Teoria De Los Movimientos Sociales

El estudio de los movimientos sociales ha ido dibujando un mapa conceptual complejo en el que las diversas Perspectivas se integran de forma complementaria. La atención prestada a diversos movimientos, el énfasis en determinados factores e incluso las diferentes preguntas de partida a las que se pretende responder explican la pluralidad de las escuelas teóricas. Sin embargo, poco a poco la teoría ha evolucionado desde visiones un tanto simplistas hasta alcanzar un bagaje teórico complejo. Las perspectivas más recientes como la Teoría de Movilización de Recursos (TMR) y los Nuevos Movimientos Sociales (NMS) han aportado conceptos clave al estudio de los movimientos como las estructuras de organización, los repertorios de confrontación, las oportunidades políticas, los marcos culturales y las identidades colectivas. El acercamiento entre las TMR y los NMS a partir de los años ochenta y una revisión crítica de los planteamientos precedentes constituye un marco teórico para la comprensión de la protesta social y los movimientos sociales actuales.

En el presente artículo, el autor busca discutir la movilización social como órgano de control de las políticas ambientales. Para ello, toma en consideración el caso de San Carlos y como es que ello derivó en la sanción de la Ley Provincial 7722.

Maartínez Espinoza, Manuel Ignacio. (2006). “El Movimiento Zapatista: un análisis desde la teoría de movilización de recursos”. En Kairos. Revista de Temas Sociales. Año 10. No. 18. Universidad Nacional de San Luis. Argentina. Disponible en http://www.revistakairos.org/k18-03.htm

Este trabajo trata de dar respuesta a un tema que se creía cerrado en Bolivia, y que parecía haber pasado de moda: el tema de los movimientos sociales regionales. Plantea que los mismos no habían desaparecido sino que se habían mantenido en estado de latencia, debido a un esquema de centralización política que se oponía a la demanda de autonomía. Ello se respalda a través de varios hechos acaecidos en la Provincia Gran Chaco del Departamento de Tarija y en el Departamento de Santa Cruz de la Sierra, por lo que el trabajo exhorta al análisis de ese estado de latencia a partir de insumos teóricos adecuados. En ese sentido, el trabajo es estrictamente teórico, por lo que el autor propone un abordaje de los mismos a través de los planteamientos de Neil Smelser, Niklas Luhmann, Antonio Melucci y Alain Touraine.

El trabajo fue publicado en el año 2002. Tres años más tarde, Bolivia experimentó un proceso de rebalse de las demandas regionales y de avivamiento de los movimientos sociales incluso con tendencias secesionistas. Si bien el trabajo no puede ser considerado premonitorio, en ese sentido, al menos el estado de latencia propuesto demostró ser evidente, tanto que los movimientos sociales regionales lograron incidir en la modificación de la Constitución Política del Estado, ocurrida en el periodo 2006-2009.

Durante las últimas tres décadas, los nuevos movimientos sociales se han posicionado como el nuevo paradigma de organización y protesta social de las sociedades contemporáneas. Estas formas distintas de protesta, no solo se han distinguido por sus maneras alternativas de movilizarse, sino también, por sus demandas y discursos, que se sustentan en el reconocimiento de las diferencias culturales, de identidad y de género, y ya no en intereses de clase, laborales o de tierra, como ocurría con los movimientos campesino, obrero o magisterial, ejemplos de modelos tradicionales de protesta social.
La irrupción pública de los nuevos movimientos sociales ha incitado cambios profundos en la conversación pública, a través de los medios de comunicación, entre actores políticos y sociedad civil. Al mismo tiempo, la investigación académica ha generado un importante acervo de saber sobre las dinámicas, procesos y mecanismos que subyacen a los nuevos movimientos sociales, a través de análisis comparativos, o estudios de caso de los movimientos pacifista, ecologista y animalista, entre muchos otros. Sin embargo, esta literatura científica también ha obligado a revisar planteamientos teóricos y metodológicos, para tratar de comprender el sentido de la acción social de estos nuevos actores de protesta, explicar las causas de su formación y sus posibles consecuencias.
En este libro se propone un marco conceptual que permita al lector adentrarse en el estudio de los nuevos movimientos sociales. Se trata de un modelo teórico que recupera las herramientas analíticas más adecuadas para el estudio de la protesta. Pero no solo eso. El texto emprende un estudio de caso para probar el modelo analítico: las movilizaciones de protesta altermundistas ocurridas en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, en mayo de 2004. En su momento, el movimiento altermundista representó una de las respuestas organizativas más imaginativas y universales de movilización y protesta social, contra los procesos y dinámicas de la globalización. Su importancia en la historia de los nuevos movimientos sociales no es, por tanto, menor. Su historia historia y sus lazos a nivel regional se analizan en esta investigación.
Finamente, el libro reconstruye el proceso de estigmatización, criminalización y represión política del movimiento altermundista. En efecto, como consecuencia del clima político adverso y de las acusaciones del gobierno de Jalisco —de extracción panista—, la iglesia católica y el empresariado de la región, las movilizaciones altermundistas fueron víctimas de represión y brutalidad policial el 28 de mayo de 2004, lo que derivó en múltiples violaciones a los derechos humanos —puntualmente documentadas, en su momento, por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). En ese sentido, este libro se convierte en un testimonio sobre la protesta social y la violencia política y en un recordatorio sobre los riesgos de denostar el derecho fundamental a la libre organización y manifestación.

El presente ensayo se pregunta por los su- puestos metateóricos que condicionan el estudio de la organización en el campo de los movimientos sociales. Para responder la pregunta, prosigo a través de un objetivo específico: describir la infraestructura epistemológica y metateórica de las escuelas de movimientos sociales, en especial sus elaboraciones sobre el proceso de organización para identificar los elementos comunes y las diferencias en la forma en que elaboran el concepto de organización. Los resultados muestran diferencias a nivel ontológico, epistemológico y antropológico entre los distintos marcos teóricos. Por ello, el ensayo propone algunas líneas de trabajo.