva voz, cuya presencia la constatamos tambien por los errores, de tipo fonetico esta vez y que volvemos a encontrar en las obras traducidas. Pero no terminaba aquf toda la operacion. Habfa que transcribir y no todos estaban capacitados. Un monje, que serfa el oyente-copista, se encargaba de transcribir la traduccion latina que ofa. El copista puede entender mal, bien sea por mala pronunciacion del oyente-traductor, o bien sea por defecto de ofdo del propio oyente-copista. Nuevos errores venfan a sumarse a los anteriores. 20 Nos encontramos con un texto escrito en lengua griega que debe ser traducido y escrito en latfn. Tenemos dos lenguas. En esta labor intervienen tres personajes: lector en alta voz, traductor en alta voz y transcriptor de ofdo. Las posibilidades de errores son muchas. Pueden darse errores de lectura, de tipo fonetico, de traduccion, de ofdo, de transcripcion; sin entrar en los errores que podemos Hamar extemos de los que el traductor es completamente inocente. 21 El oyente de griego y ellocutor en latfn era la misma persona. Era el intermediario entre ellector de griego-locutor en griego y el oyente en latfn-escritor en latfn. Los extremos se unfan mediante una persona que se comunicaba con el conocedor del griego y con el de latfn. Serfa el traductor propiamente dicho porque el tercer personaje se limitaba a poner en latfn lo que el oyente en latfn le decfa. セcッュ@ se traducfa en Toledo? Una frase del prologo del Liber de Anima de Avicena -traducido por Ibn Daound-Gundisalvo- puede ayudamos a describir el mecanismo de las primeras traduciones toledanas: «[ ... ] Me, [habla Ibn Daound], verba vulgariter proferente, et Domino Archidiacono [referencia a Domingo Gundisalvo, arcediano de Segovia], singula in latinum convertente». Ibn Daound 22 y Gundisalvo tenfan que traducir allatfn un texto cuyo original estaba en arabe. Ibn Daound era un judfo converso que habfa vi vi do en territorio musulman yen la actualidad era castellano. Conocfa el arabe y la lengua romance, pero desconocfa ellatfn. Su compafiero Domingo Gundisalvo conocfa la lengua romance y ellatfn, pero desconocfa el arabe. El judfo converso lee el texto en arabe, lo traduce mentalmente al romance, dicta su traduccion al romance y llega hasta los ofdos de Gundisalvo, que lo traduce mentalmente al latfn y lo transcribe al latfn. 23 · El mecanismo de traduccion de Toledo es diferente del utilizado en la Alta Edad Media. En los dos casos hay pluralidad de agentes, pero los motivos son diferentes. En la Alta Edad Media por dificultad de lectura, en Toledo por ignorancia de la lengua. Cada vez que nos encontremos con equipos formados por dos personas en fas traducciones arabigo-latinas, debemos suponer que el traductor latino ignora la lengua original; es el caso de Gonsalvi-Salomon, trabajando en Burgos. En la abadfa de San Dionisio tenfamos tres personajes y dos lenguas: griego y latfn. Allf el intermediario era un personaje; aquf el punto de union es una lengua que esta dando sus primeros pasos. No busquemos manuscritos en los que pensemos encontrar las traducciones del arabe al romance. Ahora no, todavfa no. Es demasiado pronto. El autor del pr6logo del De Anima habla de «verba vulgariter proferente» y no de «verba vulgariter scripta». No encontraremos esas traducciones espafiolas que sirvieron de intermediarias entre el arabe y ellatfn. Se las llevo el viento nada 42 17 Yahiz enumera claramente las materias del quadrivium. 18 A. Badawi, La transmission de Ia philosophie grecque au monde arabe, Parfs, 1968, pp. 21-24, da Ia traducci6n francesa de todo el pasaje. Citado en J. Vemet, o.c., pp. 85-86. 19 A. Dfez Macho, Mose ibn 'Ezra como poeta y perceptista, Barcelona, 1953, pp. 14-15. 20 Cfi: G. Thery, Tolede grande ville de Ia Renaissance Medievale, Oran, 1944, pp. 40-43. 21· Cfi: J. Vernet, o.c., pp. 95-99. 22 Prefiero utilizar este nombre para el compafi.ero de Gundisalvo y noel de Juan de Toledo, Juan de Sevilla, Juan David ... 23 Cfi: M. Alonso, «Notas sabre los traductores toledanos Domingo Gundisalvo y Juan Hispano», Al-Andalus, 7 (1943), pp. 155-158; Ch. H. Haskins, The Renaissance of the Twelfth Century, Cambridge, Harvard U.P., 1971. 44 45 MARIANO BRASA DfEZ METODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO mas pronunciarlas Ibn Daound. Solo las recogio su oyente Domingo Gundisalvo que las transfiguro en sus escritos vestidas de latfn. Si en el caso del Corpus Dionisyacum no era facil destacar la funcion que cada personaje realizaba, ahora en Toledo es menos complicado. Aquf cada personaje tiene muy bien aprendido su papel y sabe sus limitaciones: el personaje primero Uudfo) es el lector en voz alta y el traductor oral. Tiene entre sus manos la obra en arabe. El segundo personaje (cristiano) es oyente y traductor mental. De su pluma saldra la obra en latfn. Los errores como en el caso anterior pueden ser muchos: posible error de lectura, inexactitud al traducir al romance, error de ofdo, inexactitud de traduccion allatfn, error de escritura... Aquf la traduccion a una lengua estaba subordinada ala traduccion de la otra. Las traducciones de este duo, Ibn Daound-Gundisalvo y su actitud versaron esencialmente, pero no exclusivamente, sobre las obras de Al-Kindi, Al-Farabi, Ibn Sina, Al-Gazali, Costa ben Luca, Ibn Gabirol. Todos estos autores pasan luego a engrosar el caudal de conocimientos en el siglo XIII. Estamos en la Universidad. Estos autores seran luego citados por los maestros universitarios gracias a la labor de unos hombres que se dedicaron a traducir allatfn ellegado cientffico y filos6fico del mundo arabe y del mundo griego. Este metodo de traduccion inaugurado por Ibn Daound-Gundisalvo persiste todavfa en el siglo XIII. En 1217 encontramos en Toledo a Miguel Escoto dedicado a la traduccion de obras arabes. Desconocedor de la lengua y de las ciencias de las que habla, segun el testimonio de Roger Bacon24 e ignorante de los libros de Aristoteles, segun Alberto Magno, 25 se hace ayudar en sus traducciones, de judfos conocedores del arabe y de la lengua dellugar en que viven. En la obra de Miguel Escoto encontramos el nombre de dos judfos, Abuteus y Andres, probablemente este es un judfo convertido, porque Andres no es nombre de judfo y judaizante. En 1230 y con Miguel Escoto aparece en Occidente la obra cientffica de Aristoteles con comentarios mas o menos valiosos. La obra de Arist6teles es magnffica, dice Roger Bacon, pero desgraciadamente las traducciones Ia deforman; y afi.ade el 'filosofo franciscano: «si tuviera poder las haria quemar». Hermann el Aleman firma Ia primera version latina del Comentario medio de Averroes sobre Ia Etica a Nic6maco de Aristoteles en 1240. Su campo de accion eran los textos aristotelicos mas desdefi.ados, la Ret6rica, Ia Poitica, las Eticas, la Polftica, y como respecto a estas obras los compendios arabes estaban mas extendidos o eran mas accesibles que el texto de Aristoteles, puso todo su empefio en estos compendios. 26 Desconoce el arabe como Gundisalvo y Escoto. Se hace rodear de expertos en Ia lengua arabe y romance, pero, a diferencia de Gundisalvo y Escoto, encuentra ayuda no entre los judfos, sino entre los musulmanes, verdaderos artifices de sus traducciones: «Sarracenos tenuit secum in Hispania [nos dice Roger Bacon], qui fuerunt in suis translationibus principales. Si hasta ahora hemos hablado de equipos formados por dos o mas individuos que tenfan un empefio comun, poner en latfn el original griego o arabe, a partir de ahora vamos a encontramos con un solo personaje que va a traducir directamente del arabe. Nose ha encontrado todavfa el personaje al que pudieramos Hamar colaborador de Gerardo de Cremona, y resulta diffcil imaginar que tantas traducciones puedan haber sido hechas por una sola persona. Natural de Cremona, Gerardo es el mas activo colaborador de la Escuela de Traductores de Toledo. Tradujo del arabe al latfn numerosas obras de filosofos, medicos, ffsicos, alquimistas, matematicos, astronomos y astrologos griegos y arabes. Aristoteles y sus comentaristas Alejandro de Afrodisia y Temistio son sus preferidos; pero tam bien Galeno, Arqufmides, Euclides y Tolomeo son estudiados por el italianoY A mediados del siglo XII encontramos en Toledo a Gerardo de Cremona. Poco posterior a Domingo Gundisalvo, coincide con el en Ia ciudad que habfa abierto las puertas a todos y a la que iban llegando los estudiosos del Occidente cristiano en busca del saber desconocido. El italiano inaugura un nuevo procedimiento de traduccion. No podemos encuadrarlo en ninguno de los grupos anteriores. Traduce solo, con lo cual queda suprimido uno de los personajes que intervenfan en el proceso de traduccion de Ibn Daound-Gundisalvo, asf como Ia lengua intermediaria. Traduce directamente del arabe, incluso obras ya traducidas por Ibn Daound-Gundisalvo. Gerardo es un arabista y busca el metodo directo en sus traducciones del arabe. Pero, ademas, es un helenista, y esto le lleva a centrar sus preferencias como traductor en obras de autores griegos que habfan sido traducidas siglos atras al arabe a traves del sirfaco. Hoy, a la luz de los manuscritos que conocemos y hacienda un analisis literario de sus obras, podemos llegar a una conclusion cierta: si el vocabulario de Gundisalvo proviene del romance, el vocabulario de Gerardo de Cremona proviene del arabe y del griego, y sera precisamente el griego el que deje su improrita en sus traducciones. En el caso de las traducciones de Ibn DaoundGundisalvo el romance era necesario para establecer el texto; en el de Gerardo de Cremona sera el griego el que establecera la palabra justa, la version latina perfecta. En la traduccion del De intellectu de Alejandro de Afrodisia, Gerardo tiene ante sus ojos la traduccion arabe hecha por Isaac ben Honein y el texto griego del propio Alejandro. Gerardo de Cremona aquf se sirve del texto griego para corregir y comprender el texto arabe y confrontar el texto griego con Ia traduccion arabe de Isaac ben Honein. 28 セeウエ。ュッ@ ante el «iniciador» de Iastraducciones crfticas? セd・@ que manera influyo el griego en las traducciones hechas por Gerardo de Cremona desde el arabe? L,Confrontando el texto arabe con el texto original griego? Si Gerardo tenfa el texto griego, parece como si le sobrara el texto arabe. El influjo del griego que aparece en las traducciones hechas por Gerardo de obras griegas vertidas al arabe, debemos explicarlo recurriendo a un esfuerzo del traductor en virtud del cual, y gracias a su conocimiento del griego, el arabe se le volvio transparente, y traspasandolo lograba, como por intuicion lingiifStica, una aproximacion con el texto original. 24 R. Bacon, Opus Maius, ed. S. Jebbs, Londres, 1733, pp. 36-37. 25 Albertus Magnus, Opera, t. II, p. 140: «[ ... ]sed Michael Scotus qui in rei veritate nescivit naturas, nee bene intellexit libros Aristotelis». 26 E. Renan, AveJToes et l'Averroisme; trad. esp., Madrid, Libros Hiperi6n, 1992, p. 152. 27 Cfi: W. Buchwald, A. Hohlweg y 0. Prinz, Dictionaire des auteurs grecs et latins de l'Antiquite et du Moyen Age, Brepols, 1991. 28 Cfi: G. Thery, o.c., pp. 49-50. 44 45 MARIANO BRASA DfEZ METODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO mas pronunciarlas Ibn Daound. Solo las recogio su oyente Domingo Gundisalvo que las transfiguro en sus escritos vestidas de latfn. Si en el caso del Corpus Dionisyacum no era facil destacar la funcion que cada personaje realizaba, ahora en Toledo es menos complicado. Aquf cada personaje tiene muy bien aprendido su papel y sabe sus limitaciones: el personaje primero Uudfo) es el lector en voz alta y el traductor oral. Tiene entre sus manos la obra en arabe. El segundo personaje (cristiano) es oyente y traductor mental. De su pluma saldra la obra en latfn. Los errores como en el caso anterior pueden ser muchos: posible error de lectura, inexactitud al traducir al romance, error de ofdo, inexactitud de traduccion allatfn, error de escritura... Aquf la traduccion a una lengua estaba subordinada ala traduccion de la otra. Las traducciones de este duo, Ibn Daound-Gundisalvo y su actitud versaron esencialmente, pero no exclusivamente, sobre las obras de Al-Kindi, Al-Farabi, Ibn Sina, Al-Gazali, Costa ben Luca, Ibn Gabirol. Todos estos autores pasan luego a engrosar el caudal de conocimientos en el siglo XIII. Estamos en la Universidad. Estos autores seran luego citados por los maestros universitarios gracias a la labor de unos hombres que se dedicaron a traducir allatfn ellegado cientffico y filos6fico del mundo arabe y del mundo griego. Este metodo de traduccion inaugurado por Ibn Daound-Gundisalvo persiste todavfa en el siglo XIII. En 1217 encontramos en Toledo a Miguel Escoto dedicado a la traduccion de obras arabes. Desconocedor de la lengua y de las ciencias de las que habla, segun el testimonio de Roger Bacon24 e ignorante de los libros de Aristoteles, segun Alberto Magno, 25 se hace ayudar en sus traducciones, de judfos conocedores del arabe y de la lengua dellugar en que viven. En la obra de Miguel Escoto encontramos el nombre de dos judfos, Abuteus y Andres, probablemente este es un judfo convertido, porque Andres no es nombre de judfo y judaizante. En 1230 y con Miguel Escoto aparece en Occidente la obra cientffica de Aristoteles con comentarios mas o menos valiosos. La obra de Arist6teles es magnffica, dice Roger Bacon, pero desgraciadamente las traducciones Ia deforman; y afi.ade el 'filosofo franciscano: «si tuviera poder las haria quemar». Hermann el Aleman firma Ia primera version latina del Comentario medio de Averroes sobre Ia Etica a Nic6maco de Aristoteles en 1240. Su campo de accion eran los textos aristotelicos mas desdefi.ados, la Ret6rica, Ia Poitica, las Eticas, la Polftica, y como respecto a estas obras los compendios arabes estaban mas extendidos o eran mas accesibles que el texto de Aristoteles, puso todo su empefio en estos compendios. 26 Desconoce el arabe como Gundisalvo y Escoto. Se hace rodear de expertos en Ia lengua arabe y romance, pero, a diferencia de Gundisalvo y Escoto, encuentra ayuda no entre los judfos, sino entre los musulmanes, verdaderos artifices de sus traducciones: «Sarracenos tenuit secum in Hispania [nos dice Roger Bacon], qui fuerunt in suis translationibus principales. Si hasta ahora hemos hablado de equipos formados por dos o mas individuos que tenfan un empefio comun, poner en latfn el original griego o arabe, a partir de ahora vamos a encontramos con un solo personaje que va a traducir directamente del arabe. Nose ha encontrado todavfa el personaje al que pudieramos Hamar colaborador de Gerardo de Cremona, y resulta diffcil imaginar que tantas traducciones puedan haber sido hechas por una sola persona. Natural de Cremona, Gerardo es el mas activo colaborador de la Escuela de Traductores de Toledo. Tradujo del arabe al latfn numerosas obras de filosofos, medicos, ffsicos, alquimistas, matematicos, astronomos y astrologos griegos y arabes. Aristoteles y sus comentaristas Alejandro de Afrodisia y Temistio son sus preferidos; pero tam bien Galeno, Arqufmides, Euclides y Tolomeo son estudiados por el italianoY A mediados del siglo XII encontramos en Toledo a Gerardo de Cremona. Poco posterior a Domingo Gundisalvo, coincide con el en Ia ciudad que habfa abierto las puertas a todos y a la que iban llegando los estudiosos del Occidente cristiano en busca del saber desconocido. El italiano inaugura un nuevo procedimiento de traduccion. No podemos encuadrarlo en ninguno de los grupos anteriores. Traduce solo, con lo cual queda suprimido uno de los personajes que intervenfan en el proceso de traduccion de Ibn Daound-Gundisalvo, asf como Ia lengua intermediaria. Traduce directamente del arabe, incluso obras ya traducidas por Ibn Daound-Gundisalvo. Gerardo es un arabista y busca el metodo directo en sus traducciones del arabe. Pero, ademas, es un helenista, y esto le lleva a centrar sus preferencias como traductor en obras de autores griegos que habfan sido traducidas siglos atras al arabe a traves del sirfaco. Hoy, a la luz de los manuscritos que conocemos y hacienda un analisis literario de sus obras, podemos llegar a una conclusion cierta: si el vocabulario de Gundisalvo proviene del romance, el vocabulario de Gerardo de Cremona proviene del arabe y del griego, y sera precisamente el griego el que deje su improrita en sus traducciones. En el caso de las traducciones de Ibn DaoundGundisalvo el romance era necesario para establecer el texto; en el de Gerardo de Cremona sera el griego el que establecera la palabra justa, la version latina perfecta. En la traduccion del De intellectu de Alejandro de Afrodisia, Gerardo tiene ante sus ojos la traduccion arabe hecha por Isaac ben Honein y el texto griego del propio Alejandro. Gerardo de Cremona aquf se sirve del texto griego para corregir y comprender el texto arabe y confrontar el texto griego con Ia traduccion arabe de Isaac ben Honein. 28 セeウエ。ュッ@ ante el «iniciador» de Iastraducciones crfticas? セd・@ que manera influyo el griego en las traducciones hechas por Gerardo de Cremona desde el arabe? L,Confrontando el texto arabe con el texto original griego? Si Gerardo tenfa el texto griego, parece como si le sobrara el texto arabe. El influjo del griego que aparece en las traducciones hechas por Gerardo de obras griegas vertidas al arabe, debemos explicarlo recurriendo a un esfuerzo del traductor en virtud del cual, y gracias a su conocimiento del griego, el arabe se le volvio transparente, y traspasandolo lograba, como por intuicion lingiifStica, una aproximacion con el texto original. 24 R. Bacon, Opus Maius, ed. S. Jebbs, Londres, 1733, pp. 36-37. 25 Albertus Magnus, Opera, t. II, p. 140: «[ ... ]sed Michael Scotus qui in rei veritate nescivit naturas, nee bene intellexit libros Aristotelis». 26 E. Renan, AveJToes et l'Averroisme; trad. esp., Madrid, Libros Hiperi6n, 1992, p. 152. 27 Cfi: W. Buchwald, A. Hohlweg y 0. Prinz, Dictionaire des auteurs grecs et latins de l'Antiquite et du Moyen Age, Brepols, 1991. 28 Cfi: G. Thery, o.c., pp. 49-50. 46 MARIANO BRASA DfEZ MErODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO El proceso en el caso de Gerardo de Cremona serfa el siguiente: Personaje cristiano, que es el lector mental del arabe, reconstructor mental del texto griego, traductor mental del texto arabe con influjo griego y transcriptor al latfn de lo traducido. Los errores posibles ahora disminuyen pero pueden darse errores de lectura, influjo del griego en la traduccion de lo lefdo en arabe y posible error de escritura ... Este metodo «crftico» utilizado por Gerardo de Cremona en sus traducciones sera continuado por Alfredo de Sareshel, Daniel de Morlay y Alejandro Neckam, tres ingleses que llegan hasta Toledo atrafdos por sus reservas culturales y cientfficas. Estamos en el siglo XIII y ahara ya tenemos redaccion romance o en idioma materno. En el siglo XII no podfa ser. Era demasiado pronto. El romance era solo lengua intermedia para llegar a un termino. Ahora ella misma es termino. Se redacta tambien en castellano. En un manuscrito del De judiciis astrologiae podemos leer: «Juda filius Masse [Juda ben Mose [... ] transtulit de Arabico in ydeoma maternum [... ]» por arden de Alfonso, rey de Castilla y Leon ... Unas lfneas despues dice: «[ ... ] Alvarus transtulit de ydeomate materna in latinum». Yen el manuscrito 3065 de la Biblioteca Nacional de Madrid y en castellano leemos lo que sigue: «[ ... ] Jhuda fi de Masse Alcohen su Alfaqui [... ] por mandata del antedicho nuestro senor[ ... ] traslatolo de lengua araviga en castellana» el Libra de los juicios de las estrellas (asf traduce el tftulo latina De judiciis astrologiae). Si es cierto que el rey Alfonso se servfa de colaboradores, tambien lo es que el propio rey participaba directamente en la direccion y redaccion de sus obras: 29 «el rey don Alfonso fue verdadero autor de la Historia General de Espmia, no ordenada solo de arden suya». 30 El rey estaba rodeado de eruditos, pero en nadie renunciaba a la hora del trabajo mas delicado, pues la seleccion de los libros «mas verdaderos o meiores», solo es suya, como suya es tambien la responsabilidad de «poner todas las fechas sefialadas». Yen otro Iugar leemos»: «el rey faze un libro, non porque escriba con sus manos [aunque tambien lo hizo, como hemos vista], mas porque compone las razones d'el, e las enmienda, e endreza, e muestra la manera como se deben fazer». 31 El rey Alfonso X el Sabia tuvo la preocupacion de estar cerca de sus colaboradores y fue caracterfstica suya, al decir de su sobrino D. Juan Manuel, el que Alfonso «avia muy gran espacio para estudiar en las materias de que querfa componer algunos libros, ca moraba en algunos lugares un afio e dos e mas, e aun, segunt dicen los que vivfan a la su merced, que fablavan con ellos que quenan, e cuando el querfa, e ausf avfa espacio d'estudiar en lo quel querfa fazer para sf mismo e avun para ver e determinar las cosas de los saberes quel mandaba ordenar a los maestris e a los sabios que trayan para esto en su corte». 32 A la hora de hablar de los trabajos y de las obras del rey Alfonso X, debemos distinguir dos perfodos: el primero irfa de 1250 a 1260 y el segundo de 1260 en adelante. En el primer perfodo se trabaja siguiendo el modelo ya clasico de las traducciones toledanas y, enlazando con elias, eso sf, redactando tambien en romance, como ya vimos en el Libra de los juicios de las estrellas yen 1256 en el Liber Picatrix: «Alphonsus X [... ] praecepit [... ] de aravico in hispanicum transferri»; y otro manuscrito especifica: «de arabico in hispanicum primum traductus postea in latinum conversus». En este primer perfodo de la escuela alfonsf y en un principia, las traducciones al «ideoma materna» muchas veces 'las harfa una sola persona, como es el caso de Juda ben Mose. Sucede lo mismo cuando Fernando de Toledo «traslado de aravigo en romance» ellibro de la Azafea. En este caso el Rey Sabia no quedo satisfecho de la traduccion y algunos afios despues recurre a los tradicionales equipos de dos que se usaban en Toledo. Encontramos equipos formados por Juda Mosca el Menor y el clerigo Garci Perez, que en 1250 traducen el Lapidario; Juday Guillermo o Guillen 4. LA CORTE DE ALFONSO X EL SABIO Roger Bacon expresaba en el siglo XIII el descredito que por entonces pesaba sabre la lengua latina como lengua cientffica. Lo escrito en latfn valfa muy poco, segun el franciscano ingles, y habfa que recurrir a elucubraciones redactadas en otras lenguas, «in linguis alienis», por sabios y paganos musulmanes. Entonces, (,por que no admitir la lengua materna como vehfculo de ciencia? En el siglo XIII, en Toledo y en otras ciudades espafiolas y europeas, se llego ala epoca fecunda de las traducciones arabigo-latinas, de las que el propio Bacon se beneficio de su literal traduccion y a menudo mallatfn. En el siglo XIII vamos a asistir a la secularizacion de la cultura, animada por la gran figura del rey Alfonso X el Sabia, que siente esta tendencia como una imperiosa necesidad. A las traducciones arabigo-latinas a traves de la lengua romance sucede la epoca de traducciones arabigo-espafiolas. Los traductores toledanos que componfan su obra en latfn van a traer como consecuencia natural los traductores alfonsfes, que compondran su obra tambien en romance. Antes el romance era lengua hablada, «vulgariter proferente», no escrita; ahara sera definitiva y aparecera escrita. La interdependencia de ambos equipos de traductores se observa en casas como el dellibro de alquimia atribuido a Hipocrates y traducido en 125.6 por arden del Rey Sabia. De esta obra tenemos tres manuscritos: dos de ellos en latfn, conseguidos mediante un texto intermedio en lengua romance, y otro en romance que prescinde ya del paso ulterior allatfn. 4.1 Traducciones alfonsies A Ia epoca del arzobispo Raimundo, en el siglo XII, sucede Ia epoca de Alfonso X el Sabia, en el siglo XIII. Con el Rey Sabio crece Ia labor de los traductores y va extendiendose por las ciudades ganadas a los musulmanes. Existfa un buen filon de codices que era necesario dar a conocer, y un buen pufiado de hombres capaces de hacerlo mediante Ia traduccion. Habfa que poner manos a la obra. El rey Alfonso X sabe dirigir y estimular. Se rodea de hombres competentes y reline en una empresa comun a judfos y musulmanes, conversos y cristianos. No existe discriminacion de raza o religion. El trabajo es el mismo y el fin tambien. Se traduce todo. Todo interesa. Si el equipo de Ibn Daound-Gundisalvo habfa traducido, sabre todo, obras filos6ficas de autores arabes y las habfa vertido allatfn sirviendose de la lengua romance como punta de enlace, Alfonso X y su equipo traduce, sabre todo, obras cientfficas y literarias. Tambien religiosas, como el Coran ... No desdefia la filosoffa y las versiones al castellano naciente de los traductores alfonsfes llegan a los tratados de matematicas, ffsica, medicina, astronomfa, filosoffa ... 47 29 Cft: A.G. Solalinde, «lntervenci6n de Alfonso en Ia redacci6n de sus obras», RFE, (1915). 30 Ibanez de Segovia, marques de Mondejar, Memorias hist6ricas del Rei D. Alonso, Madrid, 1777, p. 466. 31 M. Alvar, «Alfonso X; Ia polftica y Ia lengua», ABC, 4-IV-1984, p. 47. 32 Cr6nica abreviada, BNM, ms. 1356, fol. 24r.; Cft: R. Menendez-Pidal, «C6mo trabajaron las escuelas alfonsfes», Nueva Revista de Filologfa Hispanica (1951), 373. 46 MARIANO BRASA DfEZ MErODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO El proceso en el caso de Gerardo de Cremona serfa el siguiente: Personaje cristiano, que es el lector mental del arabe, reconstructor mental del texto griego, traductor mental del texto arabe con influjo griego y transcriptor al latfn de lo traducido. Los errores posibles ahora disminuyen pero pueden darse errores de lectura, influjo del griego en la traduccion de lo lefdo en arabe y posible error de escritura ... Este metodo «crftico» utilizado por Gerardo de Cremona en sus traducciones sera continuado por Alfredo de Sareshel, Daniel de Morlay y Alejandro Neckam, tres ingleses que llegan hasta Toledo atrafdos por sus reservas culturales y cientfficas. Estamos en el siglo XIII y ahara ya tenemos redaccion romance o en idioma materno. En el siglo XII no podfa ser. Era demasiado pronto. El romance era solo lengua intermedia para llegar a un termino. Ahora ella misma es termino. Se redacta tambien en castellano. En un manuscrito del De judiciis astrologiae podemos leer: «Juda filius Masse [Juda ben Mose [... ] transtulit de Arabico in ydeoma maternum [... ]» por arden de Alfonso, rey de Castilla y Leon ... Unas lfneas despues dice: «[ ... ] Alvarus transtulit de ydeomate materna in latinum». Yen el manuscrito 3065 de la Biblioteca Nacional de Madrid y en castellano leemos lo que sigue: «[ ... ] Jhuda fi de Masse Alcohen su Alfaqui [... ] por mandata del antedicho nuestro senor[ ... ] traslatolo de lengua araviga en castellana» el Libra de los juicios de las estrellas (asf traduce el tftulo latina De judiciis astrologiae). Si es cierto que el rey Alfonso se servfa de colaboradores, tambien lo es que el propio rey participaba directamente en la direccion y redaccion de sus obras: 29 «el rey don Alfonso fue verdadero autor de la Historia General de Espmia, no ordenada solo de arden suya». 30 El rey estaba rodeado de eruditos, pero en nadie renunciaba a la hora del trabajo mas delicado, pues la seleccion de los libros «mas verdaderos o meiores», solo es suya, como suya es tambien la responsabilidad de «poner todas las fechas sefialadas». Yen otro Iugar leemos»: «el rey faze un libro, non porque escriba con sus manos [aunque tambien lo hizo, como hemos vista], mas porque compone las razones d'el, e las enmienda, e endreza, e muestra la manera como se deben fazer». 31 El rey Alfonso X el Sabia tuvo la preocupacion de estar cerca de sus colaboradores y fue caracterfstica suya, al decir de su sobrino D. Juan Manuel, el que Alfonso «avia muy gran espacio para estudiar en las materias de que querfa componer algunos libros, ca moraba en algunos lugares un afio e dos e mas, e aun, segunt dicen los que vivfan a la su merced, que fablavan con ellos que quenan, e cuando el querfa, e ausf avfa espacio d'estudiar en lo quel querfa fazer para sf mismo e avun para ver e determinar las cosas de los saberes quel mandaba ordenar a los maestris e a los sabios que trayan para esto en su corte». 32 A la hora de hablar de los trabajos y de las obras del rey Alfonso X, debemos distinguir dos perfodos: el primero irfa de 1250 a 1260 y el segundo de 1260 en adelante. En el primer perfodo se trabaja siguiendo el modelo ya clasico de las traducciones toledanas y, enlazando con elias, eso sf, redactando tambien en romance, como ya vimos en el Libra de los juicios de las estrellas yen 1256 en el Liber Picatrix: «Alphonsus X [... ] praecepit [... ] de aravico in hispanicum transferri»; y otro manuscrito especifica: «de arabico in hispanicum primum traductus postea in latinum conversus». En este primer perfodo de la escuela alfonsf y en un principia, las traducciones al «ideoma materna» muchas veces 'las harfa una sola persona, como es el caso de Juda ben Mose. Sucede lo mismo cuando Fernando de Toledo «traslado de aravigo en romance» ellibro de la Azafea. En este caso el Rey Sabia no quedo satisfecho de la traduccion y algunos afios despues recurre a los tradicionales equipos de dos que se usaban en Toledo. Encontramos equipos formados por Juda Mosca el Menor y el clerigo Garci Perez, que en 1250 traducen el Lapidario; Juday Guillermo o Guillen 4. LA CORTE DE ALFONSO X EL SABIO Roger Bacon expresaba en el siglo XIII el descredito que por entonces pesaba sabre la lengua latina como lengua cientffica. Lo escrito en latfn valfa muy poco, segun el franciscano ingles, y habfa que recurrir a elucubraciones redactadas en otras lenguas, «in linguis alienis», por sabios y paganos musulmanes. Entonces, (,por que no admitir la lengua materna como vehfculo de ciencia? En el siglo XIII, en Toledo y en otras ciudades espafiolas y europeas, se llego ala epoca fecunda de las traducciones arabigo-latinas, de las que el propio Bacon se beneficio de su literal traduccion y a menudo mallatfn. En el siglo XIII vamos a asistir a la secularizacion de la cultura, animada por la gran figura del rey Alfonso X el Sabia, que siente esta tendencia como una imperiosa necesidad. A las traducciones arabigo-latinas a traves de la lengua romance sucede la epoca de traducciones arabigo-espafiolas. Los traductores toledanos que componfan su obra en latfn van a traer como consecuencia natural los traductores alfonsfes, que compondran su obra tambien en romance. Antes el romance era lengua hablada, «vulgariter proferente», no escrita; ahara sera definitiva y aparecera escrita. La interdependencia de ambos equipos de traductores se observa en casas como el dellibro de alquimia atribuido a Hipocrates y traducido en 125.6 por arden del Rey Sabia. De esta obra tenemos tres manuscritos: dos de ellos en latfn, conseguidos mediante un texto intermedio en lengua romance, y otro en romance que prescinde ya del paso ulterior allatfn. 4.1 Traducciones alfonsies A Ia epoca del arzobispo Raimundo, en el siglo XII, sucede Ia epoca de Alfonso X el Sabia, en el siglo XIII. Con el Rey Sabio crece Ia labor de los traductores y va extendiendose por las ciudades ganadas a los musulmanes. Existfa un buen filon de codices que era necesario dar a conocer, y un buen pufiado de hombres capaces de hacerlo mediante Ia traduccion. Habfa que poner manos a la obra. El rey Alfonso X sabe dirigir y estimular. Se rodea de hombres competentes y reline en una empresa comun a judfos y musulmanes, conversos y cristianos. No existe discriminacion de raza o religion. El trabajo es el mismo y el fin tambien. Se traduce todo. Todo interesa. Si el equipo de Ibn Daound-Gundisalvo habfa traducido, sabre todo, obras filos6ficas de autores arabes y las habfa vertido allatfn sirviendose de la lengua romance como punta de enlace, Alfonso X y su equipo traduce, sabre todo, obras cientfficas y literarias. Tambien religiosas, como el Coran ... No desdefia la filosoffa y las versiones al castellano naciente de los traductores alfonsfes llegan a los tratados de matematicas, ffsica, medicina, astronomfa, filosoffa ... 47 29 Cft: A.G. Solalinde, «lntervenci6n de Alfonso en Ia redacci6n de sus obras», RFE, (1915). 30 Ibanez de Segovia, marques de Mondejar, Memorias hist6ricas del Rei D. Alonso, Madrid, 1777, p. 466. 31 M. Alvar, «Alfonso X; Ia polftica y Ia lengua», ABC, 4-IV-1984, p. 47. 32 Cr6nica abreviada, BNM, ms. 1356, fol. 24r.; Cft: R. Menendez-Pidal, «C6mo trabajaron las escuelas alfonsfes», Nueva Revista de Filologfa Hispanica (1951), 373. 49 MARIANO BRAS A DfEZ METODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO Arrem6n en 1256 traducen el Libra de ochava esfera yen 1259 el mismo Juday Juan Daspa hacen lo propio con el Libra de las Cruces y con el de la Alcora. En el perfodo anterior a 1260 hombres como Juda ben Mose o Abraham, que tienen como propias las lenguas orientales, se unen formando pareja de trabajo a los Garci Perez, Arrem6n, Daspa o Bemaldo que tienen el castellano como lengua propia. El segundo perfodo alfonsf es diferente. Ahora vemos mas un caracter creador. El rey Alfonso ya no. se contenta s6lo con dirigir y patrocinar traducciones. Hay que hacer acopio de material para trabajar sobre la Historia y las Cr6nicas. Nada se inventa. Todo tiene que tener una explicaci6n; por eso y para eso podemos leer en el pr6logo a la Cr6nica General: «[ ... ] nos don Alfonso [... ] mandamos ayuntar cuantos libros pudimos aver de historias». 33 Despues viene la relaci6n del material: «[ ... ] escogf dellos los mas verdaderos y los meiores que y sope, e fiz ende fazer este libro». 34 Este segundo perfodo es igualmente el perfodo de las obras originales y personales del rey, las Cantigas, las Cr6nicas, y tambien el perfodo de las obras originales de sus colaboradores hechas por encargo del mismo rey: el maestro Roldan escribe en 1276 Tafurerfas y el maestro Rabizag en 1277 Quadrante. Ademas, las obras que se habfan traducido antes no podfan quedar en estado bruto; habfa que dividirlas, seccionarlas, capitularlas ... y de esto se encargaba otro colaborador del Rey Sabio, Juan de Mesina, que capitulara el Libro de las Cruces «segunt es uso de lo fazer». ra musulmana, precisamente en el momenta en el que comenzaba su eclipse de manera definitiva. Fruto del trabajo de este equipo son las traducciones castellanas de obras cientfficas cuyos originales arabes se han perdido y, tambien, la traducci6n de obras arabes al romance y despues allatfn, como ya hemos visto. Una vez admitido el hecho de la fidelidad al fondo del original traducido, vamos a detenemos ahora en el grado de literalismo con que se efectua la traducci6n. Era diffcil para los traductores de la corte de Alfonso X el Sabio verter al castellano, que comenzaba a hacer sus pinitos como lengua, otra lengua tan preparada y educada cientfficamente como el arabe, que tenfa ya su terminologfa tecnica para cada disciplina. Los traductores judfos conocedores del arabe, lengua semita como el hebreo, conocfan tambien el fondo lexicografico del arabe. Era analogo al hebreo. Habfa que trabajar sobre una obra escrita no en lengua «materna», aunque analoga a ella, y verter a otra lengua que tampoco era la «materna» y, en este caso, ni siquiera era analoga. El traductor judfo se vio obligado a poner en circulaci6n un lexico cientffico adecuado a las circunstancias. セqオ・@ sucede? Pues que, al desconocer las reglas dellatfn clasico, introduce en sus traducciones una serie de palabras de origen arabe y emplea un sistema de derivaci6n a espaldas dellatfn. El caracter semftico del original sobre el que trabaja y el original semftico del traductor quedan plasmados en la obra que produce. 36 Todo este literalismo extremado y estas influencias de la lengua de los traductores judfos que rodeaban al Rey Sabio, son prueba del espfritu de estricta y servil fidelidad con que trataban sus fuentes arabigas. Su labor fue positiva y trascendente. Facilita el manejo directo de toda clase de fuentes y generaliza el desarrollo cultural, no s6lo en la corte de Alfonso X el Sabio, sino tambien en los vecinos pafses de Europa. Hasta allf llegan las obras en castellano que van a verse traducidas en otras lenguas. ·Las Tabulae Alphonsi fueron muchas veces impresas, desde la edici6n de Venecia en 1483 hasta lade Leipzig en 1580. Los cientfficos las manejaban y el mismo Copemico en 1500 trabaja sobre las Tabulae alphonsinae y las anota de su puno y letra. El renacimiento cultural que se pruduce en la Europa del siglo XII hace tambien acto de presencia en Espana, y, si los traductores toledanos, patrocinados por un arzobispo borgones, llevan sus obras filos6ficas y cientfficas en su latfn «barbara» a la universidad del siglo XIII, los traductores alfonsfes, impulsados por el rey de Castilla y Le6n, D. Alfonso, siguieron el ejemplo de los toledanos y, contemporaneos de la universidad, en epoca de profunda afan de saber, que se extiende por todas partes en la segunda mitad del siglo XIII, llevan sus obras cientfficas en castellano «semitizado» a los cientfficos que comienzan a preguntarse por una ciencia diferente, por la ciencia de las estrellas, por <<saber la anchura dell orient del sol et de su occident, et otrossf de los orientes de las otras estrellas, et de son occidentes, per la linna circular». 48 4.2. Literalismo de las traducciones alfonsies En el siglo pasado A. Jourdain puso de manifiesto el valor que las traducciones arabigo-latinas suponfan para el estudio de la cultura medieval. A partir de entonces fue creciendo el estudio de esas traducciones, a la vez que se examinaban detenidamente y cada vez con mas profundidad, y la importancia que representaban para el conocimiento del pensamiento filos6fico y cientffico de la Edad Media fue en aumento. Es verdad que en las traducciones impera un literalismo servil, un estilo incorrecto y barbara, pero no podemos negar que elliteralismo es el fruto de un espfritu de fidelidad escrupulosa. Hoy pueden parecernos esas traducciones confusas y barbaras, a veces ininteligibles, como parecieron a Alberto Magno, a Tomas de Aquino o aRoger Bacon, pero el traductor expresa, casi siempre, plenamente lo que qui ere decir. 35 Por lo que se refiere a los traductores de la corte de Alfonso X el Sabio, tenemos que decir que procuraban traducir los originales arabes con un grado de fidelidad verdaderamente admirable. Ya sabemos que estos traductores cortesanos representan el ultimo, pero el mas eficaz y fecundo eslab6n de aquella cadena que habfa comenzado en Toledo hacfa un siglo. Si en el XII la curiosidad cientffica y el mecenazgo cultural era ejercido por prelados como el borgones D. Raimundo, ahora, en el siglo XIII, la curiosidad cientffica, el mecenazgo e incluso el propio trabajo estan personificados de manera brillante por el mismo Rey Sabio. La labor de traducci6n del arabe al naciente castellano esta representada por el grupo judfo en el que destacan los nombres ya citados de Rabf Zag, Juda ben Mose, Don Abraham el Alfaqf... Este grupo judfo habfa sido educado en la tradici6n cultural de la Espana musulmana y, al traducir al castellano las obras arabes, salva restos de la cultu- 33 34 35 Cr6nica General, ed. R. Menendez-Pidal, p. 4. Grandee general estoria, ed. A.G. Solalinde, p. 3. H.A. Wolfson, Crescas' Critique of Aristotle, Cambridge, 1929, cap. I y notas. Mmiano Brasa Dfez Departamento de Filosoffa Universidad Aut6noma de Madrid Ctra. de Colmenar Viejo E-28049 MADRID 36 Cft: J.M." Millas Vallicrosa, «Elliteralismo de los traductores de Ia corte de Aifonso el Sabio», Al-Andalus (1933), pp. !55-187. 49 MARIANO BRAS A DfEZ METODOS Y CUESTIONES FILOSOFICAS EN LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO Arrem6n en 1256 traducen el Libra de ochava esfera yen 1259 el mismo Juday Juan Daspa hacen lo propio con el Libra de las Cruces y con el de la Alcora. En el perfodo anterior a 1260 hombres como Juda ben Mose o Abraham, que tienen como propias las lenguas orientales, se unen formando pareja de trabajo a los Garci Perez, Arrem6n, Daspa o Bemaldo que tienen el castellano como lengua propia. El segundo perfodo alfonsf es diferente. Ahora vemos mas un caracter creador. El rey Alfonso ya no. se contenta s6lo con dirigir y patrocinar traducciones. Hay que hacer acopio de material para trabajar sobre la Historia y las Cr6nicas. Nada se inventa. Todo tiene que tener una explicaci6n; por eso y para eso podemos leer en el pr6logo a la Cr6nica General: «[ ... ] nos don Alfonso [... ] mandamos ayuntar cuantos libros pudimos aver de historias». 33 Despues viene la relaci6n del material: «[ ... ] escogf dellos los mas verdaderos y los meiores que y sope, e fiz ende fazer este libro». 34 Este segundo perfodo es igualmente el perfodo de las obras originales y personales del rey, las Cantigas, las Cr6nicas, y tambien el perfodo de las obras originales de sus colaboradores hechas por encargo del mismo rey: el maestro Roldan escribe en 1276 Tafurerfas y el maestro Rabizag en 1277 Quadrante. Ademas, las obras que se habfan traducido antes no podfan quedar en estado bruto; habfa que dividirlas, seccionarlas, capitularlas ... y de esto se encargaba otro colaborador del Rey Sabio, Juan de Mesina, que capitulara el Libro de las Cruces «segunt es uso de lo fazer». ra musulmana, precisamente en el momenta en el que comenzaba su eclipse de manera definitiva. Fruto del trabajo de este equipo son las traducciones castellanas de obras cientfficas cuyos originales arabes se han perdido y, tambien, la traducci6n de obras arabes al romance y despues allatfn, como ya hemos visto. Una vez admitido el hecho de la fidelidad al fondo del original traducido, vamos a detenemos ahora en el grado de literalismo con que se efectua la traducci6n. Era diffcil para los traductores de la corte de Alfonso X el Sabio verter al castellano, que comenzaba a hacer sus pinitos como lengua, otra lengua tan preparada y educada cientfficamente como el arabe, que tenfa ya su terminologfa tecnica para cada disciplina. Los traductores judfos conocedores del arabe, lengua semita como el hebreo, conocfan tambien el fondo lexicografico del arabe. Era analogo al hebreo. Habfa que trabajar sobre una obra escrita no en lengua «materna», aunque analoga a ella, y verter a otra lengua que tampoco era la «materna» y, en este caso, ni siquiera era analoga. El traductor judfo se vio obligado a poner en circulaci6n un lexico cientffico adecuado a las circunstancias. セqオ・@ sucede? Pues que, al desconocer las reglas dellatfn clasico, introduce en sus traducciones una serie de palabras de origen arabe y emplea un sistema de derivaci6n a espaldas dellatfn. El caracter semftico del original sobre el que trabaja y el original semftico del traductor quedan plasmados en la obra que produce. 36 Todo este literalismo extremado y estas influencias de la lengua de los traductores judfos que rodeaban al Rey Sabio, son prueba del espfritu de estricta y servil fidelidad con que trataban sus fuentes arabigas. Su labor fue positiva y trascendente. Facilita el manejo directo de toda clase de fuentes y generaliza el desarrollo cultural, no s6lo en la corte de Alfonso X el Sabio, sino tambien en los vecinos pafses de Europa. Hasta allf llegan las obras en castellano que van a verse traducidas en otras lenguas. ·Las Tabulae Alphonsi fueron muchas veces impresas, desde la edici6n de Venecia en 1483 hasta lade Leipzig en 1580. Los cientfficos las manejaban y el mismo Copemico en 1500 trabaja sobre las Tabulae alphonsinae y las anota de su puno y letra. El renacimiento cultural que se pruduce en la Europa del siglo XII hace tambien acto de presencia en Espana, y, si los traductores toledanos, patrocinados por un arzobispo borgones, llevan sus obras filos6ficas y cientfficas en su latfn «barbara» a la universidad del siglo XIII, los traductores alfonsfes, impulsados por el rey de Castilla y Le6n, D. Alfonso, siguieron el ejemplo de los toledanos y, contemporaneos de la universidad, en epoca de profunda afan de saber, que se extiende por todas partes en la segunda mitad del siglo XIII, llevan sus obras cientfficas en castellano «semitizado» a los cientfficos que comienzan a preguntarse por una ciencia diferente, por la ciencia de las estrellas, por <<saber la anchura dell orient del sol et de su occident, et otrossf de los orientes de las otras estrellas, et de son occidentes, per la linna circular». 48 4.2. Literalismo de las traducciones alfonsies En el siglo pasado A. Jourdain puso de manifiesto el valor que las traducciones arabigo-latinas suponfan para el estudio de la cultura medieval. A partir de entonces fue creciendo el estudio de esas traducciones, a la vez que se examinaban detenidamente y cada vez con mas profundidad, y la importancia que representaban para el conocimiento del pensamiento filos6fico y cientffico de la Edad Media fue en aumento. Es verdad que en las traducciones impera un literalismo servil, un estilo incorrecto y barbara, pero no podemos negar que elliteralismo es el fruto de un espfritu de fidelidad escrupulosa. Hoy pueden parecernos esas traducciones confusas y barbaras, a veces ininteligibles, como parecieron a Alberto Magno, a Tomas de Aquino o aRoger Bacon, pero el traductor expresa, casi siempre, plenamente lo que qui ere decir. 35 Por lo que se refiere a los traductores de la corte de Alfonso X el Sabio, tenemos que decir que procuraban traducir los originales arabes con un grado de fidelidad verdaderamente admirable. Ya sabemos que estos traductores cortesanos representan el ultimo, pero el mas eficaz y fecundo eslab6n de aquella cadena que habfa comenzado en Toledo hacfa un siglo. Si en el XII la curiosidad cientffica y el mecenazgo cultural era ejercido por prelados como el borgones D. Raimundo, ahora, en el siglo XIII, la curiosidad cientffica, el mecenazgo e incluso el propio trabajo estan personificados de manera brillante por el mismo Rey Sabio. La labor de traducci6n del arabe al naciente castellano esta representada por el grupo judfo en el que destacan los nombres ya citados de Rabf Zag, Juda ben Mose, Don Abraham el Alfaqf... Este grupo judfo habfa sido educado en la tradici6n cultural de la Espana musulmana y, al traducir al castellano las obras arabes, salva restos de la cultu- 33 34 35 Cr6nica General, ed. R. Menendez-Pidal, p. 4. Grandee general estoria, ed. A.G. Solalinde, p. 3. H.A. Wolfson, Crescas' Critique of Aristotle, Cambridge, 1929, cap. I y notas. Mmiano Brasa Dfez Departamento de Filosoffa Universidad Aut6noma de Madrid Ctra. de Colmenar Viejo E-28049 MADRID 36 Cft: J.M." Millas Vallicrosa, «Elliteralismo de los traductores de Ia corte de Aifonso el Sabio», Al-Andalus (1933), pp. !55-187.