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1 Thomas Montgomery, Medieval Spanish Epic. Mythic Roots and Ritual Language, The Pennsylvania State University Press, University Park (Pennsylvania), 1998, ISBN 0-271-017384, 176 págs. Este estudio del profesor norteamericano Th. Montgomery se divide en dos secciones. La primera, subtitulada "Mito", aborda el análisis de la épica medieval española desde un punto de vista poco usual en la tradición crítica española, a saber, como manifestación del mito de origen indoeuropeo de la maduración o "iniciación" del joven héroe. El mito, propio de una sociedad guerrera, se caracteriza por exigir al joven aspirante a héroe el triunfo en la batalla y la muerte de su(s) adversarios como paso previo a su integración en la cumbre social. Los elementos narrativos que acompañan a la presentación narrativa usual del mito son la furia del héroe, previa o posterior a la lucha a muerte, el sueño anterior a la batalla, la confrontación con lo femenino, acompañada del acto ritual de vestir al héroe y de la promesa de matrimonio o concubinato, el baño o inmersión del héroe y la venganza sobre mujeres del adversario. En opinión de Montgomery, la tradición española podría derivar de la versión romana del mito, pero sus analogías más cercanas se encuentran en la tradición celta. Después de presentar el mito según la versión irlandesa que figura en la saga Táin Bó Cúailnge y según el francés Roman de Tristan, Montgomery estudia todas las manifestaciones narrativas de la épica hispánica (los Siete Infantes de Lara, las Mocedades de Rodrigo, el Poema del Cid, el Mainete, e incluso la Leyenda de la condesa traidora), además de la Chanson de Roland, rastreando los trazos análogos, que se manifiestan de forma explícita en los Infantes de Lara, el joven Rodrigo, Carlos Mainete, e invertidos en el Poema del Cid, aplicados a los anti-héroes, los infantes de Carrión. La tradición hispánica destaca por la excepcional importancia que concede a uno de los elementos del mito, el de la confrontación sexual. La segunda sección del libro, subtitulada "Poética", está dedicada a hacer explícitos los rasgos lingüísticos y estilísticos que demuestran la función ritual de la épica. La idea fundamental de esta sección es la de que tanto las alocuciones del juglar a su audiencia como las de los personajes entre sí están gobernadas por un comportamiento ritual, y que tanto el lenguaje como el contenido de los poemas épicos, y en particular, del Poema del Cid, responden a la persistencia de una mentalidad mítica. Centrando su análisis casi exclusivamente en el Poema del Cid, Montgomery pasa revista a todos los aspectos que considera exponentes formales del mito, que juzga pruebas de su carácter ritual. Así, por ejemplo, la técnica empleada por el juglar para introducir el discurso directo sigue un patrón regularmente ejecutado: primero el narrador presenta al personaje que hablará acompañado de un verbum dicendi, un verbo de movimiento, de percepción, de sentimiento o de acción ceremonial; a continuación ese personaje se dirige por su nombre a otro, objeto de su alocución, siempre caracterizado por un epíteto. Idéntico carácter ritual atribuye a la continua mención en el Poema de los lugares en que se sitúan la acción o los 1 personajes. También encuentra que forma parte de una actividad ritual la identificación del juglar con los personajes heroicos cuando los representa en sus parlamentos: "En el Poema del Cid el juglar y sus héroes hablan con intenciones análogas: para capturar y mantener la atención de los oyentes, sean la audiencia o los que escuchan dentro del poema, para vincularlos emocionalmente y desarrollar conseso... La asimilación funciona en ambas direcciones: los caracteres heroicos, para ser admirables, deben ser hablantes consumados" (p. 97). En consecuencia analiza los modos y tiempos verbales empleados en el Poema por el juglar y por los personajes para dirigir la narración, atrayendo el interés y atrapando emocionalmente a los espectadores, dentro y fuera del poema. La repetición de cadenas fónicas, de estructuras sintácticas, de hechos conocidos, forma también parte de ese comportamiento ritual, así como el manejo abrumador de la sintaxis paratáctica. Para finalizar, Montgomery observa que sólo la frontera y la lucha a muerte son los dos elementos comunes a todas las narraciones épicas examinadas. Aunque la idea de que la épica, francesa o española, es poesía de frontera tiene hoy bastante difusión, aquí se defiende que ello está relacionado con un aspecto mítico, la necesidad de unidad de los grupos para su supervivencia, física y espiritual, y que se ejercita obviamente mejor en oposición y en conflicto con los otros. Aunque sugerente en su planteamiento, este libro me parece demasiado ambicioso para los resultados finalmente ofrecidos. Hubiera sido de desear un análisis mucho más amplio de textos épicos, englobando más culturas indoeuropeas. Al faltar ese apoyo, parece que los trazos de analogía manejados son explicaciones ad hoc carentes del suficiente peso contrastivo. La sección titulada "Poética" del Poema del Cid, aunque conducida por el timón interesante del paralelismo entre la audiencia interior y exterior del poema, no hace sino insistir en procedimientos formulaicos de sobra conocidos en la crítica cidiana. Inés Fernández-Ordóñez Universidad Autónoma de Madrid