Cómo curar la cicatriz emocional de la cesárea, según una psicóloga
Lorena González, psicóloga y madre de un hijo nacido por cesárea, explica el impacto de tener un hijo mediante esta intervención y facilita consejos para el cuidado emocional después de esta intervención.
La separación del bebé de la madre después de una cesárea ocasiona un gran impacto emocional tanto en la madre, como en el bebé, explica una psicóloga a Ser Padres.
Cuando el nacimiento del bebé se produce por cesárea, en el cuerpo queda una cicatriz que en la mayoría de los casos luce discreta y que puedes comprobar en estas fotos que muestran la cicatriz que queda en la tripa cuando el parto se produce por cesárea. Esta herida que queda en el bajo vientre va a requerir unos cuidados que marcará el ginecólogo o médico especializado para su correcta cicatrización. Pero la cesárea también puede producir un impacto emocional en algunas mujeres, sobre todo, en aquellas que esperaban un parto natural y también es importante prestar atención a esta “cicatriz emocional” y a los cuidados que requiere para el bienestar de la reciente mamá.
Lorena González, psicóloga y madre de un hijo nacido por cesárea, explica a Ser Padres de qué forma puede impactar psicológicamente que el nacimiento de un hijo se produzca por cesárea en lugar de por parto natural y, además, proporciona una serie de consejos prácticos dirigidos a mujeres que pueden sentirse anímicamente afectadas por esta intervención.
Es importante estrechar el vínculo con el bebé después de un parto por cesárea, dice la psicóloga Lorena González de Serena Psicología.
“Como mamá de hijo nacido por cesárea, sé que a veces, puede resultar muy duro experimentar la pérdida de ese “parto bonito” que todas imaginamos”, confiesa González y añade que “el trabajo personal y psicológico es importante para centrarnos en lo fundamental: la llegada de nuestro bebé y disfrutar de la maternidad”.
La psicóloga, cofundadora de Serena Psicología, un centro especializado en terapias para la mujer, explica que cuando un acto como el parto, que es un proceso natural, se convierte en una intervención quirúrgica los protocolos hospitalarios son más fríos que los que se siguen en un parto vaginal. González añade que la soledad es la protagonista en esta intervención: “Las madres en partos vaginales están acompañadas por algún familiar. Sin embargo, en las cesáreas se enfrentan a esta situación solas, lo que genera especial inquietud”.
Además, la separación del bebé de la madre en estas intervenciones “que lamentablemente aún se practica en algunos hospitales”, como denuncia la psicóloga, también ocasionan un gran impacto en la mamá y el bebé.
Por otra parte, González sostiene que diversos estudios han encontrado una asociación entre las cesáreas y mayor riesgo de depresión postparto. Las razones pueden incluir el estrés quirúrgico, la recuperación más prolongada y los sentimientos de fracaso o pérdida, señala la psicóloga.
La cofundadora de Serena Psicología aconseja las siguientes pautas para paliar esos sentimientos de soledad y/o pensamientos irracionales de culpa que pueden aparecer tras una cesárea.
Además de la cicatriz en la tripa, la cesárea también producir una herida emocional.
Pautas para el cuidado emocional de la madre después de una cesárea
La psicóloga Lorena González, cofundadora de Serena Psicología, centro especializado en terapias para la mujer, aconseja las siguientes claves para tener en cuenta después de una cesárea.
- Reconocer y aceptar tus emociones: Es normal sentir una variedad de emociones después de una cesárea, desde alegría hasta tristeza o decepción, explica la psicóloga: “Permitirse sentir estas emociones sin juzgarse es para mí algo clave. Para ello hay que reconocer la pérdida de lo que habíamos imaginado y aceptar la tristeza que se puede sentir, sin ponerse cargas ni culpas. Hablar con alguien de confianza sobre cómo te sientes puede ayudarte”.
- Revisa tu lenguaje interior: A veces, sin darnos cuenta, nos juzgamos por lo ocurrido y tenemos sentimientos de fracaso por no haber podido tener ese parto que habíamos imaginado, dice González. En este sentido afirma que es importante revisar lo que piensas y ser amable contigo: “Tú no eres culpable ni responsable absolutamente de nada de lo que ha ocurrido. ¿Qué le dirías a una amiga en tu lugar Trátate con cariño”.
- Recuerda y comprende la realidad médica: La misma experta recuerda que una cesárea se realiza para garantizar la salud y seguridad tanto de la madre como del bebé: “Entender que la cesárea fue la mejor opción médica para ti y tu bebé puede ayudarte a reducir la culpa”.
- Establece vínculos con tu bebé: A pesar de la recuperación de la cirugía, buscar formas de establecer y fortalecer el vínculo con tu bebé es importante: “El contacto piel con piel, la lactancia (si es posible y deseas hacerlo), y pasar tiempo con tu hijo pueden mejorar tu estado de ánimo y fortalecer la conexión emocional. Recuerda lo más importante: Has dado una vida”, recuerda la psicóloga.
- Busca ayuda si lo necesitas: A pesar de lo increíble y emocionante que es la llegada de un bebé, el día a día puede ser muy duro y cansado. Si a eso se le suma la experiencia desagradable de una cesárea imprevista se pueden experimentar momentos difíciles: “Si ves que no te sientes bien y que tu estado de ánimo está alterado o inestable, si te sientes especialmente triste o no consigues disfrutar por momentos de la maternidad, pide ayuda profesional”, aconseja González..
Por último, la psicóloga añade una reflexión al respecto y opina que “como sociedad nos queda un gran trabajo para humanizar estos procesos en los hospitales, y poder flexibilizar estas intervenciones para que una mamá pueda reducir el impacto emocional ante una cesárea”.
González cree urgente y necesario considerar la posibilidad de que el padre o algún familiar pueda acompañarlas, así como no separar al bebé de la madre con la correcta supervisión y seguridad para ambos: “Para mí es un objetivo y una asignatura pendiente como sociedad”, apunta González.
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