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s ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID, POEMA EHISTORIA (12-16 DE JULIO, 1999) COORDINADOR: ⦅NMセ@ CÉSAR BERNÁNDEZ ALONSO .. セN⦅@ _._---Mセ . AYUNTAMIENTO DE BURGOS, 2000 , LUIS MARTÍNEZ GARCÍA ,, / : Moradillo de Sedano • Quintanaloma • LA BATALLA DE TÉVAR /;MAYA • VilIanueva de Puerta / Hormicedo • / Cemillos セゥ@ La Nuez de Arrib Fuencivil • ') pセGjᄀ@ • • Icedo • Boada • Villahemando • Melgosa ALBERTO MONTANER FRUTOS YaI.IWl.Ia • • I ) -.,. Espinosa VILLADIEGO ( l。nオ・コ、セッ@ Manciles • •f sッュ。ョ」ゥャセ@ ( --.;.eras • Para Cruz, burgalesa de pro. • ?) ::s Grajera e Morales e. e. セ@ Quintanaortul'i / Quintanilla > . Vivar Rodrigo Díaz de Vivar, como es bien sabido, sufrió su segundo destierro en el otoño de 1089, a causa de su fallido auxilio al rey Alfonso, que acudía a defender la avanzada murciana de Aledo contra las tropas almorávides (Menéndez Pidal 1969: 363-71, Fletcher 1989: 163-65, Martínez Díez 1999: 191-202). Esta segunda expatriación de Rodrigo le llevó a replantearse como una actividad personal la campaña levantina que venía desarrollando al servicio de la política del monarca castellano. Yudego • bia • Cayuela : Mazuelo • VilIahizán de Muñó • • • Santa Cecilia • Valdecaflas.de Abajo • ,,- ' MAヲセ Fue en el marco de esta en . nueva situación , el que se produjo la batalla entre el ejército del conde de Barcelona y de su aliado y dependiente el rey hu dí de Lérida, de un lado, y las tropas comandadas por el Campeador, de otro. El dominio del Levante exigía enfrentarse a dos reyes de taifas, el de Lérida, al que pertenecía Denia, y el de Valencia. A su vez, esto implicaba atentar contra los intereses de los señores cristianos que ejercían sobre ellos sus respectivos protectorados: el conde Berengue-r --Ramón II de Barcelona respecto de Mungir de Lérida 1 y el rey Alfonso VI de Cas- Río Arlanza Espinosa: MO o villa íntegra I La Historia Roderici lo denomina Alfagib o Alfagit, es decir, All).agib o el Chambelán, intitulación usual de los reyes de taifas, designación que las crónicas alfonsíes deforman en (A)venalha(n)ge, que correspondería a Ibn All).agg, nombre no documentado entre los monarcas hudíes. 2 Para el período en que Rodrigo Díaz había estado al servicio de Almusta'jn y, en general, de los reyes hudíes de Zaragoza, véase Turk (1978) y ahora Montaner (1998). . _ _ _ _ _Mazuelo.:..villa.con_divislL Mapa del señorío de Rodrigo Díaz, el Cid, según la Carta de Arras. [352] ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA I l. tilla respecto de Alqadir de Valencia. Dado que el Campeador optó por controlar primero la zona de Denia (1089-1090), Mungir solicitó el auxilio del conde barcelonés e intentó atraerse además al rey Sancho Ramírez de Aragón y al conde Armengol de Urgel, que rechaz;¡ii:bn la alianza, así como a Alfonso VI y al monarca hu dí de Zaragoza, su sobrino Almusta'In. El primero, aunque se enttevistó con Mungir y Berenguer, rehusó finalmente entrar en la coalición, pese a que el Cid lesionaba sus intereses en Valencia. Almusta 'In, en cambio, se unió a su tío el rey de Lérida, pero luego se lo pensó mejor, quizá porque conocía bien las habilidades bélicas de quien había sido antiguo capitán suy02, y después de que el ejército coaligado se reuniese en Calamocha, dio aviso a Rodrigo de lo que se le avecinaba y se retiró prudentemente a Monzón. El ejército leridano y barcelonés, comandado por el propio Berenguer Ramón II y sus principales capitanes (Dios dado Bernal, Giraldo Alemán, Ramón Mirón y Ricardo Guillén), se PUs-() en marcha en busca del Campeador y sus hombres. ¿ [353] ALBERTO MONTANER FRUTOS El Cid, en inferioridad numérica, procuró que al menos el terreno le fuese favorable y para ello se entró por las fragosas tierras del Maestrazgo. Así 10 refiere la Historia Roderici, la principal fuente biográfica sobre el guerrero castellano, la cual ofrece un topónimo que no ha podido ser identificado: Mox Rodericus recessit de Burriana et ascendit in montana de Morella. Ibi enim erat cibari<e> multa copia et habundantia, peccora quoque innumerabilia et copiosa. Berengarius comes uero Barcinonensis, inito cum Alfagib consilio, ab eo quidem maxima iam accepta peccunia, statim <cum> inmensum exercitum egressus est de Barcinona et peruenit in partibus Cesarauguste. In Calamosca uero in terris- de Albarrazin meta tus est castra sua. [ ... ] In illo tempore Rodericus morabatur in montanis in lo.co, qui dicitur Iber, ibique ei nuntium rex Almuzahen misit, qui ei cum eo comitem Barci<no>nensem pugnare omino paratum fuisse nuntiauit. [... ] . Berengarius ergo comes cum ingenti exercitu suo per montana usque ad proximum locum, ubi Rodericus erat, peruenit et tentoría sua parum procul iuxta Roderici fixit 3 • El iugar montañoso denominado Iber (lección concorde de los dos manuscritos latinos de la Historia Roderici) debía de encontrarse en las' cercanías de Morella. Esto se deduce de la indicación previa de que Rodrigo se había trasladado desde Burriana hasta las montañas en que se enclava dicha localidad, donde no tenía problemas para conseguir alimentos y donde, puede añadirse, era fácil encontrar resguardos naturales entre las quebradas y angosturas del terreno. Por otro lado, concuerda también con el hecho de que el ejército coaligado del rey de Lérida y del conde de Barcelona pudiese llegar hasta el campamento de Rodrigo procedente de Calamocha, pues desde esa zona y en dirección este, entrando por el valle del río Martín, se puede acceder sin excesivas dificultades a la zona del Maestrazgo en la que se enclava Morella (d. García Pérez 1988: 128-30). La cuestión es que en esa comarca no se conoce ningún Iber. Lamentablemente, las crónicas alfonsíes que LA BATALLA DE TÉVAR emplean la biografía latina del Cid no resultan aquí de ayuda, pues omiten el nombre del lugar en que acampó el Cid, limitándose a describirlo como «unos valles entre unas sierras,queavié y, et la entrada de aquel lugar era muy estrecha»4. D,ado que la supresión de topónimos no es un ra'sgo habitual del proceder de los cronistas, que aceptan a menudo versiones de los mismos indudablemente deturpadas, no es probable que en este caso les hubiese planteado ninguna dificultad conservarlo, pese a no resultar identificable; si bien cabe la posibilidad de que la versión de la Historia Roderici de la que se valió el taller alfonsí diera tan evidentes muestras de corrupción textual que, curándose en salud, sus adaptadores eliminasen por completo la referencia. Sin apurar, pues, el argumentum ex silentio, esta situación parece corroborar la anomalía en la transmisión del topónimo Iber. nombre para el lugar en que el conde de Barcelona y Rodrigo Díaz entablaron batalla en 1090. Una de ellos es elLinage de Rodric Díaz, § 20: Et pues se conbatió en Tévar con el conpte de Bar<;;alona, qui avía grandes poderes, et venciólo Roic Díaz, et desbaratólo, et prísol' grant compayna de caveros et de ricos ombres; et por grant bondat que avió Mon Cid, soltólos todos. El otro es el Cantar de mio Cid, vv. 967-72: Grandes son los poderes e apriessa llegándose van, entre moros e cristianos gentes se le allegan grandes, Adeliñan tras mio Cid, el bueno de Bivar, tres días e dos noches pensaron de andar, alcan<;;aron a mio Cíd en Tévar e el pinar; así viene esfor<;;ado el conde que a manos se le cuidó tomar. En su traducción de la Historia Roderici, Falque (1983: 357) identifica el desconocido paraje con Herbés, localidad castellonense situada a unos quince kilómetros al nornordeste de Morella y casi en el límite de las actuales provincias de Castellón y Terueh-.La situación de dicho lugar casa con los datos proporcionados por la fuente latina y además responde a la descripción de las crónicas alfonsíes, pues se halla situada en un profundo barranco por el que corre el arroyo de igual nombre y está rodeado de elevados montes, cuya cima forma la Sierra de la Mola. Cabría, pues, suponer que la lección original de la Historia Roderici fuese un Herberus o "(H)erbis más o menos latinizado, y que, perdida la hache inicial, se hubiese producido una metátesis favorecida por la identificación con el nombre latino del Ebro, evidente lectio facilior. La hipótesis sería extremadamente probable si no fuera por dos datos. Por un lado, que del relato tanto de la biografía latina como de las érónicas castellanas se deduce claramente que el combate se desarrolla en terreno despoblado y no en un"Xill1e donde se hallase enclavada una localidad cualquiera y menos un castrum, como 10 era Herbés, según la documentación que cito más abajo. Por otro, que hay dos fuentes que suministran un mismo Primera Crónica General Crónica de Veinte Reyes Crónica Particular del Cid Dichas estas razones ayuntaron grandes poderes el conde et Abenalhage de moros et cristianos, et fueron empós el <;id III días et tres noches quanto más [ayna add. F] pudieron, et alcan<;;áronle en el pinar de Tovar [E, en Tovar del Pinar F]; et assí vinién esfor<;;ados que a manos se le cuedaron tomar. El conde e Ven Alhange ayuntaron enton<;;es grandes poderes de christianos e de moros. Fueron enpós el <;id e alcan<;;áronle en Tovar de Pinar [codd., Pinar del Tovar L], e asy yvan esfor<;;ados contra él que"!' cuydaron tomar a manos. E estonces juntáronse él e Benalfange e grandes compañas de cristianos e de moros, e fueron enpós el Cid a más andar tres días e tres noches. E alcan<;;áronle en Tobal del Pinal, e ansí venían enfor<;;ados que se cuydavan tomarlo a manos. de Dada la extremada cercanía de estas crónicas a su fuente poética, está claro que se trata de una mera lectio facilior de la versión prosificada intermedia, habida cuenta de que Tovar セ@ Tobar es un nombre común, 'cantera de toba, tipo de piedra caliza', y un topónimo conocido en Castilla (llevado, entre otras locali- dades menores, por una villa burgalesa y por un lugar conquense)6. Probablemente se debe al influjo de la Crónica Particular del Cid (y quizá de la Crónica General editada por Ocampo) el que Zurita, aunque sigue el texto del Linage o uno muy próximo, adopte en sus Anales la forma con 0 7: 5 Primera Crónica General, c. 893, p. 562b (= ms. E2 , ff. 171v-172r; ms. F, ff. 41r-v), Crónica de Veinte Reyes, lib. X, c. XVIII, p. 210a (= ms. J, f. 76v; ms. N, f. 121r), Crónica Particular del Cid, c. ClV, f. 33r; ed. Dyer (1995: 63, 82 y 100). Sobre layrosjficación del Cantar que está en la base de las crónicas alfonsíes, véanse Smith (1987) y, con más detalle, Dyer (1995: 4-5, 27-29, 197-202 y 210-212). Rubio (1972: 13-18) e, independientemente, Ubieto (1973: 95-97) han propuesto 6 Basándose en la lección 」イッョ■ウエゥセM[@ identificar el paraje citado en el Cantar con la rambla de Povar, a unos 25 Km al este de Montalbán (prov. de Teruel). Esta posibilidad resulta inviable, dadas la coincidencia en el topónimo del Cantar y el Linage, la indicación expresa de la Historia Roderici de que el lugar estaba en las montañas de Morella y la expedición a Alcañiz que se realiza desde ese lugar (Cantar, v. 936), dado que la localidad bajoaragonesa es fácilmente accesible desde la zona del Maestrazgo correspondiente a Tévar, pero no desde la rambla de Povar. 7 Linage, § 20; Zurita, Anales, lib. 1, cap. XXII (en vol. 1, p. 81). Lo que va en cursiva es una adición de la segunda edición revisada por el cronista (1585). 3 Historia Roderici, § 37. Hago todas las citas por la excelente edición de Emma Falque (1990), aunque remitiré cuando sea'oIJoituno 'na edICloncre:rvrenenaeulclaIlnc1u!cla- ・ョウオesー。￱イcゥjtEYZi■LMPGV]WQャセ@ ---- -------- 4 Primera Crónica General, c. 893, p. 562b (= ms. E" ff. 196r-v); similar en Crónica de Veinte Reyes, lib. X, c. XLV, p. 225a (= ms. J, fe 88r; ms. N, f. 140r) y en Crónica Particular del Cid, c. CUY, f. 49r. En todas las citas de textos medievales regularizo el uso de i/j, u/v, de las consonantes dobles y de las mayúsculas, puntúo y acentúo. [354] Este mismo relato se encuentra en la prosificación cronística del Cantar, pues se da la inusual circunstancia de que la segunda batalla entre Rodrigo Díaz y el conde de Barcelona se narra dos veces en la historiografía alfonsí, por una parte al tratar de las primeras acciones independientes del Campeador en tierras levantinas (situadas erróneamente en 1087), que sigue a grandes rasgos la Historia Roderici y a la que corresponden los pasajes consignados en la nota 4; por otra, al referir una supuesta incursión del Cid, aún al servicio de los reyes hudíes de Zaragoza, en tierras de Alcañiz, para la cual se sigue la fuente épica. En este segundo episodio (que los cronistas sitúan en el año 1068), las diversas crónicas alfonsíes ofrecen una variante común que sin duda corresponde a la lección de la versión prosificada del Cantar que está en la base de todas las referencias al mismo en dichas obras5 : ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA j d' [355] l' , LA BATALLA DE TÉVAR ALBERTO MONTANER FRUTOS Linage Anales Et pues se conbatió en Tévar con el conpte de Bar<;:alona, qui avía grandes poderes, et venciólo Roic Díaz, et desbaratólo, et prísol' grant compayna de caveros et de ricos ombres; et por grant bondat que avió Mon Cid, soltólos todos. En la historia del arzobispo de Toledo solamente se hace mención de la prisión del rey don Pedro; y en las nuestras que fue vencido el Cid por el rey don Sancho en la batalla de Morella. En una relación muy antigua de los sucesos y hazañas del Cid, ninguna mención se hace que fuesen presos en batalla el rey don Pedro ni el conde de Barcelona; aunque allí se refiere que se combatió en Tovar con el conde de Barcelona que había grandes poderes y lo había burlado de su palabra y lo desbarató Ruy Díaz y lo venció, y le prendió gran compañía de caballeros y ricos hombres, mas por la muy gran bondad que en él había los soltó a todos. Así que dificultosamente se pueden concordar estos autores en hechos de que no se tiene otra memoria sino la que ellos nos han dejado. Y conócese notoriamente qúe el vulgo fue siempre añadiendo a sus hechos muy señalados cosas que fuesen de admiración en sus cantares. La cosa no tendría mayor importancia si no fuese porque Piccus (1971) ha creído que las indicaciones de Zurita (loe. cit.) sobre sus fuentes revelaban el conocimiento directo de una versión del Cantar distinta del conservado, ló que podría tener repercusiones sobre el asunto aquí estudiado. Ahora bien, las diferencias que Piccus advierte entre los Anales yel poema épico se deben a que Zurita, como se ve, no sigue dicho texto, sino el Linage. En cuanto a la versión de éste que conoció el cronista aragonés, pudo ser una de las incluidas en los apéndices del Fuero General de Navarra (las corónicas de Ubieto 1989), presen,tes en varios códices del mismo, o bien la redacción completa del Liber Regum al que dicho Linage pertenece (d. Martin 1992: 82). Hay que recordar, a este propósito, que la fuente del Liber Regum 1 es el Codex Villarensis (Zaragoza, Biblioteca de la Universidad, ms. 225), llamado así por su propietario, el jurisconsulto aragonés Miguel Martínez del Villar (1560-1625), lo que asegura que en fechas no muy posteriores a la muerte de Zurita dicho texto se encontraba en Aragón; si bien esta versión incluye sólo el linaje del Cid, no su biografía completa. Por otro lado, la alusión de Zurita al vulgo y «sus cantares» no se refiere al texto previamente citado, sino que es una reflexión en general. Es más, el cronista opone claramente ahí a la sucinta versión ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA Martin había advertido también estas coincidencias, aunque su planteamiento es algo distinto. Tras haber constatado que numerosos aspectos «rapprochent le Lignage de l'Historia et non du Poeme du Cid», señala que: Lignage et Po eme, pourtant, ne sont pas sans rapport. Sur la datation de la mort du Cid, Historia et Lignage divergent: la premiere donne juillet 1099, le second mai 1094. Le Poeme du Cid ne donne pas l'année, mais la date religieuse: le dimanche de Pentecote ( «dia de r;inquaesma»). En 1094 (comme en 1099) il tombait en mai. VHistoria situe l'affrontement de Rodrigue et du comte de Barcelona a Iber, le Lignage, comme le Poeme, a Tévar. Ici ou la, Lignage et Poeme se font écho dans leur forme: le «fu mesturado con el rey» du Lignage fait songer aux «malos mestureros» dont se plaint Chimene au vers 267 du Po eme; «Et pues se conbatio en teuar con el compte de barr;alona qui auia grandes poderes ... » rapelle, dans le meme theme narratif, le vers 967 du Poeme: «Grandes son los poderes e a priessa se van legando»; «Plegáronse grandes poderes daca mar (et d'ayllent mar)>> évoque, dans le récit de la rescousse almoravide de Valance, le vers 1639: «Venidom es delicio de tierras d'alent mar». Mais qui influe sur qui?l1 tomada del Linage las otras amplificadas que transmiten las crónicas 8, y son ésas las que, implícitamente, considera contaminadas por el desarrollo legendario de los «cantares», que seguramente no conocía más que por las referencias de las crónicas o ya en forma de romances. En cuanto a la coincidencia entre e}..Linage y el Cantar, para calibrar su valor es necesario establecer las relaciones que se establecen entre las distintas fuentes analizadas. Por una parte, el Linage muestra una clara dependencia de la Historia Roderici, que ha quedado firmemente establecida por Martín (1992: 46-82 y 1993: 189-90)9, al comprobar que casi todas las noticias del texto navarro proceden de la biografía latina, con las siguientes correspondencias eptre ambos: L 3-10 = HR 2, L 11-12 =,HR 3-4, L 14-15 y 17 = HR 11, L 20 =HR 40-4.1, L 21-22 =HR 75 y 77, y L 23 = HR 610. Respecto de las posibles huellas del Cantar, Ri<;o avanzó algunas indicaciones en HQYセSZ@ 312), y ha realizado las siguientes consideraciones en (1993: XXXI): La piececilla [= el Linaje] se aparta media docena de veces de su laconismo habitual para engalanarse con fraseología de raigambre épica e incluso con retazos ceicamsimos a la de nuestro poema [= el Cantar]: «fu mesturado con el rey et yssiós de su tierra», pongamos, a un paso de 8 La «historia de los hechos del Cid,> que cita Zurita (ibidem, p. 80) es la Crónica Particular, mientras que las referencias a «la historia del arzobispo Toledano» ya «las nuestras» remiten respectivamente a Rodrigo Ximénez de Rada, De rebus Hispaniae, lib. VI, C. XXVIII, pp. 212-13, Y a la Crónica de San Juan de la Peña, c. 17, p. 37. YcヲNMエ。ュZ「■・ョjvQッゥtHイSVPTセ -- ------ --- - Mセ --- -------10 Los §§1-2 del Linage son originales y tienen misión introductora; los §§ 13 Y 16 proceden de la Crónica Najerense, III, 30 Y43 (Martin 1992: 55, 59-60 Y 67-68), Ylos §§ 21-22, aunque basados en la Historia, son además probables deudores de las tradiciones de Cardeña entorno al Cid (Montaner 1993: 604-5 y 682). [356] «por malos mestureros de tierra sodes echado» (v. 267), o bien «se combatió en Tévar con el cante de Bar<;:alona, que avía grandes poderes», tan próximo (y no sólo en la forma) a «grandes son los poderes e apriessallegándose van ... , / alcan<;:aron a Mio Cid en Tévar e el Pinar» (vv. 967,971). La filtración de tal lenguaje en tan sucinta obrita a duras penas puede significar sino que a su redactor le bailaban en la cabeza las tiradas del Cantar del Cid. Dejando a un lado la cuestión toponímica aquí discutida, quedan dos aspectos: la fecha de la muerte del Cid y los posibles ecos (en la dirección que sea) entre el Linage y el Cantar: L 18 - CMC 267, L 20 - CMC 967 y L 21 - CMC 1639. El primer punto no abona en realidad la existencia de ningún tipo de relación entre la genealogía navarra y el poema castellano (vid. Montaner 1993: 68081). La fecha que proporciona el Linage no puede proceder sin más del Cantar, porque éste omite el año. Cabría pensar en una fusión del mes deducible de la fuente épica (dado que la pascua de Pentecostés cae usualmente en mayo) 12 con el año de la biografía latina, suponiendo un yerro de copia «Era M! ca XXX. aIP» (Linage, § 43) < «in era M.aca XXX. aVIP» (Historia, § 75). Ahora bien, ¿por qué habría aceptado el texto navarro el año y no el mes de la fuente que sigue constantemente?, y puestos a hacerlo, ¿por qué no mantener la prestigiosa fiesta de Pentecostés, en lugar de dejar únicamente el mes? Por otra parte, éste es el mismo que transmiten las crónicas alfonsíes: «en la era de milI et CXXXII años, en XV días andados del mes de mayo» según la Primera Crónica General (c. 954, p. 636a), que coincide también con el año del Linage, y «en la era de milI e c;;iento e treynta e siete años [... ] en el mes de mayo» según la Crónica de Veinte Reyes (lib. X, c. LXXXIV, p. 243b), cuyo año concuerda con la Historia Rodirici, con la que en cambio coincide en el mes la Crónica Particular del Cid: «en la era de mill e ciento etiéynta e seys años: a diez días de julio» (c. CCLXXX, f. 94v). Menéndez Pidal (1908-1911: 578) consideró que la fecha cronística deriva de la que ofrece el Cantar, por la misma equivalencia aproximada entre Pentecostés y mayo ya señalada. Sin embargo, la coincidencia con el Linage frente a la Historia Roderici no deja de ser significativa, habida cuenta de que ninguno de estos textos hace referencia a la señalada fiesta en que el Cantar sitúa la muerte de su héroe. A este respecto, resulta más probable que el poeta épico haya pensado en una fecha especialmente solemne a partir de la creencia de que el Cid había fallecido en mayo13, que una trivialización de la misma a manos, independien- Martin (1992: 105), similar en (1993: 189-90). Las fechas extremas de esta fiesta móvil (que se celebra el quincuagésimo día tras la Pascua de Resurrección, de ahí la denominación de cinquaesma que usa el Cantar, v. 3727) son ellO de mayo (Pentecoste prima) y el 13 de junio (Pentecoste ultima). La fiesta cayó en concreto el día 28 de mayo en 1094 y el día 29 del mismo mes en 1099 (vid. Cappelli 1988: 72, 74 Y121). 13 Precisión que realza literariamente la figura del Campeador, al situar su muerte en una festividad especialmente soャ・ュョセ@ como han subrayado Garci-Gómez (1977: 229) y Burke (1991: 123 y QVTセUIZ@ Recuérdese a este propósito la 、ゥウーッセ@ sición del Fuero Juzgo, n, 1,10: «El día de domingo ningún omne non deve seer lamado en pleyto, ca todos los pleytos deven seer pasados por la reverencia del día. Ningún omne non lame a otro en aquel día a juyzio por ningún pleyto ni por ninguna debda pagar. Hy en los días de Pasqua otrosí defendemos que ningún pleyto non sea tenido fasta xv dias, V1I días ante de la fiesta e VII depués de la fiesta. Otrosí mandamos guardar el día de Nabidad de Nuestro Señor, y el día de Circuncisión, y el día de Aparición, y el día de Ascensión, y el día de Cinquaesma, cada uno en su día». Y compárese el siguiente pasaje de la Crónica de Veinte Reyes: «Esta doña Sancha nunca quiso casar e fuesse para tierra de ultramar e estudo en el Espital sirviendo a Dios por su alma, tanto fasta que Dios quiso dar lunbre de suyo en una lánpara d'ella por la fiesta de <::inquasma por mano de sus ángeles, e esto fue cosa verdadera» (lib. X, c. lV, p. 203a). 11 12 ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA [357] 1 LA BATALLA DE TÉVAR ALBERTO MONTANER FRUTOS temente, de los cronistas alfonsíes y del redactor del Linage. 1978: 71-112, Catalán 1992:93-119 y 146-48). Dado que dicha Estoria no parece poder remontarse más allá de mediad-os del siglo XIII, es muy improbable que el Linage se base en ella. Sin embargo, la fuente principal de dicha biografía en su parte final eran las noticias y leyendas cardeñenses, de modo que es a éstas a las que debemos hacer remontar la noticia de que el Cid falleció en el mes de mayo y probablemente también la de la era M." c. a xxx. a VII.", que (aparte de ser la auténtica)14 es la única que justifica (por supresión de una V o una 1) las demás dataciones transmitidas. De este modo, tanto el Linage como las crónicas alfonsíes derivarían bastante fielmente en este punto de la tradición (oral o escrita) de Cardeña, si bien las segundas a través de la Estoria del Cid, mientras que el Cantar adaptaría esa misma información en la forma vista 15. La cuestión es, entonces, de dónde procedía esa noticia. La clave la ofrece la Crónica de Veinte Reyes, cuando justifica la abbreviatio de su relato en lo concerniente a las postrimerías del héroe: «porque en la su estoria se contiene de cómmo murió e lo que acahes<;;ió a la su muerte, por esso non los pusimos aquí, por no enbargar esta estoria» (lib. X, cap. LXXXN, p. 243b). Habida cuenta de que la Historia Roderici es tan parca como dicha crónica en el relato de la muerte del héroe, esta referencia sólo puede aludir a la perdida biografía cidiana que la Primera Crónica General identifica como <<la Estoria de este noble varón el <::id Ruy Díaz el Campeador, señor que fue de Valen<;;ia» (c. 961, p. 642b). Esta Estoria del Cid era un texto procedente del monasterio de San Pedro de Cardeña que ofrecía una vida del Campeador repleta de elementos legendarios, que se hacía especial eco de las tradiciones cardeñenses relacionadas con la tumba del Cid (Russell Huiusmodi praua et inuida suggestione rex inuste commotus et iratus eiecit eum de regno suo. Pues lo ytó de tierra el rey don Alfonso a Rodic Díaz a tuerto, así que non lo mereció, 9 Quamplures tam propinqui quam extranei causa inuidie de falsis et non ueris rebus iIlum apud regem accusauerunt que fu mesturado con el rey 12 Ille autem de regno CasteIle exiens ... et yssiós de su tierra 37 In iIlo tempore Rodericus morabatur in montanis in loco, qui dicitur Iber Et pues se conbatió en Tevar Berengarius ergo comes cum ingenti exercitu suo per montana usque ad proximum locum, ubi Rodericus erat, peruenit con el conpte de Ban;:alona, qui avía grandes poderes, Facta est ita que uictoria semper laudanda et memoranda {in manu} Roderici super comitem Berengarium et super exercitum eius. eundem comitem ceperunt et captum cum V fere milia suis in prelio illo captis <ad> Rodericum perduxerunt. Rodericus uero quosdam [... ] atque alios quam pIures et innumerabiles nobilissimos una cum eodem comite teneri et sub custodia peruigili haberi atque retrudi precepit. omnem redemptio- bitatores audierunt relatione uera quod Moabite cum ingenti exercitu Iuzepf in auxilium eorum ad succurrendum et liberandum de dominio Roderici proculdubio ueniebant. [... ] Interea igitur Moabi:tarum eis ad succurrendum {s}celeri cursu perueniens ad Valentiam se appropiauit. La duda es, entonces, si el historiador navarro pudo haber traducido dichas expresiones en la forma concordante con el Cantar de modo independiente o si las coincidencias sólo pueden explicarse por las reminiscencias del poema épiC0 16 . Empezando por el final, se advierte que el enunciado del Linage «grandes poderes d'acá mar e del mar»17 apenas guarda semejanza con cualquier expresión del Cantar. Éste (como otras fuentes) usa a veces la expresión «allén(t) (parte del) mar» (sólo parcialmente coincidente con la del texto navarro) para referirse al Magrib, pero nunca en frases comparables con ésta: 18 Las nuevas de mio Cid, sabet, sonando van; miedo an en Valencia, que non saben qué se faro Sonando van sus nuevas allent parte del mar. (vv. 1154-56) Dezirvos quiero nuevas de aIlent partes del mar, de aquel rey Yúcef que en Marruecos está. (vv. 1620-21) et venciólo Roic Díaz, et desbaratólo, Venido m'es delicio de tierras d'aIlent mar, entraré en las armas, non lo podré dexar. 20 (vv. 1639-40) BLセGNZ@ 20 Plegáronse grandes poderes d'acá mar e del mar, e venieron conquerir a Valen<;:ia, que tenía mo [n] <;id <;;ercada 21 59-60 Transito igitur mense augusto, Valentie ha- Nセ@ -¡Acá torna, Bucar! Venist d'aIlent mar, verte as con el Cid, el de la barba grant. et prísol' grant compayna de caveros et de ricos ombres; (vv.24Q9-10) Mató a Búcar, al rey de aIlén mar (v. 2425) Por otro lado, los «grandes poderes» del § 21 del Linage parecen depender de las expresiones de la Historia Roderici «cum ingenti exercitu» (§ 59) y «Ad Iuzeph [... ] litteras suas continuo miserunt, in quibus, ut cum inmenso exercitu ad Valentiam uenirent et de manu Roderici et de eius imperio eosdem liberarent [... ]» (§ 57), pero no puede proceder del Cantar. Éste nunca セューャ・。@ esa expresión en la parte relativa a Valencia. De hecho, sólo la usa en dos ocasiones, la del verso 967, ya visto, y la del verso 669, referido a las tropas de Fáriz y Galve: «grandes son los poderes por con ellos lidiar». Dejando a parte que el episodio del Linage no corresponde a ninguno del Cantar (que pospone todos los ataques almorávides a la conquista de Valencia)18, resulta bastante obvio que aquí no hay ningún eco textual o fraseológico del mismo. I Ésta conclusión debilita la coincidencia entre el verso 967 y el § 20 del texto navarro, pues la independencia de ambas fuentes en punto a' dicha expresión permite suponer que el Linage ha traducido así por su cuenta, sin una imprescindible evocación del Cantar, las expresiones del § 20 de la Historia Roderici «cum inmensum exercitum egressus est de Barcinona», «cum maximo exercitu peruenit ad Calamoxam» y «Berengarius ergo comes cum ingenti exercitu 16 Cabe la posibilidad, sugerida tácitamente por Martin (1992: 105), de que sea el Linage el que influyó sobre el Cantar, pero resulta (de entrada) una hipótesis menos económica que la contraria, comenzando por la diferencia en la localización de la batalla en defensa de Valencia contra los almorávides. 17 Nótese, por cierto, que la parte e del mar la transmite uno sólo de los seis manuscritos que contienen el Linage. 18 Sobre este punto véase lo dicho en las notas 10 y 15. 14 Menéndez Pidal (1969: 576-78), Fletcher (1989: 197), Martínez Díez (1999: 393-97). _u -GtRusseH-(-1-9-78:-9-9-)-y-Buggan-(-1-9-8-9:-6-1-): rZ・ウー」エッ、h[ゥョ。ァセ@ téngase-en-cuenta -queJos· da tono brela ba taHa-del Cid contra los almorávides durante el cerco de Valencia, aunque parcialmente coincidentes con la Historia Roderici ofrecen noticias de otra procedencia, que tampoco coinciden con las del Cantar y que con bastante seo-uridad remontan a l:s tradiciones difundidas desde Cardeña (Montaner 1993: 604-5). " [358] etiam et por grant bondat que avió Mon Cid, soltólos todos. nem eisdem dimisit. e J) CUIIl itaque Rodericus hec uideret, habito apud se suo consilio, pietatis intuitu motus non solum eos ad terram suam libero s abire permfsit, オ・イセ@ , Linage 11 40 41 En cuanto a las similitudes fraseológicas entre el Linage y el Cantar, es preciso observar que ninguna de ellas impide partir de la Historia Roderici como fuente de aquél: Historia Roderici Linage Historia Roderici ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA C'- d [359] ALBERTO MONTANER FRUTOS LA BATALLA DE TÉVAR suo [... ] peruenit», semejantes a las empleadas para referirse al ejército del emperador almorávide YÜsuf. Las crónicas alfonsíes traducen así también independientemente la Historia Roderici, por ejemplo en el inicio del § 22, que reza en el texto latino (subrayo): Primera Crónica General Abenalhange, quando sopo que el <;id allí labrava, pesól' mucho, et envió dezir al rey don Pedro de Aragón que se ayudassen amos contra'l <;id. El rey don Pedro de Aragón, pues que sopo como Roy Díaz <;id le entrara assí por la tierra, llegó grand hueste, et entr'ell et Abenalhange fueron contra él con muy grandes poderes; et la primera noche albergaron en la ribera del Ebro. Rex autem Alfagib, cum hoé audisset, ilico re-' gem Sanctium Aragonensem conuenit et de Roderico maximam アセ・イゥュッョ。@ fecit. [... ] Congregauit igitur exercitum suum et sua castra metati sunt ambo iuxta flumen Yberum. y que las crónicas vierten así (subrayo):19 Crónica de Veinte Reyes Crónica Particular del Cid E Ven Alhange, quando lo supo, pesóle mucho e enbió dezir al rey don Pedro de Aragón que"!' viniese ayudar contra el <;id. El rey don Pedro, quando supo que el <;id le entrara ansy en la tierra, allegó grand hueste e fueron [contra add. él e Ven Alhange contra él con muy grandes poderes, e albergaron en ribera de Ebro. E Abenalfange, quando lo supo, pesóle mucho e embió dezir al rey don Pedro de Aragón que le veniese ayudar contra el Cid. E el rey de Aragón, con el gran pesar que havía que le entrara el Cid por su tierra, allegó grandes huestes, e fueron el e Benalfange contra el Cid con grandes poderes, e alvergaron esa noche ribera de Ebro. Esto se debe a que se trataba de una frase hecha, bastante común en la lengua mec[ieval, presente treinta y cinco veces en el corpus de ADMYTE. He aquí algunos pasajes representativos" sobre todo respecto del § 21 del Linage: El rey don Pedro tova Huesca \;ercada, et venieron y grandes podres de moros a labataylla. Et el cante don García de n£ァ・イセ@ con eyllos. (Linage de los reyes de España, § 6, ed Ubieto 1988: 29) Otrosy quando los moros supieron que yo non los queria [N non querían obedes\;er, ayuntaron grandes poderes de allén la mar e de aquén la mar e vinieron sobre mí n (Crónica de Veinte Reyes, lib. IX, C.III, p. 98b = ms. J, f. 9v; ms. N, f. 13r) Cuenta la estoria que en aquell tienpo reynava en África el miramamolín U, amiramomelín N] que avía nonbre Yu\;af Mazabid. Éste, con grand brío, pasó la mar con grandes poderes e vino a España. (Crónica de Veinte Reyes, lib. XIII, C.XXIV, p. 279b = ms. J, f. 120v; ms. N, f. 189r) Cantar, el empleo de mesturado al referir el destierro del Cid podría, en cambio, atestiguarla, dado que las Crónicas alfonsíe's usan mezclar al verter los pasajes correspondientes de la Historia Roderici: n Et por esto que oydes que avié fecho el Cid, ovieron muchos envidia déll, et queriénle mal, et mezcláronle con el rey como agora contaremos. [... ] Quando esto sopo el rey don Alfonso, pesó!' mucho; et los ricos omnes que eran con éll, aviendo muy grand envidia al <;id, trabajáronse de mezclarle otra vez con el rey don Alfons0 23 . Sin embargo, este apoyo es sólo aparente, porque en realidad lo que demuestra es que tanto los traductores alfonsíes como el redactor del Linage asociaron independientemente los términos «accusauerunt» e «inuida suggestione» con el mismo campo léxico-semántico, dado que tanto la raíz etimológica como los sentidos básico y translaticio de mezclar y mesturar son los mismos (vid. Corominas y Pascual 1980-1991: IV,9b-10a). En definitiva, estamos ante una correspondencia trivial, dado el extenso uso de mesturar 'calumniar' y mesturero "calumniador' en contextos semejantes al del caso cidian0 24 . Así lo garantiza el uso de los romanceadores bíblicos, que emplean n:zesturero para verter voces como las latinas susurr(i)o, criminator o detractor, o la hebrea nirgam. A los ejemplos aducidos por Menéndez Pidal (1908-1911: 757) puede aña、ゥイウセ@ el de una glosa en las Morales de Ovidio:, «en el Levítico diez e nueve: "Non seas mesturero en los pueblos" »25, que traduce «noh eris criminator et susurro in populis» (Lv '19, 16) o los siguientes de la Biblia romanceada del ms. Esc. 1-1-4: El rey Abenyu\;af traya muy grandes poderes de gentes e él non tenía sinon pocos [... ] el rey don Alfonso estando en Belcayre, lu§p.r que es \;erca del río del Ruédano, sopo cómmo pasara Abenyu\;af aquende la mar con grandes poderes de gentes e que mataron al an;:obispo don Sancho e a don Nuñ020. E luego que la flota de los christianos fue perdida, passó el rey Almoha\;én de Marruecos en España con muy grandes poderes, ca dizen que eran sesenta milI cavalleros e dozientos mili omnes de pie21 . La en batalla fue quando el conde don Fernand Gon\;áles de Castilla peleó la segunda vez en batalla campal acerca de Hacinas con el rey AIman\;or e con todos sus grandes poderes de moros que consigo traya. E duró esta batalla tres di as e al tercero día fueron Almanzor e sus moros vencidos e muertos e captiuos todos los más.'E apareció en esta batalla el apóstol Santiago en ayuda de los christianos. 22 Verba susurronis quasi simplicia et ipsa perveniunt ad intima ventris = Las palabras del mesturero son blandas e llegan a las entrañas del vientre (Prv 26, 22) Non appelleris susurrio et lingua tua capiaris et confundaris = Non seas llamado mesturero en tu vida e seas tomado por tu lengua y seas confundido (Ecclo 5, 16) Si el uso de la citada expresión no permite probar ninguna conenen entre el Linage y el 19 Primera Cróniéa General, c. 865, p. 536a (= ms. E , f. 174v), Crónica de Veinte Reyes, lib. X, c. XXIV, p. 213a-b (= 2 ms.], f. 78v; ms. N, f. 124v), Crónica Particular del Cid, c. CXI, f. 35v. Sobre la sustitución del rey Sancho Ramírez por su hijo Pedro en el relato cronístico, vid. Menéndez Pidal (1969: II, 927), Dyer (1995: 186) y Montaner (en prensa). 20 Fernán Sánchez de Valladolid, Crónica de Alfonso X, ms. BNM 829, cc. LXIII y LXVII, ff. 47v y 49v (según la transcripción de Paula Rodgers en ADMYTE, O, cnúm. 302). 21 Surn_a de las crónicas de España, ms. Esc. ⦅ィセQiNRLjbXイウ・ァョェ。エ」ゥー￳、Mオケk@ ADM-YTE, O, cnúm.980). 22 Diego Rodríguez de Almela, Compilación de las batallas campales, Murcia, Lope de Roca, 1487, f. e3r (según el facsímil digitalizado y transcripción de Guadalupe Rodríguez en ADMYTE, 1, cnúm. 1633). [360] Susurrio coinquinabit animam suam et in omnibus odietur =El mesturero, él insuziará su alma e en todas las cosas será [odiado] (Ecclo 21,31) Si a esto añadimos que no hay una correspondencia exacta entre el texto del Linage y el del Cantar, e incluso cierta divergencia entre el «yssiós de su tierra» del primero y el «de tierra sodes echado» del segundo, parece demasiado arriesgado postular cualquier tipo de eco en esta ocasión. En definitiva, a la luz de todas las consideraciones efectuadas, resulta muyaventurado asegurar una dependencia entre ambos textos, más allá de partir de tradiciones comunes y de emplear una fraseología usual para referirse a la clase sucesos narrados. Respecto del topónimo discutido, esta situación refuerza la posibilidad más lógica, a tenor del comportamiento habitual del Linage: que la forma Tévar proceda del ejemplar de la Historia Roderici que el redactor estaba usando. A tales efectos, tanto si se acepta un influjo de la biografía latina sobre el Cantar, como si se lo considera una fuente independiente (sobre lo que volveré luego), la concordancia ratifica que esa es la lección correcta y que Iber es un errOr propio del arquetipo de los dos manuscritos latinosconservados, explicable como lectio facilior (en los mismos términos enunciados respecto de Herbés, pero con una enmienda mucho más económica) a partir de una versión latinizada. La documentación medieval adopta la forma T(h)ebarus, pero es bastante probable que la Historia Roderici usase una con cierre de la vocal tónica, de apariencia menos vulgar, algo como "'Tibarus (abreviado seguramente Tibar 9) o incluso "'Tiber(us), como ya sugirió Menéndez Pidal (1908-1911: 865 y 1969: 757), inspirada en el nombre del célebre río italiano, en latín Tiberis o Thybre. Esta identificación tiene la ventaja de proporcionar un emplazamiento geográficamente coherente con la situación descrita en las fuentes y con las condiciones defensivas del lugar. Bien es verdad que el nombre del paraje es hoy desconocido y que tampoco hay absoluta certeza sobre su localización exacta, pero la documentación medieval 23 Primera Crónica General, cc. 849-50, pp. 522b-523a (= ms. E , f. 163v); similar en la Crónica de Veinte Reyes, lib. 2 X, ce, VII-VIII, p. 204b-205a (= ms.], f. 72r; ms. N, f. 113v) y algo diferente en la Crónica Particular del Cid, cc. LXXXVI y LXXXVIII, ff. 27v-28r. 24 Para múltiples ejemplos de tal empleo, vid. Menéndez Pidal (1908-1911: 757) y Corominas y Pascual (1980-1991: IV, lOa). 25 ACfAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA Morales de Ovidio, ms. BNM 10144, lib. III, f. 80v (según la transcripción de Derek Carr en ADMYTE, O, cnúm. 3385) ACfAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA < [361] ALBERTO MONTANER FRUTOS ofrece suficiente información como para corroborar tales extremos. Los testimonios sobre la situación de Tévar son básicamente dos; el más reciente, aducido ya por Menéndez Pidal (1908-1911: 864-65 y 1969: 757-59), es la donación a la encomienda de Alcañiz de la Orden de Calatrava de los castillos de Monroyo, Molinos y Ejulve, con sus términos, por Pedro II de Aragón el 3 de abril de 1209; el otro, traído a colación por Montaner (1993: 480), es anterior y se trata de la donación previa del mismo lugar por parte de Alfonso II al arzobispo de Tarragona, para que lo poblase, en octubre de 1185. Los pasajes pertinentes son los siguientes26 : Clareat omnibus, presentibus et posteris, huius tenorum pagine scire volentibus quod ego Ildefonsus, Dei gratia rex Aragonum, comes Barchinone et marchio Provincie, ob remedium anime mee meorumque parentum, dono, laudo et titulo perfecte donationis in perpetuum concedo Deo et ecclesie Sancte Tecle, sedis Tarraconensis, et tibi B[erengario], eiusdem sedis archiepiscopo, et tibi R., preposito, et universo eiusdem sedis conventui castellum de Monte Rubeo [= Monroyo] cum omnibus suis pertinentiis videlicet, cum Pinna Rubea [= Peñarroya de Tastavins, 7 Km, ESE], cum Turre de Arquis [= Torre de Arcas, 5 Km, SO], cum castro de Herberio [= Herbés, 8 Km, SSE], cum pratis de Vinadacia [= ?], cum valle de Boxar [= El Boxar, 18 Km, SE] et de Fredes [=. Fredes, 20 Km, ESE], sicut ex omni extenditur parte usque ad portum Marie [= ¿junto al Tossal del Rei?]. Dono etiam Kamaron [= Camarón, 15 Km, NO] cum omnibus suis pertinentiis, usque ad portum de Tevaro et usque ad portum de Mesquino [= en el curso del río MezquÍn] et usque ad terminum Fontis Spatule [= Fuentespalda, 9 Km, ENE], sicuti dividit cum Bognolo [= Buñol, 12 Km, N0J27. In Christi nomine. Sit notum cunctis quod nos, Petrus, Dei gratia rex -Aragonum et co- \ mes Barchinone, pro salute et remedio anime mee et parentum meorum, et honore Dei et defensione christian ita ti s et paganorum oppressione, corde bono et animo volenti, donamus, concedimus et laudamus in perpetuum Domino Deo et eius gloriose Genitrici Virgini LA BATALLA DE TÉVAR "' Marie, et vobis, Martino Martini honorabili magistro domus de Alcañiz, et per vos eidem domui et fratribus eiusdem presentibus et futuris, castrum Montis Rubei [= Monroyo], cum omnibus terminis et pertinenciis et afrontationibus suis. [... ] Donamus etiam vobis predictis Pinar de Thebaro, usque ad Portus de Thebaro, et donamus propter[e]a vobis ei[s]dem molinaria omnia ad facienda molendina quicumque volueritis in illis locis, in quibus rivus qui dicitur Tastavins [= río Tastavins] commiscetur cum aqua Montis Rubei. [= arroyo Monroyo] et alibi ubicumque molendina facere potueritis. Hec autem omnia donamus et concedimus vobis dicto magistro et fratribus de Alcañiz, nunc et semper28 • En términos generales, ambos documentos permiten situar el Pinar de Tévar en un radio de unos 20 Km alrededor de Monroyo (localidad del Maestrazgo turolense, a unos 35 Km al norte de Morella), que es lo que abarca el término delimitado. A partir del segundo testimonio, Menéndez Pidal (loc. cit.) dedujo que tal paraje se hallaría en las cercanías de los molinos situados"Cl.u la confluencia del río Tastavins y del arroyo Monroyo, es decir, a unos 4 Km al este de la localidad. Sin embargo, los datos del primer documento permiten situar el lugar hacia el sur o sudoeste de Monroyo. En efecto, Tévar aparece como uno de los extremos· del término de Camarón, hoy un despoblado situado al noroeste de Monroyo, entre Aguas Vivas, Mas de las Matas y La Ginebrosa, quizá, como sugiere Ubieto (1984-1986: 1, 334), en los alrededores del actual mas de Comarán, dentro del término de La Ginebrosa. Por otro lado, Tévar se cita como opuesto al Puerto de Mezquín, denominación de alguno de los pasos correspondientes al curso alto del río Mezquín (afluente del Guadalope), posiblemente entre las actuales Belmonte de San José (661 m) y La Cero llera (842 m), al nornoroeste de Monroyo, lo que concuerda con que se ponga en relación con el hoy despoblado de Bunol, el cual se encontraba en las cercanías de La Ginebrosa, confinando por el norte con el término de Camarón29 . Por lo tanto, Tévar'c:6nstituiría el extremo sur del mismo y se situaría aproximadamente al 26 Doy entre paréntesis la equivalencia con los topónimos actuales, así como la distancia aproximada y la orientación desde Monroyo. Para los despoblados de Buñol y Camarón, véase Ubieto (1984-1986: I, 302 y 334) y compárese aquí el apéndice documental. 27 Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares, Calatrava, carpo 434, núm. 262 (ed. Ledesma 1991: doc. 125, pp. - - - -..15 0-51; ・、N⦅s£ョ」ィコMc。ウ￳QYUセッTjXイーSI@ 28 Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares, Calatrava, carpo 434, núm. 263 (ed. Ledesma 1991: doc. 154, pp. 183-84). 29 Compárese a este respecto el apéndice documental a las presentes líneas. [362] ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA sur o sudoeste de Monroyo. Según la carta puebla de 1194, el límite meridional del término de Camarón estaba situado bastantecerca de Morella: «et de Balmana et de Balinou et de Bel et de Aber intus et sicurdaudit MOTellum cum suis ter: minis quam vobis dono et concedo quando Deus dederit illam in manum christianorum»3o, de forma que posiblemente acierta García Pérez (1988: 121-27 y 1993: 105-18) al identificar el puerto de Tévar con el hoy llamado de Torre Miró (1250 m), a unos 20 Km al sur de Monroyo, que fue un lugar de gran importancia estratégica en la Edad Media. En cambio, es bastante inseguro que, como también propone, el pinar de Tévar fuese el actual de Pereroles, al norte de dicho puerto y a unos 10 Km al sursudoeste de Monroyo, pues, recibiendo el mismo nombre, debía de estar en las inmediaciones del puerto. En concreto, el actual barranco de Torre Miró, que discurre en dirección norte a partir del Mas de Torre Miró, podría responder bien a las peculiaridades del terreno accidentado que describen tanto la Historia Roderici como el Cantar. Establecido, pues, que el combate entre el Cid y_ el conde de Barcelona tuvo lugar en el pinar de Tévar y que éste se hallaba probablemente al pie del actual Puerto de Torre Miró, puede proseguirse con el desarrollo de la batalla. Según las crónicas alfonsíes 31, el Campeador se hizo fuerte en un valle cuya angosta entrada le permitía controlar mejor la llegada del enemigo, haciendo barreras y poniendo centinelas, si bien la Historia Roderici se limita a señalar que estaba situado sobre un inmenso monte 32 . Mientras tanto, el ejército acaudillado por Berenguer llegó a las cercanías de campamento del Cid, que fue pronto localizado por sus exploradores. Tanto la biografía latina como la historiografía castellana que se basa en ella refieren que el conde de Barcelona le hizo llegar entonces un mensaje en el que le reprendía por haberse burlado de él y de sus hombres en la respuesta enviada a Almusta'¡n, que (según interpre- , tan las crónicas) aquél le había mostrado, de acuerdo con las indicaciones del propio Rodrigo. Además le provocaba a salir a combatir a campo abierto, en lugar de ampararse en el montaraz terreno en que hal5ía acampado. Las mismas fuentes transcriben la respuesta del Campeador, en la que éste reitera aquellas mofas contra Berenguer y los suyos, y contesta con sus propias provocaciones a las del conde barcelonés. Aunque la crítica moderna ha considerado genuinas estas cartas 33 , es bastante improbable que la Historia Roderici haya transcrito dos documentos auténticos; al menos, contienen algunos aspectos anacrónicos, mientras que la recreación de este tipo de textos o de los discursos y arengas de los personajes era una práctica bien asentada desde la historiografía clásica (d. Menéndez Pelayo 1924-1926: 1, 293). Respecto del primer punto, ya advirtieron Pavlovié y Walker (1982) que el reiterado uso en estas cartas de alevoso y bauzador remitía a la terminología del riepto, lo que invitaba a situar estos textos a mediados del siglo XII, época en la se formaliza dicho procedimiento jurídico. Esta apreciación queda reforzada por el uso en la respuesta del Cid del mentís, «Me autem falsissime deludendodixisti quod feci aleue adforum Castelle aut bauzia ad forum Gallie, quod sane propio ore mentitus est» (Historia Roderici, § 38), y de la fórmula de desafío subsiguiente al riepto: «Parcamus huisumodi uerbis et, sicut proborum militum mas est, inter nos diuidatur huiusmodi litigium uiribus armorum nobilibus»34. Esto está en consonancia con la utilización del mismo procedimiento jurídico en los cuatro juramentos exculpatorios que el Campeador remite a Alfonso VI tras la fallida operación de Aleda (Historia Roderici, § 35), que, como ha demostrado PérezPrendes (en prensa), son propiamente la réplica escrita a la acusación por vía de riepto. Ha.bida cuenta, pues, de que el Tiepto no se desarrolla hasta la segunda mitad del siglo XII (d. Montaner 1993: 645-46 y 668-70), resulta casi seguro 30 Archivo de la Corona de Aragón, Cancillería, Reg, núm 2, Liber testamentiarum, f. 99r-v (ed. Ledesma 1991: doc. 125, pp. 150-51; ed. Sánchez Casabón 1995: doc. 617, p. 793). 31 Primera Crónica General, c. 893, p. 562b (= ms. E , ff. 196r-v); Crónica de Veinte Reyes, lib. X, c. XLV, p. 225a (= ms. 2 J, f. 88r; Iris. N, f.140r); Crónica Particular del Cid, c. CUv, f. 49r. Más adelante analizaré las discrepancias entre el relato cronístico y el de la biografía latina. 32 Historia Roderici, § 38. La frase está deturpada en el texto latino y en nada ayudan las versiones alfonsíes a su restauración. Para las diversas propuestas al respecto, véase Falque (1990: 71). 33 Menéndez Pidal (1969: 379-81 y 909-10), Fletcher (1989: 166), Martínez Díez (1999: 210-14). Para un estado de la cuestión, véase ahora Falque (en prensa). 34 Ibidem. Las crónicas alfonsíes funden las dos frases en una sola, que adopta literalmente las expresiones previstas para el desafío: «Et de lo que dixiestes que fazía aleve et que era bauzador, dígovos que mintiestes, ca yo nunqua fiz cosa por que menos deva valer; et esto vos lidiaré yo en campo» (Primera Crónica General, c. 849, p. 563b). ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA [363] I ALBERTO MONTANER FRUTOS que las cartas cruzadas entre Berenguer Ramón II y Rodrigo Díaz están, como mínimo, manipuladas según concepciones anacrónicas respecto de finales del siglo XL Además,sucede lo mismo con otro documento citado, esta vez de forma indirecta, en la biografía latina. Se trata de la generosa donación hecha en 1089 por Alfonso VI al Campeador, al acogerlo tras su primer destierro, de los castillos de Dueñas, Gormaz, Ibeas, Campoo, Eguña, Briviescas y Langa, cuya cláusula final estipula: Insuper autem talem dedit absolutionem et concessionem ID suo regno sigillo scriptam et confirmatam, quod omnem terram uel castella, que ipsimet posset adquirere a Sarracenis in terra Sarracenorum, iure hereditario prorsus essent sua, nos solum sua uerum etiam filiorum suorum et filiarum suarum et tocius sue generationis. (Historia Roderici, § 26) Hay aquí dos importantes anacronismos respecto de la documentación de finales del siglo XI, como ya señalé en Montaner (1993: 551-52). En primer lugar, la referencia a la confirmación del documento mediante el uso de un sello de validación, dado que dicho uso no se introduce en España hasta poco antes de mediar el siglo XII, quizá en torno a 1140, siendo el primer sello en pendiente fidedignamente documentado el usado por Alfonso VI en 1146 (Menéndez Pidal de Navascués 1993: 59-63). En segundo lugar, la entrega como heredad o posesión hereditaria de los territorios que pudiese arrebatar a los musulmanes. Sólo la documentación de finales del siglo XII o principios del XIII contiene cláusulas semejantes, como en la citada carta puebla de Camarón (1194) o, más explícitamente, en la donación del castillo de Fortanete a los hospitalarios (1202); hecha por Pedro II de Aragón estableciendo que «ex IIII. a vero parte versus tertam Sarracenorum, quantum scalizari et ampliari poterit a fratribus, prout continetur in convenienciis inter me et Hospitale factis, habeat pro terminis»35. Más concretamente, la estipulación recogida por la Historia Roderici se halla en la misma línea de uno de los artículos del Fuero de Daroca, § 49: «Siuicinus Daroce aliquod castellum ceperit, semper illud habeat et omnis eius posteritas, seruata regni utilitate et fidelitate regis». Esta es la LA BATALLA DE TÉVAR más antigua disposición foral al respecto. Habida cuenta de que dicho texto puede datarse entre 1142 (concesión original de Ramón Berenguer IV) y ca. 1170 (versión ampliada confirmada por Alfonso II), resulta obvio que la biografía latina del Cid inventa o, como mínimo, retoca la carta de donación regia de 1089. quienes se atribuyen, sin que haya que suponer ni aquí ni en otra parte intervención alguna de la poesía épica; Se trata de un procedimiento distinto y cuya filiación es muy conocida:eI-de las epístol-as y discursos imaginarios, elaborados con datos históricos y con cierta psicología elemental y ruda. Abona la misma posibilidad de que estemos ante meras ficciones historiográficas el hecho de que las donaciones del Campeador a la restaurada sede valenciana no concuerden en absoluto con las dos auténticas, de don Rodrigo (1098) y de doña Jimena (1102), que se han conservado en el archivo catedralicio salmantin0 36 . En efecto, la Historia Roderici, § 37, se refiere únicamente a bienes muebles: un rico cáliz y dos tapices de seda bordada con oro, mientras que los diplomas citados aluden a diversas heredades, la primera, y a ciertos derechos pecuniarios, la segunda. Resulta, pues, que el autor de la biografía latina desconocía seguramente dichas donaciones, lo que セゥャエ。@ extraordinariamente la suposición de Menéndez Pidal (1969: 910) de que «El historiógrafo, pues, inventa los discursos, pero no los documentos. Disponía sin duda de parte del archivo cidiano, o al menos. de una regular colección de documentos relativos al héroe», opinión seguida por Smith (1985: 189-90 y 1993-1994), quien supone que tal archivo se conservaría en la catedral de Salamanca. Sin embargo, nada sustenta la idea de que existiese semejante deposito documental, más allá de las dos piezas citadas que don Jerónimo hubo de llevarse consigo al abandonar Valencia en 1102 y que, justamente, son las que no se citan en la Historia Roderici. En definitiva, todos los documentos cidianos incluidos en ella parecen ser una mera recreación de su autor a partir de diversas noticias sobre su vida y, en el caso de la batalla de Tévar, del dato de que ambos enemigos se cruzaron en la ocasión graves injurias. Así lo explicó ya Menéndez Pelayo (1924-1926: 1, 293): Tras estas provocaciones mutuas, los ánimos estaban caldeados para la batalla. El conde de Barcelona, habiéndose aconsejado con sus capitanes, mandó que una parte de sus hombres subie- セMON@ Nadie tendrá por fidedignas en su tenor literallas cartas que el cronista supone se cambiaron entre el Cid y el Conde de Barcelona, Yi sin embargo, el artificio de estilo es tan leve, que no puede dudarse que fielmente reflejan las opuestas pasiones de los guerreros a Archivo Histórico Nacional, San Juan, carpo 617, núm. 9 (ed. Ledesma 1991: doc. 143, p. 169). Archivo de la Catedral de Salamanca, caja 43, lego 2, núms. 72 y 71, respectivamente (ed Menéndez Pida11969: 86874 YMartín Martín et al. 1977: docs. 1 y 2, pp. 79-82). Crónica de Veinte Reyes Historia Roderici Primera Crónica General Cum autem Berengarius cum omnibus suis hanc audisset epistolam, omnes unanimiter inmensa accensi sunt ira. Accepto iaque consilio, quosdam milites nocte continuo miserunt, qui furtim montem, qui supra castra Roderici eminebat, ascenderent et caperent, existimantes enim ab ipsomonte castra Roderici disrumpere eiusdem omnia tentoria inuadere atque penitus accipere. Venientes itaque nocte preocupauerunt supradictum montem et tenuerunt illum, Roderico nesciente. Quando el conde ouo leyda esPues que el conde ovo leúda la carta del Cid, fue muy sañudo ade- ta carta fue mucho yrado contra el más, et conseiosse con sus cavalle- (:id. Consejóse con sus altos omros, et priso de noche a· furto un nes. Después preso de noche el mont que estava sobre la posada monte que era sobre el albergada del (:id, cuedando que por tal arte del (:id, porque cuydó que lo po. dría venc;er por aquella guisa. le podrié vencer. Altera uero die summo mane comes et sui armati uociferántes circa castra Roderico {et} ilico irruerunt in eos. Otro día mañana, quando lo vio el (:id, envió de sus omnes que fiziessen como que fuyén et que passassen por logar qué los pudiessen veer los franceses; et castigólos cómo dixiessen si los prisiessen. Los franceses, quando a aquellos omnes vieron foyr, fueron a ellos et prisiéronlos et leváronlos al conde. Et el conde preguntóles cómo estava el (:id o qué cuedava fazer; et ellos dixiéronle que querié foyr et yrse d'aquellugar, et que se non detoviera aquellos días que y avié estado por al sinon por guisar sus cosas como se pudiesse yr, et que aquella noche querié salir por aquellas sierras; et demás dixiéronle que non cuedava el (:id que tan a corac;ón avié-el conde de demandarle, si non que los non atendiera allí; et que si prenderle querié, que"!' toviessen los puertos por o avié de salir, et que allí le po- Otro día enbió el (:id de sus omnes que fiziesen ademan commo que fuyesen, e mandóles que pasasen por tal lugar que los viesen los franc;eses e castigólos cómmo dixiessen, e ellos fiziéronlo asy. Los franc;eses, luego que los vieron, fueron [N, om. JJ a ellos e prendiéronlos e leváronlos al conde. E el conde preguntóles por fazienda del (:id, qué dezía o qué quería fazer. E [N, om. JJ ellos dixiéronle que querié foyr e yrse de aquelllugar, e que non se detoviera ally aquellos días que ally avía estado, synon por guisar sus cosas commo se podiesse yr de día 6 de noche, e que todavía se quería yr aquella noche por aquellas sierras. E aun dixéronle-que non cuydava el (:id que tan a corac;ón lo avían ellos de le demandar [batalla add. NJ, ca, synon, non [N, om. JJ los atendiera ally, e dixeron que, si le querién prender, 37 Historia Roderici, § 40; Primera Crónica General, C. 895, pp. 563b-564a (= ms. E" f. 197r-v); Crónica de Veinte Reyes, lib. X, C. XLVII, p. 226a-b (= ms. J, ff. 88v-89r; ms. N, f. 14lr-v); similar en Crónica Particular del Cid, C. CLVI, f. 49v, que, sin embargo, atribuye las tropas moras al conde y no al Cid, evidente retoque ideológico. • 3S 36 [364] se al monte a cuyos pies acampaba Rodrigo, para poder asaltarlo por su retaguardia. De este modo, valiéndose de la oscuridad nocturna, los guerreros barceloneses se hicieron fuertes en el monte, a espaldas del Campeador y de los suyos. Según las crónicas alfonsíes, el Cid, al advertir la estratagema barcelonesa, ideó su propio ardid. El pasaje ausente de la biografía latina no es una mera interpolación cronística, pues se funde con el relato de aquélla y proporciona una versión algo distinta de los sucesos, como puede observarse en la siguiente disposición sinóptica37 : ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA rrl [365] ALBERTO MONTANER FRUTOS LA BATALLA DE TÉVAR drién tomar. Los franceses partieron que"!' toviesen los puertos por donde luego su hueste en quatro partes, et avía de salir, e que ally le podrían toenviaron guardar aquellos lugares mar. Los fran<;:eses partieron luego por o dixieron aquellos omnes al sus huestes en quatro partes e enbiaconde por ó avién de salir el <;id et ron guardar [N, guardas aquellos sus compañas; et el conde fincó con lugares por donde avía a salir. E el una partida de sus cavalleros a la conde fincó con una partida de sus entrada de aquél lugar. cavalleros a la entrada de aquel 10gar donde estava el <;id. remotos de la conquista, a partir de la entronización de Alqadir, por lo que el episodio de Tévar habría podIdo caber ensu relato. Sin embargo, través Ibn 'Idarl, los fragmentos 」ッョウ・イケ⦅。セNRH@ singularmente) apuntan más bien ha-¿Ya una obra más centrada en el asedio y toma de Valencia por el Campeador. Por otro lado, la versión de la Historia Roderici usada por los compiladores alfonsíes presenta claras muestras de haber sido interpolada o parcialmente reelaborada en pasajes completamente ajenos al tema de'Ibn 'Alqama, como la batalla de Almenar en 1082 (Montaner, 1998: 28-29 y en prensa). De momento resulta imposible, por tanto, conocer con certeza la procedencia de los pasajes ajenos al texto latino en el episodio de Tévar, de modo que por ahora deben ser acogidos con suma cautela, siendo preferible atenerse al relato, por lo demás perfectamente coherente, de la Historia Roderici. n n Quod autem persplClens RoEl <;id estava mui bien guardericus dentibus suis cepit fremere nido, él et toda su compaña, pora et mili ti bus suis loricas statim iussit salir a ellos, et envió a los moros induere et acies contra aduersarios que esta van con ell a aquellos logauiriliter preparare. res que dixieran a a los franceses que guardassen pora prender al <;id; et echáronse allí en celada los moros del <;id, et quando vieron que los franceses llegavan a aquellos logares fyertes et yvan subiendo pocos a pocos, salieron et dieron en ellos et mataron muchos, et de los otros cativaron los más preciados; et prisieron a Guiralt el Romano por una ferida que"!' dieron en la cara. E [N, om. el <;id e toda su conpaña estavan bien guarnidos e aper<;:ebidos para sallir luego a ellos, e mandó el <;id a los moros que con él andavan que se fuesen echar en <;:elada <;:erca de aquellos lugares que los fran<;:eses avían a guardar. Después, quando vieron esos de las <;:eladas a los fran<;:eses en aquellos logares fuertes e yuan subiendo pocos a pocos, dieron en ellos e mataron muchos e cativaron de los omnes mas pre<;:iados [N, pre<;:iosos que y andavan e prisieron y a Guilarte U, Guiralte N] el Romall;W con una ferida que"!' dieron en la cara. Rodericus autem irruit ueloci Salió estonces el <;id con los suimpetu in aciem comitis, quem in yos contra'l conde don Berenguiel, primo certamine mouit et deuicit. et lidiaron una gran pie<;:a. El <;id otrosy de la su parte salió con los suyos contra el conde don r・セッョ、@ e lidiaron en U, de so N] uno e duró mucho la batalla. Como se puede advertir, la versión cronística se separa notablemente del texto latino, no sólo por la amplificación de detalles, sino por el conjunto mismo de la batalla. En efecto, las dos estratagemas del conde y del Cid no son realmente compatibles, como pretende el relato alfonsí, dado que una emboscada barcelonesa en la retaguardia cidiana habría notado la falta real de movimientos de las tropas del Campeador, además de que habría cubierto seguramente las posibles vías de fuga. Por otro lado, la biografía latina deja bien claro que don Rodrigo fue cogido por sorpresa, aunque su rápida y decidida reacción puso pronto las cosas de su parte. En cambio, las crónicas son igualmente rotundas al señalar que el castellano y los suyos estaban debidamente preparados y alerta ante el inminente ataque enemigo. Más adelante, «otros detalles se contradicen entre los dos relatos: los prisioneros catalanes ¿lo fueron en el campo de batalla o durante la fuga? n Ésta, como se ha visto, prosigue refiriendo que, a la mañana siguiente, los barceloneses emboscados en el monte se lanzaron, vociferantes y de improviso, contra el campamento cidiano. El Campeador ordenó a sus hombres que se vistieran y equiparan rápidamente, y mientras una parte de ellos repelía a los que venían cuesta abajo, él se lanzó con el resto contra la formación acaudillada por el propio conde de Barcelona, que ascendía desde el valle contra ellos. Lo hicieron con' tanto ímpetu que la formación barcelonesa quedó desbaratada al primer encuentro, con lo que el combate se iba disponiendo a su favor. En el fragor de la batalla, el Cid fue derribado del caballo, hiriéndose en la caída; pese a ello, sus hombres no desmayaron, prosigJiendo el combate hasta obtener la victoria. Capturaron a numerosos prisioneros (cinco mil, según las fuente citadas, que sin duda exageran), entre los .que destacaban el propio Berenguer Ramón II y los principales magnates de su séquito, como Giraldo Alemán (conde de Cervellón), Diosdado Bernal, Ramón Mirón y Ricardo Guillén. Obtuvieron además un rico botín, sobre todo en el campamento ,barceloIlés, consistente en vajilla de oro y plata, vestidos preciosos, caballos de guerra, palafrenes y mulos, lanzas, lorigas, escudos y otros muchos bienes, que sus caballeros presentaron a Rodrigo, quien, por su herida, se había retirado a su tienda. . El Cid herido ¿ha perseguido o no a los catalanes derrotados?» (Horrent 1973: 37). No parece, pues, que nos encontremos aquí ante el típico, proceso de racionalización y desarrollo del relato con el que los cronistas alfonsíes solían reelaborar sus fuentes, sino ante la fusión de noticias de procedencia diversa. Menéndez Pidal (1969: 381-82), que concilia de un modo bastante libre los dos planteamientos dantes 38 ,supone que los elementos que se · dlscor suman aquí al relato de la Historia Roderici proceden de Albayan alwacjil; fzlmulimm alféüJ,ih, la perdida historia de la caída de Valencia de Ibn 'Alqama. El problema es>,,gue no se sabe cuál fue la extensión real de la misma. Menéndez Pidal (1969: 888-906) y Catalán (1992: 35-36, 104, 117), que le atribuyen casi todas las noticias relativas a Alandalús en la época del Campeador, suponen un tratado histórico de notable extensión que comenzaría con antecedentes relativamente 38 セウ■@ lo vio ya H?rren,t (1973: 37): «Los dos relatos se combinan menos bien de lo que pretende Menéndez Pidal [... ] yen lubar de la armomzaClOn elegante que de ellos nos propone [... ] hay que elegir uno de los dos relatos adoptando todos sus detalles». ' [366] 39 ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA A los pocos días, ya algo recuperado de las contusiones de la caída, el Cid pactó la libetación de los magnates catalanes a cambio de elevados rescates, que en el caso de los condes de Barcelonayde Cervellón se cifró, si hacemos caso de la biografía latina, en sendas entregas de ochenta mil marcos de oro (unas 18 toneladas), cantidad que la Crónica de Veinte Reyes (lib. X, c. XLVII, p. 226b) reduce prudentemente a ocho mil, silenciando la cantidad las restantes crónicas alfonsíes. Sin embargo, los problemas que tenían muchos de los cautivos para obtener el dinero de su rescate hicieron al Campeador apiadarse y, de acuerdo con sus capitanes, les condonó el pago. Después se retiró a un lugar que la Historia Roderici, § 42, llama Salarca, probablemente el que las fuentes árabes denominan Sakarqa, que estaba situado cerca de Zaragoza (Menéndez Pidal 1969: 950). Allí permaneció dos meses, sin duda convaleciendo de la herida sufrida en T évar. Después se trasladó a Daroca, a causa de la abundancia de alimentos y ganado para sus hombres. Aunque la biografía l:;ttina no da fechas, es posible que esta estancia corresponda a la invernada del año 1090 al . 1091. En todo caso, si permaneció allí bastante, no fue sólo por eso; se debió también a una grave enfermedad, que la Historia Roderici, § 42, no especifica, pero que lo tuvo postrado un tiempo. Cuando Rodrigo estaba convaleciente, el conde de Barcelona, que estaba a la sazón en Zaragoza, le pidió que firmase la paz con él. El Campeador se mostró remiso, pero, aconsejado en este sentido por sus capitanes, acabó por aceptar. Entonces el conde de Barcelona se trasladó desde Zaragoza hasta el campamento del Cid en Daroca, donde establecieron un pacto de concordia por el que Berenguer cedía a éste una parte de su protectorado sobre el reino de Lérida, es decir, la zona de Denia. A continuación el fueron junconde de Barcelona y el c。ュー・、セイ@ tos en dirección a la costa mediterránea. Desde allí el conde regresó a sus tierras, mientras que Rodrigo estableció su campamento en Burriana, dando comienzo así a la fase decisiva de su conquista de Levante. Hasta aquí la historia, vengamos ahora a la poesía. En el Cantar de mio Cid la batalla de Tévar ocupa los versos 954-1086. La estructura del episodio es la siguiente39 : Sigo, con algunas modificaciones, el esquema trazado en Montaner (1987: 217-18). ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA < [367] ALBERTO MONTANER FRUTOS 1. LA BATALLA DE TÉVAR INTRODUCCIÓN LA. LB. (31 vv.) Historia Roderici Distribución del relato de Tévar Introducción (6 vv.): El Cid invade tierras tributarias del conde de Barcelona (vv. 954-59). Desarrollo (13 vv.): El conde desafía al Cid. 1. Primera parte (7 vv.): Quejas del conde de Barcelona (vv. 960-66). 2. Segunda parte (6 vv.): El ejército barcelonés parte en busca del Cid (vv. 967-72). 39 His! Rod • ¡LC. • Esta disposición del relato es esencialmente idéntica a la que proporciona la Historia Rodericí, e incluso la extensión dedicada a cada sección es bastante similar, destacando la escasa atención prestada al combate propiamente dicho e.n detri, ' mento de sus antecedentes y de sus consecuencias, con la salvedad de que la biografía latina desarrolla más los primeros, centrándose el poema en los últimos. Las proporciones son las siguientes: Cantar H.A 5,8% 11,4% H.B. 3,4% 7,6% ILe. 7,8% 5,3% 12,1% 52,2% I III -- 40 [368] NMセB⦅ 23,5% ---- Berengarius uero comes Barcinonensis, inito cum Alfagib consilio, [ ... ] statim <cum> inmensum exercitum egressus est de Barcinona. Facta est ibi et congregata multitudo maxima bellantium contra Rodericum. In illo tempore Rodericus morabatur un montanis loco, qui dicitur Iber [lege Tibar(us) seu Tiber(us)]. [ ... ] Berengarius ergo comes cum ingenti exercitu suo per montana usque ad proximum locum, ubi Rodericus erat, peruenit et tentoria sua parum procul iuxta Rodericum fixit. No solo en el sitio de la batalla, cerca deMorella, muestra el juglar la veracidad de su poesía, sino en una porción de pormenores; cito como salientes el que los catalanes atacan al Cid desde lo alto (ellos vienen cuesta ayuso 992, 1002-1003; quosdam milites nocte continuo miserunt, qui furtim montem, qui super castra Roderici eminebqt, ascenderent et caperent ... ), y la escena del conde prisionero, junto. a la tienda del Cid, pero fuera de ella (1012-1014), obsequiado por el vencedor con espléndida comida (grant cozinal adobauan 1017; Rodericus autem eum benigne recipere noluit, neque juxta eum in tentorio suo sedere permisit, sed fóris extra tentoria eum custodiri a militibus suis jussit; victualia quippe sibi largiter ibidem dari sollicite praecepit), y, en fin, hasta la frase que el juglar supone dicha por el Cid al conde: si me vinieredes buscar, ... o me dexaredes de lo uuestro, o de.lo myo leuaredes algo 1071, recuerda la carta histórica del Cid aL conde: «si forte ad me vetuae pecuniae partem nire conaveris, ゥ「セエ@ videbis, sed non ad tuum proventum, imo ad tuum detrimentum». III.1. Introducción (7 vv.): Se prepara un banquete y el conde se niega a comer (vv. 1017-23). HL2. Desarrollo (40 vv.): El conde ayuna, pero cede ante la promesa de libertad (vv. 1024-63). HI.3. Conclusión (22 vv.): Liberación y partida del conde (vv. 1064-84 y 1086). HistRod 70,9% 37 II.B. Pero las coincidencias no se limitan a estos aspectos generales. Bien en los detalles concretos, bien en el tono del relato, la cercanía entre ambos textos es bastante evidente en ocasiones, como señaló ya Menéndez Pidal (1908-1911: XセIZ@ III. CONCLUSIÓN (69 vv.) Sección Antea nobis feceras quam piures iniurias, quibus deberemus contra te esse infesti et ualde irati, quanto magis pro derisione [... ] debemus tibi esse inimici et aduersarii! 111. H. DESARROLLO (32 vv.) II.A. Introducción (15 vv.): El Cid arenga a sus tropas para la batalla (vv. 985-99). H. B. Desarrollo (lO vv.): Combate y victoria del Cid y los suyos (vv. 1000-9). ILe. Conclusión (7 vv): El Cid captura al conde de Barcelona y gana la espada Colada; se obtiene un gran botín (vv. 1010-16). . 38 Cantar Il.A Le. Conclusión (12 vv.): Mensajes cruzados entre el conde y el Cid (vv. 973-984). Dicam eis quia, quicquid promisisti et supplendum teiactastLet uentilasti, pauore meo perterritus adimplere nequisti. [... ] Te autem superfluis iactando uerbis me iam uictum aut captum aut mortuum in manu tua necnon ducere retulisti. 38 39 ____セェ。⦅Qゥ・iャエ」オZTッ@ Marco en cursiva las correspondencias más vagas, que reflejan sólo cierta actitud similar ante lo narrado. ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA El conde es muy follón e dixo una vanidat: 960 Grandes tuertos me tiene mio Cid el de Bivar, / dentro en mi cort tuerto me tovo grand, / firióm' el sobrino e no·n' lo enmendó más; / ago961-966 ra córrem' las tierras que en mi enpara están. / Non lo desafié ni·l' torné amistad, / mas, cuando él me lo busca, írgelo he yo demandar. Grandes son los poderes e apriessa llegándose 967-68 van, / entre moros e cristianos gentes se le allegan grandes. Adeliñan tras mio Cid, el buerto de Bivar, / tres días e dos noches pensaron de andar, / alcans;aron a mio Cid en Tévar e el pinar; / así viene esfors;ado el conde que a manos se le cuidó tomar. / Mio Cid don Rodrigo ganancia trae grand, / dice de una sierra e llegava a un val. 969-74 Altera uerum die comes scribere fecit epistolarn huiusmodi se laegationem continentem et scriptam Roderico per nuntium rnisit. Del conde don Remont venido l'es mensaje; 975 Perlecta hac epistola coram Roderico et ab eo audita, iussit continuo suam epistolam scribere et comiti mittere, que hanc continet responsionem. mio Cid cuando lo oyó enbió pora allá. 976 38 Non leuabimur super te nec discedemus a te, quousque uenias in manibus meis mortuus aut captiuus et ferreís compedibus illaqueatus. Tandem uero faciemus de te alboroz illud idem, quod scripsisiti et fecisti tu de nobis. Respuso el conde: -¡Esto non será verdad! / ¡Lo de antes e de agora todo·m' lo pechará, / sabrá el salido a quién vino desondrar!- 40 Quod autem perspiciens, Rodericus dentibus suis cepit fremere et militibus suis loricas statim iussit induere et acies contra aduersarios uiriliter preparare. -¡Ya cavalleros, apart fazed ganancia, / apriessa vos guarnid e metedos en las armas! [... ] / Pues 985-90 adelant irán tras nós, aquí sea la batalla; / apretad y los cavallos e bistades las armas. [... ] / Antes que 996-97 ellos lleguen al llano presentémosles las lans;as: / por uno que firgades tres siellas irán vazias. 37-38 Comitem uero et suorum bellatorum multitudinem omnino uilipendio et sperno et in loco isto cum Dei auxilio libenter eum expectabo. Si autem uenerit, cum illo proculdubio debella<b>o. [... ] Aliam quoque deteriorem iniuriam et derisionem nobis fecisti, qua nos tris uxoribus nos assimilasti. Estos paralelismos, aumentados por Smith (1985: 188-89), aún pueden ampliarse, según Cantar de mio Cid Ellos vienen cuesta yuso e todos traen 」。ャセウL@ /e las siellas coceras e las cinchas amojadas; / nós cavalgaremos siellas gallegas e huesas sobre 」。ャセウL@ / ciento cavalleros devemos vencer a aquellas mesnadas. 979-81 991-95 ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA < [369] LA BATALLA DE TÉVAR ALBERTO MONTANER FRUTOS Historia Roderici Cantar de Mio Cid 40 Todos son adobados cuando mio Cid esto ovo fablado, / las armas avién presas e sedién sobre de los cavallos; / vieron la cuesta yuso la ヲオ・イセ。@ los francos. / Al fondón de la cuesta, cerca es del llano, / mandólos ferir mio Cid, el que en buen hora nasco; / esto fazen los sos de voluntad e de grado, / los pendones e las ャ。ョセウ@ tan bien las van enpleando, / a los unos firiendo e a los otros derrocando. / Vencido á esta batalla el que en buen hora nasco, / al conde don Remont a presón le á tomado. 41 39 Venientes itaque nocte preocupauerunt supradictum montem et tenuerunt illum, Roderico nesciente. Altera uero die summo mane comes et sui armati uociferantes circa castra Roderici {et} ilico irruerunt in eos. [... ] Rodericus autem irruit ueloci impetu in aciem comitis, quem in primo certamine mouit et deuicit. [... ] Verumptamen milites a bello non destiterunt, ymo robustis animis pugnauerunt, done e et comitem et omnem exercitum suum deuicerunt atque uiriliter superauerunt. Multis quidem et innumerabilis illorum interfectis atque peremptis, tandem eundem comitem ceperunt et captum cum v fere milia suis in prelio illo captis <ad> Rodericum perduxerunt. 1000.9 A pesar de estas coincidencias notables, el relato del Cantar y el de la Historia no pueden ser más diversos; seguramente el juglar no tenía presente la Historia; cosa evidente por otro lado, tomando en cuenta las tan diferentes versiones que aquél y éste dan de los sucesos de la vida del Cid que se desarrollan en Zaragoza, Valencia y Murviedro. (Menéndez Pidal1908-1911: 866) Rodericus uero quosdam [... ] una cum eodem comite teneri et sub custodia peruigili haberi atque retrudi percepit. facta est ita que uictoria semper laudanda et " memoranda {in manu} Roderici super ."J Berenganum . et super exercicomltem tum eius. Milites autem Roderici depredati sunt omnia castra atque tentoria Berengarii comitis acceperuntque omnia spolia, que in eis repererunt, [... ] cuneta et integra et salua fide bona Roderico presentauerunt atque contulerunt. de plata, / y benció esta batalla, por o ondró su, barba. / Prísolo al conde, pora su tienda lo leva- 1010·15 va, / a sos creenderos guardarlo mandava. / De fuera de la tienda un salto dava, / de todas partes los sos se ayuntavan; / plogo a mio Cid, ca grandes son las ganancias. Victualia quippe sibi largiter ibidem dari sollicite precepit, tandem uero liberum ad terram reuerti sibi concessit. A mio Cid don Rodrigo grant cozina l'adobavan, / el conde don Remont non ge lo precia nada; / adúzenle los comeres, delant ge los paravan, / él non lo quiere comer, a todos los sosañava: / -Non combré un bocado por cuanto ha en toda España, / antes perderé el cuerpo e dexaré el alma, / pues me vencieron en batalla.- / que tales ュ。ャ」セ、ッウ@ Mio Cid Ruy Díaz odredes lo que dixo: /-Comed, conde, d'este pan e beved d'este vino; / si lo que digo fiziéredes saldredes de cativo, / si non, en todos vuestros días non veredes cristianismo.- In rei certitudine tibi dico quia, si tu et tui ad me uenire uolueritis non proderit uobis. Daba quidem uobis uestram solidatam, sicut dare uobis soleo, si forte uenire ad me ausi fueritis. [... ] Si forte ad me uenire conaberis, ibidem tue peccunie partem uidebis, sed non ad tuum prouectum, imo ad tuum detrimentum. Aunque no hayapenas elementos fraseológicos concretos que evidencien una dependencia directa (pues las cercanías, como se ha visto a propósito del Linage, pueden ser casuales), resulta obvio que el núilléfbae coincidencias exige establecer algún tipo de relación entre ambas fuentes. Así lo vio ya don Ramón, aunque inicialmente se inclinó de modo tácito por suponerlas nacidas de la propia historicidad de ambos relatos, rechazando todo vínculo inmediato: Sin embargo, matizó más tarde esta opinión: y gañó a Colada, que más vale de mill marcos -¡ Ya vos ides, conde, a guisa de muy franco! I ¡En grado vos lo tengo lo qU(;,J'tle avedes dexado! I Si vos viniere emiente que quisiéredes vengallo, I si me viniéredes buscar, fallarme podredes, lome dexaredes de lo vuestro o de lo mio llevaredes algo.-I-Folguedes ya, mio Cid, sodes en vuestro salvo; I pagado vos he por todo aqueste año, I de venirvos buscar sol non será pensado.- 1017·27 Hist. Roderici, coincidiendo en ciertos detalles con el Poema: «apriessa vos guarnid ... , apretad los cavallos e bistades las armas ... ; antes que ello,s lleguen a llano presentémosles las ャ。ョセウ@ ... ; vidieron la cuesta yuso la ヲオ・イセ。@ de los francos ... », versos 986-1004. Cabría sospechar que el Poema tuvo como fuente el texto latino, ¿pero iba sólo a aprovecharlo en detalles tan secundarios? Viceversa, el texto latino ¿se sirvió de un relato poético, aprovechado después también por el Poema? La frase «dentibus suis cepit fremere» pudiera argüir una fuente poética, como sospecha W. KIENAST en Deutsches Archiv für Geschichte des Mittelalters, III, 1939, pág. 64, n. 2. Entonces las coincidencias de la Hist. Roderici y el Poema se deberían a una fuente común, ese canto noticiero que podría ser latino o romance. (Menéndez Pidall969: 382) 1068-76 Antes de entrar a valorar las distintas posibilidades, ha de advertirse que la frase señalada por Kienast y Menéndez Pidal (e igualmente por Horrent 1973: 37) remite ciertamente a una fuente poética, pero no de épica vernácula, sino bíblica, como ha señalado Falque (1990: 75), quien aporta como loei similes los de Sal 111 (112), 10: «Peccator videbit et irascetur, dentibus suis fremit et tabescet, desiderium peccatorum peribit», Job 16, 10: «Collegit furorem suum in me et comminans mihi infremuit contra me dentibus suis», y Lam 2, 16: «Aperuerunt super te os suum omnes inimici tui, sibilaverunt et fremuerunt den ti bus». De todos modos, esto no implica desecharla opción del canto noticiero, que podría ponerse en relación con la hipótesis de Van Richthofen (1970: 13646 y 1981: 19-37) y H. S. Martínez (1975: 37587) según la cual el núcleo del actual Cantar lo formaría un poema centrado en la conquista de Valencia, que abarcaría aproximadamente el segundo cantar del poema, hasta el perdón real (vv. 1085-2051) y que habría sido compuesto antes de 1100 (según el primero) o en torno a 1120 (para el segundo). Ese poema sería eminentemente un canto noticiero, una suerte de crónica rimada muy cercana y fiel a los acontecimientos, que en el poema conservado habría sido refundida con una afán más novela dar y con la necesidad de ajustarlo a un argumento más amplio. Un cantar de esta índole que comenzase el relato de la campaña levantina con la derrota del conde de Barcelona, ligada no a los episodios antecedentes, sino a los consecuentes (como de hecho sucede en la biografía histórica de Rodrigo Díaz), constituiría una fuente muy adecuada para explicar las coincidencias y discrepancias del Cantar conservado y de la Historia Roderiei en la narración de la conquista de Valencia. Bien es verdad que Van Richthofen (1981: 24) considera interpolado el episodio de Tévar, pero esto es a causa de su talante humorístico, sobre todo en la escena relativa al ayuno del conde 41 • Siguiendo sus mismos planteamientos y habida cuenta de las similitudes con la Historia Roderiei, cabría pensar que la versión original era más escuetamente noticiera y que los desarrollos humorísticos se deben al autor del Cantar conservado, bastante proclive a los paréntesis cómicos de la acción. Ahora bien, esta teoría no deja de plantear un problema básico al respecto: el de la selección de materiales. En efecto, si el supuesto canto noticiero contenía un relato similar al del Cantar conservado, es obvio que la Historia Roderiei no pudo basarse en él, onoúnicameu-=-__ te, dado que su exposición es más circunstanciada. En especial, hay aspectos históricos fundamentales, como todas las negociaciones diplomáticas previas a la batalla, la organiza- 41 Este aspecto del episodio es el que la crítica ha estudiado con más detalle. Puede verse al respecto el estado de la cuestión y las conclusiones que trazo en Montaner (1993: 484-86 y 492-93). [370] ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA [371] ALBERTO MONTANER FRUTOS ción del ejército barcelonés, la caída del Campeador O lo relativo a los rescates, que no pueden haber surgido como deducciones o amplificaciones de una narración semejante a la del Cantar. Situación que, de paso, invalida la posibilidad de que éste haya sido la fuente de aquella, no considerada por don Ramón en virtud de su cronología de ambas obras, pero que hoy podría quizá defenderse. Por supuesto, cabría que la biografía latina hubiese sumado datos de fuentes diversas, pero en definitiva subyace ahí una petitio principii, pues no hay ninguna razón para ello fuera de la necesidad de postular determinado contenido para el hipotético canto noticiero. La otra opción es, pues, suponer que dicho poema hiciese un relato similar al de la Historia Roderici, que ésta habría mantenido de modo fidedigno, mientras que el Cantar, con criterios estéticos y no' 'historiográficos, habría イ・」セ。、ッ@ de forma más libre, guardando, no obstante, suficientes elementos de su fuente como para que se aprecie Una marcada relaci6n con la biografía latina. Esta solución, aparentemente satisfactoria, abre, sin embargo, un nuevo interrogante. Puestos a aceptar que el poema épico conservado realiza una selección y reelaboración de un relato semejante a1 d e l a Historia Roderici, ¿por qué no aplicar la navaja de Occam y suponer que los tomó directamente de la misma? Puede argüirse contra esto que el Cantar nunca alude a la biografía latina y que' sería raro en un autor vernáculo medieval que se inspira en una fuente tal silenciar que assí yaz en escripto (por tomarle prestada la expresión a Berceo). Sobretodo úno que se vanagloria de que a un monte que lleva el nombre de su héroe «el Poyo de mio Cid así·l' dirán por carta» (v. 902), es decir, que lo llamarán de ese modo en los documentos oficiales. La objeción no carece de peso, pero el argumentum ex silentio dista de ser concluyente, al negar la condicional fuera de una doble implicación. Dicho en otros términos, mientras haya indicios bastantes de relación entre ambas obras, la falta de una mención explícita no es en buena lógica razón suficiente para rechazarla. 'Más fundamento parecen tener los reparos puestos por Rico (1993: XXVII): Tal falta de adecuación [del Cantar a la secuencia-crorrológica-de-I-rverdadera-bi:ografía 42 [372] LA BATALLA DE TÉVAR cidiana] nos ilustra singularmente sobre el origen y los fines del poema, en tanto nos autoriza, por ejemplo, a negar con rotundidad que el juglar hubiera manejado la Historia Roderici. Este o aquel detalle en última instancia procedente de ella sí pudo quizá llegarle por vía indirecta, pero el conjunto de la obra no lo conoció de ninguna de las maneras, porque la crónica le habría suministrado precisamente lo que no tenía y con el Cantar quería conseguir, lo que el verismo y la verosimilitud con que trabaja los materiales nos certifica como uno de sus objetivos primarios: unas líneas de fuerza que le permitieran articular más cabalmente los datos sueltos de que disponía y que tantas veces situó donde no hubiera debido; una armazón o cañamazo para dar mejor forma y sentido a las noticias fragmentarias sobre hechos y personas, los retazos legendarios, las sugerencias de la toponimia, que constituían el caudal de 'documentos' que habían suscitado su interés y que continuamente combinó y revolvió sin atinar a ponerlos en su sitio. Aun sin entrar en el fondo de la cuest:bn, el caso que nos ocupa sigue sin resolverse por este camino. Convengamos en que el Cantar no conoció la Historia Roderici, pero entonces sigue en cuestión el origen de las coincidencias 。、カ・イセ@ tidas en la batalla de Te'var y que van ma's alla' de algún detalle llegado por vía indirecta. Si fue un canto noticiero, fuente común de ambos relatos, éste habría proporcionado (al menos para la conquista del Levante) ese mismo cúmulo de noticias que el autor del Cantar parece ignorar y que, en opinión de Rico, le hubieran suministrado el armazón narrativo que, en su defecto, ' el autor hubo "de suplir con su imaginación. Cualquier explicación válida para justificar esta hipótesis lo es igualmente para sostener que el poema épico se inspiró directamente en la biografía latina. En efecto, el meollo de la cuestión ra d'lca en cua'1es eran 1as fuentes d e1 autor d e1 Cantar y cómo las manejó. La verdad es que, pese a lo que podría deducirse de la exposición de Rico, aquél dispusd',de datos bastante correctos en líneas generales sobre las andanzas ' d e su h'eroe; d a t os que no pue d en val enClanas deducirse de meros retazos legendarios n{deÍas sugerencias de la toponimia42 • En efecto, no parece casual que la relación de plazas levantinas conquistadas por el Cid poético coincida, aun'--que- no-mantenga-sücronologÍ'a:;--con -la que Para una relación más detallada de lo que sigue, vid. Montaner (1993: 494-95, 502-4, 509-10, 512-14, 562-63 y 603-5). ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA ofrece la Historia Roderici, siendo especialmente significativa la mención de Onda, cuya dependencia del Campeador no consta, pero que guarda seguramente relación con la forma Ondia conqúe la biografía latina (§ 36) denomina a Ondara, castillo cercano a Denia que fue base del caudillo castellano en 1090. También es cierta la infructuosa petición de ayuda de los valencianos sitiados al emperador almorávide (vo 1182), mientras que el plazo para solicitar ayuda, que históricamente el Cid les--concedió dos veces (Menéndez Pidal 1969: 450-61 y 4883), les es otorgado una sola en el Cm;tar y en la Historia Roderici. El combate contra el «rey de Sevilla», es decir, el gobernador almorávide de la misma (vv. 1221-35), se hace eco del socorro que las tropas almorávides pretendieron dar a los valencianos sitiados en 1093, mientras que la batalla contra Yúcef (vv. 1618-1802) responde claramente a la batalla de Cuarte, en la que el Cid derrotó alas tropas enviadas por el emperador marroquí yセウオヲ@ b. TasufIn a recuperar Valencia en octubre de 1094. En fin, la mención de Bucar,esto es, el general almorávide Abü Bakr b. Ibrahim b. Tasufln, aunque desplazada cronológicamente, responde también a una noticia cierta (esta vez ajena a la Historia Roderi7 ci, pero presente, por ejemplo, en Rodrigo Ximénez de Rada, De rebus Hispaniae, lib. VI, c. XXVIII, pp. 212-13). Por otro lado, es bastante dudoso que la Historia Roderici le hubiese proporcionado las anheladas líneas de fuerza de su relato. Como ya destacó Menéndez Pidal (1969: 912-16) y acepta Palque (1990: 21-25), la biografía latina es básicamente un ensartado de episodios cuyo único vínculo es pertenecer a la vida del héroe. No hay nada parecido a un argumento, mucho menos a una gradación como la que se advierte en el Cantar. Así que, dejando a un lado inconveniencias como el' haber estado al servicio de los reyes moros de Zaragoza 43 , la narración latina era pura materia bruta para quien pretendía construir una bÍen trabada obra literaria. ¿Será preciso recordar aquí las palabras del Es- tagiritacuando distinguía en su Poética, 51a-b, el fue histórico del pudo ser poético? ¿O se le negará al poeta épico la licencia que pedía Tirso al exclamar «¡como si la ciencia de Apolo se estrechase a la recolección histórica y no pudiese imaginar, sobre cimientos de personas verdaderas, arquitecturas del ingenio fingidas!»?44 Tampoco quiero con esto dejar fuera de dudas el influjo de la Historia Roderíci sobre el Cantar, porque para ello es necesario explorar más detenidamente los puntos de contacto entre ambas obras y porque, en definitiva,queda una última posibilidad, a la que ya aludí en Montaner (1993: 11), la historia oral. De su vitalidad en esta época dan cuenta pasajes como los siguientes (d. Menéndez Pidal1955: 876): Lidió Abenalhage con Álvar Háñéz Miñaya en Almodóvar; et segund dizen los ancianos que son muy antiguos, que alcan<;;aron más las cosas de aquél tiempo, Álvar Háñez tenié dos míll et D cavalleros. (Primera Crónica General, c. 866,p. 538a) Et [Alfonso VI] establesció luego en la real cibdad de Toeldo su trono; esto es, su siella real, fasta que estableciese y segura morada con buen alcá<;;ar, que non avié estonces sinon uno de paredes de tierra, assí como departen los que cuentan de lo muy anciano. (Primera Crónica General, c. 869, pp. 539b540a) Et los ancianos que más ende oyeron d' esta razón dizen que este rey don García assí yaze aún oyen León con sus fierros. (Primera Crónica General, c. 876; p. 546b) E por esso acostumbravan los cavalleros, cuando comían, que les leyessen las estorias de los grandes fechos de armas [... ] E allí do non avían tales escrituras, fazíanlo retraer a los cavalleros buenos e ancianos que se en ellos acertavan. (Partidas, II, XXI, 20) La ventaja de esta opción frente a la del canto noticiero es la de la consustancial inestabili- 43 En este caso, las motivaciones del Cantar son obvias: haber luchado, aunque fuera por necesidad, del lado moro no era muy aceptable y además ... ¿quién se lo hubiera creído, al cabo de unos cuantos años? En efecto, a los hidalgos de la extremadura que podían identificarse con los capitanes del Cid, a esos infanzones que de hecho se llamaban Félix Muñoz o Pedro Bermúdez; a los habitantes de a pie de los concejos fronterizos, a esos peones innominados que tras una incursión afortunada podían hacerse caballeros y hasta adquirir un nombre, ¿quién les hubiera persuadido de que Rodrigo Díaz había arrasado La Rioja en venganza personal y de otras lindezas por el estilo? «¡Calumnias!» hubieran dicho ... y calumnias hubieran sido. 44 Tirso de Molina, cゥァ。イャセウ@ de Toledo, 1 (citado en Sánchez y Porqueras 1971: núm. 36, p. 208). ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA [373] LA BATALLA DE TÉVAR ALBERTO MONTANER FRUTOS dad de este tipo de tradición. Aunque fuesen bastante semejantes, los relatos que llegasen a oídos del autor de la Historia Roderici y del Cantar no tuvieron por qué ser idénticos. Esto explicaría adecuadamente los parecidos y las discrepancias entre ambas obras, además de fundamentar el origen de las noticias recogidas (seguramente en el tercer cuarto del siglo XII) por la biografía latina. No se piense que era entonces demasiado el tiempo transcurrido entre la vida del Campeador y su biógrafo, cuando vemos que aún se invocaba la memoria viva de «los ancianos muy antiguos» a propósito precisamente de la época de Rodrigo Díaz en las crónicas alfonsíes de finales del siglo XIII. No obstante, esta explicación también suscita problemas. Menéndez Pidal (1955: 877) notó ya que «Cuando la Crónica [General] no cita así expresamente la tradición, es muy difícil reconocerla, y hay que huir de la comodidad de atribuirle lo que no sabemos explicar por otras fuentes». «Sobre todo», apostilla en nota, «hay que huir de atribuir a tradición oral relatos extensos de cierta complicación narrativa». Respecto del texto que nos ocupa, esto podría aplicarse a esa noticia sobre Bucar que seguramente procede de las historias 61 orales sobre el Cid que irradiaban desde Cardeña 45 , pero difícilmente al conjunto de la campaña levantina. Sobre todo cuando, como señala Menéndez Pidal (1969: 909), «Pasados estos primeros párrafos, nada hay en la Historia Roderici que tenga el menor aspecto de tradición. La tradición simplifica y concentra el interés en pocas personas; la Historia Roderici dispersa el interés por exceso de noticias. [... ] A trozos la Historia Roderici parece un itinerario sacado de apuntes de un testigo. Nada más lejos de una "tradición confusa"». Claro está que don Ramón adopta planteamientos anteriores al moderno interés de la historiografía por la historia oral (d. Marinas y Santamaría 1993), de modo que no distingue bien entre la tradición literaria (a la que corresponde más bien esa tendencia a la estilización) y la meramente histórica (o anecdótica, si se quiere). Por ello, su descalificación de la misma como «tradición confusa» no puede mantenerse hoy sin más. No obstante, es verdad que el セ。ᆳ do de coincidencia entre el Cantar y la Historia Roderici resulta a veces desconcertante, no sólo en el episodio de Tévar, sino en casos como la descripción del botín de Valencia: Historia Roderici Cantar de mio Cid Invenit et adquisiuit utique in ea multas et innumerabiles pecunias, en el aver monedado treinta mil! marcos le caen, copiam uidelicet auri et argenti inmensam et numero penitus carentem, el oro e la plata ¿quién vos lo podrié contar? monilia pretiosa, gemas multo aura decoratas, uaria et diuersa ornamenta, uestes siricas precioso auro deauratas e los otros averes ¿quién los podrié contar? Tantam igitur et tam preciosissimam in urbe hac adquisiuit peccuniam, quod Ipse et uniuersi sui facti sunt diuites et locupletes ultra quam dici potest Todos eran ricos cuantos que allí ha. / Mio Cid don Rodrigo la quinta mandó tomar. 1217 o en el de la batalla de Cuarte: Cantar de mio Cid Historia Roderici -- 62 Iuzeph autem Moabitarum rex audiens quod Valen tia a Roderico nimia belli animositate iam esset capta ac depredata iratus ac mestus factus est uehementer. Dezirvos quiero nuevas de allent partes del mar, / de aquel rey Yúcef que en Marruecos está. / Pesól' al rey de Marruecos de mio Cid 1620-24 don Rodrigo: / -Que en mIS heredades fuertemientre es metido / e él non ge lo gradece sinon a Jesucristo.- Habito itaque cum suis consilio, ducem super Yspaniam [... ] constituit. Quem cum infinita multitudine barbarorum et Moabitarum atque Hysmaelitarum per omnem Yspaniam habitantium Valentiam obsidere et Rodericum captum et ferreis uinculis uinctum ad illum perducere misit. Aquel rey de Marruecos ajuntava sus virtos, [... ] / entraron sobre mar, en las barcas son metidos, / van buscar a Valencia, a mio Cid 1625 Y don Rodrigo; / arribado an las naves, fuera 1627-29 eran exidos. Hii ita que uenientes in loco, qui dicitur Quarto, ab urbe Valen tia nnor miliarios habenti, castra sua fixerunt. Numerus autem illorum erat quasi C.L. [quod fortasse ciroa L aut C <ue!> L legendum est] milia militum, triginta milia uero peditum., Videns autem Rodericus tantam et tam innumerabilem gentium multitudinem aduersus eum peruenisse pugnaturum non trarot miratus esto 1214 1218 1215-16 Montaner (1993: 379, 398 Y 603-5). Para indicios en pro de una «primitiva elaboración-navarra nutrida directa o indirectamente de observaciones presenciales» de la biografía histórico-legendaria del Cid, véase Martin (1993), cuyos planteamientos me parecen en buena parte compatibles con los míos, aunque modificando algo su hipótesis (por lo demás muy bien documentada) sobre la difusión del sobrenombre de Mio Cid, cuyo origen navarro no posee, a mi juicio, pruebas determinantes. Por una parte, es dudoso que el apodo se les ocurriese de pronto a los navarros. Es mucho más creíble que fuese el título oficioso del Campeador en Valencia (d. Corriente 1999: 289b) y que viajase con sus restos a Cardeña, en boca de su familia y de su séquito. Allí debió de hacer fortuna, ligado quizá al recuerdo de hazañas sobre la conquista de Valencia, especialmente la victoria sobre BUCal; cuyo nombre, como acabo de indicar, creo que irradia también desde allí. Además, resúltaría extraño que el Poema de Almería-se--refiriese--a-una-tradición-navarra-poco-conocido (y estoúltimo-se-justificaTía-por la -propia-cronología de la: forma Mio Cid en Castilla, que traza Martin). Por lo tanto, ese uso de Meo Cidi podría haber sido igualmente burgalés y de ahí irradiar a Navarra. En todo caso, el Linage sí parece demostrar que el título, convertido ya en apodo, tuvo una aceptación "oficial" más temprana en Navarra que en Castilla, por las razones de legitimación perfectamente establecidas por Martin. Inmanis iste Moabitarum exercitus super Valentiam x die bus et totidem noctibus iacuit ac permansit. Cotidie nimirum girabant eam multis et diuersis uocum clamoribus ululantes atque uociferantes, rugitum non modicum emittentes, 45 [374] ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA Rodericus uero solita cordis animositate se et suos uiriliter confortabat ac corroborabat et dominum Ihesum Christum, ut suis diuinum preberet auxilium, incensanter ac prece deuota deprecabatur. Llegaron a Valencia, la que mio Cid ha conquista, / fincaron las tiendas e posan las yentes 1630-31 descreídas. con cincuaenta vezes mill de armas todos fue- 1626 ron conplidos, Estas nuevas a mio Cid eran venidas. / -¡Grado al Criador e al Padre espirital, I todo el bien que yo he todo lo tengo delant! I Con afán gané a Valencia e éla por heredad, I a menos de muert no la puedo dexar. I ¡Grado al Criador e a Santa María madre, I mis fijas e 1632-43 mi mugier, que las tengo acá! I Venido m'es delicio de tierras d'allent mar, I entraré en las armas, non lo podré dexar; I Ínis fijas e mi mugier verme an lidiar, I en estas tierras agenas verán las moradas cómmo se fazen, I afarto verán por los ojos cómmo se gana el pan.Antes d'estos quinze días, si ploguiere a,l Criador, 1665 Fincadas son las tiendas e parecen los alvores, / a una grand priessa tañién los atamores. / Alegrávas' mio Cid e dixo: -¡Tan buen día es oy!- 1 1657-62 Miedo á su mugier e quiérel' quebrar el cora<;:ón, / as sí fazié a las dueñas e a sus fijas amas a dos, / del día que nasquieron non vieran tal tremor. -Mugier, sed en este palacio e, si quisiéredes, en el alcácer; / non ayades pavor porque me veades lidiar: / con la merced de Dios e de Santa María madre, / crécem' el cora<;:ón porque estades delant. / ¡Con Dios aquesta lid yo la he de arran1652-56 car!- [... ] / Prísos' a la barba el buen Cid Camy peador: / -Non ayades miedo, ca todo es vuestra pro. / Ames d'estos quinze días, si ploguiere al 1663-69 Criador, / ................. aquellos atamores / a vós los pondrán delant e veredes cuáles son, / desí an a ser del obispo don Jerónimo, / colgarlos han en Santa María, madre del Criador.-/Vocación es que fizo el buen Campeador. ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA Irruit et ita que in eos et cum eisdem bellum comisit inmensum <et>, diuina opitulante clementia, [375] ALBERTO MONTANER FRUTOS LA BATALLA DE TÉVAR Historia Roderici Cantar de mio Cid Quadam uero die secundum solitum morem ululando ac uociferando atque debellando, dum urbem circundarent et suis uiribus eam capere crederent, Rodericus inuincibilis bellator in Domino et in eiusdem clementia toto suo animo confidens, cum suis bene armatis ad eos uociferando eosdem uerbis minarum terrendo, audacter et uiriliter egressus esto Los moros de Marruecos cavalgan a vigor, / por las huertas adentro entran sines pavor. / Violo el atalaya e tanxo el esquila, 1 prestas son las mesnadas e las yen tes cristianas, / adóbanse de cora<;ón e dan salto de la villa; / do's' 1671-80 fallan con los moros cometiénlos tan aína, / sácanlos de las huertas mucho a fea guisa, / quinientos mataron d'ellos conplidos en es día. / Bien fata las tiendas dura aqueste alcaz, / mucho avién fecho, piénsanse de tornar; セG@ 1rruit et itaque in eos et cum eisdem bellum comisit inmensum <et>, diuina opitulante clementia, Moabitas omnes deuicit. Sic itaque triumphum et uictoriam sibi a Deo collatam super eos habuit. 1psi uero iam deuicit dantes terga uersi sunt in fugam. Multitudo uero illorum gladio ceciderunt. Cuneta quippe eorum castra atque tentoria acceperunt, in quibus innumerabiles peccunias auri et argenti et uestium pretiosiarum inuenerunt eaque cunctis diuitiis ibidem repertis funditus expoliauerunt. Rodericus igitur et omnes sui tune sunt nimis ditati et multo auro et argento et uestibus preciosissimis et equis et palafredis ac mulis seu diuersis armorum generibus et cibarie copia atque thesauris inenarrabilibus sufficienter repleti. [376] Como se aprecia, el parecido es en ambos casos bastante notable y, a menudo, la cercanía es casi verbal; por ejemplo, en el segundo episodio, en la cantidad de enemigos y en la descripcióndel botín (Smith 191tS:191-92),-ton la inusual mención de las tiendas de campaña y de las telas preciosas, pues, como se ve en el pasaje referido a Valencia, el Cantar suele referirse de modo genérico a la parte de la ganancia que no es dinero. Ante esta situación cabe plantearse que, si el autor del Cantar no conoció completa la Historia Roderici, de cuyo relato es en conjunto tan discrepante, pudo acceder al menos a la parte consagrada a la conquista de Valencia. Adviértase a este respecto que la obra, como demostró Menéndez Pidal (1969: 912-16) y corrobora Falque (1990: 21-22), esta compuesta por tres bloques fundamentales y casi autónomos, unidos por otros dos que actúan de transición. La tercera de estas secciones y cuarta del total es precisamente la que abarca desde la batalla de Tévar hasta la definitiva toma de Valencia (§§ 28-63). No es, pues, inviable que dicho bloque haya poseído, si no una presumible existencia previa (d. Falque 1990: 20-21), al menos una difusión independiente. Pero esto no deja de ser pura hipótesis. En definitiva, el problema sigue en pie, 10 que no debe extrañar, pues la de las fuentes y las filiaciones constituye una de las cuestiones mas arduas en un período en el que la escasez de testimonios escritos dificulta las indagaciones y en el que muchas tradiciones orales se han extinguido sin dejar la menor huella que permita seguirles la pista. Así pues, aunque haya indicios muy favorables a plantearla, la posible relación entre la biografía latina y el poema castellano seguira siendo materia de especulación y de controversia. No obstante, una valoración mas aquilatada de sus parecidos y discrepancias, así corno una comparación mas detenida con las modernas investigaciones sobre historia oral permitirán quizá establecer hasta qué punto las coincidencias detectadas pueden proceder realmente de su común origen en esta última o exigen un vínculo directo entre ambas versiones, nistéÍrica y épica, de la vida del Campeador. Dio salto mio Cid en Bavieca, el so cavallo, / de todas guarnizones muy bien es adobado. / La seña sacan fuera, de Valencia dieron salto 1714-16 [... ]. / Plogo al Criador e ovieron de arrancary los. / Mio Cid enpleó la lan<;a, al espada matió 1721-24 mano, / a tantos mata de moros que non fueron contados, / por el cobdo ayuso la sangre destellando. Alegre era mio Cid e todos sos vassallos, / que Dios les ovo merced que vencieron el canpo. / 1739-41 Cuando al rey de Marruecos assí 10 han arrancado. Al rey Yúcef tres colpes le ovo dados, / sa- " liós'lede so l'espada, ca mucho l'andido el cavallo, / metiós'le en Gujera, un castillo palaciano. / Mio Cid el de Bivar fasta allí llegó en alcan<;o / con otros que·!' consiguen de sus buenos vassallos. / Desd'allí se tornó el que en 1725-35 buen ora nasco, / mucho era alegre de 10 que han ca<;ado; / allí preció a Bavieca de la cabe<;a fasta a cabo. / Toda esta ganancia en su mano á rastado. / Los cincuaenta milI por cuenta fueron notados, / non escaparon más de ciento e cuatro. Mesnadas de mio Cid robado an el canpo, / entre oro e plata fallaron tres milI marcos, / de las otras ,ganancias non avía recabdo. [... ] / Minaya Albar Fáñez fuera era en el campo / con todas estas yentes escriviendo e contando. / Entre tiendas e armas e vestidos preciados, / tanto fallan d'esto que es mucho sobejano. / Quiérovos dezir 10 que es más granado: / non 1736-38 pudieron ellos saber la cuenta de todos los cay vallos / que andan arriados e non ha qui to- 1772-86 mallos; / los moros de las tierras ganado se an y algo. / Maguer de todo esto, el Campeador contado / de los buenos e otorgados cayéronle milI e quinientos cavaltesO cuando a mio Cid cayeron tantos, / los otros bien pueden fincar pagados. / ¡Tanta tienda preciada e tanto tendal obrado / que á ganado mio Cid con todos sus vassallos! / La tienda del rey de Marruecos, que de las otras es cabo,! dos tendales la sufren con oro son labrados; Apéndice documental '< 1280, junio, 11. Raimundo Ibáñez, comendador calatravo de Alcañiz, y Blasco de Alagón acuerdan la partición de los términos de Monroyo, Camarón y Buñol. -- - - Madrid, Real Academia de la Historia, Colección Salazar y Castro, ms. 1-40, ff. 133r-134r. (Copia de un traslado en aragonés del original en latín). In nomine Domini Nostri ]esu Christi, qui es cresemiento de toda paz et adobamiento· de todo bien. Sia conoscida cosa a todos homes presentes e avenidores cómo nós, don freire Ramón ]oannis, comendador de Alcañiz e de toda la tinenza que la Orden de Calatrava ha en Aragón, de la una e de la una parte, de consello e voluntad de atorgamiento de los freires e del convento d'ese mismo logar, esto es a saber, don freire Pedro Gonzalvez, comendador de Monroyo, e don Gonzalvo ]hoannis, comendador de Xelviella, e de don freire Martín Pérez, por nós et sucesores nostros, presentes e avenidores eí por todas personas vinientes; et nós, don Blasco de Alahón, de buen cor e de buena voluntad, de la otra parte, por nós e generación nuestra e por todas personas vivientes presentes e avenidoras, todos ensemble e de entrambas partes, entendiendo e esguardando e quiriendo que quiscún part aya so dereit e arredrar homicidios e todos males e toda discordia entre nós por todos tiempos vinimos a fine e amigable partición entre nós e partimos los términos de Monroyo e de Camarón e de Buyno!. En la qual partición primerament tayne al avandita Orden de Catatrava por término de Monroyo aquella parte de sus enta sol exienteb entregamente con todos sos dereitos de los mojones en suso, así como las vogas son fincadas por todos los logares. Aquesto es a saber que la primera voga es a la fonte del Acembux, en la sierra de Brerex, así como desciende de boga en boga e ba ferir al collado de la val de la Perola; e descienden las otras bogas de boga a.ooga por Agradezco a Diego Navarro Bonilla, de la Universidad Carlos III de Madrid, sus gestiones para obtener el presente documento, que transcribo con los mismos criterios señalados en la nota 4. Dado que se trata de una copia tardía hecha por un copista ignorante de las convenciones gráficas del aragonés medieval, he debido restaurar en ocasiones las grafías de las palataks nasal, yn, y lateral, yll, a fin de no inducir a graves errores de lectura. a adobamiento em. doabamiento ms. (el copista interpretó mal un texto interlineado a/do\bamiento). b enta sol exiente em. en casol exienta ms. ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL QD POEMA E HISTORIA ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL EL CID POEMA E HISTORIA C' [377] ALBERTO MONTANER FRUTOS el regayllo entre entrambas las sendas sobre la fonte de la Peniella, e puya entro al frontón de la Perola, e del frontón de la Perola va ferir de voga en boga al cabezón del valle de la fonte del Can e d'este mismo logar ba de boga en boga e ba ferir cerro cerro al cabezón del valle de la Perola alto, e ba ferir a Barranco Fondo, a la carrera de Monroyo, e d' este mismo logar desciende barranco barranco en el río de la Torre de Arcas e ba ferir río río entro al río de Moriella. Et examientre tanye a nós, don Blasco de Alahón, para nuestra parte d'avanditos términos, por términos de Camarón e de Buñol, aquella otra parte e los mojones e en ellas bogas en suso enta sol poniente entregamente con todos sus dereitos. Con las quales avandictas partes d'avanditos términos así como escritas e asignadas sunt de sus annos quiscadaunos taynen nós don Ramón Jhoannis, avandito comendador de Alc<lñiz, ed todo el convento d'ese mismo logar, por nós et sucesores nostros presentes e avenidores e por todas personas; et nós, don Blasco de Ala[h]ón avandicho, por nós e generación nuestra e por tota posteritat nuestra e por todas personas, entramas las partes bien pagadas somos por todos tiempos de nuestras partes d'avandichos términos e de avandicha partición, así como de sus es escrita e de quiscadauna parte convenimos se den en ella firmemente por todos tiempos et stamus de manifiesto. C Testimonios de aquesto son, de quiscuna part, don Pedro Ximénez de San Pedro, don Gerónimo Miguel, don Miguel Ximénez, don Gonzalvo Roiz, don García López de Castellar, cavalleros; e de Alcañiz: Dionisio de Asiris, Guiral de la Caminada, Guillén de Fariza, Domingo de Francia; et de Monroyo: Sevastián de Arteaga, justicia de Monroyo, Pedro de Gaillicant, Pedro Baiilas, Juan Oraber; et de Belmont: don Vidal, don Guillén de Casas; et de Camarón: García Sobradiel et don Bonet; et de Alcorissa: Joan del Villar et Domingo de Spayna. Actum est hoc III Idus Junii era MCCCXVIII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ADMYTE: Archivo digital de manuscritos y textos españoles, dir. Charles Faulhaber et -_ _ - - - - - - - LA BATALLA DE TÉVAR al., Madrid, Micronet; Ministerio de Cultura; Fundación Quinto Centenario, 19921994, 2 CD-ROM. (facsímil digital y transcripción de María Jesús García Toledano, en ADMYTE, cedertón 1, cnúm. 6993). 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