Ministry of Health, Guyana
Miners in remote areas of Guyana are being trained to test and treat for malaria
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Lucha antipalúdica en comunidades mineras remotas de Guyana

Entrevista al Dr. Horace Cox, Director del Departamento de Enfermedades de Transmisión Vectorial del Ministerio de Salud de Guyana

6 de abril de 2022

P: ¿Podría describirnos a grandes rasgos y de forma rápida la situación del paludismo o malaria en Guyana, por ejemplo la prevalencia actual de la enfermedad? ¿Cómo ha cambiado la situación en los últimos cinco a 10 años?

Actualmente, Guyana registra alrededor del 3% de todos los casos de las Américas. Tenemos unos 20 000 casos anualmente, sobre todo en las regiones del interior del país, en cinco de las 10 regiones administrativas. En estas regiones, tenemos mucha actividad minera de extracción de oro y diamantes, así como explotaciones forestales, y la población se mueve constantemente.

Los trabajadores se desplazan para trabajar en minas situadas en zonas remotas en las que hay pocos establecimientos de salud, o ninguno, y por tanto el acceso a los servicios de salud puede ser muy restringido. Ello, unido a las altas tasas de analfabetismo entre esta población, hace que sea más difícil llegar a ella con intervenciones, diagnósticos y tratamientos oportunos que puedan prevenir el paludismo.

Nuestro programa de lucha antipalúdica aspira a una reducción del 75% de los casos de paludismo para 2025 en relación con las cifras de 2015, y a una reducción del 90% para 2030. Gracias a las intervenciones que estamos introduciendo, esperamos alcanzar —o cuasialcanzar— esos objetivos en los plazos establecidos.

P: ¿Cómo gestiona las medidas para ofrecer acceso a servicios contra el paludismo a las comunidades mineras, en las que el riesgo de paludismo es mayor?

Sabemos que la minería fomenta la transmisión del paludismo y que existe una correlación entre los precios del oro y los casos de paludismo en Guyana; es algo que hemos documentado en estudios pormenorizados que realizamos y publicamos en revistas sometidas a arbitraje-en inglés. Esos estudios nos han permitido comprender las repercusiones de la lejanía de estas poblaciones, así como los obstáculos a los que se enfrentan para acceder a servicios de salud.

Gracias a esa información, hemos capacitado a algunas personas de las comunidades mineras para utilizar pruebas rápidas de diagnóstico del paludismo, tratar casos sencillos de forma gratuita y notificar determinados datos a través de una herramienta simplificada. Comenzamos en 2016 y desde entonces hemos expandido el programa a varias regiones.

La detección y tratamiento tempranos de los casos nos permiten interrumpir la transmisión y reducir el número de casos de paludismo, lo que nos ayuda a acelerar los progresos en el proceso asistencial continuo hacia la eliminación del paludismo. Ello nos ayuda a garantizar que las poblaciones remotas tienen el mismo acceso a los servicios de salud que las de las comunidades asentadas.

P: ¿Cómo selecciona y capacita a esas personas de las comunidades mineras?

Dentro de cada campamento, nuestros equipos  seleccionan y capacitan a dos personas con potencial de liderazgo, que tienen una presencia más permanente en el campamento y están interesadas en contribuir a prevenir y controlar el paludismo. Por ejemplo, ello conlleva que capacitamos al gerente de un campamento o a un cocinero, y no a un trabajador, que podría irse al día siguiente. Otras veces, capacitamos a los líderes de las aldeas o a los propietarios de tiendas que se relacionan habitualmente con los mineros.

Reciben capacitación para administrar pruebas y tratamientos en casos sencillos, y mantienen un registro diario de casos, en el que anotan manualmente los datos demográficos y el diagnóstico. Además, nuestros equipos visitan los campamentos periódicamente para recopilar datos y ofrecer apoyo adicional.

Prueba de diagnóstico rápido de paludismo en una comunidad minera de Guyana

Capacitación de mineros para realizar pruebas y tratar el paludismo en entornos remotos.
© Ministerio de Salud, Guayana

P: Tengo entendido que ha introducido nuevas intervenciones para inducir un cambio de comportamiento entre los mineros. ¿Podría darnos más detalles sobre esas intervenciones?

En nuestra colaboración con el Centro Johns Hopkins para Programas de Comunicación y con Breakthrough ACTION Guyana, hemos utilizado un enfoque centrado en el ser humano para contribuir a mejorar el comportamiento entre los mineros en relación con la petición de servicios de salud. En primer lugar, hemos realizado investigaciones de formación para detectar las lagunas en el conocimiento, las actitudes y las percepciones con respecto al control y la prevención del paludismo entrevistando a mineros, gerentes de campamentos, agentes de salud comunitarios y farmacéuticos, entre otras personas. A continuación, hemos utilizado esos conocimientos para poner en marcha diferentes intervenciones (que llamamos prototipos). Hemos aplicado experimentalmente muchos prototipos, y ahora estamos ampliando los que más repercusión han tenido.

En 2020, pusimos en marcha la campaña «Little Mosquito, Big Problem» que se centra en fomentar los conocimientos sobre la transmisión y síntomas del paludismo, alentar a la población a que se haga pruebas y proporcionar estímulos sutiles para que se completen los tratamientos. Algunos de los materiales, por ejemplo, muestran de qué modo la presencia del parásito se reduce en el organismo a medida que se toma el tratamiento, con el fin de reforzar el mensaje de que el parásito no muere hasta que se completa el tratamiento. En la campaña se utilizan las redes sociales, cuñas radiofónicas, publicidad en televisión y anuncios en partidos de críquet.

P: ¿Su equipo ha puesto en marcha alguna actividad nueva para la vigilancia del paludismo en el país?

En 2010, Guyana detectó una mutación única del paludismo llamada C580Y. Ante la inquietud de que esta mutación pueda desembocar en una resistencia al tratamiento combinado basado en la artemisinina (el tratamiento de primera línea en casi todos los países en los que el paludismo es endémico), hemos monitoreado su comportamiento en los parásitos del paludismo a lo largo del tiempo. Para ello hacemos una vigilancia del sitio centinela en colaboración con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Instituto Pasteur y la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, que ha ayudado a secuenciar muestras. De momento, no hemos detectado ninguna resistencia in vivo a la artemisinina, pero estamos haciendo un seguimiento atento, ya que la mayor amenaza para la eliminación sería la aparición de resistencia.

P: ¿Qué espera lograr su programa en los próximos 12 meses?

Como ocurrió en todo el mundo, la pandemia de COVID-19 nos sorprendió y desvió personal y recursos de otros problemas de salud, y el paludismo no fue una excepción. Ahora, nos centramos en recuperar impulso en la lucha contra el paludismo y volver a las actividades y la velocidad que teníamos antes de la pandemia. Es hora de volver a tomar el camino hacia el logro de nuestras metas.